Hola hermosas, ¿Cómo están? Espero que muy bien, quiero agradecer profundamente sus lecturas, estoy impresionada por la respuesta que ha tenido esta historia, gracias infinitas.
Los personajes de Candy Candy no me pertenecen, sin embargo la historia es completamente mía. Es sin fines de lucro, siéntete bienvenida a leer pero te recuerdo que NO es pare menores de edad, ni para personas sensibles al tema adulto. Gracias por comprender.
SEPARADOS POR LA SANGRE
Difícil Convivencia
"La convivencia: La convivencia es una de las cualidades más importantes en una sociedad, ya que nos permite vivir en paz y en armonía. Convivir con los seres que amamos no siempre es sencillo, sin embargo ese amor que tenemos hacia ellos nos hace sacar de nuestro interior esa fuerza para lograrlo".
ONCE
La cena se llevaba a cabo con bastante tensión en el ambiente, tensión que sentía todo mundo menos Eleanor, quien sonreía y hablaba de todo a los invitados y su familia.
-¿Candy tú ya conocías a Annie? – Preguntó Eleanor a la rubia, quien había permanecido en silencio por mucho tiempo y ella sabía que la enfermera no era para nada silenciosa.
-Sí. – Respondió Candy con timidez, mirando a Annie porque no estaba segura si quería que dijera desde cuando se conocían.
-Candy y yo nos criamos en el mismo orfanato. – Dijo Annie con una sonrisa a la actriz. Eleanor se sorprendió con la respuesta de aquella distinguida jovencita. Candy la miró igual con sorpresa por su respuesta y le sonrió agradecida.
-¿De verdad? – Preguntó Eleanor para saber más del tema.
-Annie y yo crecimos como hermanas. – Dijo Candy mirando a Annie fijamente. Annie le sonrió comprendiendo aquella mirada.
-¿Hace mucho que no se veían? – Preguntó Eleanor con insistencia, ya que la seriedad de la cena la estaba matando y aunque ella era una mujer callada le gustaba el bullicio de las masas, acostumbrada al público no se sentía tan bien entre tanto silencio, creía que Candy estaba así por la plática que habían tenido.
-Hace unas semanas que no sabía nada de ella. – Dijo Candy mirando a su casi hermana como preguntando el motivo de su repentina desaparición. Annie sabía bien lo que Candy quería saber.
-Hace poco terminé con mi novio. – Dijo Annie con pena por revelar ante tantas personas lo que había sucedido con Archie, pero al mismo tiempo quería que Candy se enterara de sus motivos, pero por alguna razón tenía miedo de enfrentarla a solas. Todos la miraron sorprendidos, sobre todo Candy quien no sabía que había terminado antes con Archie cosa que no era así. Anthony apretó la mano de Annie como dándole valor y reconfortándola, sabía que la joven sufría por su primo. Candy notó aquel gesto y sintió doler más su pecho. – Y viajé a Nueva York para estudiar música. – Dijo sin querer ahondar mucho en el tema.
-¿Ahí conociste a Anthony? – Preguntó Eleanor una vez más. Annie asintió con una sonrisa.
-Nos conocimos hace muchos años. – Dijo Annie para sorpresa de Candy, quien puso atención a sus palabras. – Cuando fui adoptada por mis padres. – Agregó una vez más. – Pero no lo había vuelto a ver hasta que vine a Nueva York. – Dijo de nuevo, bajando la voz con timidez como siempre lo hacía. Anthony le sonrió y volvió a tomar su mano con delicadeza.
-Pues lo siento mucho por el elegante. – Dijo Terry de pronto. – Pero creo que haces mejor pareja con mi hermanito que con él. – Dijo una vez más el actor. Candy sintió que la sangre le subía a la cabeza, solo Annie notó el color rojizo de su rostro. Anthony lo miró fijamente, no comprendía ese afán de llamarlo "hermanito" a veces con tanta ironía.
-Anthony y yo solo somos amigos… - Dijo Annie queriendo dejar en claro a la rubia que eso era lo que eran, aunque en el fondo de su corazón sintió una extraña tristeza que no alcanzaba a descifrar muy bien.
-Lo comprendo, Anthony tiene muchas amigas. – Dijo Terry con travesura, le causaba gracia que Anthony tuviera tantos intereses femeninos. Anthony lo miró comprendiendo su punto y solo levantó su ceja y sonrió de lado.
-A veces es imposible evitarlo. – Dijo como dándole la razón, algo que no le cayó bien a Candy y que Annie pudo entender en las miradas que se dirigían. Terry sonrió de lado con cierto gusto en su pecho.
-Salud por eso. – Dijo Terry levantando la copa como si fuera un festejo para él.
-Y dime Candy, ¿Cómo está el señor William? – Preguntó Eleanor de pronto, algo que llamó la atención a Vincent, no solo porque así se llamaba su difunto suegro, sino porque también era el nombre de su cuñado.
-La verdad no lo he visto. – Dijo Candy con pena al escuchar el nombre de su protegido.
-¿William? – Preguntó Vincent queriendo saber más. Eleanor asintió.
-William Ardlay, el padre adoptivo de Candy. – Dijo Eleanor a su esposo. Vincent miró a Candy y comprendió en el acto quien era la joven que estaba junto a su hijo menor. El rostro de Vincent parecía un poema mirando entre los dos jóvenes, miró a Anthony y este asintió discretamente confirmándole a su padre que efectivamente aquella hermosa dama que estaba frente a él era la misma niña pecosa que él había amado en su infancia.
Vincent de pronto comprendió la actitud de su hijo, comprendió el motivo por el cual estaba tan atento con la señorita Britter y porque intentaba mostrarse como un mujeriego cuando sabía bien del respeto que él profesaba por la mujer. El mayor suspiró resignado a la suerte de su primogénito.
Anthony bebió la copa que tenía frente a él de un solo trago, parecía que al su padre descubrir su secreto hubiera abierto una puntada más a la herida de su corazón.
