CAPÍTULO LIII
ENGAÑO
Tumbada sobre su improvisada cama, sin mucho ánimo y atormentada por la fiebre, Mina contemplaba el suelo.
"¡Demonios!. Jamás lo hubiera imaginado. No hice nada en especial como para que ese hombre haya confundido el trato que siempre le otorgue", expresó y luego se giró para contemplar el techo. "No cabe duda, es todo un imbécil", pensó y cubriéndose el rostro, trajo a la memoria el recuerdo de lo acontecido hacía varias noches.
-Fin flashback-
"¿Has sido tú quien ha enviado todas esas cartas?", profundamente molesta cuestionó.
"Sabes que si, de lo contrario no estaría aquí", él contestó.
La rubia guardó silencio, negó con la cabeza y frunciendo el entrecejo, sin mirar atrás comenzó a alejarse.
Él, no dispuesto a darse por vencido siguió sus pasos y tomándola de la mano, detuvo su avance. "No me ignores. Te cite para que hablemos"
"Sueltame. No hay nada que tratar", ordenó.
Él fue firme al sostenerla, fijando su juguetona mirada en la de suya; "¿No piensas escucharme?, si has venido hasta aquí es porque estas interesada en lo que tengo que decirte, ¿O no?"
"Deseaba saber quién era el responsable, pero ahora que lo he descubierto más que poco es lo que me importa. Y por favor no pienses que puedes llegar a interesarme como hombre, lo que sí quiero es que dejes de molestarme"
"Ambos hemos estado en las entrañas del mismísimo infierno, pienso que nadie podría entenderme mejor que tú", expresó con intenciones de unir sus labios con los suyos.
Ella, escapando a su débil agarre, escupió; "¿Cómo puedes ser capaz de hablar de esa forma?, ¿Cómo puedes hacerle esto a tu familia?... ellos te necesitan y tú en lugar de acudir a su encuentro, vienes aquí hablando de algo que claramente jamás podrá existir"
Ante sus reclamaciones, Nicolás sonrió; "Las cosas han sucedido de esta forma, ¿Qué puedo hacer si es lo que el destino quiere de mí?"
"Será lo que quiere de ti, pero no de mí", Mina frunció el entrecejo y dándole la espalda comenzó a alejarse, sin embargo su rechazo a él no le bastaría.
"¿Vas a ignorarme?", a pocos pasos de darle alcance cuestionó.
"Vuelve a casa. Tu mujer y tu hijo esperan por ti"
"No me necesitan"
"¿Y piensas que yo si?"
"Te lo repito, ambos somos muy parecidos, puedes entenderme mucho mejor de lo que ella intenta"
"Si das un paso más gritaré y entonces los demás saldrán en mi auxilio... dudo que esta vez sobrevivas"
"No serias capaz"
"Tienes razón, no quiero ser la responsable de la muerte de un hombre que va a ser padre"
Ante esas palabras el sujeto se detuvo. "¿Qué… qué dijiste?"
"Lo que escuchaste, y por favor no finjas demencia"
Sin poder moverse, el castaño titubeo. "¿Yo..?"
-Fin flashbach-
Ignorando lo sucedido y esperando que ese sujeto no volviera a molestarla y ya se encontrara en donde debía estar, Mina se puso de pie para comenzar su día.
(Oficina del gobierno provisional)
Sentado detrás de su escritorio, el general Volkov revisaba los documentos que más temprano el coronel Pavlov dejó sobre su escritorio.
"Son todos los expedientes, señor"
"Perfecto. Dentro de tres días toda esta gente debe comenzar a ser interrogada, así que comisione a dos de sus hombres de su entera confianza para que lleven a cabo mi orden"
"Se hará como usted diga, señor", contestó el coronel Pavlov al mismo tiempo que realizaba el saludo militar.
"Además habrá buenas noticias para nuestros muchachos, están a punto de recibir sus pagos por los cuatro años de servicio"
(Casa de los Kremer)
Frente al tocador, la aguamarina terminaba de vestirse. Contemplando en el espejo su reflejo, sonrió ante su figura, pero al volver a ser consciente de la realidad que le rodeaba, esa mueca se desvaneció.
" Debo prepararme para cuando nazcas, de lo contrario no tendré con que vestirte", mordiéndose los labios pensó.
