Holo, aquí una nueva historia, publicando esta vez de mi amado shipp Vegebul, esta vez sera un poco más larga, posiblemente menos de cinco capitulos.
El fic estata ambientado en un universo alterno.
Espero que lo disfrutes y quieras más jejej.
Caminaba junto a su madre sosteniendo el ramo de flores que le había obligado a comprar, ella llevaba otro ramo de flores, y ambos eran blancos. Si su padre les acompañará, de seguro que lo obligaría a comprar otro ramo de flores, y blanca. Suspira.
— ¿Qué sucede cariño? — su madre pregunta interesada por la expresión de su hija o la ruidosa protesta exagerada, poco propia de una señorita.
— No crees que es mucho ramo, a Tights ni siquiera le gusta la decoración de las flores, su ama de llaves se encarga de eso — le recuerda.
La madre en vez de enojarse, suelta una risa suave por las ocurrencias de su hija.
— cariño, vamos a visitar al nuevo integrante de la familia — le recuerda — nació está madrugada, la carta fue breve y llegó de inmediato, por lo que no sabemos si es una dama o un varón.
— Espero que sea un varón, porque si nace igual que el padre, será su maldición.
—Bulmita no digas eso — la mayor abrió los ojos, no parecía enojada, más bien sorprendida — el esposo de tu hermana es un hombre apuesto, fuerte y deslumbrante — la mujer ríe y al sentir el calor en su cuerpo, se abanica, sosteniendo el ramo en una mano.
Bulma miró confundida a su madre, las palabras y acción de abanicarse le susurraba que era un comentario poco correcto para una mujer casada. Estaba más que acostumbrada a escuchar esos comentarios de su madre, sin embargo, desconocía el pensamiento que tenía con el esposo de la primogénita Briefs. No quiso dar más vuelta, miró la calle que transcurrían más de una carroza, otros simplemente caminaban bajo la sombra de una sombrilla.
— No entiendo porque dejamos la carroza en la florería, estamos caminando más de dos manzanos — se quejo la señorita — las flores llegarán marchitas y la sombrilla no es muy útil.
Una enorme sombrilla era sostenida por una 'empleada' que caminaba detrás de las damas.
— Porque si tu hermana aquí consiguió una pareja, de seguro la tuya está acá, esperándote — sugiere con diversión.
Bulma rueda los ojos. Estaba cansada de las citas preparadas por sus padres o de sus pretendientes, todos eran apuestos pero lo malo es que ellos solo querían algo de ella, tener contacto privilegiados con su padre, su herencia o simplemente porque era hermosa, su enamoramiento no duraba mucho porque iba descubriendo que ellos no eran nada románticos, no se esforzaban de mantener la chispa.
Le habían roto la ilusión más de una vez, a pesar que solo tenía 17 años.
…..
Al llegar a la casa de la hija mayor Briefs, les esperaba en la sala el esposo de ella, quien les saludo y las llevó a la habitación de arriba donde estaba la rubia acostada, acunando en sus brazos a un bebé cubierto en manta. Sus mejillas rojizas evidenciaban que había nacido saludable. La ahora abuela se emocionó, sus ojos se llenaron de lágrimas, se acercó a la recién madre, le dio un beso en la frente.
— Estoy orgullosa de ti amor — Bulma pudo escuchar el suave murmullo de su madre que le dijo a la rubia joven, que le agradecía.
— Gracias mamá, fue la… — Tights suspira, sin duda fue una noche horrible, nunca pensó que dar a luz sería una odisea, peor que cruzar el mar abierto en la noche — una experiencia inolvidable — ríe — pero me alegra tener a mi bebé — besa la mejilla de su retoño — por cierto es una linda bebé.
— Hemos decidido llamarla Conny —habló el padre sentándose en la cama, poniendo una mano en dónde debería estar el muslo de su hermana. Bulma no pudo evitar alzar una ceja por el atrevimiento, pero su madre no lo había notado porque estaba tan emocionada en sostener a la bebé en sus brazos cuando Tights se lo ofreció.
— Mira Bulma, es tan hermosa — la abuela sentía que sus lágrimas se iban desbordando.
