Luego del almuerzo regresaron a clases, las clases continuaron de forma normal, unos atendiendo, otros simplemente aburridos y en sus propios pensamientos pero para cierta chica hubo algo que no la dejaba concentrarse.
Sekai no podía sacarse de la mente las palabras que Ryan le dirigió durante el almuerzo, el simple hecho de mencionar aquella daba por implícito que podría saber de sus pensamientos ¿acaso fue una amenaza por si intentaba hacer algún movimiento? Ella lo había decidido, que simplemente ayudaría a Makoto, a un amigo a acercarse a la chica que le gusta, ella simplemente tomó posición como cupido para unirlos ya que vio en él como una persona insegura que simplemente seguiría observando desde lejos, eso fue lo que hizo, pero entonces… ¿Por qué le dolía tanto?
Ella misma incluso estaba confundida con sus sentimientos, no le gustaba traicionar a una amiga que hizo recientemente como lo es Kotonoha, de lo poco que llegó a ver de ella es que es realmente frágil, cualquier movimiento inadecuado podía lastimarla y se conoce que también es una inexperta en el trato con los chicos, tanto ella como Makoto siguen manteniendo un ambiente raro que solo ella puede aligerar. Si decidió ayudar a esa chica a dar un paso igual, entonces no debería estar dudando, desde el momento que besó a Makoto en esa parada del tren no sabía que pasaba por su mente, su corazón estaba tan confundido al respecto que no sabía si podría continuar con la misma postura.
En ese momento un pensamiento llegó a su mente ¿Acaso Ryan presenció ese momento a escondidas? De otra forma no hubiera dicho aquello con tal de solo reforzar sus posiciones como ayudantes, de algún modo el extranjero debía saber que ella igual mantiene cierta matriz de sentimientos escondidos hacia el pelinegro pero que decidió enterrarlos para ser simplemente la amiga que los une, no pudo haber sido tan descuidada para dejar salir lo que siente de una forma tan evidente. Lo único que sabía es que necesitaba mantener como de forma normal como ha sido hasta, seguir con sus sentimientos enterrados, por el bien de ambos.
- Saionji-san, la estoy llamando para que pase a la pizarra a responder este problema. – La voz del profesor la despertó, la pelinegra solo pudo hacer una mueca de sorpresa.
- ¡L-Lo siento! – Se disculpó mientras el resto del salón soltó risas, Makoto solo se llevó la mano a la frente.
Al terminar las clases, salieron en ese momento, Makoto quería irse con Kotonoha pero tenía trabajo del consejo estudiantil, así que tuvo que irse solo, aunque claro que Sekai y Ryan le hicieron compañía.
- Una lastima que perdieras tu oportunidad, parece que su trabajo del consejo les dará problemas. – Exclamó la pelinegra con una sonrisa burlona.
- Eso no es verdad, no se puede hacer nada al respecto. – Exclamó él.
- Seguro que al final prefiere regresar con ellas que con nosotros dos. – Mencionó Ryan. – Por cierto ¿Qué tal el almuerzo hoy? – Preguntó, Makoto bajó la cabeza.
- Aún sigue siendo complicado hablar con ella, como que realmente sigue desconfiando un poco de mí, pero deseo superar esa barrera poco a poco.
- Hablas demasiado grande. – Expresó Sekai. – Recuerda que aún tienes mucho por aprender, Katsura-san es realmente frágil así que intenta no pasarte demasiado o la terminarás alejando y no es lo que deseas.
- Es verdad, intentaré hablar más con ellas y entonces en algún momento salir juntos. – La pelinegra sonrió.
- Ese es mi chico, realmente crecen rápido. – Fingió lágrimas, a lo que Makoto solo puso rostro inexpresivo. Ya entonces llegaron a la estación y se despidieron de él, Ryan y Sekai también tomarían rumbos distintos en ese momento. - Makoto sigue siendo un niño, no sería nada sin nuestra supervisión. – Expresó ella. – Gracias por ayudarme con esto Hoshizora-san.
- No es nada, si ambos pueden ser felices, entonces eso es bueno. – Respondió, siguieron caminando aunque en silencio, justo ahí Sekai estaba algo intranquila al recordar las palabras del rubio durante el almuerzo, si había una oportunidad de preguntarle, era ese momento.
- Este… Hoshizora-san. – El chico volteó a verla. - … No quisiera parecer alguien insensible pero… durante el almuerzo, cuando me dijiste que no podríamos traicionar a Katsura-san… te viste un poco dolido ¿pasó algo?
- … Oh, eso. – El rubio sonrió por debajo. – Debí parecer aterrador ¿no? Bueno… la verdad es en el pasado… tuve una amiga de la infancia con la cual pasé mucho tiempo, éramos inseparables, claro, fueron cosas de niños, incluso prometimos casarnos y todo, pasó el tiempo y ambos empezamos una relación, todo iba bien… pero entonces ella me acabó engañando con otro a mis espaldas.
- … Oh… - Sekai no pudo decir nada más, no esperaba que Ryan acabara pasando todo eso.
- Estuve deprimido durante mucho tiempo, incluso pensé en quitarme la vida. – Confesó para asombro de la pelinegra, aunque no podía decir que en realidad se suicidó y había renacido. – Pero me dije a mí mismo que tenía que seguir viviendo, no dejaré que un suceso así evite que pueda seguir avanzando, por eso esa idea de juntar a ambos me pareció atractiva, si pueden ser felices, es suficiente para mí.
