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La pareja estaba sentada en el sofá del castaño, Terry abrazaba a Candy mientras ambos tenían la vista fija en el televisor donde se reproducía una película. Sin embargo, la rubia no atendía la trama, pues su mente estaba en la conversación que tuvo con el castaño minutos atrás.
Flashback
Candy le había contado a Terry todo lo que el director Brown le había propuesto, el joven la escuchó atentamente.
-Me parece una buena propuesta.
-En serio?
-Así es, no te están apresurando a tomar una decisión, te dan tiempo para que analices tus opciones y decidas lo mejor para ti. – Candy asintió levemente – piénsalo con calma, no importa lo que decidas tendrás mi apoyo absoluto. – la rubia abrazó a Terry agradeciéndole sus palabras.
-Terry…? – deshizo el abrazo. -Si decidiera aceptar la propuesta del director Brown… me acompañarías a Londres?
-Princesa… - la miró fijamente – sabes que acabo de firmar un contrato de un año, sería muy irresponsable de mi parte irme a los pocos meses cuando tuve la recomendación de mi tutor.
-Sí… tienes razón… - bajó la mirada.
-Mírame Candy – tomó su mentón entre su pulgar e índice para hacer que lo mirara – No tienes por qué tener inseguridades, si decides tomar la oferta de Londres, podemos seguir siendo novios, nos llamaremos seguido, haremos video llamadas y cuando tenga tiempo iré a visitarte.
-De verdad? – sonrió levemente – yo también podría venir de vez en cuando.
-Haremos que funcione. – ya se imaginaba cuál sería la decisión de Candy.
-Gracias… - no pudo evitar que las lágrimas salieran – pensaré muy bien antes de tomar mi decisión.
-Lo sé.
Después de hablar aquello Terry sugirió ver una película antes de llevarla a casa, el castaño disfrutaba esos momentos con la rubia, para él eran muy significativos.
Fin del flashback
Después de que la película terminara, los jóvenes enamorados fueron a comer y luego Terry llevó a Candy a su casa, antes de irse le dio un gran y apasionado beso, esos que la dejaban sin aire y deseando más, aunque él también se quedaba de la misma manera.
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-Estás molesta? – acababa de contarle a su amiga sobre la propuesta que había recibido para unirse a la academia de ballet en Londres.
-Por qué lo estaría?
-Porque no te lo dije ese mismo día.
-No te preocupes Candy. – sonrió para cambiar el semblante preocupado de su amiga – yo estoy feliz de que tu talento sea admirado y reconocido, no quiero que pienses que puedo llegar a sentir envidia o…
-No pienso eso! – la interrumpió – es porque prometimos no ocultarnos nada y yo… lo hice.
-Está bien – dijo riendo al recordar la promesa que se habían hecho – te entiendo, no nos vemos mucho últimamente por nuestros horarios, además, aún no tomas una decisión, qué podría reprocharte?
-Eres una buena amiga Paty – dijo abrazándola – te quiero mucho!
-Yo también te quiero Candy – correspondió al abrazo.
Después de haber hablado con Paty, la rubia les contó a sus amigos sobre aquella propuesta y lo indecisa que estaba. Cada uno de sus amigos le dio una opinión sincera, así como ella se los había pedido. Después de felicitarla, el primero en hablar fue Anthony.
-Candy, sabes que lo que te diré es por experiencia propia – la rubia asintió mientras escuchaba – creo que deberías tomar esta oportunidad, si quieres ser bailarina reconocida mundialmente, es ahí donde debes iniciar.
-Tony tiene razón gatita – Archie se arrodilló frente a la rubia y tomó sus manos entre las suyas, Annie sólo se quedó mirando – siempre tuviste una meta y esta propuesta te acerca más a ella, siempre tendrás mi apoyo incondicional, lo sabes; no importa la decisión que tomes, estaremos contigo; pero piensa en tu futuro y el sueño que quieres cumplir.
-Yo sé que Candy tomará la mejor decisión – dijo seguro Stear – no importa cuál sea, estaremos felices por ti pequeña, las dos propuestas te acercan a tu gran sueño.
-Gracias… - la rubia era un mar de lágrimas, oír todo aquello de sus amigos la conmovía, la única que sólo la felicitó fue Annie, la morena sintió un poco de celos, ese era el sueño que ella tenía, y al oír de las dos propuestas hechas a la rubia, vio lejos el cumplir su meta, se sintió inferior y falta de talento, pues ambas tenían la misma edad.
