CAPÍTULO LXVIII
CLANDESTINO
(Hace varios días)
Deseoso de diversión que para él no representaba otra cosa más que un medio para meterse en problemas, el capitán Kozlov recorría las casi solitarias y aún muy oscuras calles.
"Pensé que este sitio sería diferente, pero a decir verdad es muy aburrido. Al menos en donde estaba no me faltaba nada", pensando en todo lo que tenía al alcance gracias a su tío, el general Mikhailov, con tono de hartazgo murmuró.
Deteniéndose bajo la luz de la única farola que iluminaba aquella acera, se quedó observando los pocos autos militares que a esa hora transitaban, luego encendió el último cigarrillo que le quedaba.
"¿Qué harán esta bola de imbéciles para divertirse?", fue la pregunta a la que se vio obligado.
"Buenas noches", de pronto a su espalda una voz irrumpió.
Kozlov se volvió, contemplando a un joven oficial; "¿Me hablas a mi?"
"¿A quién más?", juguetón expreso, pero en cuanto descubrió que se trataba de un superior, cambió ese semblante. "Disculpe, capitán"
"¿Se puede saber que hace a esta hora, sargento?", inflamando el pecho en orgullo, se llevó una de las manos dentro del bolsillo del pantalón.
"No es nada, capitán. Lamento haberlo importunado"
Desconfiando Kozlov torció los labios;" Te ordeno que hables… ¿Por qué me has abordado?. Supongo que alguna muy buena razón tendrás, ¿No?"
"Pensé que se trataba de alguien más, señor", titubeante replicó.
Notando que oculto en el abrigo llevaba algo, el capitán sonrió con malicia; "Le vuelvo a preguntar, ¿Qué hace a esta hora, sargento?"
"Salí para buscar…"
"¡Ah, ya entiendo!. Nos vamos entendiendo, lo mismo estoy buscando. Pero no sé porque pienso que me estas mintiendo"
"Para nada, señor", con dificultad, el soldado trago saliva.
"¿Más bien no serás un ladrón?"
"Por supuesto que no, señor"
"Entonces dígame qué es lo que esconde en los bolsillos"
"No es nada"
"¿Qué no me escucho?", furioso gritó, olvidando preguntarle lo principal, su nombre.
Ante eso al hombre no le quedó de otra más que mostrarle.
"¡Vaya!", sorprendido Kozlov sonrió.
Sabiendo que por llevar aquellas botellas de vodka recibiría un bien merecido castigo, el joven dejó caer sus hombros en señal de rendición.
"Sargento, sé que por orden del general Volkov el alcohol está prohibido en toda esta parte de la ciudad. Lo que significa que ni los oficiales de menor rango, ni aún siquiera los superiores pueden hacerse de él. Dicha orden también incluye a los civiles, ¿O acaso me equivocó?"
"No, señor"
"Entonces supongo que es consciente de la terrible falta que cometió... así que veamos, ¿Qué castigo pueden otorgarle?"
"Capitán, yo…"
"Silencio, no le he dado derecho de hablar"
Del lado contrario de la acera, una joven pareja de civiles caminaba tomada del brazo.
"Primero el cine y próximamente el teatro, estoy seguro de que pronto podremos ir a bailar", expresó el chiquillo.
"Hace tanto que no lo hago, que espero no haber olvidado cómo se hace", riendo un poco aquella rubia expresó.
"Dígame, sargento ¿Cómo consiguió esto?"
Y aunque se encontraba antes las órdenes de un superior, se mordió los secos labios.
"Responda, ¿O desea que lo envíe a prisión por desobedecer y aún más, por ocultar esto?"
"Ante la prohibición del general Volkov un pequeño grupo de soldados aprovechamos la situación. En una bodega cercana lo elaboramos y lo distribuimos a un buen precio... soy el encargado llevarlo"
"Así que cuando me vio pensó que sin duda estaría interesado en comprarlo, ¿No?", llevando el cigarrillo a sus labios, preguntó.
"Así ha sido, señor"
"Bien, veamos de qué forma puedo ayudarle", pensativo cruzó los brazos sobre su pecho. "Ya sé, hagamos un trato. Tú y tus amigos me harán partícipe de su negocio, lo que significa que compartirán conmigo parte de sus ganancias, pero también tendrás que decirme dónde está la bodega, a cambio no los reportare", despojándolo de ambas botellas, colocó una en el bolsillo de su abrigo.
"Como usted ordene, señor"
Contento con su botín, Kozlov destapó la otra, llevándola con rapidez a sus sedientos labios.
