Capítulo 203 Ustedes Hablan, Yo Iré A Buscar Algo De Cena
Noche cayó.
La gaza negra en el cielo ha desaparecido, y los viejos magos reunidos en la puerta del hospital también se han dispersado. Se fundieron nuevamente en la ciudad iluminada de dos en dos, como si las gotas de agua cayeran en el lago, desapareciendo sin dejar rastro.
Después de una breve narración, Grindelwald regresó naturalmente a la residencia secreta de Paracelsus protegida por capas de magia.
Como era de esperar, no había ningún invitado adicional en la espaciosa habitación: un viejo mago que llevaba un par de gafas en forma de media luna, con una larga nariz torcida, largos cabellos plateados y una barba que goteaba, era nada más y nada menos que Albus Dumbledore, que había llegado apresuradamente desde Londres a Salzburgo.
"Lo siento, Gellert. Lamento muchísimo llegar tarde. Por supuesto, como le dije al Ministerio de Magia, creo que debes haber sufrido..." Dumbledore se levantó de la silla y sonrió suavemente.
"Hornheim, ¿está ella bien?"
Grindelwald lanzó una mirada indiferente a Dumbledore, observándolo fijamente, mirando a la pequeña niña de cabello plateado acostada tranquilamente en la suave cama de la habitación, como si Dumbledore fuera una persona transparente.
"No hay problema. La niña está durmiendo profundamente. La vitalidad en su cuerpo es mucho más fuerte de lo que pensábamos, después de todo, ya sabes, los magos mestizos suelen ser así."
Paracelsus, es decir, Hornheim, miró a Dumbledore, a quien Grindelwald estaba ignorando deliberadamente, encogiéndose de hombros y respondió, pero no había muchas sorpresas en su tono.
Hay que decir que el Mago Mestizo es definitivamente superior a los humanos comunes en cuanto a estado físico. Como médico que posiblemente sea el más antiguo en el mundo mágico, Elena Half-Blood Eva casi en el primer momento fue reconocida por Hornheim.
"Está bien."
Al escuchar la respuesta de Hohenheim, las cejas de Grindelwald se relajaron y su expresión se suavizó.
"Gellert, tranquilo. Será mejor cuidada en Hogwarts. Desde que estoy aquí, me encargaré sin problemas de las cuestiones posteriores, y tú puedes descansar."
Siguiendo la mirada de Grindelwald, Dumbledore miró a la durmiendo Elena, frunciendo ligeramente el ceño, y estaba a punto de dar unos pasos para revisar de cerca la condición de la niña.
De repente, una cortina de luz blanca apareció alrededor de Dumbledore, atrapándolo en su lugar.
"Lo siento, no creo que puedas llevártela todavía".
Grindelwald jugueteó casualmente con la varita en su mano y susurró.
Dumbledore alzó las cejas, sacó su varita y la agitó, la cortina de luz blanca se disolvió rápidamente como el hielo y la nieve bajo el sol.
Sin embargo, justo entre la magia de Dumbledore, Gellert Grindelwald se acercó rápidamente a la cama de Elena.
Vi a Grindelwald de pie junto a la cama de Elena, agitando su varita, y un escudo insonorizado e invisible envolvió a la niña detrás de él, bloqueando todos los sonidos y posibles ruidos.
La varita perteneciente a un mago del Ministerio de Magia que no tuvo tiempo de nombrar daba vueltas lentamente en los dedos delgados y delgados del anciano. Grindelwald levantó la vista y miró a Dumbledore por primera vez desde que entró en la casa, y dijo suavemente.
"Dije... aléjate de esta niña, ¿no has oído? Ella necesita descansar ahora."
Ya sea en palabras o acciones, la repulsión y hostilidad expresadas por el primer Señor Oscuro no podrían ser más claras.
"Oh, no tiene gracia, Gellert."
Dumbledore sacudió la cabeza con una sonrisa, levantó su varita, y sus dedos acariciaban inconscientemente la veta de madera que flotaba sobre la varita. "Ella pertenece a Hogwarts, y habrá todo un día mañana."
"¿Oh, en serio? Eso significa que no he regresado a Hogwarts Castle tan ansiosamente. Y, no te he dado ningún comentario sobre los resultados de los últimos días." Grindelwald levantó las cejas. La varita de Grindelwald se balanceaba intencionada o inintencionadamente, y la posición señalada por la punta de la varita cambiaba constantemente.
