Parte 9
ADVERTENCIA: Este capítulo contiene Lemon.
Storm acababa de terminar la prueba para la pole position y lo único en su mente era retirarse a descansar y esperar hasta una hora específica para reunirse con su amada. Sin embargo, en su camino de regreso al remolque, una voz familiar interrumpió sus pensamientos.
-¡Hey, Storm! ¿Cruz vendrá mañana para ver cómo pierdes?.
Storm abrió los ojos en forma de sorpresa y volteó a verlo. ¿Por qué le preguntaba por ella?. Luego, pensó que seguramente era una táctica para tantearlo.
-No me interesa si viene o no.
-¿En serio?. -Samir sonrió con malicia y agregó. -A mí sí me interesa saber si vendrá. Es tan linda, y sus labios son tan suaves y dulces... ¿Los has probado?.
Storm apretó la quijada y mantuvo la calma mientras lo observaba seriamente.
-Yo los probé antier. -Rió de manera cínica.
-¡Mentira!. -Ese comentario hizo hervir su sangre.
-Si no me crees, solo tienes que mirar esos primorosos labios. Los marqué.
Antes de que Storm pudiera tomar alguna acción contra él, Ray se acercó.
-Vámonos, solo te está provocando.
Samir observó cómo se alejaban y esbozó una sonrisa victoriosa.
~§~
Cruz llegó al departamento de Storm y, antes de tocar la puerta, se arregló el cabello y revisó su atuendo. Vestía una blusa beige de manga larga con un escote de corazón que realzaba su figura, una falda negra corta con vuelo y unos botines beige. Como toque final para seducir a su amado, lucía medias negras hasta los muslos.
El joven escuchó el timbre, abrió la puerta y la dejó pasar. Una vez dentro, lo primero que hizo fue fijarse en sus labios, los cuales estaban pintados en un lindo tono coral. A primera vista, no pudo notar nada fuera de lo común.
Se acercó a ella, tomándola suavemente de la barbilla, y pasó su dedo pulgar por su labio para inspeccionar si tenía alguna herida. Y lo que más temía estaba ahí.
Maldita sea, ¡él no mintió!, se dijo para sí mismo con molestia, y luego preguntó.
-¿Qué te pasó en el labio?.
-¿Notaste una herida en mi labio y no que traigo falda? -Mencionó de forma juguetona.
-Te pregunté algo.
-Fue un pequeño accidente en el auto de Mate.
-¡No me mientas, Cruz!.
Ella se sorprendió por el comentario.
-Hoy Samir me mencionó que probó tus labios y que te dejó una marca, casualmente tienes una, y aunque sea verdad lo que dices, ¿cómo supo lo de tu labio?.
-El jueves lo vi por casualidad.
El día que supuestamente estabas ocupada. ¡Maldición!, no fuiste sincera.
-No era mi intención mentirte, pero tampoco tenía relevancia.
-¿Estar con otro hombre no es relevante?. Adicional, que te besó.
-Lo dices como si lo hubiera planeado.
-Eso me lo debes aclarar tú, ¿o también es irrelevante?.
Él estaba claramente muy molesto y celoso. Se alejó de Cruz y se sentó en un sillón.
-Lo que sucedió fue que salí con los chicos y en el camino hacia nuestro destino notamos mucho movimiento en una parte del desierto. Fuimos a ver y resultó ser una carrera clandestina de 1/4 de milla. Inicialmente no tenía la intención de participar, pero Samir estaba presente y yo estaba molesta por lo que te había hecho, así que decidí enfrentarlo. Luego me desafió a participar y acepté.
-¿Aceptaste así no más?.
-Bueno, si ganaba, me daría algo a cambio y viceversa. Quería saber el por qué de sus acciones.
Ella se acercó al sillón, se sentó a horcajadas sobre él, y le tocó la nariz con el dedo índice, mencionando con un puchero en el rostro.
