El Ascenso de un Científico Loco
¡Descubriré como funciona el mundo!
Tercer Año y Nueva Vida
"Umm, quizás, ¿un grun?" escuché que decía la voz de Milady.
Estábamos terminando de arreglar las cosas en el Templo antes de partir al Castillo como parte de nuestros preparativos para el invierno, así que no era raro que estuviera tomando notas sobre tareas que dejaría a mis grises antes de partir.
"¡Qué asco!" respondió la voz de Brunhilde con desagrado a la vuelta del pasillo "¡Nunca podría montar eso!"
"¡Pero mantendría alejados a todos…!"
Estaba por dar vuelta cuando Brunhilde y nuestra señora se toparon conmigo. Ambas me miraron entonces, sonriéndome en un pequeño saludo silencioso que respondí de igual manera, bajando por un momento la mano con la pluma entintada que estaba utilizando para hacer mis anotaciones.
"¿De qué hablaban?" pregunté con curiosidad, no tenía caso fingir que no había escuchado porque, por la velocidad a la que habíamos estado caminando era más que obvio que escuché una parte de su conversación.
"Brunhilde ha estado modificando su montura desde que vinieron os sacerdotes de Dunkelferger para mantenerlos alejados cuando vuelvan a verse en la Academia Real."
"No es que quiera mantenerlos a todos alejados! Respondió Brunhilde de inmediato, mordiéndose el labio mirándonos de uno al otro con la duda en los ojos, soltando un suspiro derrotado de pronto y cubriendo parte de su cara en un gesto demasiado frustrado "¡Quiero que Lord Werdecraft me de espacio! ¡Es demasiado intenso!"
La joven doncella azul se cruzó de brazos entonces en una actitud enfurruñada que me obligó a dar un paso atrás. No tenía idea de que pasaría si Brunhilde se enfadaba y por alguna razón, no tenía ganas de averiguarlo tampoco.
"Te lo digo, todo el mundo habla mal de los gruns y se aleja de ellos" siguió hablando Milady tratando de convencer a mi compañera "aunque cuando no están lanzando ese aroma apestoso ni gruñendo se ven un poco lindos" confesó al final con una pequeña sonrisa y un leve sonrojo en sus pómulos.
Lo consideré apenas un segundo. Conocía el animal por el tiempo que pasamos consiguiendo ingredientes para Lady Rozemyne y también por el libro de bestias fey que estuve estudiando el año anterior en la Biblioteca de la Academia. El animal se parecía en cierto modo a los pandas rojos de la Tierra. No me parecían la gran cosa, pero estaba seguro en que hubo un tiempo en que todas las chicas en Japón, o al menos una buena parte de ellas parecían extasiadas con los peluches de dicho animal. Tomando eso en consideración, era posible que consideraran que el animal era tierno de alguna manera.
Un fuerte suspiro de derrota me atrajo de vuelta al presente. Brunhilde parecía derrotada la viera como la viera. Una leve sonrisa se me escapó entonces. Era cierto que, desde el verano, las pocas veces que la había visto crear su montura tenía una forma diferente. Un bahelem como el de mi hermano. Un santze rabioso. Un Turnisbefallen. Fuera de los suspiros de asombro y los comentarios llenos de emoción de los Dunkelfergianos, no había notado que se asustaran o que parecieran perturbados en realidad.
"Lo voy a pensar" dijo mi compañera al final. Era posible que estuviera considerando las reacciones igual que yo "Quizás no sea tan mala idea, Milady."
Lady Rozemyne sonrió encantada con las manos a la espalda, ladeando la cabeza de un modo adorable.
"¡Mucha suerte, Brunhilde! Por favor, no dejes de mostrarme tu montura cuando te hayas decidido."
"Suerte Brunhilde." Le desee yo también antes de mirar a mi alrededor, recordando de pronto lo que estaba haciendo "si me disculpan, aún tengo que verificar un par de cosas para dejar mis indicaciones listas antes de irme."
"Tan diligente como siempre, Ferdinand" me felicitó mi señora sonriendo aún más "Ve entonces. Yo también tengo algunas cosas que hacer con Brunhilde antes de que todos partan."
Y sin más, cada quien retomó su camino.
.
"Aún me siento un poco incomoda usando el papel para tomar notas..." murmuró Tuuri, "aunque la tabla que diseño el sumo sacerdote facilita escribir sobre el papel"
Estábamos usando las hojas que salían mal, o estaban dañados, no me resultaba impensable o difícil usar el papel, pero se debía únicamente a mis recuerdos pasados. Milady quería normalizar el uso del papel para crear más libros, pero aún no se acostumbraba a usar libremente el papel vegetal.