- Entonces ¿es como un modo de sentirte bien contigo mismo? – Preguntó ella, el rubio asintió.
- Parece egoísta ¿no? Estoy forzando a otros a conseguir lo que no pude, pero ellos dos, seguro tendrán un buen futuro si las cosas salen bien, por eso deseo que no haya problema alguno, como que uno de los dos acabe engañando al otro, eso me dejaría muy mal.
- … Descuida, no pasará. – Respondió ella. – Tanto tu y yo estaremos ahí para vigilarlos y que su relación vaya excelentemente, así que podremos estar tranquilos.
- … Es verdad, has sido muy activa con ese plan, así que seguiré contando contigo entonces.
- Claro, no hay problema. – Levantó el pulgar, ya entonces llegaron al punto de separarse. – Me voy por aquí, nos vemos mañana Hoshizora-san.
- Claro, igualmente Saionji. – En ese momento tomaron caminos separados, Sekai se fue por su lado, pero ahora con el nuevo trozo de información que conoció, su mente estaba hecho un revoltijo más que antes, estaba en un debate interno entre seguir su corazón o dejar que todo esté como siempre, se sujetó el pecho.
- (Esto realmente es una mierda… ¿Qué debo hacer?)
El despertador sonó, Ryan se levantó temprano nuevamente para su rutina diaria de ejercicio antes de ir a la escuela, nuevamente se puso su chamarra y pantalones ajustados, así como sus zapatillas de correr y fue por el mismo rumbo hacia el parque, o al menos ese fue su plan inicial, en esa ocasión decidió ir por otro rumbo, aún podría encontrar cosas nuevas por ahí y conocer más de la ciudad, ya que en algún momento podría salir con los demás, no estaría de más conocer establecimientos nuevos.
Esta vez fue por la ruta del centro comercial para ver los establecimientos que se encontraban por ahí, encontrando tantas tiendas que estaban por la zona y que podría ir por alguna vez, entonces vio una en específico.
- (Radish, si no mal recuerdo es el restaurante que maneja la madre de Saionji, algún día podría ir ahí pero igual tener cuidado con ella, ya sé cómo es…) – Pensó, entonces igual pasó por la tienda de dulces manejada por la familia de Hikari, vio demasiados establecimientos en su ruta, entonces vio un gimnasio, al revisar el letrero, observó que ofrecían clases de boxeo, se detuvo en ese momento. – Esto es lo que busco.
Decidió entrar al gimnasio en aquel momento para ver, al hacerlo, estaba realmente vacío, no había nadie y le parecía raro, muchos deciden ejercitarse desde tempranas horas.
- Parece que no hay nadie.
- Ey chico. – Escuchó una voz a sus espaldas, volteó a ver, encontrando a un hombre de mayor estatura que él y musculatura. - ¿Qué haces aquí?
- Bueno… vi el cartel sobre clases de boxeo y decidí entrar.
- Ya veo… - En ese momento fue a buscar algo, dejando a Ryan confundido, a los pocos segundos volvió y le lanzó un par de guantes. – Póntelos, vamos a probar frente al saco.
- … Bien… - Fue tan de repente que no supo cómo reaccionar, ya que le esperaba, se puso ambos guantes rápido y fue frente a un saco de boxeo que colgaba del techo, ahí el hombre se cruzó de brazos.
- Empieza a golpear, quiero ver como lo haces. – ordenó, el rubio asintió y se puso en posición, sintiendo la intensa mirada de este sobre él comenzó a golpear el costal, no sabía si lo estaba haciendo bien o no ya que este solo se dedicaba a observarlo, lanzó golpes de distintas formas al saco durante un par de minutos, ya estaba sudando y agotado por lo que se detuvo en ese momento.
- … ¿Qué tal lo hice?
- … Antes que nada, esa no es la posición correcta. – Empezó a señalar, se puso frente al saco. – Así es como debes de colocarte, y además tus golpes solo se empeñan en usar tu fuerza, no es todo lo que necesita al momento de golpear, tienes que levantar bien tus brazos y usar la motricidad de tus articulaciones, así. – En ese momento levantó su brazo y golpeó el saco, el sonido del impacto resonó por todo el sitio, sorprendiendo a Ryan. – Claramente tu actuación de antes fue de un aficionado, no sabes nada.
- … Eso lo sé, porque esa razón dese aprender. – Respondió con seriedad, el hombre asintió.
- ¿Qué atrae a un joven a aprender boxeo? De antemano no tienes mal físico, con un poco de trabajo puedes tener un cuerpo idóneo, pero no es todo lo que se necesita, deseo saber tus motivaciones. – En ese momento el rubio, bajó la mirada.
- … He estado teniendo muchos bajones a lo largo de mi vida, he recibido golpes duros que me han hecho caer y realmente no quería levantarme más, pensé en rendirme, pero entonces se me dio una nueva oportunidad, deseo cambiar y dejar atrás lo que una vez fui, tener un nuevo inicio, por esa razón deseo aprender, para no volver a caerme ante esas situaciones y devolver los golpes, mostrar que puedo seguir adelante. – Terminó de responder, el hombre no dijo nada, simplemente cerró los ojos, al abrirlos, Ryan sintió la intensidad de su mirada.