— Lastima que no va a heredar tu hermoso cabello hermana — señaló notando un mechón oscuro — al menos espero que la cara no sea igual al del padre.
Raditz frunció el ceño, Tights rió suavemente aún se sentía tan débil por el esfuerzo.
— Espero que tus hijos no tengan tu carácter, aunque dudo mucho que alguien te soporte — Raditz sonríe de lado al notar que había dado dónde más le dolía a la niñata.
— Tights no sé cómo fuiste a parar con este salvaje — soltó ofendida — teniendo mejores prospectos.
— A probado la fruta prohibida y se obsesionó — alardea aunque una patada de su mujer le borró la sonrisa.
— ¡Raditz! — Gine, la abuela paterna había entrado a la habitación, justo al escuchar a su hijo expresarse de esa manera, no pudo evitar corregirlo — no hables de esa manera delante de la joven.
— ¿Fruta prohibida? — Bulma lo había escuchado de las charlas de té que mantenía su madre en su jardín con las demás señoras que rodeaba dentro de su sociedad.
— Nada mi niña — Gine le sonríe como si fuese su hija — me alegra que hayas tenido una niña — dijo a Tights al notar a la bebé.
— Es una preciosa bebé — la madre de Bulma se acercó a Gine para que ella lo cargue.
— Es tan preciosa — los ojos oscuros de Gine se llenaron de lágrimas.
— La misma reacción tuvo con los hijos de Kakaroto — Murmuró Raditz a su esposa, en un tono bajo para que no escuchara a su madre.
— ¿Les cuento como te pusiste a llorar por la emoción de ver a Conny en tus brazos y como sujeto tu dedo? — Tights le mira con inocencia pero en su voz había un tono malicioso que tenso a Raditz. Ella solo ríe.
Cuando fue el turno de Bulma de sostener a la bebé, sintió un antes y un después, el olor a bebé le impregnó en su nariz, la sensación suave y el peso en sus brazos. Supo que ella también deseaba ser madre, era momento de formar su familia, pero no quería tener una familia fría, quería tener la suerte de su hermana o de su madre, ambas se casaron con el amor de sus vidas, y a pesar que no le caía bien Raditz, parecía que la hacía feliz.
……
— ¿Por qué estás tan callada, cariño? — su madre le mira preocupada, no era algo normal que su hija esté callada o no articule un sonido parecido a una queja.
— He pensado que debería ir a París — habló mirando pensativa por la ventanilla, la cortina estaba recorrida por lo que podía observar los árboles — Tights encontró a su futuro esposo viajando, papá te encontró cuando estaba en otro país, por una conferencia. Tal vez es una maldición que nuestra mitad está a millas de nosotros — mira a su madre — aquí no encontraré a mi alma gemela.
— Está bien cariño — su madre le sonríe, como si ya se esperaba aquella propuesta — hablaré con tu padre. — acordó, Bulma asiente.
……
Al llegar a la casa Bulma notó con horror que sus pretendientes aún seguían en la casa, reteniendo a su padre que tenía una personalidad muy suave que a veces le provocaba nervios a ella.
— Bulma ¿Bajas? — su madre le observa al ver que no bajaba, su hija niega observando en la ventana que daba a la sala que sus pretendientes aún seguían cómodos, esperando de su regreso — cariño deberías saludarlos, ellos han esperado tu regreso, es algo admirable, no seas descortés.
Bulma suspiró con frustración, baja enojada de la carroza. Al ingresar su madre la lleva hasta la sala donde estaban los caballeros, observó con sorpresa que la cantidad había reducido, posiblemente ellos habían entendido que arruinaron la oportunidad de pretenderla cuando no aprobaron las ingeniosas preguntas y pruebas que ella misma ideó, pero otros eran tan tercos, que le estaba fastidiando.
— Señorita Bulma mi corazón se regocija con tan sola verla — dijo uno de los obstinados, era apuesto, pero un patán.
Bulma sonríe cínicamente.
