—Hiiragi Utena, has sido elegida —dijo la mascota flotando en el aire.
Utena estaba comprando jugo de una maquina expendedora cuando escuchó esa voz hablándole, la chica se volteó y al instante se llevó una sorpresa.
—¿Eh?
—Elegida para ser una chica mágica —dijo la mascota blanca con rosa.
—¿¡Qué?! —exclamó la chica.
—Por cierto, mi nombre es Vatz.
Utena seguía sorprendida y dejó caer su lata de jugo.
«No puede ser» pensó «, la mascota de las chicas mágicas me está hablando. ¿Acaso dijo que me eligió? ¿A mí? ¿¡Por qué a mí?! Siempre quise ser una chica mágica y pelear al lado de Tres Magia, creo que eso sería genial, pero ese sueño jamás se cumplirá porque yo soy... Magia Baiser... Comandante suprema de Enormeeta».
—¿Y bien? —preguntó Vatz.
—Es que... —la chica empezó a hablar de manera nerviosa—¿P-por qué me lo propones a mí?
En el mismo lugar y al lado de la misma máquina expendedora, ¿tenía esa máquina algo que atraía a las mascotas o algo así?
«Tengo que salir de esto rápido, si Venalita me viera ahora... No creo que algo bueno pueda pasar» pensó Utena imaginando todos esos videos vergonzosos de sus trasformaciones y peleas rondando por todo Internet.
—Yo...
—¡Vatz-san! —una voz llamó a la mascota.
Utena se giró a mirar al cielo, eran Tres Magia. Las chicas mágicas descendieron al suelo algo curiosas por la situación.
—¿Um? ¿Qué pasa? ¿Y esta chica? —preguntó Magenta.
—Ella es Hiiragi Utena y creo que tiene potencial para ser una chica mágica —explicó Vatz.
—¿Hiiragi-san una chica? —preguntó Azul—Debo decir que no me lo esperaba.
—Yo creo que es una buena noticia —dijo Magenta.
—Eh... —Utena apenas podía formar oraciones, estaba emocionada por estar con Tres Magia, pero también estaba sudando frío por la situación, mientras intentaba controlar sus nervios recogió la lata de jugo del suelo.
—Bueno, la decisión es de Hiiragi-san —dijo Vatz y todos esperaron una respuesta.
Los pensamientos de Utena estaban en blanco, sintió que sus manos temblaban y sudaban de sobremanera mientras no podía hablar sin tartamudear.
—Ve-verán... E-es q-que yo...
—¿Sí?
—So-soy... ¿Pa-pacifista? —dijo, aunque lo último pareció más una pregunta que una afirmación—Y en-enserio admiro lo que ustedes ha-hacen, pero no me gusta la violencia, a-así que n-no creo ser la in-indicada.
—¡Pero Utena-san, tú podrías ser la clave para detener a los villanos! —exclamó Azul—Así que por favor, considera la idea.
—¡Sí, no puedes darte por vencida antes de empezar! —dijo Magenta.
—¿Al menos lo intentarás, verdad? —preguntó Azul.
—Y-yo...
—Te elegí por una razón, no tengas miedo —dijo Vatz—. Tranquila, no tienes que darme una respuesta ahora, si gustas podrías tener un periodo de prueba antes de decidir.
«¿Por qué me siento igual de obligada que con Venalita?» Pensó Utena y sucumbió a la presión social.
—B-bien, a-aceptaré un periodo de prueba antes de decidir.
—Toma —dijo Vatz tendiéndole un dispositivo de transformación en forma de corazón—, no cualquiera puede transformarse pero si eres la indicada podrás hacerlo.
Utena tomó el dispositivo y lo analizó con la vista. Tenía forma de corazón y era de color Violeta así que supuso que ese sería su color al transformarse.
—Para transformarte dí 'Transmagia'.
—¿Eh?
Utena sintió las gotas de sudor derramándose en su frente y sonrió de forma nerviosa mientras pensaba: «Tengo mi dispositivo de transformación en el bolsillo, un error y podría transformarme en Magia Baiser enfrente de Tres Magia y su mascota».
—¿Utena-san?
«Podría ser una trampa, si ya sospechan de mí, me dan un falso dispositivo de transformación y al decir las palabras mágicas el verdadero en mi bolsillo se activa».
—¿Hiiragi-san?
«Entonces ya estoy más que frita».
—¡Utena-san! —llamó Azul sacando de sus pensamientos a la nombrada.
—Lo siento, sólo que todo esto es muy repentino.
—Inténtanlo por favor, dí 'Transmagia'.
—Okay —dijo Utena levantando el dispositivo en su mano—¡Transmagia!
Mientras en su mente rogaba:
«Por favor, por favor... No te transformes en Baiser...»
Cerró los ojos, preparándose para lo que sea, para su sorpresa al abrirlos se encontró vestida con un traje igual al de Tres magia, pero de color Violeta.
