Nota de autor: No nos arrepentimos de nada.
Btw, obviamente nosotros no somos dueños de "Yu-Gi-Oh!".
Pasando el mediodía, el par de chicas de obelisco se encontraban esperando en el puerto de la academia. Sus apariencias hacían voltear la mirada de los chicos y chicas que pasaban por el lugar ¿La razón? Ambas se habían cambiado sus uniformes en favor de ropa casual.
Alexis había optado por una simple blusa negra de mangas largas la cual estaba ligeramente metida en su pantalon de vestir de color marron, dejando ver un delgado cinturon negro en su cintura. Su vestimenta era complementada por un par de botas cafés casuales. Un atuendo acogedor para el clima que empezaba a enfriarse.
Por su parte, Mindy igualmente llevaba una blusa de mangas largas de color lavanda y cuello negro, complementada perfectamente por una falda de color verde claro, además de llevar medias blancas que cubrían por completo sus piernas. Además, llevaba el pelo atado en una cola de caballo larga, a diferencia de su estilo "púlpito".
Para variar, el mexicano irreverente que llevaba inapropiadamente aún su única vestimenta amarilla llegó a la escena. Su cerebro tuvo pocos segundos para procesar la información que estaba frente a él. Un ligero sonrojo se formó en sus mejillas y decidió llegar sonriendo "genialmente" con un saludo con su palma.
– ¡Looking good, girls! – Dijo suprimiendo sus nervios después de chiflar.
Mindy le devolvió el saludo de mano y Alexis rodó los ojos antes de sonreír.
– Vaya sorpresa, Lionheart. Llegaste antes que Aarón. Eso es…
– ¿Preocupante? – Terminó Jorge ahora curioso.
Alexis asintió.
– No entiendo por qué se preocupan tanto. ¿Qué es lo peor que le podría haber pasado? – Añadió Hamaguchi.
Oh, joven chica de obelisco, no es algo que le pudo pasar a él de lo que deberías preocuparte, sino de algo que él hizo.
Evidentemente, Aarón fue el último en llegar, pero detrás de él estaban dos chicas que Mindy y Alexis recordaban vagamente como ex-miembros de la sociedad de la luz.
– ¡Chicos! – Aarón saludó animosamente antes de extender sus brazos dramáticamente hacia Kami y Wisteria. – ¡Conozcan a Kami y Wisteria! Otras de mis amigas. – Sin darles tiempo de responder, repitió la acción, pero esta vez apuntando al grupo de tres. – Kami, Wisteria ¡Conozcan a Alexis, Chi y Mindy! Otros de mis amigos.
– ¿Disculpa? – Mindy fue la primera en reaccionar a los sucesos que invadieron su realidad.
– Bueno… Verán, estaba esperando que este viaje funcionará también para juntar mis grupitos de amigos ¿Saben? – Entonces Aarón les mandó un pulgar arriba a Mindy y Alexis. – Además, he escuchado cuando luego dicen "Necesito más amigas" y ¡Vuala!
Kami fue la primera en responder. – ¿A esto te referías con una cita con nuestro destino?
– ¡Oh, vamos! Será divertido, además, les doy completa libertad de escoger la ropa que me probaré en esta pequeña excursión.
Wisteria y Kami le mandaron una sonrisa maliciosa a Aarón. – ¡Ya no puedes retractarte! – Gritaron ambas al mismo tiempo.
Tanto Alexis como Mindy estaban amenazando con saltar sobre el chico para despedazarlo por tal ofensa contra los constructos sociales invisibles sobre las reglas de una salida para amigos; sobre todo la que vestía de lavanda.
– ¡¿Cóm-?!
Entonces Aarón se acercó como serpiente a Mindy con una velocidad indómita y puso un brazo sobre su hombro.
– ¿Acaso olvidé mencionar que Kami y Wisteria son ricas?
Mindy (ahora con signos de dinero en sus ojos) se acercó animada a las dos chicas.
– ¡Oh, será un placer que nos acompañen! Por cierto adooooro su cabello ¿Cuál es su secreto?
Pero, curiosamente, Jorge estaba perplejo por la situación. Se acercó a su amigo y lo separó ligeramente de las féminas.
– Oye bro, ¿Por qué? – Preguntó gritando en silencio.
Para sorpresa de Jorge, Aarón sonrió confiado antes de responder.
– Jejeje. Chi, estás siendo testigo de mi ¡genio!
– Creo que el término correcto es "genialidad". Pero eso no explica nada.
