DISCLAIMER: Los personajes de The Loud House y Spider-Man no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos dueños y cualquier uso que se les dé aquí no busca remuneración alguna. Esta historia está escrita con fines lúdicos.

GylmarGeniusCat: La continuidad en The Loud House siempre me ha parecido un gran problema por falta de planificación o por considerarse algo poco relevante para la trama, como el hecho de que existan tres especiales del día de las bromas en menos de un año durante las primeras temporadas. Aquí trato de darle un orden cronológico más preciso, colocó el hecho de que Lincoln adquiera sus poderes antes de que Ronnie se mudará y que Lori fuera a la universidad, pero después de los eventos de No tanta suerte para justificar el hecho de que el protagonista cada vez apareciera menos en la serie (por estar salvando el día). Gracias por la sugerencia, haré párrafos más cortos para que la lectura sea más amena.

Alphared45667 y Pedro Alonso Buby Huayanay Zam; ¡Debería haber más baños para hombres en ciertos lugares!

Capítulo 12: ¡Orígenes! Parte 2

Lincoln había tejido con sus telarañas un pequeño columpio en el cual había subido a Darcy para jugar con ella:

- ¿Entonces te enfrentaste a tu mejor amigo? - preguntó la pequeña mientras se sujetaba de las pequeñas asas del columpio al mismo tiempo que el peli blanco la empujaba de manera periódica para mantener la amplitud de las oscilaciones.

-Lamentablemente sí- asintió con su cabeza el chico.

Una niña corría a toda velocidad con un cachorrito en las manos, el animal tenía moretones y lloraba, unos chicos más grandes que ella la acorralaron en un callejón y le exigían que les entregara al perro, la pequeña se aferraba con todas sus fuerzas al cachorro y lo protegía con su pequeño cuerpo para que no se lo llevarán, fue entonces que baje a toda velocidad con la pose más heroica que se me ocurrió: con mis puños cerrados en forma de jarra sobre mi cintura, mis piernas un poco abiertas, levantando la mirada y sacando mi pecho para parecer más intimidante. Chandler y sus amigos se sobresaltaron al verme y salieron corriendo con mi sola presencia, inmediatamente voltee a ver a La Niña, quien al igual que el perrito me miraban con expectación:

- ¿Están bien? - pregunté con un tono de voz tranquilo y con una sonrisa como si ella fuera capaz de ver a través de mi máscara.

-Ss sí- me contestó nerviosa.

-Fue muy valiente lo que hiciste, ¿cómo te llamas? -

-La La Lana, Lana Loud-

- ¿Por qué no llevamos a este amigo al veterinario? -

Ella asintió con una gran sonrisa e inmediatamente tomó mi mano para sentirse protegida. Durante el camino Lana me contó lo mucho que amaba a los animales y lo feliz que se sentía al conocerme. Yo le quité su gorra roja y comencé a frotar su cabello rubio como una muestra de cariño:

-Siento que esté un poco pegajoso- me dijo con una risa nerviosa.

No se lo vayan a contar a nadie y no crean que soy un acosador, pero cada día iba Greate Lakes City para ver a Ronnie sin que ella se diera cuenta desde la cima de los edificios y reía con las aventuras que tenía con su amiga Sid y los Casagrandes, a veces me sentía con la tentación de bajar para ayudarla cuando veía que las cosas se salían de control, pero sin importar que tan difícil fuera una circunstancia, ella se las ingeniaba para solucionar todo. Aunque, principalmente iba a la gran ciudad porque últimamente se reportaban ataques de una criatura antropomórfica, y no podía permitir que le pasara nada malo a Ronnie y claramente a los demás civiles. No había una foto precisa de lo que los periódicos denominaban "lagartija gigante", pero los testimonios de los trabajadores del subterráneo aseguraban que se trataba de un monstruo de por lo menos tres metros de altura, piel verde y escamosa, ojos rojos, hocico alargado y lo más curioso es que vestía una bata blanca de científico rasgada. Debo admitir que me parecía algo difícil de creer, pero al hacer una breve recapitulación de lo que me había ocurrido en los últimos días parecía algo posible, así que debía investigar y por desgracia ya sabía por dónde empezar: el drenaje. Este apestaba, estaba oscuro y había un gigantesco río de aguas negras con todo tipo de desechos, no era el mejor lugar para estar y comenzaba a marearme, estaba seguro de que Ace Sevvy no se metería en aquel lugar ni de chiste.