- Eres demasiado joven para hablar de esas cosas… pero no siento nada de duda en tus palabras, realmente estás dispuesto a cambiar y si el camino del boxeo puede ayudarte a conseguirlo… estaré encantado de transmitirte todo mi conocimiento. – Extendió su mano. – Me llamo Hitoyoshi Gudao, soy el entrenador en jefe del gimnasio Maeda.
- Hoshizora Ryan. – Aceptó el apretón.
- Así que eres extranjero…
- Lo soy pero tengo sangre japonesa, llegué hace un par de meses a Japón para estudiar aquí.
- Con razón el color de cabello y tu estatura… bien Hoshizora, la paga por las clases no será nada barato y además trabajarás arduamente.
- Tengo el dinero y las ganas, me he levantado todos los días a las cinco para trotar dos horas antes de ir a la escuela. – Gudao soltó una risa.
- Tan joven pero trabajador, eso me agrada, muy bien, entonces todas las mañanas ven al gimnasio, usaremos ese tiempo para condicionarte y enseñarte las bases, serás un buen boxeador bajo mi tutela.
- Muchas gracias Hitoyoshi-sensei. – Respondió con una reverencia, Gudao asintió satisfecho.
- No hay duda de que serás un buen alumno, estaré deseoso de trabajar contigo.
- Igualmente. – Ryan logró conseguir su segundo objetivo de entrar a clases de boxeo, veía en Gudao un buen maestro, con él podría aprender todo conforme pase el tiempo, con tal de prepararse para lo que venga a futuro.
Al llegar a Sakakino, Ryan estaba fresco a pesar del trote y ejercicio que hizo en el gimnasio, su cuerpo se estaba acostumbrando cada vez más al trabajo que se impulsaba, estiró sus brazos para ver el músculo.
- (Está quedando bastante bien.)
- Hoshizora-kun. – Escuchó a Kotonoha detrás de él, volteó a verla. – Buen día.
- Igualmente Katsura.
- Hoy no te vi en la ruta normal donde sales a correr. – Comentó.
- Decidí cambiar de aires e ir por el centro comercial, ahí encontré un gimnasio al cual me inscribí para tomar clases de boxeo.
- Oh. – Eso la sorprendió genuinamente. – Parece algo peligroso, después de todo son gente golpeándose.
- No hay problema, lo hago por gusto y además eso me ayuda a ejercitar sectores de mi cuerpo que nunca antes he usado, lo podré manejar.
- Ya veo… si eso te hace feliz. – Ella sonrió por debajo. – Espero a nuestro almuerzo y así poder hablar un poco más con Itou-kun.
- Que su relación vaya bien, recuerda que tienes todo mi apoyo.
- Claro. – Ella respondió y ambos fueron a sus respectivos salones, claro, sin saber que cierto grupo de chicas vieron su conversación, Otome y su sequito de amigas lo observaron todo y obviamente la líder no estaba alegre con ello.
Ryan siguió por el camino a su salón cuando entonces notó algo, un grupo de chicas que lo rodearon, obviamente las reconoció y más a la castaña que las mandaba.
- Bueno ¿Qué quieres de mi parte? – Preguntó el rubio fingiendo ignorancia, no quería demostrar parte de su conocimiento.
- Eres ese estudiante de intercambio de América, pensé que quizás podría presentarme. – Respondió ella. – Soy Katou Otome.
- Un gusto, esto podría ser una bienvenida cálida pero no lo siento de esa forma.
- Es que tenemos un asunto que tratar. – Habló ella. – Parece que tienes cierta relación con nuestra compañera Katsura ¿no es así?
- Y si lo afirmo ¿Qué tiene de malo? – El rubio se hundió de hombros.
- Es solo para asegurarme, la verdad esto no es algo que me incumba pero ella realmente una reputación escondida, como el hecho de seducir a hombres usando ese cuerpo que ella tiene. – Respondió, las chicas a su alrededor soltaron risas de burla, Ryan solo frunció el ceño.
- ¿En serio? Eso no lo sabía, aunque admito que es bonita, no me da la apariencia de que sea algún tipo de promiscua.
- Deberías saberlo, ella seguro solo finge timidez frente a ti para tenerte en sus garras como la zorra que es. – Otome se sentía segura en ese momento, pobre de ella porque Ryan no se creía para nada en sus mentiras. – Por eso te lo estoy advirtiendo, es mejor si te alejas de ella antes de que te atrape como una viuda negra.
- … Ya veo… no sabía que necesitaba tu permiso para ser amigo de alguien. – Expresó con ironía, eso hizo que Otome se mostrara molesta.
- ¿Qué le dices a Otome-san? – Una de sus amigas quiso intervenir pero la castaña puso su mano al frente.
- Calma… supongo que ya eres alguien sin salvación. – Ella se dio la vuelta. – Pensé que podrías haberme sido de utilidad para alejar a esa zorra de Makoto, pero supongo que me equivoqué, vámonos. – Así ordenó esta a lo que su grupo empezó a alejarse. – Solo déjame decirte algo… yo no pienso rendirme al final, sea esa zorra tetona o alguien más, yo soy quien más ama a Makoto y al final me quedaré con él. – Esa fue una obvia declaración de guerra, una a la cual Ryan tomaría muy en cuenta porque sabía bien de lo que era capaz Otome y su sequito de amigas, todo con tal de hacerle la vida imposible a Kotonoha, él tomaría cartas en el asunto para evitar que algo así suceda.