– Pues verás, he estado pensando en formas de que Kami y Wis se abran más a hacer relaciones.
Jorge le detuvo.
– Repite eso último más lento.
– ¡NO INTERRUMPAS LA EXPOSICIÓN! Entonces pensé: ¿Por qué no presentarlas a nuestra banda? Pero luego recordé que… bueno la mayoría de los chicos de nuestro grupo… No. PERO, esta salida me dio la oportunidad perfecta, ahora puedo presentarles a Mindy y Alexis que son chicas, para que se sientan más cómodas y lentamente las introduciré a nuestro círculos social. – Aarón tomó una bocanada de aire, pues dijo todo lo anterior sin pausar. – A veces mi ingenio, es casi terrorífico hasta para mi.
Su amigo asintió comprendiendo la idea.
– Bueno, tiene sentido. Mindy parece haber aceptado el plan con eso del…"DINERO". – Luego colocó ambas manos sobre los hombros de Aarón. – Sin embargo, tu plan tiene un pequeño problema…
Entonces, forzó a que el chico de obelisco mirara en dirección de Alexis. La wera estaba cruzada de brazos y muy, pero muy tensa. Su cara era lo que los mexicanos consideran "cara de mierda" y sus ojos fulminaban con desdén a las otras tres chicas que ahora estaban platicando sobre… "cosas de chicas".
Aarón no se percató de lo que Jorge le quiso decir.
– … ¿Qué? – Preguntó con una sonrisa estúpida.
– No creo que a Alexis le caigan bien esas dos.
– Tranqui tronco, solo es un poco tímida verás que dentro de poco será como si Kami y Wis hubieran sido parte del grupo desde el principio.
Mindy, tras terminar de hablar con el otro par, colocó ambas palmas juntas y sonrió emocionada.
– ¡Pues vámonos de una vez!
Tras tomar el ferry del día, el cual llegó sospechosamente más rápido a ciudad Domino que los anteriores, el grupo de estudiantes se encontraba de camino al centro comercial.
– ¿Ya mero llegamos? – Preguntó Jorge a Mindy.
– Aún no.
– ¿Ya merito? – Preguntó dos segundos después.
– Todavía.
– ¿Ya casi?
– Por favor, Lionheart. Deja de ser insufrible. – Dijo Wisteria para silenciar al que veía como un mono.
– ¿Qué onda, Chi? Normalmente te comportas mejor. – Se unió Aarón.
Jorge miró ofendido a los dos.
– No es mi culpa que estén de aburridos todos ustedes.
Antes de que Kami pudiera callarlo, una expresión confusa se apoderó de su rostro.
– Eso me recuerda. Aarón ¿Por qué llamas a Lionheart, "Chi"? – Preguntó la peliazul.
Con esa pregunta, las 4 chicas repentinamente se detuvieron… realmente no tenía sentido, el nombre de Jorge no tenía esa sílaba en ninguna parte y era algo muy aleatorio "Chi".
– No manches, si es cierto… – Dijo Mindy, ahora mirando a Jorge al igual que las demás.
Aarón y Jorge (los cuales siguieron caminando) se detuvieron al sentir las miradas de las cuatro mujeres sobre ellos.
– Osea es obvio es su apell-. – Repentinamente se detuvo ¡Aquí el nombre de Jorge era completamente diferente! ¡¿Cómo se supone que iba a explicar eso?!
– Verán, en México tenemos dos apellidos en nuestro nombre. "Chi" es mi segundo apellido. Y… como este es medio meco… – Dijo antes de forzar a Aarón en un medio abrazo amistoso. – Me puso de "pet name" Chi.
– Espera, no el hecho de que Aarón le haya otorgado un "pet name" a Lionheart implica que… – Comenzó Kami pensativamente.
– Ellos eran… – Continuó Wisteria.
– ¡Así es! ¡Éramos novios! – Jorge abrazó con más fuerza a Aarón, ahora quedando mejilla con mejilla.
Ante semejante "revelación", las cuatro chicas boquearon en sorpresa y, en particular Mindy y Alexis, se ruborizaron por distintas razones.
– O.M.G. ¿¡Neeeeta!? – Dijo Mindy con una mezcla de fascinación y…¿tal vez celos? Quién sabría.
Alexis nuevamente parecía molesta y confundida, esta vez con Chi.
Aarón apartó a Jorge de él antes de aclarar el malentendido, incluso portaba en su cabeza la clásica "vena saltada de personaje de anime molesto".
