—Utena san... Tú... ¿Eres... Magia Baiser?

La pregunta de Azul quedó en el aire.

La transformación de Violet se deshizo y dejó expuesta su forma de Magia Baiser; si hubiera escuchado a Venalita, quizás esto sería diferente pero ahora ya era demasiado tarde.

—No puede ser... —Magenta se negaba a creer aquello.

—Le advertí que no sería buena idea —dijo Venalita.

Desde atrás de la casa, Enormeeta estaba viendo qué sucedía dentro de la casa de muñecas de Nero Alice.

—¡Tiene que ser una broma! ¿¡Qué se supone que vamos a hacer!? —preguntó Loco.

—No puedo creerlo... Esto era una mala idea desde el principio —dijo Leber.

—Esto sucedería tarde o temprano —comentó Roboko.

—De nada sirve quejarse ahora —dijo Leo y luego se acercó a Alice—. Alice-chan, ¿crees que puedes hacer algo para sacar a Utena-chan de este aprieto?

—Contesta —pidió Azul mirando directamente a los ojos a su ahora enemiga.

Baiser desvió la mirada sin saberqué decir, tal vez aún tendría la oportunidad de salvarse si inventaba alguna otra excusa.

—¡Jajaja, chicas mágicas, este es su fin! —interrumpió una chica rubia vestida con una chaqueta de un uniforme militar verde y una tanga mientras las apuntaba con su pistola.

Pero no era Leoparde.

—¡¿Sulfur!? —exclamó Magenta viendo a su amiga apuntarle—¿Por qué estás vestida como Leoparde?

—¡Ten cuidado! —advirtió Azul.

Megenta se movió a un lado justo antes de que Sulfur disparara, una bala casi toca a la pelirrosa.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Magenta asustada y confundida.

—Es una trampa de Enormeeta para confundirnos —contestó Imitatio—Nos trajeron hasta a este lugar para controlarnos y hacer que peleemos entre nosotras.

Estaban en la casa de muñecas de Alice después de todo, allí podría suceder cualquier cosa que Korisu quisiera, eso incluía manipular a las chicas dentro y hacer de Sulfur su juguete.

—¡Salgamos de aquí antes de ser controladas por Nero Alice! —dijo Imitatio.

—¿Qué hay de Sulfur y Violet? —preguntó Magenta.

—Encontremos a Enormeeta para liberarlas del control de Nero Alice —contestó Pesca arrastrando a la fuerza a Magenta.

Las cinco chicas mágicas salieron corriendo de la casa sin muchos problemas, ya que de forma totalmente casual y conveniente, la puerta no estaba cerrada ni bloqueada.

—Eso estuvo cerca —comentó Berserga.

—Aún no canten victoria —dijo Leoparde, la verdadera.

Toda Enormeeta menos Alice y Baiser estaban esperándolas afuera de la casa de muñecas.

—¡¿Dónde está Nero Alice!? —se preguntó Azul buscando con la mirada a la villana más pequeña.

—Si quieren que Alice-chan libere a sus amiguitas, primero tendrán que vencernos. —Leoparde de veía muy confiada.

Sulfur seguía controlada por Alice.

—Gracias, Alice-chan —dijo Baiser suspirando de alivio mientras tomaba su dispositivo en forma de corazón—¡Transmagia!

Sin embargo nada sucedió.

—¡Esta cosa ya no funciona! —se dijo deshaciendo su transformación de Baiser pensando que quizás eso ayudaría—¡Transmagia! —repitió, el corazón parpadeó, estaba a punto de apagarse por completo pero no hubo más resultado.

«¡Carajo! Necesito hacer andar esta cosa para poder salir de aquí» pensó sacudiendo el dispositivo violentamente y dándole varias palmaditas como quien intenta arreglar un televisor viejo apunta de golpes.

—Si esta casa de muñecas desaparece y Violet aún no vuelve a la 'normalidad' entonces sospecharán que mi transformación en Baiser no tiene relación con lo que le pasó a Sulfur —comentó para sí misma.