Las clases comenzaron y con todos en sus asientos, prestaron atención, ese no fue el caso de Itou Makoto, a pesar de los esfuerzos por querer acercarse cada vez más a Kotonoha, aún sentía una barrera entre ambos que los separaba de buscar ser una pareja concreta y eso lo molestaba un poco, si bien los almuerzos que ha tenido con ella han sido afables y amenos, era solo una unión superficial la que contaban, no ha habido nada de acercamiento intimo entre ambos y eso lo estaba entristeciendo, porque Kotonoha es una buena chica, tiene lo que él buscaba en una posible pareja, era amable atenta, tiene un gran cuerpo, más que nada su mirada se posaba de vez en cuando en el generoso busto que ella posee, aun si le costaba su esfuerzo, avanzaría con ella todo lo que fuera posible.
En ese momento le tocaron en su hombro, vio que Sekai nuevamente le hablaba por medio de la libreta.
"Makoto, ya van dos días que empezaste a almorzar con Kotonoha y sigues sin invitarla a una cita, no eres tan hombre como pensaba"
"No es mi culpa, ella necesita entrar en confianza, si apresuro las cosas, podría asustarla"
"Ella podría aburrirse antes de que eso suceda, deberías actuar como tal e ir al ataque, seguro si se lo pides, no se resistirá ;P"
"De eso no estoy muy seguro, aprecio la ayuda que me has dado, pero creo que te estás involucrando de más"
"Esto lo hago porque eres un idiota que no podría hacerlo solo, de no ser por mí seguirías siendo ese chico que la observaría en el metro, así que ponte los pantalones al menos e invítala, seguro eso la hará feliz"
"¿Realmente será posible? Aun sigo sin conocerla demasiada y ya invitarla a una cita sería excesivo"
"Esa es la razón de ser de las citas, si ambos salen juntos, quizás se conozcan mejor, ahí podría florecer el amor entre ambos, te lo digo como tu amiga que soy, una chica como ella no llegará dos veces a tu vida, agarra valentía y ataca, eres un león, un macho cabrío, muestra tu hombría"
Makoto seguía sin estar seguro, apreciaba la ayuda de Sekai, ella ha jugado un gran papel en su acercamiento a Kotonoha y sin ella no tendría esa oportunidad, aunque era algo molesta en ciertos momentos, sentía que sus palabras tenían algo de razón, continuar de esa forma llevaría a que ambos se aburran, si él lograba hacer su movimiento, eso podría levantar la barrera que protege a Kotonoha y entonces conseguir que se abra más, los días actuales han sido bonitos pero ahora necesitaba ser quien pasara a la acción.
Llegó el almuerzo, nuevamente fueron al tejado para almorzar, como siempre Kotonoha llevó comida para Makoto y este le agradeció, Ryan y Sekai veían a un lado como ya fue costumbre, el ambiente fue ameno pero ahora todo cambiaría y eso se definiría con las siguientes palabras del pelinegro.
- Esto… Katsura-san.
- ¿Sí? – Kotonoha levantó la mirada, se pudo notar el nerviosismo en Makoto pero era ahora o nunca y ya no podría retroceder.
- No sé si estés ocupada el fin de semana.
- No lo estoy realmente, normalmente lo paso en mi casa, por si acaso mi hermana menor quiere jugar.
- Eso es perfecto, quisiera ver si podemos salir juntos a algún lado, quizás al cine. – Ante esa propuesta, Kotonoha sonrió levemente aunque luego se avergonzó.
- B-Bueno… me gustaría… - Escondió su rostro, por detrás, Sekai levantó el pulgar en señal de aprobación. – Entonces ¿el fin de semana?
- Claro. – Con eso la conversación terminó, Sekai se veía como toda una madre orgullosa por el logro de su hijo.
- Ahora eso deberá acercarlos mucho más. – Expresó por debajo. - ¿Qué tal Hoshizora-san? Yo le di la propuesta a Makoto.
- Ciertamente será lo mejor, así ambos podrán acercarse y sus sentimientos crecerán.
- Jeje, esta Onee-chan tiene que cuidar de los niños pequeños después de todo. – Infló su pecho de copa C del orgullo.
- Aunque es solo el inicio para ambos y tampoco es que se vuelvan novios después de una cita, pero si logran salir cada vez más, el amor entre ambos florecerá.
- Eso es cierto, así que tengo confianza en que pueda salir bien… aunque igual tengo mis dudas al respecto… - En eso un foco se encendió sobre la cabeza de la pelinegra. – En realidad… tengo una idea.
- (Algo me dice que dirá que los espiemos.) – Pensó Ryan, y justamente… eso ocurrió.
- Vamos a espiarlos de lejos en su cita, claro que no vamos a involucrarnos, solo vamos a observarlos.
- ¿Estás segura? – Susurró este a ella. – No está bien involucrarse. – Pero Sekai sonrió de lado.
- No vamos a intervenir, solo observaremos de lejos para que salga bien, acompáñame Hoshizora-san, por favor~ - Hizo ojitos, ya que ella iba muy en serio y capaz le moleste para acompañarle, no es que tuviera otra opción.
- Muy bien. – Eso la puso feliz.
- Jeje, quizás lo puedas ver como una cita conmigo, a poco eso no te atrae, soy una chica linda~ - Soltó un guiño pero Ryan no se vio afectado.
- Sí, claro, si viera a una verdadera chica linda. – Respondió con monotonía, molestando a Sekai.
