Hola mis queridos lectores.

Perdonarán la demora con la actualización, pero como les comenté en mi página de Facebook ("Kayla – Fanfics de Inuyasha", por si aún no me siguen jaja), los días estuvieron llenos de carga laboral. Por eso decidí sorprenderlos con este capítulo.

Agradezco cada uno de sus reviews.

Karii Taisho: Kikyo cargó sola con ese secreto doloroso por mucho tiempo, y a pesar de todo el sufrimiento, seguía amando a Naraku; no la culpo, a veces el corazón no le hace caso a la razón, pero por suerte, se está dando cuenta de todo lo que es capaz de hacer ese ser tan despiadado, y como dices, ojalá logre salir sana y salva de toda esta guerra sin sentido. Koga es otra persona que cometió muchísimos errores, y aunque los está pagando muy caro, sigue sin entender que no es el camino correcto para proteger a su pequeña hija, e incluso, decepciona que aun amándola como dice hacerlo, la maltrate de esa forma (desgraciadamente, esa es la cruda realidad de muchos niños en el mundo, y eso algo que tu y yo, en nuestro trabajo, podemos constatarlo). Kagome no confía del todo en Bankotsu, y es que él no hizo las cosas bien, pero no te preocupes, que Bankotsu hará todo por protegerla a ella y a Yumi. Y ahora con mi querido Inuyasha, apareció con una aparente calma que realmente me asusta, sabiendo cómo es, es extraño que no haya actuado impulsivamente; pero todo tiene una razón y en este capítulo lo sabremos. Gracias por seguir tan de cerca esta historia y espero que tengas tus pañuelos a la mano, los necesitarás.

Cbt1996: Creo que este nuevo capítulo te llevará a tener nuevas mezclas de emociones. Es demasiado intenso o eso creo. Yumi es un ser inocente que no tiene nada que ver en esta absurda venganza de Naraku, pero estamos hablando de él, de un ser que no tiene limites a la hora de querer acabar con los demás. Además, como dices, la niña se vio involucrada en todo esto por la irresponsabilidad y adicciones de su padre; pero al final, Koga nos sorprenderá con una confesión que ni yo me esperaba. Kikyo está en un grave peligro, pero está decidida a proteger a Kag y al bebé tal y /como no pudo hacerlo con su hijo, es su forma de redimirse de todo el lío que causó junto a Naraku y Koga. Bankotsu se involucró por el aprecio y amor que tiene por Kag, pero está decepcionado enormemente de su hermano, sobretodo por lo que hizo su hermano. Te digo que este capítulo será intensoooo. Me alegra que como escritora me entiendas, pero como lectora, ahora me entiendes cuando haces lo mismo en tus historias jajajaja, es satisfactorio pero frustrante. Hay un plan de rescate elaborado por el contacto del amo bonito, por eso la aparente calma de Inuyasha, y aún así, está desesperado por querer intervenir y rescatar a Kag que ahora está en mayor peligro. Naraku es mi dolor de cabeza, ¿por qué? Porque siempre hace lo que se le pega la gana, no tenía que involucrar a Yumi, y ahí va a secuestrarla; no tenía que involucrar a una mujer embarazada, ah no, el señor, con tal de vengarse de Inuyasha, secuestra a Kag, es capaz de todo, no tengo la menor duda, pero el que mal empieza, mal acaba, tendrá su merecido. Gracias por seguir tan de cerca esta historia.

