El Ascenso de un Científico Loco
Descubriré como Funciona el Mundo
Quinto Año
Después de que Rozemyne terminara las clases de una semana en un día el año anterior, no debería haberme sorprendido de que terminara todo a la primera, pero me sorprendió y me llenó de orgullo. Ella aún estaba luchando con su autodesprecio, aunque no entendía como podía estar luchando con eso siendo tan asombrosa.
Por otro lado, el año anterior, Sylvester fue seleccionado como Leidenschaft. Resulta que después de ver girar a su hermanita, su nivel aumentó tanto y tan rápido, que fue señalado como danzante a la mitad del año. Lo mismo había pasado con Lord Werdekraft. El prometido de mi hermana adoptiva aumentó mucho su nivel tras unirse al templo, por lo que se encontraba girando como el dios oscuro.
"Lord Ferdinand, Lady Brunhilde, realmente sus giros son maravillosos", Alabó la profesora Dagna después de que los estudiantes de quinto giráramos, "aun debemos evaluar a algunos de sus compañeros en las siguientes clases, pero es seguro que ustedes girarán como diosa de la luz y dios de la oscuridad", dijo con una sonrisa tan pronto como finalizamos, mientras los estudiantes de cuarto se acomodaban, "será maravilloso verlos danzar en esos roles en su graduación. ¿No le parece, Lady Rozemyne?"
"Nadie más digno que mis sacerdotes elevados a candidatos a archiduque para girar en esos puestos", dijo Rozemyne bloqueando por completó mi negativa. "No puedo esperar para verlos girar en su graduación el próximo año."
Sentí mi sonrisa profundizarse cuando la jovencita frente a mi soltó una risita divertida, retándome a negarme ahora.
'Dos pueden jugar este juego', pensé.
Un gruñido molesto y nada noble robo mi atención un momento y vi a mi novia suavizar su sonrisa debido a la reacción del príncipe, eso también me calmo un poco, tome su mano mientras suavizaba mi sonrisa para mirarla a los ojos.
"Yo también esperare con ansias tu giro como diosa de la Luz, Rozemyne."
"¿Bwuh?" tuve que morderme la mejilla para no reírme de la reacción tonta de mi novia. La había tomado por completo con la guardia baja. Brunhilde a mi lado sonrío.
"Es cierto, querida prima. Solo tú, la princesa santa y sumo obispa de Eisenreich podría ser más digna que yo."
"¡Perfecto! ¡Está decidido!", celebró la profesora mientras que Rozemyne sufría un error de procesamiento al no entender lo que pasó.
Pensé que tendría que hacer algo, pero se recuperó justo a tiempo para ir a su lugar y girar.
Las luces de bendición escaparon de ella cuando estaba finalizando la danza, quizás fue mi imaginación, pero la bendición me pareció mayor que la del año anterior.
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"Lord Ferdinand, esto es lo que me solicito", me dijo Samuel, uno de mis aprendices de archierudito que estaba en mí mismo grado.
Le solicité que transcribiera para mí la lista de materiales y herramientas que necesitaría para las optativas, este año tomaría medicina y creación de herramientas mágicas.
Entre las cosas que necesitaba se me solicitaba conseguir un tapete bordado con un círculo mágico especial para poder ver el flujo de maná.
"Parece que tengo todos los materiales", murmuré al ver la lista de materiales, "¿si envió hilo teñido a Eisenreich, Gilberta podrá bordar esto?", me pregunté en voz alta.
Confiaba en mis habilidades de costura, pero nunca había bordado nada tan complejo. Si el circulo no quedaba perfecto, podría no funcionar bien.
"¿Necesitas algo bordado?", la voz de Rozemyne me sobresaltó arrancándome un pequeño grito que la hizo sonreír. Carraspee dos veces para recomponerme antes de acercar la hoja a ella.
"Si, necesito esto."
Mi novia tomó la hoja que le estaba mostrando, antes de devolvérmela con una sonrisa pequeña en los labios.
"Un círculo para ver el maná. ¿Cuándo lo necesitas?", quiso saber.
"Para mediados del invierno. Cuando comienzan los cursos optativos."
"Puedo bordarlo para ti", se ofreció. "Aunque lo enviemos ahora, no sé si pueda entregarse a tiempo. No con la nevada debido al señor del invierno", me explicó.
"No te preocupes. Yo puedo bordarlo", aseguré antes de dudar de mí mismo, "...o puedo usar tinta, no quiero molestarte."
"Ferdi, no me molesta. Además, ya terminé mis clases", sus ojos me miraron con seriedad. Su sonrisa de dama fija en sus labios, "además de ir a la biblioteca, no tengo mucho más que hacer."
Tomé su mano antes de acercarla a mis labios, besando sus dedos, sonriendo ante el ligero y adorable rubor que adorno sus mejillas.
"Deberías tratar de usar ese tiempo para hacer amigas y…"
"Ferdinand, todas las candidatas a archiduquesa de mi curso tienen clases. Lo bordaré", declaró.
Un movimiento atrás de ella llamó mi atención, notando hasta ese momento al grupo de chicas que estaba detrás, todas jóvenes de primero y segundo.
'Sé que le dije que tomara asistentes y los puliera, pero…'
Todos los aprendices de mi prometida habían pasado los exámenes escritos a la primera, algunos lucharon un poco con las clases prácticas, pero tampoco les tomó tanto tiempo finalizarlas. Durante la tercera semana todos sus nuevos asistentes estaban libres.
