¡Saludos, queridos lectores!

Lamento mucho no haber podido actualizar el día de ayer, y de hecho, estuve a punto de no poder hacerlo el día de hoy. Sin embargo, estaré subiendo los temas de ayer, hoy y si me da tiempo, los de mañana para poder tener una poca de ventaja, y quizá, una especie de compensación.

El resto del mes es posible que tenga otros días en que me atrase, pero como ya les mencioné en algunos capítulos del mes, cuando no pueda actualizar durante la semana, lo estaré haciendo el fin de semana n.n

Antes de dejarlos leer el siguiente capítulo, que estoy segura que muchas personas estaban esperando, pues se trata de la plática que Sasuke tuvo con Karin, les informo que este capítulo, y parte de la historia, corresponden al Día 11: Clanes 1 del SasuKarin Month Junio 2024


Sasuke comenzaba a despertar, pero aún tenía mucho sueño y su despertador aún no sonaba, así que optó por quedarse en la cama hasta que ello ocurriera. Quizá aún tenía una o dos horas más para dormir. Sin embargo, le llamó la atención por qué la puerta de su habitación se abría.

—¿En serio, Sasuke? —oyó la voz de Itachi, y además de que le confundió la pregunta, notó que estaba abrazando a algo… o mejor dicho, a alguien que estaba acurrucado contra él. De hecho, prestando mayor atención, aquello que sentía en su cuello que, en primera instancia pensó que se trataba de su gatita acurrucada, en realidad era la cabeza de alguien más.

Al abrir los ojos, Sasuke notó que la chica pelirroja de la noche anterior estaba dormida a su lado, de nuevo desnuda y mientras ella estaba acurrucada contra su cuerpo, él la abrazaba.

—¿Qué…?

—Sólo vine a dejarle el desayuno a Princesa. Asegúrate que coma porque ayer no cenó —comentó Itachi— Recuérdale que debe mantenerse como felina y escondida o la llevarán al veterinario.

—Oye yo no le dije que…

—Nos vemos.

Itachi no le dió oportunidad de decir nada y al quedarse sólo, no sabía qué hacer más allá de soltar a la chica.

—Oye, despierta —la llamó sin tocarla.

—Quiero dormir un poco más —lo abrazó con fuerza.

—¿No vas a desayunar? —preguntó esperando que la comida ayudara a que se levantara.

—¿Desayuno? —se levantó la chica olfateando el ambiente y de un salto, ya estaba sentada en la cama comiendo del plato que Itachi había dejado en la mesita de noche.

No, ella no se sentó de la forma en que lo haría un humano al comer, sino más bien como si aún conservara su forma felina y al querer comer, sus acciones siguieron siendo como las de un felino.

—Ponte algo de ropa —pidió el chico tratando de oírse molesto, pero sin poder evitar titubear sonrojado— ¿Dónde dejaste la playera?

—Ya no me quedaba cuando tomé mi forma de gata —respondió la pelirroja y Sasuke notó la prenda tirada en el suelo.

—Iré a prepararme para ir a la escuela. No vayas a salir del cuarto. Sí oyes que alguien viene, conviértete en gata y escóndete donde puedas para que no te descubran. ¿Entendido?

—¿A dónde vas? —preguntó la pelirroja apresuradamente corriendo hasta él con inquietud.

—Al baño —le dijo empujándola suavemente de los hombros mientras desviaba la mirada— Obedece.

—Pero no puedo convertirme en gata.

—¿Cómo que no puedes? —preguntó Sasuke en reproche.

—Ayer fue mi primera vez transformada en humana, no sé muy bien cómo controlarlo —respondió haciendo pucheros.

—Pero ayer te transformaste en humana y luego en gata cuando fuimos a dormir.

—Ambos pasaron de repente. Yo no lo controlé —confesó ella y parecía avergonzada por ello.

—Pero…

—De verdad lo intento, pero no estoy con mi gente para que me enseñe a dominarlo. Me concentro y a veces lo consigo, pero debo hacer muchos intentos y mucho esfuerzo.

