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Capítulo 8
JJ se arrastró hasta el cuarto de baño, medio dormida y agarrándose la tripa. Tenía un dolor de ovarios horrible, y sabía exactamente porqué. Otro mes más, su sueño no se cumplía. Se lavó las manos y se echó agua en la cara. Se tomó una pastilla para el dolor y volvió a la cama.
Se abrazó a Will, que gimió cuando sintió sus brazos alrededor de su estómago, y se apretó un poco más contra él.
-¿Qué hora es, Jayje? -murmuró él.
-Las 11:10.
-Deberíamos levantarnos.
-Un poco más. Nos hemos acostado muy tarde -replicó ella.
Will se dio la vuelta quedando frente a ella.
-¿Qué pasa, JJ?
-Me ha bajado la regla…otra vez -susurró, al borde de las lágrimas.
-Oh, cariño, no te preocupes. Cuando menos lo esperemos, nuestro pequeño milagro llegará. Ya lo verás.
-¿Pero y si tenemos algún problema? ¿Y si no podemos concebir por nosotros mismos?
-Entonces buscaremos ayuda. Pero no nos daremos por vencidos, ¿de acuerdo?
Ella sonrió, llorosa, y dejó que la abrazara un poco más. Era su lugar favorito donde refugiarse y sentirse segura, los brazos de su marido.
Emily se apretó más el abrigo mientras esperaba que le abrieran la puerta. Bostezó con exageración mientras subía las escaleras. Había dormido toda la mañana, y se despertó pasadas las dos de la tarde cuando Negrito le lamió la cara. Le gritó varios improperios a Erin por dejar que el gato entrara en su habitación y la despertara, pero como era habitual, su hermana no le hizo caso. Cuando consiguió despejarse, se dio cuenta que seguía igual de confusa que al dormirse, y que necesitaba una segunda opinión. Iba a hablar con Erin, pero no la encontró, así que comió algo rápido, se duchó más rápido todavía, y aquí estaba ahora, en casa de su mejor amiga.
-Hey Will, siento venir sin avisar, pero necesito hablar un momento con JJ -dijo cuando entró en el piso.
-Tranquila, Em. Siempre eres bienvenida. JJ está en el dormitorio.
-¿Está enferma? -Emily frunció el ceño-. Anoche estaba bien…
-No, no es eso. Es…lo de siempre, ya sabes -Will se encogió de hombros.
-Oh, claro. No te preocupes, hablaré con ella. Intentaré animarla.
Ambos sonrieron, y Emily se dirigió al dormitorio de JJ. La encontró acostada y tapada hasta la cabeza. A Emily se le encogió el corazón. Se sentó a su lado y la destapó. JJ protestó.
-¡Emmmm!
-No puedes pasarte la tarde así Jayje.
-¡Sí puedo! -se quejó, volviendo a taparse la cabeza.
-¡No puedes! -volvió a destaparla-. Sobre todo porque necesito consejo, Jayje.
Eso llamó la atención de la rubia, que se sentó, apoyándose contra el cabecero.
-Cuéntame, amiga. Soy toda oídos.
Emily se sentó a su lado, y suspiró.
-Pues…creo que tenías razón ayer. No puedo olvidar al vaquero. No sé qué me pasa, JJ, es cómo si se hubiera enquistado en mi mente y no puedo sacarlo. Tiene una sonrisa encantadora, una mirada profunda, unos músculos perfectos…y ese color de piel, café con leche o chocolate…-Emily se mordió el labio inferior.
-Uy, ¡tú te has enamorado! -JJ se burló de ella.
-¡Qué no! Bueno, no lo sé. Es que nunca me he enamorado antes…-susurró ella.
-Por lo que me has descrito Emily, es que estás enamorada.
-Pero no sé qué hacer…porque no sé su nombre, ni nada sobre él. Excepto que probablemente tenga novia, la chica con la que parecía muy cariñoso ayer -Emily se tapó la cara con las manos, frustrada.
-Eso tampoco lo sabes con seguridad. No des nada por hecho. Podemos volver el Sábado que viene, a lo mejor de casualidad vuelva con su grupo de amigos y puedas, por fin, hablar con él.
-Si, de acuerdo. Pero no le cuentes nada a Penélope de momento, sino no me dejará en paz toda la semana. Ya sabes lo intensa que se pone.
-De acuerdo -JJ sonrió-. Por cierto, hay otro detallito…¿tú no estabas saliendo con Aaron?
-Saliendo como saliendo…todavía no. Es un hombre encantador, pero creo que no íbamos a encajar bien. Pero tengo un plan para él -la morena sonrió enigmática.
-¿Qué vas a hacer Emily? -preguntó JJ con seriedad.
-Creo que hará mejor pareja con Erin, así que los juntaré, pero sin que ninguno se dé cuenta.