Rocio K. Echeverría: Naraku resultó ser la persona más despreciable en la tierra, fue capaz de obligar a Kikyo de matar a su propio bebé aún en el vientre. Desde ahí ella ya sabía de lo que seria capaz y aún así lo apoyó, la pobre estaba cegada por el amor y la ambición, y afortunadamente se dio cuenta antes de que le haga algo a Kagome, ¿Será que logre rescatarla? Eso lo sabremos en este nuevo capítulo. Bankotsu sorprendió a todos, pero afortunadamente apareció para ayudar a Inuyasha a pesar de sus diferencias; eso sí, está decepcionado de su hermano. La vida tiene giros inesperados y nunca entendemos el porqué, Bankotsu con su hermano, e Inuyasha con su amigo. Después de convivir felizmente, esa amistad se transformó en odio y envidia por parte de Naraku, si tan solo hubiera analizado las cosas objetivamente, nada de esto estuviera pasando (pero tampoco tuviéramos esta historia jeje). Ay, mi querida amiga, habrá una jugada, claro que sí, será algo inesperado, pero con un final no feliz, así que espero que estés preparada para saber de qué se trata. Y tranquila, ya sabremos quien es el contacto del amo bonito, y pronto entrarán en acción, lo que tristemente significa que esta historia está a nada de llegar a su fin, algo que me va a doler muchísimo, tomando en cuenta que este es mi primer fic largo, y le tengo tanto cariño, que ni yo misma quiero que se acabe. Gracias por seguir esta historia tan de cerca y de disfrutarlo tanto como lo haces.

Annie Perez: Las cosas se siguen descontrolando, la tensión está en lo más alto, y si Inuyasha se mueve podría ocurrir una desgracia, así que está entre la espada y la pared, y eso hace que Naraku se sienta confiado en que tiene todo bajo control. Este capítulo estará cargado de más intensidad, miedo y desesperación. Gracias por seguir esta historia tan de cerca.

Rosa Taisho: Los "Kayla sartenes" están en promoción, si llama en este momento, se lleva el primer juego de sartenes a un super precio y el segundo juego será totalmente gratis. Ok, me controlo jajajaja. Naraku es un ser despiadado, un verdadero narcisista que solo se preocupa por él y nadie más, se supone que Kikyo era el amor de su vida y la llevó a sufrir terriblemente provocando un daño irreparable. Koga cometió error tras error, nada lo justifica, pero creo que tarde se dará cuenta de todo el daño que causó a todos los que estaban a su alrededor, si tan solo hubiera recapacitado antes, Yumi no estaría involucrada en nada de esto. Bankotsu es bueno, no te preocupes, tratará de proteger a Kagome mientras pueda a pesar de la decepción que siente por su hermano Suikotsu. Ay Rosita, créeme que tus ruegos fueron escuchados, Kikyo está decidida a salvar a Kagome, de eso no hay duda, ya lo leerás en este capítulo. Es cierto, Inuyasha ha llegado, y no está solo. Las cosas de ahora en adelante se pondrán mucho más intensas, el final está mas cerca, Rosita, el final me respira en la nucaaa!. Gracias por el apoyo y por seguir esta historia tan de cerca.

Ferdy Arevalo: Todas tienen la duda sobre Bankotsu, pero tranquila, que él es bueno, protegerá a Kagome mientras pueda, porque las cosas se pondrán super intensas, los nervios seguirán, las emociones estarán a flor de piel, este capítulo promete llevarlos a todos a la desesperación, o eso creo. Kikyo, Koga, Inuyasha, Bankotsu y la pequeña Yumi estarán envueltos en el peligro, solo esperemos que se pueda salvar a todos. Inuyasha está tan calmado, efectivamente. No llegó solo, está acompañado por el contacto de Sesshomaru, que espera el momento adecuado para intervenir. Gracias por seguir esta historia tan de cerca y de disfrutarlo.

MegoKa: Como escritores nos encanta dejarlo en la parte más interesante, pero como lectora, créeme que es frustrante jajaja. De aquí en adelante, todo será un desastre, una batalla que sólo la ganará el mejor. Kikyo actuará a favor del equipo de Inuyasha, así que por ese lado no tenemos que preocuparnos. Koga, este lobito actuará sin pensarlo, y habrá consecuencias. Este capítulo estará muy intenso, ya estamos más cerca del final.

Las cosas siguen descontrolándose, y eso se debe a que tristemente (al menos para mi) ya estamos más cerca del final. Espero que estos capítulos que faltan estén a la altura y que no los decepcione en el proceso.