"Es cierto que es más económico… pero no logro acostumbrarme a usarlo de forma tan libre, me gustaría algo para..."
Lady Rozemyne se había quedado callada, sus ojos parecían perdidos en algún lugar.
"¿Milady?" la llamé preocupado cuando comenzó a murmurar algo en japonés.
Me acerque a ella de inmediato, midiendo su temperatura, revisando su maná, pero nada parecía estar fuera de lugar.
"Estoy bien, Ferdi... nand", me dijo con una sonrisa alcanzando papel y uno de los lápices de hollín.
Dibujo algunos diagramas y escribió algunas indicaciones en japonés. Cuando finalizo, me dio las hojas y me pidió que lo tradujera. Eran los planos para un díptico y las especificaciones para el lápiz óptico.
"Milady, ¿hace cuanto tiempo que le pasa esto?" le pregunte cuando fue a mi dormitorio esa noche.
"Comenzó hace unas semanas, pero no siempre"
"¿Quiere que le enseñe a leerlo?", le pregunte, su vida pasada parecía estarse desvaneciendo de su subconsciente.
Si aprendía a leer japonés, a hablarlo, tal vez sus recuerdos no se desvanecerían, quizás Urano surgiría en ella, como Tetsuo surgió en mí.
"No, te tengo a ti, Ferdi, ¿Por qué necesitaría aprenderlo?" preguntó acomodándose para dormir.
.
Desperté incómodo. Lady Rozemyne aun dormía entre mis brazos. Su respiración era tranquila. Había tenido el mismo sueño todas las noches desde la mitad del verano, cuando me percaté que los recuerdos de Urano en milady se estaban desvaneciendo. No entendía porque me había surgido la necesidad de que Urano no se desvanecería.
Posiblemente se debía al hecho de que había estado usando el surgimiento de Urano como una forma de saber cuándo era que estaba más enferma o débil. Había aceptado la adopción y mi decisión ya había sido notificada.
Cómo candidato a archiduque ya no podría cuidar de ella. Sin Urano no podría saber si estaba enferma o en peligro.
.
La ceremonia de bautizo y los debuts de inviernos iniciaron como de costumbre, fue extraño ver el rostro de los antiguos sacerdotes y doncellas del santuario de pie entre la nobleza.
Las opiniones y expectativas sobre los azules volviendo a la sociedad noble habían sido polarizadas, pero después de pocos meses, la opinión general se había unificado.
Era divertido como la mayoría de los azules que habían vuelto a la sociedad noble, querían ignorar su pasado como sacerdotes, pero nosotros, los que formábamos parte del sequito de Milady…
Ya no seré parte de su séquito…
Miré a Lady Rozemyne de pie a mi lado usando sus túnicas de sumo obispa. No sabía cómo me sentía con todo esto.
No quería aumentar la distancia que había entre Rozemyne y yo, quería que siguiera acudiendo a mi cuando se sintiera abatida, decaída, desanimada. Quería estar con ella cuando estuviera enferma. Yo le debía mi vida, quería estar para ella, quería estar junto a ella.
Quería negarme, pero ya había aceptado.
Después de los debuts, al igual que mi primer año como noble, la ceremonia de regalo se llevaría a cabo después de la comida, esto había sido petición de Lady Eglantine, quien tardaría en llegar debido a su nueva posición.
No tenía apetito durante la comida. No pude comer nada.
"¿Ferdinand, te sientes bien?" me preguntó mi padre.
"Si. No. No lo sé… ¿realmente está bien que me convierta en candidato a archiduque?" pregunté.
Había estado retorciendo el pañuelo que Lady Rozemyne me había obsequiado junto a la manablade y el brazalete. Lo doblé con cuidado antes de guardarlo en mi ropa. Mi atuendo actual era mucho más ostentoso que la ropa que había estado usando hasta ahora por lo que había muchos lugares para guardarlo, me miraron preocupados, antes de instalar una barrera anti escuchas.
"Por supuesto que está bien, te lo mereces, Ferdinand", arrulló mi madre, acercándose a mí.
"Pero yo..."