"¿Qué pasa ahí?", observando que aquellos dos oficiales parecían discutir, la pareja de jóvenes se detuvo.
"Wilhelm, no es asunto nuestro", ella expresó.
"Mira, tienen alcohol"
"Será mejor que nos vayamos, no nos importa", ella añadió.
"No, ahora está prohibido, quizás pueda..."
Sintiéndose observado Kozlov volvió la mirada, encontrándose con aquellos dos. "Ustedes, ¿qué miran?", iracundo gritó mientras dirigía sus pasos hacia ellos.
"Vámonos", la mujer dijo.
Aprovechando el descuido del ya ebrio capitán, el sargento se dio a la huida, perdiéndose entre las sombras que los muros le ofrecían.
"Hijo de perra, vuelve aquí", molesto, Kozlov chillo.
(Presente)
Sin abrir los ojos, pero ya habiendo despertado, la aguamarina sonreía con la más pura alegría que una mujer puede llegar a experimentar.
"Mucha razón tiene la médico, últimamente te estás volviendo muy inquieto... Espera, me duele", contenta expresó mientras acariciaba su vientre y una vez más intentaba imaginar cómo sería el rostro de su bebé.
Pensando que aún estaba lejos de amanecer, giró sobre su propio cuerpo, momento justo en que sonó el reloj.
"Qué extraño", consultando la hora descubrió que ya eran las ocho de la mañana.
Poniéndose de pie dirigió sus pasos hacia la ventana y levantando la cortina, contempló como la claridad de la mañana era totalmente bloqueada por las densas nubes que del Sureste provenían.
"La época de lluvia ha regresado. Clara señal de que se acerca el verano", emocionada murmuró y acto seguido en el espejo del fondo a detalle se contempló. "¡Dioses!, no puedo evitar pensar que hace un año mi vida era totalmente diferente, pero eso qué más da, el presente es mejor", dijo y entonces por un instante esa agradable mueca dio pasó a una de tristeza. "No, no hay tiempo para pensar en males ni para llorar, hoy hace un hermoso día", y apenas dijo, un violento estruendo seguido del rayo surcó los cielos. "No, no importa que tan mal este el clima si mi corazón reboza de alegría"
(En las granjas)
Supervisando que todo el trabajo se llevará a cabo como él lo había ordenado, Haruka recorría el lugar.
Y aunque él estaba ahí, todo su pensamiento había volado lejos y se encontraba muy cerca de su amada aguamarina.
"Lo que debí hacer fue marcharme sin decir tanta estupidez. ¿De qué forma puedo volver a acercarme?", murmuró y entonces sus pasos se detuvieron ante la lluvia. "Lo que faltaba... Fiódor"
"A la orden, coronel"
"Informa a los civiles y demás oficiales que pueden marcharse, con este clima poco o nada podemos hacer. El Lunes, sino es que está lloviendo, reanudaremos las actividades"
"Como usted diga"
Y mientras el rubio dirigía sus pasos hacia su oficina, de pronto se vio interrumpido por un oficial.
"Coronel Haruka T. Hay mensaje para usted", haciendo el debido saludo expresó.
"Puede retirarse", dijo y una vez que se quedó a solas, observó el sobre, descubriendo que era de parte de Pavlov. "¡Demonios!, espero y no se trate del aviso de que ya tengo que volver a mi hogar", murmuró.
Abriéndolo, descubrió que al medio día debía presentarse en la oficina de gobierno provisional.
"¿Y hora en que problema me habré metido?", masculló.
(En la clínica)
"Por ahora no hay mucho que hacer, pero dentro de unos meses desearemos aunque sea un minuto de descanso", observando a través de la ventana, muy pensativa a consecuencia de la orden recibida, Mizuno expresó.
"Desde ahora habrá que comenzar la planeación", Mina replicó.
"Lo que son las cosas, hace algunos meses vimos tantas vidas apagarse... ", no, no tuvo valor para continuar. "Convertiré el segundo piso en área de maternidad... de igual modo habrá que estar en constante contacto con la oficina de gobierno provisional, sin duda la gran mayoría querrá entregar a sus hijos al cuidado del estado. Si eso ocurre no podremos juzgarlas. Por mucho dolor están pasando como para seguir soportando"
Mina asintió.
Mizuno se volvió hacia ella, dudando en preguntar; "¿Vas a apoyarme?"
La rubia sonrió y volvió a asentir; "Como siempre"
"Si en algún momento sientes que..."
"No tienes de qué preocuparte. Estaré bien", llena de confianza la rubia expresó.
(Oficina del general Pavlov)
Y apenas ingresó en el sitio que previamente le indicaron, el rubio contempló que al menos una docena de hombres habían sido citados, lo que de cierta forma le devolvió un poco de tranquilidad.