Advertencia: Este capítulo contiene escenas de violencia, heridas graves y muerte de uno o más personajes importantes.

Entiendo si prefieren no leer. Solo hay que recordar que esto es mera ficción y, aclaro que no estoy a favor de ninguna de estas acciones.

Sin más que agregar, los dejo con el capítulo.


CAPITULO 33: PLAN EN MARCHA

Narra Inuyasha

Hola, Sexymaru! -Coqueteó una mujer a través del altavoz del teléfono de mi hermano.

Todos volteamos a verlo de inmediato, su rostro estaba totalmente serio, con los ojos cerrados mientras Rin lo miraba con una seriedad inusual en ella. Sesshomaru carraspeó y saludó cortésmente a aquella mujer.

-Buenas noches. -A pesar de su aparente calma, su voz tenía un dejo de molestia-. Te recuerdo que soy el Dr. Taisho.

-Vamos, querido, olvídate un momento de las formalidades. -respondió ella entre risas.

-Cada segundo que pasa es importante para rescatar a mi cuñada; solo dime si podrás ayudarnos o no, Zero.

Este momento era de las pocas veces que Sesshomaru mostraba una genuina preocupación. El ambiente se cargó de tensión mientras esperábamos la respuesta de Zero, hasta que finalmente, su voz resonó, rompiendo el silencio.

-Hemos encontrado las bodegas que mencionaste y…, la escena que vi no es nada alentadora…

Solo con escuchar aquella respuesta, sentí como si me hubieran tirado un balde de agua fría. Comencé a pensar lo peor, y la rabia emergió inmediatamente. Si ese maldito se atrevió a tocar a Kagome, lo mataré con mis propias manos. De repente, el sonido de mi celular avisaba que acaba de recibir un mensaje de… ¿Kikyo? Estuve a punto de ignorarlo, pero algo en mi interior me empujó a abrirlo.

-Lo preocupante es que también tienen a una niña -prosiguió Zero hasta que la interrumpí

-Es… la hija de Koga -todos me miraron sorprendidos ante mi respuesta.

-¿Cómo lo sabes? -preguntó Ayame

-Kikyo… -todos me miraron confundidos-. Por alguna extraña razón, Kikyo me acaba de enviar un mensaje con la ubicación de las bodegas y una lista de quienes están ahí.

No sabía que pensar, bien podría tratarse de una trampa. Les leí el mensaje completo y se sorprendieron al igual que yo. Lo más curioso era el hecho de que el mensaje estaba mal escrito, como si lo hubiera hecho a escondidas, pero lo que más me alarmó fue la ultima frase: "Debemos salvar a Kagome".

-¿Debemos? -recalcó Sango-. Inuyasha, ¿No estarás pensando confiar en ella, verdad? -preguntó con desconfianza

-Querida, -interrumpió Zero-, la información que esa tal Kikyo le dio a Inuyasha es correcta.

-¿Que? -dijeron todos al unísono

-Tengo a una persona vigilando el lugar y efectivamente hay 6 adultos entre ellos Kagome Higurashi, y una niña.

-¿Cómo que una niña? -Miroku estaba demasiado sorprendido por aquella revelación

-¡Yumi! -afirmé con seguridad-. Es la hija de Koga, pero…

-También es rehén de Kagewaki. -respondió con odio-. Sexymaru, ¿Por qué no me habías dicho que ese maldito era el del problema?

-Repito mi pregunta, Zero. ¿Nos ayudarás o no? -insistió Sesshomaru con una firmeza, podría decir que inquebrantable. Es un aspecto que siempre he admirado de mi hermano.

-Querido, ese maldito Kagewaki arruinó a mi hermano provocando que anularan su título universitario, y, por ende, nos debe la vida de Onigumo. -La voz de aquella mujer tenía una mezcla de rencor y nostalgia.