De tantos manotazos, un pedacito del dispositivo se desprendió de este y cayó al suelo.

«Uups... Estoy en problemas» pensó recogiendo el trocito de corazón.

Decidió adentrarse en la casa tratando de buscar una salida que la llevara al patio trasero, donde esperaban Alice y Venalita.

—Mientras aún papardee aún tiene oportunidad de arreglarse —dijo Utena tratando de tranquilizarse mientras veía la luz en el corazón encenderse y apagarse intermitentemente—Alice-chan, ayúdame a llegar junto a ti por favor.

Una puerta en la casa se abrió por su cuenta y Utena lo tomó como una señal de que Korisu la estaba guiando.

Después de recorrer media casa, al fín se topó con una puerta que la condujo a una habitación donde se reunió con Alice y Venalita.

—Utena —llamó Venalita.

—Creí que estarían en el patio trasero —comentó Utena.

—Hay chicas mágicas peleando contra Enormeeta afuera —contestó Venalita—, como sea, trae esa cosa aquí —señaló al suelo.

Utena colocó en el piso el dispositivo.

—No digas que no te advertí que esto sucedería —reprochó la mascota mientras examinaba al dispositivo.

Alice y Utena se acercaron con curiosidad a ver qué es lo que Venalita haría con el objeto roto.

—Tu imprudencia arruinó el dispositivo —Venalita no dejaría de regañar a Utena por el resto del día. Abrió un portal donde se adentró y unos segundos después salió con una caja de herramientas y un dispositivo de transformación de alguna chica mágica cazada por Lord Enorme.

—¿Qué es lo que harás con eso? —preguntó Utena dirigiendo la mirada al corazón de color naranja en las manos de la mascota.

Le supo a mal saber que eso perteneció alguna vez a una chica mágica.

«No puedo pensar en esas cosas ahora» se dijo Hiiragi en sus pensamientos.

Venalita incrustó un destornillador de punta plana en medio de las grietas y separó ambas mitades del corazón.

—¡Se está rompiendo más! —exclamó Utena.

—Observa y aprende —dijo Venalita dejando al descubierto el mecanismo de funcionamiento del dispositivo y señalando al centro del corazón una pequeña esfera que emitía de un brillo color violeta—. Este es el núcleo, la parte más escencial de tu transformación, el núcleo se encarga de recolectar tu maná y canalizarlo en magia.

—¡Guau, eso es marilloso! —comentó Utena fascinada, Alice también lo estaba.

—¿Ven eso? —Venalita señaló una rasgadura en el núcleo—La magia de Baiser se adentró en lo más profundo de este dispositivo, en este punto ya está condenado, pero mientras este núcleo no se apague aún puedo hacer que esta cosa funcione.

—¿Cómo harás eso? —preguntó Utena.

—Trasplantaré el núcleo a este dispositivo —contestó Venalita señalando al corazón de color naranja—, la mayoría de los mecanismos en tu dispositivo están dañados, pero por suerte el dispositivo que traje está en buen estado por dentro aunque su núcleo se haya apagado, si le coloco el núcleo del tuyo debería funcionar.

—No entiendo muy bien lo que quieres decir pero... ¿Seguro que eso no afectará a mi transformación? —preguntó Utena mientras se imaginaba a sí misma intentado explicar con nerviosismo a Tres Magia porqué el color de su traje pasó de violeta a naranja.

—No te preocupes, el núcleo determina el color —respondió la mascota mientras desmontaba el corazón naranja.

—¿Cómo sabes tanto, Vena-san?

—No quiero presumir pero me gradué con honores de la universidad —bromeó la mascota al tiempo que sacaba la esfera de color naranja—, sostén esto.

Utena tomó el objeto del tamaño de una canica y lo analizó, se veía apagado, eso le provocó cierta sensación de melancolía. Alguna vez ese núcleo era brillante y estaba lleno del maná de alguna chica con sueños nobles y tan bondadosa como solo una verdadera chica mágica podría ser.

