Parte 5
Era temprano por la mañana y una linda castaña entraba a la cafetería de Flo después de haber practicado unas cuantas vueltas en Willy's Butte.
-Buenos días cariño, ¿cómo sigue tu brazo?. -Habló una alegre Flo.
-Está mucho mejor.
-Me alegra escuchar eso y espero tengas mucho apetito porque te haré algo especial.
-Gracias Flo, traigo el estómago vacío.
-Es un gusto tenerte de nuevo aquí señorita. -Mencionó el Sheriff después de darle un trago a su café.
-Que bueno que porfin puedas reunirte con nosotros. -Comentó el sargento.
-Nos hacía falta tu deslumbrante sonrisa. -Halagó Fillmore.
-Y cuentanos preciosa, ¿cómo te fue con tu familia?. -Preguntó Flo mientras le servía un vaso de jugo de naranja.
Ella comenzó a relatar su estadía en casa de sus padres, realmente lo disfrutó, al parecer hasta había subido de peso gracias a su abuela que la consentía bastante.
Después de un lapso pequeño de tiempo McQueen y Mate entraron a la cafetería. Su mentor estaba apunto de reclamarle a la chica por andar practicando sin su consentimiento, pero noto lo alegre que se veía platicando tan amenamente junto a sus amigos, que prefirió sentarse junto a ellos para disfrutar de un buen desayuno y de ese íntimo convivio.
-Y entonces, ¿tu abuela hizo qué?. -Preguntó un confundido Mate.
-Mate, créeme que no es la primera vez que sucede algo así. -Habló entre risas la chica.
-Oye cariño y ¿algún chico lindo de la pista fue a visitarte?. -Preguntó una juguetona Flo.
-¡Oh, no!, para nada.
-Creí que te llevabas bien con ellos.
Cruz bajo el rostro y comenzó a jugar con su comida, no quería continuar con ese tema.
-Se lleva bien con todos, es una chica muy popular, hay un chico en especial que siempre esta tras de ella. -Añadió Mate.
-¡Mate!, eso no es verdad. -Rió nerviosa.
-¡Oh, vamos cariño!, no seas modesta, eres una chica linda, alguno de ellos debe de tener interés en ti.
-Pero Cruz no tiene tiempo que perder, en especial con ellos. -Mencionó en forma seria McQueen.
-¡Oh!, ¿ya vieron la hora?, debo irme. Gracias por el desayuno, platicamos luego. -La chica pagó, se despidió de todos y salió en forma rápida.
-Creo que la incomodamos. -Mencionó Ramón.
Todos en el café estaban confundidos y McQueen salió de la cafetería para ir tras de ella.
-¡Cruz!. -Gritó el rubio para llamar la atención de la castaña.
-Sr. McQueen, yo... puedo explicar lo de la mañana, mi brazo ya no me duele y extrañaba la pista, así que quise dar unas vueltas para...
-No te preocupes, te entiendo, puedes practicar mientras no te sobre exijas y no te duela el brazo.
-¡Uf!, que bien, entonces, supongo que puedo regresar a practicar en un rato. -Sonrió la chica.
-Espera, quiero preguntarte algo.
-Y ¿qué es?.
-Quiero saber si ¿alguien de la pista fue a visitarte?.
Cruz cambió su semblante. -Estás esperando a que te diga un nombre en específico, ¿cierto?.
-Storm, ¿fue a verte?.
Ella bajó el rostro y habló con pesadumbre. -No, jamás lo vi, ni tuvimos contacto alguno, tenías razón era sólo un juego.
-Me alegro, es lo mejor para ti.
-¿Cómo sabes que es lo mejor para mi?. Ya soy una adulta y puedo dicidir mi vida.
-Cruz, llevo más tiempo en esto, es obvio que sé más que tú y lo que te conviene.
-Me voy. -Se dio la media vuelta y comenzó su andar.
McQueen fue detrás de ella y comenzó seguirla.
-Cruz espera, no fue mi intención molestarte, pero él...
-Basta, no me restriegues en la cara que fui una tonta.
-Cruz...
La chica se volteó molesta. -Y no te metas en mi vida privada. Acaso yo, ¿me meto en la tuya?.
-¡Pfff!, Soy un libro abierto, "yo no oculto nada".
Lo vio fijamente y preguntó.
-Entonces, dime, ¿por qué no le has propuesto matrimonio a Sally?.
McQueen se sorprendió. -¿Qué clase de pregunta es esa?.
-Lleva años a tu lado ¿por qué?.
-Para ella era justo preguntarle algo personal y siempre tuvo esa duda.
-Porque... los dos... estamos bien así.
-Si, claro. -Decidió no seguir con esa plática y se retiró ignorando por completo a su mentor.
Ahora McQueen se sentía como un tonto, había echado a perder todo, pero sentía la curiosidad de saber si Storm la había buscado.