"Tú eres nuestro hijo", me interrumpió mi padre, "y estamos orgullosos de ti. A lo largo de estos años, has demostrado tu valía, incluso si esa no era tu intención, Lady Rozemyne también lo sugirió, y ella dijo 'me alegra que haya más pilares a mi lado para ayudar a mi hermano' ¿ya lo sabias no?" pregunto cuando lo mire confundido por sus palabras. "Serás adoptado por mi hermano mayor, con eso y con la solicitud de Lady Eglantine, Lord Karstedt mantendrá su puesto como candidato a archiduque tras su graduación"
"Además, ahora podrás estar más cerca de Lady Rozemyne", me susurro Justus cuando fue momento de volver al gran salón.
"¿De qué hablas?", cuestione.
"Ya que ahora ambos serán candidatos a archiduque, podrán tener una relación más casual, ¿no habías pensado en eso?"
"No… no realmente". Mis pensamientos se volvieron complicados después de eso, "Justus, ¿puedo seguir cuidando de ella como candidato a archiduque?"
"Si eso quieres", respondió con una sonrisa. "Por cierto, no te olvides de agradecerle por los nuevos bordados en tu capa", susurro.
Cuando el archiduque entro junto a Lady Verónica, la ceremonia de regalo inicio, entre todos los estudiantes de pie se encontraba Lady Eglantine, quien parecía completamente feliz de estar presente, destacaba bastante con su capa negra, pero no de mala manera, todos sabían que ella era una princesa oculta. En el momento en el que recibió su capa se aseguró de expresar con voz fuerte que se aseguraría de mostrar la excelencia de su Geduldh durante sus años como princesa soberana antes de volver tras su vida adulta. Cuando bajo del escenario, quedo a la vista que todos los bordados en su capa se habían hecho en el color de Eisenreich, y en colores de otoño para decorar.
Mi hermana había decidido ir con Lady Eglantine y seguir sirviéndola, lo que significaba que también tendría ocasión de reunirme con ella.
En cuanto a su enamorado, seguía pidiendo que aceptara su rifa, mi hermana era la heredera de la casa, por lo que Leberecht dijo que se casaría incluso como segundo o tercer consorte, afirmando que no era poder lo que buscaba, prometió incluso ser el quien cuidara de sus hijos para que ella pudiera seguir trabajando, mi hermana había aceptado su escolta, pero no habían intercambiado piedras de compromiso, aun lo estaba 'probando'.
"Esta noche, antes de comenzar formalmente la socialización de invierno, tengo un anuncio para ustedes" comenzó el Aub y sentí mi estomago revolverse, "basados en sus propios logros y en las recomendaciones de mis hijos y eruditos, Ferdinand Sohn Sekberg será adoptado y elevado a Candidato a Archiduque".
Esa fue la señal para subir junto a mis padres. Observe como varias personas elevaron sus schtappes, haciéndolos brillar mientras subía al escenario y recibía una pluma de herramienta mágica, un erudito ofreció el contrato de adopción, primero lo firmo mi madre, quien era la verdadera cabeza de nuestra casa, seguido de Lord Bonifatius y al último firme yo.
"Felicidades, Ferdinand", sonrío Lady Verónica, "no logre convencer a mi marido de ser nosotros quienes te adoptaran, aun así, te brindaremos cualquier apoyo que necesites".
"Les agradezco"
"También, esto no es lo usual, pero debido a la premura de la situación, mi hija Rozemyne ha decidido permitir que su séquito apoye a Ferdinand ese año en la Academia Real", anuncio Lord Adalbert.
Ya que me había negado a aceptar una adopción durante todo el verano y más de la mitad del otoño, no tenía previsto a nadie para servirme, tampoco había tenido ocasión de pensar sobre eso ya qué había pasado la última parte del otoño recibiendo clases del curso de candidato de archiduque y actualizando mi ropa a una adecuada para mi nuevo estatus, por ese motivo mi… Rozemyne había pedido a mis compañeros que fungieran como mis asistentes este año, y les pidió que me ayudaran a elegir a gente para servirme, este anuncio era principalmente para que aquellos interesados en formar parte de mi sequito supieran que buscaba asistentes.
"Rozemyne", la llamo Lady Verónica y ella subió al escenario, "No es sencillo ofrecer este tipo de ayuda, eres una niña muy amable y…", Lady Verónica coloco su mano en el hombro de Rozemyne, no estaba seguro de que lo ocasionó, pero la vi empalidece un poco, aunque su sonrisa no vacilo, "…una gran candidata a archiduque que ha sabido criar a sus asistentes, que aquellos que estén bajo tu cuidado, sepan nutrir Eisenreich", esa pausa había sido extraña y había estado fuera de lugar. Dudaba mucho que Lady Verónica hubiera olvidado su propio discurso, así que la confusión solo aumento para mí.
