Nota de la traductora: me da gusto tenerte te vuelta Gred-y-Forge, tienes la app de fanfiction? Desde que yo la bajé no tengo ningún problema con perderme notificaciones. Y respecto al capítulo anterior, tienes toda la razón, cuando uno ve a personas que normalmente se mantienen fuertes derrumbandose es imposible que no se nos estruje en corazón. Espero que disfrutes este nuevo capítulo. phoenix1993 "me rio pero no me hace gracia" será mi nueva frase favorita para expresar mi desaprobación por algo XD ya puedes ver la reacción de Harry y me dirás que opinas. Sara Magu siempre son bienvenidos tus comentarios, disfruta este nuevo capítulo.
Me cubro los oídos, cierro los ojos
No sabes lo que es una oportunidad hasta que tienes que aprovecharla; No sabes lo que es un hombre hasta que tienes que complacer a uno.
No pongas tu vida en manos de un hombre con un rostro para cada estación, no pierdas el tiempo en los brazos de un hombre que no es ajeno a la traición...
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Hermione miró de Harry a Dumbledore, con expresión ahogada por el shock. Miró al profesor Snape, que literalmente estaba a punto de explotar. Él siseó, "¿Cómo se ATREVE a acusarme de tal cosa, Potter?"
Enfurecido, dio un paso hacia Harry, hasta que el profesor Dumbledore gritó: "¡Severus, NO!"
Jadeando, el profesor Snape se quedó inmóvil y miró a su empleador con expresión incrédula. "¿No me digas que realmente crees en este… este niñato?"
"¡Basta, todos ustedes!" Gritó Hermione, aterrorizada por su profesor, asustada por Harry. "¡Por favor escúchenme!"
Los tres hombres en la habitación se congelaron y se volvieron hacia ella. Ella sacudió su cabeza. "Harry, no sé qué te dijo Sirius, ¡pero está mintiendo! ¡El profesor Snape me estaba protegiendo de él!"
Harry se mantuvo firme. "¡No! ¡Hermione, te tenía bajo un Imperius, o algo así! Sirius me dijo que vio al Profesor Snape" – Harry miró al maestro de Pociones con todo el disgusto que pudo reunir. "¡Sirius lo vio desnudándote! ¡Dijo que intentabas detenerlo pero que era demasiado fuerte!"
Para sorpresa de Severus, Hermione se rió. "Harry, si estuviera bajo un Imperius, ¿por qué estaría luchando contra él?" Su risa murió y en su lugar surgieron la ira y la indignación. "¡SIRIUS MIENTE, HARRY!"
Harry sacudió la cabeza, confiado en sus palabras. "¡No te creo! ¡Entonces te lanzó un Confundus!"
Severus golpeó la mesa con su mano con frustración. "¡Por el amor de Merlín, Potter, límpiate los oídos! ¡La chica está intentando decirte algo y tú no la escuchas!"
"¡CÁLLATE, Snape!" Harry gritó en represalia: "He visto cómo la miras cuando crees que nadie está mirando..."
"¿Y has visto a tu padrino perfecto babeando sobre ella también, muchacho?" Rugió el profesor Snape y los dos se pusieron frente a frente, con Hermione entre ellos.
"¡Sucio pervertido! ¡Te mataré si lastimas a mi amiga!" Harry gritó, al borde de las lágrimas, y sacó su varita. No era rival para un mago adulto como Severus, y Hermione gritó a los dos que se detuvieran.
"¡Detengan esto AHORA!" La voz mágicamente aumentada de Dumbledore tembló y reverberó a través de la oficina, y los tres se giraron para ver al mago mayor de pie, con los ojos ardientes y su magia girando a su alrededor. "¡No permitiré que peleéis en esta escuela! ¡Calmaos todos! Escucharé a cada uno de ustedes, por turno, y tendré silencio de los otros dos así tenga que lanzarles un hechizo silenciador".
Harry, Hermione y el profesor Snape se quedaron quietos, el resentimiento y la antipatía emanaban de los dos hombres más jóvenes. Hermione miró entre ellos, asustada por ambos. Harry estaba enojado y cuando su temperamento se apoderaba de él podía ser impredecible. El profesor Snape, por otro lado, era un maestro duelista, un espía y un mortífago, y un mago peligroso incluso en sus momentos más tranquilos. Sus ojos negros destellaban fuego ahora, y Hermione se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración, esperando que comenzara el duelo.
Dumbledore esperó hasta que los tres se calmaron un poco y dijo: "Harry, es algo muy serio acusar a un profesor de Hogwarts de conducta inapropiada con una estudiante. Me gustaría que empezaras por el principio. Harry, ¿podrías contarles a la señorita Granger y al profesor Snape lo que me dijiste antes?"
Algo apaciguado, Harry le dio a Hermione una mirada furtiva y comenzó: "Cuando Ron y yo llegamos a la Casa de los Gritos, Sirius estaba allí y estaba muy agitado. Me preguntó si había visto a Hermione y al profesor Snape, y le dije que Ron y yo los habíamos cruzado en el camino." Miró al profesor Snape.
