'Que es lo que tiene esa malcriada que tu no lo tengas'

'Lo bello de tu risa, no se puede comparar'

'pero tiene pulso'

'Valorado sin razón. Excesivo. Sin valor'

'Si el pudiera conocerte mejor'

Sirius, sumido en su tristeza y dolor, se encontraba en un lugar apartado, reflexionando sobre las palabras de Remus. Aceptaba que eran diferentes, pero ¿qué tenía esa chica rubia que él no tenía? Al pensar en ella, frunció el ceño, pero no sentía ninguna animosidad hacia ella. Reconocía que era una gran mujer y que Remus había quedado maravillado por su presencia.

En ese momento, James hizo su presencia, tratando de consolar a Sirius. "No debes culparte, al fin y al cabo, nada de esto es tu culpa", le aseguró.

"Lo sé, pero no puedo evitar sentirme triste. Él tiene razón, seguro está interesado en esa chica que vive y tiene lindas mejillas sonrojadas", expresó Sirius con un suspiro de resignación.

"No es lo que yo vi", comentó James repentinamente, captando la atención de Sirius.

"¿De qué hablas, James? ¿Estuviste allí?", preguntó Sirius, sorprendido por las palabras de su amigo. En ese momento, una araña llamada Lily se unió a la conversación, seguida de un murciélago llamado Peter.

Lily intervino para explicar lo que James intentaba transmitir. "Lo que trata de decirte, querido, es que Remus no siente nada por esa chica, y tú también lo viste cuando apareciste allí."

Sirius suspiró tristemente mientras recordaba las palabras de Narcissa sobre su supuesto compromiso. "Pero ella dijo que era su prometida", mencionó, envuelto en una mezcla de confusión y tristeza.

"¡Sirius, Remus no está interesado en esa chica! Además, creo que la única persona que Remus ve de manera especial eres tú", aseguró Peter, y tanto James como Lily estuvieron de acuerdo con sus palabras.

'Y el anillo no lo lleva donde deberia estar'

'Ni siquiera toca piano'

'Mucho menos cantar, no se puede comparar'

'Y ¿Que? aún respira'

'Y ¿Que? no importante. Excesivo. Sin valor'

'Si solo viera lo especial que puedes ser'

'Si el pudiera conocerte mejor'

"Pero..." Sirius quiso decir otra cosa.

Sirius intentó decir algo más, pero James lo interrumpió. "Pero nada, ¿qué tiene esa chica que tú no tengas?", preguntó directamente.

"Ella tiene pulso, está viva al igual que él. Es hermosa y especial para Remus", admitió Sirius, su mirada perdida en las calles mientras recordaba cómo Remus se alejaba hacia el Prado de Rosas, donde lo vio sentarse y quedarse allí.

Las palabras de Sirius resonaron en el aire, dejando una sensación de tristeza y resignación. Mientras observaba la figura solitaria de Remus en el prado, una pregunta invadió su mente: ¿cómo podría competir con la vida y la belleza que esa chica representaba para Remus?

El amor y el dolor se entrelazaban dentro de Sirius, mientras luchaba con sus propios sentimientos y la idea de perder a Remus. ¿Podría encontrar una forma de demostrarle a Remus lo que significaba para él, a pesar de las diferencias que los separaban? ¿O tendría que enfrentar una difícil realidad y aprender a dejarlo ir?

Mientras Remus vagaba por las calles, se sentía culpable por haberle dicho a Sirius lo que dijo. Sentía que no se merecía tal trato injusto. Sin embargo, también se preguntaba si merecía todo lo que estaba pasando. Tal vez, de alguna manera, sí lo merecía.

En medio de su caminar sin rumbo fijo, Remus se encontró pensando en Narcissa. Soltó un suspiro y se cuestionó por qué seguía pensando en ella. Después de todo, él le había causado daño. Pero una duda surgía en su mente: ¿Sentía algo romántico por ella después de todo? La respuesta era un claro no. Podía verla como una amiga, pero convertirse en pareja de por vida era un tema que ni siquiera quería abordar.

Después de enfrentar todas las dudas anteriores, surgió en la mente de Remus otra interrogante mucho más profunda y desconcertante: ¿estaba enamorado de Sirius? Su corazón dio un vuelco repentino y sus nervios se agitaron, causando una sensación similar al sonrojo. Pero, ¿cómo era posible enamorarse de alguien que estaba muerto? Remus soltó un suspiro, tratando de entender y procesar sus sentimientos, pero la respuesta seguía siendo confusa y compleja.

Con la mente llena de pensamientos y emociones tumultuosas, Remus decidió alejarse y buscar un lugar en el que pudiera meditar y encontrar la claridad que tanto anhelaba. Siguió caminando, buscando otro sitio donde pudiera descubrir respuestas a sus preguntas y encontrar un poco de paz interior.

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"Lo que te digo es cierto, madre", exclamó Narcissa. No pasó mucho tiempo antes de que la señorita Black compartiera con su madre lo que había presenciado con sus propios ojos.

"Lo que me dices, Narcissa, no tiene sentido alguno", le respondió directamente su madre, mirándola seriamente. Druella no podía comprender la idea de que alguien pudiera relacionarse con una persona muerta. Pero Narcissa se aferró a su versión de los hechos.

"Pero madre, es la verdad. Remus estuvo aquí", insistió Narcissa, animándose a explicar lo que había presenciado. Los ojos de Druella se abrieron con sorpresa ante la mención del nombre del joven.

"¡Con un hombre muerto! Y ambos se fueron, desaparecieron aquí", trató de explicar Narcissa rápidamente, y en ese momento, la dama de compañía intervino para calmar la situación.

"Querida, estás temblando. Sería mejor que te traiga una cobija", le aseguró la mujer amablemente.

Pero Druella, llena de sarcasmo y desdén, respondió: "Trae una camisa de fuerza, parece que se ha vuelto loca de remate", y salió de la habitación con furia en sus pasos.

Narcissa se negó a quedarse de brazos cruzados y, decidida, escapó de casa para buscar al pastor y obtener su ayuda en la situación. Sin embargo, sus intentos fueron frustrados cuando fue llevada de vuelta a casa por fuerza.

Su madre, Druella, tomó la situación en sus manos y sentenció que Narcissa se casaría con Lord Malfoy, poniendo fin a cualquier posibilidad de escape o elección propia para la joven. Era una decisión impuesta, llena de control y manipulación.