Ya que estábamos compartiendo sequito, Lady Rozemyne se quedó conmigo el resto de la noche, aunque en algunos momentos terminamos separándonos, casi toda la fiesta se quedó conmigo.
Me sentí extraño esa noche cuando fuimos al edificio norte para pasar la noche, Justus sería mi asistente principal a partir de ahora.
"¿Cómo te sientes?" me preguntó mi hermano después de ayudarme a cambiarme a mi ropa de dormir
"No lo sé, es raro que tu seas mi asistente", respondí con una media sonrisa.
"Bueno, solo necesitas acostumbrarte. Esta noche me toca el turno de insomnio. Te ayudare a acomodarte y me sentare ahí", me dijo señalando una silla.
"En realidad ¿podrías dejarme solo? No estoy acostumbrado a dormir con asistentes…"
"Bueno, usted manda milord", burlo saliendo de mi habitación, "usa la campana si necesitas algo".
Me senté en la cama mirando la puerta, aún estaba esperando que Lady Rozemyne apareciera y se colara entre mis brazos para escapar de las pesadillas, pero ahora sería difícil. Había guardias en mi puerta, guardias adultos asignados por mi padre adoptivo. No podría entrar sin ser vista y así sería de ahora en adelante…
"Vaya, para alguien que acaba de subir su estatus, te vez muy decaído"
"Mi… Lady Rozemyne" ella me sonrío de forma suave, tenía su cabello atado en trenzas, las cuales caían sobre su ropa de dormir, sus ojos de luna me miraban fijamente con orgullo y algo que no pude identificar.
"Solo Rozemyne, tenemos el mismo estatus ahora, Ferdinand. Solo Rozemyne", me sonrió, "además, habías prometido llamarme Rozemyne cuando estuviéramos solos", me recordó.
Sus ojos vagaron a la puerta un segundo, antes de volver a mí, se veía ansiosa, me miró fijamente como si estuviera decidiendo si hablar o no, entonces dejo escapar un suspiro ligero antes de recomponerse
"En realidad, no estaba segura de venir, ¿sabes?, puedo burlar a los guardias de afuera, pero no a los que estén adentro de tu dormitorio", confesó.
"En realidad creo que prefiero dejar mi habitación vacía durante las noches", comenté consiguiendo qué Rozemyne sonriera antes de volver a apretar sus labios en una fina línea.
"Ferdi… ¿está bien que siga viniendo?", me pregunto. "Ya no eres mi erudito, ya…"
"Puedes seguir viniendo", la interrumpí sintiendo un pánico inexplicable por que terminará esa frase, "puede que ya no seas mi señora, pero si mi presencia te ayuda a dormir, puedes seguir usándome tanto como lo necesites"
"Gracias Ferdi, te quiero", murmuró subiendo a la cama y acomodándose.
Sonreí acomodándome con ella, mientras comenzaba a acariciar su espalda y dejaba escapar un poco de mi maná para ayudarla a dormir.
"Rozemyne, no importa que ahora sea un candidato a archiduque, te seguiré protegiendo. Si te sientes enferma o triste, puedes venir a mí, te consolare como hasta ahora". Prometí.
Ella se removió un poco hasta depositar un beso en mi mejilla y ocultar su rostro en el hueco de mi cuello.
Fue extraño sentarme junto a los hermanos de mila… de Rozemyne, y mis hermanos adoptivos, y recibir saludos de los niños, incluida la pequeña Freida, era una niña con devorador cuyo nivel de maná estaba en el rango de una mednoble en el rango bajo. Hasta ahora era la única asistente mednoble de Rozemyne.
Las siguientes noches descubrí que Rozemyne no tenía problemas para regresar a su dormitorio después de colgarse en el mío. Saber que nada cambiará entre nosotros me hizo sentir más tranquilo.
Por otro lado, los candidatos a archiduque me obligaron a llamarlos por su nombre, solo por su nombre, lo cual fue complicado. En tanto Lady Eglantine insistió en que ahora yo era su hermano mayor, y que debía ser un buen hermano mayor, por alguna razón, quizás porque se llevaba tan bien con mil… Rozemyne, quizás porque su apariencia guardaba una ligera similitud con mi difunta hermana, o porque tenía el mismo tipo de personalidad energética que ella, no tarde en aceptarla como mi hermanita.
