¡KAMEN RIDER DYNAMIC!
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Tsuppashire! Sora wo tobe
Leviatán wo taosu made
Mamoru zo heiwa wo Nippon no
Katto moeru ze seigi no kokoro
Mi yo! Hisatsu Den-Shock!
Josei no inochi wo kakete yuku
Sono na wa, Sono no wa
Kamen Rider Dynamic!
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La ciudad de Kamakura era muy conocida dentro de ámbito budista por su templo llamado Kōtoku-in el cual era de la escuela de la Tierra Pura.
No obstante, lo más llamativo era el Gran Buda de Kamakura, una enorme estatua de bronce de más de 13 metros de alto, así como un peso de 93 toneladas, siendo el segundo Buda más grande de Japón.
Algunos turistas se encontraban en la zona tomándose fotos al lado del Buda, aunque desconocían que había alguien rondando por ahí.
Con su cuerpo como el de un lagarto, de color gris y mostrando una mandíbulas muy poderosas con sus colmillos.
- Vaya, veo una gran cantidad de presas – de ahí se dirigió hacia unas personas que estaban a sus pies, lucían asustados – vayan y tráiganme más lacayos, de no hacerlo, lo pagarán caro, ¡háganlo!
- S-Sí – este pequeño grupo de personas corrieron a la orden del lagarto. Este solo miró todo desde su escondite.
Cerca de ahí, un autobús con turistas arribó y se detuvo. Varias personas bajaron ya que comerían, esto según una de las guías.
- ¡Papá, despierta! – un niño estaba empujando un poco a su progenitor el cual se había dormido en el autobús.
- ¿Eh? ¿Ya es hora de comer?
- Sí, no debes dormir mucho.
- No importa, vamos entonces – padre e hijo fueron hacia el restaurante en el que los demás pasajeros se había bajado.
Se sentaron en las mesas esperando sus almuerzos, los cuales fueron traídos unos momentos después.
- Ya quiero ver la gastronomía de aquí – sonrió el señor y cuando él y su hijo abrieron los platos con comida, quedaron horrorizados.
Lejos de esperar ver una comida muy bien hecha y deliciosa, notaron que esta traía unas arañas muy extrañas.
- ¡¿Qué demonios es eso?! ¿Acaso comen eso aquí?
- Sí… y lo harás con nosotros – los demás sujetos parecían estar controlados por el Mecanomonstruo y se lanzaron hacia el padre.
- ¡Hijo, huye! – le gritó este mientras peleaba con los nosotros, aunque fue superado en número.
El infante corrió lo más rápido que pudo llegando a la carretera. Pidió ayuda a los autos que pasaban, pero nadie le prestaba atención, además de que notó luego de que los demás sujetos seguían tras él.
- ¡Ayúdeme por favor! – finalmente, unas motociclistas llegaron hacia donde estaba el niño y se detuvieron.
- Rinari, creo que ocupa ayuda ese niño.
- Ahí vamos Ai-san – las dos chicas se detuvieron frente al muchacho.
- Ayuda… ¡me vienen siguiendo! – señaló hacia atrás solo para darse cuenta de que no había nadie, aun así, estas decidieron no abandonarlo.
- Muy bien, entonces vamos a echar un vistazo – Ai subió al chico entre sus piernas y después la peli rosa arrancó la moto.
El niño les fue explicando lo que había pasado. Cualquiera otra persona no habría creído su historia, no obstante, tanto Rina como Ai habían visto cosas fuera de lo común por lo que para ellas era creíble.
- ¿Entonces los obligaron a comer arañas?
- Sí, pero mi papá se enfrentó a ellos para hacer que yo huyera.
- Eso sí es un padre – la rubia sonrió – iremos a ver el restaurante.
- Muchas gracias.
- Por cierto, ¿Qué edad tienes? – justo en ese momento, Rina dio un giro brusco y se detuvo un momento – ¿Qué pasó Rinari?
- Por poco le di a eso que estaba en el suelo – señaló a algo que parecía a algo cubierto con mucha paja.
Rina bajó para ver que era, pero al ir quitando la paja, rápidamente se alejó, incluso Ai se quedó sorprendida de que fuera eso. Era el lagarto que había mandado a sus súbditos hacia los turistas.
- ¡Corre niño! – le dijo Ai mientras ella se ponía al frente de su mejor amiga.