Considerando que Rozemyne se mantuvo al margen era un logro bastante impresionante. Sus rostros aun lucían un poco cansados, pero todos tenían miradas orgullosas.
Me pedían en señas que aceptara su ofrecimiento. Con tres cursos no me quedaba mucho tiempo para estar con ella, lo que posiblemente significaba que pasaba todo su tiempo libre en la biblioteca subterránea.
"Está bien, gracias por tu ayuda."
Rozemyne sonrió, antes de dirigirse a sus asistentes y declarar que era momento de partir. Los varones tomaron las cajas.
"¿A dónde vas con tantas cajas?", le pregunté curioso, consciente de que debía irme a mis clases en el curso de caballeros ahora o llegaría tarde.
"A la biblioteca. Debo cambiar la ropa de las herramientas mágicas. Nos vemos en la cena, Ferdinand."
'Lo olvidé por todo el tiempo que estuve viajando, pero Rozemyne debía preparar nuevos atuendos para los autómatas. No sabía que lo terminó', pensé antes de apurarme yo mismo y salir.
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Mis invitaciones para socializar, así como los retos a los partidos de ditter siguieron llegando, y mis partidos semanales contra Dunkelfelger se redujeron a un partido cada tres semanas. Lo que me permitía tener más tiempo para trabajar en mis 'inventos.'
El año pasado había algunos que decían que usaba 'trucos sucios' o 'poco caballerosos' en mis juegos de ditter, pero desde el partido de Rozemyne contra Galtero, el apodo 'señor del mal' que Heisschitze había usado para llamarme en alguna ocasión, desapareció por completo. Junto a los comentarios sobre lo viciosos de mis partidos.
"Es increíble como el juego cambia por completo cuando el comandante cambia, aunque sean los mismos jugadores", comentó Lord Werdekraft en una fiesta de Té.
Brunhilde, Rozemyne y yo habíamos sido invitados. El último partido fue dirigido por mi prometida.
El juego finalizó una campanada y media después de iniciar.
"Supongo que solo es el enfoque", soltó Rozemyne con una risita, "Brunhilde tiene un enfoque basado en la paciencia. Puede alargar el juego hasta que sea el momento adecuado. Ferdinand por otro lado, se basa en la velocidad, y si eso no funciona pasa a la astucia. Puede soportar juegos realmente largos, pero se niega rotundamente a arriesgar a los jugadores… no entiendo porque, el ditter siempre ha sido un juego peligroso. Por ese motivo, el difunto primer príncipe prometió que sería un juego sin bajas cuando arreglaron la solicitud durante su segundo año." Agregó cerrando los ojos un segundo, recordando algo. "En el informe que se me envió para autorizar ese juego, decía que el partido se detendría si alguno de mis azules terminaba gravemente herido y sería enviado de regreso para que pudiera curarlo. Solo por eso lo permití."
No sabía que se le había pedido autorización a ella para retarnos, pero en retrospectiva, eso tenía sentido. Todos mis compañeros estaban bajo su tutela. Eran su responsabilidad en ese momento.
Cuando la conocí, mi novia valoraba la vida sobre cualquier cosa, y fue así… hasta que su educación se corrompió. Un ligero suspiro me sacó de mis cavilaciones. Mis ojos fueron entonces a Rozemyne.
"Dicho esto, debo disculparme por sus estudiantes que salieron heridos, Lord Werdekraft. ¿La curación fue suficiente para sacarlos de peligro?"
"Lo fue, Lady Rozemyne."
"Debo decir que hizo algo más que sacarlos del peligro", dijo Sieglinde
"Nunca habíamos visto algo como eso…" continuó Werdekraft, mirando a mi prometida con algo en los ojos que no pude identificar. "Ni todos los mejores sanadores del ducado juntos abrían logrado tal hazaña."
Ahora estaba confundido ¿Qué había hecho Rozemyne?
"Muchos se encontraban con un pie en la altísima escalera, según lo que comentaron los testigos, pero cuando su bendición cayó sobre ellos, no solo salieron del peligro. Los que estaban inconscientes despertaron. Todos los afectados por sus granadas recuperaron la vista y el oído. Incluso las peores heridas se cerraron como si nunca hubieran existido. No quedó marca alguna…" agregó Sieglinde antes de suspirar y mirar su té. "Debo decir que resulta confuso tratar con usted. La señora del mal y la princesa Santa. Dos títulos tan contradictorios como acertados."
"Algunos comenzaron a llamarme… ¿Cómo era?" se interrumpió un momento, dando dos golpecitos a su mejilla en modo contemplativo, "¿La Santa Princesa Demonio…? No, no era eso. ¡Oh, cierto! La demoníaca princesa Santa", recordó riendo, demasiado feliz para lo que ese título significaba, "nunca había escuchado ese término hasta que me matriculé. ¡Las historias de los demonios fue de lo más entretenida! Bestias feéricas humanoides y corruptas."
Volví a mirarla después de casi escupir mi té. No había escuchado nunca sobre esas 'bestias feéricas.'
"Laurenz hizo un gran trabajo recopilando todas las historias de demonios para mí después de que comenzaron a llamarme de ese modo. No entendía la referencia, pero leer nuevas historias siempre me hace feliz."
"A estas alturas del invierno, tanto los maestros como los estudiantes están de acuerdo en que Rozemyne es la personificación del Ying-yang. Algunos incluso han comenzado a identificar las sutilezas entre la sonrisa de ángel y la sonrisa de reina demonio"
Vi al idiota de mi mejor amigo desviar la vista en el momento en que Brunhilde agregó su explicación.