Antes de lo que me gustaría, fue momento de partir a la academia real, aún tenía permiso para regresar a casa, al templo, los días de la fruta y el día de la tierra.
Tan pronto como llegué, la profesora Hirschur me recibió con su habitual sonrisa materna y una felicitación por mi nueva posición, a partir de ahora usaría la habitación qué antes había pertenecido a Lord Galtero, Eglantine tendría su propia habitación en el tercer piso. La princesa estaba siendo bastante descarada con su opinión.
Los varones en mi séquito temporal se instalaron en las habitaciones de mi dormitorio. Las mujeres seguirían usando las mismas habitaciones qué el año pasado.
Fue extraño y confuso qué de repente comenzarán a llamarme Lord Ferdinand todo el tiempo, casi prefería y pedía que me llamaran sumo sacerdote en cambio, pero no estamos en el templo, qué mi hermano mayor se refiriera a mi como Lord o milord también era chocante e incómodo.
'Solo debo acostumbrarme, ¿cierto?'
Los siguientes días estuve repasando junto a Sylvester y Karstedt el curso de candidatos a archiduque. Ya me había matriculado en el curso de caballeros y en el de eruditos. Por lo cual estaba bastante preocupado.
Mi padre dijo que podría cursar el de eruditos en la temporada baja y concentrarme en el curso de candidatos y caballeros, pero yo soy el sumo sacerdote, no puedo hacer eso
'No puedo dejar sola a Rozemyne tanto tiempo.'
Cuando los alumnos de primero llegaron, la profesora Hirschur dio las reglas del dormitorio junto a los demás avisos qué se debían dar.
En la ceremonia de avance, Eglantine salió antes que los demás, ya que debía ir junto a su hermano y su primo. Fue doloroso observar cómo nos habíamos reducido, Eisenreich no había sido muy dañado, incluso teníamos nuevos estudiantes entre los antiguos azules en edad escolar y los antiguos nobles de Frenbeltag.
Matthias, Laurenz y Damuel me acompañaron como caballeros, Margaret como erudita, en tanto mi hermano fue cómo mi asistente.
Tuvimos que esperar a que el erudito qué anunciaba a los candidatos a archiduque informara que habíamos llegado para que pudiéramos pasar. Mis ojos fueron al príncipe Galtero qué debía estar junto a Lady Eglantine, pero cayeron en alguien que no conocía.
El segundo príncipe Anastasio, tenía la misma edad que mi hermana adoptiva.
Según me informo Justus, pese a ser el segundo príncipe era hijo de la primera esposa de Zent por lo cual su estatus era mayor al del príncipe Galtero. Eglantine era la primera princesa, pero era quien poseía menor estatus, ella había pedido ser adoptada por la tercera reina. En tanto Galtero había sido adoptado por la primera reina, quien también era su tía.
Eglantine estaba hablando con el príncipe de algo mientras que el niño la escuchaba con fascinación y un ligero sonrojo, fue bastante obvio que se había enamorado de mi hermanita
Los saludos iniciaron con Klassenberg el primero, a diferencia de la reunión de archinobles, todos los candidatos a archiduque se levantaban para ofrecer sus saludos a la realeza, y luego lo ofrecían a los ducados superiores.
Pronto fue el momento de que Eisenreich ofreciera sus saludos a los príncipes, me prepare mentalmente para recibir los insultos del príncipe Galtero, sin embargo, para mi grata sorpresa, fue el segundo príncipe quien dirigió los saludos.
"Mi prima me ha hablado mucho de todos ustedes, pero principalmente de usted, Lord Ferdinand. Un sacerdote azul bautizado a los diez, que ha demostrado excelencia desde el inicio, debo decir que casi no pude creerlo después de ver el desempeño de los antiguos sacerdotes vueltos a la nobleza". Sus ojos me miraron, estudiándome antes de sonreír.
"Me esforzaré por ser digno de tales elogios, príncipe Anastasio"
"Mi hermano mayor dice que su excelencia solo es un reflejo de Lady Rozemyne, así que espero ver por mí mismo la excelencia de la que todos hablan y no puedo esperar por conocer a esta prima el próximo año."
"Oh, mi querida prima realmente es increíble, ella es la sumo obispa de Eisenreich desde antes de su bautizo", alabo Eglantine, "es tan buena en todo lo que hace, incluso bordo algunos círculos protectores en la capa de mi hermano para protegerlo".