- Soy el Mecanomonstruo Wanida y no dejo huir a mi presa una vez que la tengo frente a mí – con un golpe de su cola, tumbó la moto de las dos chicas.
- ¡Hay que huir! – exclamó Ai y cuando se estaba por ir junto con su mejor amiga, aparecieron esbirros de Leviatán.
- ¡Amárrenlas! – las chicas ya estaban acorraladas junto con el pequeño, pero alguien llegó a su ayuda.
- ¡Déjenlos! – dos motos llegaron rápidamente empujando a algunos de los sujetos, esto fue aprovechado por Ai quien golpeó a algunos de los lacayos liberándose y a su mejor amiga.
- ¿Qué hacen dos prófugas de Leviatán por acá? – Wanida miró a Setsuna y Ayumu quienes estaban paradas ahí.
- Solo hay una respuesta a esa pregunta ¿no Setsuna-chan?
- Así es Ayumu-san, estaremos en donde sea que haya un Mecanomonstruo – las dos Riders tenían una sonrisa en su rostro, cosa que solo molestó más a su enemigo.
- ¡Todos aquellos que se opongan a Leviatán será ejecutados!
- Pues vamos a ver si es verdad, puede que seamos prófugas de esa organización, pero nosotras batallaremos por la justicia y nuestro objetivo con Ayumu-san… es eliminarlos a todos ustedes – la peli negra exclamó.
- Malditas perras – susurró el sujeto el cual se saltó sobre Ayumu quien recibió algunos golpes del Mecanomonstruo.
Setsuna se vio obligada a pelear contra varios de los lacayos, esto mientras Rina y Ai protegían al niño en caso de que a este lo fueran a atacar.
No solo eso, sino que las demás chicas empezaron a llegar hacia donde estaban, serían un poco de apoyo en caso de que algo pasara.
- ¡Ayumu-san! – las demás vieron como los golpes que le daba a la peli roja parecían duros, no obstante, esta solo río un poco levantándose y limpiándose un poco la sangre de su boca.
- Muy bien, ya acabó el precalentamiento, así que ahora vamos a pelear en serio – ante esa provocación, estos solo vieron como la peli roja se quitaba los guantes – Henshin… ¡DYNAMIC!
El frote de sus manos activó su transformación y esta vez, las cosas serían diferentes y ni que decir de sus amigas quienes se sentían mejor al verla así.
- Me llaman los cielos, el mar y la gente, llaman a aquel que quiere que el mal sea derrotado y no estoy sola.
- No está sola… ¡HENSHIN! – ahora Setsuna exclamó mientras se transformaba y se colocaba al lado de su compañera de batalla – soy aquella que con sus llamas ayuda a erradicar el mal, ¡Tormenta Carmesí Setsuna!
- ¡Y la defensora de la justicia, Kamen Rider Dynamic! – ambas estaban listas para la batalla.
Más lacayos aparecieron y fueron hacia las dos Riders, ni que decir que unos cuantos fueron hacia las amigas de ambas combatientes.
Setsuna golpeaba a sus enemigos con puños encendidos con algo de fuego, lo que causaba algo de quemaduras, ni que decir de los golpes eléctricos que daba la peli roja a estos.
En el caso de Ai, con su habilidad atlética era capaz de darles pelea a los esbirros de Leviatán.
Ya derrotados casi todos, Ayumu fue por Wanida quien no se dudó en batallar contra la Rider eléctrica con quien tuvieron unos cuantos golpes de intercambio.
En un momento en el que Ayumu saltó por atrás del lagarto monstruoso, esta cargó electricidad en sus puños al haberlos frotado.
- ¡Electro toque! – el golpe fue hacia la nuca del Mecanomonstruo el cual gimió de dolor y no solo eso, huyó hacia el mar que estaba cerca de donde estaban batallando, desapareciendo a la vista de las chicas – vaya que corre rápido.
- Ya vencí a la mayoría, aunque Ai-san me ayudó – la gyaru sonrió haciendo el signo de la paz.
- Habrá que sacarles información a alguno de ellos – Karin dijo.
- Es lo mejor – sin que el grupo supiera, una persona con apariencia de ciclope miraba todo desde un sitio alejado y poseía una especie de control con un botón en medio.