-Vaya, al parecer también sabe beber. – Pensó Terry complacido, por alguna extraña razón disfrutaba descubrir los defectos en Anthony, era como si se comparara con él sin proponérselo, o tal vez porque su madre lo había hecho en algunas ocasiones de manera inconsciente, pero de alguna forma le daba gusto saber que no era tan perfecto como creía que aparentaba ser.
-No lo sabía. – Dijo Vincent con una sonrisa incómoda, Candy comprendió que ya sabía de quien se trataba y se sintió culpable como si ella fuese responsable de aquella trampa del destino.
Vincent sintió que de pronto su pasado se le venía encima, Eleanor no sabía que él había pertenecido un tiempo a la familia Ardlay, lo único que sabía era de la vida de él y que era viudo con un hijo, pero jamás había mencionado el nombre de su difunta esposa o el parentesco con tan importante familia, para él hacía mucho tiempo había quedado deslindado de ellos.
-Pero querido si Candy es una de las herederas más cotizadas de los Ardlay. – Dijo Eleanor con naturalidad. Candy se sintió incómoda por la manera en la que la describía la actriz, ella en ningún momento se había sentido como tal.
-Pero no por eso estoy con ella. – Dijo Terry advirtiendo a su madre que su comentario estaba de más.
-Yo tengo que irme. – Dijo Annie comenzando a sentirse incómoda en el lugar, todo le había caído de golpe, enfrentarse con su hermana, revivir que Archie no la quería y recordar que amaba a Candy y sumarle a todo eso tener que ver cómo Anthony se esforzaba por tratarla de una manera tan amable frente a ella la hacía sentir verdaderamente molesta. - ¿Qué te pasa Annie? – Se reprochó ella misma al descifrar la molestia en su pecho.
-¿Te encuentras bien? – Preguntó Anthony levantándose de pronto junto con ella. Candy observó extrañada aquel comportamiento, le parecía que Anthony estaba demasiado atento con ella para ser solo una amiga.
-También era muy atento contigo antes… - Le dijo el subconsciente a la rubia, como si este mismo la castigara recordándole que cuando él estaba enamorado de ella la trataba de la misma forma.
Candy no podía evitar que su corazón le doliera profundamente, un dolor que comenzaba a arder más como una herida punzante que se hubiera abierto de nuevo en su interior, una herida que ella calló siempre llevar en su alma y que ahora supuraba dolor y coraje en su interior.
-Estoy bien. – Dijo Annie llevando su mano hacia su frente, de pronto se había sentido un tanto mareada. – Debe de ser el vino, no estoy acostumbrada a beber. – Dijo Annie con una sonrisa de lado, echándole la culpa al par de tragos que había bebido con la cena.
-Te llevo a tu casa, no quiero que vuelvas a sentirte mal. – Dijo Anthony realmente preocupado por ella. Candy se levantó al escuchar que su hermana se había puesto mal antes.
-¿Ella es la joven que llevaste al médico? – Preguntó Terry también preocupado por Annie, él la estimaba por ser la hermana de Candy y por haber mandado al diablo a Archie.
-¿Al médico? ¿Qué te ocurre Annie? – Preguntó Candy levantándose casi al mismo tiempo que Terry.
-Hace unos días Annie se desmayó en el instituto. – Respondió Anthony a las preguntas de Candy sin volear siquiera a verla.
-No es nada de verdad. – Dijo Annie con el malestar comenzando a aumentar. Su piel se ponía pálida y todos podían notar la descompensación que mostraba.
-Llévate mi coche. – Dijo Terry lanzando las llaves del automóvil que tenía al rubio. Anthony agradeció con la mirada el gesto del joven actor.
-Déjame revisarte. – Dijo Candy decidida a hacerlo, rodeando la mesa para acercarse a Annie.
-No Candy…
-No Annie… - Dijo Candy interrumpiendo la negativa de Annie, quien vio como la rubia estaba decidida a ver por ella.
Al momento que Candy tomó la espalda de Annie se encontró con la mano de Anthony, quien de inmediato al sentir su contacto retiró su mano. Candy lo miró fugazmente, pero en aquella mirada había un reproche, un reproche que le dolía cada vez más y que se estaba esforzando por ocultar. Anthony la miró de la misma forma, también él le reprochaba algo que ella no sabía qué era pero que tal vez imaginaba.
-¿Pero qué le pasa? ¡Yo soy la que debe estar ofendida! – Se preguntó Candy indignada cuando vio la mirada fría que le dirigía, una mirada muy diferente a la que le dirigía a Annie.
-Tú mirada hacia mí ahora es fría y distante. – Pensó Anthony intentando convencerse a sí mismo que no le importaba aquella fría mirada llena de reproche. Él comprendía realmente que ya no lo amaba, pero también sabía que debía estarlo odiando al haberlo descubierto de esa manera.
Ambos ayudaron a Annie a pasar al salón de té para que Candy pudiera revisarla, mientras la ayudaban no podían evitar que sus manos tuvieran un leve roce, un contacto efímero pero que al mismo tiempo los hacía rememorar viejos tiempos, tiempos que sabían ambos habían quedado en el pasado, en un pasado que había "enterrado" tanto tiempo atrás y que al parecer eso mismo que habían enterrado se removía ansioso en las profundidades de su alma buscando abandonar su olvido, aunque ellos mismos volvían a presionarlo en el fondo de su corazón para evitar su resurrección.
Anthony decidió llevar a Annie en brazos para sorpresa de las dos jóvenes, decidiendo poner fin a ese contacto que comenzaba a quemarle la piel, a hacerlo sentir inquieto, no quería delatarse frente a Terry, sabía que por alguna razón Candy había hecho como que no lo conocía, tal vez porque no quería reconocerlo o tal vez porque lo estaba odiando tanto que no quería recordarlo.
Candy se detuvo un segundo al ver que Anthony levantaba en el aire a su hermana, mientras ella sentía el vacío de su contacto. Sonrió con tristeza y con su otra mano acarició la mano que había sentido aquel plácido calor. Sus memorias la llevaron a la noche en la que él la había cargado de la misma forma en el corredor del tercer piso.