No pude evitar sonreír aún más al ver la reacción del príncipe Galtero
"Vaya ¿es así? Supongo que Lady Rozemyne realmente estaba preocupada por usted, Lord Ferdinand", la sonrisa del segundo príncipe fue divertida, algo me hizo pensar que estaban provocando al peli azul sentado junto a ellos. "Espero que Dregarnuhr entreteja fuertemente nuestros hilos a partir de ahora, con todos ustedes"
El saludo a Klassenberg fue corto, pero me felicitaron por mi adopción, diciendo lo mucho que lo merecía.
"Lord Ferdinand, me alegra mucho verlo como candidato a archiduque", sonrió Lord Werdekraft, "veo que sus asistentes son sus compañeros del templo".
"Es correcto, como no había estado seguro de aceptar la adopción, ignore el hilado de Dregarnuhr, por lo cual mi... Rozemyne me permitió usar a mis compañeros como séquito temporal".
Podía escuchar las risitas de los tres que estaban conmigo, pero fueron opacadas por la risa de Lord Werdekraft.
"Supongo que le tomara un tiempo dejar de llamar Milady a Lady Rozemyne, pero debería tener cuidado, no sea que Ordoschnelli le juegue una broma".
"Lo tendré", murmure sintiéndome mis orejas calientes, "es verdad que no he tenido ocasión de acostumbrarme al cambio". Finalice con una sonrisa que intentaba ser despreocupada.
"Entonces, tu Rozemyne", Constance fue la primera en atacar, considerando que estaba en sexto no se contendría.
"Fue un accidente, estuve a punto de llamarla Milady, la he llamado así durante años", aclare fingiendo que no me afectaba, pero sus ojos fueron a mis orejas y su sonrisa se amplió.
"Si tú lo dices." Canturreo sin creerme, "Ferdinand, ahora que eres un candidato a archiduque, ¿finalmente aceptaras el rafel de mi hermanita o seguirás negándolo?, ¿aceptaras el tuyo?"
"Rozemyne es como mi hermana pequeña, pensar en ella de otra forma no me es posible", asegure. Ahora que teníamos el mismo rango, podía decirlo sin que fuera inapropiado.
Los candidatos a archiduque de Drewanchel llegaron a saludar, interrumpiendo momentáneamente nuestra conversación. Según sabia, ese ducado era meritocrático, por ese motivo había muchos candidatos a archiduque. Muchos niños eran adoptados después de su segundo año, de forma similar a como me había pasado conmigo, no entendía el motivo y hasta ahora no lo había pensado, tendría que preguntarle a Justus después.
Entre los candidatos a archiduque conocí a Lady Lavinia, ella era un año menor que yo, así que esta era nuestra primera interacción, por lo cual recibí sus saludos de primera reunión, Sylvester había evitado mirarla directamente, pero la niña le sonrió de un modo extraño, antes de partir a su lugar.
"Primero. Ella es mi hermana pequeña", continuo Sylvester como si no nos hubiéramos detenido, "y es claro que tiene una rifa floreciendo por ti, todos podemos verlo, ¿Por qué te niegas a aceptarlo?"
"He cuidado de ella desde el incidente de la flor. Rozemyne no era más grande que una niña de cinco años… ustedes insisten en que tengo una rifa por ella, y que ella tiene uno por mí, pero no puedo aceptarlo, ¿Qué clase de persona seria viendo a una niña pequeña de esa forma? ¿Qué clase de persona seria Rozemyne si me hubiera alzado solo por un enamoramiento temprano?" les pregunte.
Intercambiaron miradas un momento, cuando una nueva delegación llego, esperaron a terminar de recibir los saludos de Hauchletzte antes de volver a dirigirse a mí.
"Ferdinand, no estamos diciendo que sus rafeles florecieron desde el inicio. Creo que nacieron después, en el tiempo en que convivieron libremente", comenzó Constance, "creo que brotaron a raíz del aprecio que se tenían mutuamente, y por eso te niegas a aceptarlo…"
"Es cierto que la aprecio", la interrumpí, "demasiado… le debo mi vida después de todo. Así que si, la quiero, pero no de esa forma. La quiero lo suficiente como para sentirme cómodo con la idea de un matrimonio con ella, pero no es amor, es afecto".
"Ferdinand, ninguno de nosotros hablo de matrimonio", me señalo Karstedt.