—Eso fue asombroso, ¿no? Utena-san —dijo Magenta—. No, Magia Violet.
—¿Magia Violet?
—Si no te gusta puedes cambiarlo.
—Creo que ese nombre es buen nombre.
—Como sea ¿Por qué no damos un paseo para que Magia Violet pruebe sus poderes? —propuso Sulfur—¿Qué dices, Vatz?
Vatz se quedó un momento callado pues estaba en una charla telepática con otra chica mágica que le pedía que fuera a verla.
—Bueno, chicas —dijo Vatz—, lo siento pero acabo de recibir un mensaje telepático de las chicas mágicas de otra ciudad. Han tenido un problema, iré a verlas, confío en que ustedes podrán mostrarle a Magia Violet los gajes del oficio.
—Está bien, déjanoslo a nosotras —dijo Azul.
La mascota se fue y Utena no tenía idea de cómo haría para salir de este lío.
—¿Qué hago?... —se preguntó Magia Violet susurrando.
—Anda, Violet, vámonos —dijo Magenta.
Las cuatro emprendieron un vuelo lento.
—Esta vista es... maravillosa —comentó Violet.
—¿Verdad?
Violet sonrió, siempre había fantaseado ser una chica mágica que lucha al lado de sus heroínas como una igual, y por fín ese sueño era realidad. Aunque no por mucho, sabía que no era correcto hacer esto.
—¡Esta presencia! —exclamó Sulfur deteniendo su vuelo.
—Hey —llamó Leoparde saliendo de un portal en el cielo junto a Nero Alice, Loco Música, LeberBlume y Roboko.
—¿Donde está Baiser? —preguntó Leber en voz baja.
—No lo sé, pero seguramente no se perdería esto por nada —contestó Leo.
—Así que tenemos visitantes indeseados —dijo Sulfur poniéndose en posición de pelea.
—¿¿Eh?? —Magia Violet estaba confundida pensando: «¡No! ¿Por qué justo ahora?»
De ninguna manera estaba dispuesta a pelear contra su propio equipo.
—Magia Violet, quédate atrás, nosotras las enfrentaremos.
—Veo que tienen una nueva —comentó Leo en tono burlón—, pero eso no les será de ayuda.
—Veo que su lider no está con ustedes —respondió Azul también de forma desafiante—, eso no les será de ayuda.
—Baiser-chan es una persona ocupada —dijo Leo sacando su pistola.
«Esto se va a poner difícil» pensó Violet «¿No tengo un arma por lo menos?»
Y como si la magia la hubiera escuchado hizo que en sus manos se materializaran dos búmeran del mismo color de su traje con franjas doradas.
La batalla empezó cuando Leo lanzó sus proyectiles en dirección a las chicas mágicas, Sulfur usó su escudo.
—La Veritá —exclamó Azul transformándose.
—Yo también usaré mí... —dijo Magenta.
—No, no, no.
—No, Magenta, tú aún no uses tu La Veritá. —pidió Sulfur.
—¿Por qué no?
—Es nuestra arma secreta —mintió la rubia.
—Bien.
Leber y Loco empezaron sus ataques que fueron dirigidos a Sulfur.
Alice fue a por Magenta y Azul se enfrentaba a Roboko y a Leo, quien se mantenía atacando desde cierta distancia.
«Esta es mi oportunidad» pensó Violet lanzándose a la batalla, ciertamente nadie le estaba prestando ni la más mínima atención, así que tuvo via libre para llegar hasta Leoparde.
—¡Hey! —llamó a su amiga.
—¿Y quién demonios eres tú? —preguntó Leo apuntando con su pistola unos grandes cañones en su dirección pero antes de disparar, un búmeran golpeó su mano haciéndole soltar el arma.
Leoparde recuperó su pistola en el aire gracias a sus reflejos pero antes de poder hacer algo más, fue empujada, Violet se había arrojado sobre ella y se aferraba a su cuerpo.
—¡Suéltame! —exigió Leo mientras se sacudía intentando apartar a la 'heroína' de ella.
Violet acercó su rostro al de la villana y siseó;
—Shh... Kiwi-chan, soy yo...
Leoparde dejó de agitarse y miró con atención a la chica sobre ella.
—¿Utena-chan? —preguntó—¿Por qué estás vestida así?
—Sé cómo se ve esto, pero yo nunca traicionaría a mis amigas —dijo Violet—por favor créeme, la mascota blanca me ofreció ser una chica mágica y de alguna manera me envolví en esto, no sé si pueda renunciar a este trabajo de heroína pero quizás pueda hacer que me despidan.
—Oh, 'hacer que te despidan', eso suena bien. —dijo Kiwi—No te preocupes, Utena-chan. Estoy segura de que no nos traicionarías.
—Gracias, ¿podrías hacerme un favor?
Desde lejos parecía como si Violet estuviera sometiendo a Leoparde.
—¿Leo? ¿Y quién diablos es esa tipa? —se preguntó Leber desde la falda de Loco distrayéndose un momento.