Y fue luego de un par de minutos que la puerta se abrió, dando paso al coronel Pavlov.
"Señores, se preguntarán a qué se debe este llamado tan repentino. Pues bien, ustedes son hombres de confianza del general Volkov y es por ello que he de encomendarles una misión muy importante. Como saben, en semanas pasadas hubo ciertos incidentes... algunos de nuestros hombres bajo el influjo del alcohol y ante la presión que vivimos durante los últimos cuatro años, decidieron terminar con sus vidas, también está ese otro asunto en el que estando ebrios, algunos oficiales participaron en altercados en los que perdieron la vida, así que en un intento por frenar esa y otras olas de violencia, el general Volkov ordenó la prohibición total de alcohol, sin embargo no del todo esa medida funcionó. Es de nuestro conocimiento que de forma clandestina algunos de nuestros hombres lo han estado consiguiendo de otros oficiales, lo que no solo pone en riesgo la seguridad de esta parte de la ciudad, sino la seguridad de la población en general. Y porque sabemos que ninguno de los involucrados hablara, es que a ustedes se les encomienda la orden de vigilar a sus tropas y de haber alguna falta, informar a la oficina de seguridad", ocultándoles lo que en realidad había pasado, expresó.
" Hasta que decidieron hacer algo", Haruka pensó recordando a Kozlov, quien esa maldita noche estaba ebrio.
"Los involucrados, ¿A qué penas se enfrentan?", intrigado uno de ellos preguntó.
"Eso lo decidirá el general Volkov, pero ¿A qué viene esa pregunta?, comandante. ¿Sabe algo?, ¿Está involucrado?", fijando la mirada en él, Pavlov atacó.
Ante la sospecha levantada el hombre titubeó y luego se aclaró la garganta: "No, pero consideró que sería oportuno hacerlo del dominio público, de esa forma nadie tratara de elaborarlo, o siquiera conseguirlo"
"Si es así entonces el o los culpables desistiran y será imposible atraparlos"
"Se hará como ordene, señor"
"Eso es todo, pueden retirarse... Espere, coronel Haruka T. Ha sido Kozlov quien nos dio esa información, por lo que supuse que le interesaría estar enterado"
"Gracias"
"Ahora vuelva a sus ocupaciones"
"¡Maldición!, parte de lo que ahora me está pasando es culpa de ese maldito imbécil", muy molesto el rubio pensó.
(En casa de la aguamarina)
Observando a través de la ventana, ante el rápido ir y venir de las personas que inútilmente trataban de escapar de la lluvia, la aguamarina negó con la cabeza.
"Y yo que pensaba aprovechar mis días de descanso para dar un paseo por el parqué. Por hoy no será posible, pero quizás mañana", dejando a un lado el boceto en que estaba trabajando, dirigió sus pasos hacia el segundo piso.
Y pasando junto aquella habitación se quedó quieta, dudando en entrar.
"Al menos tenemos un lugar donde vivir", pensando que él fue muy amable al ordenar la reconstrucción de su hogar, se mordió los labios. "Con cada día que pasa es más que obvio que Gunther no regresará, pero si eso llegara a pasar le pediré que ocupe la habitación de nuestro padre... la suya la destinaré para mi bebé... ¡Dioses!, sin duda él exigirá respuestas, pero por proteger a mi bebé no me quedará de otra más que mentirle. Entre mi hermano y mi hijo, son claras mis prioridades"
(Esa noche)
Sin que la ligera lluvia le importara y permaneciendo entre las sombras para que ella no lo viera, Haruka vigilaba el hogar de su amada.
"No tengo pretexto alguno como para acercarme, además nada ganaría, merezco que me eche... ¡Demonios!, ocultandome parezco un maldito acosador", murmuró y entonces observo como se apagaba la luz de la que debía ser su habitación. "Sin duda ya se ha ido a descansar, ya nada tengo que hacer aquí…", expresó y metiendo las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, comenzó a alejarse.
(Cerca de ahí)
Avanzando sin preocupación alguna, dos capitanes conversaban.
"¿Escuchaste lo qué pasó?"
"A diario pasan tantas cosas que me es imposible saber a qué te refieres", riendo el otro contestó.
"Alguien que trabaja en la clínica del regimiento dos, me dijo que tres oficiales murieron a causa de beber"
"¿Qué no se supone que el alcohol está prohibido?"
"He ahí el misterio, ¿Dónde lo consiguieron?... aunque... mira hacia el otro lado de ese alambrado"
Dirigiendo la mirada hacia los límites de la ciudad, en las lejanías contemplaron a algunos oficiales del ejército de Occidente.