Y al igual que ella Haruka fue asaltado por el mismo pensamiento; "Quizás deba hablar con Fiodor, estoy seguro que de él podria ayudarme consiguiendo todo lo necesario, aunque también es cierto que no quiero que nadie a parte de Mizuno lo sepa, o al menos no por ahora"
(Del otro lado de la ciudad)
Sentados a la mesa, la pelinegra y el pequeño Uwe disfrutaban del desayuno.
" No tengo tiempo para lamentaciones, mis hijos son lo más importante para mi. Y es por ellos que debo seguir adelante, esté él o no", sonriéndole al chiquillo, pensó.
De pronto alguien toco a su puerta, así que acudiendo al llamado se encontró con su amado castaño.
"¡Nicolás!", sin poder contener su emoción ella lo estrechó entre sus brazos, sin embargo él no correspondió a su gentil gesto y muy por el contrario la hizo a un lado. "¿Qué pasa?", ante su frío rechazo cuestiono.
Él, con el entrecejo fruncido echo un vistazo dentro del recibidor para asegurarse que se encontrara sola. "¿Estás ocupada?"
"No"
"¿Puedo pasar?"
"Si, por supuesto. Esta es tu casa", permitiendo que ingresara replicó.
Uwe, escuchando que su padre había regresado, apareció a su encuentro. "Papi", grito abrazándolo por las piernas.
Él se inclinó a su altura y tomándolo en su brazo, en silencio y con cierta extrañeza lo contempló a detalle.
"¿Ocurre algo?", sin entender a que podía deberse ese inusual comportamiento, ella no pudo evitar cuestionar.
En lugar de responder, Nicolás sonrió para él y besando su mejilla lo devolvió a la seguridad del suelo. "Ve a jugar, hay algo de lo que tengo que hablar con tu madre", amable pidió a lo que el chiquillo accedió.
"Ire por limonada, por favor siéntate"
"Lo agradezco, pero no es necesario. No vine a socializar", enérgico replicó.
"¿Qué es lo que te ocurre?. Estás muy extraño?. Te desconozco"
"Dímelo tú, ¿No hay algo que quieras decirme?", posando una inquisidora mirada en ella, fue la pregunta que siguió.
Contenta la joven arqueó los labios, formando así una agradable sonrisa. "Hay tantas cosas que tengo que decirte... la médico me ha dicho que estoy esperando un hijo", emocionada dijo.
"¿Mio?"
"Por supuesto. Pero ¿A qué viene esa pregunta?", desconcertada titubeo.
Él torció los labios, simulando una burlona sonrisa; "¿Piensas que además de dejarme sin un brazo la guerra me volvió estupido?"
"¿Eh?... ¿Qué quieres decir?"
"Si, lo piensas y crees que voy a tragarme ese maldito cuento", apretando el puño golpeó el muro.
"¿Estás insinuando que estuve con alguien más?"
"Dímelo tú. No sería la primera vez", sin recato alguno se atrevió a escupir.
Ella, no dispuesta a tolerar sus humillaciones, lo abofeteo; "Tienes razón, eres culpable de lo que sucedió. Vete y de ser posible no regreses"
"Lo sabía", él contestó y dirigiendo sus veloces pasos hacia la salida, furioso azotó la puerta detrás de él.
"¿Papá está molesto?", asustado cuestionó el pequeño Uwe.
"Y sin motivo alguno", ella contestó refigiandolo en sus brazos. "Nicolas, puedo perdonarte todo, pero no que pienses de mi lo peor... lo sucedido no fue culpa mía"
(Cerca de ahi)
Colocando dentro de su bolso un par de paquetes, la castaña Lita se dispuso salir rumbo al hogar de aquella familia.
"No, no volveré a dejar los alimentos junto a su puerta", afligida pensó.
-Flashback-
Recostado sobre la cama, el niño contemplaba con atención como la cirujano Mizuno llevaba a cabo su trabajo.
"Algun dia yo también seré medico", orgulloso expresó.
"Lo mismo dije cuando tenía tu edad, así que tienes que cuidarte mucho para que algún día lo logres"
La puerta se abrió, dando paso a la capitana.
"¿Cómo está?", pregunto.
"Bastante bien. Aunque aún tiene fiebre, ya casi no supone ningún peligro"
"Esa es una buena noticia. Sin duda pronto podrás irte a casa", sonriendo dijo para con él.