- Eres un idiota… como sea, mantén tu agenda libre este fin de semana porque seguiremos a estos tortolos en su gran primera cita. – El plan fue hecho y ambos acecharían de cerca la cita entre ambos, al menos Ryan esperaba que pudiera pasar sin problema alguno igual que en la historia que conoce pero poco sabe que ahora su presencia cambiaría las cosas.
Llegó sábado, Ryan fue al gimnasio a sus clases diarias de boxeo y al salir, tuvo que arreglarse por el sudor, así cambiado fue al sitio donde se reuniría con Sekai para observar la cita de Makoto y Kotonoha.
- Ahí estás. – Vio a la pelinegra que llevaba un vestido azul de una sola pieza. – Dime ¿Qué tal me veo? Quizás sea demasiado para acechar a una cita pero quería verme linda.
- Sí claro, ahora podemos pasar a cosas más importantes. – Respondió Ryan, ganando un puchero de Sekai.
- Llevo un tiempo observando y Kotonoha llegó una hora antes. – Se asomó a ver, justamente ahí estaba ella, llevaba una blusa amarilla sin mangas con una falda blanca y un bolso a un costado, se había arreglado bastante para esa cita. – Debo decirlo, pero sus pechos resaltan bastante en esa blusa, me da envidia la verdad.
- Eso habla de lo mucho que esperaba esa cita. – Expresó el rubio, al poco tiempo llegó Makoto, justo se acercó hacia ella.
- Lo siento… ¿esperaste bastante? – Preguntó él, Kotonoha negó con la cabeza.
- Acabo de llegar. – Mintió para no preocuparlo. – Ya me encuentro lista, vamos.
- Claro. – Los dos comenzaron a caminar, la clara señal para que los otros dos los sigan.
- Muy bien Hoshizora-san, es nuestra hora, tras ellos. – Sekai fue la primera en seguirlos, Ryan solo pudo hundirse de hombros e ir tras ella, no se involucraría de forma directa pero si esperaba que pudiera salir bien. Mientras tanto por delante Kotonoha y Makoto seguían a una distancia uno al lado del otro, no hubo platica realmente, más que nada por la pelinegra que seguía estando nerviosa, Makoto necesitaba romper el hielo así que buscó una forma de hacerlo y rápido.
- Esto… te ves bien, esa ropa es linda. – Comentó, ajustándose el cuello de la playera.
- … Gracias… no supe muy bien que escoger para ponerme entre toda la ropa que tengo, así que agarré lo que mejor tenía, quizás sea un poco revelador ¿no? – Señaló a su blusa, Makoto no pudo evitar mirar el busto de ella y tragar saliva.
- P-Para nada, te queda bien, además es primavera, no es bueno ir tan cubierta por el calor.
- Es cierto… supongo que tomé una buena decisión. – Respondió ella. Ya luego de haberla salvado por poco, Makoto llevó a la pelinegra hasta el cine donde verían una película juntos.
- ¿Qué quisieras ver? – Preguntó este, ella revisó la cartelera para escoger la película de su gusto, como era una cita, pensó en ir algo más con el ambiente, entonces señaló el poster.
- Quiero ver esta. – Una película de romance, el pelinegro asintió y fue a comprar las entradas, por detrás seguían viendo Sekai y Ryan.
- Mira a Kotonoha, declarando sus obvias intenciones, si eso no genera un ambiente romántico, no sé que más lo hará. – Expresó Sekai.
- Ciertamente es la mejor opción para que ambos se acerquen, supongo que lo habrá investigado de antemano.
- No podemos quedarnos atrás, ve a comprar entradas para los dos, vamos a seguirlos hasta el final. – EN eso Ryan enarcó una ceja.
- ¿Vas en serio? Que te dice que traje dinero para ese caso.
- Obvio, eres un hombre y yo una chica, así que no creo que me dejes aquí sola. – Reclamó Sekai, el rubio solo desvió la mirada y sacó su billetera.
- Tienes suerte que siempre cargo mi tarjeta de crédito.
- Genial~ - Celebró la pelinegra. – Y no olvides para las palomitas. – Ryan solo gruñó por debajo, tenía que aguantar las exigencias de Sekai por el bien de su misión. Luego de haberlo comprado todo, Makoto y Kotonoha entraron a la sala y se sentaron, en las filas de atrás igual estaban Ryan y Sekai y entonces empezó la película, una historia romántica extranjera que veían, los dos estaban atentos a ella pero no se notó realmente un ambiente entre ambos, en cierto momento Makoto buscó sujetar la mano de Kotonoha, al menos eso haría parecer que serían pareja y entonces lo intentó, pero ella apartó su mano, más que nada por la vergüenza, no se sentía lista aún.
Al acabar la película, ya entonces salieron, dispuestos a ir a otro sitio.
- Fue hermosa la película. – Expresó Kotonoha. – Me gustan las historias extranjeras de romance.
- Entiendo, me alegra que te gustara. – Respondió Makoto, algo decepcionado porque su intento de acercamiento no funcionó. – No es realmente el tipo de historias que me llamen la atención, pero que te diviertas es lo que cuenta.
- Realmente aprecio que la vieras conmigo. – Kotonoha bajó la mirada en vergüenza, debido a sus mejillas que se pusieron rojas. – Ahora tengo algo de hambre.