"¡No sabía que más hacer para que me reconocieras sin decírtelo a la cara!" se defendió en japonés usando el Blatand que Rozemyne nos dio. Sentí mi propia sonrisa crisparse a sus palabras
"Ferdinand, ¿estas bien?" me cuestionó Rozemyne mirándome preocupada. "¿Por qué sonríes como rey demonio?" preguntó. "A mí no me molesta que me llamen así, ¿sabes?"
¿Cómo podía explicarle a mi novia que mi irritación se debía a que el idiota de Laurenz había iniciado una campaña para volver a llamarme rey demonio en esta vida consiguiendo que a ella la apodaran así, sin afectarla o volverla mentalmente inestable?
La mañana siguiente fue momento para la fiesta de té musical. Brunhilde, y yo estábamos invitados, Rozemyne también fue invitada, pero a diferencia del año anterior, esta vez no rechazo la invitación.
Tusnelda y Philine tenían su propia fiesta de té con los profesores y otros archinobles dos días después.
Entré con ella cuando vi a un invitado que, en realidad, no debería estar ahí. Hasta donde sabíamos, Galtero no fue invitado a la fiesta de té.
La sonrisa de dama en el rostro de mi novia se profundizó al mismo tiempo que la de Brunhilde y la mía lo hacían.
Uno de los profesores se percató de nuestra reacción, y sus ojos revolotearon con torpeza entre Galtero y Rozemyne.
"Al enterarse de que asistiría a la fiesta del té de hoy, Lady Rozemyne, el príncipe Galtero solicitó unirse a nosotros. Nos disculpamos por el repentino cambio de planes, pero rogamos que lo comprenda."
"Sí, por supuesto. Me siento honrada de ser agraciada con la presencia del Príncipe Galtero". El hecho de que mi prometida casi escupiera las palabras mientras su sonrisa se profundizaba, solo señalaba lo molesta e incómoda que se encontraba. Todos lo notaron.
"Aquí tiene, Lady Rozemyne, Lord Ferdinand."
Pauline nos indicó donde sentarnos en la mesa circular. Por lo regular los asientos se alternaban entre estudiantes y profesores, en esta ocasión nos sentaron juntos, lo que significaba que había un profesor a mi derecha, y uno a la izquierda de Rozemyne.
Saludamos a los príncipes y a los profesores antes de dirigirnos a nuestros asientos. Eglantine me observó con sus ojos anaranjados en una sonrisa de disculpa, suspirando por el comportamiento de su hermano.
"Rozemyne, querida prima", dijo Eglantine. "Lamento mucho…"
"No te disculpes, querida prima. Es difícil controlar a un badulaque farruco."
Brunhilde, Eglantine y yo, tuvimos que desviar la vista y sujetar nuestros estómagos. No estoy seguro de que fue lo que pensó el príncipe, solo sabíamos que el insulto de Rozemyne fue ignorado por él.
Otro de los estudiantes que se encontraba presente, un candidato de Drewanchel, llevó su mano a su boca de inmediato para evitar reír. Otros candidatos no parecieron entender el insulto o el motivo de nuestras risas.
Cuando pudimos calmarnos, la fiesta inició.
Todos los estudiantes, a excepción de Galtero, tocamos una canción. Los profesores nos preguntaron si había alguna canción a dueto que tuviéramos, Rozemyne sonrió en ese momento, mirándome feliz.
"Hay una. Pero nunca la he tocado con Ferdinand. Solo compartí la melodía con él, si no les importa, ¿querrían escucharla?" preguntó antes de bajar la vista un momento o dos, para luego volver a encarar a los profesores, "¿Incluso si no sale perfecto?"
"¡Nos encantaría!"
Una segunda silla se acomodó a la indicación de Pauline. Grettia colocó las partituras y reconocí la canción de inmediato. No sabia que esto era un dueto, pero la letra…
Comencé a tocar junto a Rozemyne. Su voz de campana había desaparecido casi por completo. La letra estaba escrita en lenguaje antiguo, pero mirara como lo mirara, esto era una canción de amor. Brunhilde y las doncellas del santuario lo notaron de inmediato, sonrojándose mientras seguíamos cantando hasta que la canción finalizó.
Los músicos de los profesores entonces comenzaron a tocar sus propias canciones mientras la conversación fluía de forma amena, con el príncipe Galtero sin ser capaz de integrarse en las discusiones. Música, pintura, danza, todos temas que el desconocía.
"Parece que Dregarnuhr, la Diosa del Tiempo, ha tejido los hilos de hoy con una velocidad y gracia excepcionales", dijo Pauline dando por finalizada la fiesta.
Cuando la puerta se abrió, el príncipe Anastasio entró, sonriendo cuando sus ojos se encontraron con mi hermana menor, antes de que su rostro se pusiera serio al ver a su hermano adoptivo.
Mientras salíamos del salón, escuché como Galtero era regañado por el pretendiente de Eglantine.
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"Muy bien, para esta clase estaremos divididos en dos grupos", comenzó el maestro.
Hoy tocaba medicina y en la clase de hoy nos enseñarían a leer el flujo de mana en el cuerpo, identificar las anomalías y tratarlas.
Rozemyne terminó el tapete más rápido de lo que pensé, solo una semana después de que se ofreciera a bordarlo, por lo que terminó bordando también el que necesitaba para las clases de fabricación de herramientas mágicas.