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La pareja estaba detrás de unas grandes cortinas, unas que los separaban de un gran público. Candy se sentía más nerviosa de lo usual, no, estaba completamente nerviosa, ni siquiera en sus presentaciones en el ballet se sintió de esa manera.
-Lista? – escuchó la voz de su novio.
-N-no…
-Jajaja, lo harás bien. – nunca la había visto tan nerviosa – has practicado bastante y lo haces de maravilla.
-Lo hice bien, porque no tenía tanto público. – lo miró con el ceño fruncido – además… papá me dijo que grabará todo y se lo enviará a tus abuelos.
-No te preocupes. – la abrazó para tranquilizarla – eres una gran actriz.
Hace poco más de un mes Terry le había comentado a Candy sobre un proyecto en el hospital, este era para reunir fondos para el dispensario de ayuda social, cuando la rubia escuchó que presentarían una obra se emocionó bastante.
El castaño sabía que el sueño de Candy era ser actriz, es por eso qué al comentarlo con sus compañeros, estos le sugirieron que la invitara a participar.
-Ya casi es hora Julieta – susurró cerca de su oído – sólo concéntrate en los diálogos, ignora que hay público.
-Lo intentaré. – dejó escapar el aire que contenía y se puso en su lugar.
Siguiendo el consejo de su novio, Candy logró con éxito la primera escena, luego cuando le tocaba escena con el castaño, se olvidó que era actuación y dejó que el amor que sentía por él dominara la actuación.
-Bailas de maravilla mi Julieta pecosa. – murmuró Terry mientras la hacía girar por el escenario, por suerte, gracias al antifaz, nadie se dio cuenta del intenso sonrojo de la joven.
La escena del balcón, la boda secreta de los amantes, la pareja lo actuaba con tal realismo que tenía cautivado al público, la madre de Candy lloraba al ver lo talentosa que era su hija, William estaba más que orgullosos de su pequeña.
Al finalizar, el público estaba llorando por la muerte de los amantes, cuando Candy dio sus últimas líneas lo hizo con un sentimiento tan real, pues la rubia verdaderamente imaginó a Terry tendido frente a ella, sin vida y eso le dolió en el alma, por eso, cuando Julieta se entierra la daga en el pecho, creó un ambiente lleno de tristeza; pero también de esperanza de alcanzar y unirse con su amado.
-Lo hiciste de maravilla. – el castaño se puso de pie – princesa… - limpió las lágrimas de su novia – estás bien?
-Terry… - apenas y se escuchó su voz mientras lo abrazaba.
-Amor, lo hiciste perfecto… – supo que la rubia se dejó ganar por la emoción, y le dio ternura.
-Vamos Candy, Terry – escucharon a una de las enfermeras que hizo de la nana de la rubia – a sus lugares, vamos a agradecer al público. – los aplausos se oían al otro lado y en la presentación de los actores se escuchaban cada vez más fuerte.
-Candy! – sus amigos se acercaron cuando vieron a la rubia acercarse a ellos – lo hiciste perfecto. – la felicitó Paty.
-Tú también lo hiciste excelente Terry, no sabía que eras actor. – dijo Stear.
-Tal vez en nuestras vidas pasadas lo fuimos. – dijo riendo.
-Yo sabía que mi gatita era una caja de talentos; pero no imaginé que ser actriz era uno de ellos. – Archie la abrazó con fuerza mientras la rubia le agradecía el cumplido.
-Ya sabes a qué dedicarte si decides dejar el ballet. – fue el turno de Anthony – naciste para ser artista.
-Están exagerando. – dijo ruborizada.
-Felicidades. – Karen la abrazó – a ti también Terry, estuvieron fantásticos, me conmovieron mucho al final.
-Así es – comentó Anthony – ella y Paty no paraban de llorar. – todos sonrieron al ver el rostro sonrojado de Karen y Paty.
Tom, Dorothy y su esposo se acercaron para felicitar a la pareja, estaban planeando salir a festejar el triunfo de la obra y lograr recaudar un monto significativo, cuando alguien más se unió al grupo.
-Fue la primera vez que vi a una Julieta tan pecosa. – todos giraron y rieron al oír al rubio.
-Albert! – la rubia fingió ofenderse – como puedes decir eso?
-No puedes negar que lo eres pequeña. – dijo abrazándola – lo hiciste magnífico, tú también Terry, fueron un éxito.
-Gracias. – se acercó el castaño – cuándo llegaste?
-Poco antes de que comenzara la obra, cuando llamé a tu casa para saber si recibiste las fotos que te envié, Rose contestó, me dijo dónde estabas y me contó que actuarias en una obra para el hospital.