- Hay un restaurante que dicen, es bueno en el distrito comercial, vamos. – La pelinegra aceptó la sugerencia y se fueron, justo después salieron Sekai y Ryan.
- Eso fue hermoso. – Ella tomó un pañuelo para sonarse la nariz. – No pensé que una historia romántica me haría llorar.
- Creo que solo exageras. – Ryan se cruzó de brazos. – Si por mi fuera, hubiéramos visto algo de acción.
- Realmente tienes poco tacto. – Comentó Sekai con rostro inexpresivo. – Como sea, Makoto y Kotonoha debieron haberse ido, mejor nos apresuramos a seguirlos rápidamente antes de perderlos.
- Bien… realmente estoy agotado de lidiar con esta chica… - Expresó Ryan por debajo. Ya entonces siguieron el rastro de la pareja principal. Estos llegaron hasta el distrito comercial, se encontraba gente caminando por estos, fue ahí que llegaron al sitio.
- Aquí es. – Señaló el restaurante. – Vi unas reseñas en internet y parece que tiene buenas opiniones.
- Radish… creo haber escuchado de este. – Comentó Kotonoha.
- Eso lo hace más fácil, entremos. – Y los dos entraron, al poco tiempo llegaron Sekai y Ryan y al ver el sitio, la chica expresó un rostro de complicación.
- De todos los lugares… tenía que ser este…
- ¿Sabes que pasa? – Preguntó Ryan, obviamente fingiendo ignorancia, Sekai bajó el rostro.
- Radish es el restaurante del cual mi madre es la dueña, yo ayudo ahí de vez en cuando pero… la verdad es que ella… mi madre es una persona complicada de tratar, por esa razón quisiera evitar que haga contacto con Makoto dentro de lo posible.
- Supongo que debemos entrar.
- Yo me haré cargo. – Sekai se adelantó, de cualquier modo Ryan sabía de las tendencias de la madre de Sekai, Saionji Youko, una joven mujer, dueña del restaurante Radish, una mujer amorosa pero con un gusto particular hacia los jóvenes, recuerda de lo poco que tiene conocimiento de Summer Days, ella agarró gusto hacia Makoto y además fue muy directa en sus cortejos, esa mujer implicaba obvio peligro para la relación de este y Kotonoha, al menos si Sekai no pensaba cambiar de rumbos, ella podría encargarse de ese lado y eso significaba que él no tendría que intervenir… hasta que vio algo más.
- … (Tsk, justo lo que no quería ver.) – Otome y su grupo estaba entrando al restaurante, si ella veía a los dos juntos, era un obvio llamado a los problemas, y sin Sekai cerca, no tenía de otra, él debía encargarse de ese asunto.
Dentro del restaurante, se encontraban unos cuantos clientes, los dos se sentaron en una mesa donde una mesera llegó a pedir las ordenes de ambos, una vez lo hicieron, se quedaron ahí.
- Ya ambos probaremos que es lo que tiene para otorgar este sitio. – Expresó Makoto, Kotonoha sonrió por debajo.
- Gracias por lo del día de hoy Itou-kun, sé que fue repentino, pero me divertí.
- N-No es nada, que así sea es lo más importante. – Respondió este, en aquel momento la pelinegra realmente se veía linda.
- Yo… no sé si te moleste pero ¿puedo llamarte por tu nombre? – Eso lo sorprendió pero no iba a negarlo.
- Para nada, puedes hacerlo.
- Gracias… entonces Makoto-kun… - Se sonrojó levemente. – Disfruté esta cita, quisiera que pudiéramos repetirla… alguna otra ocasión si no es molestia.
- Igual quiero eso… Kotonoha. – También la llamó por su nombre, fue vergonzoso para ella pero la hizo feliz.
- Claro, quiero pasar más momentos divertidos. – El ambiente entre ambos ya era más relajado y ella bajó la guardia, justo lo que buscaba Makoto desde un inicio, por dentro celebró porque una parte de su objetivo se cumplió, buscaría hacerse más cercano a ella para finalmente tener una relación juntos.
- Permíteme, tengo que ir al baño. – El pelinegro se levantó en ese momento para irse, Kotonoha asintió, así cuando él se fue, ella se quedó ahí sola. No esperaba tener una cita tan divertida con el chico del cual tenía curiosidad, al conocer un poco más a Makoto, pudo ver aspectos buenos de él, pensó que sería como cualquier otro chico que solo se fijaría en su cuerpo, ella carga con ese estigma en su espalda, nunca quiso salir tan desarrollada y supo que miradas se posaban sobre ella, miradas que llevaban obvia lujuria encima, aquello causó que tuviera un sentimiento de inferioridad sobre su persona, se volvió bastante reservada al respecto y acabó mermando en su confianza… al menos con Makoto eso resultó ser distinto, él no desea poseer su cuerpo sino que busca conocerla a fondo, saber el tipo de persona que es Katsura Kotonoha y llevar una relación normal, eso causó que ella decidiera tomar ese paso, en sus pensamientos, Makoto era el hombre ideal que podría darle una confianza nueva.
- (Makoto-kun… puede que seas la persona que he buscado durante tanto tiempo.)
- Pero miren a quien tenemos aquí. – Esa voz la sacó de sus pensamientos y más aún, la dejó tensa, levantó la mirada encontrándose con rostros conocidos. – Katsura, no pensé que fueras de las que viniera a estos sitios.