"Le dije que ambos parecían enojados por algo, y Sirius dijo: '¡Bueno, sé por qué Severus está enojado! No logró terminar lo que empezó. Entré aquí y lo atrapé con la mano en las bragas de Hermione."
"¡Eso no es verdad!" Hermione gritó y Dumbledore levantó la mano.
"Tendrá la oportunidad de hablar, señorita Granger. Adelante, Harry".
Pareciendo más incómodo, Harry dijo: "Sirius dijo que confrontó al profesor Snape, y Snape dijo..."
"Profesor Snape, por favor, Harry".
"Lo siento, señor. El profesor Snape dijo que iba a... a…" El rostro de Harry se puso rojo brillante y tartamudeó las palabras: "ComerselacerezadeHermione".
El profesor Snape hizo un sonido de profundo disgusto. "¿En serio, señor Potter? ¿Parezco el tipo de mago que diría algo tan grosero sobre una estudiante? Especialmente", lanzó una mirada bastante desdeñosa hacia Hermione, "¿Sobre la señorita Granger?" Parecía tan disgustado que, por un momento, Hermione se sintió un poco ofendida.
"Severus, por favor", dijo el director, levantando una mano para silenciarlo. "He dicho que escucharé ambos lados de la historia y debo pedirles que cesen hasta que Harry haya explicado su versión".
De repente, una ira candente recorrió a Hermione. Hace casi una semana, ella y el Profesor Snape habían pasado una hora tratando de convencer al Profesor Dumbledore de que Sirius estaba actuando de manera inapropiada con ella. El director sabía que todo esto era una mierda. ¿Por qué le estaba siguiendo la corriente de Harry, en lugar de decirle la verdad?
Hermione se acercó a Harry. "Harry, sólo voy a decir esto una vez, y será mejor que me escuches".
"Señorita Granger-"
Ella se giró hacia él y Severus recordó lo intimidante que podía ser la pequeña bruja cuando estaba enojada. "¡No! Profesor Dumbledore, usted sabe la verdad, pero está actuando como si el profesor Snape y yo hubiéramos estado mintiendo todo este tiempo, ¡y no toleraré más esto!"
Hermione, furiosa, se volvió hacia Harry. "¡Harry, la razón por la que Sirius te dijo eso es porque ÉL es quien intentó abusar de mí! ¡El profesor Snape me ha estado protegiendo!"
"No estoy bajo un Imperius ni bajo un Confundus, como sin duda el profesor Dumbledore puede atestiguar. Sirius estaba alardeando ante el profesor Snape de que podía convencerte de que él era el que decía la verdad, ¡y parece que tenía razón!"
Hermione se volvió hacia el profesor Snape. "Lamento que haya sido arrastrado a todo este sórdido lío, profesor Snape. ¡Nunca en mis sueños más locos pensé que llegaría a esto!"
"De acuerdo, señorita Granger", dijo Severus, mas bien divirtiéndose. Intimidante, sí; atractiva, definitivamente. Era casi entretenido observarla, siempre que su ira no estuviera dirigida a él.
Se volvió hacia el hijo de su antiguo enemigo. "¡Piensa, Potter! ¿Por qué querría involucrarme con la señorita Granger. Y en un lugar donde ella sabía que estaría Black?" Él frunció los labios. "Tengo a mi disposición decenas de lugares secretos en este castillo. ¿Por qué iba a intentar abusar de una estudiante en un lugar público, sabiendo que se esperaba que Black estuviera allí en cualquier momento?"
"Sabe por qué", replicó Harry, entrecerrando los ojos. "Sirius lo avergonzó hace tantos años y quería mostrarle..."
"Harry, ¡BASTA!" dijo Hermione. Ella comenzó a llorar. "¿Cómo puedes pensar algo así sobre un profesor… sobre mí? Soy una de tus mejores amigas y ¿prefieres creerle a Sirius que a mí? Harry, Sirius es quien te está mintiendo. ¡Él es con quien tengo miedo de estar a solas!"
Harry hizo una pausa. La cruda honestidad en su voz era inconfundible; como había dicho antes, la conocía demasiado bien. Vio el lenguaje corporal entre Snape y Hermione, y se dio cuenta de que no sólo ella no parecía tenerle miedo, sino que obviamente no estaba bajo un Confundus ni bajo un Imperius. Por primera vez, su convicción flaqueó.
"Hermione, ¿por qué Sirius diría semejante mentira?" Sus hombros cayeron y Severus sonrió para sus adentros. El joven tonto estaba empezando a entrar en razón, por mucho que le preocupara.
"¡Porque él sabe lo difícil que es para ti creer algo bueno sobre el Profesor Snape! Y, sin embargo, ¡es tan fácil creer lo mejor de Sirius! ¡No se caen bien y ambos aprovechan cada oportunidad para desacreditar al otro!"
Harry miró a Severus fríamente. "¿Pero por qué Sirius me mentiría? ¡No tiene nada que demostrarme! ¿Y por qué estaba usted allí, profesor? Nadie sabía que Sirius estaría allí excepto…" Harry se detuvo tartamudeando y miró a Hermione.
