Se recomienda escuchar la canción al final del capítulo
Ya casi era la hora de salir. «¡Que nervios!», dije para mis adentros.
Salí de mi habitación y fui directo a la cocina.
-¿Qué haces, Elías?- dije mientras me acercaba.
-Pancakes- volteó el que estaba haciendo.
Me le quedé viendo. Él no suele hacer ese tipo de cosas para nosotros, eso significa que...
-¡Melissa viene!- le grité, sorprendida.
Elías se asustó por mi grito, casi botando el pancake.
-¡¿Qué dices!?- gritó, nervioso.
-Awww- lo abracé por detrás. -Elías enamorado-
-S...solo es una compañera de trabajo, n...no pasa nada- tenía la cara roja.
-¿Qué tienes pensado hacer?-
-Solo la invité a tomar café. Solo eso- recalcó las últimas 2 palabras.
-Uyy, y van a tener casa sola- dije con todo burlón.
-¡Yuri!- su cara no podría estar más roja.
Se que trata de ocultarlo, pero me alegra que esté dando otro paso con Melissa.
-Me alegra que no vas a estar, ¡me dejarías en vergüenza!- apagó la cocina. -Compórtate como la muchacha de 24 años que eres- me apuntó con la espátula.
-Al menos no soy un hombre malhumorado de 34- le saqué la lengua.
Nos reímos.
Después de haber llegado al mundo humano, un miembro del clan Ratri nos recibió, diciendo que nos iba a dar alojamiento a todos. Al principio nos iban a separar, pero hicimos lo posible para quedarnos juntos. Elías es como mi papá, y yo no lo cambiaría por nada en el mundo.
-¿Al final vas a salir?- dijo mientras escribía en su celular, probablemente le mandaba mensajes a Melissa.
-Así es- volví a ver la hora. -Que raro, normalmente es puntual, debe de hacerse atrasado durante el camino-
-Recuerda estar aquí antes de las 8- me miró serio.
-¡Qué dices!-
-Mi casa, mis reglas-
No me dio tiempo de responder, fui interrumpida por una bocina de carro.
-¡Ya llegó!- agarré mi celular, mis llaves y unas chicles. -¡Nos vemos!- abracé a Elías y salí corriendo. -¡Diviértete con Melissa!. ¡No trates de hacerte el gracioso!-
Al salir, vi a Norman al lado de su carro, estaba en llamada con alguien.
-Está bien, nos vemos, Emma- colgó y guardó su celular. -Lo siento, llegué tarde- soltó una risa nerviosa.
-No te preocupes- le di un beso en la mejilla. -¿Qué necesitaba Emma?-
-No es nada- abrió la puerta del carro. -¿Nos vamos?-
-De acuerdo- reí.
Había conocido a Norman el día en que llegamos aquí, a Estados Unidos. Lo seguí viendo estos últimos 6 años gracias a Emma, Ray y Elías. Y sin duda, conectamos muy bien. Poco a poco nos fuimos acercando más, hasta el punto en que él me invitó a salir, solo nosotros 2. Norman me gusta bastante, me hubiera encantado haberlo conocido antes.
Mientras él iba conduciendo, tarareaba una canción. Lo he escuchado tararear esa canción varias veces, me resultaba muy familiar, como si fuera una canción de cuna cantada por una madre.
Al ratito se detuvo en frente de una cafetería. Salimos del auto y entramos al local. Estaba bastante llevo, pero por suerte había una mesa para dos. La mesera vino a pedirlos la orden: Norman pidió unas tostadas con café negro; mientras que yo pedí una porción de pastel de chocolate con un capuchino.
Estuvimos hablando mientras esperábamos. Norman me contó que lo han llamado por todos lados para hacer cientos de trabajos, pero que aún no sabe cuál escoger. Él es muy inteligente y hábil en muchas cosas, pero dice que es muy agotador estar yendo de un lado para otro. Por mi parte, estoy a nada de terminar mi carrera de biología.
Ya después de que nos entregaran nuestro pedido, seguimos hablando. Al rato pagamos y nos fuimos. Cuando entré al carro, vi una caja en los asientos de atrás. ¿De dónde salió esa caja?, no estaba ahí cuándo veníamos.
-¿Y esa caja?- pregunté curiosa.
-Es un regalo para ti. Pásate al lado de atrás-
Pasé por el medio de los asientos del frente para llegar atrás, mientras que él se bajó para ir conmigo, ya que no podía hacer lo mismo que yo.
Puse el regalo en mi regazo.
-Ábrelo con cuidado- sonrió.
Agarré la tapa con cuidado y abrí la caja. No podía creer lo que estaba viendo.
-¡Un gatito!- lo tomé con cuidado y lo alcé para verlo mejor.
Era un hermoso gatito blanco y negro. Por su tamaño, debe se tener como unos 4 meses.
-¡No debiste!-
Vi que el gatito tenía una nota pegada en el lazo que tenía como collar.
Mi corazón empezó a latir súper rápido y sentí como mi rostro se ponía rojo.
"¿Quieres ser mi novia?", era lo que decía la nota.
Volví a ver a Norman, quien río nervioso y estaba igual de rojo que yo.
-¿Q...que dices?- se lo notaba muy nervioso.
Dejé el gatito dentro de la caja y la puse a un lado.
-¡Si- le dije feliz, y no dudé en besarle.
Él respondió al beso, con una sonrisa de por medio.
-¡Siiiii!- gritó Emma, saliendo de la parte de atrás del carro.
-Emma, siempre tienes que arruinar este tipo de cosas- dijo Ray, saliendo el también de atrás.
-¡¿Qué rayos hacen ahí?!- no esperaba para nada que ellos estuvieran ahí.
-Ellos me ayudaron con lo del gato- dijo Norman.
-La idea era que no supieras, pero Emma no se resistió a quedarse callada- dijo Ray.
-¿Estuvieron todo este tiempo ahí?-
-Norman nos dió las llaves cuando fuiste al baño, entonces aprovechamos para dejar la caja y meternos aquí- respondió Emma. -Pero no importa, ¡ya se habían tardado en hacerlo oficial!-
-Salieron un montón de veces y nada que se hiciera oficial- agregó Ray.
-Bueno, bueno; ya fue suficiente- Norman río nervioso.
-¡Ahora falta que Ray se le declare a Anna!- volví a ver al chico.
-¡Que dices!- girtó. -¡Entre Anna y yo no hay nada!- se le notaba un pequeño rubor en las mejillas.
Nos reímos todos, mientras Ray se hacía el indignado.
Había sido un gran día. Mi corazón estaba feliz y ya no sentí ese extraño sentimiento de que algo me faltaba. «Creo con todo el corazón de que siempre voy a estar destinada a estar con Norman»
¡Por fin! Jaja. Yo les dije que iba a terminar esta historia y aquí esta xd. Gracias por la paciencia y el apoyo que le dan a mi fanfic, se les quiere bastante.