- … Katou-san… - Otome y su grupo de amigas estaba en la mesa frente a la pelinegra la cual se quedó muda al hecho de verlas.
- Y bien ¿Qué tienes que decir? – Reclamó Otome con los brazos cruzados. – No me digas que viniste a que los hombres se fijen en tu vulgar cuerpo.
- Jeje, bien vulgar. – Las chicas atrás se burlaron, Kotonoha se cubrió el rostro, quería que la tierra se la tragase, o que al menos Makoto llegara a rescatarla de esa situación.
- Y bien ¿no me responderás? No creo que seas de esas que tengan una cita. – Quería molestarla, Kotonoha se sentía muy pequeña ante la presencia de la castaña pero ahora ella contaba con Makoto, el pensar en él le daba cierto aire de confianza renovada, en ese momento ella no buscó ser la cobarde de siempre, se levantó.
- S-Sí. – Respondió con las fuerzas que pudo reunir. – E-Estoy en una cita… con Makoto-kun…
- … ¿Qué dijiste? – Una obvia expresión de desprecio se formó en el rostro de Otome. - ¿En serio te atreves a decir que estás en una cita con Makoto?
- Así es. – Respondió Kotonoha de regreso. – Los dos fuimos al cine y nos divertimos, fue la mejor cita que he tenido y no la cambiaría por nada del mundo.
- Tú… maldita zorra. – Otome apretó su puño, el hecho de que Kotonoha admitiera salir con Makoto le llenaba de una profunda ira. – No dejaré que seduzcas a Makoto.
En ese momento ella tomó el vaso con agua que estaba sobre la mesa, con obvias intenciones de arrojarla a Kotonoha, pero antes de que lo hiciera, la empujaron por atrás.
- Ups, lo siento. – Fue Ryan el culpable de eso, debido al suceso, el contenido liquido del vaso acabó cayendo sobre la ropa de la castaña.
- ¡Eeeh!
- ¡Otome! – Sus amigas se preocuparon, algunos clientes alrededor observaron con curiosidad el suceso.
- Tú… - Otome miró al americano con enojo, este sonrió para sus adentros.
- Lo siento, realmente no te vi, solo quería pasar a sentarme.
- Hoshizora-kun… - Kotonoha no se esperaba que Ryan se apareciera en ese momento y justo le salvara del ataque de Otome, el rubio volteó a verla de reojo y le guiñó, eso la sorprendió.
- ¿Sabes lo que has hecho? Eso no quedará impune. – Amenazó la castaña, en ese momento Ryan la miró con seriedad, una tan fría que dejó paralizada a Otome.
- ¿Me dices que no me dejarás tranquilo? Eso debería decírtelo a ti… has molestado a Katsura durante tanto tiempo al punto que le quitaste su confianza… ahora ella se encuentra en lo que podría ser el momento más feliz de su vida y ustedes buscan arruinárselo… ya le hicieron mucho daño como para que ahora vengas a reclamarme solo porque no te gusta la situación… deja de ser una mocosa malcriada y no te desquites con otros por lo que no te atreviste a hacer… ahora largo.
- … Tsk, vámonos de aquí. – Otome ordenó a sus amigas irse de ahí antes de seguir llamando la atención pero más por otra razón… porque Ryan le daba miedo en ese momento. Una vez estas se alejaron, el rubio soltó un suspiro.
- Lamento que vieras eso Katsura. – El rubio volvió a su personalidad de siempre. – Debiste pasar un mal rato.
- N-No es nada… esto, yo… - El rubio la calló.
- No digas nada, sigue disfrutando de tu cita, yo me voy. – Sin decir nada más, Ryan se fue, dejando a Kotonoha pensativa, nunca llegó a creer que llegaría a salvarla en ese momento, muy dentro de ella pensó en como Ryan se vio como un héroe.
- (Hoshizora-kun…)
- Ya estoy de regreso. – Makoto volvió en aquel momento. - ¿Pasó algo? Te ves pensativa. – Ella negó con la cabeza.
- No es nada… estoy bien. – Sonrió, pero en realidad seguía con eso en mente, el momento en el que Ryan llegó a protegerla, de algún modo eso la afectó. – (Él… mi corazón dio un salto en ese momento…)
- Sekai, no sé por qué sigues reteniéndome aquí atrás, como la gerente debo de ver que todo salga bien.
- Ya dije que no es necesario mamá, solo sigue trabajando aquí como siempre. – Sekai hacía un gran trabajo sujetando a su madre la cual era una versión más adulta de su propia imagen y semejanza, con un cabello más largo y su cuerpo más desarrollado, sobre todo en la parte del pecho que era más prominente en comparación a su hija.
- No sé qué mosca te habrá picado pero tengo trabajo qué hacer, ahora si no te seguirás metiendo en mi camino, tengo que volver al trabajo. – La madre estaba por salir y eso trajo una gran alerta para Sekai por si llegaba a ver a Makoto, todo parecía ser el final cuando la cortina se abrió.
- Eso sí que fue algo inesperado. – Un Ryan chocó en aquel momento con la señora Saionji la cual cayó al suelo.
- Eso dolió… - Al abrir los ojos, se fijó en el rubio y no cabe decir que algo se encendió dentro de ella, una chispa la cual se avivó al ver al joven. – Que lindo…
- Mamá ¿estás bien? – Sekai ayudó a levantarla, aunque fue cuestión de segundos para que ella fuera con Ryan.
