MISTY LULLABY
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 2: Reafirmante rayo de sol.
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—Me pareció una buena idea asistir al cumpleaños de lady Yūhi en cuanto la invitación llegó, pero... — Itachi hojeó con la mirada a todo invitado que estuviera a la vista en el enorme jardín donde tenía lugar la celebración en la que se encontraban —. Parece que nuestro esfuerzo de venir ha resultado infructuoso.
Sasuke no trató de aminorar la ligera culpa en la voz de su hermano mayor y se giró en su dirección, mirándolo acusadoramente.
—Sí, me parece que así es — respondió, lleno de molestia.
Una de las mayores diferencias entre los hermanos Uchiha siempre había sido su disposición a la hora de asistir a eventos importantes.
Mientras que Itachi era un hombre muy sociable que disfrutaba desde un elaborado e interesante discurso hasta la más inverosímil de las charlas, Sasuke apenas podía reunir en sí mismo el impulso necesario para tan siquiera hablar con alguien. Para el menor, salir de casa ya suponía un enorme sacrificio.
Así que haber sido arrastrado a la fiesta de cumpleaños de una lady (que no le agradaba) solo por el rumor de que asistiría una importante heredera soltera (que seguro tampoco le agradaría) y que al final no había asistido, obviamente lo tenía al borde de marcharse. Para su desgracia, sería sumamente grosero retirarse de la celebración tan temprano y ahora estaba obligado a pasar al menos un par de horas con los demás invitados (quienes, exacto, tampoco le agradaban).
—Lo lamento hermanito, prometo no volver a querer ayudarte a ganarme el título de vizconde nunca más — el Uchiha mayor se disculpó con ironía —. Incluso, como compensación, te dejaré un rato solo. Te buscaré más tarde, no te metas en problemas.
Y sin más, Itachi se marchó hacia donde un grupo de hombres tan adinerados y extrovertidos como él conversaban, siendo recibido de inmediato con la mejor de las bienvenidas. Era así cómo la gente siempre se comportaba con él: abierta y complacida de tenerlo cerca.
"Al menos yo no tengo que cuidarme las espaldas por tanto buitre a mi alrededor" Sasuke pensó, rodando los ojos.
Todos los miembros de la alta sociedad en Konoha podían pensar que lo hacían sufrir con su evidente animadversión y que por dentro se retorcía de ganas por pertenecer y codearse con ellos, no obstante, eso no podría estar más alejado de la realidad.
Odiaba sus miradas juzgonas e indisimuladas, sí, pero en lo absoluto echaba en falta no contar con su favor. Prefería su vida privada y su círculo social extra limitado y eso había sido así incluso antes de ir a la guerra y terminar de esa manera.
Una vez había sido considerado lo suficientemente atractivo para ser tolerado, pese a su personalidad, pero ahora que su exterior hacia juego con ésta, su marginación social había pasado de ser autoimpuesta a una condena por común acuerdo.
Así que, cómo obviamente nadie en esa reunión iba a acercársele, Sasuke decidió tomarle la palabra a su hermano y dar un paseo por el jardín, alejándose de donde la gente disfrutaba de la comida, la música y la socialización.
Como era normal para él, en su huida se topó con algunas personas que le extendieron un saludo evidentemente forzado y, tal y cómo acostumbraba, él tampoco se esmeró en corresponder de forma distinta.
Esperaba que las próximas horas que estaría obligado a pasar en ese lugar corrieron rápidamente o abandonaría a su hermano ahí, sin la menor contemplación.
Sin querer terminó caminando por los límites más lejanos del jardín y conforme caminaba el ruido de la gente desapareció dejando sólo a la música fluir a bajo volumen.
Casi sonrió aliviado por estar al fin solo y solo se detuvo ya que, al levantar la mirada, se dio cuenta de que no lo estaba.
Para su sorpresa, o quizá no tanto considerando que eran las mismas circunstancias bajo las que se conocieron, se encontró con Sakura Haruno.
La joven estaba sentada al pie de un árbol en uno de los bancos de concreto de la propiedad, dándole la espalda. Un pequeño cuenco de cristal estaba a su lado y de él extraía trozos de fruta que disfrutaba mientras observaba al cielo.