Sus asistentes me agradecieron por dejarla bordar. Al parecer, Galtero estuvo rondando la biblioteca en sus ratos libres, pero Rozemyne había estado tan concentrada en la lectura que no lo notó. Además de que los autómatas identificaron al príncipe como amenaza y podían dañarlo.
Durante la prueba nos indicaron que hiciéramos parejas. Laurenz estaba trabajando conmigo. Por desgracia, fue el único que se ofreció para ello.
Primero uno y después el otro, debíamos quitarnos la camisa, zapatos y calcetas. Laurenz siendo el desvergonzado que era, se ofreció a desvestirse primero. Tuve que recordarle que debía mantener los pantalones puestos.
El peliverde se paró sobre el circulo mágico. Me agaché, inyectando mi maná en el tapete.
No era la primera vez que veía las líneas de maná, pero si era la primera vez que las observaba con atención.
El maná parecía correr de forma similar a la sangre en las venas, por lo que era probable que lo que llamaban 'líneas de mana' y las venas fueran lo mismo... 'debería haber tomado clases de medicina.'
El profesor Johann mostró como debía lucir un flujo de maná sano. Nos indicó a que lugares debíamos prestar atención.
Laurenz parecía tener pequeños grumos de maná esparcidos por aquí y por allá. Tan pequeños que, si el profesor no lo hubiera señalado, me hubiera sido imposible percatarme.
"Son pequeños, pero antiguos", murmuró el profesor antes de volver a mirar a mi amigo. "Lord Laurenz, como antiguo sacerdote, usted no poseyó herramientas mágicas durante su infancia, ¿es correcto?"
"Es correcto. La primera que recibí fue a los diez años, Milady la preparó para mí. Al igual que preparó para todos sus azules."
"Entiendo... Lord Ferdinand, me gustaría revisarlo yo mismo."
Mi sonrisa se profundizo y asentí a regañadientes. Si Laurenz, que había tenido un modo constante de vaciar su mana excedente tenía grumos de maná, yo debía tener muchos, muchos más. Considerando el modo en que mis recuerdos volvieron...
Terminé de desvestirme sintiéndome incómodo antes de pararme en el tapete y ser estudiado por mi profesor, quien tenía un rostro muy pálido cuando terminó por pedirme que esperara a que todos salieron para poder hablar conmigo.
"Lord Ferdinand, debo decir que usted murió muchas veces en el pasado."
"Muchas veces estuve cerca de morir." Lo corregí "Pero no morí."
El profesor Johann me miró con una sonrisa pequeña en los labios, antes de negar.
"Creo que sabe a lo que me refiero. Tiene un cúmulo especialmente grande que me preocupa. Resulta sorprendente que se mantenga sano, considerando la situación con su maná. ¿Su médico nunca le mencionó esto?" preguntó un tanto incrédulo. Yo era, después de todo, un candidato a archiduque. "Endurecimientos como esto suelen interferir con la vida diaria."
"Nunca he sido una persona enfermiza, tampoco hubo señales que indicaran que había algún problema con mi flujo de maná, por lo que esta es la primera vez que me examinan."
"Le recomendaré que prepare un jureve de alta calidad y se sumerja lo más pronto posible. Que no haya tenido problemas hasta ahora, no significa que nunca los tenga."
Asentí y prometí hacerlo pronto, aunque debía encontrar el momento adecuado. No quería preocupar a Rozemyne de forma innecesaria y menos ahora que había aceptado mis sentimientos por ella. Aun si seguía negándolo solo por diversión.
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Después de la ceremonia de dedicación, recibí una invitación del príncipe Anastasio. Me preguntaba por mi horario y cuando era mejor para mí reunirme con él. La fiesta de té quedo para dos días después.
Mantuvimos una conversación casual por un tiempo. Cuando me ofreció jugar una partida de gewinnen, solicitó que se colocara también una herramienta de rango especifico.
"La verdad, deseo pedir su orientación como Erwachlehren", comenzó después de hacer su primer movimiento, "quizás ya lo haya notado, Lord Ferdinand, pero tengo un raffel por Eglantine. Ella se ha mostrado abierta a mi cortejo, pero me dejó en claro que no será una princesa soberana más allá de su graduación."
"Es correcto. Fue una de sus condiciones para aceptar la adopción."
"Lo sé. En la familia real, los príncipes que no se vuelven Zent fungen como ministros. Mi padre esperaba que compitiera por el puesto, pero no estoy interesado. De no ser por la guerra, yo no sería un príncipe ahora" me explicó. "Es por ese motivo que me gustaría tomar el curso de erudición en la temporada baja, para apoyar a Eglantine cuando se vuelva ministra en su Geduldh. Por eso mismo también me ofrecí como maestro del curso de candidato junto con ella. Sería demasiado, por no decir imposible, para una sola persona manejar los cuatro grupos."
"Entiendo sus intenciones, príncipe Anastasio." Dije con sinceridad haciendo algunos movimientos, observando los suyos durante su turno "Debo decir que me parece muy loable."
Anastasio asintió antes de mover y penetrar mi defensa, mirando con atención mi siguiente jugada.
"Me sentiría honrado si pudiera dedicarme usted un poco de su tiempo para ayudarme a prepararme para el curso."
Solté un suspiro justo después de robarle tres piezas y mirarlo a los ojos, haciendo lo posible por no torcer los labios.