Comenzaba a aburrirme y desesperarme al no encontrar nada y por un momento creí que me había tragado inocentemente una ridícula leyenda urbana, pero entonces noté algo particular en las paredes del sistema de drenaje: rasguños gigantescos que solo una criatura mitológica hubiera podido dejar. En ese momento, mi sentido arácnido se activó y antes de que pudiera reaccionar, algo me tomó y me sumergió violentamente al fondo de las aguas negras. Lucy me contaba para asustarme que en el sistema de alcantarillado de las ciudades vivian gigantescos cocodrilos mutantes que habían sido desechados de crías por sus dueños en los inodoros, me parecía una tontería, pero al ver tan de cerca lo que me atacó prometí en ese momento nunca volver a dudar de las historias de Lucy por muy absurdas que parecieran, un enorme lagarto me tenía abrazado, mis ojos ardían y el aire se me estaba acabando. Déjenme revelarles un dato que quizá muchos de ustedes no conozcan: en cada batalla con algún delincuente sin poderes es necesario que mida mi fuerza o podría matar a alguien de un solo golpe, pero en este caso debía hacer uso de toda mi fuerza si quería sobrevivir. Por lo que apreté mis puños y comencé a golpear en el hocico a aquel lagarto gigante logrando aturdirlo, aunque su piel era muy gruesa, provocando que mis nudillos ardieran. Pero aquello no lo detendría, comenzó a perseguirme a través de la corriente, lo positivo fue que logré meterme por una pequeña abertura del canal por la que aquel monstruo no podría seguirme por su enorme volumen. Las aguas negras me arrastraron hasta llevarme a un depósito de purificación. Así que aquella criatura es real, la pregunta ahora era ¿cómo la detendría? Si llevaba una bata de científico debía haber sido un humano que sufrió una transformación, por lo que si le quedaba algo de racionalidad no se atrevería a salir a las calles en ese estado, debía encontrar una forma de devolverlo a la normalidad, pero ¿cómo?

Regrese a casa para trazar un plan en mi habitación; mala decisión, ¿cómo se me ocurrió que podría estar tranquilo con todas mis hermanas en mi casa pidiéndome que las ayudará? Después de ser el banco para los pies de Lori, ayudar con la bastilla del nuevo poncho de Leni, afinar la guitarra de Luna, escuchar los chistes de Luan, lavar la ropa de Lynn, ayudar a Lucy con su manicura, ayudar a Lana a encontrar a brinquitos, planchar los vestidos de Lola, leerle un cuento a Lily y sacar la basura, finalmente llegó el turno de Lisa:

-Lincoln, necesito que pruebes esta galleta-el postre en verdad parecía delicioso y tenía chispas de chocolate, pero tenía miedo de que, no lo sé, ¡me matara! - quiero ver si por fin logré que el efecto bioluminiscente de la Medusa Aequorea victoria sea más prolongado para evitar el inconveniente que ocurrió durante la última falla de electricidad en nuestra residencia-

Era arriesgado, pero ante mi falta de ideas, solo se me ocurrió una forma de conseguir respuestas:

-Oye Lisa, comeré esta galleta, pero si me contestas unas preguntas-

-Y ahora ¿en qué absurda pregunta quieres que desperdicie mi intelecto? -

-Es para mi clase de biología, ¿cómo un depredador rastrea a un reptil? -

Mi pregunta pareció captar su atención pues su mirada dejó de ser indiferente:

-No lo hacen, muchos reptiles están en la cima de sus cadenas alimenticias-

-Deben tener sus debilidades, ¿no? -

Lisa dejó de apuntar en su libreta y me miró fijamente:

-Debido a su sangre fría pueden reaccionar de forma negativa ante los cambios bruscos de temperatura, pero primero se les debe atrapar- contestó mi hermana-

Mi mente comenzó a formular un plan ante sus palabras, era complicado, pero tener una hermana genio tenía sus ventajas, no necesitas internet si tienes una enciclopedia viviente:

- ¡Ahora puedes comer la galleta- me dijo mirándome con esa mirada de científica loca que podía aterrar hasta al más valiente!

¡Rayos!, me pregunté en ese momento si realmente valía la pena ser un conejo de prueba a cambio de aquella información, de cualquier forma, me hubiera logrado convencer. Cerré mis ojos e introduje la galleta en mi boca, la cual en realidad no estaba tan mal, de hecho, era la galleta más deliciosa que había….. pequeñas chispas semejantes a cohetes comenzaron a salir de mi boca.