Al escuchar el nombre Onigumo, recordé cuando nos graduamos de la universidad. No cabía duda de que el mundo es un pañuelo.

-Se que mi hermano tuvo culpa en todo esto, pero esa serpiente siempre ha sido un manipulador astuto. -prosiguió Zero-. Por supuesto que estoy con ustedes. Debemos actuar con rapidez y cautela.

-Entonces, ¿qué esperamos? - dije con determinación. – Vamos inmediatamente a esas bodegas y pongamos fin a esto de una vez por todas.

-Tranquilo, Inuyasha. Debemos coordinar con Zero y su equipo para organizar un rescate. -No podía responder nada en contra de eso, Sesshomaru tenía razón, así que asentí resignado.

-Sesshomaru… con esto, mi deuda contigo por salvar a mi hermano Kirinmaru, queda saldada.

Sesshomaru no respondió, y Zero cortó la llamada. Segundos después, un mensaje con las indicaciones del plan de rescate llegaba al teléfono de mi hermano.

-Es un plan muy arriesgado -dijo Ayame con gran preocupación.

-Pero no tenemos opción, es la vida de Kag y de mi hijo que están en peligro. -respondí irritado. Si seguimos perdiendo tiempo, podría pasar lo peor.

-Inuyasha, Miroku, vámonos -ordenó Sesshomaru.

-Sesshomaru, nosotras también queremos ir -replicó Rin.

-Ustedes se quedan…

-Pero es nuestra amiga -lo interrumpió Ayame.

-Así es Sesshomaru, -intervino Sango- tenemos que ayudar en algo.

-Por favor, Sesshomaru. -suplicó Rin

-¡Rin! la voz de Sesshomaru resonó con autoridad, deteniendo cualquier discusión inmediatamente. Era claro que no estaba dispuesto a negociar en este asunto, y su tono dejaba en claro que no habría debate al respecto.

Las chicas resoplaron, exhalando un aire de molestia y resignación. Era evidente que estaban frustradas por la situación, pero también comprendían la firmeza de Sesshomaru. Suspiraron pesadamente, reconociendo que no tenían más opción que acatar sus órdenes, aunque eso significara quedarse atrás mientras nosotros nos adentrábamos en el peligro. Era un momento tenso, cargado de emociones encontradas, pero sabíamos que cada uno de nosotros tenía un papel que desempeñar en esta peligrosa empresa.


Narra Kagome

Ver a Inuyasha entrar en este lugar, me dio gran alivio; pero al mismo tiempo, sentí miedo cuando Koga le apuntó directo a la sien. Yumi se asustó demasiado y comenzó a llorar.

-¡PAPÁ, NO LO HAGAS! -suplicó entre sollozos.

Quise zafarme del amarre que mantenía mis manos sujetas, pero Bankotsu me hizo una señal con los ojos para que no lo hiciera. En un instante, se colocó frente a Yumi, protegiéndola de presenciar esa escena aterradora.

-Vamos, Koga. -dijo Inuyasha con una sonrisa nerviosa en sus labios- No querrás que tu hija vea cómo su padre se convierte en un asesino, ¿o sí?

Por un ligero momento, juré haber visto un atisbo de duda en el rostro de Koga, bajó el arma, pero la subió nuevamente pegándola completamente a la cabeza de Inuyasha.

-Cállate, Taisho - respondió Koga con voz ronca.

Naraku observaba la escena con una sonrisa siniestra, quizás esperando a que Koga o Inuyasha actuaran por su cuenta.

Mientras tanto, Kikyo se acercaba lentamente a donde yo estaba, con una expresión en su rostro que no podía descifrar. Sus ojos oscuros me observaban con intensidad, como si estuviera evaluando cada uno de mis movimientos. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda al verla tan cerca, preguntándome cuáles serían sus verdaderas intenciones. Bankotsu, tomó a Yumi entre sus brazos cubriendo su cara, y se interpuso entre Kikyo y yo.