"Le dijiste a Snape-"
"¡Profesor Snape, Harry! ¡Él es nuestro maestro!"
Harry casi le gruñó a Severus. "PROFESOR Snape, entonces, ¿le dijiste que Sirius vendría a vernos? ¿Por qué harías eso?"
"¡Porque no quería estar sola en la misma habitación con Sirius!" gritó frente a todos. "Iba a confrontar a Sirius y decirle que me dejara en paz, y le pedí al profesor Snape que viniera conmigo porque él es el único que me creyó; estaba allí en Grimmauld Place; vio a Sirius intentar..." Ella enterró su rostro entre sus manos en humillación y lloró, y Severus supo que si Sirius Black estuviera en esta habitación, lo mataría ahí mismo.
Mientras involuntariamente deseaba abrazarla y consolarla, la palma de Severus de repente se calentó y una ligera sensación de escozor surgió de la línea invisible que Hermione había cortado en su palma. Su juramento de sangre lo estaba llamando. Hermione también miró su palma y comenzó a frotarla distraídamente con su pulgar. Ella también lo sintió.
Severus se dio la vuelta de mala gana. "¡Ya es suficiente, director! ¿No ve que la chica está obviamente angustiada?" Se volvió hacia Potter, su voz venenosa. "Me repugnas, Potter. Acusas a tu mejor amiga de mentir, la lastimas y la degradas en frente del director y de mí, me insultas y todo lo que puedes hacer es causarle angustia a la chica por ser lo suficientemente valiente como para decirte la verdad." Le hizo un gesto a Hermione, que se estaba secando la cara con el pañuelo que él le había regalado hacía toda una vida. "Es por eso que ella no te lo dijo: ¡sabía que no serías lo suficientemente inteligente como para creerle!"
"Creo que eso será todo, profesor Snape", intervino Dumbledore, y tanto Hermione como Severus lo miraron en estado de shock. Ignorándolos, el director se volvió hacia Harry y puso una mano paternal en su hombro.
"Harry, Sirius no está aquí para defenderse -"
Hermione sintió que se le helaba la sangre. El director continuó: "Pero la señorita Granger es bastante inflexible, al igual que el profesor Snape, en que estas acusaciones son infundadas. Creo que posiblemente Sirius los vio conversando y llegó a una conclusión incorrecta".
Hermione sacudió la cabeza con asombro... Se arriesgó a mirar a su profesor, que estaba de pie como una estatua, irradiando ira y resentimiento.
"Yo mismo interrogaré a Sirius, pero hasta entonces, espero que este asunto no vaya más allá de estos muros. ¿Se entiende eso?"
"Sí, señor", dijo Harry, su tono respetuoso, y parecía complacido de que sus preocupaciones hubieran sido validadas. El profesor Snape le dio al director un rápido movimiento de cabeza en respuesta. Hermione simplemente miró al anciano, su expresión cuidadosamente neutral.
Severus la miró con aprobación. Se había secado las lágrimas; ella no había desafiado más a Dumbledore. De hecho, ella había hecho más o menos lo mismo que él. Había borrado todas las emociones de su rostro y estaba esperando hasta que le dieran permiso para irse.
"Bien", dijo Dumbledore, agradablemente, como si el tema hubiera sido sanjado. "Harry, ¿por qué no se van tú y Hermione? Me gustaría que se quedara un momento, profesor".
Harry se fue inmediatamente y Hermione se giró para seguirlo. Le dio una rápida mirada a su profesor y él se la devolvió. A cualquier otra persona su mirada le habría parecido indiferente, accidental. Pero fue una mirada de aprobación y Hermione la aceptó como tal.
Después de que el joven y la chica se marcharon, Albus se volvió hacia el maestro de Pociones. "¿Severus?"
Simplemente se giró y miró al Director, con una ceja levantada en señal de interrogación.
Albus no estaba contento. "Si hay algo de verdad en lo que dijo Sirius, lo descubriré. Este no es el momento de distraerse con algo tan insustancial y voluble como el deseo físico. Especialmente por una estudiante".
Severus permaneció quieto, luego se giró y miró a Dumbledore. Miró al anciano durante varios momentos, con expresión pensativa y reflexiva.
Finalmente, Severus habló. "Creo recordar que hace poco menos de un mes, vine a ti pidiendo ayuda, por lo que le revelé al Señor Oscuro mientras estaba bajo tortura. Te dije entonces que la chica sentía repulsión por mí, que eso nunca funcionaría. ¿Y qué fue lo que dijiste? Oh, sí, 'debes encontrar cosas más profundas con las que cambiar eso. Permítele que te conozca'".
Su sonrisa era lobuna. "Bueno, lo he hecho, Albus. Ella ha llegado a conocerme muy bien en los últimos días y nos gusta lo que hemos descubierto. Yo diría que hemos llegado a un acuerdo muy beneficioso para ambas partes, gracias en parte a tus consejos, y no estoy dispuesto a cambiar eso ahora mismo.
