'Bello dia que es, muy hermoso que es, perfecto para una boda'
'Un ensayo mi vida, un ensayo querida, el ensayo para esta bella boda'
'Cuidado los detalles hasta los mínimos, que nada inesperado interfiera en el show'
El sol brillaba en el cielo y el pueblo estaba lleno de emoción aunque de un gris melancólico. La boda de Remus con la dama de los Black Narcissa Black era un evento muy esperado. Lyall y Hope se aseguraban de que todo estuviera perfecto para este día especial.
La familia Lupin, aunque no era reconocida por ser una de las grandes familias, tenía una gran fortuna gracias a sus negocios de pescados. Por otro lado, los Black eran muy reconocidos, pero necesitaban una familia rica para asegurar su estatus social.
Mientras tanto, Remus, un joven tímido y reservado, se encontraba en su habitación. Tenía un frasco en el que guardaba una mariposa de un hermoso color azul que luego libero para verla volar unos segundos de su habitacion y irse por la ventana abierta. Estaba fascinado por ella y pasaba horas investigando sobre su especie y comportamiento.
A medida que Remus continuaba con su investigación, descubría que la mariposa azul era única en su especie. No existía ningún otro ejemplar igual en todo el pueblo. Esto despertaba aún más su interés y curiosidad.
El día de la boda se acercaba rápidamente y la tensión se sentía en el aire. Tanto los Lupin como los Black estaban ansiosos por conocer al futuro esposo de la dama de los Black. Aunque había un cierto grado de incertidumbre, había una esperanza de que este matrimonio pudiera unir a las dos familias de una manera beneficiosa para ambas.
'Y es por eso que cada cosa debe ser,
cada detallito incluyendo lo más chico será'
'De acuerdo al plan, se casaran pronto'
'de acuerdo al plan, y estaremos todos elevados en lo alto de la sociedad'
'y los bailes son en un gran salón, bailaremos con los grandes,
El carruaje finalmente llegó, guiado por el joven chófer llamado Severus Snape. Severus tenía una tos persistente que siempre lo acompañaba, pero eso no le impedía cumplir con sus deberes. Hope, emocionada por el evento, le quitó el gorro con el dibujo de pescado que llevaba puesto y le colocó un elegante sombrero de copa.
Mientras tanto, Lyall se deshizo rápidamente de los carteles alrededor del carruaje que mostraban a un entusiasta Lyall sosteniendo un inmenso pescado. Aunque su familia era conocida por sus negocios de pescados, Lyall había preferido mantener un perfil bajo en ese aspecto para la ocasión.
Hope y Lyall subieron al carruaje y esperaron ansiosos a que la ceremonia comenzara. La emoción llenaba el aire mientras el carruaje seguia esperando quieto para ir hacia la imponente mansión de los Black.
Mientras tanto, Remus estaba nervioso en su habitación, preparándose para la gran ocasión. ¿Cómo sería la dama de los Black? ¿Qué pensaría ella de él? La incertidumbre lo invadía, pero también existía una chispa de esperanza en su interior.
'Y la reina será de nuestra realidad, podremos olvidar lo que no seremos más'
Remus, aún nervioso por la situación, bajó rápidamente hacia el carruaje. La voz de Hope, llena de frustración, resonó en el aire mientras les urgía a llegar a tiempo.
Dentro del carruaje, Lyall intentó aliviar la tensión con un comentario ligero. Le dio un guiño a Remus y le dijo: "Si que pescaste una linda chica, Remus". Intentando ser amable y alegre en medio de la situación tensa.
Sin embargo, Hope respondió seriamente: "No dejes que suelte el anzuelo". Estaba decidida a que este matrimonio fuera exitoso para la familia Lupin.
Remus soltó un suspiro, respondiendo a la preocupación de su madre. "Intentaré hacerlo, madre", dijo con determinación. Pero surgió una pregunta en su mente: "¿No debería la señorita Narcissa casarse con un lord?"
Hope no tardó en responder, desechando la idea con sarcasmo: "No digas tonterías, estamos en el mismo nivel que los Black". Acomodó su cabello con elegancia mientras lo decía, dejando claro que la familia Lupin no se consideraba inferior a nadie.
El carruaje continuó su camino por las calles del pueblo, acercándose cada vez más a la mansión de los Black. Remus se preparaba emocionalmente para el encuentro con la señorita Narcissa y para la ceremonia.
Remus murmuró con nerviosismo: "Pero... pero jamás he hablado con ella". La idea de tener que entablar una conversación con Narcissa lo llenaba de ansiedad.