-Sé que quieres protegerla -musitó Kikyo- y estoy dispuesta a ayudarlos.

-¿De qué hablas? -preguntó Bankotsu con duda.

-Esto es un 50 – 50, me estoy arriesgando a morir creyendo tontamente que realmente estás en contra de Naraku y no a su favor.

-¡Kikyo! -susurré aún con desconfianza

-Kagome, sé que no confías en mí, pero te voy a ayudar, no quiero que tu pases por lo mismo que yo. -Unas lágrimas se asomaron por sus ojos negros-. Al menos, déjame salvar a tu bebé, como no lo pude hacer con el mío.

El silencio pesaba en el ambiente mientras absorbíamos las palabras de Kikyo. Sus lágrimas y su tono sincero dejaron entrever una vulnerabilidad que no esperaba. A pesar de mis reservas, una chispa de esperanza comenzó a crecer en mi interior. Tal vez, solo tal vez, Kikyo estaba verdaderamente del lado de la justicia esta vez.

-¿Por qué deberíamos confiar en ti? -preguntó Bankotsu con cautela, manteniendo a Yumi cerca de él como un escudo protector.

Kikyo bajó la mirada por un momento, como si estuviera luchando con sus propios demonios internos.

-Porque estoy dispuesta a arriesgarlo todo para detener a Naraku. Porque... porque no quiero que nadie más sufra como yo lo hice. -Sus palabras resonaron en la fría habitación, llenas de dolor-. Me obligó a abortar a mi hijo, y no quiero que tu sufras cómo lo hice yo, Kagome.

Abrí completamente mis ojos sorprendida por lo que acababa de escuchar. Cada vez me quedaba claro que ese hombre no tenía escrúpulos, y el miedo nuevamente se apoderó de mí. La necesidad de proteger a mi bebé y también a Yumi, superaba mis dudas. Asentí lentamente, dispuesta a darle una oportunidad a Kikyo.

-Me parece realmente estúpido que hayas decidido venir solo a este lugar, Taisho.

La voz de Naraku nos sobresaltó. Inuyasha dio un paso al ver a Kikyo cerca de mí, pero se detuvo inmediatamente y enfocó nuevamente la mirada en aquel hombre despiadado.

-Naraku, éramos los mejores amigos. ¿Qué fue lo que pasó?

Inuyasha parecía realmente decepcionado, pero algo en su voz y en su postura me decía lo contrario. Era como si supiera las intenciones de Kikyo y nos estuviera dando tiempo para buscar una salida.

-¡Tú, Inuyasha! El todopoderoso Inuyasha Taisho siempre destacando en todo.

Aprovechamos la distracción, y me puse de pie, tomando a Yumi en mis brazos. Sin embargo, me quedé petrificada al ver a Koga voltear hacia nosotros. Kikyo le hizo una señal de silencio y vi sus ojos suplicantes para que él no hablara. Sorprendentemente, Koga volvió su mirada hacia Inuyasha y Naraku. Creí que lograríamos escapar, pero en aquella penumbra, no visualicé unas cajas y choqué contra ellas, haciéndolas caer y provocando que aquel ruido advirtiera lo que estábamos haciendo. Acto seguido, Kikyo cayó al suelo, llevando su mano hacia su pierna que estaba sangrando.


Narra Inuyasha

Vi a Kikyo muy cerca de Kagome y temí lo peor, di un paso hacia adelante cuando Zero me llamó por el intercomunicador que llevaba escondido.

-No te muevas, Inuyasha. Tenemos enfocada esa área y Kikyo planea ayudarlas a escapar. -Me quedé inmóvil ante sus palabras-. Distrae a Naraku para darles tiempo.

-Naraku, éramos los mejores amigos. ¿Qué fue lo que pasó? -comencé a hablar intentando darle tiempo a los demás para escapar.

-¡Tú, Inuyasha! -exclamó Naraku con rencor-. El todopoderoso Inuyasha Taisho siempre destacando en todo.