—No importa, concéntrate en esto —pidió Loco—Sin Baiser estamos en desventaja.
—Eso fue impresionante —comentó Magenta al ver la maniobra de la 'novata'.
—Eso fue imprudente —comentó Azul.
Leoparde empujó a Violet y retrocedió hasta alejarse lo suficiente, luego soltó un silbido que fue la señal para que las villanas se agruparan.
—¿Qué fue eso, Leoparde? —preguntó Loco—¿Acaso esa desconocida te dio una paliza?
—No, de hecho...
—¿De qué estarán hablando? —se preguntó Azul, las heroínas se habían reunido al lado de Violet y estaban viendo a las villanas conversar entre ellas a lo lejos.
—¿Estás bien, Violet?
—Sí.
—A la próxima no te lances sin pensar— aconsejó Azul—, aún eres inexperta.
—S-sí, lo siento.
—Al menos podremos aprovechar que Baiser no está. Ellas están en desventaja. —comentó Sulfur.
«Oh, no, Sulfur, te equivocas... Baiser está aquí mismo» pensó Magia Violet sonriendo de forma sutil.
Las villanas terminaron de charlar y se prepararon para continuar con la pelea.
—Cuidado, ya vienen —advirtió Azul.
Enormeeta se aproximó a las heroínas con bombas de humo y ataques sónicos.
—Sulfur —dijo Magenta.
Sulfur invocó su escudo justo antes que un ataque de Loco las alcanzara.
—¿Qué planean ahora? —se preguntó Azul.
—¡Ahg!
Las heroínas se voltearon y vieron que Magia Violet, quien estaba a la espalda de todas, estaba por LeberBlume con una llave en el cuello.
—¡Tomaré el control de su amiguita! —anunció Leber rodeando el cuerpo de Violet en forma de sombra.
—¡Suéltala! —Magenta salió corriendo hacia su nueva compañera.
—¡N-no vengas, no puedo controlar mi cuerpo! —advirtió Violet lanzando sus búmeran hacia la chica mágica de rosa.
—¡Cuidado! —Sulfur se interpuso desviando el arma con un escudo—Magia Violet, no te asustes. Pronto te liberaremos —aseguró.
—Bien —Violet habló con miedo en el rostro, pero nadie se imaginaría que esa tranquila e inocente chica mágica novata estaba festejando en sus adentros que un nuevo plan estaba en marcha.
Magia Violet, presuntamente siendo controlada por una villana retrocedió unos metros para preparar algún ataque.
—Esto... Es tan divertido —comentó Violet para si misma casi susurrando y cabizbaja en un intento de ocultar su enorme sonrisa que exponía sus colmillos.
—Eres una loca —comentó Leber al ver el rostro de su lider.
—Oh, lo sé —contestó la 'rehén' alzando los brazos para atrapar sus búmeran que regresaban en el aire.
—¿Y qué debo hacer? —preguntó Leber.
—Solo tienes que estar pegada a mí para que no sospechen —respondió Baiser, digo, Violet.
—¿Qué hacemos? —preguntó Magenta.
—Tengo un plan —contestó Azul.
—La Veritá —Sulfur se lanzó en dirección a la chica mágica novata pero la repentina aparición de Leoparde la detuvo.
—¿A dónde tan rápido?—dijo la villana en tono juguetón —La Veritá.
Leoparde se aproximó a Sulfur con sus garras, la heroína la esquivó para lanzar unos puñetazos que Leoparde bloqueó con sus brazos.
—¿¡Eso es todo?! —preguntó Leo de manera desafiante.
Pero Sulfur sólo sonrió. A espaldas de Leoparde estaba Azul cargando un ataque.
—No, no permitiré eso —dijo Roboko lanzando unos proyectiles a Azul desde arriba de ella.
Azul recibió unos disparos que sacudieron su cuerpo, destrozando su ropa, y desconcentrándola.
«Debo resistir» pensó Azul «No es momento para dudar, Utena-san está en peligro».
—¡Azul! —exclamó Magenta apareciendo para atacar con su lanza a Roboko, quien se separó en piezas para esquivar y contraatacar a la heroína.
Magenta sacudía su arma en el aire intentando en vano golpear a la robot y recibiendo empujones y golpes por parte de la misma.
—¡Ya fue suficiente! —se dijo la heroína para sí misma—La Veri-
En ese momento unas manos cubrieron su boca, era Violet agarrándola por la espalda.
—Lo siento —se disculpó la rehén con una expresión casi al borde del llanto.
Si Magenta fuera menos ingenua se daría cuenta que Violet se acercó con sigilo, o sea que Utena no se molestó en avisarle que la atacaría.
—¿Mmm? ¡Mmm! —la pelirrosa forcejeaba tratando de zafarse del agarre mientras Sulfur vió la escena aún esquivando las garras de su enemiga.
—¡Avalancha de Amor!