"Que bueno, así podré buscar a mi papá. Sé que él es quien nos deja las raciones junto a la puerta", emocionado expresó, sumiendo a la joven en una profunda tristeza. Asi que abandonando la habitación, se recargo contra un muro para llorar.
"Lita, sabes que no fue tu culpa. Así es la guerra y tú no hiciste otra cosa más que defenderte", a su espalda Amy expresó.
"La muerte de ese maldito no me pesa, le he perdonado lo que me hizo, pero no lo que le hizo a mi hermano... y aún así no puedo evitar que me duela lo que esos niños están pasando"
"Lo sé, pero también debes entender que no son los únicos que están pasando por lo mismo. Si estando en combate nos pusieramos a pensar que cada soldado es un padre, un hijo y un hermano, seríamos incapaces de luchar para sobrevivir"
"Tienes mucha razon"
-Fin flashback-
Y a penas iba a abandonar el edificio, Dimitri la detuvo.
"De nuevo vas a casa de esas personas, ¿verdad?"
"¿Tienes algún problema con ello?"
Él negó con la cabeza; "Sabes que ninguno, pero me parece cruel que sin que fuera tu intención les hayas hecho creer que él sigue vivo"
"¿Me culpas de lo que a ese niño le sucedió?"
Él volvió a negar con la cabeza y se mordió los labios; "Jamás podría hacerlo"
Ella apretó el puño y relajando su postura, volvió sus pasos hacia el interior del lugar.
"Es mejor que vaya después, hay tanto que tengo que hacer", pensativa murmuró.
(En la clínica)
Aún y cuando tenía fiebre, la rubia enfermera llevaba a cabo sus funciones.
"Mina, no deberías extralimitarte. Será mejor que te vayas a descansar", recomendó la cirujano.
"No podría quedarme en cama", dijo recordando que aún estando en peor condición siguió trabajando.
"Pero lo necesitas, puedo hacerme cargo de todo"
"Si, es solo que...", no alcanzo a decir, y es que en ese momento el ya bien oficial de correos ingresó.
"Aquí tienes", riendo un poco expreso y colocando el sobre en el escritorio, abandonó el lugar.
"Maldito, ¿Qué no se cansa de hacer el ridículo?", molesta la rubia gimió.
"¿De qué hablas?", cuestionó su amiga.
"Por fin he descubierto quien envía esas cartas. Es un civil que combatió en el Sur y lo que es peor, abandonó a su hijo y esposa que por cierto está en cinta y ahora se atreve a hablarme de cariño"
"¡Vaya!, es un imbécil"
"El más grande de todos", Mina expresó al mismo tiempo que destruía la correspondencia.
(Oficina de gobierno provisional)
Recibiendo el último comunicado del día, el coronel Pavlov lo colocó junto a los demás expedientes que reposaban sobre el escritorio de su superior.
"¿Qué es esto?", cuestionó.
"Comunicado de parte del general Mikhailov. Espera su respuesta hoy mismo"
"¿Mikhailov?. Sin duda debe tratarse de algo importante", tomando el documento le dio una rápida lectura. "¿Es una maldita broma?"
"No lo parece", contestó el coronel Pavlov.
"Entonces no me quedará de otra que aceptar y esperar a ver si alguien desea hacer intercambio, aunque lo dudo. Este ni ese son centros turísticos"
"Ire por mi maquina"
"¡Maldición!", arrojando su pluma fuente, chilló el hombre.
(Casa de los Kremer)
Sentada en el poco comodo sillon y alejada de cualquier preocupación que pudiera alejarla de esa paz, la aguamarina escuchaba la radio, y aunque no entendía de que hablaban las hermosas melodías que del parlante escapaban, estas la alegraban aún mas cuando el rubio le decía de que trataban. Algunas sobre la primavera o el crudo invierno, otras hablaban sobre la esposa y la madre que esperaban en casa, pero la mayoría relataban las heroicas acciones de esos hombres y mujeres.
Sonriendo, colocó la mano sobre su vientre. " No sabes cuanto me alegra que estés creciendo. ¡Dioses, aún falta tanto para que pueda tenerte en mis brazos y para que pueda conocer tu sonrisa!", pensó imaginando como podría ser su rostro.
Él, contemplándola, le habría gustado saber que pensaba, pero le bastaba con mirar su sonrisa para intuirlo.
" Aunque eres muy pequeño, puedo sentir que eres muy fuerte", pensó.