— Lastima que no puedo decir lo mismo, hoy en la mañana nació mi sobrino, y el nieto de mi padre, pero por culpa de visitas inoportunas, mi padre no tuvo la oportunidad de conocer a su nieto — los caballeros se sintieron avergonzados por la acusación de la señorita —, ni hablemos que estoy cansada del arduo viaje de regreso pero debo mantener está hermosa sonrisa como si les debiera algo, ustedes son los que intenta pretenderme, pero no hacen que mi día sea grato, ¿Cómo debería interpretar esto, señor?
— Lo lamento, no lo sabía — se excusa.
— ese es el problema, usted no sabe nada, solo vive en a su placer, olvidándose que los otros tienen asuntos mejores que hacer que alegrarle su día — Bulma se sintió superior al reducir a sus pretendientes, ellos quería tratarla como cualquier dama, ese fue su error, ella no era como cualquier dama, ella era inteligente, superior en todo los sentidos, no por nada era la envidia de muchas señoras y señoritas — si me disculpan, me retiro y espero que para la cena ya no estén.
— Oh, mi hija es todo un encanto — la madre de Bulma sonríe y llama a la empleada — trae té y pasteles, lo mejor de lo mejor, hoy vamos a festejar el nacimiento de mi nieta, amor es tan hermosa—
Bulma dejó de escuchar la voz de su madre cuando los escalones se redujeron hasta llegar al segundo piso, y entró a su habitación. Sonríe al estar sola, recordar el asombro, la vergüenza y la inquietud en los caballeros le producía un regocijo, aumentaba su ego y eso le hacía sentir tan bien consigo misma.
……..
Una sirvienta se acercó en silencio hasta una de las damas que no se inmutó cuando ella se acercó y le susurro algo al oído. Su sonrisa se agranda, le hace una señal para que se retire.
— Señoras tengo una grata noticia — la anfitriona mira a sus invitadas que estaban curiosas.
— Ya dinos — exige una muy animada.
— La segunda hija de los Briefs, la narcisista señorita Bulma mañana se irá a París — suelta la noticia con una sonrisa.
— ¡Eso es una grata noticia! Al fin los hombres dejarán de perder el tiempo — alude una.
— Por fin mi hija se casará — soltó otra — sus días de amargura terminarán pronto.
— Señora — la anfitriona le mira con sorpresa — esa niñita se está burlando de nosotros, nos está dejando las sobras a nuestras hermosas hijas — niega la cabeza molesta, las otras desviaron la mirada avergonzada — hay que hacer que pague por esta humillación.
— ¿Qué estás sugiriendo?
— Solo digo que si se quiere ir, no debería volver — Sonríe con elegancia, como si lo que propuso fuese lo más normal.
Las otras señoras se miran entre sí, un tanto inquietas por la sugerencia de la anfitriona.
— Descuide, nada malo le pasará.
La anfitriona oculta su sonrisa bebiendo un trago de té de su taza.
…….
— Recuerda escribir cuando llegues — pidió Tights a pesar que sus padres se sentían tan despreocupados.
— Si encuentras a un posible pretendiente, avisa, al ver a una dama sola en un país, piensan que no hay nadie que la respalda — aconseja Raditz que al ser padre de una niña, no veía de buen ojo dejar a una dama vivir sola, y en un país desconocido.
— Así solo la van a asustar — regaño con diversión la madre de Bulma — ella irá para buscar a su príncipe, además estará con su dama de honor — tranquiliza.
Tights aprieta los labios, estaba intranquila, o tal vez era la sensación de ser madre que su alerta le resonaba. Después de todo ella había hecho lo mismo, era algo tan normal en su familia hacer viajes solas, como si fuesen dueñas del mundo y no el mundo era dueña de ellas.
— Mamá tiene razón, sé cuidarme. — Bulma asegura — y sí madre — soltó con sorna mirando a Tights —, cartas, muchas hasta que te aburres de leerme — promete.
— Oh, en que me he metido — Tights fingió ver una desgracia futura. Ambas ríen, abraza a su hermana — cuídate y no te separes de tu arma.
Bulma asiente al susurro de su hermana. Su madre y padre fueron los siguientes en abrazarla.
— No creo que sea buena idea — Raditz niega y baja la mirada hasta su bebé que estaba en sus brazos — ni pienses que te voy a dejar explorar el mundo sola — asegura con enojo. Tights ríe.