Todos se volvieron a mirar a Azul antes que un brillo intenso cubriera todo el campo de batalla. Un ataque con un poder feroz que aunque estaba dirigido al cielo, pasó al lado de Magenta, Violet y Roboko pero sin tocar a nadie, sin embargo eso había sido algo más que un tiro fallido.
Sulfur aprovechó que Leoparde se había distraído con el disparo de Azul para darle una serie de puñetazos en la cara y el torax.
Y Magenta tomó del brazo a Violet y comenzó a alejarse volando con ella, y es que la luz tan fuerte había separado a Leber de la chica mágica.
—¡Estás a salvo ahora! —aseguró Magenta.
—¿Eh?
Magia Violet estaba sorpendida por la jugada de las heroínas.
«Oh, eso fue... ¡Tan genial! ¡Como era de esperarse de Tres Magia, son estupendas trabajando en equipo y ese ataque de Azul, yo creí que se lo lanzaría a Leo-chan pero fue fabuloso; lo tenían planeado todo ¡Es taaan increíble!» pensó sonriendo con alegría pero al instante su expresión se volvió sombría «Y también es un gran problema ahora».
—¡Gracias! —agredeció Violet mostrándose aliviada.
Magenta le sonrió en respuesta para luego concentrarse en la situación de nuevo. Habían rescatado a su nueva compañera, entonces empezó a preguntarse qué hacer con la chica: ¿Debía dejarla aquí e irse a apoyar a Azul y Sulfur quienes se estaban enfrentando contra cinco villanas la vez? ¿Sería una buena idea si llevara a Violet consigo para que también las ayude?
No había mucho tiempo para pensar.
—Violet, quédate aquí y si ves que alguna villana acercarse huye; yo tengo que ir a ayudar a Azul y Sulfur.
—¿E-estás segura?
—Sí —contestó Magenta—. Asegúrate de resguardarte—agregó antes de irse volando de regreso al campo de batalla.
Magia Violet la observaba mientras se iba y a medida que la heroína se alejaba, la expresión preocupada de Utena iba convirtiéndose en una mueca de sonrisa.
—Qué interesante —comentó—¿Y ahora cómo puedo hacer para molestarlas a tal punto de que no quieran ver a Magia Violet en ninguna de sus peleas? ¿O quizás debo crear una situación perfecta para renunciar?
Las posibilidades eran muchas, tantas que dispararon la imaginación de la chica, quien comenzaba a emocionarse; apenas podía contener las ganas de ir ahora misma como Baiser para enfrentar a Tres Magia y hacerle cosas que les haga recordar su primer encuentro.
—Sí, mi debut... —dijo con una sonrisa retorcida—Ahora que lo pienso, este también es mi 'debut', entonces ¿Por qué no hacer algo divertido?
—¡Diablos! —exclamó Sulfur defendiéndose del ataque combinado de Loco y Leber y de las explosiones de Leoparde mientras miraba de reojo a Azul siendo atacada por Roboko y el peluche en forma de gato de Alice.
Azul estaba agotada por su reciente ataque y debían pasar al menos unos minutos antes de poder hacer otro de esos, por lo que hacía lo que podía para atacar con su espada mientras las mangas de su kimono bloqueaban los golpes del enemigo, no obstante era complicado atacar al peluche de Alice al mismo tiempo que bloqueaba y esquivaba las piezas voladoras de Roboko que se movian con velocidad en el aire; de pronto un proyectil salió de las manos de la robot villana e impactó la espalda de la heroína.
Azul dirigió su espada contra la fuente del disparo pero cayó justo en el señuelo del enemigo, pues al distraerse ignoró el otro brazo de Roboko que cargando un ataque, justo arriba suyo.
—¡Cuidado! —exclamó Magenta golpeando al brazo volador usando su lanza como si fuera un bate de béisbol.
El brazo de Roboko fue empujado pero alcanzó a disparar y aunque pasó muy cerca de la cara de Magenta, falló.
—¿Magenta?
—Es hora —dijo la heroína de rosa—La Ve-
—¡¡Voix Canion!!
Un ataque combinado de Loca y Leber envolvió a Azul y a Magenta, empujándolas con fuerza hacia el suelo.
—Eso estuvo cerca —comentó Roboko al peluche de Alice—, el ataque de Leber y Loco casi nos agarra a nosotros también.
El peluche asintió con la cabeza.
—¡Chicas! —Sulfur se distrajo y recibió un golpe de las garras de Leo que generaron una explosión al hacer contacto con la heroína.
—Magenta, ¿estás bien? —preguntó Azul secándose la sangre de la boca mientras se ponía de pie entre el polvo, con las ropas rasgadas, y el cuerpo adolorido y lleno de magulladuras.
Magenta tosió un poco por el polvo pero sonrió.
—E-estoy bien —aseguró aunque no se veía mucho mejor que su compañera—. Esto se siente como una batalla real, ¿no crees?
—Supongo que es porque no hay nadie intentando desnudarnos —bromeó Azul.