-Annie estará bien. – Dijo Terry queriendo reconfortar a la rubia. Candy lo miró sorprendida, no había sentido que estaba junto a ella y lo único que atinó a hacer fue sonreír como agradeciendo el intento por subir su ánimo.
-Vuelvo en un momento. – Dijo Candy a su novio para advertirle que se quedara esperando junto a los demás.
Caminó hasta el salón donde Anthony se había llevado a Annie y a pesar de que las piernas le comenzaban a falsear por los nervios, se daba valor por ayudar a su hermana, sabía que ella la necesitaba una vez más y debía hacerlo.
-Annie, necesitas descansar. – Le decía Anthony a la joven cuando Candy entró. Él tenía sus manos sosteniendo ambas manos de la joven Britter y ella lo miraba con una sonrisa tierna, una sonrisa que Candy creyó haber visto en ella anteriormente. La rubia se quedó sin aliento al recordar a quien había sido dirigida.
-Siento interrumpir. – Dijo Candy con seriedad, se sentía fuera de lugar, pero debía ayudar a Annie.
-No se preocupe señorita Ardlay. – Dijo Anthony con frialdad a la rubia, quien se quedó helada al escuchar la manera tan fría de dirigirse a ella. Anthony se puso de pie y salió del salón pasando junto a la enfermera sin siquiera mirarla. – Yo ya me iba. – Agregó cuando pasaba junto a ella sintiendo como el viento generado por su paso la golpeaba suavemente y el antiguo aroma que él desprendía de su cuerpo volvía a golpear su olfato con deleite.
Candy se quedó por unos segundos de pie, no sabía cómo reaccionar a aquel comportamiento, creía que había arruinado la cercanía que ambos mostraban y no sabía cómo actuar frente a la pelinegra.
-Candy… - Dijo Annie comprendiendo su sentir, sabía que su hermana estaba sufriendo y sabía bien que se encontraba en un dilema en su corazón. Candy miró a Annie como si acabara de salir de un trance.
-¿Cómo te sientes? – Preguntó Candy, saliendo a flote la enfermera que vivía en ella. Annie sonrió por su genuina preocupación, a pesar de que debía estar molesta con ella la estaba cuidando como siempre.
-No tienes que angustiarte Candy. – Le dijo intentando advertirle que ya se sentía bien. – De verdad ya me siento bien. – Dijo de nuevo a la rubia que estaba frente a ella tomando su pulso.
-Tienes tu pulso acelerado. – Dijo Candy evitando preguntar sobre Anthony, quería hacerlo, sin embargo al mismo tiempo no quería saber nada.
-Candy. - Le dijo Annie con ternura, tomando su mano para que la rubia pusiera atención. – Estoy bien de verdad. – Agregaba con tranquilidad.
-Pero tú… te sentiste mal antes… - Decía Candy un poco desubicada, no podía concentrarse en la revisión que había ofrecido si su mente continuaba enfocada en lo que estaba sucediendo.
-Estoy bien, últimamente he descuidado mucho mi salud. – Dijo Annie a su hermana, reconociendo por fin que había descuidado mucho su alimentación y su descanso.
-Annie ¿Por qué te fuiste? – Preguntó Candy enfocándose por fin en ella. Annie sonrió con amargura y tristeza, mirando a Candy a los ojos para después desviarlos con vergüenza, sentía vergüenza mencionar el motivo de su huida, no quería ofender a Candy, no quería responsabilizarla de algo que ya no tenía caso recordar.
-No tiene caso Candy… - Dijo Annie con los ojos acuosos. Candy la miró con más preocupación que nunca.
-Por supuesto que sí, todos estábamos muy preocupados por ti, todos incluso Archie. – Dijo Candy para hacerle ver lo importante que era para todos ellos y no solo para los Britter. Annie abrió los ojos sorprendida al escuchar esto último.
-¿Archie? – Preguntó como si de pronto aquel nombre fuera lo único que él había mencionado, sin embargo esa efímera alegría que había tocado como una leve corriente eléctrica en su corazón de la misma manera que había aparecido se había esfumado de ella. Candy asintió. – No creo que tanto. – Agregó con tristeza. – Hace unos días vi su foto en el teatro junto a la señorita Williams. – Dijo levantándose nerviosa de su lugar. Candy la observó sintiendo pena, ella sabía de aquella salida que había tenido Archie y también sabía que no era la primera ni la única que tenía en las próximas semanas.
-Archie se ha estado comportando extraño. – Dijo Candy a Annie quien sin querer hacerlo ponía atención a lo que la rubia tenía qué decir. – Desde que te fuiste al creer que no lo amabas se ha sentido desubicado, molesto, ha salido con algunas jóvenes intentando olvidarte pero no lo ha conseguido… - Decía Candy intentando hacerle ver que Archie realmente la extrañaba. Annie sonrió de lado, ella sabía bien que el comportamiento de Archie no era por su amor hacia ella, sino por el orgullo herido al haberlo abandonado.
-Creo que lo está haciendo muy bien. – Dijo Annie sin querer hablar más de él, no tenía caso recordarlo, ahora Archie representaba su pasado. – Gracias Candy, pero necesito irme a casa, me siento cansada. – Dijo una vez más la joven, dirigiéndose a la salida del salón. – Y Candy… - Dijo antes de atravesar la puerta. La rubia la miró esperando hablara. – No le digas a Archie que estoy aquí. – Le pidió con súplica en sus ojos, una súplica que anunciaba el dolor que aún llevaba en su corazón. Candy asintió resignada a callar lo que había descubierto.
Candy se quedó de pie consternada por la actitud de la joven Britter, preguntándose en qué momento su primo había pasado a segundo plano ya que siempre se debilitaba al escuchar que Archie se encontraba mal y ella le había dicho que su primo la extrañaba y que su comportamiento era porque no sabía cómo manejar el dolor de su abandono, palabras que Annie no había creído en absoluto, mucho menos después de que ella misma había visto en los titulares del periódico una fotografía donde se mostraba gallardo junto a aquella hermosa joven.