- ¡Agua!, ¡agua!, ¡agua! - suplique, a lo que Lisa me paso una botella de la cual procedí a beber, el líquido sabía extraño, pero logró quitarme el fuego de la boca, aunque en todo el cuerpo comenzaron a salirme pequeñas ronchas que me producían una picaron tan grande por la que no podía dejar de rascarme- ¿Que rayos me diste Lisa?

-Tranquilo, se te quitará con agua fría, sirve que aprovechas para ducharte, ¡apestas a drenaje! - dijo antes de retirarse.

Después de tomar un baño, recibí un mensaje de Clyde:

-Te veo en 10 minutos en mi casa-

¡Estupendo!, ha este paso detendría al lagarto cuando terminara la secundaria, llegue a la casa de mi mejor amigo y me sorprendió ver su silla de ruedas hecha trizas en la entrada de la residencia, comencé a alterarme e ingrese para averiguar si nada malo había ocurrido, fue entonces que alguien me tomó del cuello por la espalda e instintivamente lo tomé del brazo y lo arrojé hacia adelante, resultaba que mi atacante era el propio Clyde:

- ¡Lo siento!, ¿estás bien? - pregunté preocupado.

-Si- me dijo sobando su cabeza por el dolor e incorporándose-no sabía que estudiabas karate Lincoln.

-Je… je, mmm tengo una hermana que practica más de 50 disciplinas, ¡debo saber algo! - conteste de forma nerviosa- pero ¿cómo es posible que….

- ¿Que pueda caminar?, ¡yo también estoy sorprendido!, acabo de despertar y tenía nuevamente movilidad en las piernas. ¿Una carrera al parque? -

-En realidad, estoy muy….

- ¡FUERA! - Clyde comenzó a correr y yo lo seguía con un poco de dificultad, vaya, creo que si no fuera por mis poderes ni siquiera sería capaz de verle el polvo. Por lo menos había una buena noticia en medio de la amenaza de lagarto-

Llegamos al parque y Clyde comenzó a escalar un gigantesco árbol con suma facilidad y a toda prisa:

-Clyde, ¡Baja de ahí!, puedes caer- le grite para advertirle, pero no me hizo caso, así que también trepe el árbol, solo esperaba que no se fuera a quebrar ninguna rama. Nunca había visto a Clyde tan entusiasmado y nunca imaginé que podía ser así de hábil ni que tuviera tan buena condición física.

Llegamos a la cima del árbol, donde Clyde ya me esperaba colgado con sus dos piernas de una rama boca abajo, yo trataba de recuperar el aliento:

-En verdad eres rápido- le dije con dificultad.

-Nunca me había sentido tan vivo Lincoln, ¡siento que soy capaz de hacer lo que sea!

-Me alegra que ya te hayas recuperado, ¡en verdad es milagroso ese tratamiento que te dieron! - le dije mientras me sentaba.

-Todo gracias a ti, tú me ayudaste mucho en estos días tan difíciles-

-Para eso están los amigos ¿no?, ¿lo recuerdas?, ¡Clincoln McLoud por siempre! -

Los dos chocamos el puño, estábamos en el árbol más grande del parque y la vista era sencillamente espectacular. Pero aquel momento fue interrumpido cuando Clyde comenzó a quejarse:

- ¿Está todo bien? -

- ¡No!, aún tengo secuelas de mi enfermedad y necesito aplicarme tres cargas por día de un antídoto o una terrible jaqueca me ataca. El problema es que ya no tengo ninguna en casa y las otras se encuentran en industrias McBride-

-Si quieres yo puedo ir a pedirle a tus padres que me den algunas-

No parecía muy convencido al principio, pero su pésimo estado no lo dejó rechazar mi ayuda. Lo acompañé a casa y conforme caminábamos, noté que Clyde caminaba más lento y parecía alterado. Comenzaba a formular una teoría en mi cabeza, solo esperaba que mis suposiciones fueran erróneas: No lo olviden, ¡el sistema de ventilación es un buen lugar para pasar inadvertido y espiar a la gente! Fue así que me infiltre en industrias McBride como spider-kid y me arrastre por los ductos, mi enclenque cuerpo de Niño era perfecto para desplazarme libremente: había polilla, algo de polvo y el ambiente era bochornoso, pero debía confirmar mi teoría a toda costa. Por lo que después de pasar por varias entradas de ventilación donde había personas trabajando en sus tabletas mientras caminaban o hablaban entre sí, llegué a mi destino: la oficina de los señores McBride.

- ¿Cómo le aplicaremos el antídoto sin que se dé cuenta? - preguntó el señor Harold.

-Esperaremos a que esté dormido y esta misma noche actuaremos antes de que haya otro ataque- respondió Howard.