—Eso tiene sentido —contestó Magenta—¿Todavía tienes energía para continuar?
—Por supuesto que sí... ¡Sulfur!
—Oh, no. Ella está sola.
—¡Adiós, chicas mágicas! —dijo una voz a sus espaldas—¡Voix Canion!
Al girarse vieron otro ataque de Loco dirigiéndose a ellas, y si eso las tocaba, nada aseguraba de que esta vez salieran vivas.
En ese momento, tanto Azul como Magenta fueron empujadas por alguien que las sacó del rango de ataque de Loca y Leber.
—¿Qué fue... ? —se preguntó Azul pero al alzar la mirada se encontró con quien las había salvado—¿Magia Violet?
—¿Violet? ¿Qué haces aquí? —preguntó Magenta.
—Bueno, después de todo, también soy una chica mágica, ¿no? Es mi deber enfrentar a las villanas.
—Me alegra que hayas venido —comentó Magenta al ver por primera vez algo de determinación en Utena.
—¿Dónde está Sulfur-san? —preguntó Violet.
—Ahí —señaló Azul.
Las tres vieron que su compañera estaba inmovilizada por el peluche de gato de Alice, aunque se sacudía intentando liberarse, se notaba que ya no le quedaban fuerzas.
—Tampoco me queda mucha energía —comentó Azul mirando a Magenta—. Yo creo que ahora sí es un buen momento para que lo uses.
Magenta asintió con determinación y habló:
—La Veri-
Pero por tercera vez, se vio frustrada, de nuevo Violet le había tapado la boca con una mano mientras le hacía una llave en el cuello.
—¡Lo siento! —se disculpó Violet—No sé qué pasa.
—¡Es Leber de nuevo! —exclamó Azul poniéndose en posición de combate.
—Sí, controlar a su amiga es divertido —comentó Leber en forma de sombra, aferrada a la chica mágica novata.
Sulfur seguía intentando librerarse del agarre de peluche gigante mientras recibía burlas por parte de Leoparde.
—Perdiste —dijo la villana levantando su pistola y apuntándole.
—¿¡Por qué no peleas limpio, zorra!? Haz que esta cosa me suelte y te patearé el trasero.
Leoparde sonrió sin caer en sus provocaciones.
—Lo bueno de ser villano —dijo—es que no tenemos porqué juegar limpio.
Mientras Sulfur maldecía en su cabeza con todas las malas palabras que conocía, comenzó a sentir que perdía su La Verité por falta de energía.
Bajó la mirada resignada, sólo para ver que en el suelo estaban sus compañeras, pero le llamó la atención que Magenta estaba siendo contenida por Violet mientras Azul era atacada por las notas musicales de Loco.
«Esa infeliz de Leber debe estar controlando a Violet de nuevo» pensó, y su mirada se dirigió a Magenta, aunque estaba lejos, pudo percibir que su amiga estaba sufriendo.
Todas estaban sufriendo...
—¡Malditas, no se los perdonaré! —gritó Sulfur con furia grabada en sus ojos y una nueva llama se encendió en ella, sintiendo que recuperaba un poquito de su energía. Concentrando toda su fuerza, extendió sus brazos, liberándose del agarre del peluche.
Leoparde se preparó para recibir algún ataque pero para su sorpresa, la heroína rubia se lanzó volando a toda velocidad en dirección a Magenta y las demás.
—¡Vamos a detenerla! —exclamó Leoparde a Roboko y Alice.
—¡Voix forte! —exclamó Loco y Azul la esquivó con dificultad antes de que su forma Veritá desapreciera por completo debido a su falta de energía.
—Jajaja, parece que vas a perder, chica mágica —comentó Loco sonriendo sin percatarse que tras ella se aproximaba una más que furiosa Sulfur los puños listos para golpear a cualquiera que se atreviera a lastimar a sus amigas.
—¡Cuidado! —gritaron Violet y Leber.
Esta vez Magenta levantó una ceja, ¿acababa de escuchar a Utena advertirle de un ataque sorpresa al enemigo o fue su imaginación?
—¿Eh? —antes siquiera que Loco pudiera voltearse a mirar, Sulfur ya estaba muy cerca de ella, pero para la suerte de la villana, un portal apareció parainterponerse entre ambas, y un lanzacohetes se asomó disparando a la heroína.
—¡Sulfur! —gritó Azul pero sintió que alguien a sus espaldas le tomaba sus brazos y le hacía una llave.
Sulfur había alcanzado a cubrirse del proyectil pero recibió una leve explosión en su espalda que la empujó un par de metros.
—Ríndete —dijo Leoparde.
—Nunca —respondió Sulfur lanzándose contra ella.
Leoparde esquivó sus puñetazos y se preparó para un contraataque.
—Diablos, yo no nos queda mucho tiempo —comentó Loco a Leber y Violet.
—Traígan a Azul aquí —pidió Leber siguiendo a petición de su lider
—¿Qué van a hacer? ¡Suéltame! —exclamó Azul forcejeando con Roboko, quien la arrastró hasta Magenta.