Hope, por otro lado, rodó los ojos y respondió: "Al menos tenemos eso a nuestro favor". Reconociendo el desafío que suponía para Remus, ella sabía que el hecho de que no hubieran hablado antes podría jugar a su favor. No se conocían lo suficiente como para tener prejuicios o expectativas previas.
Mientras se encontraban discutiendo en el carruaje, este se detuvo frente a la imponente mansión de los Black. La puerta del carruaje se abrió, y los personajes descendieron con elegancia para dirigirse al interior de la mansión.
Justo en ese momento, la tos de Severus volvió a hacerse presente, irritando a Hope. "¡Severus, deja de toser!", exclamó con frustración. Severus, disculpándose con un gesto, intentó contener su tos lo mejor que pudo.
Con paso decidido, los Lupin subieron los escalones hasta llegar a las dos grandes puertas de madera. Tocaron el timbre, y el sonido resonó por todo el lugar. En pocos segundos, las puertas se abrieron ante ellos, revelando a un mayordomo de rostro malhumorado que los dejó pasar.
Al entrar en la mansión, los Lupin quedaron impresionados por el lugar. Aunque hermosa, la mansión tenía un aire de gris melancolía. Sin embargo, esto no amilanó a la familia Lupin, quienes se mantuvieron firmes y decididos.
En el interior, pudieron ver a los propietarios de la mansión, Cygnus Black III y Druella Rosier. Ambos intentaban mostrar sus mejores sonrisas, ocultando las muecas de desprecio que quizás sentían hacia los Lupin. Era evidente que había cierta tensión entre las familias, pero ninguno de los invitados dejó que eso lo perturbara.
Lyall comento: "Tiene una linda casa" con una sonrisa pequeña.
Druella respondio con aire amigable "Que bueno, ¿Les gustaria ir al salón a tomar una taza de té?" y Hope y Lyall aceptaron mientras se alejaban con los Black y su mayordomo a otros pasillos y encerrarse en una habitacion.
Remus, tentado por el piano en un rincón de la habitación, decidió acercarse lentamente y sentarse en el pequeño banco. Comenzó a tocar las teclas, dejando que sus dedos crearan una pequeña melodía que había compuesto.
Sumergido en su música, no se dio cuenta de que una figura femenina bajaba por las escaleras. La voz de una mujer resonó en el lugar, sorprendiendo a Remus. Se levantó rápidamente del banco y buscó la procedencia de la voz.
La señorita Narcissa Black, hermosa en todos los sentidos, estaba de pie frente a él. Tenía largo cabello rubio liso, un rostro de forma delicada y un corsé ajustado que realzaba su figura.
Remus, todavía nervioso, trató de disipar su incomodidad. "¡Señorita Black! No la escuché bajar, disculpe", dijo, disculpándose por no haberse dado cuenta de su presencia.
Narcissa hizo una ligera mueca de desagrado, mostrando cierta expectativa que no había sido cumplida. Tal vez no esperaba que Remus fuera un músico.
"No hay problema", respondió Narcissa intrigada: "¿Toca el piano con frecuencia?", preguntó curiosa, manteniendo las manos detrás de su cintura.
"Estoy aprendiendo", confesó Remus, intentando iniciar una conversación. Quería romper el hielo y conocer más a Narcissa.
Ella reveló con seriedad: "Mi madre me prohíbe tocar el piano. Afirma que la música no me traerá ninguna fortuna". La aparente restricción por parte de su madre revelaba algo más profundo en su relación.
Remus sintió empatía por esa restricción y respondió: "Oh, lamento escuchar eso". Quería mostrar su apoyo y comprensión hacia los anhelos y deseos de Narcissa.
Remus pudo notar que Narcissa negaba con la cabeza mientras se sentaba en el banco donde él estuvo anteriormente.
"Cuando era niña siempre soñaba con casarme alguna vez y con mucho amor, ¿Es una tonteria verdad?" le contó Narcissa giro para mirarlo con una pequeña sonrisa.
Remus consideró sus palabras y respondió sinceramente: "No, no lo es. A veces esos sueños pueden hacerse realidad".
Narcissa se sonrojó ligeramente, sorprendida por la respuesta de Remus. No esperaba que él fuera tan considerado y optimista. Había anticipado algún comentario sarcástico o burla por su sueño.
Antes de que pudieran continuar su conversación, Druella interrumpió abruptamente. ¡Qué es esto! ¡Ustedes no deberían verse hasta el enlace!", los reprochó con sorpresa y exasperación. Les recordó que el pastor Salazar los estaba esperando y se retiró del lugar con prisa.
La interrupción dejó a Remus y Narcissa desconcertados, pero también llenos de anticipación por lo que estaba por venir. Se prepararon para encontrarse con el pastor Salazar y dar el siguiente paso en su camino hacia el matrimonio.