Ahora, a sabiendas de que la chica tenía una visión tan mala, se preguntó si realmente estaba contemplando algo en específico, aunque, por la forma en que su cabeza se balanceaba, tal vez solo estaba escuchando la música que llenaba el silencio en el ambiente.
—Señorita Haruno — llamó su atención, sin dudar en presentarse frente a ella.
Lo había dejado sumamente intrigado el día que se conocieron y no vio motivo por cual qué no satisfacer su deseo de compartir un poco más de tiempo con ella.
En cuanto lo escuchó, la dama se dio la vuelta y sus ojos se enfocaron en él.
—¿Señor Uchiha?
Al parecer su forma borrosa y su grave voz fueron más que suficientes para que lo reconociera y el haber permanecido en su memoria, pese a que había pasado un mes desde su primer encuentro, le gustó en demasía al hombre.
—Sí y al parecer una vez más vuelvo a encontrarla escondida del resto del mundo — Sasuke le dijo, acercándose —. ¿Puedo sentarme?
—Por supuesto — ella aceptó de inmediato y le sonrió con esa simpatía que él comenzaba a ver la caracterizaba.
Con la mirada, la joven le indicó que podía tomar fruta de su cuenco y ya que no había comido nada desde que llegó, él aceptó de buena gana.
Si bien quería conversar con ella, Sasuke decidió guardar silencio un momento mientras la canción que la banda estaba tocando a los lejos terminaba. Sakura parecía estarla disfrutando y no quería importunarla.
Mientras tanto se permitió observarla sin tomarse la molestia de disimular. La distancia entre ambos era la suficiente para evitar que ella se diera cuenta de su inspección y era una ventaja que no podía desaprovechar.
A la luz del día, Sakura era todavía más preciosa y podía apreciar detalles en ella que la noche en la que la conoció no pudo debido a la oscuridad. Por ejemplo, su cabello, que era del tono rosado más tierno posible; nunca había conocido a nadie con ese color de pelo y más allá de ser sorprendente también provocaba deseos de pasar sus dedos en él. Tenía una figura delgada y delicada, aunque, a través del vestido de seda azul cielo que llevaba, podía notar que poseía las curvas propias de una mujer madura. Así mismo su rostro era todo un espectáculo. Sus facciones eran suaves, con los pómulos altos, la nariz pequeña y respingada, las cejas rectas y la frente amplia. Aunque no podía decidir si la cualidad más hermosa en ella eran sus grandes ojos color esmeralda o sus voluptuosos labios de melocotón.
Ambas cosas tenían su propio encanto y podrían poner a un hombre de rodillas, a su manera.
Una vez que la canción se detuvo, Sasuke por fin tuvo la puerta abierta para conversar.
—Por cierto, recibí su mensaje por parte de la señorita Yamanaka — mencionó tratando de sonar lo más casual posible —. Aprecio que la enviara y no me dejara marcharme con la duda sobre lo que quería decirme.
—Bueno, de haber sido otra persona ni siquiera le habría contado sobre mis ojos, pero usted me agradó con sorprendente facilidad — Sakura fue franca al responder y finalmente apartó la mirada del cielo para dirigirse a su acompañante.
Una vez más no tuvo reparos en regalarle una de sus mejores sonrisas al Uchiha y, aunque no podía ver más que su alta figura sentada a su lado, trató de imaginarse que él también lucía complacido por estar ahí con ella.
La noche en que se conocieron, una vez que estuvo lejos gracias a Sasori, éste la cuestionó largamente acerca de su peculiar interacción con el hijo del fallecido vizconde Uchiha.
"Solo conversamos un momento, pero me pareció de lo más amable, ¿crees que también le haya agradado yo?" había preguntado a su hermano mayor con un atisbo de esperanza en su voz, pero no recibió la respuesta que esperaba.
"Yo espero que no, porque no me gustaría volver a verlo alrededor de ti."
El discurso que Sasori le había dado acerca de lo malo que sería para ella fraternizar con Sasuke había dado vueltas en su cabeza durante días y, volviendo a tenerlo en su presencia, sus dudas respecto a la veracidad de las palabras de su hermano volvieron a resurgir.
El hombre sentado junto a ella no parecía coincidir con la descripción del tipo frío, amargado y grosero que le había sido dada no sólo por su familiar, sino también por Ino.