— es una tradición — su esposa le mira con burla, provocando una frustración en él.
Bulma ingresa a la carroza, tenía pensado hacer paradas en los pueblos, tal vez allí estaba su alma gemela, su otra mitad. Dichosa por su aventura sonríe y se despide de su familia una vez que la carroza empieza a moverse, sacudiendo un pañuelo rosado.
…..
Bulma despertó de golpe cuando la carroza se sacudió y comenzó a moverse de prisa que provocó que los caballos rechinen.
— ¡¿Pero qué está ocurriendo?! ¡No están llevando a animales! — Gruñó con enojo.
— ¡Nos están persiguiendo! — habló asustada su dama observando por la ventana sin sacar la cabeza — ¡De seguro son ladrones!
— ¡Y qué esperan para abrir fuego! ¡Matenlo! — rugió la orden. Nada más decirlo, el guardia de la carroza disparó, pero los ladrones devolvieron el ataque — ¡Maldita sea! ¡No pueden hacer nada bien! — Bulma estaba temblando de miedo, hundía sus dedos en los cojines del sillón, sudaba de temor, ya tenía la sensación de que todo estaba perdido, la voz se estaba entrecortando, volviéndolo trémula — ¡No quiero morir! ¡Soy muy joven y hermosa! — cerró con fuerza los ojos.
Mientras, los supuestos ladrones estaban intentando guiar la carroza hasta el bosque de piedra, dónde altas rocas puntiagudas se alzaban en el cielo como si fuese árboles, y en la noche oscura parecía gigantes custodiando la zona, los caballos se alzaron de dos patas, reacio a ingresar, y, los ruidos fuertes de las armas, le pusieron más nerviosos, provocando que cayeran de espaldas, la carroza chocó contra sus cuerpos provocando que se levanté y vuelva a estrellarse contra el suelo, el grito del jinete junto con el chillido de los animales y de las damas, y el crujir de la carroza destrozada, hizo que los supuestos ladrones se detuvieran, bajarán de sus caballos, con la arma en sus manos preparados para cualquier ataque.
Aunque dudaba que alguien pudiera sobrevivir del accidente, los caballos, uno había sobrevivido pero estaba mareado y a duras penas podía levantarse, el jinete tenía las piernas destrozadas y el estómago antes hinchado ahora parecía tan plano, era debido a que las tripas se encontraba esparcidas, los guardias, sus cuerpos se encontraban más allá, uno con el cuello doblado y otro parecía recuperar a duras penas la conciencia, aunque uno de los ladrones le disparó entre la frente.
— Abran la carroza — el líder ordena a sus lacayos, ambos guardaron su arma y caminaron hasta la carroza que estaba algo achatada.
Con fuerza tiraron de la puerta, y de ella salieron bala tras otra. Los hombres tuvieron que ocultarse.
Una malherida Bulma salió como pudo de la carroza, le dolía la pierna, la frente, y a pesar de la oscuridad, uno de sus ojos veía de un color rojizo, como si tuviera un sombrero con gasa que caía a un lado, cubriendo uno de sus ojos. No dejo de disparar mientras corre dentro de la zona más oscura, usaría la oscuridad para protegerse.
Dejó de disparar cuando el frío la caló y la penumbra le provocó una fobia, las rocas se alzaban tan imponente que le estaba produciendo un pavor, además que ya no escuchaba las pisadas de sus enemigos. Su respiración se volvió pesada, la sensación de estar vigilada le estaba inquietando.
— Solo quiero que todo esto se acabe — Murmuró conteniendo las ganas de llorar. No quería que sea la causa de que la encuentre.
Se detuvo en un punto tan oscuro, ocultándose de la luz de la luna llena, aunque las rocas altas y gruesas impedía que penetre, eran como árboles frondosos, pero ásperos. No había aquella calidez de la vida silvestre.
Con dolor se sentó en el frío suelo, su frondoso vestido ahora estaba destruido y manchado de sangre, su dama de honor le había protegido, aún no recordaba lo que había sucedido, solo que ellas estaban rodando por el espacio dentro de la carroza y luego escucharon el crujir de las maderas y golpe que la aturdió.