"Ha pasado mucho tiempo desde que te entregué mi vida a cambio de la de otra persona, Albus". La sonrisa de Severus se desvaneció. "Yo era un muchacho tonto entonces, y no se me ha dado ninguna oportunidad de crecer y convertirme en algo más que un hombre tonto. Yo he fallado, pero tú también, viejo. Te di los mejores años de mi vida sirviendo aquí en esta maldita escuela. Te hice una promesa de proteger a tu precioso Harry Potter y he cumplido muy bien mi parte del pacto".
Los ojos de Severus ardieron con resentimiento y furia. "Cuando el Señor Oscuro regresó, me senté en mi oficina y lloré de dolor por la Marca DURANTE DÍAS. Todo porque querías que esperara antes de presentarme ante él. Me dijiste que eso le mostraría mi lealtad hacia ti, para que yo pudiera ser un mejor espía. ¿Recuerdas lo que dijiste? 'Piensa en ello como una forma de expiar, Severus'. Bueno, ya he expiado. Estoy absuelto."
"Hiciste la promesa de mantener a Lily a salvo y fallaste. Desde entonces, has usado mi culpa todos los días y me has obligado a vivir una vida que ha sido un infierno absoluto en cada momento de cada día, como tu esclavo contratado." Severus se inclinó, su rostro arrogante y cruel. "Pero olvidaste que el tiempo pasó, Albus, y que la memoria de Lily ha regresado al lugar que le correspondía. Ya no puedes intimidarme ni extorsionarme para que espíe para ti. Lo hago ahora porque así lo deseo y dejaré de hacerlo cuando así lo desee. No tienes más poder sobre mí más allá del que yo te autorizo".
Severus se puso de pie en toda su altura y miró a su director. "Y te diré esto, viejo. Si intentas hacer algo, decir algo, causar algo que la ponga en mi contra, me iré. Si tus acciones causan daño a un solo rizo alocado en su cabeza, la tomaré y nos ocultaremos tan bien que ni tú ni el Señor Oscuro nos encontrarán jamás. Nosotros. Vamos. A. Desaparecer." Su voz se convirtió en un susurro sibilante, venenoso y mortal.
Hizo un gesto hacia su antebrazo. "Esto se puede eliminar. Ahora te he dicho lo que haré. Y esto es lo que tú harás. Nos dejarás avanzar en nuestros planes de trabajar juntos y le dirás a Potter, Weasley Y Black que no molesten a la chica. Nunca he lanzado la Maldición Asesina, pero lo haría por ella".
Severus miró al director. "La señorita Granger y yo estamos trabajando juntos ahora para derrotar al Señor Oscuro y mantener a Potter con vida el tiempo suficiente para hacerlo. No somos amantes, pero lo seremos. Ya no soy tu juguete por el bien común, Albus. Te ayudaré, siempre que me resulte rentable hacerlo".
Severus se inclinó sobre el hombre mayor. Con una voz tan líquida y lasciva que casi hizo temblar al director, Severus ronroneó: "Y si deseo follármela en la mesa principal del Gran Comedor, lo permitirás. Me darás todo lo que necesito para continuar con este despreciable trabajo. Y a pesar de todo, me dejarás, nos dejarás en paz".
Se giró para irse. "¿Tenemos un acuerdo, director? Tendrás a tu espía, tendrás a tu precioso Potter y yo tendré una razón para vivir después de que esta guerra tres veces maldita termine. ¿Tenemos un acuerdo?"
Dumbledore se hundió por un momento, luciendo cada uno de sus más de ciento cincuenta años. "Sí, Severus. Sí, maldito seas. Lo tenemos."
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Una vez que Harry y Hermione bajaron las escaleras de la oficina del director, él se giró para mirar a su amiga. "Hermione, no sé qué pensar o creer". Sus ojos preocupados se encontraron con los de ella, y Hermione de mala gana sintió lástima por su amigo.
"Harry, estoy diciendo la verdad. Desde el verano pasado, Sirius me ha estado acosando cada vez que vamos a Grimmauld Place."
Harry sacudió la cabeza con incredulidad. "¿Por qué haría eso?" Ante su expresión bastante atónita, Harry rápidamente añadió: "No quiero decir, ¡por qué te encontraría atractiva! Quiero decir", vaciló, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "¿Por qué lo haría, ya sabes, si supiera que tú no sientes lo mismo?"
Hermione suspiró. "Por lo que sé de él, Sirius era un conquistador en la escuela. Creo que todavía se considera como tal". Ella sonrió con tristeza. "No creo que le guste mucho el rechazo".
"¿Pero por qué no me lo dijiste?"
Hermione se apiadó de él. "Harry, sentí que sería una cosa negativa más en tu vida en este momento. Con todo lo que está pasando, entre Dumbledore ignorándote, Umbridge torturándote, el Profeta vilipendiándote…" Hermione miró a su amigo con tristeza. "Pensé que podría manejarlo por mi cuenta. Pero no pude. Y entonces, un día en Grimmauld Place, el profesor Snape llegó y vio a Sirius…" La voz de Hermione se apagó, demasiado cansada y avergonzada para continuar.