Ahora Alice sacó un grupo de juguetes que se encargaron de mantener a Azul y a Magenta sometidas contra el suelo, y a esta última también le amordazaron la boca con un pedazo de tela arrancado de su propio traje.
—Bien, mantenlas ahí un rato, Alice —pidió Leber.
A pesar de estar debilitada por el cansancio, Sulfur continuaba dando pelea a Leoparde.
«¡Sulfur es toda una chica mágica! Es increíble como se mantiene en batalla y su deseo de proteger a sus amigas. ¡Es tan conmoverdor!» pensó Utena «Me dan tantas ganas de hacerla sentir muy bien». La imaginación de Violet empezó a volar.
—¡¿Podrías dejar de babear!? —dijo molesta Leber—Estoy pegada a tu cuerpo, puedo sentir que estás comenzando a calentarte ¡Maldita sea! Nunca más volveré a hacer esto, ¿escuchaste?
Pero Violet parecía no escucharle y sus pupilas cada vez se dilataban más en forma de estrella.
Entonces Leber alcanzó a oír un pequeño "crack", el dispositivo de transformación de Magia Violet empezó a agrietarse.
—¡Espera! Algo está pasando a tu transformación ¡Cálmate!
De pronto una luz violeta oscuro cubrió el cuerpo de Magia Violet y su traje comenzó a cambiar; su falda se acortó y el color se su traje se oscureció un tono, las mangas de su camisa desaparecieron, el moño en su cuello se convirtió en una corbata corta, y algunos mechones de su cabello se tiñeron de lila, mientras que los búmeran en sus manos se triplicaron en tamaño.
—¿Eso es una nueva transformación? —se preguntó Azul—Pero no parece ser La Veritá.
—¡Te derrotaré, maldita! —gritó Sulfur mientras lanzaba una serie de ganchos, que Leoparde esquivaba con dificultad.
—¿Cómo es que esa tipa no se cansa? —se preguntó Loco.
—¡Pagarán por lo que hicieron, Enormeeta!
Leoparde retrocedió unos pasos y dijo en tono desafiante:
—¡Haber, muéstrame cómo nos harás pagar!
—¡Ya verás!
Sulfur iba a lanzarse a atacar de nuevo pero un par de búmeran la golpearon de imprevisto en el torso.
—¡¿Qué demonios?!
—Hola —saludó Leber y Violet en su nueva forma apareció frente a ella—, creo que es turno de que nosotras peleemos.
—Magia Violet...
—Lo siento, Sulfur-san —se disculpó Utena al tiempo que atrapaba en sus manos a los búmeran que regresaban a ella.
—¡Voix forte! —unas notas musicales empujaron a Sulfur hacia Violet, y esta última lanzó sus armas voladoras buscando golpear a heroína.
Sulfur la esquivó agachándose un poco pero apenas se empezaba a hergir recibió el golpe de los búmeran en su espalda.
—¡¿Qué carajos...!?
—¡No te distraigas! —exclamó Leoparde atacando a Sulfur con un golpe al estómago.
La heroína vestida de amarillo perdió su La Veritá, ya se había quedado sin energía; en este punto, apenas podía tratar de responder a los ataques de Leo.
En menos de un minuto, Sulfur fue sometida contra el suelo al lado de sus compañeras, siendo sujetada por unos juguetes de Nero Alice.
—¿Estás bien, Sulfur? —preguntó Azul.
—S-sí —contestó su amiga aunque estaba completamente adolorida.
—Hmm... ¡Hmm! —Magenta quería decirle algo pero seguía amordazada.
—Bien, llegó la hora —interrumpió Leber—, esto no es personal, pero ya que Baiser no pudo venir hoy, nos pidió que les dieramos 'un saludito' de su parte.
—¿Qué van a hacer? —preguntó Sulfur en tono desafiante.
—¡Deténganse, por favor! —pidió Violet cuando su cuerpo presumiblemente controlado por Leber, se acercó a las heroínas por la espalda.
—Ten, Leber —dijo Loco arrojando su micrófono con cable.
Violet atrapó el objeto antes de que toque el suelo.
—No quiero ser parte de esto de ninguna manera —susurró Leber a su lider.
—Está bien, puedes dejar mi cuerpo, pero por favor asegúratede que las chicas mágicas no te vean, es vital que sigan pensando que me controlas —contestó Violet susurrando—. Te haré una señal cuando necesite que vuelvas.
Leber asintió con la cabeza antes de dirigirse a las Chicas mágicas:
—Les recuerdo que a mí no me gustan estas cosas, como les dije, sólo sigo órdenes de Baiser. Usaré el cuerpo de su amiguita para hacer el trabajo.
—¿A qué te refieres? —preguntó Azul.
Dado que jueguetes atajaban las cabezas de las tres heroínas contra el suelo, estas no podían voltear la cara para mirar atrás, lo que Leber aprovechó para abandonar el cuerpo de Violet y esconderse en su zona de confort: el interior de la falda de Loco.