-¿Aún estás molesto?.
-¿En qué momento te besó?.
-En un descuido después de que me contó todo, pero lo golpeé en el estómago por atreverse a besarme.
Storm la tomó de la cintura y la retiró de su regazo, dejándola a un lado del sillón para poder levantarse.
-Ahora estoy más molesto.
-¿Por qué?. -Mencionó con asombro. -No hice nada malo.
-Entrar en una carrera clandestina fue peligroso, y más con ese loco. ¿Acaso McQueen no te detuvo?.
-Él me alentó a participar junto con Mate, porque confían en mis habilidades y en mí. Además, ese loco no tiene problemas conmigo, sino contigo. ¿Acaso se te ocurrió resolver las cosas con él?.
-No tengo nada que resolver.
-¡Él dice que le arruinaste su debut!.
-¡No es mi culpa ser mejor que él!.
Cruz puso los ojos en blanco, le exasperaba cuando tenía ese comportamiento pedante. Se levantó del sillón y mencionó.
-Sabes qué, suerte en tu carrera mañana. Aunque no necesitas la suerte porque eres el mejor, ¿no?, ¡Adiós!.
Ella cerró la puerta de golpe y ahora Storm se sentía estúpido.
-¡Maldición! -Soltó bruscamente. ¿Por qué tenía que arruinarlo todo?.
~§~
De nuevo habían discutido y siempre por culpa de él.
-¡Arrrg!, ¡Es un idiota!.
Cruz estaba molesta, y para calmarse, decidió ir a una cafetería. Si volvía a la residencia y la veían, estaba segura de que recibiría un sermón sobre relaciones tóxicas por parte de Sally o McQueen. Aunque pensándolo bien, la suya no estaba lejos de eso.
Estaba tan absorta en sus pensamientos que no notó que alguien se le acercó demasiado. Al voltearse, se dio cuenta de que era alguien conocido.
-No puede ser, Samir.
Él rió por lo bajo.
-¿Me extrañaste, cariño?, ¿Qué haces por aquí?.
-Quería salir a despejar mi mente.
No iba a decirle que por su culpa se le arruinó la noche.
-Estás muy bonita hoy. -Le sonrió coquetamente. -¿Me puedo sentar?, ¿o tu novio se molestará?.
Cruz lo vio indiferente.
-Puedes sentarte, de todos modos ya me iba. -Y se levantó de su lugar.
-¡Espera! ¿Por qué te vas? si acabas de llegar.
-¿Cómo lo sabes? ¿Me estás espiando? -Lo miró de manera sospechosa.
Él sonrió de forma divertida. -Porque no hay nada en tu mesa, me refiero a que no has consumido nada. Deja que te invite a algo.
Ella lo ignoró, salió del local y él la siguió para detenerla, tomándola de la mano.
-¡Oh, vamos! ¡Dame una oportunidad! ¡Solo un café! prometo no pasarme de listo. -Levantó la mano derecha como promesa y sonrió sinceramente.
Ella se soltó del agarre y lo pensó unos minutos. Despues de pensarlo decidió darle una oportunidad y aceptó. Entraron al lugar y pidieron un café mocaccino y una bebida fría y comenzaron a platicar amenamente.
Cruz pensó que ese chico no era tan malo después de todo. En un descuido, golpeó su vaso y el resto del líquido se derramó en sus piernas, mojando su falda y la mayoría de sus medias.
-¡Diantres!.
-¿Estás bien? -Samir intentó ayudarla a limpiarse, pero Cruz se lo impidió.
-Gracias pero estoy bien. Iré al baño. -Dijo antes de retirarse.
Samir sonrió para sí mismo. Cruz lo había cautivado, era adorable y linda. Un ruido llamó su atención, y al bajar la mirada a la mesa, vio cómo se iluminaba el móvil de la chica. Le dio curiosidad saber quién la llamaba, así que lo tomó. Sonrió con malicia al ver de quién se trataba y contestó.