"Aunque me honra su petición, príncipe Anastasio…"
Sus movimientos en el tablero fueron firmes y su jugada arrolladora, dejándome muy pocas opciones para mover mis fichas y ganar.
"Antes de que me rechace por completo… Sé que mi solicitud es egoísta y que está usted ocupado, pero… no le pido que me dediqué demasiado tiempo. Media campanada cada dos semanas si usted gusta. Necesito a alguien responsable que me aconseje sobre que material estudiar y me corrija o alivie mis dudas. Tengo entendido que el primer año en Erudición es muy general para dar oportunidad a los estudiantes a elegir una especialización… quiero ser útil a Eglantine y a Eisenreich, Lord Ferdinand. Si le pido esto a otra persona, me dirá que soy excelente en todo y eso no va a ayudarme a definir en qué área soy más útil. Además, usted conoce el Ducado. Estoy seguro que podrá ubicar en qué área de las que muestre una mayor destreza puedo ser más útil. Solo sería este año. Una vez encaminado, buscaría su guía solo cuando me surgiera una duda importante. Entonces… ¿puedo contar con su ayuda."
Sus palabras vehementes y su obvia necesidad de encontrar un propósito más allá del de ser un cónyuge de la diosa escogida por su corazón terminaron por doblegarme. Sabía lo que era buscar ser un pilar para alguien importante. Conocía de sobra esa necesidad de buscar un campo en el que ser excelente y útil también.
No dije nada mientras contra atacaba en el tablero y seguíamos con el juego en silencio. Si bien había ganado la partida de gewinnen luego de verme en apuros, mi determinación de negarme se perdió.
"Veré con mi asistente principal para agendar estás… sesiones de estudio. Mientras tanto, ¿esta bien si le envío un par de guías y algunos ejercicios?"
"Lo apreciaría mucho. Estoy en deuda con usted."
Suspiré antes de mover mi mano para desechar ese último comentario. Al parecer, en esta vida me había vuelto mucho más empático y no estaba seguro de que me agradaran los resultados.
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El torneo interducados llegó con rapidez. Entre entrenar, estudiar con el príncipe, preparar mi exposición, los juegos de ditter, el ditter de robo de tesoros del torneo, la socialización y los momentos que pasé junto a Rozemyne, no sentí el pasar del tiempo.
Que tanto Rozemyne como yo estuviéramos en la competencia por el puesto de Aub me libró de pensar en una segunda o tercera esposa, por lo que pude declinar todas las propuestas de cortejo.
Por otro lado, preparar la exposición de la tabla periódica se volvió un reto, incluso con el apoyo de Rozemyne.
"Quizás sería útil si pudiesen ver los elementos' opinó mi novia cuando planteé el problema que suponía la presentación para que fuera mejor comprendida.' Sería más sencillo que entendieran el concepto."
"Existen materiales que pueden ser... peligrosos, Rozemyne. Exponerlos podría poner en peligro la vida de estudiantes, profesores e invitados."
"Entonces, ¿por qué no encerrarlo? De ese modo no entraría en contacto con nadie", su piedra de Highbeast se transformó en un cubo perfecto, antes de expandirse y tomar la forma de la tabla periódica, con los huecos que tenía debido a los elementos que aún no encontraba, pero manteniendo líneas y muescas que insinuaban ser uniones entre un cubo y otro.
"Pueden ser encapsulados dentro de un cubo de cristal... o algo similar, ¡Como una barrera! La barrera puede ser de algún material aislante..."
La forma en que describió su idea me hizo pensar en la resina. Pero cuando le pregunté cómo debería fabricarlo, solo me miró en blanco por algunos momentos. No recordaba haber leído alguna vez sobre eso, así que, no podía fabricarlo. Pensé en tratar de guiar a Rozemyne para que accediera a esa información de su subconsciente, pero no quería forzarla y terminar con ella mentalmente inestable.
Aun así, la exposición de los elementos químicos fue un éxito.
De nuevo obtuve el mejor de mis tres cursos, empatando con Brunhilde en el de candidatos a archiduque. Rozemyne obtuvo otra vez, el mejor de su curso.
Vi a Aub Adelbert y a Lady Verónica contener lágrimas de orgullo cuando Sylvester fue llamado como el mejor de su curso.
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La mañana de la graduación, Werdekraft fue a buscar a Brunhilde quien, al ser su prometida a primera esposa, lo estaría escoltando este año. Mi hermana adoptiva se veía preciosa con su vestido amarillo, cuya falda estaba formada con varias capas. Según sabia, usaría el mismo el próximo año, lo había diseñado de modo que pudiera agregar algunas en la parte inferior. Un escote cruzado de corazón y mangas de tela semi transparente que parecían hiladas de viento.
Sylvester salió a buscar a su prometida, Lady Lavinia. También se comprometió con Lady Cristine, quien sería su tercera esposa, a petición suya.
Lady Verónica nos pidió nuestra opinión sobre comprometer a Sylvester con una antigua doncella del santuario a modo de demostrarle a Rozemyne que no pensaba en su templo como un lugar de flores, aunque lo había dicho muchas veces en el pasado para obligarla a defenderse.
Fue difícil, pero Lady Cristine aceptó bajo la condición de que se le permitiera seguir siendo profesora en la soberanía. Con la solicitud de mi hermana adoptiva, Zent lo vio como una oportunidad para sentar las bases.
