Chiara y su hermana menor doblaban una esquina para dirigirse a su siguiente clase, cuando no pudieron evitar detenerse para ver qué eran los gritos.
En el patio un chico alto y rubio con túnica de Slytherin tiró del cuello a otro -un albino- que caminaba de espaldas gritando hacia un grupo de la misma casa que le sonreían con burla.
Ella supuso que era lo normal en el nido de serpientes. No tardó en darse cuenta de que eran los Beilschmidt.
—Luego dicen que nosotros los Gryffindor somos los ruidosos —bufó la chica.
Felicia no hizo más que reír melodiosamente y quedarse mirando en una dirección en particular: al Beilschmidt que no estaba haciendo el ridículo.
Eso hizo a su mayor recordar la conversación que tuvieron la noche anterior, que era noche de chicas.
¡...Siento mariposas en el estómago cada vez que lo veo!
Usó esa expresión muggle que hacía a algunas chicas no entenderla y recordar que las hermanas Vargas no eran de una familia de magos.
Quizás es indigestión, los elfos no cocinan bien la pasta… pero no les digas que te dije, casi no puedo detenerlos de castigarse a sí mismos cuando les dije eso en primer año.
Su hermanita terminó confesando que le gustaba un chico, dando nombre y apellido del mismo, cosa que hizo a las demás desconcertarse. No negaron que fuera guapo el chico, pero seguía siendo Slytherin, ¿no? Eso no desanimó a su hermana, las chicas la mitad la apoyaron y la mitad restante la consideraban traidora.
Al inicio estaba celosa porque Felicia fue elegida prefecta por sobre ella quien era la mayor, pero recordó que no le gustaba cuidar niños, dudaba que le hubiera ido bien como a su hermana.
Le hacía feliz que su perfecta hermana no fuera tan perfecta, porque para nadie era bueno que alguien que no fuera de Slytherin saliera con un Slytherin.
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Como La venganza de Felicia está básicamente completa (?) iré subiendo de a poco continuaciones de los demás fics. :D