-¡Hola, Jackson!, ¡Qué gusto saludarte! Cruz está ocupada en este momento. No nos molestes. -Dijo cínicamente y colgó sin darle oportunidad de hablar. Luego apagó el celular de la chica, lo devolvió a su lugar y esperó ansioso a que ella regresara.
Storm intentó llamarla de nuevo, pero su llamada fue directamente al buzón de voz.
-¡Maldito hijo de perra!. -Estaba furioso.
-¿Qué carajos hace con él?, ¡Maldición!.
No sabía dónde estaba ni dónde podría buscarla. Entonces, tuvo una idea. Tomó su móvil y llamó a alguien. El móvil de Sally comenzó a sonar y respondió.
-Hola.
-Hola, Sally. ¿Está Cruz contigo?.
-No, entendí que iría a tu departamento.
-Me cambió la sede. Me dijo que vaya a verla, pero no me dijo dónde se está quedando y ahora cada vez que intento llamarla, me manda al buzón de voz.
-Oh!, ¿enserio?. De seguro se ha quedado sin pila. Te mando la ubicación del lugar en dónde nos estamos quedando.
-Gracias. Eres la mejor. -Dijo, sonriendo complacido.
Cruz le debía una explicación, ya fuera por las buenas o por las malas.
Cruz siempre alquilaba un departamento sola o compartía residencia con su equipo, al final, eran como una familia. No tenía realmente un lugar estable como antes. Entre las carreras, entrenamientos, eventos y visitas familiares, prefería esa dinámica. En Radiador Springs, le habían dado una habitación cómoda en el hotel. Al final, solo necesitaba un lugar donde descansar.
~§~
Al llegar a la residencia Cruz, se sobresaltó al ver a Storm esperándola.
-¿Qué haces aquí? Y ¿cómo supiste dónde me quedo?. -Preguntó con desconcierto. Luego, sospechó de Sally, estaba segura de que ella había revelado esa información.
-¿Te divertiste en tu salida?.
-¿De qué hablas?. -Respondió Cruz, confundida por la pregunta.
-Te llamé y alguien en particular me respondió. Me dijo que estabas ocupada y que no te molestara. Luego al parecer tu móvil fue apagado.
Al comprender la situación, Cruz lo vio con sorpresa. Se dio cuenta de que Samir fue quien apagó su móvil. Ese idiota la había engañado.
-Sabes, no estoy molesto. Estoy seguro de que fue una casualidad, igual que la del día que te besó. ¿No es así?.
Mencionó tratando de sonar calmado, aunque estaba siendo cínico. Ella simplemente se quedó parada, observándolo atentamente, intentando descifrar su semblante y movimientos. De pronto, Storm notó algo.
-¿Dónde están tus medias?.
-Me las quité porque derramé accidentalmente líquido en ellas.
-Dime, Cruz. ¿Te tocó?, ¿te hizo algo?. -Preguntó molesto.
-Y si me tocó, ¿qué?. -Comentó de manera altanera, sabiendo que él insinuaba algo.
-No lo permitirías.
-¿Cómo sabes?, tal vez te mentí y en realidad él me quitó las medias e hicimos algo más.
Ese comentario lo sacó de quicio.
-No me gusta que toquen lo que es mío. -Habló con voz arisca.
-¿Estás loco?, no soy un objeto.
-Es cierto, no eres un objeto, pero ¡solo yo puedo tocarte!. -Exclamó mientras se quitaba la camisa y se acercaba a ella.
Cruz se inquietó y preguntó nerviosa.
-¿Qué haces?.
Él no respondió, solo sonrió. La agarró de las muñecas y las ató con la camisa que se había quitado.
-Oye, ¿qué...?.
