-Pero miren nada más quien vino- Bárbara se me acercó mucho. -¿no deberías estar en tu habitación por haber sido una tonta?-
No le respondí, solo la tomé por los hombros y la alejé. Emma y Ray se sentaron en el sillón y yo me quedé de pie detrás de ellos.
Cislo y Bárbara empezaron a acercarse a Emma y Ray, haciendo muecas y metiéndose en su espacio personal.
Vincent les explicó que ellos habían iniciado una rivalidad imaginaria, así que sería bueno que los halagaran para que se quedaran tranquilos. Ray les siguió el juego y eso los calmó un momento.
-¡Queremos que nos cuenten toooodo lo que sepan del jefe!- dijo Bárbara.
-O como ustedes lo llaman, "No...norman"-
Cislo y Bárbara estaban entusiasmados por saber cosas sobre Norman, Vincent también, aunque era más calmado al respecto.
-Dinos, ¿cómo es realmente su "Norman"?- Cislo señaló a Emma.
-¡Cuéntenos ahora!- lo alentó Bárbara.
-Bueno...- Emma se puso nerviosa por tener a estos 2 muy de cerca. -Él es inteligente y amable, siempre es tan gentil y te recibe con una bonita sonrisa-
Los chicos se volvieron a ver, confundidos por la descripción. De la nada, estallaron en risa.
-¿El jefe?. ¡No hay forma!- gritó Bárbara.
-¡Solo lo hemos pillado un par de veces dándole un beso a esa tipa!- Cislo me señaló.
No me esperaba que dijera eso. Volví a ver a otro lugar, para que no notaran mi rubor.
-¿E...entonces, cómo es Norman actualmente?- preguntó Emma.
"Serio a muerte", "Frío invernal" y "El Zar"; fueron los comentarios que hicieron los chicos. El último, específicamente, hizo que Ray casi se antragantara con su bebida.
-Bueno, bueno- habló Cislo. -¿Tienen alguna anécdota divertida?. Ya sabes, como algo embarazoso-
-Te refieres como, que mojaba la cama hasta los 10. ¿Ese tipo de cosas?- preguntó Ray.
-¡Exactamente!-
Ray y Emma se pusieron a pensar un momento.
-Bueno- Empezó Ray. -recuerdo que en uno de sus cumpleaños, Yuri le deseó un feliz cumpleaños y él le respondió con un "igualmente"-
-¡Es cierto!- agregó Emma. -Norman se puso tan nervioso que fue lo único que se lo ocurrió decir-
Los chicos empezaron a reír. Por mi parte, traté de aguantarme la risa.
-O la vez que Norman pateó una pelota y rebotó en un árbol; aún recuerdo cuando la pelota le pegó con toda la cara- Emma empezó a reírse.
Los demás se volvieron a reír. Esta vez, no pude evitar dejar salir mi risa.
Estuvieron un rato en esas. Yo preferí no decir nada, no quería arruinar la impresión que les estaba dando los chicos de Grace Field a los de Lambda.
Todo estaba yendo bien. Hasta que salió el tema de Lambda. Cislo les explicó como había sido vivir allí, era un horrible infierno. Contó como Norman los había salvado y las hazañas que hicieron ellos 5.
Cislo compartió su deseo con nosotros, matar a todos los demonios. Tragué saliva y fruncí el ceño. Volví a ver a Emma, quien tenía una expresión sorprendida.
Luego Bárbara se empezó a emocionar, diciendo que todos merecen la muerte, sin importar qué. La gran determinación que mostraba terminó asustando a Emma.
Bárbara la volvió a ver, desconcertada.
-¿No me digas que sientes lastima por ellos?-
Ella se empezó a acercar cada vez más a su cara, intimidándola.
-¿Quieres perdonarlos a pesar de que eres una niña ganado?. No puedo creer que seas como ella-
No necesita que me mencionara, todos sabíamos que se refería a mi.
Ella se empezó a dejar salir su enojo. Cislo le dijo que parara 3 veces, hasta que por fin lo hizo.
Vincent le dijo a Emma que, de igual manera, Norman ya había empezado el plan, y que no podríamos alcanzarlo, y que aunque lo esperábamos, no había forma de cambiar su punto de vista.
Esperamos un tiempo hasta que Norman volviera. Cuando escuchamos que había vuelto, nos dirigimos a su despacho. Él se sorprendió al encontrarnos allí.