-Tu quisiste hacer las cosas mal desde un principio. Miroku y yo te lo advertimos, que nada de eso saldría bien.

-¡USTEDES ME DELATARON! -gritó con más odio en su voz

-¡Eso no es cierto! -Respondí, entendiendo el absurdo motivo de su odio hacia mí-. Los evaluadores no eran tontos, Naraku, era obvio que se darían cuenta.

De pronto, unas cajas cayeron al suelo, llamando la atención de Naraku, y en menos de un segundo, Kikyo había caído al suelo. El disparo resonó en aquella bodega, y el grito ensordecedor de Yumi se hizo eco en el lugar. Bankotsu protegió a Kagome y a Yumi para evitar que resultaran heridas.

-¿Qué demonios están haciendo? -La maldita sonrisa maquiavélica no se borraba del rostro de Naraku-. Kikyo, Bankotsu.

-Mal… maldito -Kikyo se quejaba de dolor

-¡Kikyo! ¿Estás bien? -Kagome se arrodilló a un lado, dejando a Yumi detrás de ella, cuando una voz resonó entre las sombras.

-No te muevas, bonita.

Suikotsu le apuntaba a Kagome con un arma, y la tensión de mi cuerpo se intensificó. Estábamos atrapados en un juego siniestro, con Naraku y sus secuaces controlando cada movimiento que hacíamos.

-¡Maldito, hijo de perra! -dije entre dientes-. ¡DEJA EN PAZ A KAG!

-¡Hermano! -exclamó Bankotsu- Ella y la niña no tienen nada que ver en la venganza de Naraku -replicó con angustia.

-Cállate, imbécil. -Suikotsu sacó otra pistola y apuntó a su hermano-. ¡Eres un maldito traidor!

La tensión en la bodega era palpable, con las amenazas y la violencia amenazando con desbordarse en cualquier momento.

-¡MALDICION! -grité frustrado- NARAKU, DEJALAS IR, YA ME TIENES AQUÍ.

-Inuyasha, mantén la calma -la voz de Zero resonó en mi oído a través del intercomunicador-. Estamos listos para intervenir en cualquier momento.

Respiré profundamente, tratando de controlar mi ira y pensar con claridad. No podía permitir que la situación se saliera aún más de control. Tenía que encontrar una manera de sacar a todos de allí, sanos y salvos, incluso si eso significaba enfrentarme a Naraku cara a cara.

-¿Crees que es tan fácil? -preguntó Naraku, mientras se acercaba a Kag-. Siempre tienes todo a tus pies.

En ese momento, tomó a Kag del cabello y la arrastró consigo mientras ella gritaba desesperada.

-¡SUELTAME! -gritaba, llena de desesperación.

-¡NARAKU, DÉJALA! -supliqué con desesperación, sintiendo cómo el miedo y la impotencia se apoderaban de mí mientras los gritos y el llanto de Yumi llenaban el aire, aumentando la angustia de la situación.

Koga estaba demasiado nervioso, su mano temblaba y su mirada se desviaba constantemente hacia su hija. No podía creer que, a pesar del peligro inminente en el que estaba envuelta la niña, él seguía aferrado a obedecer a Naraku. Un nuevo disparo resonó en la bodega, y se me heló la sangre al pensar que Kagome pudo haber sido herida. Sin embargo, al voltear, vi a Bankotsu con las manos en alto; Suikotsu, su propio hermano, le había disparado cuando intentó acercarse a Naraku.

-Un movimiento más… -su voz temblaba de nervios, pero eso no evitó que terminara su amenaza- y te juro que te vuelo la cabeza, Bankotsu.

-Her… hermano -balbuceó Bankotsu, claramente impactado por la amenaza de su propio hermano.