– En sus sueños… Na, simplemente es más fácil para mí decirle por su otro apellido que por Lionheart. Es una sílaba contra tres. – Entonces, el chico miró molesto a su amigo. – Además ¿Quién podría amar a este goblin? – Dijo mientras apretaba las mejillas de Jorge y lo hacía mirar hacia las cuatro chicas, deformando su cara haciendo que se vea extraño como Cuasimodo.
Jorge igualmente empujó a su amigo tras el asalto a su rostro y se cruzó de brazos.
– ¿Ven? ¿No es más divertido estar "vacilando" en vez de caminar en silencio? – Dijo antes de sonreír satisfecho hacia Wisteria y Kami.
Alexis fue la primera en recomponerse y tosió ligeramente en su puño para ocultar su sonrojo.
– Hay un lugar y momento para todo, Lionheart.
Jorge hizo un ademán de con su brazo derecho.
– Pff, vamos Alexis, ¡Relájate! Para eso salimos, ¿no?
La chica soltó un "hmph" antes de asentir en derrota.
– Como sea… – Apuntó detrás del chico. – Ya llegamos.
Aarón se sentía algo tonto en esos momentos, por algún motivo se esperaba algun tipo de centro comercial futurístico o de fantasía que retara los límites de su imaginación, elevadores que funcionaban mediante levitación, hologramas en lugar de empleados, arquitectura no euclidiana… pero esto era…
– ¿Un centro comercial común y corriente? – Dijo para sí mismo el chico con una mirada de decepción ¡Incluso había niños llorando con sus padres! – ¡Y los baños están llenos!
Alexis, la cual se encuentra extrañamente cerca de él, levantó una ceja confundida.
– ¿Qué esperabas? ¿Acaso en México son más "finos"?
Aarón se contuvo la risa ante el comentario de Alexis. – En mi defensa… Kaiba tenía un ascensor al espacio.
– No creo que debas usar al señor Kaiba como una referencia. – Dijo recordando la vez que vio de niña a Kaiba en televisión riéndose como maniaco sobre "enseñarle a los aliens a tener duelos".
– Y bien… – Comenzó Mindy, captando la atención de todos. – ¿Cuál será nuestra primera parada?
Esto le recordó algo al chico de amarillo.
– Escuché que abrieron una sucursal de una tienda de cartas de KC recientemente… Podríamos-
Wisteria levantó un dedo para callar a Jorge. – Lionheart, acabas de salir de la academia ¿Y en lo primero que piensas es en cartas?
Para su mal humor, la chica tenía razón. Magnamhut tendría que esperar un poco.
– Hey, estoy dando opciones. – Intentó defenderse.
Aarón susurro para si mismo. – El mismísimo espanta viejas.
Kami tomó el volante de la conversación.
– No, nada de eso, Mindy nos ha contado la situación y veo que ustedes dos necesitan una lección en las bellas artes y la propia etiqueta de vestimenta.
– Lo dice la chica que vino en uniforme. – Dijo Alexis con una sonrisa burlona.
Kami se sonrojo y apuntó molesta a Aarón.
– ¡ESO ES SOLO PORQUE NO ME DIJO QUE ÍBAMOS A VENIR A CIUDAD DOMINO!
Entonces tomó aire y se apretó la frente.
– Como sea. – Chasqueó los dedos y ordenó. – Síganme.
Sin ver problema en ello, todos accedieron y comenzaron el camino a… lo que sea que tenía planeado Kami.
Casi de inmediato, Lyna e Ixchel se materializaron flotando al lado de sus respectivos dueños para comunicarse por telepatía.
– En lo que ustedes fungen de muñecas para sus "amigovias", nosotras vamos a llevar a Magnamhut y los demás con aquellas mucamas dragonas. – Declaró Lyna.
Jorge miró a Lyna con sorpresa.
– Espera, ¿Si existe ese lugar? No veo-
Ixchel lo detuvo.
– Mira mejor.
Entonces, ambos se dieron cuenta de lo obvio: El centro comercial no solo estaba plagado de humanos haciendo lo suyo, sino que igual había un volumen similar de espíritus en cada tienda y por todos lados, comprando como si fuera lo más normal del mundo. Claro, translúcidos como siempre para la mayoría.
– ¿Eh? ¿¡Dijiste mucamas y dragonas!? ¡¿Así como una Dragonmaid?! – Se comunicó Aarón, tratando de no reflejar su emoción con su lenguaje corporal.
– Si, esas raritas. – Completó Lyna. – Bueno, chao y buena suerte. – Dijo antes de guiñar y que desaparecieran.