Harry la miró preocupado. "¿Y Snape realmente, bueno, te salvó?"
Hermione puso los ojos en blanco. "¡Es el Profesor Snape, Harry y sí! ¡Piensa, Harry! Siempre ha tratado de protegernos. Sé que no te agrada y en cierto modo lo entiendo bien, ¡pero piensa en todas las ocasiones en las que estuvimos en problemas! ¡El profesor Snape estaba allí, tratando de asegurarse de que estuviéramos vigilados!"
Al ver el rostro de Harry todavía nublado por la duda, Hermione resopló. "¡El profesor Snape no es el enemigo, Harry! Puede que no sea el hombre más amable del mundo, pero no es el enemigo. Sirius te está tomando por tonto".
Le dio a Harry un pequeño abrazo impulsivo. "Sabes en el fondo que tengo razón, Harry. Si el profesor Snape es culpable de algo, es de incitar a Sirius a inventar esta mentira. Sirius odia al profesor Snape, pero no es necesario que tú lo hagas. Lo necesitamos. Necesitamos confiar en él".
Harry negó con la cabeza. "Nunca voy a confiar en él, Hermione. Tú siempre quieres ver lo bueno en todos". De mala gana, añadió: "Voy a ver a Sirius durante las vacaciones de primavera. Hablaré con él entonces".
Harry se alejó, dejando a Hermione con sus pensamientos. "No sirvió de nada".
Hermione se giró y vio a su profesor apoyado contra la pared, casi insolentemente. "Tu pequeño discurso, por muy persuasivo que haya sido, no ayudará. Potter y yo seguiremos despreciándonos el uno al otro".
Hermione asintió. "Ojalá pudiera ser diferente". Ella se encogió de hombros. "Si el director le hubiera mostrado algún apoyo, podría haberlo sido. Yo tampoco lo entiendo".
Severus frunció el ceño. "Está enojado conmigo por atreverme a tener esperanza". Su voz se suavizó. "Está convencido de que es eres una mala influencia para mí".
Hermione sintió que su corazón se aceleraba ante sus palabras suavemente pronunciadas. ¿Cómo era posible que una voz expresara tantas insinuaciones en tan pocas palabras? Miró a Severus con una pequeña sonrisa de complicidad. "Intentaré comportarme lo mejor posible, señor".
Él asintió sabiamente. "Asegúrese de hacerlo, señorita Granger". Desdobló los brazos y se empujó lejos de la pared. "Te acompañaré de regreso a tu Sala Común".
Mientras caminaban, hablaron brevemente de la conversación con Dumbledore. Los ojos de Hermione se abrieron cuando él le contó su ultimátum al director. "Pero, profesor…"
Él se detuvo y se volvió hacia ella. Por un momento pareció librar una breve batalla consigo mismo. "Soy tu profesor en el aula y en compañía de otros". Miró a su alrededor brevemente y le tomó la mano. "Soy Severus para ti". Dijo las palabras con un leve ceño fruncido, como si no le complaciera del todo.
"Esto, sea lo que sea, entre nosotros…" Sus cejas finamente formadas se juntaron. Él la miró a través de su cortina de cabello oscuro. "Soy un hombre posesivo, Hermione. Si te comprometes conmigo, lo tomo en serio".
Ella lo miró y su ceño coincidió con el de él. "Deberías. Lo hice con toda seriedad".
"Considero que ahora me perteneces". De nuevo, una leve ira en su voz, como sí esperara un desafío.
Hermione sonrió. "No estás entendiendo el punto, Severus".
"¿Y ese es?"
Hermione vaciló un momento, ordenando sus pensamientos. "He considerado que te pertenecía en el momento en que te encontré en el suelo de Grimmauld Place. Entonces supe que valía la pena protegerte. Valía la pena luchar por ti. Y como no había nadie más allí para hacerlo, podía llenar ese espacio sin tener que preocuparme por competir con nadie más por el puesto". Ella le dedicó una sonrisa irónica. "Entonces podría ser mandona contigo a mi antojo".
Si hubiera esperado que él sonriera o reaccionara de cualquier otra manera contraria a su naturaleza severa, se habría sentido decepcionada. En cambio, asintió. Luego, hizo algo que, después de todo, la sorprendió.
Él llevó su mano a sus labios y la besó, luego la presionó contra su es mejilla. Su piel estaba fría, como el fino mármol, y cerró los ojos por un momento, como si saboreara la sensación de su carne contra la suya.
"Mañana comenzaremos las lecciones de Oclumancia. A las siete, mi oficina."
"Por supuesto", respondió Hermione, con la voz un poco temblorosa. Su gran mano envolvió la de ella y ella le dio una pequeña caricia en la mejilla con las yemas de los dedos.
Su respuesta fue girar la cara y presionar los labios contra la palma de ella. Abrió los ojos y miró de reojo su rostro. Su cálida boca se abrió y tocó la palma de ella con la punta de la lengua, lo que provocó que una descarga eléctrica recorriera sus entrañas y su respiración se acelerara. Cuando vio el oscuro calor en su expresión, la obvia excitación en sus ojos, sonrió e inclinó la cabeza, casi coquetamente.