"¿Se mueve?", luego de un largo silencio él por fin se atrevió a cuestionar.
"Si. En todo el día no lo sentí hasta ahora, supongo que dormia", replicó atrayendo su mano para que la colocara justo donde lo sentía estremecerse.
Y aunque él no pudo percibirlo, orgulloso levantó la mirada.
"Estoy segura de que será un bebé muy fuerte", exclamó.
"Lo mismo pienso", ruborizado contestó.
"Hago todo lo posible por mantenerme bien. Sigo todas las recomendaciones que la médico me da"
"Puedo notarlo, pero ¿Hay algo en especial que necesites?"
Michiru asintió de forma ligera.
"¿Qué es?"
"En estás condiciones es muy difícil conseguir ciertas cosas… cosas para bebé. Y pienso que quizás para usted sería más fácil conseguir algunas telas para hacer pañales y…", no alcanzo a decir.
"Lo haré"
"En los cajones de la señora Kremer encontré lo necesario para coser y a partir de mañana comenzaré a tejer algunas prendas. No lo hago muy bien, pero lo importante es que mi bebé esté bien abrigado"
Ante sus tiernas palabras Haruka sonrió; "Estoy seguro de que harás un buen trabajo. La bufanda que me hiciste no permitió que me resfriara", dijo y luego le acomodo el cabello que cayó por su frente. "Gracias"
"No tiene que agradecer, la hice con mucho amor", ruborizada ella señalo.
"¿Amor?", ante esa palabra que de sus labios jamás creyó escuchar, no pudo evitar preguntar.
Nerviosa ante la indiscreción cometida, la joven desvió un poco la mirada; "No, lo que quise decir es que esa fue tan solo una pequeña forma de agradecerle lo que ha hecho por mí"
Ante su explicación, entristecido Haruka bajó la mirada. "Si, entiendo", sus labios dijeron. " Que ingenuo de mi parte pensar en amor. Luego de las estupideces que le dije e hice, ¿Cómo es posible que haya considerado pedirle que sea mi esposa?", pensó recordando la cantidad de veces que le hizo saber de qué forma prefería sus agradecimientos.
"¿Sucede algo?", notando la aflicción que de la nada lo aquejo, ella preguntó.
"No, no es nada. Estoy muy cansado. Iré a acostarme", poniéndose de pie, dio un par de pasos.
Michiru se mordió los labios, pero no pudo retener la pregunta que a ellos asomo. "¿Desea que siga durmiendo a su lado?"
El rubio asintió; "Solo si tú lo deseas", respondió esperando que así fuera.
Ella hizo a un lado lo que hacía y encaminando sus pasos hacia él, sonrió; "También estoy cansada"
"Entonces vamos", respondió.
Así pues ambos ingresaron en la habitación que compartían y una vez que se recostaron, él se reincorporo un poco y fijó su mirada en la de ella.
"¿Ocurre algo?", cuestionó sonriéndole.
"Quería decirte que no importa que sea, puedes pedirme lo que sea. ¿De acuerdo?"
"Si, coronel", ella contestó. " Quizás la próxima vez le pida que seamos una familia", pensó aún con su mirada fija en la de él.
"* Soy un maldito cobarde y por eso no me atrevo a confesartelo como debería. Te amo y deseo toda una vida a tu lado*"
Ella, sin haber entendido, sonrió satisfecha; "¿Perdón?"
"Descansa", depositando un beso en su frente, volvió a apoyar la cabeza en la almohada.
Notas de autor;
De a poco Haruka se va animando.
Michelle; Si, ellos pueden ser felices, todo esta en que rompan esa cobardía. Rei está mil veces mejor sin Nicolás. Todo lo que dice o hace es para victimizarse y salirse con la suya.
Kaiohmaru; Haruka sabe que puede confiar en Amy, aunque la última vez que hablo con Michiru terminó revelando su secreto, pero aún así fue beneficioso para ambas partes.
Isavellcota; Imposible parece que Nicolás llegué a recapacitar, eso de echarle en cara a su esposa lo sucedido, no habla muy bien de él.
Kyoky; Pensé que ya te habías olvidado de mi xd, me alegra mucho que regresaras. Ese pollito los ha ido uniendo cada vez más, Michi casi le confiesa su cariño y Haruka lo hizo, aunque no como esperamos. Acertaste, Mina jamás amaria a quien le estaba enviando esas cartas.