Al principio, Sasuke no quería creerle, pero recordó que la noche anterior, la había oído dando vueltas como humana hasta que sus pasos se hicieron ligeros y subió a la cama convertida en felina.

—En cualquier caso, debes ocultarte si viene alguien. ¿Me entendiste? —insistió el chico— Cuando estés a solas, quiero que practiques para que puedas controlarlo.

—Pero…

—Tienes que hacerlo si no quieres que mis padres te descubran —advirtió Sasuke.

—De acuerdo. De todas formas es raro tener este cuerpo —dijo la chica soltando al joven para mirarse— Mira, Sasuke, no tengo cola. No sé cómo pueden vivir así.

Por inercia, el azabache volteó a verla cuando ella dijo "Mira, Sasuke…", por lo que vio cuando la chica le dió la espalda levantando el trasero para mostrarle la falta de la cola. Esto sólo hizo que el joven se apresurara a sacar ropa y encerrarse en el baño ocultando el rojo de sus mejillas.

Era una locura todo ese tema de nekomata, pues aún le era difícil aceptar que esas leyendas existían y que justamente le estaban ocurriendo a él. Además, aunque conocía todas esas historias, se inquietaba más porque en ninguna de ellas describían la falta de pudor de esos seres.

Claro, entendía que los gatos, sin importar si eran o no nekomata, siempre roban desnudos, así que quizá por ello no había pudor, pero debían al menos considerar la etiqueta siendo humanos. ¿No?

A Sasuke le era difícil lidiar con la joven felina a causa de su desnudez, no estaba muy seguro de cómo describir lo que sentía, pero sin duda prevalecía la vergüenza, así que cuando salió del baño, intentó ignorarlo, por lo menos hasta que la felina volviera, y evitar el tema frente a ella. Después, se fue a la escuela, y trató de concentrarse en sus estudios y posteriormente en la práctica, pero sin importar cuánto lo intentara, no podía evitar hacerse cientos de preguntas sobre quién era esa chica, por qué se había ocultado, por qué lo había elegido a él y no a alguien más de la familia para que la cuidara y qué influencia tenía ella en el futuro acuerdo que su familia tendría que negociar con su gente.

Sí lo pensaba bien, ella quizá sólo era una nekomata del montón que había ido a curiosear, pues si ella tenía la misma edad de él, ¿qué puesto podría tener? Hasta donde recordaba, los nekomata tenían características similares con los humanos en cuanto al envejecimiento, por ello esa chica tenía su edad y se veía de la edad de él.

Por otro lado, quizá no era exactamente alguien "del montón", quizá era hija de algún emisario, gobernante o alguien de un puesto alto entre su gente que estaría involucrado con la negociación, y ella había sido enviada a espiar, o sólo había ido a curiosear. Esto último parecía más factible, debido a que no quería decirles quién era, antes de las negociaciones. Como su hermano había dicho, si quería ocultarse, era porque ella no se suponía que debía estar allí y seguramente se metería en problemas.

Si lo pensaba mejor, y era verdad que ella podría meterse en problemas si se delataba antes de tiempo su identidad, quizá él mismo podría meterse en problemas por enterarse de la verdad y no decir nada a nadie. Quizá era mejor decirle a sus padres y…

—Ya llegué —Sasuke anunció cuando entró a la casa.

—Bienvenido —se oyó la voz de su madre que se oía triste mientras caminaba a recibirlo— Hijo… Princesa…

—¿Qué le ocurre? —preguntó preocupado por el gesto que tenía su madre al recibirlo.

—No ha aparecido por ningún lado.

¡Ah! ¡Era verdad! Su madre no sabía que la gatita estaba en su habitación. Está era su oportunidad para decirle a su madre que Princesa era una nekomata, para que él no se metiera en problemas… pero había un problema.

Si Sasuke le decía a sus padres que su mascota, aquella que había cuidado por tres años era una nekomata, sería difícil que le creyeran a menos que ellos mismos lo vieran con sus propios ojos. Es decir, si de repente presentaba a la chica diciendo que ella era Princesa, no iban a creerle, lo mismo si sólo llevaba a su mascota. Sus padres tenían que verla convertirse en gato o viceversa para que le creyeran.