-¿Cómo te sientes? – Preguntó Anthony al ver que Annie salía del salón. Candy estaba detrás de ella observando cómo el rubio se preocupaba por su hermana. Aquella actitud de Anthony hacía que le doliera su corazón profundamente, le dolía tanto que casi olvidaba su terrible engaño.
-Estoy bien Anthony. – Dijo Annie con una sonrisa, se sentía tan bien saberse querida por alguien que no fuesen sus padres, porque ella sabía que Anthony la apreciaba realmente.
-¿Cómo está Candy? – Preguntó Terry a la rubia, Anthony suspiró agradecido porque alguien más hubiera hecho esa pregunta, él no se sentía apto para verla de frente una vez más.
Anthony al igual que Candy estaba cada vez más vulnerable por la situación, necesitaba salir de la mansión de inmediato, necesitaba tomar aire y volver a tomar esa fuerza que tenía cuando la había olvidado. El rubio comprobaba de repente que no tenía la misma fuerza de voluntad cuando la tenía tan cerca.
-Me encuentro bien. – Respondió Annie por la rubia, ya que sabía bien que la pobre enfermera ni tiempo había tenido de revisarla como se debía. – Y ya me puedo ir. – Agregó mirando a la rubia, quien asintió a todos a lo que decía su hermana.
-Necesita descasar. – Dijo Candy con una sonrisa forzada, no tenía el más mínimo ánimo para sonreír pero debía hacerlo por Terry y por Eleanor.
-La llevaré a su casa. – Dijo Anthony con seguridad, ofreciendo su brazo para que Annie se apoyara en él. Candy se quedó observando a la pareja que salía de la mansión, suspirando con melancolía porque algo le decía que el motivo de la fuerza que ahora mostraba Annie era precisamente por el rubio que la acompañaba. Terry se acercó a ella y le besó los labios con recato, un movimiento que Anthony alcanzó a ver antes de salir de la mansión.
-Ella estará bien, está en buenas manos. – Dijo Terry con inocencia, intentando calmar a la rubia que se veía realmente preocupada por su hermana.
El camino hacia la mansión Britter fue en total silencio, Anthony no había dicho ni una sola palabra, su mirada estaba fija en el camino, poniendo atención a las calles que iluminaban las luces del coche. Annie estaba en silencio, sabía bien que Anthony estaba luchando por lo que tenía en su interior.
-¿Cómo te sientes? – Preguntó Annie con pena por sacarlo de sus pensamientos. Después de unos minutos Anthony regresó a la realidad y giró su rostro a la joven.
-¿Perdón? – Dijo Anthony evidenciando que no había respondido porque no venía poniendo atención. Annie sonrió un tanto desilusionada.
-Te preguntaba cómo te sientes. – Dijo Annie de nuevo. Anthony le sonrió con ternura.
-Creo que esa pregunta debería estarla haciendo yo. – Dijo entrando a la mansión de la joven.
-Sabes bien por qué te lo digo. – Dijo Annie con esa confianza que se había dado entre ellos. Anthony suspiró profundamente, confiaba en ella, pero había dentro de él algo que no podía confiar ni siquiera a sí mismo.
-Eso ya es cosa de pasado. – Dijo Anthony intentando convencerse a sí mismo que así era, sin embargo Annie era experta en leer las heridas de un corazón roto.
-¿Qué vas a hacer? – Preguntó de nuevo la joven. Anthony la miró fijamente pensando por unos segundos su respuesta. Annie se perdió en aquella profunda mirada y sin saber por qué pensó en Archie.
-Nada, ella está con Terry, lo nuestro fue tan solo un juego de niños, una simple ilusión. – Decía intentando convencerse a sí mismo en el fondo de sus palabras. – Descansa. – Dijo Anthony para despedirse de la joven.
La había acompañado hasta la puerta de la mansión, besó su mano con la propiedad de todo caballero y esperó a que la joven se adentrara al interior, mientras él vigilaba expectante haberla dejado a salvo en su hogar.
Annie entró a la mansión con el corazón acelerado, no lograba comprender del todo lo que sucedía en su interior, por un lado se negaba a reconocer que continuaba amando a Archie y por otro se negaba a reconocer que había algo que Anthony producía en su interior, algo que la hacía sentirse importante para alguien, algo que jamás había sentido en su vida de esa manera y que le agradaba profundamente.
Anthony por su parte no tenía la menor intención de regresar a la mansión, necesitaba tomar ese valor que había perdido tan repentinamente en una sola noche al encontrarse de esa forma con ella, le había dolido profundamente darse cuenta del porqué Terry se le había hecho conocido desde un principio y no solo por el breve encuentro que había tenido con él cuando se había enfrentado a Archie, le dolía más saber que era porque era aquel joven que había besado a Candy en Escocia.
-¡Maldita sea! – Dijo el rubio conduciendo por la ciudad sin destino fijo. Lo bueno de Nueva York era la cantidad de lugares en los que podía parar aunque fuesen las diez de la noche, la ciudad nunca dormía y en esos momentos le parecía a él que el sueño no acudiría a él.
Llegó a una pequeña taberna que estaba cerca de la calle principal, ordenó un vaso de licor pidiéndolo doble, necesitaba controlarse antes de regresar a su hogar y enfrentarse nuevamente a la presencia de ella.
Se llevó el trago a su boca y lo acabó de un jalón, mientras unos ojos coquetos lo habían seguido desde el momento mismo que entró al discreto tugurio.
-¿Necesitas compañía? - Preguntó la joven con coquetería, con una sonrisa de lado. Anthony la observó fijamente, la joven era hermosa a pesar de su vulgar vestimenta y su perfume barato.
El rubio permitió que se acercara a él y la joven rozó su pierna con la de él. Anthony acarició su muslo y subió su mano hasta llegar a sus caderas. La joven estaba emocionada porque por primera vez le había tocado un cliente tan guapo, uno con quien podría irse a retozar sin cobrarle un centavo por su trabajo. Acercó su rostro al de él buscando besar sus labios pero Anthony la rechazó. La joven se sorprendió por la acción del rubio.
