Su primera y esperaban su única guerra a gran escala habida termina, y con ello muchos heridos, muertos y otras consecuencias que no todas las personas sabrían. Como muchos de los estudiantes en el hospital, eso incluía a Deku y a Bakugo.
Deku estaba emocionado dentro de lo que cabía por estar en la misa habitación que All Might que, por causas que ni Sir Nighteye hubiera esperado, estaba vivo.
Para el peliverde el escenario de una cama de hospital, sus brazos enyesados y el techo blanco era uno de los escenarios más recurrentes en esos últimos años, conocía ya a las enfermeras y a algunos doctores, y no le causaba angustia estar internado en un hospital, lo que en ese momento revolvía su corazón era el saber que eventualmente, cuando las esquirlas del quirk One for All se terminaran volvería a ser un mukosei, justo como había empezado.
Claro que ya no era lo mismo, ya no había un All for One o un Sigaraki amenazando su vida y la vida de muchas personas, ya no estaba solo e incluso había podido conocer a All Might, habían pasado muchas cosas, por lo que volver a ser un mukosei ya no sonaba tan aterrador.
Sin embargo, había algo que no terminaba de aceptar, el no estar al lado de Bakugo en el campo de batalla, probablemente se cambiaria de curso al de apoyo, era muy bueno analizando a los héroes y villanos, pero peleando junto a sus amigos y en especial, junto a Bakugo era algo que ya no podría hacer, ya no podía darse el lujo de arriesgar su vida una vez más, ya no había un poder que lo salvara y aun quería vivir muchas cosas.
Pero no era solo el no estar peleando al lado de su eterno rival, era que en los últimos meses su relación se había vuelto más estrecha, después de que Bakugo le pidiera disculpas por el bullying que le había hecho en su infancia y parte de adolescencia, habían ido estrechando lazos, no sabía cuánto o a que punto, en ese momento solo se alegraba de seguir vivo, porque llego a pensar en que no lo lograría, en que no llegaría a tener un mañana, un futuro y es que peleando contra Sigaraki, cualquier cosa podría pasar.
Bakugo llego abriendo la puerta de golpe, sus padres venían atrás, pero no era como hacia algún tiempo que sus amigos intentaban que no se moviera, no, solo lo regañaban por moverse tanto y que aun tenía una intravenosa conectada.
Pov Bakugo
Después de estar muerto o haber visto de cara la muerte y no de forma metafórica, se estaba replanteando realmente su futuro, le habían dicho que no podía volver a utilizar en batalla su brazo a menos que lo remplazara por uno mecánico y ya que su quirk dependía de su sudor no podía hacerlo, pero no solo estaba pensando en batallas posteriores si no que era la primera vez que estaba pensando seriamente en el futuro.
Y en ese futuro solo había una persona que le importaba, por lo que cuando pudo caminar libremente no dudo en ir con aquella persona, abriendo violentamente la puerta viendo los brillantes los verdes dirigirse a su persona.
El saber que Deku volvería a ser un mukosei lo golpeo más de lo que quisiera, las lágrimas comenzaron a bajar sin control por sus mejillas, los recuerdos de todo lo que le hizo, lo que le dijo, lo mucho que se burló por no tener quirk, lo mucho que logro un con un quirk que su cuerpo no llegaba a aceptar al 100, su violencia desmedida hacia él, su obsesión y al final el ver a futuro y no encontrarse con Deku a su lado lo hizo volver a disculparse de nuevo, pero no solo eso.
El había pensado en Deku como un rival, alguien que con el tiempo se iba convirtiendo en algo más, primero era prácticamente su némesis, lo quería borrar de la faz de la tierra; al darse cuenta que podía darle pelea, se convirtió en su rival, nadie podía ser mejor que el, y cuando las aspiraciones de Deku lo superaron no pudo evitar suspirar por el enrome héroe que se estaba convirtiendo por el solo y él quería estar a su lado, como compañeros, héroes presionándose por ser cada vez mejores, persiguiéndose, uniéndose en peleas, pero juntos.
Y desde que se descubrió pensando en un futuro al lado de Deku, fue inevitable imaginárselo nos solo como compañeros de pelea, en ese momento se sonrojo y rompió su almohada, pero no negó que era tentadora la idea. Y es que el peliverde se había convertido en su lugar seguro, alguien con quien compartir ideas y que no lo iba a juzgar, que, por el contrario, siempre lo apoyaba, sinceramente, no como otras personas, Deku realmente creía en él, la forma en la que lo veía, con sus ojos brillando, sus mejillas sonrojadas difuminando sus pecas.
Por momentos le entraban las ganas de tomar de la mano a Izuku y recorrer sus cicatrices, las ganas de decirle que prometía protegerlo para que no se hiciera más, tocar sus mejillas, besarlo, y en ese punto siempre volvía a gritar y romper alguna cosa. No era la primera persona que le gusta, pero era la primera que le gustaba tanto y más aún, con la única que se veía compartiendo un futuro fuera y dentro del campo de batalla.
