Capítulo 1.

Cid Kagenou.

Ese era el nombre que era suyo, el hijo menor de la familia Kagenou. Una familia medianamente simple, siendo el segundo hijo de la pareja Kagenou, su padre era un hombre de negocios amoroso y su madre una mujer estricta pero cariñosa. Además de su hermana mayor Claire Kagenou, la heredera de la fortuna de su abuelo materno.

Ahora mismo el joven Kagenou estaba mirando por la ventana de su habitación al sol poniente en la distancia del atardecer, dando una imagen espectacular de las nubes, el color naranja y la luz que combinaban en una vista fabulosa para recordar.

Solamente que su "tiempo libre" sería interrumpido por un toque en la puerta que lo haría suspirar al darse cuenta de quien podría ser. "¿Si?".

"Hijo baja, ha llegado el señor Matsuo" dijo la voz de su madre al otro lado de su puerta.

Como recordaba, su familia se ofreció Voluntaria para cuidar de una persona de su edad o cercana hasta donde sabía, por lo que se quedaría en la casa por un tiempo, cosa que no le agrado para nada por el hecho de que podría arruinar su fachada, sus sentidos le hormigueaban de forma tal que no aceptara esto, pero no pudo hacer nada por la decisión de su abuelo de aceptar tal favor.

"Ya bajaré madre, aunque no quiera nada de esto en primer lugar" dijo lo último en su mente, salió de su cuarto y bajó a la primera planta donde estaba su familia reunida u al frente un señor mayordomo por su vestimenta.

Pero sus ojos negros se digieron hacia la chica que tenia al lado suyo. Tiene un cabello escarlata liso amarrado en dos colas, atado con cintas rojas y ojos rojos oscuros degradados, una blusa verde de correas, con una falda blanca y zapatos azules.

Exudaba una aura que le decía a Cid que le tuviera cuidado con ella, dejo sus pensamientos de lado cuando Matsuo, el mayordomo hablo.

"Ella es Ichika Amasawa, mi empleador ha pedido que su pudieran cuidarla por un tiempo hasta que su situación se normalice lo mejor posible. Ella sabe "comportarse", así que no deberán tener ningún problema con ella" comenzo Matsuo mirando a los padres Kagenous.

'¿Por qué siento que esta chica es bastante problemática? Si eso significa que se quede aquí en nuestra casa será un dolor de costado para mi vida'.

Tal pensamiento recorrió la mente de Cid mientras pensó acerca de lo que significaba querer Ichika en convivir con ella durante el tiempo que esté con ellos mientras su mirada se mantenía tan apática como siempre de lo usual en su vida cotidiana.

Claire, ajena al conflicto de su hermano, habló a la "invitada" durante los próximos meses: " Soy Claire, espero poder convivir contigo Amasawa-san. El chico que está a mi lado es mi hermano menor Cid. No le prestes tanta atención ahora, no es tan bueno las primeras veces con los desconocidos" presentó la mayor a sí misma y su hermano menor.

Ichika miro al chico en cuestion con sus ojos negros aburridos que solo le dio un saludo aburrido con su mano derecha mientras que no tenia expresion alguna. Sus sentidos le dijeron que este chico tenía algo más a simple vista, su entrenamiento en la Sala Blanca fue bastante intenso para ser intuitiva y poder percibir las cosas mucho más a detalle.

Y Cid Kagenou le parecía alguien que no es "normal" en todo el sentido de la palabra, pero no sabia de que se trataba esto del todo. Como fuese, tenía mucho tiempo para ir armando lo que fuese que esta familia fuese que llamó la atención del director de la Sala Blanca.

Mandada aquí para averiguar tal cosa, no rechazó la misión por nada y espero con una sonrisa cortés a la familia que tendría que quedarse y vigilar los siguientes meses o hasta más para completar su asignación dada.

Matsuo se fue luego de unos minutos para regresar a su trabajo, dejando las cosas de Ichika para su estadía. Siendo que Cid y Claire le ayudaron a acomodarse en la habitación de invitados que estaba libre para que se quedara el tiempo necesario con ellos. Siendo que Cid ayudó acomodando algunas cosas en el escritorio y Claire ayudó a Ichika en el acomodamiento de su ropa en los cajones de su armario sin más problema.