-Si hubiera sabido que esto pasaría, ¡jamás habría utilizado ese tratamiento! - dijo Harold sobando sus sienes estresado.

- ¡Era la única forma de salvar su vida! - contestó gritando Howard- ¡siento gritar!, no te preocupes, esta noche todo habrá terminado.

Los dos hombres dejaron la habitación y tras esperar un par de minutos para asegurarme de que nadie regresara, bajé con ayuda de mi telaraña y me acerqué al escritorio para tomar un frasco de cristal en forma de cilindro que contenía una fórmula burbujeante amarillenta etiquetada como: "limpiador de genes de reptil". No me fue difícil hilar los Cabos sueltos acerca de lo que ocurría: los extraños comportamientos de Clyde y su milagrosa recuperación no podían ser puramente coincidencia con las recientes apariciones del lagarto. Entiendo que un padre haría lo que fuera por sus hijos y lo más fácil era esperar a que los señores McBride curaran a Clyde, pero algo en mi interior me decía que tomara uno de esos frascos y que me asegurara personalmente de que todo estuviera bien, ¡no permitirá otro ataque del lagarto mientras pudiera evitarlo! Regresé lo más rápido que pude en mi forma de civil a casa de Clyde para aplicarle el segundo antídoto, pero cuando llegué, la residencia estaba en ruinas, varios objetos estaban destrozados y la ventana del cuarto de Clyde estaba rota, junto a ella estaba el álbum escolar con todas las fotos en las que aparecía Chandler rotas. ¡Oh no!, esto era simplemente genial: mi mejor amigo se había convertido en un lagarto gigante y ahora, como una broma de la vida, debía salvar a mi bravucón, ¡no era suficiente con permitir que me siguiera molestando y no vengarme de él! Bien, si yo fuera alguien sin corazón, ¿en dónde estaría?, seguramente molestando a alguien y por mi experiencia de la mañana, ya me daba una idea de en donde podía estar, solo esperaba no llegar tarde.

Contrario a lo que se podía pensar, Lana odiaba los zoológicos, ver a los animales enjaulados en lugar de en sus hábitats naturales se le hacía algo abominable, además de que mucha gente aprovechaba para maltratar a los animales ante la falta de personal de seguridad: perfecto lugar para un bravucón como Chandler, fastidiar a seres más débiles o que no podían defenderse era una de sus especialidades. Normalmente el zoológico era un lugar donde las familias pasaban sus domingos por la tarde conviviendo, pero ahora era un completo caos, la gente huía a toda prisa y entre ellos se encontraba Chandler, a quien venía persiguiendo el lagarto, amenazando con triturarlo con sus afiladas filas de dientes. ¿Han oído la frase "haz el bien sin mirar a quién" ?, pues esa es mi frase, porque si conoces lo despreciable que pueden llegar a ser algunas personas quizá ya no las quieras ayudar. Todos merecemos una segunda oportunidad para ser mejores personas, ¡hasta Chandler!, por mucho que me costara admitirlo, no era justo que despedazaran a un chico de secundaria que utilizaba la violencia para sentirse mejor consigo mismo, por lo que después de ver como Chandler huía por su vida de forma ridícula, envolví la mandíbula del lagarto para que no se comiera a Chandler o le produciría dolor de estómago a Clyde por comer cosas en estado de putrefacción. Aprovechando que el lagarto intentaba liberar su hocico, tomé a Chandler y lo llevé conmigo columpiándome para ponerlo en un lugar seguro:

- ¿Qué haces fenómeno?, ¡suéltame ahora mismo! - me exigió Chandler.

- ¡Oye!, eres la damisela en apuros más fastidiosa que he rescatado, también la más fea, pesada y la primera-

Después de llevar a Chandler fuera del zoológico y asegurarme de que todos los civiles estuvieran a salvo, lagarto comenzó a arrojarme todo lo que tuviera enfrente (piedras enormes, juguetes y hasta cestos de basura) con lujo de violencia para derribarme:

-Esto te dolerá más a mí que a ti Clyde- dije para después intentar darle una patada, algo que él previno primero y me lanzó fácilmente como muñeco de trapo viejo contra una pared- sí, ¡definitivamente me dolió más a mí que a ti! - exclamé sujetando mi abdomen por el dolor.