¿Sería prudente preguntarle por qué sus conocidos hablaban así de él? No, seguro que no. Hacerlo no solo sería imprudente sino también ofensivo y no quería que él tuviera una imagen equivocada de ella.
—Usted huele muy bien, por cierto — en cambio, la chica decidió expresar lo segundo que en ese momento tenía en su mente respecto a él.
Al aludido lo tomaron por sorpresa sus palabras y apenas pudo tartamudear un agradecimiento.
Esperó que ella le dijera a qué olía exactamente, sin embargo, Sakura no lo hizo y regresó su mirada al cielo una vez más.
—¿Qué es lo que le interesa tanto de allá arriba? — Sasuke preguntó con curiosidad, olvidándose de tener tacto, aunque que ella no tomó a mal su cuestionamiento.
—La forma en la que la luz trata de colarse entre las hojas — señaló, levantando en alto su dedo índice. Él observó a lo que se refería y quedó momentáneamente tan prendado del sencillo fenómeno como ella —. Dentro de unos minutos, el sol avanzará y los pocos rayos que consigan pasar la copa de este árbol irán justo a mi rostro. Esa es mi parte favorita.
El Uchiha meditó un momento su explicación encontrándola tan peculiar como inverosímil.
—Ver el cielo es una de sus aficiones al parecer. Yo no me identifico — él fue honesto —. Aunque si me lo explica, quizá podría entenderlo mejor.
—No tiene sustancia en realidad — la dama se encogió de hombros —. Solo... Me gusta porque es de las pocas cosas que puedo ver igual que los demás.
—¿Igual?
—Sí, es decir, si usted levanta la mirada al sol o a la luna lo que verá será lo mismo que puedo ver yo. Un astro a kilómetros de distancia con un halo difuminando su luz, suavemente — Sakura respondió con simpleza, luego miró hacia el frente y a su alrededor, culminando por verlo directamente a él —. Es así como mi mundo se ve el resto del tiempo... Sumido en una espesa neblina.
Su acompañante quedó fascinado por sus palabras, así como por su apertura a explicarle algo tan personal. Podía darse cuenta de que Sakura no se avergonzaba en lo absoluto de su mala visión y más bien parecía lidiar con toda la naturalidad del mundo con ella.
—Excepto cuando está a una distancia mínima de algo o alguien — Sasuke señaló, pensativo.
—Así es.
Justo en ese instante la música se detuvo y la atenta mirada de la joven se fijó en él sin disimulo.
El hombre sabía que no podía verlo, pero le avergonzó someterse a su escrutinio hasta el punto de ruborizarse. La posibilidad de que lo viera con todo y sus múltiples defectos le sentó mal inevitablemente, aunque, al mismo tiempo un temerario deseo que escapaba de su razón se hizo lugar en su mente:
Aun con lo que ello implicaba, le gustaría que ella le pidiera acercarse para que pudiera verlo.
Tanto que no se negaría hacerlo aún en contra de los modales, su buen juicio y sin importar si la asustaba con su falta de gracia.
Ser capaz de decir que le fue concedido dicho honor valdría totalmente la pena.
Quién sabe cuánto tiempo habrían permanecido observándose fijamente el uno al otro de no ser porque Sakura tomó los sonidos de aplausos a la lejanía como una señal para retirarse.
—Uchiha-sama, le agradezco mucho hablar conmigo — ella le sonrió mientras se ponía de pie y levantó una mano hacia el recogido en su cabello para extraer una pequeña flor blanca de él, misma que no dudo en ofrecerle —. No mucha gente está dispuesta a estar cerca de mí, así que su agradable compañía significa un dulce consuelo para mí y realmente lo aprecio.
Sorprendido por su gratitud, así como por el obsequio, Sasuke tomó la flor tímidamente y el suave toque de sus dedos contra los de la joven, envió una corriente por todo su cuerpo que hizo que su pecho se apretara. Se trató apenas de un rose que duró un segundo, pero no fue como ninguna otra cosa que hubiera experimentado antes.
Fue algo así como tocar la gloria.
Aun si a Sakura no pareció provocarle nada.
—N-no hay problema — fue todo lo que pudo decir, lo que fue más que suficiente para ella.