"Entonces, no eres del todo la 'jefa' de esta relación, ¿hmm?" Ronroneó, su voz resonando contra su mano. Cuando ella tragó con un chasquido audible, él se rió entre dientes y bajó su mano a su costado. Él sonrió para sus adentros al verla temblar, sabiendo que él era la causa.
Hermione miró su palma. Pudo ver el mas leve rastro de humedad en el centro, de su lengua cálida y traviesa. Desencadenó un recuerdo. "Esta noche, en la oficina del director..."
"Lo sé. Yo también lo sentí".
Hermione volvió a mirar su palma. Si bien no había ninguna marca visible para conmemorar el Juramento de Sangre que habían hecho, había sentido una punzada de sensación allí. "¿Fue porque ambos sentimos que el otro estaba siendo amenazado?"
Reflexionó. "Tal vez. Los juramentos de sangre son mágicos y, cuando se hacen en serio, a menudo pueden advertir al portador del juramento del peligro".
Hermione lo consideró. "Puedo ver como eso podría ser ventajoso".
Sacudió la cabeza. A veces ella realmente podía ser tan infantil. "¿Por qué crees que lo hice en primer lugar, niña?"
Antes de que ella pudiera responder, él la miró y sus ojos recorrieron brevemente su boca entreabierta y exuberante, y sacudió la cabeza. "Eso es todo. Ahora, ve a la cama. Como una buena chica" —dijo, señalando con la cabeza hacia el pasillo que conducía a la Torre de Gryffindor. "Buenas noches, Hermione."
Ella lo vio alejarse, esperando que se diera vuelta, pero, de manera bastante perversa, se dijo a sí misma que no lo haría y, por supuesto, no lo hizo. Simplemente no habría sido algo muy propio del "Profesor Snape".
Ella hizo una pausa. Severus. Era el profesor Snape en la escuela, en público y ante el mundo. Pero era Severus en su corazón.
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En las semanas posteriores a su larga conversación, ella y Severus se habían acercado más, y cada día que pasaba con él le enseñaba más sobre él para admirarlo, amarlo y cuidarlo. Sin embargo, todavía era Severus Snape; la compañía no había cambiado su tendencia a poner mala cara, a perder la paciencia, a quejarse de las cosas más insignificantes o a exhibir ataques de mal genio.
Hermione aprendió a lidiar con él y descubrió que, al fin y al cabo, tratar con Severus Snape no era tan diferente de tratar con todos los chicos que había conocido. Podía ser ridículamente testarudo y de malditamente aferrado, y completamente inflexible.
A veces era muy tentador maldecir al hombre que en ese momento la estaba reprendiendo por cortar las raíces de sus margaritas en trozos de tres octavos de pulgada en lugar de siete dieciseisavos de pulgada. Especialmente cuando el mismo mago la había besado hasta dejarla inconsciente durante casi dos horas seguidas la noche anterior.
A veces todo lo que Hermione quería hacer era ir detrás de él después de clase para atarlo mágicamente a su silla y obligarlo a hacer el amor con ella. Lo haría, si tuviera alguna posibilidad de éxito. Cuando se trataba de control férreo, Severus Snape era una roca sólida. Y ella lo sabía, habiéndolo sentido contra su cadera mientras él la besaba hasta provocarle un desmayo de deseo todas las noches.
El domingo que comenzaron las lecciones de Oclumancia fueron absurdamente mejor de lo que Hermione había esperado. En realidad, se había acercado a él con un miedo que le hacía mojar los pantalones. Harry les había contado a todos historias de terror sobre la despiadada violación de su mente por parte del profesor Snape una y otra vez, mientras se burlaba de él para que se concentrara y controlara sus emociones.
Hermione pensó que Severus podría estar siendo bastante suave con ella, porque lo primero que hizo fue darle una poción aclaradora de la mente, que la ayudó a concentrarse mejor. "Sólo voy a hacer esto la primera vez, pero debería darte una idea de cómo lograr la habilidad por tu cuenta".
Mientras se alejaba de ella, habló: "He usado Legeremancia contigo antes y la reconociste, pero el Señor Oscuro es muy hábil. Puede colarse en tu mente sin que te des cuenta. Practicaremos ambos tipos de... penetración."
A pesar de sí misma, Hermione se sonrojó. Se giró y se quedó de pie por unos momentos, permitiendo que la poción actuara, reprimiendo la risa ante su rostro sonrojado. Permitiendo que su voz bajara de timbre, preguntó en voz baja: "¿Cómo te sientes?
Hermione se dijo a sí misma que la estaba distrayendo deliberadamente y se concentró mucho. Finalmente, dijo: "Como si todo tuviera perfecto sentido en mi cabeza". Ella sonrió. "Es como si todo estuviera compartimentado y pudiera poner cada pensamiento en su lugar".
Él asintió, complacido. "Bien. Ahora voy a entrar en tu mente. Intenta con todas tus fuerzas bloquearme. No espero que tengas éxito la primera, ni siquiera la segunda vez". Su boca se torció. "Sin embargo, a la tercera vez, deberías entender lo que está sucediendo lo suficiente como para bloquearme".