Con lo anterior en mente, Sasuke se daba cuenta que no podría decirle a su madre o a su madre que entrar a su habitación justo cuando la chica se estuviese transformando, empezando porque ella no lo controlaba y porque la chica, con sus sentidos felinos, se daría cuenta si alguien quería entrar al cuarto.

—Dejaré mis cosas y la iré a buscar —respondió el azabache para después ir a su habitación.

—¡Sasuke! —exclamó la chica alegremente para arrojarse encima de él y abrazarlo, y de no ser que la chica era tan ligera, pudieron haber caído al suelo.

—Basta —pidió nervioso cuando ella comenzó a restregar su mejilla con la de él y sí, ella seguía desnuda.

—Te extrañé. Odio que te vayas —decía aún restregándose.

—Ponte algo de ropa. ¿Acaso no sientes frío?

—Sí, y lo intenté, pero no pude —respondió haciendo pucheros.

Cierto… no podía pedirle a Karin que se pusiera ropa en ese momento, pues quería bajarla con su forma de gatita para que su madre ya no se preocupara. Con un poco de suerte, y la falta de control de la chica, quizá se transformaría frente a sus padres.

—Conviértete en gato.

—¿Me estás ordenando? —preguntó la chica malhumorada. Lo había soltado y él había desviado la mirada.

—Madre está muy preocupada por ti. Hay que mostrarle que estás bien y que sólo te escondes para no ir al veterinario.

Todos en la casa, sabían que Sasuke era la persona favorita de Princesa, pero Mikoto era la segunda persona que la felina más apreciaba, por lo que al joven no le pareció extraño que la chica pareciera querer complacer a su madre, aunque no se veía muy convencida.

—¿Y si me transformo estando con ella? —preguntó la chica preocupada.

—Sólo será un momento para que te vea y se quede tranquila —respondió el azabache tratando de ocultar que él esperaba que precisamente pasara eso.

—Bueno, voy a intentarlo —respondió Princesa cerrando los ojos para concentrarse en poder regresar a su forma felina.

Sasuke, por su parte, se quedó allí esperando, pero mirando para otro sitio.

—Avísame cuando lo logres —comentó el joven, ya que no iba a voltear hasta que la chica volviese a ser una felina.

—¡Mira, Sasuke! ¡Mi cola regresó! —exclamó la chica contenta y el aludido volteó.

En más historias de los nekomata, se decía que los gatos podían hablar como humanos aún en su forma felina, porque Sasuke creyó que la chica había recuperado su forma cuando dijo que su cola había regresado, pero al voltear a verla, Princesa seguir manteniendo su forma humana, sólo que sus orejas eran las de un felino y le salía una larga cola roja en la espalda baja.

—¡Conviértete en gata! —exclamó Sasuke cubriéndose la cara completamente roja con las manos.

—Eso intento, pero sólo recuperé mi cola —respondió la chica.

—Vuelve a intentarlo —pidió Sasuke suplicante y la chica tuvo que hacer varios intentos antes de al fin conseguirlo.

—Miau —oyó Sasuke, reconociendo él maullido de su gatita, por lo que con precaución, echó una mirada.

Sí, ahí en el piso, Princesa, convertida en gata, caminaba hacia él y se restregaba en sus piernas contenta.

—Vamos abajo —dijo el joven levantando a la felina del suelo con algo de renuencia, pues no podía quitarse de la mente la figura humana de la chica.

Tratando de alejar esas imágenes de su mente, Sasuke bajó en busca de su madre, que fue a su encuentro cuando oyó sus pasos bajando la escaleras.

—Ya la busqué por toda la casa y… ¡Princesa!

—Estaba dormida en mi cama cuando subí a dejar mis cosas —comentó Sasuke viendo que su madre la tomaba de sus brazos y le hacía mimos.

—Eres una niña muy traviesa. Nos has asustados a todos —Mikoto le hablaba a la felina— Sasuke se pondrá muy triste si no vuelves o te pasara algo.

—No diga eso, madre —Sasuke se apresuró a decir avergonzado.

