Los besos iban aumentando de intensidad, Sasuke la subió a su cadera y se dirigió a la regadera. cuando llegó le retiró toda la ropa mientras él hacía lo mismo con la propia, siguió besando a Hinata mientras la dirigía hacia adentro, abrió las llaves del agua y comenzó a caer, ambos cuerpos estaban calientes, Sasuke tomó nuevamente a Hinata entre sus brazos y de una sola estocada entró en el interior de Hinata, Sasuke con sus labios cubrió la boca de Hinata para que ningún sonido saliera de ella.
Movía sus caderas entrando y saliendo de Hinata, los gemidos de ambos eran amortiguados por sus bocas. Por fin Sasuke se liberó dentro de ella con un suspiro, la bajó lentamente, Hinata se aferró a Sasuke pues sentia sus piernas sin fuerzas.
En silencio comenzaron a lavarse bien. Al terminar Sasuke salió con cautela de la habitación, afortunadamente su madre y hermano estaban en la cocina.
Ambos terminaron de cambiarse y bajaron. Hinata llevaba su mochila escolar y otra pequeña maleta al lado.
Itachi llevaba el auto de Sasuke, su madre iba de copiloto y Sasuke y Hinata en los asientos de atrás, uno al lado del otro. Sasuke aprovechó que Hinata llevaba una falda que le llegaba un poco abajo de las rodillas y metió su mano derecha debajo de ella, Hinata tomó su mano para parar su recorrido, ambos se miraron mientras Hinata le negaba. Sasuke derrotado solo entrelazó sus dedos a la mano de ella y así se quedaron hasta llegar a la casa de Hinata.
Sasuke la ayudó a llevarse sus cosas hacia adentro de la casa, después solamente se despidió con un beso en la frente y se alejó.
Hinata solamente se quedó parada un rato en la entrada. Era cierto que ya no iban a poder pasar más tiempo juntos. Dió un suspiro y se adentro más a la casa.
Estaba felíz de reencontrarse con su pequeña hermana y a su padre después de todo el tiempo que no se vieron.
-Hina- escuchó la voz de su hermana llamarla. Volteó rápidamente y la vió parada.
-Hanabi- se acercó a ella y la abrazó con cariño. Igual al que su padre alguna vez le mostró. -¿cómo les fue en la reunión?- Hinata le preguntó haciéndola pasar a su habitación, si bien Hanabi tenía escasos 12 años ya era muy inteligente y siempre se la pasaba al lado de su padre, aprendiendo muchas cosas para después encargarse de las empresas. Porsupuesto Hashi quería que Hinata fuera su heredera, pero desde que Hanabi nació ella prefirió que su hermana fuera la heredera. Porque sabía que si ella quedaba al mando su pequeña hermana iba a ser obligada a casarse con alguien que beneficiará a las empresas. No quería ese futuro para ella. Quería que viviera su vida, aunque desde joven la metieran en los asuntos de las empresas.
-bien- le respondió Hanabi -vimos a Neji-nisan- mencionó con una sonrisa. A ella le encantaba estar con Hinata ya que se sentía segura a su lado, como si fuera su madre.
-¿enserio?¿cómo está?- Hinata extrañaba demasiado a su primo hermano, que ahora era encargado de otras de las empresas Hyuga en el extranjero.
-Él está bien- dijo con nostalgia, que a pesar de haber estado muy poco con él lo había disfrutado mucho.
Hinata sonrió y abrazó nuevamente a Hanabi, después bajaron bastante animadas hacia la cocina, Hinata iba a preparar la comida para darles la bienvenida y seguir poniéndose al día con Hanabi.
Ya por la noche todos se fueron a descansar, Hinata no había podido ver a su padre esa tarde ya que estaba tratando asuntos de los contratos.
Vió su teléfono vibrar, cuando lo tomó era un mensaje de Sasuke.
~te veo mañana para el entrenamiento en el dojo Hyuga~
S.U
Hinata solo sonrió y se dispuso a descansar sin contestar al mensaje.
Justo antes de abrir los ojos su alarma sonó, tardó un poco para que sus ojos se acostumbraran y por fin se levantó.
Salió directamente al dojo y entró. Recordaba como desde pequeña entrenaba ahí, su padre siempre le había inculcado la disciplina por lo que todas las mañanas a las cinco ya debía estar ahí calentando.
Iba a comenzar a calentar cuando alguien entró, volteó instantáneamente y vió a su padre.
-ya estás aquí -la voz neutra de Hiashi hizo que la piel Hinata se erizara. Su padre hace mucho tiempo que dejó de hablarle con cariño.
-buen día padre- le respondió y lo saludó con una reverencia.
-espero no hayas olgazaneado estos días - Hinata al escucharlo solo se sonrojó y bajó la mirada.
-pelee conmigo- pidió Hinata.
Ambos se prepararon y se pusieron en guardia. Ambos tenían el mismo estilo de pelea pero aún así Hiashi era mucho más fuerte.
Hiashi comenzó al lanzar el primer golpe que Hinata esquivó. Ambos comenzaron ráfagas de golpes, bloqueos, patadas y vueltas. Ya estaban cansados pero el entrenamiento aún no terminaba.
-Hiashi-sama- llamó un hombre alto desde la puerta del lugar, ambos detuvieron la pelea al escucharlo y cuando voltearon a verlo se percataron de la presencia de Sasuke que estaba sentado observando el combate -lamento interrumpir, pero lo llaman urgentemente - Hiashi solo volteó hacía Hinata para realizar una leve reverencia a modo de disculpa por dejar el combate sin terminar. Hinata solo le correspondió con otra reverencia.
Hiashi salió de ahí no sin antes dirigirse a Sasuke y saludarlo.
-Entrena con ella- sin más se retiró. Sasuke solo asintió con la cabeza y se dirigió a Hinata.