—Ya debo irme, pero, espero nos volvamos a encontrar en otra ocasión, Uchiha-sama — Sakura se inclinó en una reverencia y tomó el cuenco de fruta en sus manos, lista para irse —. Tenga una linda tarde.
—¡Espere! — el Uchiha la detuvo abruptamente en una exclamación que incluso la hizo saltar, sorprendida. Con su atención de regreso en él, de repente se sintió tímido y carraspeó tratando de aclarar su garganta —. A-a mí también me agrada su compañía y el conversar con usted, así que... La próxima vez que nos veamos, puede llamarme solo Sasuke.
—¿Seguro? — tal muestra de confianza obtenida con tanta rapidez la desconcertó, lo que fue evidente en sus inseguros ojos.
—Sí.
—B-bueno, si es así, entonces usted llámeme solo Sakura, ¿de acuerdo?
—Está bien.
Si llevara la cuenta de cuántas sonrisas lindas esa joven le había regalado, seguro que ya tendría más de una docena, lo que no significaba que fueran demasiadas para él. De hecho, era lo contrario, le gustaría coleccionar más de ellas y no quería que la que le dio antes de despedirse otra vez y marcharse fuera la última.
Al quedarse a solas, a Sasuke le tomó unos minutos hacer conciencia de ese ambicioso deseo que acababa de descubrir respecto a la pelirrosa. Solo que, antes de que pudiera reflexionar sobre él, a fondo, una nueva presencia apareció frente a él.
—¿Cu-cuánto tiempo llevas escondido ahí? — un furioso tono de rojo se apoderó de su rostro hasta también cubrir sus orejas al ver a su hermano mayor salir de un árbol aledaño.
—El suficiente para verte ser inusualmente amable y encantador con esa señorita — Itachi además de lucir impresionado también estaba levemente horrorizado. Con los ojos desorbitados y la boca abierta. Lo que había visto debía ser señal suficiente de que el infierno se había congelado. Aunque luego su expresión se tornó juguetona —. Y debo decir que nunca habías sido más mi hermano que hoy.
—Vete al demonio.
Irritado y avergonzado, Sasuke emprendió su marcha de regreso a la fiesta, siendo seguido de cerca por el Uchiha mayor.
—Corrígeme si me equivoco, pero, ella es la señorita Sakura Haruno, ¿verdad?
—¿La conoces?
—Nunca hemos sido presentados formalmente, pero tenemos conocidos en común y he escuchado muchas cosas sobre ella.
Justo como Itachi esperaba, esas palabras lograron despertar el interés de Sasuke, ya que detuvo de golpe su caminata y se giró directamente hacia él. Aun con su expresión seria de siempre y el ceño endurecido, su curiosidad no pudo ser oculta.
—¿Por ejemplo?
—Bueno, sé que es la menor de todos los hermanos Haruno y que debutó hace dos temporadas. Aunque su éxito, conferido por su buena educación y encanto, se vio muy afectado por lo de su afección visual.
—No entiendo por qué — el pelinegro menor se cruzó de brazos en una pose acusatoria.
Su duda incomodó al mayor y lo hizo esbozar una mueca de súplica. No quería decirlo, no era algo que aprobara o con lo que estuviera de acuerdo, pero, para su infortunio, Sasuke se mantuvo expectante e impaciente.
—Ahhh, ummm, ya sabes... Podría ser un defecto hereditario — eso era todo lo que estaba dispuesto a decir.
Internamente, Sasuke se debatió entre la comprensión de la lógica detrás de esa declaración y el disgusto por la crueldad implícita en ella.
Ningún aristócrata querría casarse con una mujer cuyo problema podría ser pasado a sus hijos, por más maravillosa que fuera y, si se tratara de otra persona, tal vez solo habría pensado en que era así como la alta sociedad funcionaba y no debía sorprenderle, sin embargo, era de Sakura de quien estaban hablando.
Una doncella por la que no podía negar sentía simpatía y odiaba ver siendo tratada con tanta desconsideración.
Él sabía bien lo que era ser víctima de los demás por cosas que no habían sido su elección y no tenía el poder de cambiar. Sabía lidiar con ello y ya estaba acostumbrado... Pero, Sakura, ¿acaso ella estaba capacitada para recibir y superar ese tipo de trato?
No podía imaginar que así fuera.