Su brazo le ardía y la pierna palpitaba, parecía estar hinchada. Se toca y gime de dolor, lleva ambas manos a su boca, cubriendo su llanto.
— Con que aquí te encontrabas — la voz masculina provocó que detuviera su llanto, miró asustada a los tres sujetos que habían atacado su carroza.
— ¿Quieres vivir? — pregunta uno de ellos, ella solo asiente, no podía producir un sonido por el temor. Ellos sonríen.
— Eres muy hermosa para que te maten — Bulma asiente, con las ganas de vivir intentaría comportarse sumisa — tenemos un trato para ti.
— No les diré a nadie, les diré que fue un accidente, hasta les diré que no recuerdo nada — juro con fervor, mirando con ternura a los ladrones con tal de salirse de esta situación.
Los tres ríen. El del medio se hinca, estando tan cerca de ella, que podía oler el sudor agrio combinado con la cerveza, quiso vomitar.
— Qué te parece si te llevamos con nosotros y nos atiende como nuestra mujer — Sus ojos marrones le miraban con seriedad y una sonrisa pervertida se asomo en el rostro del tipo, hizo que una alarma en ella sonará.
La inocencia de ella se esfumó, de alguna forma sabía a lo que se refería, su corazón estaba latiendo de una forma tan extraña, como si estuviera anticipando un peligro, un peligro que le hizo helar, quería correr, quería escaparse. Pero el único movimiento que hizo, fue el movimiento de su facciones, su rostro cambió a una mirada asustada, perdida, impotente.
Los otros se rieron.
— Será mejor irnos — dijo levantándose — no quiero quedarme más tiempo en este lugar tan desalojado de kamisama.
— ¿Crees en la existencia de esa bestia? — pregunta con diversión — pero no me importa, solo quiero hundirme en esa carne virgen — miró con lascivia a su víctima.
Bulma le mira horrorizada, lentamente baja su mano que había estado apretando en su pecho, cubriendo la desnudez de ellos. Recorrió el frío suelo sin desviar la mirada de los tres que parecían estar peleando de quién sería el afortunado, ella solo quería vomitar y llorar.
Por un momento miró su arma, cuando su dedo tocó la empuñadura, recordó que solo tenía una bala. Podía matar a uno, pero a los otros. Tragó saliva, su vida dependía de una decisión. Y le dolía terminar así. Cierra los ojos para darse valor.
Sin embargo, el silencio de los hombres la alarmó, y luego él gritó. Abrió los ojos de golpe y enfrente suyo, solo pudo observar la cabeza de alguien, una sombra se cernía delante de ellos, tiró el resto del cuerpo al suelo, una risa regocijante se escuchó de la sombra.
— ¡Es… es la bestia! — gritó uno de ellos, con torpeza retrocede y corre, pero la bestia da un salto y termina delante de su camino, el hombre se detiene de golpe, el miedo le hizo caer sentado en el suelo — no por favor — la súplica fue en vano, la bestia abatió su mano en la mejilla del hombre, la fuerza volcó su cabeza, rompiendo su cuello. El sonido que produjo le hizo tensar el cuerpo a Bulma, sus ojos desorbitados por el temor, ni hablar del temblor.
— De… Debemos huir — Murmuró el último depravado, sus ojos abiertos demostraba el temor al presenciar la muerte tan frívola de sus amigos.
— ¿A dónde? — ambos se asustaron, la bestia se movía tan rápido que en un parpadeo ya estaba detrás del último hombre, antes que pudiera huir, la bestia agarró su cuello y lo apretó — me encanta escuchar el sonido de como tú cuello se rompe por la presión.
— no… — su voz se fue desvaneciendo, patalea y rasguña la mano de la bestia, pero para su horror la tenía enguantada. Como un auxilio miro a la dama que aún seguía paralizada por la matanza que había presenciado.
Sus ojos notaron como el rostro se volvió morado, y los ojos sobresaltado se desvanecieron, pronto la bestia apretó con más fuerza y el crujido del cuello fue lo que advirtió de su muerte. Soltó el cuerpo sin vida. Bulma se apretó contra la roca al notar que ahora le tocaba a ella.
