Aquí Saint Ninja 11 reportándose.

Ahora le toca el cumpleaños a la italo-americana de Aqours, Ohara Mari, la cual le toca su regalo como me gusta hacerlo con un OC masculino.

Como siempre lo diré, si tienen quejas que sus chicas estén con un OC masculino, les recuerdo que lo hago porque quiero y porque se me apetece.

Sin más, comencemos…

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Muchas familias poderosas hablaban entre sí sobre negocios, lo típico de los de la alta aristocracia, no obstante, había algo particular en estos grupos de gente adinerada.

Los Ohara eran una familia la cual poseía su núcleo en Italia, no solo eso, si no que poseían hoteles de lujo en varias partes del mundo por lo que no eran poco conocidos y su fortuna era grande.

La hija de los actuales dueños de los hoteles Ohara, una hermosa rubia de ojos amarillos sería alguien que era pretendida por los hijos de muchos hombres adineradas y de estatus mundial.

Se perdían contar las veces que se le declararon a Mari y pretendían que se formara una relación con la rubia, pero siempre obtenían el rechazo de la chica.

Nadie parecía ganarse su corazón lo que significaría una entrada a la enorme fortuna de los Ohara, pero lo que estos perdedores no sabían es que Mari ya tenía a alguien.

No era de estatus.

No tenía una familia adinerada.

Era de clase trabajadora.

De hecho, el chico era pesquero y ayudaba a su padre con su negocio de pescado el cual estaba bueno, no era la gran cosa, pero les ayudaba a llevar el día a día con algo de ganancia.

Desde que Mari volvió a Numazu, hubo muchos chicos que se embobaron con ella y más por aprovechados ya que querían algo del dinero de los Ohara, pero este chico fue diferente.

Parecía algo extraño y sacado de onda ya que nadie se esperaría que el hijo de pescadores pudiera cazar el corazón de alguien tan importante como Mari.

Pasaron tantas cosas con ellos y cuando menos acordaron, los dos iniciaron una relación sentimental ya que Mari pudo ver a través de él que era honesto y no le importaba la fortuna del apellido de su familia, solo ella.

El chico, de cabello verde oscuro y ojos azules marinos, que respondía al nombre de Tsukimoto Natsuo, sin embargo, Mari lo había apodado cariñosamente Tsuki-kun.

Los dos decidieron encontrarse en el cuarto de Mari la cual estaba ubicada en el hotel que estaba en la costa.

Al inicio, algunos empleados notaron con extrañez al chico ya que a pesar de que venía con ropas normales, se entendía que alguien así viniera a un hotel de lujo, pero todo cambió cuando se dieron cuenta de que venía a ver a Mari y es que ella afirmó esto y lo dejaron pasar.

- Lamento que hayas tenido que pasar por esto, Tsuki-kun.

- No te preocupes, no es como que sea normal que un simple pescador pueda tener algo con alguien de tan alta clase como tú, Mari.

- No digas eso – Mari lo tomó de los hombros – me da igual que digan cosas de ti, pero no te menosprecies de ese modo, eres la persona que me hizo sentir cosquillas en el estómago y me viste por lo que soy, no por lo que tiene mi familia.

- Mari.

- Por eso es que te invité, para que pasemos un rato en pareja – la rubia le sonrió a lo que le dio un beso en los labios, algo que él correspondió.

Las manos de Mari fueron hacia el cabello verde del chico para acariciarlo, pero Natsuo dirigió sus manos hacia el trasero de la rubia, algo que hizo por instinto, no obstante, no pareció molestarle a la italo-americana, es más, enrolló una de sus piernas alrededor de la cintura de su pareja.

- Mari.

- Tsuki-kun – los dos se miraron un momento luego de separarse de su beso – there is my bed (ahí está mi cama).

- ¿Qué? Lo siento, pero no hablo inglés.

- Que me hagas tuya en la cama – Natsuo se sonrojó por eso, pero no tuvo tiempo de pensar en otra cosa ya que Mari lo empujó a la cama.

La cordura de ambos se fue yendo al momento en que la italo-americana se subió sobre él y lo besaba al mismo tiempo que sus caderas se frotaban contra el miembro erecto del chico el cual estaba atrapado en su pantalón.

No tardó mucho para que Mari decidiera liberar al pene de su novio el cual era grande, algo que pensó debido al arduo trabajo que tenía que llevar a cabo diariamente.

- Alguien tiene que quedarse quieto – Mari no perdió tiempo en darle unos cuantos besos a la punta del falo y fue hasta que lo metió totalmente en su boca.

- Ah… M-Mari…

- Tsuki-kun, solo disfruta – la mamada continuó, subiendo y bajando, así mismo, la lengua mojaba el cuerpo del pene del peli verde.

Natsuo no entendía cómo es que su novia podía dar semejante felación de esa manera, pero siguió disfrutándola, incluso cuando las manos de Mari jugaban con sus testículos, lo que lo llevó al final.