El caos reinaba en la bodega mientras Naraku manipulaba a su antojo a todos. Con Kagome arrastrada por el suelo, Yumi llorando desconsoladamente siendo consolada por Kikyo quien estaba herida, y Bankotsu incrédulo por la traición de su propio hermano; sentí la impotencia invadirme. Pero en medio de la desesperación, una chispa de determinación ardió en mi interior. No permitiría que Naraku saliera impune por sus actos. Con todas mis fuerzas, me preparé para el enfrentamiento final, decidido a hacer justicia y rescatar a aquellos que amaba, sin importar el costo.

-¿Asustado, Taisho? -Naraku solo se burlaba de la situación a la que él nos había llevado, mientras Kag seguían intentando zafarse de su agarre-. Esta es mi venganza contra todos los que me han traicionado.

-Entonces deja que todos se vayan -supliqué una vez más-. Esto es entre tú y yo.

Me miró con seriedad, con el ceño fruncido, para después, ir curvando sus labios en una sonrisa sarcástica.

-Como siempre, el señorito Taisho cree que es el centro de atención. -Volvió a jalonear a Kagome y me sentí morir al no hacer nada. Joder, Zero ¿a qué hora piensas intervenir?

-¡Naraku! -intervino Kikyo con voz nerviosa-. Mi amor, olvídalos a todos y vámonos, -Naraku la observo sin reacción alguna-, podemos empezar de cero desde otro país, y…

Un nuevo disparo se escuchó y el grito de Kikyo volvió a resonar en todo el lugar, está vez la había herido en el brazo izquierdo. Estaba claro que él no quería dañarla, de lo contrario, la habría matado sin remordimientos, además, había frustración en cada uno de sus movimiento en contra de ella, pero a la vez, se podía sentir el odio y el rencor.

-¡Maldita zorra! ¿Piensas que voy a querer hacer una vida contigo? -Volvió a apuntarle esta vez con la intención de darle un golpe final-. Me traicionaste desde el primer instante, te revolcaste y te enamoraste de Taisho. Y no conforme, también te enredaste con Wolf. No cabe duda que eres una cualquiera. -Sin pensarlo dos veces, le disparó directo al corazón.

-¡KIKYO! -Kagome y yo gritamos temiendo por su vida.

Observamos horrorizados la escena mientras la sangre rápidamente se extendía por el suelo. Yumi gritaba y corría hacia Koga, quien, sin pensarlo dos veces, había recibido el disparo en lugar de Kikyo.

-¡NOOOO! ¡PAPÁAAAAAAA! -abrazó su cuerpo en el suelo en medio del charco de sangre.


Narra Koga

Escuchar a Naraku insultar a Kikyo me hizo hervir la sangre. No podía soportar verla herida, tenía la imperiosa necesidad de protegerla, pero no quería arriesgarme a que Naraku se desquitara con mi hija si hacía algo en su contra. Sin embargo, cuando vi el arma apuntando hacia ella, mis instintos de protección se activaron instantáneamente. No hubo tiempo para pensar en nada, solo pude actuar.

-¡KIKYO! -grité, dejando que la furia y la desesperación se apoderaran de mí. Sin dudarlo un segundo, me lancé hacia ella, interponiéndome entre el disparo y su cuerpo.

El dolor fue instantáneo y abrumador. Sentí el impacto de la bala, como si un puño de fuego hubiera perforado mi pecho. Cerré los ojos con fuerza, sintiendo un calor abrasador que se extendía por todo mi ser. Pero a pesar del dolor, no me arrepentí. Había protegido a Kikyo, había hecho lo que cualquier hombre haría por la mujer que… amaba. Tarde me di cuenta de que, a pesar de nuestras grandes diferencias, lo que sentía por ella no era simple atracción física, sino un profundo y sincero amor. En medio del caos y la tragedia, esa verdad se hizo clara como el cristal.

Mientras yacía en el suelo, vi a Yumi correr hacia mí, gritando con angustia y dolor. Quería consolarla, decirle que todo estaría bien, pero las palabras se atascaron en mi garganta. Mi visión se volvió borrosa, pero, aun así, pude escuchar a Kagome y a Inuyasha gritando nuestro nombre.