Viendo la frustración y la indignación apoderándose poco a poco de la expresión de su hermanito, Itachi decidió continuar hablándole de otras cosas menos negativas que sabía de ella.
—Pero también he escuchado que tiene un talento exquisito con el piano y que incluso la condesa Tsunade Senju solicita sus visitas frecuentemente para que toque para ella y sus amigos.
—¿Cómo si fuera un puto mono de circo? ¿Un mero entrenamiento? — lejos de calmarlo, ese dato lo hizo enfurecerse más.
—No lo veas de esa forma, lady Senju jamás haría algo así. La muchacha le gusta y quiere tenerla cerca, eso es todo — nuevamente, el mayor de los hermanos trató de apaciguar al menor pero no le salió tan bien. Sacarle a Sasuke una idea de la cabeza una vez que la tenía dentro era imposible —. En fin, mucho se habla de su belleza y aunque había escuchado de ella, esta es la primera vez que la veo. Realmente es preciosa. Tanto que hasta tú lo piensas, ¿verdad?
—No es desagradable — su acompañante respondió, escuetamente. No iba a darle más motivos a Itachi para burlarse de él.
Sin embargo, su hermano ya tenía más que claro que tenía un interés evidente en la chica de cabellos rosados y rostro de ángel y no iba a perder oportunidad de aprovecharlo.
—Ahora que la he visto comienzo a creer en una teoría que una vez escuché casualmente en una plática con lord Akimichi — el rostro del primogénito Uchiha se tornó reflexivo y el ambiente se sumió en un extraño aire de confidencialidad que le hizo temer a Sasuke por lo que iba a escuchar —. Si bien es cierto que el tema de los herederos la pone en desventaja, sigue siendo una mujer joven, hermosa y adinerada, lo suficientemente adecuada para que alguien quisiera cortejarla en busca de sus bienes y el favor de los Haruno.
—Pero...
—Pero no se ha sabido de nadie que haya pasado ni del proceso de solicitud para el cortejo, así que se dice que los pocos interesados son despachados inmediatamente por la familia — metafóricamente, Itachi hizo un gesto golpeando una pelota imaginaria y enviándola hacia el cielo, para después poner una mano sobre el hombro de su hermano y acercarse a susurrarle algo como si fuera un secreto —. Sin embargo, eso no es lo más extraño.
—¿Entonces? — para ese punto a Sasuke le importo muy poco no demostrar su creciente interés.
—Es el hecho de que ninguno de los seis hermanos Haruno está casado.
En otro lado dentro de la misma fiesta, Sakura caminó cuidadosamente entre la gente tratando de ubicar algún destello rojo que le indicara dónde se encontraba algún familiar, sin embargo, para su suerte fue interceptada antes de que su búsqueda diera resultado.
—¿Dónde estabas? — se trababa de Karin, quien se enganchó a su brazo sin molestarse en siquiera saludar.
La pelirrosa estaba habituada a la personalidad y comportamiento tan directo de su hermana mayor por lo que ni se inmutó por su repentina aparición.
—Necesitaba un momento a solas — respondió algo dudosa, lo que encendió las alarmas de su familiar.
—¿Segura que sola? — cuestionó muy interesada.
—B-bueno, al principio sí, pero... Luego me encontré con Uchiha-sama y conversamos un poco y...
—¡Sakura! — la dama cinco años mayor que ella y de cabellos tan rojos como sus ojos, la interrumpió con reproche —. ¡¿Acaso la advertencia de Sasori te entró por una oreja y te salió por la otra?!
—Eso parece — la más joven se encogió, aunque su pequeña sonrisa denotó que no estaba arrepentida de haber desobedecido a su hermano —. Pero él no es como Sasori dijo, hermana.
—Dile eso a lord Danzo y sus múltiples disputas para nada amistosas con él — Karin resopló sin gracia —. O a lord Orochimaru... O al señor Yakushi, ¡ah y no nos olvidemos de la señora Kurotsuchi!
—Lo digo en serio. Solo hemos hablando dos veces, pero nunca ha sido cruel, descortés o poco educado conmigo como nuestro hermano afirma que será — ambas se detuvieron en su andar para ponerse atención y la más pequeña se acercó a centímetros de su hermana para poder ver la expresión en su rostro —. En cambio, ha sido muy gentil y no me ha juzgado ni un poco por mi problema. Creo que incluso parecía positivamente interesado en él.
