Días después del incidente en su habitación, Heero y Duo no volvieron a hablar del tema, pero no se habían alejado del todo, continuaban yendo juntos a la escuela y regresando acompañados también, a excepción cuando Heero se juntaba con Wufei, o cuando Duo lo hacía con Trowa y Quatre, a quienes, por su puesto, ya les había contado todo lo que pasó entre él y Heero
Sin embargo, a quien no había vuelto a ver era a Milliardo, este tampoco intentaba verlo, ahora que sería padre, estaba ocupado en otras cosas, pero él no estaba dispuesto a dejar a su amante, solo estaba entretenido en otros asuntos mientras tanto
Los señores Yuy se habían marchado apenas el día anterior, antes de eso y como lo dijo el señor, habían firmado los papeles oficiales de la adopción, ahora Duo era hijo de ellos, pero no dejó que su apellido Maxwell desapareciera del todo, ahora simplemente tenía dos apellidos, lo cual no era nada usual en ese país.
Las vacaciones de verano llegaron, el semestre en la escuela aún no terminaba, pero tendrían semanas de descanso. Trowa y Quatre decidieron hacer un pequeño viaje, su primero viviendo juntos, aunque el rubio estaba preocupado de dejar solo a su amigo, Duo era sociable, pero realmente sus únicos amigos eran ellos dos
—No te preocupes, estaré bien —dijo el día que se despidieron
—De acuerdo, cualquier cosa que necesites promete que llamaras —contestó el rubio
—Ya, no seas sobreprotector o Trowa se pondrá celoso —bromeó, riéndose un poco
—Tonto —sonrió conmovido también
Los amigos se despidieron.
Aquello sucedió apenas tres días atrás, esa tarde, Wufei fue a casa de los Yuy para ver a Heero, mientras que Duo estaba en casa, encerrado en su habitación
—¿Y cómo van las cosas? —preguntó apenas llegó
—Lo normal, parecemos hermanos de verdad —dijo con tristeza, aunque no era tan expresivo, se notaba en su tono de voz y la mirada apagada
—Y aquel sujeto abusivo ¿sigue con él?
—Creo, aunque no han salido últimamente, es un alivio —respondió, sintiéndose tranquilo
—¿Cuándo le dirás o harás que se dé cuenta del tipo de patán que es? Ahora que tienes su confianza, no creo que dude de ti —habló con seriedad Wufei
Heero analizó por un rato, sin obtener respuesta
—Tal vez es mejor que se dé cuenta él solo
—Pero ¿estas consciente de que si se entera y no por ti y luego sabe que tú sabías y no le dijiste, ¿las cosas se pondrán mal entre ustedes?
Aunque Wufei era poco serio en sus palabras la mayoría de veces, en esta ocasión Heero no tenía nada que criticarle, estaba diciendo la verdad, aquella pequeña bola de nieve podía convertirse en un terrible alud de un momento a otro
—¿Cómo se lo digo?
Ninguno de los dos tenía respuesta a eso
—Amigo, de verdad no quisiera estar en tu situación —palmeó su espalda un par de veces— Por cierto, esa chica Relena, cada vez me ignora más, la tienes más que enamorada —bromeó divertido, pero a Heero eso no le hacía gracia
—¿Sigues con eso? Ya nos cercioramos que sí es hermana de Milliardo y que él es un hombre casado, ya no es necesario que juegues con ella —dijo molesto
—Oye amigo, calma, la chica me interesa de verdad —respondió a las acusaciones de juego
—¿Tú? ¿Wufei Chang enamorado?
—No dije que estuviera enamorado —rio un poco— Pero me gusta mucho
—Pues yo no tengo la culpa y nunca le di esperanzas
—Lo sé —suspiró un segundo— En fin, te deseo suerte con Duo
—Gracias
—Yo me iré, pronto comenzará la telenovela que ve mi abuela y se pone triste si no estoy a su lado
—Sí, claro —comentó con escepticismo
Wufei no dijo nada, solo rio y se despidió, saliendo de la casa, la verdad es que ya estaba enganchado también con aquella novela y pronto llegaría a su final, no se la perdería por nada del mundo.