«¿Qué habrá pasado de ella?» los pensamientos de Utena fueron interrumpidos por Alice, quien jaló un poco de su camisa para llamar su atención.

—No, Alice-chan, no estoy triste —contestó Utena.

Esos tiernos ojos rojos la miraban fijamente, casi podían leer a Hiiragi por completo.

—Bueno, quizás un poco, pero este no es el momento para hablar de algo como eso.

—¡Voix Forte!

Unas enormes notas musicales persiguieron a Magenta, la chica saltó y esquivó como pudo el ataque de Loco Música.

—Tal parece que nos volvemos a enfrentar ahora —comentó Pesca a LeberBlume mientras se agarraba los senos y un ejécito de tierra se levantaba de nuevo.

—Ahg... No sé que es peor, decenas de tus muñecos de arcilla atacándome o lo repulsivamente pervertida que eres.

—¡¿Y lo dice una esbirro de Magia Baiser!? ¡Te patearé el trasero!

—Ninguna de las dos podrá conmigo —afirmó Leoparde con confianza a Imitatio y Berserga.

—Ya lo veremos, no deberías confiarte, no hay nadie que pueda vencernos a Micchan y a mí cuando estamos juntas —contestó Berserga—¿Verdad, Micchan?

—Por favor no me llames así cuando estamos trabajando —pidió Imitatio tan orgullosa como siempre, pero se ablandó al ver tan ilusionada a Berserga —pero sí, tienes razón, Randa.

—¿Dónde están Nero Alice y Magia Baiser? —preguntó Azul mientras intentaba cortar con su espada a Roboko.

—No te lo diré —contestó la robot esquivando la espada y disparando con sus manos a Azul.

La chica mágica se apartó de la villana mientras se cubría del ataque con las mangas de su kimono.

—Eso no será suficiente para derrotarme —dijo Azul.

A penas habían pasado dos minutos desde que empezó la batalla y Leoparde ya recibió la posición #13 de Imitatio, y ahora se esforzaba por seguir peleando mientras su cuerpo se negaba a responderle.

—Quédate así un rato —dijo Imitatio acercándose a Leo.

—Si este truco no te funcionó la primera vez, ¿por qué crees que lo hará ahora? —Leoparde habló de forma desafiante a pesar de estar babeando y en cuatro.

—Antes de que empieces a bombardear todo este lugar como una loca, quiero saber... ¿Eso de hace un momento en la casa de Nero Alice fue planeado por Baiser? —preguntó Imitatio.

—Por supuesto que no —respondió Leoparde.

Imitatio se quedó pensativa un momento.

—¿Qué sucede? —Berserga se acercó a ambas.

—Me pregunto que tan confiable es Hiiragi Utena —dijo Imitatio—, no me sorprendería que ella misma terminara por arruinarlo todo.

—No dejaré que hablen así de Utena-chan —Leoparde rió mientras mostraba que ya tenía una bomba preparada en la mano.

—¡Rayos, está loca! —exclamó Imitatio intentando alejarse—¡Corre, Berserga!

Las dos chicas mágicas se alejaron mientras la bomba estallaba revelando que en realidad solo era bomba de luz.

Alice bostezó por séptima vez, lo que era un indicio de que pronto se quedaría dormida.

—¿Como vas con eso, Vena-san? —preguntó Utena.

—Dame un momento, mientras podrías armar la carcasa del corazón.

—¿Qué? —preguntó Utena sin saber a qué se refería la mascota.

—Busca en mi caja de herramientas el pegamento y la cinta adhesiva, y empieza a pegar las piezas del corazón que se desprendieron.

—¿Y eso para qué?

—Aún necesitamos la carcasa violeta en el corazón, ¿o cómo le explicarás a las demás que tu dispositivo de transformación cambió de color?

—Tienes razón, supongo —dijo Utena obedeciendo a la mascota—¿Alice-chan, crees poder mantener esta casa un rato más?