La primera dama en verdad se estaba esforzando por arreglar las cosas. Rozemyne también había comenzado a bajar la guardia alrededor de su madrastra.
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Rozemyne estaba emocionada al volver. Nuestro compromiso sería oficial tras la fiesta para vivir la primavera donde intercambiaríamos las piedras de compromiso.
Me dirigí al salón principal junto a mis hermanos adoptivos y primos. Eglantine acababa de llegar de la soberanía, consiguiendo un permiso especial para venir ya que no estaba dispuesta a perderse mi ceremonia de compromiso.
Aunque se suponía que era Galtero quien debía acompañar a su hermana, era el príncipe Anastasio quien entró escoltándola, después de disculparse debido a que su hermano adoptivo no pudo acompañarlos.
Que hubiese tanta gente felicitándonos a pesar de que aun no era oficial me estaba poniendo nervioso.
Que mi atuendo fuera más elegante de lo normal, tampoco ayudaba. Aunque me sentía más cómodo con el atuendo que con mi ropa usual.
Era uno de los que Rozemyne diseñó para mí con ayuda de Alerah. el pantalón era de corte recto, sujetado a la cadera por un cinturón moderno, cortesía de Laurenz.
Una camisa de manga larga y una especie de corsé que parecía un chaleco de cuello en V con botones decorativos vestían mi pecho. La gabardina estaba abierta, sujetada por tres cadenas que parecían de oro, pero en realidad eran de maná. Los puños y el cuello tenían un delicado bordado en color oro al igual que la bastilla.
Los zapatos eran botas que llegaban a mi pantorrilla.
El traje completo era de un verde tan oscuro que casi parecía negro. Un corbatín que rodeaba el cuello de mi camisa y se ocultaba bajo el chaleco/corsé, era lo único que, a primera vista, en verdad parecía verde en mi atuendo, aunque bajo la luz el color real seria visible.
La nota de Rozemyne cuando me entregaron el atuendo decía que todo lo dorado sobre el traje era maná, ya que originalmente estaba pensado para ser uno de mis uniformes para mi ultimo año en la academia, 'Se tendrá que terminar de teñir, pero la pintura no cubrirá mi maná' fue la forma en la que la finalizó.
Para esta ocasión, até mi cabello en una coleta baja, sujetado solo con el broche que Rozemyne hizo para mí durante mi segundo año en la academia.
Respiré hondo una vez más. Estaba en el pasillo esperando a Rozemyne mientras todos entraban en el salón cuando ella llegó acompañada por su padre.
A diferencia de mi atuendo, su vestido era de un azul claro similar al tono de mi cabello o quizás un poco más claro. Las mangas de su vestido parecían compuestas de varias capas de tela transparente. Al igual que la falda, aunque podía ver tela solida de un azul casi blanco como fondo. El atuendo me recordaba un poco a los vestidos de los giros de dedicación, pero mucho más elegantes.
Grandes flores Rairein parecían atrapadas entre las capas de tela que formaban su vestido, en la capa superior también había varios cristales azules, incrustados, que simulaban gotas de agua, o rocío.
Como con mi atuendo, los bordes de la tela tenían un acabado dorado. Me tomó una segunda mirada notar el corsé blanco que ajustaba el vestido, resaltando su figura. El borde de esta tenía acabados en dorado, de modo que unificaba el atuendo. Las flores tejidas de mana caían desde el corsé y sobre su falda.
Su cabello estaba atado en una especie de cola baja sencilla pero elegante. Una tiara de color oro acentuaba el peinado.
Noté que usaba los accesorios que le regalé antes. Los aretes, brazalete, collar e incluso el anillo.
"Ya sé que mi hija es hermosa, Ferdinand, pero por favor di algo o entra en el salón… la pareja archiducal no puede entrar hasta que todos estén dentro."
La voz de Aub Adelbert me devolvió a la realidad.
No sabía cuánto tiempo estuve mirando a Rozemyne como un idiota, pero ahora sentía mis orejas calientes debido a la vergüenza.
Le ofrecí mi brazo y caminamos hasta nuestros asientos, mientras que los nobles del ducado nos daban algunas miradas cálidas o divertidas.
Momentos después de llegar a nuestros lugares y sentarnos, Aub entró junto a Lady Verónica. Caminaron hasta el escenario y dieron el saludo habitual que celebraba el final del invierno.
Llamaron al escenario a los estudiantes de honor y nos felicitaron en persona, sin embargo, mientras mis compañeros y los estudiantes volvían a sus asientos, Rozemyne y yo nos quedamos de pie frente a todos.
"Por favor, intercambien sus piedras de compromiso." Nos instó el Aub.
Margareth le acercó una caja a mi prometida y Rozemyne se arrodilló frente a mí. Su rostro estaba sonrojado bajo la ligera capa de maquillaje que usaba.
"Ferdinand." Mi nombre salió de sus labios tan suavemente como una caricia, calentando mi corazón. "Llegaste como bendición de Lungschmer, Dregarnuhr y Ventuhete cuando mi hilo estaba por cortarse, pintando un patrón hermoso y colorido. Ignoraste las bendiciones de Efflorelume qué en mi abundaban y te volviste Beischmacht custodiando las bendiciones de Mestionora, Kunstzeal e incluso de Angriff qué permanecieron bajo el velo de Verbergen incluso para mí. Es mi deseo que los dioses nos favorezcan a ambos y que sigas guiándome como Erwachlehren y Anhaltung incluso ante la ausencia de Chaocipher y Glücklität."