"Lo sé, pero no quiero seguir hablando sobre esto… solo quería dejar en claro mi posición y mi sentir hacia Rozemyne", explique mientras sentía mis orejas calentarse, otra vez.
"Muy bien hermanito, lo dejaremos así por ahora, seguir presionándote solo hará que sigas aferrándote a tu negación", cedieron, al menos de seguir insistiendo sobre el tema.
Las clases comenzaron al día siguiente, a partir de este año tendría clases especializadas, pero aún había varias materias que todo el alumnado tomaría junto.
La primera clase debía ser Teología, pero debido al nuevo plan de estudios y a algunos ajustes que aun se estaban haciendo para este año, nos dividimos en grupos especializados.
La profesora del curso era la princesa Brigitta, la recordaba de mi primer año en la academia, no había mucho que pudiéramos hacer más que comenzar con la teoría, así que este sería un día tranquilo y para estudiar.
"Para la clase de candidatos a archiduque, a diferencia de los otros cursos especializados, el schtappe es necesario, así que hoy recibirán el nombre del dios supremo." Dijo la maestra quien se veía bastante cansada y frustrada. "Les daré una explicación general, pero no podrán avanzar mucho. Ahora, ¿Quién inicia?", pregunto observándonos, "Ah, Lord Ferdinand, tengo entendido que se matriculo en tres cursos, ¿es correcto?"
"Así es profesora, me matricule en dos de ellos antes de que me adoptaran"
"Muy bien, usted será el primero. De esta forma podrá hacer algunos exámenes del curso de eruditos con sus compañeros", decidió.
Me llevo a una habitación con un gran circulo mágico me indico que vertiera mi maná en el circulo para obtener el nombre de la pareja suprema, a diferencia de los cinco eternos, cada persona recibía un nombre diferente de los dioses reyes, y era un nombre que debía permanecer secreto, si no queríamos perder su protección divina.
Vertí mi maná en el circulo mágico, el cual no parecía llenarse en absoluto, tuve que tomar un vial y beber el contenido de la poción, aún era una receta en arquetipo, pero usaba ingredientes de alta calidad. Aunque el sabor era horrible, era realmente eficiente.
Los nombres de la pareja suprema entonces se grabaron en mi cerebro como una ráfaga de fuego radiante, como si la luz quemara cada letra directamente en mi cerebro.
Schicksantracht, el dios de la oscuridad y Versprechredi, la diosa de la luz.
Recité sus nombres en una oración por instinto, las luces dorados y negras se elevaron entremezclándose antes de explotar en una bendición, una parte de las luces de bendición volaron a algún lugar fuera.
Cuando salí, la maestra me dijo que podía retirarme y envió una carta de ordonannz a los maestros del curso de eruditos para notificarlos. Gracias a su consideración pude acreditar algunos exámenes del curso de eruditos de forma temprana, ahora tenía menos de que preocuparme.
Ya que tenía tiempo libre hasta el almuerzo, decidí ir a la biblioteca junto a mis compañeros, con tres cursos en puerta necesitaba usar cualquier momento libre para conseguir materiales.
"Lord Ferdinand, felicidades por su ascenso de rango" me saludo la profesora Solange
"Gracias profesora", le agradecí notando entonces algo extraño, "¿Dónde están Swartz y Weiss?"
Una sonrisa triste se coló en los labios de la bibliotecaria antes de mirar a la oficina de registro
"Se quedaron sin maná… Zent asigno nuevos bibliotecarios provenientes desde Eisenreich en el otoño, pero sin el bibliotecario jefe, no pude otorgar permiso para que los tocaran y no pudieron obtener su dominio" se lamentó.
Sabía que se había solicitado tres archieruditos y tres mederuditos desde el ducado expresamente para la biblioteca de la academia después de la plática de Rozemyne con Zent, pero era una lástima que se perdieran las herramientas mágicas.
Después de la cena, me moví junto a mi improvisado sequito a un salón del Té. Cada vez que nos quedábamos a estudiar en la sala común del dormitorio, siempre había alguien que venía a preguntar por asesorías, interrumpiéndonos. Por lo que habíamos optado por estudiar en privado.
Mientras revisaba los textos y preparaba guias de estudio que también le serian útiles a Rozemyne cuando entrara a la academia observe a Mattias hablar o, mejor dicho, discutir con Laurenz. No entendía que era lo que estaba pasando
"¡Laurenz!", grito Mattias en un susurro.
"¿Qué? Observa".
Vi al peliverde ponerse de pie tomar algunas hojas y comenzar a caminar hacia mí.