Al llegar a su lado Hinata se lanzó hacía el besándolo. Sasuke felíz correspondió el beso, la acercó más a su cuerpo y disfrutó de su contacto. Le mordió el labio interior dejando una pequeña línea de sangre.
Sasuke estaba a punto de cargarla pero Hinata se separó de él con una sonrisa.
-¿entrenas conmigo?- le preguntó con inocencia.
-hmp- Sasuke asintió con una sonrisa y comenzó a calentar.
Al terminar Hinata dió el primer golpe, ambos comenzaron una danza de golpes. Ambos sonreían como un par de enamorados, hasta que Hinata iba a golpear el pecho de Sasuke pero este tomó su brazo y la jaló hacia el mismo, Hinata volteó rápidamente su mirada hacía la de Sasuke, este aprovechó y unió sus labios con los de ella. Ambos con la respiración agitada se separaron por falta de aire.
-te quiero hacer mía - le susurró Sasuke en el oído.
-a-aqui no podemos- Hinata sonrojada volteó su rostro.
Ambos se separaron de inmediato cuando sintieron la presencia de alguien que se acercaba. Voltearon la mirada hacía la entrada y apareció Hanabi.
-Hina- Los vió demasiado agitados -¿salimos a comer algo?- le cuestionó.
Ambos morenos se sorprendieron pues ya era tarde y la hora de almorzar. Hinata aún sonrojada asintió con la cabeza.
-¿vamos?- está vez se dirigió a Sasuke. Este solo asintió y los tres salieron de ahí.
Hinata entró a su habitación para darse un baño, Sasuke también tenía una habitación en la mansión Hyuga. Así como también toda la familia Uchiha. Pues había veces que las fiestas de sociedad de los Hyuga duraban hasta muy entrada la madrugada y los Uchiha eran invitados a quedarse. Aparte de que antes los Uchiha menores se quedaban dormidos y no querían regresar a casa.
Sasuke se duchó rápido, cuando terminó buscó con la mirada a Hanabi, pero no la vió por ningún lado, entró con sigilo a la habitación de Hinata y cerró con llave.
No escuchó el agua de la regadera así que pensó que Hinata ya no estaba ahí, derrepente escuchó la puerta del baño abrirse y ahí estaba ella. Su cuerpo cubierto por una toalla hasta la mitad de sus muslos, su cabello enredado en una toalla más pequeña dejando ver la piel de su cuello, brazos y piernas. Hinata se sorprendió al verlo ahí.
Sasuke sin esperar más se acercó a ella y comenzó a besarla, la tomó de la cintura y sin separase de ella se dirigió a la cama retrocediendo hasta que sintió la cama detrás de las piernas. Se sentó y dejó a Hinata entre sus piernas. Le retiró la toalla y la dejó caer al suelo, comenzó a besar su cuello y bajó hasta sus pechos, los lamía y mordía viendo como las marcas que había dejado antes estaban desapareciendo. Hinata abrazó la cabeza de Sasuke provocando que sus cabellos mojados cayeran hacía delante, pues la toalla que antes los cubría se había caído en cuanto el Uchiha la había dirigido a la cama.
Sin esperar más tiempo el Uchiha la sentó en sus piernas y sacó su miembro de su pantalón para entrar en Hinata de una movimiento. En cuanto Hinata estuvo lista comenzó a moverse.
Sasuke podía sentir su piel suave, con un leve olor a lavanda, siempre llevaba ese olor, lo que lo hacía sentirse tranquilo.
-S-Sasuke...- Hinata no paraba de gemir, a pesar de que habían estado juntos muchas veces aún no podía acostumbrarse a él. Ambos terminaron juntos después de un tiempo. Se sentían demasiado cansados. Hinata tenía su rostro en la curvatura del cuello y hombro de Sasuke, tratando de normalizar su respiración.
Sasuke con una sonrisa y con la respiración igual de agitada la tenía abrazada con ambos brazos, también puso su cara en el cuello de Hinata aspirando todo el olor que pudiese. Le lamió un poco sintiendo el sabor salado de su sudor.
Ambos se separaron rápidamente cuando escucharon que Hanabi tocaba su puerta.
-Hina, ya es tarde, vamos- le habló detrás de la puerta.
-v-voy...- le respondió con tartamudeo. Se mordió el labio inferior y dirigió su mirada avergonzada a Sasuke.
Intentó apartarse pero Sasuke no la dejó, la penetró con fuerza, Hinata estuvo a punto de gritar con fuerza pero Sasuke la besó para que eso no pasara. Hinata se separó de él sintiendo los fluidos salir de su vagina. Sonrojada tomó la toalla del sueño y se la colocó para correr al baño. Necesitaba limpiarse.
Sasuke con una sonrisa divertida solamente vió como desapareció. Se levantó y se dirigió al armario de Hinata. No estaba repleto de ropa de marca ni nada por el estilo, tenía muy poca ropa y toda era sencilla. Típico de Hinata pensó, tomó una playera amarilla pastel, el cuello era redondeado haciendo resaltar su cuello blanco. Tomó también unos jeans de mezclilla y unos tenis negros. Se dirigió a sus cajones de su ropa interior y buscó entre ella encontrando un conjunto de color negro. Los tomó y salió de ahí. Se dirigió a la puerta del baño y tocó. Hinata aún sonrojada abrió un poco para dejar ver su cara, Sasuke le extendió la ropa, Hinata aún más avergonzada la tomó.
Sasuke aún más divertido regresó a la cama de Hinata y se acostó. Sabía de antemano que ella era así, demasiado tímida, a pesar de haberla visto muchas veces completamente desnuda ella seguía manteniendo ese pudor, ¡le encantaba!. Cerró los ojos y esperó.