-Mamá te lo dijo? – su madre había estado en contra al inició, pues temía que eso perjudicara las prácticas de su hija.
-Así es, en seguida tomé un avión para verte en escenario. – él sabía cuál era el verdadero sueño de la rubia, no porque ella se lo hubiera contado, sino, porque siempre la observaba y cuidaba.
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Los padres de Candy estaban dejando sus lugares mientras buscaban con la mirada a su hija, fue William quien había ubicado al grupo de amigos.
-Ya los vi.
-Ok, vamos – dijo la mujer tratando de ver hacia donde su exmarido señalaba. – ya le enviaste el video a Thomas y Alexandra?
-Sí, me pidieron que lo hiera en cuanto terminara.
La pareja se acercó a su hija y a Terry, los felicitaron y alabaron su actuación. Candy les informaba sobre los planes de sus amigos cuando vieron a Robert y Juliette acercarse a ellos.
-Felicidades Candy, estuviste estupenda. - la felicitó Robert. – usted también estuvo grandioso. – miró al castaño.
-Muchas gracias. – agradecieron orgullosos por su logro.
-Oh Candy, nunca dejas de sorprendernos - Juliette la abrazó – eres realmente talentosa en todo lo que te propones, te extrañaremos si decides irte a Londres.
-Londres? – cuestionó Rosemary.
-Sé que es decisión de Candy; pero yo creo que debe tomar está oportunidad…
-Julie… - Robert la interrumpió algo incómodo, sólo él sabía que Candy no le había dicho nada a su madre. – ya es hora de irnos cariño. - rodeó sus hombros – nos vemos mañana Candy y felicidades a ambos.
Robert y su esposa se despidieron de William y Rosemary, también felicitando a sus amigos por el talento de su hija y tratando de arreglar la situación incómoda que sin querer Juliette había causado.
-Qué es eso de Londres? – Rose miró fijamente a su hija.
-Mamá no es lugar para hablar de esto.
-Entonces vamos a casa para hacerlo, porque estoy teniendo una idea de lo que se trata y no me está gustando.
Todos se sintieron incómodos con aquella situación, después de disculparse por no ser parte de la salida, la rubia se fue con sus padres. Conociendo a su madre, le pidió a Terry quedarse y esperar a que ella lo llamara para contarle lo que hablara con su progenitora. El castaño renuente aceptó la decisión de su novia, además William le había asegurado que él estaría con ellas y apoyaría a su hija en todo lo que decidiera.
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Estaban camino a casa, William conducía tratando de concentrarse en el camino, pues su ex esposa no esperó a llegar a casa para reclamarle a su hija una explicación.
Candy, de manera calmada les contó sobre las propuestas que había recibido hacía más de un mes y el tiempo que el director Brown le hubo dado para tomar una decisión.
-No puedo creerlo Candy! – su madre estaba furiosa – nuevamente me escondes cosas.
-Mamá… - la rubia trataba de explicarle calmadamente – no fue mi intensión hacerlo.
-Rose, espera a que lleguemos a casa para que te explique con calma.
-Que lo haga allá o aquí, no cambia el hecho de que mi hija hace cosas a mis espaldas y me oculta otras – miró a su exesposo – ella nunca hizo nada de esto hasta que conoció a Terry.
-Tú misma comprobaste que Terry es un buen chico.
-Ya tengo mis dudas.
-Mamá, Terry no tiene nada que ver en esto.
-Claro que sí. – finalmente llegaron a su casa y mientras entraban en ella la discusión seguía – desde que andas con él: ya no prácticas como antes, te la pasas en salidas o fiestas y siempre estás mintiéndome.
-No es verdad!
-Acaso no me ocultaste tu noviazgo con ese joven?
-Eso…
-Y no me ocultaste que te quedaste a dormir en su casa sabiendo que sus abuelos ya se habían marchado?
-Cómo? – William miró sorprendido a su hija – cómo es eso Candy?
-Lo ves? – la señaló – a ti también te anda mintiendo.
-Ya basta! No soy una niña de 10 años que debe decirles todo!
-Estoy segura que si a Juliette no se lo hubiera salido el comentario, nunca nos lo habrías dicho. – estaba realmente enojada – estoy realmente decepcionada de ti.
-Mamá… - esas palabras le dolieron a Candy – no puedes decirme eso…
-No debiste mentirnos cariño – su padre se acercó a ella. – no dejes de confiar en nosotros. – se refería al hecho de quedarse en el departamento de Terry.