- ¡M-Mari! – con ese gruñido, el peli verde soltó su esencia en la boca de Mari la cual se quedó un momento así mientras tragaba lo que podía.

- Delicious – la oji amarilla sonrió levantando su mirada – te corriste bastante.

- Lo siento, pero es que lo hiciste bastante bien, ¿Cómo es que lo haces?

- Viendo vídeos, Honey – Mari estiró un poco sus manos – ¿quieres el plato fuerte?

- ¿El plato fuerte? – el chico no esperó una respuesta ya que notó como Mari le quitaba los pantalones por lo que él hizo lo mismo con su camisa.

El vestido que traía Mari salió volando y lo mismo que su sostén y sus bragas y ni que decir que eso emocionó a Natsuo ya que pudo ver en primera fila los grandes pechos de su novia.

Definitivamente ser de una familia millonaria le había dado un cuerpazo a Mari.

La rubia se subió encima de su novio, pero antes de meterse el miembro en su vagina, solo frotó su húmeda zona erógena sobre la de su novio, esto lo calmó un poco ya que podía sentir el resbaladizo calor de su amante sobre él.

- Mari.

- Tsuki-kun – los dos gimieron un poco por el toque, sin embargo, la rubia lo besó y se sentó sobre su estómago, estando lista para el acto.

- Mari, no tengo condones.

- Me da igual, I want to have unprotected sex – le susurró a lo que sin más, acomodó el pene del peli verde por lo que poco a poco fue bajando hasta que entró en ella.

Mari se quedó quieta al igual que Natsuo, dándole tiempo para que se acostumbrara al tamaño y al dolor que estaba presente.

El peli verde estaba por decirle que fuera a salir para que no le doliera, pero Mari decidió moverse de arriba abajo por lo que le provocó un gran placer en el pescador.

La cama comenzó a rechinar cuando el movimiento de caderas de la italo-americana se hacía más fuerte, así como sus gemidos que inundaban el cuarto.

Natsuo estaba sintiendo que se encontraba en el cielo, además del hermoso espectáculo de los pechos de Mari rebotando a lo que este los tomó y apretujo por lo que esta gimió fuerte por ese gesto.

Lastimosamente, Mari sintió como es que sus paredes se apretaban alrededor del pene de su novio el cual también sintió eso y no fue hasta que lo apretaba cada vez más.

- M-Me voy a correr… Mari…

- H-Hazlo… ah… give it all to me... cum inside – aunque no entendía el inglés, Natsuo pudo entender lo que su novia quería y finalmente acabó corriéndose dentro de la rubia.

El grito que soltó Mari solo mostró que le había gustado la corrida de su novio a lo que esta cayó sobre el pecho de su novio tratando de recuperar el aire.

- Me siento como en el cielo.

- Sí… fue realmente hermoso – Mari exclamó a lo que se acomodó mejor con su pareja de cabello verde.

- Lastima que fue tan poco, hubiera seguido más.

- ¿Y quién dijo que no podemos seguir? – Mari le dedicó una mirada coqueta – mis padres se encuentran en este momento en Estados Unidos y nadie nos molestará, así que me puedes hacerme tuya todo lo que quieras.

Eso emocionó al pene de su novio el cual se volvió a poner erecto y sin más, se fueron con Mari a otra parte de la habitación, siendo este el balcón.

Por la altura en la que estaban, ya que se encontraban en el último piso, no podían ser vistos fácilmente por lo que sin más, iniciarían su momento íntimo.

Mari estaba apoyada sobre la barandilla mientras era embestida por atrás por su novio el cual la tomaba con algo de fuerza de su cintura para poseer más firmeza con la chica.

La cosa estaba bastante bien entre ambos, así mismo, Mari no contenía sus gemidos, los daba con todo lo que tenía y así mismo, este se sentía como en el cielo.

Esto no duró mucho tiempo ya que debido a la última corrida que tuvo, Natsuo se encontraba algo sensible por lo que el orgasmo no duró mucho tiempo, pero lo disfrutó y las embestidas que le daba a Mari eran claras ya que sus gemidos lo demostraban.

Ya sin más, el peli verde sintió su final explotar cuando justo acabó estallando dentro del útero de Mari, saliendo de su punta, chorros de semen las cuales bañaron las paredes de la vagina de Mari de color blanco.

Las piernas de la italo-americana temblaron y cayó de rodillas al suelo a lo que su novio la abrazó pegándola a él para que descansara.

- ¿Quieres dormir un poco?

- Me gustaría… no siento mi cuerpo – Natsuo llegó a la rubia hacia la cama en donde se acostaron, con ella sobre el pecho del peli verde.

- Duerme bien, Mari.

- Sleep well, Tsuki-kun – con eso, los dos tortolitos fueron invadidos por Morfeo y soñaron con los angelitos.