Heero mientras tanto, se armó de valor antes de subir, al llegar al final de la escalera, Duo salía de su habitación y se toparon, al verlo solo supuso que Wufei se había ido
—¿Podemos hablar? —preguntó Heero en tono serio
—¿Qué sucede? —inquirió preocupado, hace mucho que no veía en él esa expresión— Si es por aquel asunto… —se sonrojó un poco, no habían tocado el tema desde lo sucedido en la habitación
—Ven —movió la cabeza indicando la parte de abajo, la sala
Duo no volvió a preguntar y simplemente lo siguió, cada uno se sentó en un sillón, frente al otro, esperaron en silencio unos momentos
—Dime, acaso tú… ¿aun sales con Milliardo? —preguntó directamente
Aquel cuestionamiento no puso muy contento a Duo, torció los labios en un gesto de desagrado, no quería hablar de eso con él, hace tiempo que por sus celos, Heero no trataba de separarlos
—No debes inmiscuirte en eso, recuerda que nosotros acordamos tratarnos solo como hermanos
—Y como hermano me preocupo —replicó entonces
—Eso es una mentira —respondió comenzando a sentirse incómodo
—Duo, él no es quien crees
—¿Y quién es según tú? —reclamó molesto
Heero dudó un poco, pero se armó de valor, era por el bien de Duo
—Está casado
—Es mentira —respondió sin dudarlo— Creo que ya habías insinuado tal disparate
—No es insinuación, es verdad —defendió su punto
—Basta Heero, ni aunque termine con Milliardo tendré algo contigo, entiéndelo, ambos somos Yuy ahora, ya no hay marcha atrás —habló con un nudo en la garganta
Se miraron profundamente y en silencio por un buen rato, hasta que Duo le dio la espalda, dispuesto a marcharse, entonces Heero tiró una bomba mayor
—Será padre, Duo, tendrá un hijo con su esposa
—Ya cállate —dijo con furia, apretando su puño derecho, no dispuesto a voltear o le rompería la cara de un golpe
—¿Le has preguntado su apellido? ¿Qué tanto sabes de él
—Basta —apretó los dientes, no podría contenerse más
—Se apellida Peacecraft, es hermano de Relena —confesó finalmente
El silencio que siguió fue ensordecedor. Duo estaba en shock, con las pupilas dilatadas, su puño se aflojó por completo y las piernas se le debilitaron, eso no podía ser cierto, tenía que ser mentira
—No es verdad… —musitó
—Quise advertirte antes, pero no escuchaste, no quería que sintieras este dolor, yo…
—Cállate —se giró hacia él— Solo te importa lo que sientes tú, hablas de mi dolor cómo si supieras lo que siento en estos momentos —apretó de nuevo el puño, esta vez los dos— Me siento estúpidamente idiota… ¿dolor? Solo me duele saber que ni siquiera fui capaz de ver lo que tenía enfrente y me vieron la cara de imbécil
—Duo, yo
—No quiero verte ni oírte, ya has dicho suficiente
—¿Por qué te enojas conmigo?
—Así es Heero, todo se trata de ti, incluso mis asuntos, todo es sobre ti
Aunque sentía deseos de llorar, Duo se aguantó
—Siempre tomo las decisiones más estúpidas ¿cierto?
—No digas eso
Heero sabía que, si intentaba acercarse a él, Duo lo alejaría cada vez más
—Acepté salir con él porque huía de mi realidad contigo y dejé que se burlara en mis narices, tomé la decisión de ser un Yuy aunque eso significara renunciar a ti, y justo ahora, decido irme porque no sé con que cara verte ahora
—Duo, sé razonable por favor
Aunque pidió aquello, Heero solo vio como Duo le pasaba de largo y salía corriendo de la casa, sin darle ningún tiempo a reaccionar, cuando Heero se giró hacia la puerta, esta estaba abierta y no había rastro del trenzado. Aun no era de noche, pero no tardaría en anochecer y era peligroso
Heero salió corriendo, no hubo rastro de Duo.
El trenzado corrió lo más rápido que pudo, su pecho agitado estaba a punto de explotar, sacó su teléfono y mandó un mensaje a Milliardo, le pedía que se vieran, pero este respondió que estaba ocupado, Duo le respondió
—De cualquier forma no quiero verte de nuevo, terminamos —mandó aquello
La respuesta no tardó en llegar ni tres segundos
—¿Qué te pasa bebé? No digas esas cosas
Duo bufó al leer eso, ¿con qué maldita cara lo llamaba así? Esta vez no respondió. Luego de unos minutos, en vez de otro mensaje, recibió una llamada, la cual respondió
—Amorcito ¿Qué tienes? ¿peleaste en casa otra vez? —habló primero el mayor, sin saludar
—Idiota
—¿Por qué me dices eso?
—¡Me mentiste desgraciado! Estás casado —reclamó furioso
—¿Quién te dijo eso?