Violet sonrió de forma amplia, mostrando los dientes mientras que inspeccionaba el cable del micrófono que Loco le había prestado.
«Esto servirá» pensó mirando con ganas a las heroínas. Alzó el brazo y azotó el trasero de las chicas mágicas con él.
Las chicas soltaron gemidos de dolor y sorpresa.
—Ah, lo-lo siento —dijo Violet, con una voz asustada, todo lo contrario a la expresión de sádico deleite en su rostro.
—C-cálmate, Violet, es-esto no es tu culpa —dijo Azul mientras su cuerpo empezaba a llenarse de dolor y placer.
Magenta se sacudía intentando liberarse,y seguía amordazada; por otro lado, Sulfur se llenó de ira, esto le traía un recuerdo que era doloroso para su orgullo: aquel día en que conocieron a Baiser.
De alguna manera, a pesar de todo lo que avanzó y se esforzó, otra vez su trasero estaba siendo azotado por culpa de esa degerada. Otra vez las chicas de Tres Magia estaban siendo humilladas tras perder una batalla que parecían haber estado cerca de ganar.
—¡Yo... Lo siento! —gritó Violet con la voz quebrada, en un tono de desesperación, tristeza, y culpa, apesar de que en realidad, por su rostro se podría decir que Utena no podía estar gozándolo más—¡Lo siento!
Desde lejos, los demás miembros de Enormeeta se habían alejado un poco para no involucrarse en las locuras de su lider.
—¿Cómo puede decir eso con tristeza y tener esa enorme sonrisa al mismo tiempo? —se preguntó Loco mientras mantenía sus manos cubriendo el rostro de Alice para que esta no viera esa escena.
—Qué raro, mis conocimientos me indican que hay una contradicción entre el lenguaje corporal de Utena-san—comentó Roboko—¿Acaso es algún error mío?
—Nah, Roboko, no le busques lógica. Baiser-chan es especial —contestó Kiwi y Korisu asintió con la cabeza mostrando que estaba de acuerdo.
—No sé ustedes, pero creo que eso da miedo —comentó Loco.
—Y yo quiero mantenerme al margen de esto —dijo Leber.
—Lo siento, chicas...
—N-no es tu culpa —le repitió Sulfur a Violet.
La rubia pensaba que el colmo era que Baiser ni siquiera había venido a hacer el trabajo sucio, y de manera cobarde utilizó a la pobre chica mágica novata.
«Utena-han... Ella seguramente está sufriendo» pensó Sulfur. Para ella era natural pensar que alguien tan tímida e inocente como la buena de Utena era quien peor estaría pasando en esta situación, ya que al menos Magenta y ella ya habían experimentado cosas como estas en repetidas ocaciones y tenían el temple para soportarlo, y conociendo a Azul, de seguro estaría gozando más de la cuenta.
—Perdónenme —rogó la chica quien estaba siendo 'controlada'.
—Se fu-fuerte, Vi-Violet —dijo Azul entre gemidos de placer y baba.
Después de dar nos buenos azotes, donde no dejaba de disculparse y sollozar como si no tuviera esa enorme y retorcida sonrisa en la cara, Violet se detuvo para acercarse a Azul y acariciar su trasero.
Violet iba a hablar pero se detuvo antes de abrir la boca pues casi se le escapa una linea de su alterego de villana.
Azul soltó un gemido antes de decir:
—Leber, nunca corromperás mi espíru.
Hubo un silencio en el que Violet hizo una señal con su mano y Leber acudió hasta ella y tomó su cuerpo en forma de sombra.
Entonces, Violet continuó acariciando el muslo y trasero de Azul, casi como si estuviera embelezada con su anatomía mientras Leber fruncía el ceño sin muchas ganas de presenciar eso.
—¿Por qué no pueden sólo pelear normal? —preguntó Sulfur agitándose con furia.
—Ya te dije, cumplo órdenes —contestó Leber.
—¡Tú, Enormeeta y Baiser son todos unos malditos pervertidos! —gritó Sulfur y como respuesta obtuvo una nalgada de Violet.
Utena seguía sollozando en voz baja pero ya no se disculpó, más bien, dejó caer el arma de Loco y con una mano levantó la falda de Sulfur y con la otra, hizo que sus dedos recorrieran la piel de la heroína hasta que llegó al borde de su ropa interior, empezando a deslizarlo hacia abajo de forma lenta y juguetona.
—¡Sigue así y te partiré la cara! —advirtió Sulfur.
Entonces, Violet deslizó las bragas de Sulfur y expuso su piel al aire sólo para darle un manotazo a su nalga derecha con bastante fuerza.
Para ese ya de por sí adolorido trasero, recibir una nalgada era como revivir un azote fantasma, Sulfur contuvo un quejido de dolor, e hizo todo lo posible para retener las lágrimas en sus ojos, no era el daño físico la que la afectaba, sino la humillación que estaba recibiendo. Todo esos toques le recordaban tanto a Baiser.