Ray le pidió a Norman que le explicara qué era lo que tenía empezado hacer exactamente. El albino de explicó que usaría a un grupo de demonios para hacer el trabajo sucio, así se matarían entre ellos y ningún niño ganado moriría.
Emma decidió hablar de sus amigos, diciendo que ellos no necesitaban comer humanos para sobrevivir. Pero se sorprendió al ver la expresión de Norman, estaba preocupado.
Nos explicó que si la Chica con la sangre maldita daba un poco de su sangre a los demonios, dejaban de volverse salvajes. El problema fue que los nobles devoraron a cada uno de ellos, para que pudieran monopolizar la carne humana.
Norman llegó a la conclusión de que eran peligrosos para los niños ganados.
-Hay que matarlos- dijo sin más.
A los 3 nos alarmó sus palabras. Apreté la mandíbula y mi puño.
-Ellos son nuestros amigos. ¡Me rehúso a dejar que los maten!- dijo Emma, desesperada.
-Pero Emma... Ellos son demonios también- Norman tomó entre sus manos la mano de Emma.
-¡¿Es que no has aprendido nada de lo que pasó con nosotros?!- le grité. -Después de obligarme a matar a mi amigo... ¡vas a matar a los amigos de Emma y Ray!-
Me planté en frente de él. Lo miré enojada y Norman solo me vio a los ojos.
-¡No logras entender que los demonios también tienen familias y seres queridos!. Además, Emma ya tiene una buena solución, ¿por qué no puedes aceptarla?-
-Aunque funcionara, no creo que nos libre del peligro. Ellos podrían casarnos cuando deseen. No creo que se resistan a comer su plato favorito-
-¡Entonces escapémos al mundo humano!- gritó Emma. -Podemos rehacer la promesa y hacer que los demonios no puedan cruzar la barrera. ¡Van a perder la carne humana, pero será mejor que el genocidio!-
-No sabemos si el mundo humano nos vaya a aceptar. Miren, chicos, les diré esto: si no matamos a los demonios, nuestra familia nunca estará lo suficientemente a salvo para sonreír-
Emma siguió tratando de convencer a Norman, sin éxito. Pero ella decidió ir a rehacer la promesa antes de que Norman iniciara su genocidio. Ray la apoyaba e iba a ir con ella. Norman volvió a verme, queriendo saber lo que haría.
-Yo iré con ellos, Norman-
-¡Pero Emma no sabe si acaso volverán!- se acercó a mi, preocupado.
-No importa, haré lo que sea para que ningún otro inocente muera-
Norman no tuvo de otra que aceptar, pero igualmente no retrasaría su plan para esperarnos.
Cuando estábamos dispuestos a salir, Norman me tomó de la mano. Lo volví a ver, confundida.
-Yuri, cuídate mucho, por favor-
-¿Ahora te preocupas por mi?-
-Nunca lo dejé de hacer- se acercó a mi y me abrazó.
Yo no le correspondí el abrazo.
-Ese día me preocupé mucho por ti. ¿Qué hubiera pasado si él no era tan bueno como dices?, ¿y si tenía pensado comerte?- suspiró. -¿Qué haría yo sin ti?- me abrazó más fuerte.
Me quedé callada.
-Quiero que vivas una buena vida, donde puedas ser libre y feliz con las personas que amas-
Me separé de él, pero nos tomamos de las manos.
-Con la promesa que cambiaremos, todos viviremos ese tipo de vida- le sonríe, tiernamente.
-Si... Todos nosotros- trató de sonríe.
-¿Sucede algo?-
-No, no. Solo me alegra que me hayas vuelto a sonreír, al parecer ya estás bien conmigo- rió nervioso. -Debo admitir que me hacía falta ver tu sonrisa-
-Que te sonría no significa que te haya perdonado por lo que hiciste- solté su mano y la puse en su mejilla. -Pero me alegra haber disuelto un momento a ese "Norman que es como en frío invernal"- reí burlonamente.
-¡Es solo el Minerva que ellos deben ver!. Yo seguiré siendo ese Norman sonriente y dulce para ti-
Tomó mi mano, la que estaba en su mejilla, y la besó; después se acercó a mi y me besó la frente y luego una de mis mejillas; se alejó un poco y se quedó quieto, viéndome a los ojos.
-No detendré mi plan, pero estaré esperándote- volvió a ver mis labios y besó solo la mitad izquierda de ellos.
Fue corto, pero hizo que me sonrojára. Al notar que me sonrojé, Norman también se sonrojó. Nos reímos nerviosos y nos despedimos.
¡Es hora de ir a los Siete caminos!