—Basta de fingir, siempre eludiste mis preguntas y fuiste listo, te aseguraste que no supiera que eras el hermano de mi compañera Relena
Esta vez el rubio se quedó por completo mudo, había sido descubierto y no había marcha atrás, no le quedaba de otra que renunciar a su amante, porque era obvio que ya sabiendo eso, Duo no querría seguir con él, aunque le dijera la típica mentira de que entre él y su esposa ya no había amor o intimidad
—Ya veo —esta vez usó un tono cínico— Fue bueno mientras duró
—Y ahora te comportas así —dijo al oír su intención de voz— Eres un maldito
—No, tú fuiste demasiado ingenuo
—Te entregué mi cuerpo y fuiste el primero, debería darte vergüenza, pedófilo
—No eres ningún niño ni te obligué, así que ahórratelo, tomaste tu decisión y yo solo la tomé, gracias por entregarme tu virginidad
—Eres asqueroso —tapó su boca con la mano que no sostenía el celular, se sintió usado y asqueado, con deseos de llorar y vomitar
—Bien, hasta aquí llegó entonces, deja de lloriquear y supéralo ¿sí? Gracias por todo Duo Maxwell —cerró la llamada con aquel cinismo y colgó sin remordimiento alguno
Duo no pudo más, arrojó el teléfono al suelo y luego cerró los ojos, aún con la boca tapada, sintiéndose mareado debido al asco, solo de pensar que ese hombre se aprovechó de él de aquella forma le hacía sentirse sucio, pero no le dio el gusto de llorar, aún tenía orgullo y no dejaría que se lo pisotearan así.
Milliardo suspiró tras colgar la llamada, por fortuna cuando la hizo, acababa de llegar a casa y de bajarse del auto, así que aún no entraba y nadie pudo haberlo oído
—¿Duo Maxwell? —preguntó una voz femenina detrás de él
Milliardo no esperaba que alguien estuviese ahí, pero al oír la voz de su hermana la sangre se le bajó hasta los pies. Relena regresaba de la tienda, su cuñada la había mandado por algo dulce porque tenía antojo debido al embarazo. Él volteó hacia la chica, esta lo miraba aturdida y con espanto, oyó lo que su hermano le dijo a Duo y ella sabía quien era Duo Maxwell, más nunca imaginó que ellos fueran amantes
—No es lo que piensas, yo…
—Te acostabas con mi compañero —dijo horrorizada— Tenías un amante aún sabiendo que serías padre, eres horrible
—No digas eso, yo —estiró la mano hacia Relena, pero ella dio un paso atrás
—Nunca, jamás vuelvas acercarte a mí
—Basta de ridiculeces
—¡Te odio hermano! —gritó enojada, tirando al suelo la bolsa que traía, luego se fue de ahí
—¡Vuelve acá niña malcriada! —ordenó, pero no recibió respuesta alguna— Carajo —juntó lo que estaba en el suelo y entró en casa
Lucrezia no se percató de nada, aunque oyó algo afuera, no reconoció que eran gritos de su esposo y cuñada
—Hola amor —se acercó a él y le besó en los labios— ¿Estás bien?
—Un poco cansado nomás —sonrió hacia ella— Mira, Relena trajo esto, pero tuvo que irse
—¿A esta hora? —preguntó extrañada, más porque su esposo era sobreprotector con su hermanita, jamás la dejaría salir sola de esa manera
—Una amiga en problemas —respondió tranquilamente— Subiré a darme un baño
—Está bien amor —sin sospechar nada, Lucrezia solo vio a su esposo marcharse.
Mientras caminaba secándose las lágrimas, Relena llamó a Heero, este contestó enseguida, aunque se encontraba en la calle, buscando a Duo
—Heero ¿puedes venir? —habló Relena en cuanto la llamada entró
—¿Relena? —musitó extrañado— ¿Estás en peligro?
—No, es solo que, necesito hablar con alguien y…
—Perdóname, estoy en algo, si no es urgente, puede esperar ¿verdad?
—Sí —respondió sin más remedio
—Bien, hasta luego —colgó, aunque hubiese sonado frío, tenía otras prioridades, además la chica no estaba en peligro y no había de qué preocuparse.
Mientras Heero continuó con su búsqueda, Relena llegó hasta un parque y se sentó, necesitaba hablar con alguien, pero todas sus amigas habían salido de vacaciones fuera de la ciudad y no quería molestarlas. Lo dudó mucho, pero finalmente hizo una llamada
—Hola ¿Wufei?... ¿tienes tiempo?