Al terminar su labor de acomodar las cosas, Cid se fue del cuarto para atender una cosa que su abuelo le había dicho que necesitaba de él. Así que le dijo a su hermana que la vería en la cena, esta solo asintió y Ichika solo miró curiosa de lo que el menor de los Kagenou tendría que hacer.

Cid regresó a su cuarto y cerró la puerta con llave, prendió su computadora para seguidamente y comenzar a revisar su correo electrónico en el mensaje de que su abuelo le había mandado por petición suya en un simple "negocio" que ambos estaban confabulado sin que el resto de la familia supiesen nada al respecto sobre aquello.

'Deberá tener mucho más cuidado con la invitada que "ese hombre" pidió a mi abuelo que la acogieramos por un tiempo corto. Seguramente esta aqui por esto, que seria lo que mas tendria sentido para mi, pero dejar que lo descubra será algo que no dejaré que salga tan fácilmente, no con tanto en juego' dijo en su mente tranquilamente el Soñador Eminencia de las Sombras.

Cid tecleo en su computadora por unas horas mientras se encargaba de lo que quisiera su abuelo con respecto a lo que ambos estaban inmiscuidos, tal cosa de lo que ha pasado ambos en este asunto que hace que su abuelo quisiese él para ser el heredero del patrimonio Kagenou en su totalidad.

Pero Cid se negó vehemente una y otra vez, no quería nada que ver con el patrimonio de su familia sobre que durante hasta el momento ha sido por pocas generaciones desde que su bisabuelo había comenzado tal riqueza como un simple y honesto mercader a emprender una de las mayores empresas que el mundo ha tenido desde el siglo XIX.

Y la guerra secreta que ha librado con un grupo peculiar en las sombras por décadas.

Interés. Poder. Codicia. Sueños. Esos son factores que mueven a la gente de forma distinta, ya sea por bien o mal, luz o oscuridad, pero para Cid solo tenía una cosa en su mente desde que la pensó por primera vez y se quedó pegada en su mente: Ser la Eminencia, el titiritero que mueve los hilos tras bambalinas.

Aquello que su sueño creerían mera fantasía pero para él significaba todo, cosa que su abuelo había visto desde que esa idea se le quedó grabada como quemadura en su mente y corazón mismos.

Por lo que decidió apoyar a su único nieto como pudiese, sabía que cada persona era diferente con distintas emociones, sueño, perspectivas, etc. Algo que hacía tan divergente a los humanos, por lo que el abuelo y Patriarca de la familia apoyo en las sombras a su nieto Cid, con lo que necesitase para conseguir su sueño.

Asi Cid, habiendo estado en más de una ocasión en alguna reunión secreta con su abuelo, se ocupó de adiestrar a unas cuantas chicas creadas con la ingeniería genética que fueron rescatadas por los hombres de la familia por petición del joven Kagenou a su abuelo al darse cuenta de lo que le hacían a esas chicas.

Su abuelo lo hizo sin dudar por la petición de su amado nieto, por lo que en una mera noche la instalación y aquellos que la dirigían no hicieron más que ser cenizas. No quedó nada más que polvo de todo eso dispersos por el viento.

'Y ahora tengo un harem que a mi abuelo le parece tener gracia para que tuviese para aumentar la familia' suspiro Cid mientras seguía con su trabajo, cuando un golpe en su puerta lo sacó de su trance.

"¿Quién es?" preguntó Cid dudoso de saber quien era.

"Soy Ichika, Kagenou-San~. Tu madre me pidió que te dijera que la cena estaba lista" la voz de Ichika al otro lado de la puerta.

Cid miró la hora y noto que eran las 7:00 pm, por lo que apago el computador, quitó el seguro de la puerta y miró a la forma de Amasawa en el correo con una sonrisa petulante con los brazos detrás de ella mirándolo con sus ojos brillando de curiosidad.

"Vamos" dijo Cid y camino enfrente de Ichika que lo seguía de cerca para bajar a comer, mientras que la chica le dio una breve visita al cuarto del menor de los Kagenou, preguntándose de qué haría el chico encerrado por horas en su habitación.

Tal vez jugar juegos o ver videos de dudosa procedencia pero presentía que era algo mas, asi que dejo de lado eso por el momento y fue a comer la comida de la señora Kagenou que según le dijo Matsuo, ha sido una de las mejores que ha tenido el placer de probar en toda su vida hasta el momento.

…..