"Oye Ferdinand. Esta parte de aquí, estoy confundido", me dijo mostrándome una guia de estrategia de Ditter.
Tomé la hoja y leí el contenido de lo que estaba escrito, así como los diagramas e indicaciones de estrategias, fruncí el ceño hacia él, sin entender que era lo que no entendía.
"¿Esta parte?", pregunte incrédulo "¿Lo leíste? Si lo has hecho mil veces durante los entrenamientos"
"Supongo que solo estaba distraído", dijo con una risita como si solo ahora se percatara de que en verdad era algo que dominaba. "Gracias Ferdinand."
"¿Por qué me agradeces?"
"Por ayudarme, me hiciste darme cuenta de que solo necesito prestar más atención"
"De nada… supongo. Sólo concentrate"
Lo seguí con la vista, hasta que volvió a sentarse al lado de su amigo, sonriendo de forma sínica al peli morado que lo observaba lívido. Use fortalecimiento físico para escuchar su conversación en el momento en que Laurenz volvía a hablar
"¿Lo ves?"
"No importa, ¡Debes mostrar respeto, no es tu igual!"
"A Ferdinand no le importa, pero lo llamare Lord cuando estemos en guardia."
En realidad, no me importaba, pero todos parecían en verdad asustados con su actitud
'Mientras se comporte frente a otros nobles, no debería ser un problema, ojalá todos se mantuvieran como él, tratándome como un igual mientras no estemos con personas ajenas a nuestro grupo'
.
El día de la hoja finalmente tuvimos el examen de teología, debíamos escribir el nombre de todos los dioses.
Quizás porque había pasado los últimos dos años de mi vida como objeto educativo, me resulto extraño sentarme junto a mis compañeros en los asientos marcados con un 3.
Mis compañeros y yo resolvimos el examen con facilidad y rapidez. Obteniendo el aprobado con sencillez, también parecía que todos habían olvidado convenientemente qué éramos sacerdotes y doncellas del santuario.
Después de una buena comida, fue momento de las clases prácticas de la tarde, la profesora Hirschur parecía bastante frustrada después de haber repetido la oración para la obtención de protección divina cinco veces
'¿No sería más fácil usar un proyector?' pensé, en realidad no sabía si existían en Yurgenschmidt, si no existían, tal vez podría crear algo que funcionará así.
Fui él primero en pasar, por lo que la profesora Hirschur entro conmigo para supervisará el examen.
Según me explico, Debía cantar el nombre de cada dios mientras vertía maná en el círculo mágico, esto era perturbadoramente similar al ritual de dedicación, incluso el altar me recordaba al templo, la oración también iniciaba igual, por lo que no me costó trabajo entenderlo, aun si me había distraído.
Tan pronto como coloqué mis manos en la alfombra los siete pilares brillaron, comencé a cantar el nombre de cada dios pilar y cada dios subordinado
"Vaya, es la primera vez que veo algo como esto, Lord Ferdinand", comentó la profesora mirando el altar, "Obtuvo la protección divina de 32 dioses", sus ojos entonces fueron a la parte alta del altar, "no parece que vaya a cerrarse si no sube", me dijo señalando el lugar donde la pareja suprema se había separado, formando una entrada
Subí las escaleras hasta la pareja suprema, encontrándome con una pared, como una película de aceite. Estiré mi mano, experimentando para asegurarme de que podía pasar. Cuando entré, me encontré con un gran árbol blanco y frente a él una gran feystone con un brillo iridiscente.
La necesidad de tomarla fue mucha, instintivamente supe que era mi voluntad divina lo que estaba viendo, debía alejarme, debía… ¿en qué momento lo tomé?
Sentí pánico y mi maná corrió desbocado hacia mi voluntad divina, la cual siguió encogiéndose con rapidez, hasta que se absorbió por completo en mi interior.
'¿Qué hice?'
Salí de ese lugar mientras trataba de ocultar mi desliz, mis ojos fueron a la profesora Hirschur que me esperaba en la base de la escalera, observe entonces el gran circulo mágico en la base del altar, no era mi intención, pero memorice ese círculo mágico, solo podía pensar en llevárselo a Rozemyne.
La profesora me pregunto que había visto pero no pude responderle, el pánico seguía fluyendo en mi interior, oculto tras una sonrisa noble. Necesitaba fingir que nada había sucedido hasta el día de la fruta, cuando mis compañeros fueran a recoger su voluntad divina.