La jaló y la depósito en el sofá de forma que ella quede acostada. Se puso sobre ella y con una mano, elevó las muñecas atadas de Cruz por encima de su cabeza, mientras que con la pierna derecha separaba sus piernas, para impedir que las cerrara. Con la pierna izquierda presionó la pierna de la chica, fijándola contra el sofá para dificultar cualquier movimiento. Después, la miró fijamente a los ojos, le sonrió con malicia y atacó su cuello con besos húmedos y mordiscos.
-¡Jackson! ¡Espera!...
Con la mano que tenía libre, levantó su falda y acarició su muslo interior. Luego, deslizó su mano hasta alcanzar sus bragas, acariciando de arriba hacia abajo sobre la tela de su ropa interior para sentir esa humedad acumulada.
-¡Ahmm!, ¡No!, ¡Espera!...
-Estás húmeda, ¿te excita que te proclame mía de este modo?.
-Jackson, basta, suéltame.
El chico sonrió maliciosamente, introdujo su mano dentro de las bragas y deslizó dos dedos en su hendidura, para comenzar a masturbarla. Esto hizo que ella gimiera y jadease con fuerza.
-Jackson, ¡ah!, ¡ah!, ¡Detente!... alguien nos... ¡ah! puede ver.
-Tranquila preciosa, todos salieron, y tardarán en volver.
Él volvió a incorporarse para seguir con los besos adorosos y apasionados en sus labios y su cuello.
Ella podía escuchar el sonido resbaladizo de su lubricación salir y entrar en repetidas ocasiones de esos dedos habilidosos que estaban haciendo un excelente trabajo. Con su pulgar, masajeaba esa sensible perlita, haciendo que ella se estremeciera.
-¡Dios!, mmm...
Sentía su cuerpo erizarse y pasar una serie de escalofríos por su columna, su vientre se contraía, estaba lista para llegar a su orgasmo. En un momento, gritó de placer y sintió ese líquido cristalino resbalar por sus nalgas.
Él sacó sus dedos y los lamió, mientras la miraba fijamente.
-Has manchado tus bragas y tu falda, debes quitártelas. -Mencionó en forma de burla.
-Eres un idiota. -Habló agitada.
Él se quitó de encima de ella y le quitó las bragas mientras ella intentaba reponerse.
Luego, le tomó la barbilla para que pudiera verle el rostro.
-Mía, solo mía.
-¡No soy tuya!, ¡Ni de nadie!.
-Ahora verás cómo solo eres mía. -Mencionó mientras bajaba el pantalón y su boxer, e introducía su miembro en ella.
Cruz soltó un gemido alto al sentir la intromisión de ese miembro viril en su sexo, y él comenzó a embestirla.
-¡Espera!... Alguien podría... ¡Ah!... llegar y vernos.
Storm se acercó a su oreja y le susurró. -No me importa. Te haré mía el tiempo que quiera. -Y comenzó a embestirla de nuevo.
Metió la mano debajo de la blusa buscando disfrutar de esos suaves montículos delicados. Una vez logrado su cometido, comenzó a acariciar y apretarlos con delicadeza. Luego, levantó por completo la prenda, revelando el sostén de encaje que llevaba puesto, el broche para abrirlo estaba en la parte delantera. Lo desabrochó, dejando a la vista ese hermoso pecho. Acercó su boca y comenzó a morder y a enredar su lengua en esos pezones bien erectos. Ella arqueó la espalda y jadeó ante esa gloriosa sensación.
Las ataduras de las manos le molestaban, ella deseaba tocarlo. Comenzó a mover sus muñecas hasta que se soltó de las ataduras, dejando sus muñecas enrojecidas por la fricción para liberarse. Sujetó el rostro de Storm y lo besó de forma intensa, mientras sollozaba por momentos entre sus labios.
Él daba embestidas con dureza y velocidad, sin detenerse. Ella estaba extasiada con tanto placer. Amaba la forma en que la tocaba y la forma impulsiva que era con ella en ese acto tan íntimo. De repente, la castaña soltó las palabras que él ansiaba escuchar.