—Es verdad lo que dije. Todos nos pondríamos muy tristes, pero tú serías el más afectado —respondió la mujer y la gatita maulló— Ayer no cenaste ni desayunaste, vamos a darte algo de comer. Debes estar muy hambrienta —miró a su hijo— La comida está lista. Ve a lavarte mientras le doy de comer a Princesa y te serviré pronto.

Sasuke asintió satisfecho con el plan de su madre, pues como era costumbre, la felina habría de comer en la mesa junto a toda la familia. Sí su cambiaformas fallaba, no sólo su madre, sino también su padre, descubrirían la identidad de la chica.

Pensar que todos en la familia la verían desnuda al descubrirla, lo incomodó, pues sentía que la estaba colocando en una situación muy vulnerable, pero no había otra forma de demostrarles a sus padres que ella era una nekomata. Además sería sólo por unos instantes y a ella no parecía importarle que la miraran.

El joven hizo tiempo antes de bajar, para que hubiesen más oportunidades de que la chica se transformara en felina y cuando entró al comedor, su familia completa ya estaba en la mesa, y él se sentó en su lugar designado.

—Supongo que no podremos llevar a Princesa al veterinario si va a escapar cada vez que lo mencionemos —comentó Mikoto que ya había hablado con su esposo y su hijo mayor de la aparición de la mascota.

—Tiene que revisarse, en caso de estar enferma —puntualizó Fugaku y la felina maulló. Sonó como a reclamo.

—Estoy de acuerdo con usted, padre, pero démosle unos días para que se calme —sugirió Itachi— Sería preocupante que si la asustamos de nuevo, ya no quiera regresar y le pase algo.

—Si no regresa, será por elección propia —señaló el padre de familia, que siempre hacía ese tipo de comentarios, como para deslindarse de responsabilidades con la felina.

—Esperemos unos días —Mikoto insistió.

—Si, esperemos. La estaré vigilando de todos modos —comentó Sasuke.

—Por cierto, padre. Ver que Princesa es tan inteligente como para entender que íbamos a llevarla al veterinario y se escondió, me recordó todas esas historias sobre los nekomata —comentó Itachi— Además de Princesa, no hemos tenido ninguna otra mascota en casa, así que no sé si sólo es nuestra falta de experiencia, pero pareciera que ella podría ser una de esos seres. ¿No cree?

Fugaku pareció nervioso con la pregunta, y de hecho, miró de reojo a la felina de forma rápida mientras esta comía sin mirar a nadie, como si no entendiera lo que ocurría.

—No lo sé. A veces me pregunto si son reales, pero es demasiada coincidencia de lo que pasa en nuestra familia en torno a los gatos. Especialmente la buena fortuna gracias a que los respetamos.

—¿Entonces usted nunca ha visto a un nekomata, padre? —Itachi insistió y Fugaku quedó en silencio algunos instantes antes de bajar los cubiertos y limpiarse la boca.

Al principio, el hombre pareció contrariado con la pregunta, incluso Itachi podría decir que su padre quería olvidarse del asunto, pero adoptó su postura erguida antes de hablar.

—En algunos días vamos a recibir algunos invitados importantes —dijo muy seriamente, mirando con bastante atención al mayor de sus hijos— Ellos pueden despejar las dudas que tengan sobre los nekomata.

—No me habías comentado nada, cariño. ¿Cuándo vendrán? ¿Qué debo preparar? —preguntó Mikoto sorprendida, pues su marido siempre le anunciaba con bastante anticipación si iban a recibir invitados para que ella tuviese tiempo de tener todo preparado.

—¿Invitados? ¿A qué vendrán? —preguntó Itachi, y tanto él como Sasuke, conectaban ese anuncio con aquello que Princesa les había dicho.

—Siendo honesto, no estoy muy seguro si vendrán. No he sabido nada de ellos desde hace un tiempo. No me dieron una fecha exacta. Sólo mencionaron que vendrían después del veinte de junio —respondió Fugaku y echó otra mirada a la felina que seguía sin inmutarse— Es probable que la visita se limite a una conferencia privada, pero después de ella, habrá una celebración con estas personas y allí es cuando debemos demostrar toda nuestra hospitalidad.

