Disclaimer: Los personajes que reconozcáis y el universo le pertenecen a JK Rowling. La historia es mía. No obtengo beneficios económicos al escribirla.

Aviso: Este fic participa en el tópico "Duelos entre Potterhead" del foro "Hogwarts a través de los años".


MissDBlack22 me dio tres desafíos que acepté.

El segundo: Una aventura de Fleur en Beuxbatons (ambientado antes del Torneo de los Tres Magos)


Nota: Vale. Quizá no era esto lo que tenías en mente, pero fue lo que salió.

De niña a mujer.


Fleur tenía un problema. Un problema importante y urgente. ¿Tenía que pasarle hoy? ¿Y a esa hora? ¿No podía haber sido durante un rato libre o a la hora de comer? Vale, quizá no a la hora de comer. Eso sería peor. Aunque sí habría preferido que ese problema hubiera ocurrido cuando estuviera sola. ¿Era mucho pedir? Saber lo que venía y estar preparada para ello no era lo mismo. Fleur estaba mortificada y no sabía qué hacer.

Su madre le habló del periodo. Algo por lo que pasaban todas las niñas cuando se convertían en mujeres. En el caso de Fleur, también cambiarían otras cosas. Pero pensó que sabría cómo lidiar con lo segundo.

Si su Encanto de Beela se activaba y alguien se ponía pesado, sacaría su barita y la dejarían tranquila. Sin embargo, el tema del periodo la tenía inquieta.

Y es que, había ocurrido en medio de la clase de Encantamientos.

Se había sentido extraña toda la mañana. Su bajovientre dolía y su ropa interior había estado manchada.

No había conectado esos dos puntos porque la mancha no tenía el color de la sangre, pero debió haberlo sabido. Su madre se lo había explicado.

Fingió un dolor de cabeza para que la profesora no le hiciera salir a practicar el hechizo.

-¿Quieres ir a la enfermería, Señorita Delacour?

-No, no. Prefiero terminar la clase. Tomaré apuntes si le parece.

La profesora no quedó muy satisfecha, pero accedió. Delacour no era perezosa y tenía muy buenas notas. Tampoco trataba de salir por enfermedades falsas cuando podía. Preferiría que fuese a la sala médica, pero nadie mejor entendía su cuerpo como uno mismo.

La clase terminó y Fleur se demoró a propósito para que todos sus compañeros de clase salieran. Le hizo un gesto con la mano a sus amigas para que se fueran sin ella.

-¿Señoritaa Delacour? -La profesora preguntó.

-Tengo un problema. -La joven confesó.

Le daba un poco de apuro hablar de un tema tan privado, pero necesitaba decírselo porque necesitaba ayuda.

Sabía lo básico. Cómo poner una compresa, cómo aplicarse un tampón, pero si no se había puesto nada de eso, ¿cómo lidiaba con el manchado?

Su madre le había mostrado hechizos para cuando estuviera sola, pero no lo estaba y Por la piedra filosofal de Flamell, solo quería salir de allí y olvidar que había ocurrido.

La profesora se lo tomó con calma.

-Tranquila. No es la primera con un percance así ni será la última. Nos ocuparemos de esto para que sepa cómo solucionarlo la próxima vez. Y no se avergüence. El periodo es algo natural por el que pasa toda mujer. Ahora saque su barita. Hay cosas que aprender.

Minutos después, Fleur salía de la clase más tranquila y con un plan.

Le gustaban los planes. Si tenía el control de la situación se sentía mejor.

Y en cuanto al Encanto beela, ya lidiaría con ello cuando tuviera que hacerlo.

De momento, iría a su habitación a cambiarse y luego a la enfermería a por una poción para el dolor menstrual.