Al escucharla, lo que antes había sido una manifestación de incredulidad en Karin se tornó en entendimiento.
—Interesado en ti, ¿eh? Con que de eso se trata todo — las cejas y la sonrisa de la pelirroja fueron sugerentes, lo que hizo que la otra chica se avergonzara y ruborizara por la insinuación. Sakura estuvo a punto de negar cualquier especie de doble intención por parte del Uchiha, pero su hermana se le adelantó —. No lo culparía si así fuera. Eres hermosa y perfecta como las flores en el apogeo de la primavera y él es un hombre con un cerebro funcional, así que obviamente iba a notarlo y gustarle.
—Hermana, n-no. No es así — la menor se afligió por sus palabras.
En lo absoluto era tan maravillosa como la describía y, aunque era común que su familia la viera y se expresara de esa manera sobre ella, era diferente que le fuera planteada una posible inclinación de Sasuke hacia ella.
Eso sería una broma más que cruel e inmerecida.
Al menos los ojos atormentados de Sakura consiguieron hacer retroceder cualquier otra cosa que Karin quisiera decir. Tampoco era su intención incomodar a su hermanita.
—Como sea, no le diré a Sasori de esta escapada tuya pero no puedo asegurarte encubrirte una segunda vez. A mí tampoco me gustaría que ese Uchiha tomara mucha confianza en ti — la mayor retomó la caminata y señaló con un cabeceo el sitio donde sus demás hermanos estaban —. Harías bien en no tomar a la ligera los consejos que te damos, solo queremos lo mejor para ti.
Sakura se quedó en silencio un par de segundos, meditando lo que se le estaba diciendo. Entendía esas palabras y la preocupación. No era diferente del dedicado cuidado que sus hermanos siempre le daban, sin embargo...
—Lo sé, pero él me agrada y, además... No quiero tratar a nadie de la misma manera en que me tratan a mí.
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"Me parecía interesante cómo en el mundo podían existir personas que percibieran a los demás de la misma forma nublada y distorsionada en la que Sakura estaba obligada a ver el mundo, a pesar de sus ojos funcionaban bien.
Sin embargo, tampoco podía esperar algo diferente de quienes llevan un corazón completamente ciego e ignorante en el pecho.
Solo unos pocos tenían el don de usarlo para ver de forma real y entre ellos estaba Sakura.
Mientras sostengo la pequeña flor que me obsequió, pienso en que nunca creí encontrar a alguien además de mis pocos conocidos de siempre que quisiera pasar un momento conmigo y me hablara sin ningún temor o restricción, así que Sakura ha sido la más bienvenida de las sorpresas.
No solo ha sido gentil y adorable conmigo, sino que también me ha inspirado de la forma más desconcertante posible.
Pero si bien fue extraño, lo que antes me parecía imposible: admitirme a mí mismo que me gustaría pedirle que me viera a la distancia que ella quisiera, aun con el riesgo de que me considerara atrevido, ahora, sorprendentemente, no me fue complicado.
¿Será que eso se debe al incalculable tamaño de mi deseo? ¿A lo mucho que adoraría verlo cumplido?
Solo quisiera que tuviera un rostro que visualizar en su mente cuando piense en mí y que le permita dejar de lado las descripciones que otros le han dado de mi persona.
Con un alma tan abierta y hermosa como la suya, me inclino a creer que no habrá ningún defecto, cicatriz o herida que le haga mirarme de la misma forma que los demás lo hacen sin siquiera conocerme."
-Del diario de Sasuke Uchiha.
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NOTAS FINALES:
Cómo que Sasuke da vibras de Shreck y al mismo tiempo de Fiona en la primera película, ¿no? JAJAJAJA.
Amixes quiero darles un mega agradecimiento por sus bonitos mensajes, de verdad aprecio con toda mi alma que estén aquí para acompañarme en una nueva historia y me dejen sus lindos reviews. Les quiero muchísimo, en serio. Plis no se olviden de comentar este capitulo pues entre mas apoyo tenga mas ánimos me dan para traer actualizaciones más rápido y mejorar todavía más la calidad a la que están acostumbradas.
Una vez muchas gracias por su presencia y nos leemos en la próxima actualización, bye.