~§~
Sally manejaba y movía la cabeza al ritmo de la música denotando que disfrutaba de la canción, en cambio Storm no soportaba esa canción tan irritante y cursi, deseaba que terminara pronto, cuando ese tormento acabo se sorprendió de escuchar una canción más moderna, esa era la canción favorita de Cruz.
-Tienes un interesante playlist.
-Es una convinación de canciones entre Rayo y yo. Es divertido el contraste, ¿no crees?.
-Y esa canción, ¿te gusta?.
-Esa canción le encanta a él.
Ese comentario le irritó, se le había metido a la cabeza que McQueen estaba tras de Cruz.
-¿Cómo es tu relación con Rayo?.
-¿Por qué la pregunta?, si te intereso solo dímelo. -Le guiño el ojo y sonrió.
Storm cruzó los brazos y la vio en forma sería.
-¿Confías en él?.
-Oye, se a que va este interrogatorio, él sólo la aprecia mucho, es todo.
-¡Pasan mucho tiempo juntos!.
-Es normal, es su mentor, su jefe de equipo y entrenador. No seas tan celoso.
-Entonces, ¿confias completamente en él?, aún no escucho tu respuesta.
La hizo dudar por unos instantes, pero luego respondió con firmeza.
-Confío en él y tu deberías confiar en Cruz.
-Confío en ella, más no en Rayo. -Al terminar de hablar, volteó el rostro hacía la ventana.
Ese comentario le molesto a Sally pero no se lo demostraría, así que metió la última velocidad de la caja de cambio y aceleró al máximo. Storm se asombro por tal acto.
-No eres al único que le gusta la velocidad. Así llegaremos más rápido para que aclares tus dudas.
-¡Vaya!, eres una caja de sorpresas. Creo que si me interesas. -Mencionó con una sonrisa.
-Lo siento chico, pero naciste tarde. -Y le devolvió la sonrisa.
~§~
McQueen se sentía terrible después de su discusión con Cruz, toda la tarde estuvo pensando en ello y en como solucionarlo, así que fue al hotel para aclarar las cosas. Ahora se encontraba tocando la puerta de la habitación de la chica, ella abrió y lo vio con fastidio.
-¿Qué quieres?.
-Oye, yo... Sólo quiero disculparme por lo de la mañana y... ¿podemos pláticar?.
La chica relajó el rostro y respondió. -Bien. -Salió y caminaron hacía un lugar dónde pudiesen platicar tranquilos.
-Cruz en serio lamento lo de la mañana, fui muy grosero y tienes razón, no soy nadie para meterme en tu vida.
-Esta bien, entiendo que te preocupes por mi y que quieras lo mejor para el equipo, al final tenías razón en todo.
La chica suspiró, bajo la mirada y cambio su semblante.
-Es sólo que... tenía fe en que no fuese un juego, él en verdad me gusta.
McQueen acumulaba cada vez más culpabilidad en sus hombros, se sentía un monstruo.
-Cruz, a él... si le interesas.
Cruz volteó a verlo con expectación. -¿A que te refieres?.
-Storm si fue a verte al hospital, pero yo le impedí verte, tu móvil no se perdió, yo lo guardé porque no quería que te contactará, que por cierto es muy insistente.
McQueen suspiró y su mirada azul zafiro busco esos dulces ojos color chocolate.
-Cruz, actúe en forma egoísta y por mi culpa saliste herida.
-No es su culpa.
-Lo es, deseaba separarlos para que no tengas distracciones y sólo te enfoques en competir. -Él suspiró. -Y todo porque deseaba reflejar mi gloria en ti como lo hice con Hudson, no solo me recordarian como un buen corredor, si no como un buen mentor, entrenador y jefe de equipo. Disculpame no era mi intensión presionarte, en verdad me siento terrible.
-Esta bien, yo no debí descuidar las competencias, prometo esforzarme más. -Sonrió amenamente.
-Y respondiendo a lo de la mañana con Sally.
-No es necesario que me lo digas, es algo privado y...
-Quiero compartirlo contigo. Le propuse matrimonio una vez, pero me rechazo.
-¿Qué?. -Mencionó asombrada.
-Me dijo que era por el bien de mi carrera, estoy seguro que Harv la convenció ya que el sabía de mis planes. Luego se lo insinúe un par de veces más, pero solo me daba largas. Después de eso, me dio miedo que me rechace al estar insistiendole, así que preferí abandonar ese sueño, para mi era más importante seguir a su lado y si en algún momento ella deseaba irse, lo entendería. -Había mencionado todo eso melancólicamente.
Cruz lo tomó de la mano y le dio un apretón en forma de apoyo.
-Ella te ama, creo deberías intentarlo de nuevo, estoy segura que aceptará. Llega mañana, ¿no?, podemos planear una propuesta.