-Lo siento, quiero estar solo. – Dijo Anthony sin dejar de mirarla a los ojos, en aquella mirada había decisión, tanto que la joven se sintió nerviosa por la manera en la que le había hablado. Anthony colocó en su mano un billete de alta denominación. La joven bajó la mirada y se retiró del lugar buscando a otro cliente con quien pasar la noche. – Otra. – Dijo anunciando al cantinero que deseaba un copa más.
Anthony pasó más tiempo dentro de aquella taberna pensando y girando el contenido de su vaso que bebiendo, solo dos copas se había tomado de golpe y la tercera la estaba contemplando. Miró su reloj y supo que ya era hora de retirarse, pagó el servicio y de la misma manera que había llegado se retiró del lugar sin observar a los presentes. Desde la noche del barco se había jurado no volver a tomar hasta perderse, pero al mismo tiempo había desarrollado una tolerancia al alcohol que lo había ayudado muchas veces en su camino.
Estacionó el vehículo en el lugar donde Terry siempre lo dejaba y observó la gran mansión advirtiendo que como lo había pensado ya todos estaban dormidos. Suspiró con fuerza antes de subir las escaleras y abrir con cuidado el portón principal, no quería despertar a nadie y a pesar de que las habitaciones estaban separadas del salón principal no quería hacer ruido.
Caminó entre la oscuridad de la mansión dirigiéndose hasta las escaleras, al llegar al segundo piso tomó el corredor que lo llevaba hasta su habitación.
-Te estaba esperando. – Dijo una voz a su espalda, una voz que él identificaba muy bien porque la llevaba grabada en su corazón y no había cambiado en absoluto. Anthony se detuvo de pronto y giró su cuerpo para encontrarse con aquella joven que le había roto el corazón años atrás.
-No veo el motivo de tu espera. – Le dijo con frialdad, una frialdad que heló a Candy y la hizo molestar aún más. Se acercó a él con los puños apretados y con la quijada trabada por el coraje.
Un fuerte golpe se escuchó en medio de la noche, un golpe que Candy le había propinado en la mejilla al rubio con tal fuerza que le había dejado el rostro ardiendo, sin embargo la fuerza del impacto no logro desestabilizar al rubio, este tan solo se frotó el lugar afectado.
-¿A mano? – Le preguntó con la misma mirada fría y profunda que le había dirigido desde que la miró esa tarde. Candy abrió los ojos sorprendida por su pregunta, dando un paso hacia atrás como arrepintiéndose de su atrevimiento. – Con su permiso señorita Ardlay. – Le dijo haciendo una reverencia con respeto hacia ella, una reverencia que Candy vio como una burla a su persona, quería hablar con él, quería reclamar sus engaños y mentiras, quería al mismo tiempo saber qué había pasado y convencerse al mismo tiempo que no le importaba nada de lo que tuviera que decir, sin embargo al mismo tiempo quería saber, quería una explicación.
-¿Por qué me mentiste? – Preguntó Candy ya una vez recuperada al ver que él quería escapar de sus explicaciones. – ¿Qué te hice para que me ocultaras que estabas con vida? – Preguntó una vez más la rubia. Anthony se detuvo de pronto y sonrió con ironía pero esto Candy no lo vio. – ¿Por qué si no querías estar conmigo no me hablaste de frente en lugar de mentirnos a todos y fingir una muerte que nunca pasó? – Preguntó Candy poniéndose una vez más frente él para que le respondiera sus preguntas. - ¡Respóndeme! – Dijo Candy levantando la voz de pronto, apuñando las manos para buscar dar otro golpe más en el rostro del rubio y lograr hacerlo reaccionar para que le contestara sus dudas.
-Un momento. – Le dijo Anthony deteniendo su mano para evitar que volviera a golpearlo, mientras con la otra tapaba su boca para evitar que levantara la voz nuevamente.
La llevó a un pequeño salón de lectura que estaba en el segundo piso, mientras la rubia forcejeaba para que la soltara, no quería estar tan cerca de él, su contacto le quemaba la piel. Una vez que entraron al salón Anthony cerró la puerta aún sin soltarla, un pequeño forcejeo se dio entre los dos, un forcejeo donde Candy tiraba golpes y Anthony los evitaba intentando no hacerle daño, porque a pesar del rencor que sentía hacia ella era una dama y no quería lastimarla.
-¡Suéltame! – Le decía Candy insistiendo en tirar sus golpes según ella para defenderse.
-¡Tranquila! – Le decía Anthony sosteniendo sus manos para evitar ser golpeado.
De pronto el forcejeo se detuvo, sus rostros habían quedado muy cerca el uno del otro, sus respiraciones estaban un tanto agitadas por aquel forcejeo y sus miradas estaban fijas la una en la otra, sus cuerpos estaban muy pegados entre sí, sus pechos subían y bajaban acelerados y sus bocas estaban exhalando su aliento, bebiéndose entre sí ese calor que sus cuerpos transpiraban. Anthony soltó las manos de la rubia lentamente y estas fueron bajando por su cuerpo, el alcohol que tenía en su cuerpo no le permitía pensar con propiedad, no estaba borracho, sin embargo no estaba totalmente consciente. Ninguno de los dos se separaba, ninguno quería perder ese calor que sus cuerpos generaban y que les era totalmente agradable.
El cuerpo de Anthony reaccionó para su desgracia y sin pensarlo la aferró a su cuerpo por la cintura y Candy se dejó agarrar colocando sus manos sobre su pecho, lista para alejarlo de ella de ser necesario. Anthony respiraba cada vez con más dificultad, le costaba mantener su ritmo normal de respiración, se dedicó a observar cada centímetro de su rostro, observó cada peca que apenas se percibía por la oscuridad del lugar. Candy no se movía, permanecía observando el rostro del aquel joven que tanto recordaba en su corazón. Sus labios se rozaron por unos segundos y bebieron su aliento, cerrando ambos los ojos para abandonarse a aquella agradable sensación, era claro que les agradaba estar así de cerca el uno del otro.