Por supuesto, tenía razón. Se levantó del suelo después del primer intento, con la nariz sangrando y temblando de pies a cabeza. Él había sido decidido, pero no demasiado duro con ella, e incluso mientras ella se ponía de pie y él le limpiaba la sangre de la cara, estaba pensando en cómo podría bloquearlo.
La segunda vez no fue ni mejor ni peor, pero cuando él se retiró, ella pensó que podría estar teniendo un aneurisma o una epifanía. "¡Hazlo otra vez! ¡Quiero probar algo!"
Severus la miró por un momento y luego sacudió la cabeza. "Creo que dos veces es suficiente por una noche, Hermione".
"¿Por favor? Creo que lo tengo – ¡de verdad! Si no es así, prometo que pararé".
Él suspiró. "Muy bien. ¡Legilimenes!"
Él entró en su mente y lo imaginó caminando por un pasillo con un número infinito de puertas. Cada vez que él intentaba entrar por una puerta, ella se la cerraba firmemente en la cara. Ella pudo sentir su sorpresa y él se volvió inmediatamente hacia la puerta de al lado, pero ella también logró cerrarla. Él aceleró y ella pudo sentirlo empujando con más fuerza, moviéndose de puerta en puerta cada vez más rápido. Se volvió más difícil concentrarse en cada puerta. A veces fingía correr hacia una, sólo para atravesar otra.
Durante casi diez minutos, pudo mantenerlo alejado, pero finalmente logró colarse a través de una puerta que ella había dejado desprotegida, y una vez que estuvo allí, sus defensas se debilitaron y todas las puertas se abrieron silenciosamente.
Ella se tambaleó, sintiendo que toda su fuerza abandonaba su cuerpo, incluso cuando su profesor la tomó en sus brazos. Cuando se le aclaró la cabeza, se sorprendió al encontrarse sentada en su regazo, con la cabeza apoyada en su hombro y su brazo alrededor de su cintura. Él estaba leyendo un libro casualmente, y cuando ella se movió, él dejó el libro a un lado y la miró con el ceño fruncido.
"¡Finalmente! Pensé que iba a tener que lanzarte un Rennervate". Sonaba irritado, pero Hermione podía escuchar el miedo debajo. Había temido por ella. Se sentó y una breve oleada de mareo la invadió rápidamente.
"¿Lo hice?" Cuando él bajó los ojos e inclinó la cabeza, ella se emocionó. "Lo hice, ¿No es así?"
Él sonrió. "Lo hiciste, de hecho." Se puso serio. "Pero tu método no es muy eficiente y, como descubriste, puede fallar fácilmente. Te agotaste tratando de mantener tus "puertas" cerradas, pero yo pude acelerar mi ritmo para llegar a una nueva. Pero lo admito, fue un comienzo impresionante. Ahora, levántate". Le dio unas palmaditas en el muslo. "Mi pierna izquierda está entumecida".
Discutieron varias formas de mejorar su desempeño, y Hermione se fue con la emoción no solo de poder evitar que Severus entrara en su mente, sino también con la encantadora sensación de acurrucarse en el hueco de su brazo, sentada en su regazo.
La segunda vez que pudo bloquear su invasión por completo, experimentó una reacción muy diferente a la de él. Sonrojada por el éxito, impulsivamente rodeó el cuello de Severus con sus brazos y le dio un enorme abrazo. Casi en el momento en que lo hizo, se arrepintió. Podía sentir todo su cuerpo ponerse rígido; casi podía oír la desaprobación en su respiración.
Sus manos, que habían estado entrelazadas a sus costados, se levantaron lentamente, inseguras, y presionaron ligeramente contra su cintura. Por un momento, pensó que él la alejaría, pero aguantó. Ella miró sus ilegibles ojos oscuros. Había una leve línea entre sus sedosas cejas y Hermione se preparó para el rechazo.
Gentilmente dijo: "Severus, se llama abrazo. Las personas que se gustan lo hacen. Es una muestra de cariño". Ella se echó hacia atrás para poder ver su rostro, pero él evitaba obstinadamente el contacto visual. Con una sonrisa de disculpa, añadió: "Por lo general, es correspondido por la persona deseada".
Él la miró extrañado y se quedó muy quieto. Luego su gran mano presionó contra la parte posterior de su cabeza y se hundió en su boca en un beso devastador y exigente. El mundo dejó de girar y Hermione sintió que algo entre sus muslos se hinchaba y palpitaba con cada latido de su corazón. Sus rodillas se doblaron; si él no la hubiera estado sujetando con un repentino apretón de hierro, ella se habría caído.
Sus labios eran cálidos, suaves y hambrientos, y encajaban perfectamente contra los de ella, y cuando su lengua le pidió entrada y ella se abrió para él, él jadeó y se abalanzó sobre ella con un gemido sorprendentemente profundo y fuerte, como un hombre disfrutando del más delicioso postre, y para Hermione, eso era exactamente lo que él también era.
