Desde que entraron en casa de los Peacecraft, Heero y Milliardo no dejaron de lanzarse miradas mutuas de desconfianza, el rubio se sabía descubierto y el moreno no dejaría las cosas así, ese maldito se aprovechó de Duo, su Duo, no se lo iba a perdonar
—Entonces, son compañeros de escuela —comentó Lucrezia mientras servía el café
Los cuatro estaban sentados en la sala
—Sí, Relena es compañera de salón de mi hermano —respondió Heero, haciendo énfasis en la palabra hermano, mientras miraba al otro
—¿Y son amigos?
—No, apenas hemos hablado un par de veces —contestó Relena mientras agarraba una galleta
—Sueles tener muchas amigas y pocos chicos de amigos, deberías…
—Amor, no le des ideas —interrumpió Milliardo
—Pero que hermano tan celoso —comentó su esposa, creyendo que le molestaba que se hiciera más amigos hombres, pero realmente no la quería cerca de Duo y que lo descubrieran
—Duo es una buena persona, serían buenos amigos —insistió Heero
—Vaya, se nota que quieres mucho a tu hermano —comentó asombrada la mujer— Eso es bueno
—Sí, aunque realmente no somos hermanos de sangre
Para Relena esa no era noticia, pero para los otros dos sí, aunque a Lucrezia no le afectó en lo más mínimo, a Milliardo sí, ahora podía notar que los intereses de Heero iban más allá de una hermandad, debía ponerse en alerta
—¿Tus papás lo adoptaron?
—A los dos —respondió seriamente el ojiazul— Me adoptaron cuando tenía 5 años, a Duo no hace mucho, desde que murieron sus padres y su hermana en un accidente
Hubo un pequeño silencio incómodo
—Él debió vivir días muy oscuros —dijo con tristeza Noin
—Él ha sufrido mucho, por eso lo protegeré, no dejaría que nadie le haga daño —comentó mirando hacia Milliardo, este se comenzó a sentir incómodo
—Eres muy buen chido
Alegre, Lucrezia le guiño el ojo a su cuñada, señal de que le gustaba para ella, Relena lo entendió y sonrojada solo se aclaró discretamente la garganta, aunque a ella le gustara, podía notar que Heero no estaba interesado en ella, pero eso sin duda podía cambiar
Bebieron café y comieron algunas galletas mientras cruzaron alguna que otra conversación, casi todas iniciadas por Noin, ninguna de las dos mujeres se dio cuenta de la rivalidad de miradas que había en Heero y Milliardo
—Me parece que es tarde, hora de irme —comentó Heero tras ver la hora en su reloj
—Ya era hora —pensó con fastidio Milliardo
—Que lástima, pero debo agradecerte por traer a Relena, eres buen compañero
Al halago, Heero no respondió, solo emitió una ligera sonrisa
—Gracias por venir a la fiesta y gracias a ustedes por su hospitalidad
—Esta es tu casa, los amigos de Relena son bienvenidos ¿verdad amor? —mirando hacia Milliardo— Amor
—¿Qué? —miró hacia su esposa— Ah sí, cuando quieras —dijo a regañadientes
—Te acompaño a la puerta
Ambos chicos se dirigieron hacia la entrada
—Amor, te portaste grosero —regañó Lucrezia a su esposo
—Estoy cansado, tomaré un baño —respondió rápido y se escabulló, antes que Noin notara algo en él que lo delatara
—Entonces, nos vemos en la escuela el lunes
—Sí, cuídate —respondió amable y frío a la vez
Heero salió de la casa y desde la puerta Relena agitó su mano para despedirse, mientras lo miraba, suspirando por él, como siempre
Mientras avanzaba a la avenida para tomar un taxi, Heero llamó a Wufei, este estaba en medio de una conversación, pero se alejó para responder
—Me topé con Milliardo cuando traje a Relena, ya solo nos falta que Duo se de cuenta de la clase de patán con el que sale, espero no sea demasiado tarde
—¿A qué te refieres con demasiado tarde?