—¿Quiénes son estas personas? —preguntó Itachi, aunque toda la familia lo miraba con la misma duda.

—Ya les hablaré de ello en otra ocasión. Yo debo apresurarme para volver a la oficina —respondió Fugaku volviendo a tomar los cubiertos y apresurándose a comer.

Itachi y Sasuke aún tenían varias preguntas, convencidos de que su padre sabía algo sobre los nekomata, incluso, el hijo mayor sospechaba que su padre sabía que aquellas personas que los visitarían lo eran, pero que no había dicho nada, porque él creería que ellos lo pensarían un loco.

Ganarse el respeto de la gente no era nada sencillo, y a su padre le preocupaba perderlo, así que no era una locura que él no quisiera decir que creía en los nekomata porque los había visto, cuando las probabilidades de que alguien más le creyera era casi nula.

Por supuesto, Sasuke e Itachi ya sabían que los nekomata existían, y podría decirse que el menor de ellos era el más convencido después de ver a la chica con cola y orejas de gato.

—Quizá Princesa sea un nekomata —soltó Itachi y la gatita roja levantó la vista hacia él.

Itachi y Sasuke podían jurar que tenía el ceño fruncido.

—¿Se imaginan que así fuera? ¡Me haría ilusión! —intervino Mikoto riendo mientras miraba a la felina— Estoy segura que sería hermosa como humana.

—Sí, seguro sería linda —comentó Itachi para mirar a su hermano— ¿Tu no lo crees, Sasuke?

—Sigue siendo una gata —respondió Sasuke sonrojado y bajando la mirada a su plato esperando que nadie lo hubiese notado.

Princesa, por su parte, pareció confundida con la respuesta del chico.

—Bueno, si hacemos caso de las leyendas sobre los nekomata y nuestra familia, podrías casarte con Princesa si fuera una de ellos —comentó Itachi riendo— Además, al menos así le darías esperanza a nuestros padres de tener una novia, porque Princesa es el único ser femenino, además de madre, al que le demuestras afecto —notó no sólo que el color en las mejillas de su hermano aumentaba aún si intentaba ocultarlo, sino que la felina miraba atentamente a Sasuke— También es la única chica que te adora y revolotea alrededor tuyo y no te molesta que sea así, y pareciera que te cela.

—No digas estupideces —reclamó Sasuke sin poder levantar la mirada.

Princesa, que había estado esperando la respuesta del menor de los Uchiha caminó hasta él y comenzó a restregarse en él mientras ronroneaba.

—Mira, creo que a ella le gusta la idea —rió Itachi.

—¿Tener nietos que puedan convertirse en gatitos? Eso suena adorable —comentó Mikoto siguiendo la broma de su hijo mayor.

—Un matrimonio con un nekomata es un tema muy serio y que debe pensarse con detenimiento antes de celebrarlo —intervino Fugaku con rigidez— Por eso, en las leyendas, sólo se hacían esas bodas para reforzar el acuerdo entre ellos y nuestra familia.

—¡Oh, querido! Sólo estábamos bromeando, no te pongas tan serio —respondió Mikoto riendo— Además, aunque Princesa fuese una nekomata, Sasuke es muy joven para el matrimonio.

—No debemos tomarnos a broma las cosas de los nekomatas —regañó Fugaku y miraba con recelo a la felina.

La plática se fue desviando poco a poco dirigida por Mikoto e Itachi. En cuanto Fugaku terminó de comer, volvió a la oficina y Sasuke se mantuvo callado hasta que terminó y subió a su habitación con Princesa.

—Escucha, tengo tarea, así que quédate quieta y mientras no controles la transformación, trata de no salir de mi cuarto —le dijo mientras la dejaba en la cama y sacaba las cosas que necesitaba para hacer su tarea.

—¡Miau! —respondió la felina.

—No puedo entenderte con maullidos —respondió el azabache sin dejar su labor.