Cid se fue adaptando a tener a su nueva invitada en la casa todos los días, que siendo sincero en su opinión era una demonio disfrazada de humano por su forma de actuar cuando sus padres no estaban presentes con su hermana y él, cosa que admitia, le aterraba un poco en verdad sobre la actitud de esta chica a tratar.

Pasando por el hecho de que una vez que estaba leyendo un libro abrió la puerta de su habitación de tal forma que si no fuese por su entrenamiento no se habría dado cuenta en lo absoluto con ese pequeño demonio que era Ichika Amasawa, en verdad le preguntaría a su abuelo del porque la dejo quedarse con ellos por un tiempo. A su parecer un manicomio le quedaría mejor o mejor una iglesia para hacerle un exorcismo.

(Cid en verdad no se ha sabido que tenga miedo a algo, pero le tiene miedo a su hermana que puede ser de muy mal humor como su madre cuando se enoja, así que supongo que Ichika que es demonio con sus travesuras y demás cosas, pueda llegar asustarle en este fic).

Incluso un día la encontró revisando su cuarto, cosa que le puso de muy mal humor, teniendo una acorralada discusión que llevó a…ejem, Cid manoseando sin querer a Ichika cuando ella cayó encima de él cuando la persiguió por la habitación.

Cabe decir que no le disfruto para nada por la personalidad traviesa que le daban escalofríos al Kagenou menor, y la de 5º generación de la Sala Blanca solo le incitaba cada que tenía la oportunidad, cosa que le hacía crispar una ceja o temblar su labio a las insinuaciones de la joven hacia él como modo de broma por lo que pasó.

Por suerte no pasó a mayores, para fortuna de su persona que era Cid, que no su atención del género opuesto había sido abrumada y en su mayor medida bloqueada por las bellezas que eran las chicas que salvaron los hombres de su familia, cosa que le agradecieron jurando estar a su cuidado el resto de sus vidas.

"Al menos tengo algo de tiempo libre de esa pequeña demonio" susurró para sí mismo Cid mientras que este estaba en camino hacia la casa de su abuelo, el cual cada dos fines de semanas al mes iba visitar, intercalada con Claire para estar el mayor tiempo posible con su abuelo.

Tener la compañía de Ichika era un gran dolor de cabeza para Cid con la atención femenina que ha estado expuesto con las chicas que ha tenido agradecimiento desde que las salvó por su pedido personal, cosa que a ellas no fue poca cosa.

Teniéndose ocupadas en labores para su fortuna y suerte, si se le podía decir así a la mega suerte rara del Kagenou menor. Que incluso ahora parecía seguirle si lo que sentía ahora era correcto para su infortunio.

Suspirando hizo su mano en un puño, corrió el asiento trasero y golpeó la cabeza de alguien que solo dijo "Itai" al sentir el golpe en su cabeza. "Sal de una vez quieres, es molesto de que esté aquí sin que mis padres lo sepan".

Una Ichika salió de detrás de la limosina y se acomodo en uno de los asiento mientras se sobaba su cabeza por el fuerte golpe de Cid a su cabeza.

"Se puede saber como llegaste… Sabes que mejor no me digas nada. De seguro es algo que no quiero tener en mi mente" dijo cansadamente Cid mirando a Ichika que solo sonrió traviesamente mirando al Kagenou menor que miraba el paisaje pasar afuera mientras seguían su recorrido hacia la mansión del Patriarca de la familia e ignorar a la molesta chica.

Al cabo de una media hora más (cosa que para Cid fue un infierno queriendo desprenderse de Ichika que no paraba de molestarlo subjetivamente), llegaron a la mansión, donde apenas la limusina aparco Cid salió de esta como si buscara la protección del mismo Jesucristo para deshacerse del demonio que lo miraba con cara divertida al salir también del carro, los sirvientes que notaron todo lo ocurrido solo pudieron pensar en lo que el nieto de su maestro pudo pasar para huir como alma que lleva que el diablo.

Cid entró al despacho de su abuelo, el cual estaba con una ceja alzada mirando con desconcierto a su nieto favorito al verlo entrar a su oficina como si huyera de algo maligno.

Antes de que preguntara algo Cid habló."¿Por qué aceptaste a ese demonio para que se quedara en nuestra casa, abuelo?".

Sabiendo de quien se referia el hombre mayor acarricio su cabello plateado-negro por la edad, mirando a su nieto."Fue un favor Cid. De alguien que temo es bastante peligroso de enfrentar por el momento, por lo que solo pude aceptar de que su 'emisaria' fuese aceptada a pasar un tiempo corto con vosotros, perdón si te incomoda amado nieto pero no puedo hacer nada para que se vaya".