La pequeña villana asintió la cabeza al tiempo que bostezaba.

—Hay que darnos prisa —dijo Venalita.

—¡Voy a derrotarlas! —Leoparde estaba bombardeando a su propio cuerpo para ganar impulso y ponerse de pie.

—Eso es muy valiente de tu parte, Leo —dijo Berserga—pero no pienses que seré blanda contigo solo porque me caes bien.

—Así que así es como están las cosas, Ranran. Entonces tampoco tendré piedad contigo.

«Aún no he decifrado cómo es que estas dos se hicieron tan amigas» pensó Michiko.

De pronto, la casa de muñecas de Nero Alice brilló intensamente y desapareció.

Esa era la señal de retirada para las villanas.

El resto de Enormeeta retrocedió hasta Leoparde, Loco abrió un portal y Leber ayudó a Leo a cruzarlo.

—Nos marchanos por hoy, pero que conste que no estamos escapando, es una retirada estratégica —dijo Leoparde antes de irse. Las demás también escaparon y el portal se cerró.

—¡Maldición, escaparon de nuevo! —Azul estaba frustrada.

—Tenemos que buscar a Sulfur y Violet —dijo Magenta para salir corriendo en la dirección donde había estado la casa de muñecas.

—¿Qué? ¿Qué pasó? —se preguntó Sulfur despertando en el suelo.

—¡Sulfur! ¡Violet! ¡¿Están bien!? —gritó Magenta aproximándose a ellas.

—¿Magenta? Um... ¿Qué sucedió? —Sulfur estaba desorientada.

Violet también 'despertó' y se veía tan confusa como Sulfur.

...

—Ya fue suficiente y creo que todos deberíamos estar de acuerdo —dijo Utena.

Ese mismo día Enormeeta se reunió para hablar de lo sucedido. Todas estaban sentadas en una larga mesa donde Venalita estaba sentado en el centro.

—No descartaremos mi plan —dijo la mascota—. Ya estamos muy cerca de averigüar las identidades secretas de Tres Magia.

—A ver, sinceramente dudo que las de Tres Magia sean tan estúpidas para confiar en Violet si cada vez que ella está cerca pasan las cosas más sopechosas posible —comentó Nemo.

—Es un milagro que aún no hayan descubierto a Utena-chan —dijo Kiwi con el cuerpo otra vez llena de vendas.

—Sí, tomemos esta cadena desafortunada de sucesos como una señal inequívoca de que es hora de que Magia Violet se retire del juego —dijo Matama.

—No. —Venalita se volteó a mirar a Utena—¿Cuando te reunirás con Tres Magia de nuevo?

—Pasado mañana si no hay ataques de Enormeeta antes —contestó Utena.

—Entonces la próxima vez les diras que ya te decidiste y quieres ser una chica mágica oficialmente —ordenó Venalita.

—No creo que eso sirva de algo —se opuso Utena.

—Al contrario, si lo haces, Tres Magia le confiará sus identidades a Violet —dijo Venalita.

Utena quería negarse a las órdenes de la mascota, pero al final cedió confiando en que esta estratagema iba a fracasar.

—Bien, lo voy a hacer —contestó la lider, luego miró a su equipo—. Ahora todo el mundo a casa, necesitan descansar.

—Al fin —comentó Matama visiblemente cansada—. Nemo, lleva a Korisu-chan a casa.

—Yo lo haré, ustedes no se preocupen —dijo Utena.

—Okay, entonces nosotras vámonos.

Nemo y Matama comenzaron a alejarse del lugar, Kiwi también estaba a punto de irse, cuando Utena la detuvo.

—¿Quieres venir a dormir a mi casa, Kiwi-chan?

Ni bien Utena terminó de hablar, Kiwi se lanzó sobre ella.

—¡Por supuesto que sí!

—Bien, pero antes llevaré a Korisu-chan a casa —dijo Utena.

—Te acompaño —contestó Kiwi.