- Hola joven, soy la gerente del restaurante Radish, me llamo Saionji Youko, parece que eres amigo de Sekai ¿no?
- Algo así… - Ryan buscó mantener distancia considerable con la madre joven pero esta no buscaba ceder, por detrás Sekai solo podía hacerse un facepalm.
- Entonces… joven…
- Hoshizora Ryan. – Se presentó.
- Hoshizora-san… dime ¿estás interesado en mi hija? Ella es una lindura y está soltera, no dudo que podrían ser una linda pareja.
- ¡Mamá! – Sekai reclamó a su madre con vergüenza, no podía creer que le estaba ofreciendo su mano a un chico, pero en contraparte a ello, Ryan mantuvo un rostro neutro.
- Lo siento señora, pero no me interesa su hija, francamente no es mi tipo, busque a otro. – Respondió con voz inexpresiva, causando que una vena saliera de la frente de Sekai.
- Eso lastimó mi orgullo ¿sabías?
- Que lastima… la verdad es que pareces ser un chico agradable y guapo, extranjero ¿no? Nunca he probado uno antes… - Expresó por debajo. – Por cualquier caso, espero te sigas llevando bien con mi pequeña ¿entendido?
- Claro. – Luego de que finalmente salieron de ahí, Sekai soltó un suspiro.
- Mi madre no tiene remedio… lamento la mala impresión que pudo dar. – Se disculpó con Ryan pero negó con la cabeza.
- No es nada importante, al menos conseguimos que la cita terminara bien.
- ¿Pasó algo mientras entretuve a mi madre? – Preguntó Sekai, ahí le contó sobre el encontronazo que se dio con Otome y su grupo de amigos. – No lo sabía… eso debió ser horrible para Kotonoha.
- Pero la salvé a tiempo, no creo que después de mi pequeña charla con ella se atreva a acercarse, al menos en mi presencia. – Ryan soltó una risa malvada, lo cual dio escalofríos a Sekai.
- Das miedo… pero lo bueno es que la cita fue un éxito, ahora Makoto y Kotonoha deben estar más unidos que antes.
- Es cierto, es el mejor para ellos… - En ese momento la pelinegra bajó la mirada, sabía que se estaba mintiendo a sí misma.
- ¿Pasa algo? – Al escuchar la voz de Ryan, despabiló nuevamente.
- ¡N-No es nada! Nuestra misión ha terminado, buen trabajo camarada Hoshizora.
- Ya veremos que tanto habrá cambiado para el lunes que volvamos a clases, ya mejor me voy, entonces Saionji, nos vemos el lunes.
- Claro, nos vemos. – Ryan se despidió de ella, ya al quedarse sola, la sonrisa se borró de su rostro. – (No debo estar triste… esto es por lo que estás ayudando a Makoto para que sea feliz… es tu prioridad.)
Cayó la noche, Makoto y Kotonoha se despidieron y ella volvió a su hogar, ahí entró a su casa, justo en la sala estaba una pequeña de cabello castaño claro.
- Onee-chan, volviste. – Corrió hacia Kotonoha.
- Kokoro ¿te portaste bien? – Preguntó, ella asintió.
- ¿Cómo estuvo tu cita? – Ante esa pregunta, la Katsura mayor se sonrojó, haciendo seña de que hiciera silencio.
- No lo digas alto Kokoro… recuerda que salí sin que madre lo supiera.
- Es cierto. – Hizo ademán de sellar sus labios como si de un cierre se tratara. – Entonces… ¿te divertiste?
- Sí… - Kotonoha sonrió de forma suave. – Me divertí bastante…
- Me alegra, la cena pronto estará lista.
- Claro. – Kokoro volvió al sofá, Kotonoha subiría a su habitación para cambiarse, la cita que tuvo con Makoto fue más divertida de lo que pensó, él fue amable y atento con ella y no hubo momentos raros, pero había otro factor… ese momento en el que Ryan salió para defenderla de Otome y sus amigas es algo que no ha olvidado, no quería admitirlo pero en ese momento Ryan se vio como alguien… caballeroso para ella, un héroe que vino a rescatarla y justo causó que su corazón diera un salto. – (¿Por qué al pensar en Hoshizora-kun me late el corazón? Yo… no puedo pensar en eso, ahora tengo a Makoto-kun… pero…)
Ella dudaba de sus sentimientos en ese momento, Makoto por un lado y Ryan por el otro, para Katsura Kotonoha, iba a enfrentar una de las mayores dudas que en su vida haya surgido y eso traería consecuencias a futuro, tanto ella como Sekai serían puestas a prueba respecto a sus sentimientos y eso definiría el curso de acción en días futuros, todo no hacía más que empezar.
CrossSans: Gracias por interesarte en mi historia, siento que por estos lados pasa desapercibido pero ojalá siga cumpliendo las expectativas.
Ya traigo el segundo cap y la verdad si le di bastantes detalles, busco continuar con la construcción de personalidades de los personajes, sus motivaciones y lo que se vendrá a futuro respecto a esto, ya igual aparecieron más personajes, incluso futuros como lo es Youko, sí pienso agregar parte de Summer/Shiny pero falta para eso, igual creo que hice una buena interacción Ryan-Sekai, ya verán que por ese rumbo irá su amistad y Kotonoha tiene dudas actualmente, apenas estamos iniciando pero si busco soltar cosas, por ahora es todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