Negó con la cabeza, su mente paralizada por el temor no sabía que hacer, la bestia dió pasos suaves y firmes a ella, una cola ondeaba de un lado a otro, el velo de la noche ocultaba su verdadero aspecto.
— Ahora eres libre — sus palabras provocaron que hiciera una pausa de todo el temor que sentía — largo — la figura masculina, la bestia, giró sobre sus talones y camina con tranquilidad alejándose de ella.
Bulma miró sin entender nada, aunque los cuerpos muertos de sus agresores le mostraron que su salvador era alguien sanguinario, pero la había salvado. Miro la penumbra, ahora tranquila, sintió que su cuerpo estaba frío, el lugar era tan hostil como su clima. Se obligó a levantarse y alzar la voz.
— ¡Espera por favor! — no quería quedarse sola, perdida en ese bosque que le parecía el infierno — Por favor, no tengo a dónde ir — suplico caminando hacia donde lo había visto irse, sin embargo, la oscuridad no le ayudaba mucho — solo quiero un refugio hasta el amanecer — el silencio le dió la respuesta — ¡No puedes dejar abandonada a una dama! ¡Además no has recibido tu recompensa!
La palabra provocó que él volviera, y se acercó a ella.
— ¿Y cuál es mi recompensa? — la voz detrás suya la asustó, dio un brinco y casi cae al suelo al tenerlo tan cerca, pero algo la sostiene en el aire, algo la sujeta en la cintura y le devuelve el equilibrio, noto la forma de una cola, su piel se eriza — no tienes nada para darme.
— Puedo … puedo darte ...— pensó en una respuesta ingeniosa, escucho que él se alejó, se puso nerviosa — ¡Darte lo que tú quieras!
Aquello lo detuvo.
— ¿Lo que quiera?
Bulma cruzó sus dedos detrás de su espalda y responde con una voz tranquila:
— Sí pero será en el amanecer — pensaba engañar a la bestia.
La bestia la observa. Sin pedir permiso la carga, Bulma chillo desprevenida.
— ¿Qué haces? — soltó asustada al ser llevada en sus brazos.
— Estás lastimada, es evidente que no puedes caminar — su respuesta calentó el corazón de Bulma, una bestia se preocupaba por su bienestar, aunque podría ser por el trato, pensó reventando su burbuja.
Nada más alejado de la realidad, la bestia sabía que al paso de la joven, nunca llegaría hasta la salida del bosque.
— Sujetate — salta casi volando provocando la sorpresa en Bulma que se aferra a su cuello, notando debajo de su brazo un pelaje cubriendo todo su hombro y espalda, la curiosidad la estaba consumiendo.
………
El viento frío revoloteó su cabello, era un desastre, más de lo que había provocado el accidente del carruaje, además que estaba temblando como una hoja intentando sujetarse a la rama para que el despiadado viento no lo deje sin su hogar.
Tuvo que aferrarse por completo al cuerpo de la bestia, y cuando al fin aterrizó, el sonido de sus dientes castañeando siguió sonando. Pudo escuchar de él una risa ronca, se estaba burlando de ella.
Molesta apretó los dientes y se bajó de sus brazos.
Miro el lugar con desconcierto, pudo observar, detrás de la bestia, que habían dejado atrás el bosque de rocas hostiles.
— Camina recto, a 100 metros — volvió la atención a la bestia, ahora sí el tenebroso ambiente, ocultando la luz de las estrellas, pudo evidenciar su aspecto. Bulma incrédula observa de pies a cabeza la bestia: pelaje rojizo, colmillo más notorio, una cola que se mecía suavemente como si fuese un gato tenso por su observación, bajo su ojo tenía una sombra rojiza, su cabello salvaje, llevaba un pantalón, botas, guantes; sus ojos como el cielo y su mirada, su mirada no era de una bestia o monstruo, era más de un humano que no tenía miedo de hacer lo que quisiera, y le confirma al escuchar su voz, su fría, sádica voz, se recordó.
Trago saliva.
— ¿Qué eres? — no pudo evitar preguntar, su voz estaba pringada de temor.