Aceptando la explicación a regañadientes, el joven se sentó en la silla enfrente de su abuelo para verlo y comenzar a hablar de lo que quiera hablar con él desde su última reunión hace dos semanas.

Por supuesto, revisando que Ichika no estuviera cerca. Por suerte una de las chicas que salvó estaba presente estos días en la mansión y se encargó de distraer a la emisaria de la Sala Blanca.

"He revisado lo que me enviaste Abuelo, y me tengo claro que las cosas serían muy complicada a manejar en los próximos años con el cambio que se está provocando por Mitsugoshi y sus repercusiones que "ellos" esperan sepultar en la tierra.-el joven pelinegro prendió la TV y puso el canal de las noticias sobre la economía que estaban dando, señalando las acciones- El proceso de inversión de la empresa ha sido un 20% mayor que cualquier otro en los últimos meses desde su fundación. Por lo que el rápido crecimiento y adhesión al mercado será visto pronto como una amenaza a sus intereses personales.

Así que sugiero que las acciones próximas a tomar se enfoquen en el coin que seguro será un buen éxito para ganar dinero con la era digital entrando a otra época con esa moneda digital que se popularizara".

El Patriarca Kagenou solo pudo sonreír ante las palabras de su nieto más querido y hábil, lo que ha estudiado para ser una eminencia de las sombras ahora le sirven para dirigir las cosas contra aquel adversario que la familia Kagenou ha estado luchando en secreto durante décadas con su padre antes que el.

Por lo que sabía que si había alguien en que dejar la lucha en sus manos era Cid, sin importar qué joven era aún tenía el conocimiento necesario para afrontar lo que se viniera hacia él, además de la experiencia que ha estado ganando en combate con su entrenamiento exhaustivo y confrontando a pandillas o criminales de poca monta, lejos de lo que podrían hacer verdaderos expertos pero por algo se comenzaba al fin y al cabo.

"Muy bien Cid. Como era de esperar de ti, pero debes de saber que las chicas quisieran agradecer con una cena.- Cid gimió ante eso y el hombre mayor solo pudo reír levemente- Así que sugeriría que aceptaras tal invitación…".

Levantando su mano, en forma de decir que parara su diatriba:" Se que me has dicho que rechazar algo como esto sería visto como de mala forma sin una buena razón, pero con Amasawa molestandome los últimos días con lo que fuese que está buscando de nosotros, no estoy del mejor humor para aceptar tal invitación…Al menos en estos momentos abuelo, y supongo que eso no sería para muy pronto suponiendo por los deberes de todas ellas.- Dijo Cid frotando sus ojos con su mano libre-".

El abuelo se rió de la desgracia de su nieto al haber salvado por su deseo de tener secuaces de que lo siguieran en su rol de eminencia de las sombras que obtuvo a siete chicas hermosas para ser posibles pretendientes por su mano, cosa que al Kagenou menor le agradaba del todo según lo veía el anciano.

"Solo diles de que aceptaré en que todas estén libres, no quiero tener un problema como lo fue la última vez abuelo. Ya por si me cuesta mantener que no haya peleas entre ellas dos, prefiero que todas estén presentes" admitió para sí mismo Cid.

Asintiendo en compresión, el patriarca se encargaría de pasar la petición de su nieto, cumplir su deseo ahora mismo sería respetado, pero tarde o temprano tendría que hacer frente a las siete jóvenes.

"Ahora veamos como hacer el siguiente movimiento contra los Iluminati, mi querido nieto" dijo el anciano mientras sacaba uno de los juegos de estrategia que jugaban de vez en cuando.

Mientras que Amasawa estaba siendo distraída por Alpha, la líder de las siete chicas que salvo Cid y que ahora mantenía un ojo sobre la enviada de la quinta generación, sabia algo de ella por el abuelo de su salvador, así que como la más hábil entre sus amigas mantendrá a su salvador a salvo como fuese posible del toque de este demonio.

Siendo que Ichika solo sonreía intrigada por la chica que parecía algo diferente a lo usual que la guiaba por el patio trasero de la mansión hacia algún sitio para alejar su atención de Kagenou menor.

'¡Veamos cuánto tiempo más podrás escapar de mis manos! Cid Kagenou'.