El calor en el cuerpo de Candy fue aumentando, ella jamás había sentido un calor de esa magnitud en su cuerpo, jamás había sentido como su vientre ardía y palpitaba su interior logrando sofocarla tan rápido. Ella abrió los labios para liberar ese calor que emanaba de su interior y Anthony volvió a beber su aliento, sintiendo como aquel cálido aroma se colaba por sus fosas nasales y se posaba en su libido de manera silenciosa.
Anthony fue el primero en reaccionar y la soltó arrepentido por haberla sentido de esa forma, no era de caballeros tener a la novia del hijo de su madrastra entre sus brazos en un situación tan comprometedora, porque como era de suponer Candy no se había puesto a pensar que se había salido de su habitación para esperarlo con el camisón de noche que usaba para dormir, cuando debajo de él ya se había deshecho del corsé y de sus interiores y tan solo el camisón y el refajo que llevaba era lo único que cubría su cuerpo, él lo pudo sentir claramente.
-Váyase a dormir señorita Ardlay. – Le dijo Anthony girando su cuerpo para permitir que se fuera y ocultar el estado de su cuerpo. Candy lo miró extrañada, sintiéndose frustrada por el deseo que había sentido de probar sus labios por primera vez, sin pensar siquiera que traicionaba a Terry por tan siquiera desearlo.
-¿Eso es todo lo que me vas a decir? – Preguntó Candy con coraje, el calor que ahora sentía su cuerpo y que se había extendido por todo su interior se sentía ahora diferente.
-No hay nada qué decir. – Dijo Anthony sin girarse a verla. – Tú novio se puede dar cuenta que estamos aquí a oscuras y a solas y podría mal interpretarlo. – Dijo nuevamente con las manos en la espalda. Candy veía su cuerpo en la oscuridad de la noche y se sentía indignada porque él no tenía nada que decirle.
-Tiene usted razón señor Brower. – Dijo Candy con indignación, limpiando una lágrima que se le había escapado de sus verdes ojos. – Mi novio puede creer que ha habido algo entre usted y yo. – Dijo la rubia con coraje, con dolor, con rabia, con una mezcla de sentimientos en su corazón que se transformaban en una profunda frustración en su pecho por no haber obtenido una respuesta a las dudas que tenía en su mente.
Anthony no dijo nada, simplemente mantuvo su posición sin girar su cuerpo hasta que escuchó que la puerta se cerraba anunciando la salida de la joven enfermera.
Candy se dirigió corriendo hasta su habitación le había importado muy poco si hacía algún ruido o no, lo único que quería era meterse entre las sábanas y llorar la frustración que tenía en su alma. Su corazón dolía de una manera impresionante incluso después de la supuesta muerte de Anthony dudaba mucho que le hubiera dolido el corazón como le dolía en esos momentos.
-¡Me mentiste Anthony! ¡Me mentiste! – Decía Candy golpeando la cama con fuerza, descargando toda la frustración que tenía en su corazón, golpeando una y otra vez el colchón como hubiera deseado golpearlo a él momentos antes.
Una vez que terminó de golpear el colchón y que se hubo calmado comenzó a recrear aquella sensación que sintió en su cuerpo al tenerlo tan cerca, no comprendía porqué había reaccionado de esa manera, reconoció por un segundo que se había sentido muy atraída hacia él y que había deseado enormemente que la besara, había estado en sus brazos, había bebido de su aliento, cosa que nunca había hecho con Terry porque con él solo eran besos apasionados y a veces castos, pero lo que Anthony le provocó tan solo en unos segundos era algo inexplicable, era un calor que le había borrado todos sus principios y la habían hecho caer en la deliciosa tentación que el rubio representaba. Candy no se dio cuenta que sus mejillas comenzaron a arder una vez más por aquella extraña sensación que la había asaltado en medio de la noche en brazos de Anthony.
-No Candy… - Se dijo acariciando sus labios como queriendo recrear aquel sutil roce que tuvieron momentáneamente, en donde volvió a beber la calidez de su aliento.
Anthony se había quedado un momento más en el pequeño salón de té, no quería encontrarse con Candy, no se sentía con el valor de volver a rechazarla como lo había hecho, se sintió vulnerable una vez más a su mirada cuando la tuvo de frente, reconoció que había estado a punto de tomar su boca y besarla apasionadamente, sin embargo su condición de caballero lo había hecho desistir de aquel atrevimiento, a pesar de que la había sentido vibrar en sus brazos. Gracias a la experiencia que había adquirido después de su encuentro con Giovanna aquella noche en el barco había aprendido a conocer más de las mujeres.
Salió del salón en total silencio, caminando hasta su habitación, una sombra masculina frente a él lo esperaba frente a él por un momento lo confundió con Terry.
-¿Qué sucedió? – Preguntó Vincent a su hijo. Anthony lo miró a los ojos, supo que los había visto. Candy había salido tan rápidamente del lugar que no se dio cuenta que Vincent se había dado cuenta de todo.
-Nada padre, no te preocupes. – Dijo Anthony tomando la chapa de la puerta de su habitación.
-¿Le contaste todo? – Preguntó de nuevo su padre, estaba preocupado de lo que pudiera llegar a pasar si Terry se daba cuenta de todo.
-No tiene caso que le hable del pasado. – Dijo mirándolo a los ojos. Vincent sintió una terrible culpa por lo que estaba sucediendo.
-Habla con ella. – Dijo Vincent una vez más como recomendación. Anthony sonrió de lado y se metió a la habitación cerrando la puerta dando a entender a su padre que no lo haría. Vincent conocía muy bien a su hijo y sabía que después de lo que había descubierto en Escocia se había convertido en un hombre más reservado y cuidadoso con lo que decía o sentía. – Hasta mañana. – Fue lo último que dijo antes de irse a dormir a pesar de que la puerta de la habitación de Anthony ya estaba cerrada.
La mañana llegó para todos y Anthony se había levantado primero, quería encargarse de todas las clases que tenía en el instituto y más cuando había dado el día libre a Annie, al mismo tiempo quería escapar de la rubia. Terry se había levantado también temprano y desayunaba con su madre y Vincent.
-¿Anthony no baja aún? – Preguntó Eleanor a su esposo.