Contrariamente a la aparente calma expresión y diálogo entre los dos, dos altas concentraciones de magia comenzaron a agitarse en el aire.
"Eso... Hablando de eso, de repente me entró hambre. Voy a salir a comprar algo de cena, ¿o preferirían hablar primero?"
Paracelsus miró a los dos magos que se enfrentaban. Algunos se tragaron saliva con dificultad, y otros echaron un vistazo a la casa que había vivido durante cientos de años, y dijo con cautela.
Sabía que todas las mujeres estaban en problemas, especialmente las mujeres de ascendencia de Meiwa. Afortunadamente, se dio cuenta de esto muy temprano, y no estaba firmemente atado a un árbol como el pobre Nick Lemay.
Dumbledore asintió ligeramente hacia el dueño de la casa, "Lo siento, ¿podríamos quedarnos solos por un tiempo? Es solo un malentendido, no creo que lleve mucho tiempo".
"Está bien, está bien". Paracelsus agitó las manos apresuradamente. "De repente quise salir y dar un paseo. No debería volver esta noche, no se preocupen por mí".
—Quiere vivir dos años más para celebrar su quingentésimo cumpleaños, por si se ve involucrado en la batalla de los dos magos más peligrosos de la historia, o si escucha accidentalmente algo que no debería escuchar el secreto. Solo puedes vivir eternamente.
Clic.
Cuando Paracelsus desapareció en la habitación, la puerta se cerró suavemente, dejando sólo a Grindelwald, Dumbledore y Elena en la habitación.
"Gellert, quizás necesitemos hablar de esto. ¿Qué pasó? Esto no es una broma."
Dumbledore frunció el ceño, juntando su índice y ****, frotándose fuertemente las cejas, "No puedes imaginar, cuando escuché la noticia de tu escape, y cuando todo Salzburgo estaba envuelto en tu magia, la presión que sentí en el Ministerio de Magia austriaco y en el Ministerio de Magia británico, sin mencionar, más los dos grandes agujeros que vi al llegar al Castillo de Newmontgarde."
"Dado que ese es el caso, ¿te contaré algo divertido e interesante primero?"
La comisura de los labios de Grindelwald se divergió de repente, y dijo fácilmente en un tono ingenuo.
"¿Sabes?, casi muero hoy, una pequeña enfermedad llamada cetoacidosis diabética por parte de los muggles, si esta niña no me salvó."
Al decirlo, el viejo mago señaló descuidadamente a la niña detrás de él, sentada en el borde de la cama con cuidado y cariño, peinando con cuidado el cabello de Elena, moviéndose suavemente para no despertar accidentalmente a la niña ~ ~ ¿Existe tal cosa? Gellert, yo no... "El rostro de Dumbledore cambió ligeramente y abrió la boca".
Después de todo, el tiempo que le queda es demasiado corto, desde recibir la ayuda del Ministerio de Magia de Austria, hasta su llegada a Salzburgo en menos de media hora, por no mencionar que el Ministerio de Magia de Austria no puede ni siquiera encontrar a alguien que pueda aclarar las cosas.
"Espera, esto no es lo más interesante."
Grindelwald sonrió, levantó la mano e interrumpió las palabras de Dumbledore, y hubo un rastro de ternura en sus ojos. Sacó cuatro varitas de entre sus brazos y las agitó delante de Dumbledore, hablando un poco más rápido.
"Porque tú, el hombre ocupado del mundo mágico, diste la vuelta y llegaste tarde, y mi inútil viejo acabó en coma a mitad de camino, este pequeño e insolvente chico que no habla alemán en realidad me curó. Me sentí tan estúpido peleando con los funcionarios del Ministerio de Magia de Austria... Cuatro magos adultos, curiosamente, lo único herido durante todo el incidente es este estúpido ñoqui de proteínas."
"Si ese es el caso, entonces puedes estar seguro de que me haré cargo de todo el cuidado posterior y la interpretación. La señorita Elena Caslana no recibirá nada del Ministerio de Magia..." dijo Dumbledore sin dudar.
"No, ya lo he arreglado."
Grindelwald resopló suavemente y tuvo un atisbo de burla en su rostro, "Todo el incidente no tiene nada que ver con Elena. Solo hay un legendario Señor Oscuro que está demasiado aburrido para salir y charlar con viejos amigos. Por cierto, la historia de pasear por ahí."
Goo ~
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