-¡PAPI… NO TE MUERAS! -Mi hija gritaba y lloraba desconsoladamente.

-Princesa… -levanté mi mano para acariciar su pequeño rostro-. Perd…perdóname por todo.

-¡Koga, eres un maldito idiota! -Kikyo se acercó a mí y pude ver dolor y angustia en su rostro-. ¿Por qué lo hiciste? Debiste dejarme morir, ¿ni siquiera en este momento pudiste pensar en tu hija?

-Ki…Kikyo, -musité con dificultad, luchando contra el dolor que me consumía-. Lo hice porque… porque te amo. No podía permitir que te hiciera daño. No podía verte sufrir.

Kikyo me miró con incredulidad, sus ojos se llenaron de lágrimas que reflejaban la confusión y el dolor que también sentía.

-Pero Koga, ¿por qué? -su voz temblaba apenas en un susurro entre sollozos.

-Porque nunca me juzgaste, al contrario, te preocupabas por mi maldita adicción y estabas pendiente de lo más importante en mi vida que es mi hija. Y así te convertiste en lo más importante para mí, Kikyo -respondí, luchando por mantener la claridad en mis palabras a pesar del dolor que me embargaba-. No podía dejar que te lastimara, no podía permitir que nada te pasara. Es una lástima que… me haya… dado cuenta muy tarde.

Cerré los ojos por un momento tratando de soportar el dolor; pero eso asustó a Yumi y a Kikyo.

-¡KOGA! -gritó Kikyo con desesperación

-¡PAPÁ! -Yumi sollozaba, aferrándose a mí con fuerza.

Mis fuerzas disminuían rápidamente, pero luché por mantenerme consciente, queriendo tranquilizarlas en medio de aquel momento de desesperación y angustia.

-Princesa… lo siento… te fallé como padre. -susurré con la voz entrecortada

-¡PAPI! NO ME DEJES -Extendí mi mano hacia ella, deseando poder tocar su rostro una última vez, deseando poder consolarla en su dolor.

-Siempre estaré cuidando de ti -musité mientras las lágrimas recorrían mi rostro.

El mundo a mi alrededor se desvanecía lentamente, pero en ese momento, no sentí miedo ni arrepentimiento. Había protegido a quienes amaba, y eso era suficiente para mí.

-Te amo, Kikyo, -susurré, mientras mis fuerzas seguían debilitándose.

-No digas eso, Koga, por favor, -rogó, con lágrimas deslizándose por sus mejillas. Intenté sonreírle, aunque el esfuerzo me costara un dolor punzante.

-Cuida de mi Yumi, por favor, -le dije con suavidad, aferrándome a cada palabra con todas mis fuerzas-. Enséñale a ser fuerte y valiente, como tú. Y recuérdale cada día que, a pesar de mis errores, siempre la amé con todo mi corazón.

Con una última mirada hacia Kikyo, cerré los ojos, dejando que la oscuridad me envolviera mientras el dolor se desvanecía poco a poco. A lo lejos logré escuchar la voz de Inuyasha.

-¡Esto es suficiente! -expresó con furia. Con dificultad moví mi rostro para verlo, y sin vacilar, se lanzó hacia Naraku con la intención de poner fin a todo esto de una vez por todas.

Pero antes de que pudiera alcanzarlo, un destello de luz llenó la bodega, cegándonos a todos por un instante.

Sonreí satisfecho; sabía que Inuyasha no podía llegar sin un plan en marcha, así que, antes de morir, una luz de esperanza llenó mi oscuro corazón. Tenía claro que él, Kagome y sus amigos, no permitirían que Yumi ni Kikyo salieran lastimadas, a pesar de todo el daño que les hicimos.

Con ese pensamiento reconfortante, me dejé llevar por la oscuridad, confiando en que, aunque mi tiempo en este mundo llegara a su fin, aquellos a quienes amaba estarían protegidos.