—Si Duo se enamora realmente de él o si tienen intimidad, saberlo le hará más daño que si no pasó ninguna de esas dos —explicó
—Él es inteligente, no creo que hayan tenido intimidad aun —dijo convencido Wufei
Pero para Heero la posibilidad era muy alta, ya que conocía a Duo, sabía que era testarudo y capaz de haberse acostado con Milliardo solo por darle la contraria a los demás.
Al día siguiente que era domingo y no había clases, Duo no salió de su cama hasta casi el mediodía, aún se sentía mal por lo que hizo la noche anterior, creyó que disfrutaría más del sexo con Milliardo pero no fue así, solo quedaba la culpa
Bajó con cuidado las escaleras esperando no toparse con Heero, pero este se encontraba en la cocina, preparando algo. Al verlo, Duo se paralizó por completo, era la primera vez que lo miraba desde que comprendió que estaba enamorado de su hermanastro, los colores le subieron al rostro y quiso retroceder
—Ven a comer algo —dijo Yuy antes que se alejara, pues alcanzó a verlo
—No tengo hambre
Justo en ese momento, el estómago de Duo comenzó a gruñir con fuerza, delatándolo en su mentira, así que no tuvo más remedio que hacer caso, se sentó en el comedor
—Llamó mamá —comentó mientras le llevaba un plato con sopa
—¿Qué dice?
—Vendrán dentro de una semana —informó sin emoción alguna
—Ya veo —suspiró para sus adentros
Aunque los extrañaba, no quería verlos, sentía vergüenza de mirarles a los ojos y saber que se había enamorado del chico que hicieron su hermano, se sentía muy ingrato, un sinvergüenza, un malagradecido, más, porque este gustaba de él también
Los dos comieron en silencio, de vez en cuando Duo miraba a Heero y se sentía peor que la noche anterior, incluso comenzó a pensar que era mejor irse de la casa, alejarse de esa familia que lo recibió con los brazos abiertos y que él les falló, estaba todo triste
Al terminar, Heero se levantó de la mes ay agarró su plato, se acercó a Duo y justo cuando él intentó agarrar el suyo y levantase, sus manos se tocaron por accidente. Rápido el trenzado levantó la cabeza y miró a Heero, este observaba fijamente su semblante
Asustado, dejó caer el plato, que se hizo añicos en el suelo
—Perdón —se agachó desesperado para juntarlo, pero también lo hizo Heero
Ambos volvieron a mirarse a los ojos, de cuclillas en el suelo
—Yo me encargo, no te preocupes —dijo Duo incómodo, pero su hermano no se lo permitió, recogió él los trozos
—Deja —pidió serio y con un poco de amabilidad
Mientras arrebataba los trozos, se cortó un poco el dedo, pero no le tomó importancia, tiró los restos del plato a la basura y el otro lo dejó en el lavadero. Unas gotas de sangre gotearon y Duo las notó, rápido agarró una servilleta y se acercó a Heero
—Te lastimaste —agarró la mano del otro y puso el papel alrededor del dedo— Perdón
Agachó la mirada viendo la herida, pero no se disculpaba por eso, sino por lo que hizo con Milliardo la noche anterior, aunque Heero no lo sabía
—No fue nada —conmovido por la preocupación de Duo
Heero estiró la otra mano y la colocó sobre la cabeza del castaño, consolándolo como si se tratase de un niño pequeño, aquello hizo sentir miedo a Duo, esa cercanía, el tacto y la voz de Heero, no estaba bien, se sentía demasiado bonito, así que se apartó, asustado
—Subiré a mi habitación —soltó sutilmente la mano con el dedo lastimado de Heero y le dio la espalda, corriendo para encerrarse
—Algo me dice que no está así porque me lastimé —pensó preocupado, temiendo lo peor.
Espero les haya gustado la actualización, gracias por leer