Su amiga la miró durante un instante, luego desvió la mirada y bufó, sacudiendo la cabeza. Emily frunció el ceño ante su gesto.
-¿Qué pasa? ¿No te parece una buena idea?
-Según me dijiste ayer, Aaron es abogado ¿no? ¿Y piensas que lo mejor para tu hermana es salir con otro abogado? Creo que antes de hacer eso prefiere suicidarse.
-Pero no me compares al cabrón de mi ex cuñado con Aaron. Él es dulce, atento, cariñoso, y sé que le hará mucho bien a Erin. Hazme caso, la conozco bien.
-Está bien, espero que luego no tengas que lamentarlo.
-¡Qué dramática, Jayje!
-Dime una cosa…¿harías lo mismo si el vaquero no se hubiera cruzado en tu vida?
-Probablemente. Aaron es una buena persona, y aunque él y yo no llegaríamos muy lejos, es alguien que mereces tener en tu vida. Y si no es como pareja, que sea al menos como cuñado.
Las dos amigas rieron, y luego el silencio se instaló entre ellas de nuevo. JJ miró por la ventana, ausente. Emily apoyó su cabeza en su hombro, y le cogió la mano.
-Jayje, sabes que algún día lo conseguirás ¿verdad? Que porque ahora no funcione, no significa que pronto no tengamos a un pequeño rubito correteando por aquí.
-Lo sé. Es sólo que cada mes me decepciono un poco más, porque creo que es el mes y luego…-fue bajando poco a poco la voz.
-Es normal. Pero no puedes perder la fe, rubia, porque algún día, estoy segura que más pronto que tarde, serás una gran madre.
-Muchas gracias, Em. Te adoro -JJ abrazó a su amiga.
-Y yo a ti. Me voy, he quedado con Aaron.
Emily se despidió de JJ con otro fuerte abrazo, y saludó a Will con la mano al pasar por el salón. Luego, salió de la casa.
-Ya veo que entonces lo pasasteis bien ¿no? -preguntó Aaron riendo, pasándole el móvil a Emily.
Estaban sentados en su sofá, tomando un chocolate caliente, y Emily acababa de enseñarle las fotos que hicieron ella y sus amigos la noche anterior.
-Si, fue genial. En realidad siempre lo pasamos genial. Ayer, a parte de celebrar Hallowen, también celebrábamos el cumpleaños de Spencer, que fue el Martes. Así que una excusa más para quedar y beber.
-Creo, sin temor a equivocarme, que no necesitáis excusa para quedar y beber -dijo Aaron divertido.
-Tienes razón, no te equivocas -Emily rio también.
-¿Y Erin no salió con vosotros? -preguntó Aaron bebiendo de su taza de chocolate.
-¿Erin? Si quisiera que saliera de fiesta con nosotros tendría que sacarla por los pelos. Mi hermana no es de fiestas. De todas formas, ayer salió a tomar algo con una amiga, a un lugar tranquilo, por supuesto.
-Al menos salió, entonces -Emily asintió.
-¿Y qué tal tu semana? Me dijiste que tuviste mucho trabajo ¿no?
-Si. Fue una semana de locos. Cerramos un caso importante, y estamos trabajando en otro también importante. Ayer salí del despacho a las seis de la tarde. Normalmente no trabajo los fines de semana, pero estos casos nos tienen absorbidos.
-Vaya. Lo siento mucho.
-Por cierto, el Miércoles hablé durante unos minutos con Dave, me dijo que le contaste que nos habíamos conocido.
-Eh, si -Emily sintió cómo su cara se volvía de un rojo brillante-. Normalmente no diría nada, pero me pareció lo mejor. Aunque no sé cuánto os veis vosotros ni nada, pero preferí hacerlo.
-Somos buenos amigos, pero el trabajo nos impide vernos a menudo. Aunque siempre intentamos que al menos sea un par de veces al mes.
-Eso está bien -miró el reloj-. Tengo que irme, ¿pero qué te parece si el Martes quedamos a cenar en mi casa?
-Me parece perfecto -Aaron sonrió-. ¿Vas a cocinar tú?
-¿Yo? Nos moriríamos de hambre. ¿Te gusta la comida china? -él asintió-. Pues es lo que comeremos.
-Perfecto.
-Vamos hablando entonces, ya te diré la hora.
Emily se levantó y se puso el abrigo. Aaron la acompañó a la puerta, y la besó. Se separó rápidamente, aunque con disimulo, no quería que se sintiera mal. Por una parte, le daba pena, porque besaba de muerte (y no digamos en la cama), pero ya había empezado a poner su plan en marcha. Y esperaba que el destino le dejara volver a ver al vaquero moreno, ése que le había robado el corazón.
Continuará…