Utena cargó en su espalda a Korisu, quien estaba dormida profundamente. Caminó junto a Kiwi hasta el edificio de departamentos donde vivía la niña.

—Bienvenidas. Gracias por cuidar tan bien de mi hija —dijo la señora Morino recibiendo a las adolescentes en su departameno.

—Está bien, Korisu-chan es como una hermana pequeña para nosotras —comentó Kiwi sonriendo.

Utena llevó a la niña hasta su cuarto y la acostó en la cama.

—Nosotras ya tenemos que irnos, señora Morino —dijo Hiiragi regresando a la sala.

—¿Están seguras de que no quieren quedarse a tomar té?

—No, gracias. Otro día con mucho gusto.

Ambas chicas se despieron de la mujer y se dirigieron a la casa de Utena.

—Mamá no estará en casa, así que tal vez... Si quieres... Podríamos... —Mientras caminaban por la calle Utena habló sonrojada.

—Utena-chan —interrumpió Kiwi.

—¿Qué?

—Sé que accediste ir al hotel de nuevo solo porque te sentías culpable por mis heridas el otro día, pero no tienes que hacer esto si aún no estás lista —dijo Kiwi mirándola con una expresión seria y pero comprensiva.

Utena desvió la mirada al suelo.

—Yo... ¿No podríamos solo ver animes y dormir abrazadas?

—¡Claro que sí! —gritó Kiwi emocionada abrazando a la chica—¡No tengo dudas de que algún día serás mi esposa, así que por ahora puedo conformarme con eso!

Utena sonrió aún sonrojada, miró a sus alrededores cerciorándose de que nadie las estuviera mirando, y luego acercó su rostro al de Kiwi, la otra chica entendió rápidamente sus intenciones y cerró la distancia en un tierno beso que duró unos pocos segudos.

—¡Podría morir en paz ahora! —exclamó Kiwi al separarse.

Al día siguiente por alguna extraña razón Utena decidió que Enormeeta tenía que tener una sesión de entrenamiento.

El grupo de villanas fue hasta las afueras de la ciudad para no llamar la atención y colocaron una barrera para evitar ser detectadas o interrumpidas.

—Aún estoy cansada por la pelea de ayer —dijo Leber acostada en el césped mientras jugaba algún videojuego en su celular.

—No seas perezosa, nunca llegarás a nada si sigues así—Loco habló en tono burlón antes de arrebarle el celular a su novia y salir corriendo.

—¡Hey, devuélveme eso! —exigió Leber levantándose y persiguiéndola—Estaba por subir de nivel.

Mientras las tortolitas jugaban, Utena se transformó en Violet.

—Se ve mucho más estable ahora —comentó Violet mirando el dispositivo de transformación—, quizás hasta pueda usar la segunda transformación libremente.

—¡No hagas eso! —Venilita apareció por un portal—¿Acaso no te dije que este dispositivo no resistiría mucho más? ¿Quieres destruirlo antes de tu reunión con Tres Magia?

—Eh... Lo lamento —dijo Violet.

—Escucha, Utena, si mañana consigues las identidades de Tres Magia entonces nunca más tendrás que ser Magia Violet.

—Okay —dijo Violet con cierta confianza—. Me esforzaré para convencerlas de que confien en mí. Pronto sabremos las verdaderas identidades de Tres Magia.

—Y cuando sepamos las identidades de esas gatas, las aplastaremos —comentó Leoparde en tono burlón.

—Sí, exacto —dijo Venalita y luego miró a Utena—. Confio en que harás un buen trabajo engañándolas.

—Por supuesto —dijo Violet.

—Ahora destransfórmate antes de dañar más a esa cosa.

...

Tres Magia, Vatz y Magia Violet se reunieron en un almacén abandonado para discutir sobre lo que deberían hacer a partir de ahora.

—Y eso es lo que pasó la última vez —Magenta estaba poniendo al día a Vatz

—Entiendo —dijo la mascota blanca.