Sus labios temblaron un poco antes de mirarme. Su vestido brilló con hermosura, denotando que todas las piedras sobre ella eran feystone que contuvieron su maná.
"Por favor, acepta esta piedra de compromiso y camina conmigo como mi dios oscuro, como Leidenschaft y como mi Ewigeliebe."
Tomé la caja que me ofrecía, notando la hermosa piedra de compromiso que preparó. Incluso si parecía algo sacado de los animes de Shuu, el diseño era hermoso. Una perfecta esfera de un tono iridiscente estaba en el centro, sujeta por dos hilos de mana delgado y uno un poco más grueso, con pequeñas puntas que sobresalían unido a una especie de arco, el cual parecía atravesado por dos puntas de lanza. Tres pequeñas piedras verdes en forma de rombo estaban incrustadas en este arco; un arco más pequeño con tres puntas de lanza estaba al otro lado de la piedra, en tanto una feystone de color blanco perla con una forma de estrella prisma se enlazaba al conjunto con hilos muy finos de mana que simulaba orbitar a la pieza principal.
Apliqué un poco de mi maná para leer el mensaje: 'Llenaré tu vida de bendiciones aún si nuestros hilos se separan.'
Me tomó todo mi autocontrol no girarme a ella y decirle que eso no pasaría, que no permitiría que pasara, pero entendía su miedo. Ella era una princesa oculta. Podría ser llevada a la soberanía como próxima Zent si Zent Traokvar lo consideraba necesario y lo dictaba como orden.
Mis dedos rozaron la segunda piedra, revelando que ella tuvo la misma idea que yo.
'Mi hilo te pertenece, en este y en todos los tejidos.'
Sonreí sin poder evitarlo, leyendo la promesa velada de que no permitiría que nos separaran. Me giré un poco, pasándole la caja a Justus, y recibiendo la mía. Me arrodillé entonces, respirando hondo antes de comenzar.
"Rozemyne. Durante mucho tiempo, como el Dios de la Oscuridad viví solo, vagando sin rumbo y sin destino. Cuando te conocí, iluminaste mi mundo como la Diosa de la Luz, dando sentido a mi oscuridad. Por ti pude superar las bendiciones de Glücklität, encontrando a Mestionora, Analthung y Bluanfah en mi vida. Al igual que la Diosa de la luz que rige en las alturas, me miraste y me acogiste. Cómo Flutrane, trajiste cambio y renovación a mi vida, mejorándola. Igual que como Schutzaria cuida y protege a sus subordinados, me diste un lugar donde crecer y me aceptaste como Geduldh a Ewigeliebe con cada cambio de estación, bendiciendo mi hilo con tu luz y calidez." La miré a los ojos, sintiendo como mi sonrisa crecía para ella. "Tejeré mi vida como una lanza para protegerte, colmándote con las bendiciones de todos los dioses, así que, por favor, acepta esta piedra y camina junto a mí como mi diosa de la luz."
Le ofrecí la pequeña caja y la tomó con cuidado, su sonrisa se suavizó. La vi pasar sus dedos con suavidad y sus ojos se abrieron ligeramente debido a la sorpresa. Sus ojos se cristalizaron antes de mirarme con una sonrisa que jamás esperé ver fuera del dosel de mi cama. Solo un segundo, volviendo a su usual expresión noble. Por supuesto, mi novia jamás perdería la compostura frente a los nobles.
Cuando me levanté, los nobles reunidos tenían sus schttape elevados haciéndolos brillar, sin embargo, el salón lucía diferente. Hasta ese momento noté flores de enredadera que subían por la pared y setos llenos de flores rodeando las mesas. Estaba seguro de que esto era obra de Rozemyne, pero no podía importarme menos. Ahora que estábamos comprometidos, nadie intentaría robar lo que era mío. Porque ella era mía.
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Cuando la fiesta terminó, varios volvieron a felicitarnos, alabando las hermosas palabras.
"Ustedes dos… me gustaría hablar con ustedes."
La mirada en el rostro de Aub era extraña. Podía ver angustia y preocupación.
Lo seguimos a su oficina. Después de que despejó la habitación solo éramos mi novia, su padre, lady Verónica y yo.
"Ferdinand, Rozemyne… ¿han estado haciéndose ofrendas florales entre ustedes dentro del Templo?"
Después de que pude salir de mi estupor, me encontré con que Rozemyne y yo parecíamos un par de jitomates. Tuvimos que jurar ante la Diosa de la Luz que jamás llamamos el invierno. Lady Verónica nos explicó entonces que, en otro contexto, nuestras palabras tendrían un significado más oscuro.
"Básicamente al final ambos podrían haberse declarado cómo simples flores." Nos explicó la primera dama luchando por mirarnos a los ojos a ambos, sus mejillas estaban rojas al igual que su cuello, pero su voz carecía de su calidez habitual.
'Casi se escucha y luce como mi madre explicándome por enésima vez porque quería que tomara una esposa.'
Prometimos tener más cuidado para evitar malentendidos en un futuro y revisar más a profundidad lo que dijéramos.
Desde ahí todo fue como en años anteriores.
Participé en la ceremonia de oración y subí al castillo para poder apoyar durante la conferencia de archiduques. Por otro lado, Rozemyne aun intentaba pasar cada momento libre conmigo en un lugar donde pudiera besarme sin que nadie se percatara, pero al menos no lo hacía todo el tiempo.