Después de unos pocos metros, los adolescentes se adentraron a una tienda de ropa de marca, nuevamente, la peliazul del grupo comenzó a hablar, esta vez con un tono sabio.
– Mucha gente no lo sabe, pero escoger ropa es todo un arte. – Tomó sin ver unas prendas de la tienda. – No solo se trata de conseguir ropa que combine o esté "a la moda", también se trata de mandar un mensaje y de estar en armonía con uno mismo. – Tomó otras prendas sin ver mientras seguía caminando y explicando.
– Es solo ropa… – Aarón y Alexis se quejaron ligeramente casi al unísono mientras seguían con la mirada a la chica.
Por otro lado, Mindy estaba asintiendo ante todo lo que decía Kami, realmente concordando con lo que decía.
Repentinamente, el grupo se detuvo, ahora frente a los probadores de ropa. Kami se volteo rápidamente mientras prácticamente les aventaba la ropa que escogió a los dos chicos.
– Ustedes dos, ponganse esto.
Los dos se quedaron parados como tontos unos segundos, tratando de procesar todo lo que había pasado.
Kami chasqueó los dedos frente a sus caras.
– ¡Rápido! ¡O pierden 10 puntos!
¡Eso los haría reprobar el semestre! Rápidamente, ambos se metieron a los probadores (cada uno a uno diferente, no se hagan ideas).
– Puta madre, puta madre. ¿Por qué accedía a esto? – Se susurró Jorge. Al menos, por una vez en mucho tiempo, podía cambiarse de ropa sin que le vieran sus espíritus.
La ropa que le había elegido Kami no tenía sentido en su opinión, pero, se tragó su orgullo. Hey, tal vez eso realmente le quedaría bien… o tal vez quería que se viera como más que el payaso que ya era y quedara mal frente a Mindy… Huh, ¿Por qué pensó eso en primer lugar? Entonces, rodó los ojos y se puso la ropa como mejor pudo. Al mal paso darle prisa.
Después de unos momentos, ambos chicos salieron de sus pequeñas prisiones y se revelaron ante el mundo, como si hubieran vuelto a nacer. Bueno, Aarón lo hizo, Jorge simplemente salió y miró ligeramente cabizbajo para no ver la reacción de los demás.
La mirada de las chicas primero se posó sobre Aarón, el joven portaba una sudadera con gorro de color negro, la cual tenia una decoración en forma de rombos en la mitad de su pecho, sobre ella, tenia una gabardina delgada de color azul oscuro palido, casi negro, pero las varias marcas de color azul brillante le daban un buen contraste, esta gabardina la tenia abierta y por ende tambien se podia ver el azul del reverso de la prenda. Extrañamente el gorro de la gabardina, se juntaba naturalmente con el de su sudadera evitando que se viera demasiado saturado. También tenía unos nuevos pantalones oscuros con una textura entre mezclilla y deportivos, los cuales se mantenían rectos en sus piernas, finalmente portaba zapatillas deportivas negras con pequeñas decoraciones blancas (La ropa de la portada pues).
Y, a su lado estaba Jorge. Para la sorpresa de los demás, Kami había elegido lo que ellas consideraban ropa muy "seria" para el chico de Ra. Portaba una camisa amarilla de manga larga de botones de estilo casi militar, esta tenía un bolsillo de interior negro. Solamente la mitad de los botones estaban abrochados, revelando una camisa interior de color negro similar a la del uniforme regular de la academia. Esto estaba acompañado de un pantalón negro que se ajustaba a su forma.
– Nos vemos como… – Ambos chicos empezaron a decir mientras miraban más claramente sus prendas.
– ¡Se ven geniales! – Les interrumpió Mindy antes de acercarse a ambos y hojearlos de arriba para abajo sin cuidado.
– Iba a decir como un hombre sin hogar… – Dijo Aarón mientras rascaba su nuca e intentaba ocultar sus mejillas rojas.
– Y yo como sargento genérico… – Terminó Jorge.
Mindy negó rotundamente.
– ¡Nononono! ¡¿Cómo no lo entienden?!
Kami tomó la palabra.
– Esa es la belleza de sus atuendos, normalmente la gente se pone ropa que refleje su personalidad… pero esto puede llegar a ser aburrido y hasta cierto punto burdo. – Empezó a explicar, antes de apuntar a Aarón. – La ropa de Aarón refleja una personalidad relajada, lo que contrasta con su personalidad cuadrada. Esto da contraste, mantienes la atención de las personas más allá de unas primeras impresiones. – Terminó la peliazul.