…
Aunque Heero intentó llamar a Duo en muchas ocasiones, el teléfono nunca fue contestado, entonces supo que no había nada que hacer, debía regresar a casa y esperarlo ahí, no tenía otra alternativa. Caminó de regreso y en el pórtico, sentado en las escaleras, estaba Duo, con las piernas encogidas y la cabeza sobre las rodillas
—Duo —llamó Heero al verlo, deteniéndose enfrente
—Olvidé mi llave —dijo con voz baja, sonaba tan apagado que el corazón de Heero se estremeció
—Entremos —sacó la llave de su pantalón
Duo se puso de pie y entraron en la casa, al cerrar la puerta, Duo se quedó cerca de ella, con los brazos atrás de su espalda y la cabeza agachada, Heero volteó hacia él, no entendiendo por qué se quedó ahí
—Perdóname
—¿Qué? —preguntó confundido
—Me ensañé contigo y tú solo me protegías —dijo avergonzado
Tuvo tiempo para pensarlo y se dio cuenta de que fue injusto con Heero. Este se acercó a él y le sujetó la cara con ambas manos, subiéndole el rostro, sus ojos se encontraron
—Estabas alterado, lo entiendo
—Deja de ser bueno conmigo —contestó incómodo, habría esperado un poco de reproche, pero Heero estaba siendo en exceso condescendiente— Me haces sentir peor
—Lo lamento
—Deja de disculparte —reclamó, pero esta vez terminó riendo un poco
Miró a Heero y no dudó, le dio un fuerte abrazo, al principio Heero se sorprendió, pues no se esperaba ese movimiento, luego lo correspondió
—Gracias Heero, gracias por todo
El otro no respondió, pero se conmovió profundamente, emitió una pequeña sonrisa
—¿Estás bien ahora
—Sí
Se soltaron poco a poco, pero aun estaban un poco cerca, Duo dio un paso atrás, pero no dejó de mirarlo a los ojos
—Esta noche —se sonrojó y desvió la mirada— ¿Podrías dormir conmigo?
Más inesperado que el abrazo, fue aquella petición, Heero también se sonrojó un poco
—No, no es lo que crees, no te pido que hagamos "eso" —aclaró enseguida, su pulso estaba completamente acelerado
—Está bien —respondió amable— Lo que necesites
Si Duo recordaba unos meses atrás al frío y distante Heero, no podía creer que ahora era este chico, tan amable con él, era imposible dejarlo de amar si seguía comportándose así
Ninguno de los dos comió algo para la cena, no era tan tarde, pero las emociones que habían vivido los agotaron, sobre todo a Duo
El trenzado fue el primero en irse a la cama, estaban en su habitación. Al instante que entró en las sábanas, sintió un poco de arrepentimiento, pero al mismo tiempo, necesitaba sentirse acompañado esa noche. Aunque no se enamoró de Milliardo, la situación que vivió con él fue una de sus peores experiencias, nunca se había decepcionado de tal forma
Heero apagó la luz y avanzó hacia la cama, Duo estaba acostado sobre su lado derecho y miraba hacia el clóset, se sentía nervioso, cuando sintió a Heero subirse a la cama, apretó las sábanas
—¿Quieres hablar? —preguntó Heero
—Sí —admitió enseguida— Pero por favor, déjame decir todo lo que tenga que decir, sin interrumpirme ¿sí?