Mientras tanto, la felina caminó de un lado a otro sobre la cama dando algunos maullidos de vez en cuando, pero Sasuke siguió con su tarea tratando de no prestarle demasiada atención.

La verdad es que Sasuke tenía muchas preguntas que hacerle a Princesa, pero además de que sabía que ella no querría responderle, tampoco iba a entenderle mientras no pudiera transformarse a voluntad, así que decidió concentrarse en su tarea.

—¡Al fin! —se oyó a la pelirroja exclamar con alegría y por impulso, Sasuke volteó a verla.

Las mejillas de Sasuke se colorearon de rojo cuando notó que de nuevo, la chica frente a él estaba desnuda. No era la primera vez, pero no podía acostumbrarse.

—Ponte algo de ropa —dijo desviando la mirada y levantándose de la silla para buscarle algo que la cubriera.

Al mismo tiempo que Sasuke se levantaba, alguien abrió la puerta de su habitación.

—¡Vamos a casarnos! —exclamó la chica lanzándose hacia Sasuke con emoción.

—Regreso más tarde —se oyó la voz de Itachi que retrocedió y cerró la puerta de nuevo.

—¡No es…!

—Sasuke, vamos a casarnos —insistió la chica restregando su mejilla en la del joven poniéndolo más nervioso, así que no pudo llamar a su hermano.

—¡Basta, Princesa! —exclamó el joven sonrojado y tomándola por los hombros para alejarla— ¡Necesitas ponerte ropa!

—Pero quiero casarme contigo —insistió la pelirroja— Tu familia me aprueba.

—Ellos no saben que eres una nekomata, y estaban bromeando —trató de alejarla una vez más.

—Itachi si lo sabe.

—Él me estaba tomando el pelo.

Ella dejó de restregarse y levantó la mirada hacia él.

—¿De verdad no quieres casarte conmigo? —preguntó la chica con un gesto que denotaba tristeza y al mismo tiempo algo de enojo.

Sasuke quedó mudo al no saber qué contestar, pues aún se sentía muy confundido sobre la situación. Mentalmente aún no asimilaba que su adorada gatita fuese una nekomata que podía tomar forma humana, ni que ella le estuviese pidiendo matrimonio. Tampoco ayudaba el hecho de que ella seguía desnuda pegada a su cuerpo y las leyendas sobre los nekomata también golpeaban su mente.

Ofender a un nekomata no era nada bueno y temía que decirle que no podría hacerla sentir mal, pero tal como había dicho su padre, un matrimonio con un nekomata era algo serio, y no podía decirle que sí, únicamente para que dejara de insistir, pues ella se lo tomaría enserio.

—No sé quién seas, no te conozco —fue lo único que se le ocurrió decir y notó que ella iba a protestar— No puedo casarme con alguien que me oculta cosas —aquella era una excelente excusa— El matrimonio es confianza.

Ella infló las mejillas con la mirada baja, y Sasuke aprovechó el momento para buscarle la playera que le había prestado.

—Toma, póntela —le alcanzó la prenda.

—¿Te casarás conmigo cuando sepas quién soy? —ella le preguntó ignorando la playera.


¿Cómo se tomarán Mikoto y Fugaku cuando se enteren que Princesa es una nekomata después de la broma de Itachi? ¿Itachi realmente bromeaba? ¿La gente de la que hablaba Princesa es la misma de la que hablaba Fugaku? ¿Llegarán esas personas? Sasuke aceptará la propuesta de Princesa? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

No haré muy largas las introducciones ni las notas finales de los capítulos que estaré subiendo el día de hoy, no sólo para no agobiarlos, sino también para poder apresurarme en subir todo lo necesarios el día de hoy n.n

En caso de que aún no vean historias actualizadas, tengan un poco de paciencia, porque quizá, estoy trabajando en ello, aunque también podría ser la plataforma, ya que a veces, tardan un poco en mostrar las actualizaciones. Sin embargo, si no ven nada además de la historia de los gemelos después de dos días, por favor, avísenme en los comentarios para revisar si no hay algún problema.

Sin más por el momento, me despido por ahora n.n

¡Hasta la próxima actualización!