-¿Qué?, ¡no!, es muy apresurado.
-¡Oh, vamos!, todos en Radiator Springs estarán felices de ayudar a organizarlo, sería una excelente sorpresa para Sally.
-¿En serio lo crees?. -Y se sobó la nuca.
-Por su puesto. -Luego saltó sobre McQueen y le dio un efusivo abrazo.
-Oye, tranquila, me vas a tirar. -La sostuvo de la cintura para evitar caerse y se quedaron unos minutos de esa forma.
Ella subió el rostro y lo vio emocionada. -¿Sabes qué?, voy por Mate, él me ayudará. -Se soltó del abrazo y se fue corriendo.
Ninguno de los 2 noto que Sally y Storm los habían visto muy juntos.
-¿Aún crees que mi teoría es descabellada?.
El chico se cruzo de brazos y vio a Sally, ella sólo lo vio de reojo, sin mencionar nada sobre el tema.
-Acompañame, te mostraré tu habitación.
McQueen se había quedado apoyado en la pared pensando en lo que acababa de pasar, se levantó y comenzó a caminar sonriendo.
De pronto algo llamo su atención, era el coche de Sally, pero ¿qué hacía ahí?. Comenzó a buscarla por el hotel, hasta que la encontró cerca de una habitación. Estaba sorprendido de verla.
-¡Wow!, llegaste antes, te esperaba hasta mañana.
Antes de que ella responda, vio salir de la habitación a alguien conocido.
-¿Qué hace el aquí?. -Añadió molesto.
-Es un huésped. -Sonrió Sally.
McQueen jaló de la mano a Sally y la llevó lejos del individuo presente para que no escuche su plática. Storm sólo vio la escena de manera divertida.
-Si sabes que Cruz se queda aquí también, ¿cierto?.
-Si, y creo que no tiene nada de malo.
-Recuerdas que ella no lo quiere ver, ¿cierto?.
-No, Rayo, tú eres quién no quiere que lo vea, y aún no entiendo el porqué.
En la mirada de Sally se veía decepción, se soltó del agarre y le pidió a Storm que la acompañará.
McQueen abrió los ojos en forma de sorpresa, que Sally lo vea de ese modo le dolió.
~§~
A Cruz y Mate sólo les quedaba hablar con una persona, ahora iban rumbo a la cafetería para hablar con Flo y de paso a cenar.
-Muero de hambre, ojalá Flo haga ricos hotcakes con anchoas. -Comentó Mate.
-Eso suena asqueroso, pero sólo puedo decir, que espero lo mismo, igual muero de hambre.
Ambos comenzaron a reír, luego Mate se detuvo un momento y señaló hacía un lugar.
-Oye, ¿ese no es el chico molesto de las competencias? Y ¿por qué está con la señorita Sally?.
Ella volteó para el lugar que fue señalado. No podía ser Storm y menos si estaba con Sally, sin darse cuenta comenzó a caminar hacia el lugar, muy en el fondo en verdad deseaba que fuese él.
Al acercarse pudo ver que en verdad era Storm, pero ¿qué hacía ahí?. Se acercó sin ser vista para escuchar a Sally y Lizzie bromear con el chico, está última había dicho que era un joven guapo y que si gustaba podía quedarse a vivir con ella. Eso le género gracia, ya que Storm fingía su mejor sonrisa ante esa situación, ser amable no era su fuerte, pero al menos lo intentaba.
-¡Hola, Cruz!, todo listo para mañana.
El Sheriff levanto su pulgar y le guiño el ojo a la chica delatando de ese modo su ubicación al saludarla. Ella se volteó para responder, cuando regreso la vista al frente, se encontró con alguien y se sobresalto.
-¿Qué haces aquí?. -Preguntó extrañada.
-Jugando al pueblerino. -Soltó una sonrisa ladina. -Mencionaste que era un pueblucho... pintoresco, así que decidí venir a conocerlo. ¿Me darás un recorrido?.
¿Acababa de ser despectivo?, ella lo vio de forma seria.
-No. -Se dio la media vuelta y comenzó a caminar.
Storm la detuvo en forma desesperada tomándola de la mano y ella se volteó fastidiada.
-Oye, estoy ocupada, ¿qué quieres?.
-Hablar contigo, por eso estoy aquí.
Su corazón comenzó a latir rápido por la emoción, sonrió y estaba apunto de decir algo cuando Mate se acercó.
-Cruz, hay una buena y una mala noticia, la buena es que si hay hotcakes con anchoas, la mala es que perdí mi zapato dentro de la mezcla.
-¡Espera!, ¿cómo sucedió eso?.
Storm puso una cara de asco al escuchar eso. Mate se percató que ambos estaban tomados de la mano y preguntó.
-¿Por qué se toman de la mano?, acaso es porque... ¿estás perdido?.