—Claro
Duo se quedó callado un momento, pensando en como iniciar. Mientras Heero esperaba, estaba acostado sobre su espalda, mirando las sombras de los árboles de fuera que se reflejaban en el techo. Ambos no estaban tan alejados, pero unos centímetros les separaban
—Cuando conocí a Milliardo llamó mi atención lo galante que fue conmigo, era la primera vez que alguien como él me prestaba atención y me sentí tontamente halagado —sonrió un poco, sintiéndose ridículo
Oír eso fue triste para Heero, porque en ese tiempo ellos dos discutían mucho, entonces pensó que si hubiera sido mejor hermano con él, Duo no se hubiera sentido solo. Pero como prometió, no interrumpió al trenzado
—Cuando sentí que me estaba enamorando de ti fue el pretexto perfecto para intentar olvidarte, creí que podría con él, por eso yo… dejé que la relación se volviera seria, ni siquiera me puse a indagar en su vida, él era mi escape, no estaba enamorado, por eso no insistí y él aprovechó eso para verme la cara
Recordarle le daba más coraje cada vez. Hizo una pausa y apretó más las sábanas, le tembló el labio antes de continuar
—Él comenzó a insinuar que fuéramos más lejos, que diéramos el otro paso
Heero entendió de lo que hablaba Duo y sintió mucho enojo, pero continuó sin interrumpir
—Yo quería huir de la realidad, de lo que significaba estarme enamorando de mi hermanastro, en un arranque de ansiedad decidí aceptar sus propuestas y yo… yo… me acosté con él, tuvimos sexo —confesó finalmente
La confesión que muy tristemente ya esperaba Heero, le cayó como un valde de agua, sobre todo por las circunstancias en las que Duo se acostó con ese tipo, siendo engañado, torturado por sus propios pensamientos e inseguridades, su miedo de enamorarse, sus dudas y demás emociones incontrolables, tuvo sexo con un hombre mucho mayor que él por las razones equivocadas y no había vuelta atrás
—No solo eso, fue mi primera vez con un hombre, dejé que su cuerpo… —guardó silencio, ya no podía continuar, sentía mucha vergüenza— Debes pensar lo peor de mí
Cerró con fuerza los ojos, el silencio de Heero fue terrible, estaba seguro de que no querría volver a verlo, que el amor que sentía por él se acabaría, que había perdido el respeto que el otro tenía por él. Pero no fue así, segundos después de terminar su discurso, sintió en la espalda el pecho de Heero, su mano izquierda rodeándole la cintura
—No fue tu culpa —susurró cerca de su oído
Duo abrió los ojos, sus pupilas se dilataron y brillaron, no esperaba aquellas palabras
—Heero, tú…
—Te engañó y orilló a hacer lo que él quería, no te obligó ¿verdad?
—No —habló bajito— No fue a la fuerza
—Aún así no estuvo bien lo que él hizo, tú solo estabas confundido
—¿No me odias?
—¿Por qué habría de hacerlo?
Acercó más su cálido cuerpo, Duo se sintió nervioso, pero poco a poco se sintió reconfortado
—Te quiero —susurró suavemente— Si no estamos juntos, es solo porque no quieres, pero yo, no dejaré de amarte
—¿Aunque yo haya sido de alguien más antes?
—Tu cuerpo es tuyo, tener sexo no lo vuelve de alguien más —respondió convencido
—Heero, eres tan… —sonrió, sintiéndose conmovido, la voz de Heero sonaba tan amable y dulce que si no fuera porque sabía que sí era él, creería que quien le abrazaba tan amorosamente, era otra persona
—Si tú y yo intimamos, ¿no sentirás asco?
—No digas eso —contradijo rápidamente
—Mi cuerpo ya no es virgen ¿si entiendes? Estarías donde alguien más estuvo, te mereces algo mejor que yo
—Ya basta Duo, me duele que digas esas cosas —dijo sinceramente, siempre creyó que Duo era alguien orgulloso, pero ahora notaba que era bastante inseguro
—No vales más o menos por las veces que hayas tenido sexo, entiende eso, nadie debe juzgarte por lo que hagas en la intimidad con alguien más
Oír todas esas palabras subieron por completo la autoestima de Duo, jamás habría creído que Heero fuera tan maduro y que supiera lo que él necesitaba oír. Derramó algunas lágrimas, pero no de tristeza, sentía que estaba enamorado del hombre correcto y ya no le importaba el apellido o si los criaban como hermanos, quería estar con él, que se amaran mutuamente
—No me sueltes —pidió con ternura— Quédate conmigo no solo hoy, todas las noches
—¿Estás seguro? —preguntó sorprendido, pero también agradecido, es el momento que estaba esperando, que por fin aceptara sus sentimientos
—Te amo —agarró la mano que se cerraba en su cintura y la apartó, luego se giró hacia él y estuvieron de frente, ahora esa mano le rodeaba la espalda
—Te amo también —sonrió en la oscuridad
Duo pegó su cabeza al pecho de Heero y se abrazó a su cintura, tan fuerte como si fuera a caerse y temiera alejarse de él, el otro lo abrazó con la misma intensidad, apretando su espalda. No volvieron a hablar, en cambio se quedaron dormidos, el día siguiente seguro brillaría con mejor luz.
El primero en despertar fue Duo, aún seguían abrazados bajo las sábanas, sonrió ampliamente al ver el rostro tranquilo de Heero dormir pacíficamente, estiró un poco su cabeza y le besó la frente, aunque la noche anterior no hicieron más que hablar y abrazarse, fue la mejor noche que había tenido en toda su vida, a partir de ese momento, ya no importaba nada más.
¡Hola! Espero les haya gustado este capítulo, ya se arreglaron las cosas entre los dos, ahora solo falta que enfrenten a sus padres adoptivos, ¿creen que ellos aceptarán su relación? Pronto terminará esta historia, gracias por seguirla.