El lagarto planeaba darme otro golpe con su cola que a duras penas pude esquivar gracias a mi sentido arácnido que me saco de mi autocompadecimiento, pero la pobre pared quedó hecho trizas por el potente impacto. A cinco metros de altura, no esperaba que el lagarto también brincara para continuar atacándome, el problema de mi sentido arácnido es que en lo que mi cuerpo recibía la señal para actuar, mi enemigo ya estaba dos pasos adelante de mí. Comencé a envolverlo en un capullo de telaraña para inmovilizarlo y así hacer que bebiera el limpiador de genes. Lamentablemente subestimé la fuerza de mi mejor amigo, quien rompió mis telarañas fácilmente y empezó a perseguirme, mientras huía, recordé las palabras que me había dicho Lisa: "Debido a su sangre fría pueden reaccionar de forma negativa ante los cambios bruscos de temperatura, pero primero se les debe atrapar". ¡Eso es!, si lograba llevar al lagarto al estanque de los osos polares, el agua helada alentaría a Clyde lo suficiente para hacerlo beber el limpiador de genes. Usándome de carnada, ambos intercambiamos golpes y patadas en un estanque con temperaturas bajo cero, pero mi plan resultó un éxito, logré aplicarle el antídoto a Clyde, quien a los pocos segundos volvió a su forma normal. Clyde me miró por unos breves momentos antes de desmayarse, por lo que solamente lo lleve a casa. No imaginaba que yo también mutaría después en una criatura arácnida que pondría en riesgo la vida de las personas a las que amo.

- ¿Así que eso fue cierto? - me preguntó Darcy interrumpiendo mi relato, completamente estupefacta.

-Si- admitió el chico desalentado- es por ello que visitarte será la última acción que haga spider-kid- contestó Lincoln.

La chica pareció comprender rápidamente las palabras de Lincoln, pues su semblante cambió drásticamente:

- ¡NO!, ¡TU NO PUEDES RENUNCIAR!, aquello no fue tu culpa, ¡NO TE RINDAS!, ¡TÚ PUEDES HACER LO QUE SEA! - expresó Darcy.

-Ojalá pudiera salvar a todos, regresar en el tiempo o ¡curar las enfermedades! -

-TU NUNCA RENUNCIAS, ¡POR ESO ERES MI HÉROE! -

Estar al lado de una niña tan pequeña al borde de la muerte sobrepasaba los límites de la entereza de Lincoln, quien planeaba irse por una ventana antes de comenzar a llorar. Era completamente injusto, había millones de personas que cometían actos terribles, ¿porque ellos podían vivir como si nada mientras que una inocente niña debía fallecer?

-No te marcharás todavía ¿verdad? - preguntó Darcy corriendo para impedir que spider-kid se marchara.

-Necesito columpiarme para aclarar mi mente- respondió Lincoln.

- ¿Puedo ir contigo? - preguntó la pequeña tomando a spider-kid de la pierna.

-No Darcy, no es una buena idea-

- ¡Por favor!, tan solo quiero ver el mundo como tú lo ves, antes de que….

-Está bien, ¡pero lleva un suéter! -

Darcy comenzó a brincar de la emoción como si acabara de escuchar que le habían regalado una juguetería entera para ella solita. Darcy iba colgada de la espalda de Lincoln rodeando el cuello del Niño con sus brazos, les temía a las alturas, pero al lado de su héroe no había nada que temer: estaba viviendo el sueño de cualquiera y realmente era una oportunidad única en la vida. Ambos pequeños se sentaron en el borde de la azotea de un edificio para admirar la Luna llena y descansar un poco de su travesía, mientras compartían una barra chocolate, Darcy quería pedirle un favor a spider-kid, pero antes de que pudiera hacerlo, una nube de humo verde comenzó a rodearlos:

-Darcy, ¡escóndete! - ordenó spider-kid llevando a La Niña detrás de unas cajas de madera que se encontraban ahí.

-Comenzaba a preocuparme spider-kid, ¿qué opinas de que ahora toda la ciudad te odia? - preguntó misterio mientras hacía su clásica entrada teatral.

- ¡Eso no cuenta si fue a base de calumnias! - exclamó spider-kid mientras se colocaba detrás del villano para arrebatarle su máscara en forma de esfera de cristal-

-Entonces tendremos que darles motivos reales amigo- contestó misterio con burla, ya que cuando El Niño araña intentó desenmascararlo, un gas se liberó provocando que el infante perdiera el conocimiento, entonces misterio procedió a cargar al inconsciente chico para llevárselo- dulces sueños arañita.

Mientras ambos se alejaban, se escuchaba la súplica desesperada de una niña que veía con tristeza a su héroe derrotado: ¡NO!, ¡NO LASTIMES A SPIDER-KID!.

Continuará….