-yo pensé que estaríamos juntos para siempre, ¿Qué es lo que me has hecho? - murmuro Bakugo intentado contener sus lágrimas con las vendas de sus brazos
Pov general
Deku lo vea sin poder creerlo, Bakugo estaba llorando, se había vuelto a disculpar además de decirle algo que no sabía cómo interpretar, su corazón comenzó a latir cada vez más rápido, eso sonaba a una confesión, pero no le quedaba claro si era la confesión que él pensaba o era otra de las confesiones como amigos/rivales que decía de vez en cuando.
-Kacchan- dijo el peliverde extendiendo uno de sus brazos llamando la atención del rubio quien hipando se acercó un poco mas
Mitsuki se dio cuenta, ingresando y moviendo el tripeé con el suero más cerca para que su hijo no se lastimara más, lo hizo esperando no interrumpir el momento y salió a oír lo que pudiera al lado de su esposo quien también estaba pegado la puerta. All Might había decidido hacerse el dormido, no quería interrumpir a sus alumnos en algo que se oía tan importante.
-tú sabes que sobre pienso todo, solo quería saber, que tipo de confesión es esta- Deku estaba jugando con fuego, podía hacer enojar a Bakugo o podía hacerlo llorar o conseguir una reacción rara, pero su cerebro lo estaba matando
Bakugo se quedó un momento sintiendo como los restos de las lágrimas terminaban por secarse en sus mejillas, en ese momento vio Deku, sonrojado, intentando no devanarse los sesos por sus palabras y en esa fracción de segundo todas las emociones pasaron por su cuerpo y mente.
Bakugo frunció el ceño, tomo al peliverde por el cuello de su bata de hospital, Deku se asustó por un segundo, y al otro estaba gritando mentalmente, el rubio lo había besado, en los labios.
-espero te quede claro que tipo de confesión es esta, idiota- le grito sonrojado soltando la bata
-creo que necesito que me lo repitas- y la sonrisa que Deku le dio hizo que el mundo de Bakugo terminara por ponerse de cabeza
-lo hare cuando no haya gente chismosa en la puerta y en la cama de al lado- le grito viendo como el héroe en la camilla al lado de Deku roncaba falsamente y las cabezas de sus papás se escondían de nuevo.
-también quiero estar toda mi vida a tu lado Katsuki- Deku levanto su brazo haciendo que Bakugo sostuviera su mano
-esto suena a propuesta de matrimonio- sonrió Bakugo intentando calmar su acelerado corazón
-Kacchan, me quede sin quirk y sin poder estar en campo de batalla sabes que no voy a dejar el mundo de los héroes, además, pase lo que pase voy a estar contigo, mientras me dejes estarlo- Deku le sonrió con amor, pero también con algo de temor e incertidumbre por su futuro como héroe
-cómo no voy a dejarte hacerlo- el rubio quería abrazar al peliverde, pero ambos estaban tan lastimados que apenas y podían moverse
No pasaron ni dos minutos y una enfermera entraba para llevarse a Bakugo a su cuarto, le habían llamado la atención los padres del rubio fuera de un cuarto que no era el de su hijo y al revisar, evidentemente el rubio no estaba descansando como debería.
A nadie le sorprendió la noticia de la relación, lo que sorprendió fue que el primero en confesarse fuera Bakugo, sus amigos lo dudaron, pero el sonriente Deku los convenció mejor que el rubio gruñendo que así había pasado.
Cuando a ambos les dieron el alta, Deku corrió a su peluquería de confianza, tenía una cicatriz en su cabeza por lo que le habían rapado su cabello en esa parte, claro que, como médicos, lo hicieron de forma irregular, solo para poder tratar la herida y Deku no iba a volver así a la escuela.
Cuando salió, con su nuevo corte, se sentía raro, no era su estilo, pero había sido necesario así que no le molestaba, de camino a casa no sabía si llamarle a Bakugo para enseñarle su nuevo corte o solo mandarle la foto, pero al ser vecinos el rubio estaba esperando al peliverde fuera de su casa.
-Deku- grito el rubio cuando lo vio
-Kacchan- sonrió el peliverde yendo a su encuentro- ¿Qué te parece?
-me parece que no te quedaba de otra, no ibas a estar con tu corte de hospital- Bakugo no lo decía por burlarse, solo que aún le costaba trabajo decirle a Deku lo que pensaba- te queda bien
-gracias- le sonrió acercándose para besarlo
Con la incertidumbre del futuro solo se aferraban a lo único seguro, que iban a seguir juntos tomados de la mano para enfrentarse a lo que les deparara, bueno o malo, pero lo harían juntos.
Fin