Hermione había sido besada antes, pero nunca así. Nunca nadie había hecho que su cuerpo doliera, temblara y ardiese así. Ella estaba temblando cuando él jugueteó dentro de su boca con su lengua, y cuando ella respondió con un suave movimiento de su propia lengua contra la de él, se dio cuenta de que él también estaba temblando. Sus manos se deslizaban por su sedoso cabello, y cuando él tomó su trasero entre sus manos y la presionó contra él, ella gimió en su boca y sintió su erección palpitar contra su pelvis.
Se abrazaban el uno al otro, con la boca abierta, las lenguas luchando, cada uno bebiendo los gemidos del otro, retorciéndose, tratando de sondear cada profundidad del otro. Era como si todo su ser, corazón, mente, cuerpo y alma estuvieran en su boca, siendo lamidos, mordisqueados y complacidos por Severus Snape.
Sus pezones estaban duros como una roca; estaba segura de que él podía sentirlos a través de su túnica, y olía divino, como a hierba recién cortada, a pergamino y a jabón. Sabía a vino y ahora entendía por qué los libros llamaban al deseo hambre. Ella le mordió el labio inferior y él gruñó y empujó sus caderas contra las de ella, sus brazos deslizándose sobre su cuerpo como cuerdas para atar su corazón, y Hermione quería que no se detuviera nunca.
Lentamente, disminuyó de forma gradual la intensidad de su beso, hasta que sus labios se separaron con un suave puchero de succión, y Hermione casi gritó ante la pérdida de su cálida boca, su suave y fragante aliento. Estaba tan sin aliento y sonrojado como ella, y Severus cerró los ojos y la atrajo hacia él. Podía oír su corazón fuerte y firme latiendo en armonía con el de ella. Su voz aterciopelada se deslizó sobre ella como la más sensual de las prendas. "Creo que es suficiente reciprocidad, pequeña. Soy un hombre antes que un mago, y tú, bruja, eres una leanan sídhe, si es que alguna vez existieron."
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Hermione estaba corriendo, corriendo por el pasillo, el miedo dándole a sus pies las mismas alas que cuando vio a Severus y pensó que era un mortífago que había venido a atacar la escuela. Sabía que este resultado sería diferente y sabía que él se pondría furioso... si ella sobrevivía.
Su corazón estaba a punto de estallar y todavía podía oír al mago detrás de ella, ganando terreno. Ella casi sollozó, sintiendo que el terror y la estupidez la invadían, manchando su sudor con un toque amargo y cáustico, y supo que él lo sentiría y lo usaría contra ella.
Estaba muy cerca de escapar, pero, como antes, su miedo la hacía entrar en pánico y no pensaba con claridad…
Nota de la autora: El título y la cita son de la canción Telling Me Lies del increíble Trio Album. Palabras de Dolly Parton.
Nota de la traductora: alguna vez se han preguntado por que las victimas de acoso no hablan? PUES ESTA ES LA RAZÓN SEÑORAS Y SEÑORES! Harry y Dumbledore me hacen enfurecer pero hay diferencias. Puedo entender a Harry hasta cierto punto porque él ve a Sirius como una extensión de sus padres y no quiere creer que es así, lo entiendo porque lo viví pero es importante recordar que no porque alguien no sea malo CONTIGO significa que es una buena persona, y por otro lado, el que odies a alguien no lo vuelve un villano. Dumbledore por otro lado no tiene justificación, de antemano sabía la situación y no le importó y ahora tampoco le importa, solo le quiere dar por su lado a Harry y que su espía no se le distraiga.
Debo decir que una de las cosas que más me gustan de este fic es que la autora mantiene a Severus como el bien construido personaje gris que es, y no lo sobre romantiza, y que bueno porque ese es uno de los mejores aspectos del personaje. Me gustó que le paró los pies a Dumbledore, de hecho me hubiera encantado que lo hiciera en canon porque el hombre parece haber olvidado que, mientras el amor es incondicional, la lealtad no lo es (o no debería serlo), la lealtad es una calle de dos vías, y nadie le debe lealtad a una persona que no sea igualmente leal a cambio, los únicos que exigen lealtad ciega son los dictadores o los líderes de sectas raritas. Otra cosa que me gusta es que Severus ya no está dispuesto a dejarse dominar por la culpa, él está absuelto, ya pagó suficiente y ahora trabajará por la luz pero no está dispuesto a ser un mártir.
Y volviendo al tema de la lealtad, no les encanta como estos dos han decidido cubrirse mutuamente las espaldas? Otra de mis partes favoritas fue Severus diciendo que ahora es suya y Hermione diciéndole que lo escogió porque lo puede mandonear todo lo que quiera sin tener competencia XD Y es que honestamente, de que me mandonee Voldy o Dumbledore a que me mandonee Hermione yo preferiría a Hermione.
Si se quedaron intrigados por la última parte del capítulo, es solo un pequeño flashfoward de algo que veremos más adelante. Fue así como empezamos este fic recuerdan? Con otro flashforward. Aunque pasará un tiempo antes de que lleguemos a ese punto, cuales son sus teorías de lo que está pasando en esa escena. Los leo!