"¿De ahí provendrá?"
"Aunque lo veo poco probable cabe esa posibilidad"
"Lo dudo, la seguridad de ambos lados es exagerada y nadie puede pasar sin un permiso especial firmado por el general Volkov y el general Smith"
"Pues hace ya mucho que no bebo, deberíamos investigar dónde podemos comprarlo"
Su compañero dudo, pero fue consciente; "No vale el riesgo. En el mejor de los casos terminaremos en prisión durante algunos días... Además no quiero que me degraden"
"Tienes razón", replicó el otro.
Caminando en sentido contrario a ellos un oficial apareció.
"Debemos estar atentos y reportar cualquier cosa sospechosa que encontremos"
"Habrá que vigilar incluso a los civiles. La prohibición los incluye"
El oficial los alcanzó a escuchar y sin duda más le hubiera valido no actuar como lo hizo, porque emprendiendo una rápida huida, lo que llevaba oculto en los bolsillos cayó al suelo.
Ante el romper de finos cristales, los dos capitanes se volvieron.
"Alto ahí", ambos gritaron.
El otro los ignoró, continuando la frenética carrera.
"Soy el capitán Federov, te ordenó que te detengas"
Haruka, observando al sujeto huyendo de aquellos dos, también corrió en su dirección.
"Te ordenó que te detengas", sin saber porque lo perseguían, pero intuyendo que debía tratarse de una falta grave, alzó la voz.
El oficial dobló la siguiente esquina, encontrándose con que se trataba de un callejón sin salida.
"¡Demonios!, ahora sí estoy perdido!"
"¿Por qué no me obedeció?, ¿Por qué huye?", el rubio preguntó.
Sabiéndose arrinconado, el sujeto, que no era otro más que el sargento que hacía días se había encontrado con Kozlov, expresó; "Esta bien, me rindo"
Agitados los otros dos oficiales arribaron.
"¿Cómo te llamas?, ¿Por qué huías de ellos?", Haruka interrogó.
"Sargento Morozov…", intento hablar.
"Coronel, ese sujeto es sospechoso de llevar alcohol"
"¿Su acusación es verdadera, sargento Morozov?"
El hombre guardó silencio.
"Entonces voy a arrestarlo por desobedecer las órdenes de sus superiores. Lo llevaremos a la oficina de seguridad para que lo interroguen", prudente avanzó hacía él para atarle las manos.
Lo que ellos desconocían, es que no estaban solos y desde las sombras un joven los observaba.
"No sé si esto sea beneficioso, o no… sin duda él se pondrá furioso", expresó el civil, que no era otro más que Wilhem, testigo del intercambio entre Kozlov y ese sargento.
Notas de autor;
Michelle; En comparación con Michiru, Haruka anda peor y es quien más sufre. No poder acercarse a ellos lo tiene bien merecido por no pensar bien las cosas. Ojalá y cuando nazca pollito, Michi no se lo presente xd.
Kaiohmaru; Luego de la historia pasada y tanto dolor que hubo en ella, ya era necesario que tuviéramos a pollito de vuelta. En cierto modo Michi ya anda más tranquila, en cambio Haruka se anda escondiendo para poder verla. Se merece que Michi lo mandé al Sur xd.
Isavellcota; Prohibirle ver a pollito sería un muy buen castigo, será muy su hijo, pero lo que hizo sin justificarse ante ella, es inaudito. Había formas de arreglarlo y prefirió la peor. Si Michi lo castiga así, sin duda papá pollo se nos muere XD. Corrección, Armand no es una piedra en el zapato, más bien es un cerro a mitad del camino XD.
Szar; Sin duda Mina la pasó peor que Armand, solo que no está listo para esa conversación. Ella sufrió tanto por él y él no es capaz de pensar en ella sino en su orgullo. Su obsesión es enfermiza y hasta podríamos decir que es producto de lo que vivió. Es cierto, Michiru y Haruka son jóvenes y actúan con inmadurez, les hace falta la voz de la experiencia para que de verdad entiendan.
Kyoky; Díganos qué la imprudencia tomó forma humana y se convirtió en Haruka Tenoh xd, es ansioso como un adolescente.
En lugar de acobardarse debería agarrar a Michi para huir, perderse y no volver jamás, pero porque sabe que no merece su perdón, se martiriza teniendo que conformarse con verla de lejos.
Mina parece un imán, atrae puro hombre transtornado, a excepción de Nikolai y uno que otro cuerdo que andando en la guerra conoció xd.