- Lo siento por ustedes, pero será lo último que harán – justo apretó el botón y por alguna razón, Ayumu sintió que algo no andaba bien.
- ¡Aléjense de ellos! – todas reaccionaron de forma instintiva haciéndose a un lado de los esbirros y justo cuando se tiraron al suelo, estos acabaron explotando.
El polvo estuvo en el aire por un momento hasta que se fue disipando, después de eso, se aseguraron de que nadie estuviera herido, cosa que fue así.
- Por poco y no la contamos.
- De no ser avisadas, hubiéramos acabado dormidas y esta vez de la forma que no quiero – Kanata dijo.
- Parece que ya lo tenían planeado en caso de que fallaran – Shizuku exclamó – que forma tan horrible de tratar a los humanos.
- No tienen piedad y se los podemos decir por experiencia – Setsuna dijo.
- Chicas, él tiene algo que decirles – Ai y Rina le presentaron al chico, Ayumu y Setsuna prestaron atención a lo que fuera a decir.
- Mi papá fue atacado por unos extraños sujetos en el restaurante.
- ¿En un restaurante? – la peli roja se puso de rodillas frente a él – dime, ¿Qué fue lo que pasó?
- Verán, lo que pasó fue que…
- ¡Bunta! – alguien apareció y para sorpresa del chico, se trataba de su padre quien venía, aparentemente bien.
- ¡Papá! – este fue hacia su progenitor – ¿Qué pasó con los malos? ¿Y los bichos esos feos?
- ¿De qué hablas Bunta? Hay que irnos o el autobús nos dejará – sin más, el señor tomó entre sus brazos a su hijo y se lo llevó de ahí, ni que decir que eso dejó confundidas a las chicas.
- ¿Qué fue lo que pasó?
- Ni idea, y yo tan preocupada que estaba – Ai exclamó, aunque las demás lucían calmadas de que la cosa hubiera acabado, para las dos Riders no era así.
No articularon palabra alguna, pero con sus miradas dieron a atender que algo no andaba bien y por lo tanto, decidieron seguir a padre e hijo.
- Por cierto, ¿quieren ir a comer algo o…? – Emma estaba diciendo cuando notó como tanto Ayumu como Setsuna se montaban en sus motos y se iban de ahí.}
- ¿A dónde van?
- Ni idea, pero creo que ellas notaron algo que no anda bien – las demás decidieron hacer lo mismo y se montaron en sus motos.
El padre de Bunta seguía llevándolo a él, pero la peli roja fue la primera en encontrarla por lo que decidió seguirlos, luego daría aviso a su amiga.
No parecía haber nada malo, aunque si lucía algo sospechoso que lo llevara por un camino medio extraño, no obstante, pasaron cerca de la costa cuando la peli roja pisó una parte de la arena, unas manos salieron de ahí.
- ¡Mierda! – Ayumu fue jalada, no obstante, esta logró darle con el dorsal de su mano para liberarse, incluso notó que iban a atacar a Bunta y su padre por lo que peleó contra los lacayos – ¡huyan!
Estos salieron corriendo hacia un sitio seguro en donde se guardarían de los enemigos que pelearon contra la Rider eléctrica, venciéndolos a todos.
Ya cuando miró que no había nadie más, esta fue hacia donde estaba el señor y su hijo, sentándose delante de ellos.
- ¿Se encuentran bien? – el padre de Bunta asintió, no obstante, de la nada, sacó una botella con gas la cual usó contra la peli roja.
Ayumu quedó en shock por eso, pero para su mala suerte, sus parpados se volvieron pesados y su cuerpo se sintió sin energía y acabó cayendo inconsciente.
- Jajajaja… Uehara Ayumu, ¿Qué te pareció el gas somnífero de Leviatán? Eso es lo que obtienen las traidoras – el señor reía de forma tenebrosa, pero su hijo, se encontraba aterrado por eso, su padre jamás haría algo así, mucho menos a alguien que lo ayudó a estar a salvo y ahora, la peli roja estaba caída.
- ¿Papá?
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Kuchibue takaku yatte kuru
Tsuyoi josei wa Dynamic
Nakama wa Kuran no Setsuna
Ayumu! Setsuna!
Nozomi wa hitotsu Nippon no
Heiwa no yukute wo mamoru tame
Kyou mo tatakau
Kamen Rider Dynamic!
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Continuará…