-¿Qué?. -Eso no tenía ningún sentido pensó Storm.
-Si es por eso, también puedes sujetar la mía para sentirte más tranquilo, conozco este pueblo como la palma de mi mano, ¡oh! esta marca es nueva.
Cruz se rió. -Vayamos a cenar Mate, luego si gustas, podrás darle un recorrido para que conozca el pueblo.
-No me iré a ningun lado con él. -Habló disgustado Storm.
-¿No querías conocer el pueblo?.
-Oh, vamos amigo, te encantará. -Mate le guiño el ojo.
~§~
Después de un recorrido por el pueblo Storm y Cruz regresaban al hotel junto con Mate.
-Bueno chicos, tengo una videollamada con mi hermosa novia, mañana continuamos.
-Me sorprende que tenga novia.
Cruz le dio un codazo para que se callara y el chico se quejo.
-Adiós Mate, diviértete en tu cita. -Mencionó Cruz. -Luego se pasó el cabello detrás de la oreja y volteó a ver a Storm.
-Ya era hora de que se vaya.
-Entonces... -Comentó Cruz.
-¿Quieres platicar aquí?, o ¿en otro sitio?.
-¿Puede ser en mi habitación?, es que tengo un poco de frío.
-Esta bien.
Caminaron hasta la habitación, abrió la puerta y lo dejó pasar. Estando dentro, Cruz lo llevó directo a la cama, lo empujó haciendo que quede sentado y se colocó a horcajadas sobre el chico, le tomó el rostro en forma delicada para que sus miradas se cruzarán.
-No tienes que explicarme nada, ahora estas aquí conmigo, eso es lo que importa.
Storm se sorprendió por tales palabras.
-¿Cómo sabes que no estoy jugando contigo?.
-Si no me quisieras, ¿estarías aquí?. Además se que fuiste a verme al hospital, me lo dijo el sr. McQueen.
Él estaba asombrado por ese comentario, talvez luego debería agradecerle a Rayo.
Ella le sonrió y enredo sus dedos en el cabello del chico para acariciarlo, mientras que Storm no pudo evitar meter las manos debajo de la blusa de Cruz para acariciarle la espalda con cariño.
-Cada vez que me tocas pierdo la razón, siento un gran fuego en mi que sólo tu puedes apagar. -Lo tomó del rostro y lo beso en forma lenta.
Cuando sus labios se separaron, él se perdió en esa hermosa mirada en color chocolate que lo veía con suma dulzura y amor. ¡Maldita sea el día en que se fijo en ella!, era perfecta y estaba colocando su mundo de cabeza, aún no comprendía como es que esa encantadora chica se fijó en el.
En un momento de impulso la tiró a un lado de la cama quedando sobre ella, tomó sus muñecas y las llevó arriba de su cabeza.
-¡Diablos!, tu brazo. -Mencionó preocupado y la soltó.
Ella comenzó a reír. -Sólo no seas rudo.
Ante ese comentario Storm acercó sus labios al cuello de la chica y comenzó a depositarle delicados besos, extrañaba el sabor de su piel y sentir su delicado aroma, sus manos se deslizaron de nuevo por debajo de su ropa para vagar sin un rumbo fijo, acariciando y sintiendo la suavidad y calidez de su piel.
Ella cerró los ojos y soltó quejas placenteras.
-¡No sabes cuanto te extrañe!.
Le susurró al oído en forma cariñosa, luego levantó el rostro y se acercó a los labios de la chica para besarla apasionadamente, cuando la dejó sin aliento se separaron, después se quitó de encima de ella y se acostó a su lado sólo para admirarla. Llevaba más de un mes sin sentirla, esos besos y caricias sabían a gloria, la deseaba, pero no quería ir con prisa después de lo que paso.
Cruz lo miró con sorpresa. -¿Eso es todo?.
Esa pregunta le saco una sonrisa a Storm. -¿A que te refieres?.
-Eres un tonto, sabes bien lo que quiero. -Lo vio a la cara e hizo un puchero de molestia.
-No te entiendo preciosa. -Se burló.
Ella se subió sobre las caderas del chico y comenzó a moverse para provocarlo. La fricción entre ambos estaba tomando todo de él y enloqueciéndolo a cada segundo, la necesitaba, su miembro gritaba anhelante poseerla.
Se aferró a las caderas de la chica para detenerla, se incorporó y la vio con lascivia.
-¡Cruz... te necesito!.
Ella sonrió complacida. Storm le quitó la blusa en forma desesperada, luego devoró esos primorosos labios mientras sus manos desabrochaban ese estorboso sostén, cuando logró su cometido se fue directo a esos montículos delicados para disfrutarlos con fogosidad.
-¡Ahm!, ¡Jackson!.
Esa noche, en esa habitación sólo se podía escuchar a dos amantes disfrutando de la pasión y la lujuria.