-¡Ah!, ¡Jackson, soy tuya!, ¡Solo tuya!, ¡Solo tú puedes tocarme!.
Ella estaba a punto de tocar el cielo. De un momento a otro, arqueó la espalda, le clavó las uñas en la espalda a Storm y sintió ese exquisito placer recorrerle el cuerpo.
Él la observó y sonrió complacido. Tras unas embestidas más, llegó a su clímax, dejando en ella su semilla.
-En serio estás loco. -Exclamó, jadeando.
Él unió su frente con la de ella.
-Lo siento, pero me perteneces.
-No soy un objeto. Además, no puedes disculparte y luego volver actuar como un idiota.
-Tienes razón. Si esta relación fuera con otra, ya se hubiera ido al carajo por mi culpa.
Le acarició la mejilla con ternura y mencionó.
-Cruz, quiero tenerte en mi vida por mucho tiempo. Tu me haces reflexionar y esforzarme por ser una mejor persona. Quizás el cambio no se note de inmediato, pero en verdad lo intento. Amo tu calidez, tu optimismo, tu energía. -Comenzó a besarla lentamente. -Adoro todo de ti. Despertar a tu lado ilumina mis días.
Tomó su rostro entre sus manos, la miró directamente a los ojos y añadió.
-Sé mi novia, formalicemos esto.
-¡Espera! ¿Qué éramos antes?.
Él comenzó a reír.
-Amigos con beneficios.
-¡¿Qué?! -Exclamó ella, mirándolo molesta.
Él comenzó a besarla lentamente de nuevo.
-¿Aceptas ser mi novia?.
Ella rodeó con sus brazos el cuello del chico.
-Sí. -Afirmó, y lo besó apasionadamente.
Solo se separaron al escuchar el móvil de Storm sonar. Él atendió la llamada al ver en la pantalla quién era.
-¡Hey! Solo te aviso que llegaremos en diez minutos.
-Bien. Acabamos de terminar. -Respondió con diversión.
-¡Cállate!. -Exclamó la castaña, lanzándole una almohada a Storm. -No tienen que enterarse.
-Dile a Cruz que escuche eso. -Añadió Sally entre risas.
~§~
Storm y Cruz se encontraban afuera de la residencia, despidiéndose. Era tarde y su amado debía retirarse.
Ella estaba preocupada, ese chico Samir estaba obsesionado y cegado por la venganza. Parecía no tener límite para obtener lo que quería.
-Jackson, al parecer ese chico te conoce bien, sabe lo que te molesta, cómo desconcentrarte y cómo sacarte de tus casillas. ¿Te das cuenta?, se está aprovechando de eso. A él no le intereso realmente, solo soy una pieza más en su juego de ajedrez para hacerte molestar.
Lo tomó del rostro y lo miró a los ojos.
-Mañana en la carrera, evítalo y no lo escuches.
-Me gustas como entrenadora.
Él acercó su rostro para darle un beso casto en los labios. Al separarse, ella lo miró seriamente y añadió.
-¿Estás prestando atención?.
-Claro. Derrotarlo, ganar y llevarte a la cama. -Comenzó a reír. Adoraba molestarla. -Es broma, sí te escuché.
-Por favor, Jackson, esto es serio.
-No es mi culpa que seas tan adorable y hermosa.
Ella frunció el ceño.
-No importa si ganas o pierdes, no caigas en su juego, no te rebajes. Eres mejor que el, no lo olvides. ¡Ahora ve a casa chico, mañana tienes una carrera que ganar!. -Habló imitando a Ray.
Los dos comenzaron a reír. Él se acercó para darle un dulce beso de despedida.
-¡Te amo!.
-¡Descansa, tonto!, ¡Te amo!. -Respondió ella. Luego de eso, Storm se fue y ella se quedó con una sonrisa radiante.