-Anthony tuvo que salir temprano al instituto. – Respondió Vincent con una sonrisa.
-Yo tengo que salir a los ensayos. – Dijo Terry un tanto fastidiado por no poder estar cerca de la rubia.
-También tengo que salir. – Dijo Eleanor quien también estaría ensayando para una nueva obra.
-Yo me quedaré a acompañar a Candy. – Dijo Vincent seguro que eso era lo que les preocupaba a su esposa y a Terry. Terry lo miró con desconfianza. - No te preocupes, ella debe estar aún cansada. – Dijo intentando darle un poco de confianza. Terry asintió, no le quedaba otra porque la pecosa no se levantaba y él debía cumplir un horario en la compañía de teatro. – Es normal por tantas horas de viaje. – Dijo Vincent disculpando a la pecosa.
Terry y Eleanor se despidieron de Vincent, quien se quedaba en la mansión con el único propósito de hablar con Candy y explicarle todo lo que había sucedido con el accidente de Anthony, a pesar de que la rubia era novia de Terry no podía dejar que la joven continuara creyendo que su primogénito era un joven sin escrúpulos que no se había tentado el corazón para engañarla.
Candy se había levantado por fin, estaba sentada frente al espejo y por alguna razón quería verse hermosa aquel día, a pesar del odio que decía sentir por Anthony no podía quitarse de la cabeza el calor que emanaba de su cuerpo cuando había estado tan cerca de él, era algo que jamás había sentido. Con Terry sentía mariposas en su vientre cuando él la besaba, pero con Anthony sintió algo diferente, era un calor que explotaba en su vientre y que le había hecho palpitar su interior, y ese mismo calor se extendía por todo su cuerpo, logrando llegar a su cabeza y hacerla desear ser besada por aquellos labios que rozaban los suyos. Candy removió su cabeza para quitar esos pensamientos de ahí.
-Tranquila Candy. – Se dijo a la imagen del espejo, mirándose a los ojos para concentrarse. – Él te engañó, él te mintió. – Se decía sin dejar de verse a los ojos, como queriendo convencer a su razón de que no era correcto lo que había sentido por él. – Además tú amas a Terry. – Se dijo una vez más, siendo de nuevo ese amigo traicionero que todos llevamos en nuestro interior llamado consciencia el que la regresaba a su dura realidad.
Candy bajó las escaleras dándose valor por encontrarse con Anthony y con Terry al mismo tiempo, se había dado cuenta que estar junto a ellos era lo más difícil que había tenido que enfrentar en toda su vida, casi tan difícil incluso que el duelo que había pasado por Anthony.
-Buenos días. – Dijo la rubia con una sonrisa a Vincent, mirando sorprendida que no había nadie más en el comedor aparte del padre de Anthony y Terry.
-Buenos días Candy. – Le respondió Vincent con una sonrisa a la rubia, sonrisa que ella correspondió avergonzada porque suponía que había llegado tarde. – Te estaba esperando. – Le dijo invitándola a tomar asiento para que desayunara.
-¿A mí? – Preguntó Candy extrañada por lo que había dicho el mayor. Vincent asintió a la pregunta de la rubia y esta se sentó en el lugar que le habían asignado en la gran mesa del comedor.
Continuará…
Hermosas ¿Qué les pareció el capítulo!? Espero que les haya gustado. La situación entre los rubios no es para nada fácil y poco a poco se van enredando más las cosas, pero al mismo tiempo se van encontrando entre ellos a pesar de sus diferencias.
Cla1969:
Ciao meraviglia! Mi fa piacere sapere che ti è piaciuto il capitolo precedente. Ovviamente doveva esserci uno scontro tra loro e sebbene Anthony non si apra completamente con Candy, le sue motivazioni verranno presto rivelate. Grazie mille per il bellissimo commento, sono felice che ti sia piaciuto il capitolo. Ti mando un grande abbraccio!
TeamColombia:
Hola hermosas ¿Cómo están? Me imagino que muy ansiosas por todos los acontecimientos, creo que todos conocemos el carácter de Terry y siempre ha sido así, así que no esperen que cambie pronto. Annie fue invitada de Anthony, la considera una amiga y creyó que se sentiría más a gusto con una amiga ahí él lo explica a Annie cuando la invita. Candy finge porque sabe del rencor que Terry tiene en contra del "jardinero" por el que Candy sufrió y Anthony simplemente no quiere causarle un problema. Anthony simplemente se puso una careta para darse el valor de enfrentarla. Muchas gracias por comentar como siempre hermosas y por entretenerme con sus conclusiones, les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.
Rose1404:
Hola hermosa, me alegra saber que están muy bien. También estoy bien gracias a Dios. Es verdad hermosa, el alcohol puede hacer que una persona noble se convierta en una fiera y viceversa, en imposible saber como afectará el desempeño de cada uno de nosotros, es por eso que Vincent desde su experiencia habló con Anthony cuando le pasó lo de Giovanna, lo buen que con ella no hubo consecuencias (o si?). Para Candy fue fuerte descubrir todo, imagínate lo que será para Terry que es tan dramático! Espero que estés muy bien hermosa y sobre todo que te haya gustado este capítulo. Te mando un fuerte abrazo como siempre.
Julie-Andley-00:
Hola hermosa ¿cómo estás? Espero que muy bien. Una disculpa fue mi error no me di cuenta que no te había agradecido personalmente, pero si me llegó tu comentario, pero fue culpa mía. Creo que era bastante obvio que los celos salieran a flote para ambos, Anthony con Terry y Candy con Annie, a pesar que Candy ha estado muy distante con Terry. Esperemos que Vincent hable con Candy le la haga ver lo que realmente sucedió. Te mando un fuerte abrazo hermosa y una disculpa nuevamente. Saludos!!!