-Yo… solo quería pensar bien las propuestas.
-Al final de todo esa será tu decisión princesa. – su padre la abrazó – pero siempre dinos lo que te pasa para ayudarte y apoyarte en lo que podamos.
-Yo sé por qué no lo hizo – Rose se giró para observarla y ver si lo que decía era verdad – porque nuestra hija está dispuesta a dejar su carrera y arruinar su futuro sólo para no alejarse de Terry. – Candy no dijo nada, sólo bajo la cabeza – ahí está, acerté. verdad? Ese muchacho va arruinar tu vida, antes de él teníamos planes para tu futuro, estás a punto de cumplir tus sueños y lo botarás a la basura, sólo porque él te lo pidió!
-Él no me pidió nada! – comenzó a llorar – Terry no se está metiendo en mis decisiones, incluso se niega a darme su opinión para no interferir en lo que quiero.
-Pues hace bien, ya te perjudicó bastante.
-Ya basta Rose. – no le gustaba verlas discutir – es suficiente.
-No! Siempre la consientes y dejas que haga lo que quiera. – arremetió contra él – a ti no te importa el futuro de nuestra hija!
-No vuelvas a decir eso! – se molestó con la afirmación que había hecho su exmujer – para mí es importante la felicidad de nuestra hija.
-Y crees que para mí no? – se señaló a si misma – yo pienso en la felicidad y bienestar de mi hija y sé que ese muchacho no lo es!
-Tú viste como se preocupa por ella!
-Sí, tanto que la está alejando de su sueño! Ella perderá esta oportunidad por él! Seguro él se lo pidió y…
-Ya basta! – el grito de Candy los calló de inmediato – ya basta… - la rubia no dejaba de llorar – yo… aceptaré ir a Londres…
-No tienes que hacerlo si no quieres mi amor. – su padre la abrazó.
-William…
-Iba a aceptarlo de todos modos… - interrumpió a su madre – ya había decidido irme a Londres… Terry… él me dijo que me apoyaba y que debía pensar en mi futuro… en lo que yo quería…
-Te dio un buen consejo. – dijo su madre, ganándose la mirada furiosa de su padre.
-Ya no quiero que discutan por mi culpa. – los miró – estoy bien con la decisión que tomé, les iba a contar el lunes, después de hablar con Robert y el señor Brown.
-Oh mi amor! – Rose abrazó a su hija – disculpa que te haya gritado… - limpió las lágrimas de la rubia – pero entiende que me molesté porque últimamente me ocultas cosas.
-Lo lamento. – se disculpó.
-Sólo no lo vuelvas a hacer. – la abrazó nuevamente, William la miraba con el ceño fruncido.
-Cariño… - se acercó a su hija – hoy tenía planeado llevarte a cenar y mostrarte lo que compré para ti, quería dártelas por tu éxito de hoy – la rubia supo lo que su padre intentaba hacer - qué te parece si te quedas con papá esta noche?
-Sí… - asintió con una leve sonrisa, miró a su madre para pedir su aprobación.
-Rose, sabes que tengo derecho a pasar tiempo con mi hija, no creo que nos lo niegues.
-Claro que no. – dijo algo avergonzada por su comportamiento – disfruta del tiempo que nos queda con nuestra hija antes de que se vaya a Londres.
-Así lo haremos, verdad princesa?
Candy preparó una pequeña maleta y se fue con su padre, tenía los ojos rojos por el llanto, estaba con la vista en la calle mientras su padre conducía en silencio.
-Lamento todo lo que pasó con tu madre y conmigo.
-No te preocupes – dijo bajito – yo tuve la culpa por mentirles.
-Mi amor. – paró en un semáforo y aprovechó para acariciar con cariño el rostro de su hija – si no quieres ir, no lo hagas. – Candy lo miró – no tomes una decisión sólo porque tu madre así lo quiere.
-Iba a aceptar ir a Londres.
-Por qué no te creo princesa? – se acercó para besar la frente de su hija – no te ves feliz con esa decisión.
-Es porque voy a extrañarlos a todos… es sólo por eso.
-Ok… - dejó salir un sonoro suspiro – pero si decides cambiar de opinión, tienes mi apoyo, no quiero que seas infeliz por apresurarte al tomar este camino.
-Estoy bien papá. – le sonrió – y… gracias.
En silencio recorrieron lo que quedaba de camino hacia el departamento de William, una vez en su nueva habitación, Candy se comunicaría con Terry para contarle la decisión que había tomado y le pediría verlo al día siguiente.
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