«Es ahora o nunca» pensó Violet aclarándose la garganta «Venalita, debe estar observándonos ahora con sus mini-robots»

—Chicas —dijo Violet.

Los presentes miraron a Utena.

—Lo he estado pensando bastante y al fín tomé mi decisión —dijo Violet—. Quiero ser definitiva y oficialmente parte de su equipo... Quiero ser una chica mágica y enfrentar a Enormeeta.

—Aún es temprano para decidirlo —comentó Vatz.

—No, Vatz, ya era hora —contradijo Azul.

Tanto ella como Magenta y Sulfur estaban esperando esto, si bien había algunas cosas que no entendían de Violet, Tres Magia quería creer en Utena.

—Utena-chan, te damos la bienvenida a nuestro equipo ofialmente —Magenta estaba muy emocionada, se acercó a Violet y tomó su mano—, al fín podremos salir a divertirnos en nuestras vidas de civiles.

—¿Nos llamaremos 'Cuatro Magia' ahora? —se preguntó Azul.

—Creo que se están apresurando mucho, chicas —dijo Vatz buscando cualquier excusa para frenar este avance de Violet—Debemos hablar con los patrocinadores antes.

—Te preocupas demasiado, Vatz —comentó Magenta.

Desde la Base Natch, Venalita estaba viendo fijamente la pantalla, casi celebrando su victoria.

—Qué mal, Vatz, parece que yo gané —dijo Venalita para sí mismo.

—¡Quiero que nos conozcamos más! —dijo Magenta a Violet—Es hora de que sepas nuestros verdaderos nombres, ¿verdad, chicas?

—Eso agilizará las cosas —respondió Sulfur.

Magenta se alejó de Violet y se acercó a Sulfur y Azul, las tres estaban listas para deshacer sus transformaciones.

Utena tragó saliva, desvió la mirada al suelo, estaba muy nerviosa.

—¡Alto! —interrumpió una voz.

Todos se voltearon a ver en dirección de la puerta, donde Imitatio había irrumpido.

—¿Imitatio? ¿Qué sucede? —preguntó Magenta.

—¡Violet nos ha traicionado y tengo pruebas! —exclamó Imitatio sacando su celular.

—¿De qué hablas? —preguntó Sulfur.

Tres Magia y Vatz se aproximaron hasta Imitatio para observar un video que parecían haberse grabado de forma furtiva desde un par de metros de distancia, se mostraba a Venalita, Leoparde y Violet hablando:

—Okay —Violet parecía confiada—. Me esforzaré para convencerlas de que confien en mí. Pronto sabremos las verdaderas identidades de Tres Magia.

—Y cuando sepamos las identidades de esas gatas, las aplastaremos —comentó Leoparde en tono burlón.

—Sí, exacto —dijo Venalita volteándose hacia Utena—. Confio en que harás un buen trabajo engañándolas.

—Por supuesto —contestó Violet.

Mientras las demás estaban viendo el video, Violet se quedó inmóvil en el lugar en el que estaba, pero pronto empezó a retroceder lentamente hasta la ventana abierta por el cual habían entrado en el almacén abandonado.

—¿Qué significa esto? —preguntó Sulfur apretando los puños mientras veía la pantalla del celular, luego dirigió la mirada hacia Violet.

Para sorpresa de Kaoruko, Violet estaba saliendo por la ventana sigilosamente.

—¡Ah, no! ¡No vas a huir! —le gritó Sulfur.

Todos pusieron su atención en Violet, la muchacha solo se encogió de hombros con una sonrisa nerviosa en el rostro y luego se lanzó de la ventana para echarse a volar a toda velocidad.

—¡Ven aquí! ¡Tienes mucho que explicar! —exigió Sulfur lanzándose por la ventana y volando tras ellas.

—Vamos a perseguirla —dijo Imitatio.

—No puedo creerlo... —susurró Magenta para sí misma. De pronto recordó aquel día en el que se topó a Violet con unas 'cosplayers' y todo tuvo sentido.