ViriG:
Hola hermosa! ¿Cómo estás? Tanto Anthony como Candy están frente a frente y han hablado... bueno más o menos, lo mismo que Annie y Candy, quienes están sentidas por sus acciones, ellas también tienen que hablar largo y tendido para comprender su proceder. Sí, la historia de Vincent y Eleanor también fue intensa y dejó muchas secuelas que aún están por afectar en su presente. Anthony quiere a Annie como una hermana, pero no puedo asegurar que Annie lo vea de la misma forma a él, insisto ¿Quién no se enamoraría de Anthony? ¡Todas! al ver por primera vez la caricatura todas caemos con él! Así es le llegó el momento, pero creo que el valor se lo dio más el celo que sintió al ver a Annie junto a él, quisiera o no siempre existen esos celos cuando ves a la persona que amas o amaste atento cerca de alguien. Muchas gracias por tus lindas palabras, me alegro que te esté gustando esta historia. Te mando un fuerte abrazo!
Mayely León:
Hola hermosa! Me alegra que pases momentos a solas con tu esposo, bien merecido lo tienen. Muchas gracias por sus saludos, con todo respeto por ti dile que van de regreso para él. Respondiendo a tu pregunta, Anthony quiere convencerse que ya no ama a Candy, pero su actitud fría y distante la utiliza para mantenerse en control de sus sentimientos, creo que es muy claro para todos (incluso para él) que aún la sigue amando, pero poco a poco tendrá que convencerse a sí mismo que ha estado equivocado todo este tiempo. Te mando un fuerte abrazo amiga, mil gracias por leer y comentar.
P.D. La página no deja escribir correos, tendrás que escribir el correo mencionando "arroba" en lugar de poner el signo, si lo haces así te respondo en privado y si no como te digo Pinterest me puedes encontrar con el mismo "nickname" que uso aquí.
Guest:
Hola hermosa, gracias por comentar. Aquí hubo un pequeño avance de lo que va a pasar. Gracias por leer.
Luna Andry:
Hola hermosa! Es verdad! la cena les caerá mal a todos, sobre todo Annie jijijii la pobre al ser tan nerviosa parece que todo le está afectando en su estómago pero tiene a su hermanito Anthony que la ayuda jejejeje. Terry creo que está tan feliz que Candy está en Nueva York que no ha reparado lo que sucede a su alrededor, eso y el coraje que tiene en contra de su padre. Fíjate que Terry ni a mí me ha hecho caso de hablar con su padre, no ha querido tener esa charla necesaria para perdonar culpas, sigue negándose y portándose como niño berrinchudo, quiere hacer lo mismo que con el duque pero por x o por y no le sale la misma con Vincent. Muchas gracias por comentar hermosa, no tiene qué agradecer mi comentario en tú historia, tu historia se vende por sí sola y deja ganas de comentar al respecto. Te mando un fuerte abrazo.
Valery:
Hola hermosa, bienvenida a la historia. No sé por qué creo que eres de Colombia, tu manera de expresarte me hacen sentir que así es (avísame si me equivoco). Me alegra que comentes y leas la historia. Anthony está celoso por eso su actitud, pero en ningún momento ha dicho que Annie es su novia ni la ha presentado como tal, Terry fue el que creyó que así era y lo hizo ver así. Muchas gracias por comentar hermosa, espero que sigas leyendo hasta el final. Te mando un fuerte abrazo.
Zafiro Azul Cielo:
Hola hermosa, una vez más agradecida con que estés aquí pendiente de la historia, me alegra que te guste! jajajaja soy una atrevida! jajaja. Tienes toda la razón, esto se hizo una bola de estambre que por más que se busque enredar en una bola le sale más y más nudos, esperemos que podamos desenredarlo a tiempo jajajaja. Siempre he sido una corazón de pollo en las historias con mucho drama o maldad, siempre he creído que ya hay demasiada maldad en el mundo y que a veces la realidad supera a la ficción, por ello intento no profundizar en la maldad como en sí, por eso no incluyo mucho a Elisa y Neal porque ellos siempre buscaban dañar a Candy de una manera más despiadada, y a pesar de que en estos momentos me mandan muchos mensajes angustiadas, sé que solo será por un momento de tensión. Gracias por comentar las historias que dices de Eleanor y George, la de Dorothy si la había escuchado pero se me hace muy joven para George jajajaja. Gracias por comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo, espero que te haya gustado este capítulo.
Usagi de Andromeda:
Hola hermosa! Me alegra que no hayas podido contenerte, porque así leí tu comentario, me gusta leer lo que tienen que decir de cada capítulo, es mi entretenimiento después de proporcionarles un capítulo. Candy tenía un presentimiento y con cada que avanzaba en la mansión encontraba algo de Anthony, imposible que el rubio no dejara su esencia en el lugar. La pobre de Annie tampoco se esperaba el encuentro con Candy así de golpe, ni que Terry fuera hijo de Eleanor Baker y el "hermanastro" de Anthony (ella aún no sabe que son hermanos) así que también tiene su parte de drama. Hermosa no te preocupes, sé que continuarás leyendo, mi pregunta ahora ¿Sí eres mayor de edad verdad? Porque lo que sigue será intenso y no quiero hacerte sentir incómoda ni obligarte a leer escenas no aptas para alguien menor de edad. Muchas gracias por leer y comentar, te mando un fuerte abrazo hermosa, saludos y por supuesto bendiciones.
Mitsuki Leafa:
Hola hermosa!! Qué gusto tenerte también aquí en esta historia, un placer leer tus comentarios, me alegra que te esté gustando y hayas podido ponerte al corriente. Me alegra y me halaga leer que te han gustado mis historias y te soy sincera, me alegra mucho más que las hayas leído, gracias por dedicarme un mensaje y ojalá que si pudieras recuperar tu cuenta para que las agregues a tus favoritos. Tienes razón tantas historias tan hermosas de mí Anthony que han quedado inconclusas, tantas que deseamos volvieran a actualizarse y darles un fin digno de esta hermosa pareja, ojalá, ojalá, alguna de estas talentosas escritoras nos leyera y nos concediera esa deseo. Te mando un fuerte abrazo hermosa con mucho cariño.
Muchas gracias también a todas y cada una de las lectoras anónimas, gracias por leer y dejarme su comentario. Me alegra mucho que estén al pendiente de cada actualización, les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes. Feliz inicio de semana!
GeoMtzR
01/04/2024