— Un monstruo — dijo con ironía — en vez de desnudarte y tomarte como mía, te salve de esos sujetos y te estoy llevando a tu salvación — le recuerda.
Ofendida se recupera.
—¡Solo lo estás haciendo porque te daré algo a cambio!
— Creés que te creo — la bestia ríe.
Las mejillas de la dama se calentaron de la vergüenza, le estaba acusando de mentirosa.
— ¡No tengo ningún problema en darte la recompensa ahora! ¡Solo presentate! — Demandado.
— ¡Vah! — su respuesta le deja un mal sabor mezclado con sorpresa — no me interesa tu recompensa.
— ¿Qué? — los ojos celeste de ella miraron aún incrédulo a la bestia que se cruza de brazos, por primera vez se sintió ofendida, era la más hermosa, miles de hombre se peleaban por tener su atención. Y esa bestia, estaba ingratamente sorprendida — ¡Eres un irrespetuoso! ¡Cómo te atreves a ofender a una dama!
La bestia gruñó con fuerza, un sonido gutural transmitido desde su garganta, era un sonido animal amenazante. Bulma tragó con temor sus palabras.
— A 100 metros encontrarás un pueblo, allí te ayudarán — Le miró de pies a cabeza, y su labio se desliza en una sonrisa socarrona — Supongo.
La bestia da un salto atrás antes que Bulma pudiera gritarle improperios por atreverse a verla con tanto desprestigio.
— Maldito — gruño olvidándose de la etiqueta.
Al perderlo de vista, se gira lentamente, forzó la vista encontrando una luz pequeña, parecía una estrella diminuta intentando socorrer a los abandonados en la fría y desolada noche. Su cuerpo tembló por la brisa fría, y se obligó a caminar.
Con tardanza y dificultad, por el dolor en su pierna, llegó hasta el silencioso pueblo, solo la lámpara de la calle le avisaba que había habitantes. Camino observando cada casa con puerta cerrada. No sabía a quién pedir auxilio, temía que se encontrará con personas con malas intenciones. Las lágrimas se desbordaron de sus ojos, recordando la desagradable experiencia.
— Esto no es lo que yo quería — trago con fuerza — ¿Por qué me ha ocurrido a mí? — se pregunta dolida — yo que he hecho para merecer esto — miro el cielo buscando una respuesta. Volvió a sollozar.
Pronto una luz se encendió, y el sonido de una puerta se escuchó. Un sujeto salió de ella, había escuchado murmullos y sollozos, con temor que podría ser algo grave, salió. Y su sospecha era cierta, había una mujer acabada, herida y quebrada.
— No llores — susurro en un tono suave para no asustarla, sin embargo, ella levantó el rostro de golpe, sus ojos brillan por la actualidad del llanto, además del temor. Tuvo que obligarse a apartar la mirada, a reaccionar, la mujer que tenía frente suyo era muy hermosa bajo la luz de la luna. Sintió que su corazón estaba a punto de dispararse, se obliga a aclarar la voz — estás a salvo, ya no te hará daño — intenta tocar su brazo, pero ella retrocede — no te haré daño — promete.
— Yamcha — la figura de lo que parecía ser una mujer saliendo de la casa que había salido el sujeto, tranquiliza a Bulma — ¿Qué ha pasado?
— Es esa bestia — rugió con enojo mirando las puntiagudas rocas que se podía ver desde la lejanía.
— Ustedes — Bulma no pudo terminar su frase, él asiente con seriedad, luego desliza una sonrisa.
— Vamos a dentro, debemos limpiar esas heridas antes de que se infecten.
Bulma asiente, mira por última vez en dirección donde estaba el bosque, nunca había escuchado de aquella bestia, pero parecía que en este pueblo era común, y peligroso.
Este fic antes fue un one-shot, sin embargo, cuando wattpad me borro mi cuenta, pude salvarlo, y al releerlo, quise convertirlo en un fic con un giro distinto, el one-shot (la parte que llegaría el final) lo supe muy forzado, como que se perdía la 'calidad'. en fin, lo edite y mas o menos ya tengo esquematizado como será el rumbo del fic, espero no desviarme jajaj XD
Nos vemos en el próximo capítulo, tal vez.