—Jaja, la niñita quiere llorar —comentó burlonamente Leoparde acercándose a las chicas—¿Qué pasó con tu fiereza?
—Maldita perra —dijo Sulfur.
Leo se acercó a su más grande enemiga y le dio una nalgada, la chica mágica reaccionó agitándose de furia.
Violet dejó a su compañera entretenerse molestando a Sulfur, y se dedicó a 'atender' a Magenta, acariciando un poco su espalda baja y muslos.
—Suficiente por hoy —interrumpió Leber apartándose del cuerpo de Violet aunque claramente su lider no quería terminar con eso aún—¡Vámonos!
—Al fín —dijo Loco, Leoparde abrió un portal y las villanas se reunieron con ella y una a una fueron atravesando el portal.
Alice hizo que sus juguetes soltaran a las heroínas antes de irse y la última en entrar al portal fue Leoparde.
—La próxima vez será peor —advirtió.
—¡Esperen! —exigió Sulfur pero el portal se había cerrado.
—Ahg... —Magia Violet se dejó caer al suelo mientras se destransformaba.
—¡Utena-chan! —exclamó Magenta acercándose a ella—¿Estás bien?
—Mmm... —Utena levantó su mirada hacia arriba con una expresión vacía e indescriptible en su rostro—Lo siento, chicas pero yo... Renuncio.
—Pero... —antes que Magenta pueda decir algo más, Azul le interrumpió.
—Está bien, Magenta. Es comprensible que Utena-san decidiera eso luego de lo que acaba de experimentar.
—Es cierto —dijo Sulfur—, no todo el mundo puede hacer lo que nosotras, si Utena-han es incapaz de tolerar cosas como estas, entonces no podrá enfrentar a Enormeeta otra vez, y más teniendo en cuenta que tuvimos suerte de que Baiser no se presentara hoy porque sino...
—¿Sino qué? —preguntó Utena fingiendo no saber a lo que se referían.
Y nadie quería responderle.
—Sólo digamos que tuviste suerte —repitió Sulfur.
—Mucha suerte —concordó Azul.
—Supongo que tienen razón —dijo Magenta—Tampoco me gusta la idea que Utena-chan tenga que experimentar todas esas cosas.
Sulfur y Magenta veía a Utena como una chica demasiado inocente, amable, tranquila, alguien que encontrarías regando las flores en la escuela; ella parecía algo débil, sólo se destacaba en las clases de educación física por tener las peores notas; también su personalidad era sumisa y cedía fácilmente ante las peticiones de los demás, así que nunca la habían visto discutiendo con alguien, no tienía espíritu de pelea. Era cruel pedirle a alguien tan frágil que luchara contra la tipa más depravada y sin vergüenza que conocían. Si bien Sayo podría diferir su opinión sobre Utena tras conocerla mejor luego de lo sucedido en la playa y en la cascada, estaba de acuerdo en no exponerla a Baiser.
—Está bien —dijo Azul agachándose y acercándose a Utena—, no te preocupes por nada. Nosotras haremos saber a Vatz tu decisión y le explicaremos lo sucedido.
—G-gracias —contestó Utena mientras le devolvía el dispositivo de transformación a Azul.
—No, gracias a ti, Utena-san, por brindarnos tu ayuda hoy —respondió Azul recibiendo el objeto cuando notó algo.
—Eso es... —dijo Sulfur señalando al disposivo.
—¿Qué es? —preguntó Magenta acercándose a mirar el objeto en la mano de Azul.
—Está dañado —declaró Sulfur.
Había una gran grieta vertical en el dispositivo que casi partía al corazón en dos.
—¿¡Lo rompí?! —exclamó Utena agrarrándose la cabeza—Lo siento...
—No es tu culpa —tranquilizó Azul.
—¿Aún funciona? —se preguntó Magenta.
—Vi esto antes, en mi propio dispositivo —contestó Azul—. No es la gran cosa, apuesto que si conseguimos un nuevo portador, la grieta se repará sola —agregó.
—Gracias al cielo. —Utena suspiró aliviada.
—Chicas, tengo que irme —dijo Sulfur, ciertamente estaba muy cansada y sólo quería tomar un baño y una siesta.
—Buena idea, es hora de descansar —dijo Magenta—. Luego hablaremos con Vatz y le entregaremos el dispositivo de transformación.
—¿Estás bien, Utena-san? ¿Crees poder ir a casa sola? —preguntó Azul.
—Sí, gracias.
—Entonces nosotras nos vamos —dijo Magenta sonriéndole.
Las chicas mágicas se despidieron antes de irse volando.
—Esto no salió tan mal —comentó Utena viendo a sus heroínas perderse en el horizonte.
—¿Tú crees, Utena? —preguntó una voz a su espalda.
La muchacha se volteó encogiendo los hombros y tragando saliva.
—¿Ve-Vena-san?
