Hinata preparaba lo más rápido que podía la cena, sus hijos probablemente estarían hambrientos después de que regresarán de su entrenamiento.
Escuchó la puerta principal abrirse seguido de un "estamos en casa" uno más animado que el otro.
-Bienvenidos- se acercó hacía ellos para verificar que no tengan heridas profundas. -vayan a lavarse, la cena casi está lista.
Ambos adolescentes asintieron y se marcharon.
Hisako e Itsuki eran los gemelos Uchiha, de tan solo 15 años, ambos tenían la gracia y porte de los Hyuga pero también la grandeza de los Uchiha. Cada uno tenía una personalidad diferente, uno era callado y el otro era ruidoso.
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-mamá, ¿papá llegará hoy?- Hinata estaba acomodando la mesa para comenzar a cenar. Hisako apareció y le comenzó a ayudar.
-Es lo que dijo cariño, ya sabes que las misiones son así de impredecibles.
-si mamá, pero esta vez él debe regresar pronto, mi hermano o hermana va a nacer pronto y tal vez...
Hisako no pudo terminar de hablar, escucharon como la puerta se abrió y ambos voltearon a ver.
-¡Papá!- Itsuki bajó corriendo de las escaleras y se paró justo en frente de su padre.
-Itsuki- lo saludó con un golpe en la frente y con sus dos dedos -Hisako- miro fijamente a su otro hijo, éste tambien se acerco para recibir el saludo de su padre. Ambos estaban sonrojados por el afecto que su padre les daba, aunque siempre había sido así. Su madre había empleado el afecto desde antes que nacieran.
-Cariño, la cena está lista- Hinata se acercó con su gran barriga.
-Estoy en casa- tomó el rostro de Hinata y le dió un beso en la frente, para después bajar a sus labios. Con su prótesis de brazo acarició el abultado vientre.
Los cuatro se dirigieron a la mesa, después de que Sasuke regresara de lavarse.
Los dos gemelos comenzaron a platicar sobre sus misiones y entrenamientos, Sasuke de vez en cuando participaba y Hinata escuchaba atenta a la conversación mientras sonreía por lo que Itsuki contaba con tanta emoción.
Cuando terminaron los dos adolescentes se despidieron de ambos padres. Subieron las escaleras discutiendo por alguna situación que tal vez había pasado.
Hinata sonreía divertida al verlos perderse por las escaleras.
-Son unos chicos grandiosos- Hinata rompió el silencio, volteó su vista a Sasuke. No sé había dado cuenta de que éste la había estado observando hacía tiempo.
-Lo son. Tú te ves demasiado cansada ¿has estado cuidándote?- Sasuke se veía preocupado. Extrañaba demasiado a su familia, por más que había hecho la misión rápido no pudo disminuir el tiempo.
-Si, ellos todo el tiempo estuvieron cuidándome.
-Está bien, ¿cómo está el bebé?- se acercó más a ella y volvió a acariciar el vientre de su esposa, sintió unos pequeños golpes.
-Creo que te extrañó, pero está bien- le sonrió, Sasuke asintió, le dió un beso.
-Te extrañé demasiado- Sasuke volvió a besar sus labios, claro que si la había extrañado.
-Y nosotros a ti.