Laurenz opinaba que su obsesión por los libros se había transferido a mí.
Rozemyne, se volvió un poco más recatada después de nuestro compromiso. En lo personal sospechaba que nuestra plática con la pareja archiducal era la culpable, quizás por eso ella pasó mucho tiempo con Brunhilde, ya que mi hermana se casaría como futura primera dama de Dunkelfelger y quería llevar algunas de las empresas de Rozemyne con ella. También quería mejorar la vida de nobles y plebeyos por lo cual me pidió que preparara a una de sus eruditas que se mudaría con ella para saber cómo buscar los materiales para el pavimento entre otras cosas, claro, habría un pago y un contrato de por medio.
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"… antes de finalizar, Ferdinand, tengo una solicitud para ti de parte de Zent", dijo Aub casi al final de la reunión, "la princesa Brigitta desea jubilarse. Su salud se vuelve precaria, pero ahora no hay nadie que tome su lugar. Es por ello y porque has obtenido el mejor cada año desea solicitar que te vuelvas el maestro temporal del curso, solo hasta que Eglantine se gradué."
"Yo..."
"Él aceptará, padre." Respondió mi prometida por mí, interrumpiéndome.
Todos los ojos cayeron sobre ella, quien solo sonrió más antes de ocultar su sonrisa tras un abanico. No estaba seguro, pero podía ver un ligero rubor en su rostro.
"Ferdinand es el adecuado. No me gustaría que la princesa Brigitta no pueda descansar y menos me gustaría que alguien no capacitado se vuelva maestro del curso. ¡Sería terrible para el país!"
No pude evitar sentirme un poco feliz por las palabras de mi novia, así como un poco de calor en mis orejas y carraspeé para tranquilizarme antes de responder.
"Aceptaré, Aub."
Cuando mi mejor amigo giró un poco para ocultar una carcajada, sentí que quería matarlo.
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Notas de las Autoras:
Aunque sería divertido dejarles de tarea que desenrede los dos significados de los discursos de compromiso, les dejaremos aquí una breve explicación de ambos:
"Llegaste como bendición de Lungschmer, Dregarnuhr y Ventuhete cuando mi hilo estaba por cortarse, pintando un patrón hermoso y colorido. Ignoraste las bendiciones de Efflorelume qué en mi abundaban y te volviste Beischmacht custodiando las bendiciones de Mestionora, Kuntzeal e incluso de Angriff qué permanecieron bajo el velo de Verbergen incluso para mí. Es mi deseo que los dioses nos favorezcan a ambos y que sigas guiándome como Erwachlehren y Anhaltung incluso ante la ausencia de Chaocipher y Glukitat. Por favor, acepta esta piedra de compromiso y camina conmigo como mi dios oscuro, como Leidenshaft y como mi Ewigeliebe."
Me salvaste de morir y te quedaste. Miraste más allá de mi belleza y me ayudaste a encontrar mis habilidades, las protegiste y pusiste cómo el Dios del Tesoro. Quiero seguir creciendo contigo, que me guíes y aconsejes cómo hasta ahora incluso cuando no parezca necesario. Cásate conmigo y sé todos mis dioses.
Lo que Aub y Verónica entendieron fue:
Luego de salvarme y alargar mi vida, y a pesar de que soy solo una flor, me llenaste de placer más allá de lo conocido, artístico y con fuerza sin que nadie lo notara. Quiero que mientras acumulamos bendiciones me digas que hacer en todo momento. Seré solo para ti. Escóndeme en tu hielo con el calor del verano bajo el manto de la oscuridad.
En cuanto al discurso de Ferdinand.
"Durante mucho tiempo, como el Dios de la Oscuridad viví solo, vagando sin rumbo y sin destino. Cuando te conocí, iluminaste mi mundo como la Diosa de la Luz, dando sentido a mi oscuridad. Por ti pude superar las bendiciones de Glücklität, encontrando a Mestionora, Anhaltung y Bluanfa en mi vida. Al igual que la Diosa de la luz que rige en las alturas, me miraste y me acogiste. Cómo Flutrane, trajiste cambio y renovación a mi vida, mejorándola. Igual que como Schutzaria cuida y protege a sus subordinados, me diste un lugar donde crecer y me aceptaste como Geduldh a Ewigeliebe con cada cambio de estación, bendiciendo mi hilo con tu luz y calidez. Tejeré mi vida como una lanza para protegerte, colmándote con las bendiciones de todos los dioses, así que, por favor, acepta esta piedra y camina junto a mí como mi diosa de la luz."
Estaba solo, sin propósito o lugar en el mundo. Tú me diste un propósito y me ayudaste con cada problema llevando sabiduría, consejo y amor a mi vida. A pesar de ser tan grandiosa, te fijaste en mí, mejoraste mi vida, me protegiste, y me aceptaste sin condiciones en todo momento, haciéndome feliz. Usaré mis conocimientos y habilidades para protegerte y ser lo que necesites. Por favor cásate conmigo.
Lo que Aub y Verónica entendieron fue:
No soy más que un simple plebeyo sin importancia al cual elevaste a sacerdote y noble, consintiéndome, educándome, aconsejándome y enamorándome de paso. Tú qué eres maravillosa en todos los sentidos, me has dejado estar contigo aun si soy indigno de ti. Haré todo lo que quieras, te daré todo lo que desees, por favor tómame para ti.
Esperamos que se hayan divertido con este capítulo y que lo hayan disfrutado.
SARABA