– Y la de Jorge muestra un grado de simplicidad y elegancia que muestran los uniformes militares geniales, igual contrastando con su actitud grosera y creída que-
– ¿Así me ven? – Preguntó Jorge medio desinflado.
– Shush, como decía… pero, en el fondo, es tan atento y cálido como un buen profesor. Además. ¡Se ve genial! – Terminó Mindy, emocionada.
– Te ves medio lame botas Chi, not gonna lie. Osea si imagino que le vas a decir a la maestra que me levanté de mi silla cuando no estaba en el salón. Así, con lista y todo.
– Y tú, cómo decías, pareces un viene-viene que solamente acepta como propina 20 pesos porque disque tiene un título en mecatrónica. – Respondió Jorge.
– Eso es lo que atrae a las chicas hoy en día. No el "matadito del salón" que no rola las tareas, así te ves por si no estaba siendo claro.
– Para tu información, yo si rolo las tareas. – Dijo cruzado de brazos y con aires de grandeza. – Silence, peasant.
– Ya dejen de ser cabezotas, ambos se ven bien. – Dijo Alexis ligeramente entretenida. – Más uno que el otro, claro. – Acabó mirando no tan discretamente a Aarón.
– Como les dije, soy maestra en este arte. – Acabó Kami con su típica actitud rimbombante.
Wisteria, que había estado observando la escena con una sonrisa cómplice, se acercó a Kami y le susurró en voz baja:
– Oye Kam, ¿por qué no ayudamos a estos dos a elegir ropa para sus damas también? Estoy segura que saldrá algo divertido de esto~.
Kami, asintiendo con entusiasmo, aceptó la sugerencia de Wisteria y se acercaron a las otras chicas.
– Chicas, ¿qué les parece si les ayudamos a encontrar algo espectacular para ponerse? – propuso Wisteria con una sonrisa.
Alexis ladeó la cabeza con incredulidad.
– ¿Hay algo mal con lo que llevamos puesto? – Preguntó ligeramente ofendida.
Wisteria negó aún sonriendo.
– No es eso, "Mi reina", es solamente que…
– ¡Nunca está mal expandir sus guardarropas! ¿No es así, Hamaguchi? – Continuó Kami.
Mindy asintió con una expresión emocionada visible.
– Vaaaamos, Lex. ¡Pa eso vinimos!
Alexis suspiró en rendición.
– Oh boy… pues estoy de acuerdo entonces.
Mindy celebró.
– ¡Muy bien! ¡Empece-!
– Voy a pararte ahí mismo. – Interrumpió Wisteria. – Creo que sería mejor si nos dejas el trabajo a nosotras, digo, no siempre tenemos a nuestra experta de campo Kami a nuestro servicio~.
– Por mi está bien. – Finalizó Alexis con ligero desinterés. – Solamente que nosotras elegimos al final, ¿Queda claro?
Kami hizo una reverencia.
– Pero por supuesto, "Mi reina".
– Por favor, paren. – Pidió Alexis con desdén.
Wisteria se dio media vuelta antes de tomar por el cuello de la ropa de los chicos que estaban a punto de escabullirse de la situación y llevarlos arrastrados sin esfuerzo.
– ¡Y ustedes dos también ayudarán!
Jorge se quejó un poco antes de ceder y despedirse con la mano de Mindy antes de ser arrastrado al otro lado de la tienda. Aarón simplemente se dejó llevar con una sonrisa.
– Al menos nos libraron por un rato de ser las "muñecas", ¿verdad? – comentó Aarón.
– Sí, aunque no estoy seguro de si prefiero esto o lo otro. – Jorge se rascó la cabeza mientras observaba a las chicas desaparecer entre los estantes de ropa. – ¿Qué crees que tus dos amigas locas estén tramando?
– Estamos justo aquí, Lionheart. – Aclaró Kami que estaba caminando al lado de ellos junto a Wisteria, revisando los estantes por ropa adecuada.
– Oops, mala mía.
Entonces, Wisteria repentinamente soltó a ambos.
– Bien, seamos eficaces, Kam, toma a Aarón, yo me encargo de este "Goblin". – Dijo entretenida.
Kami asintió y se llevó rápidamente a Aarón a buscar ropa por otro lado.
Wisteria, con una mirada traviesa, tomó a Jorge por el brazo y lo llevó hacia una sección llena de vestidos y faldas.
– Bien, Lionheart, es hora de que contribuyas a la elección de Mindy. Aquí tienes dos opciones que estoy segura de que le encantarán.
Ella sostenía dos atuendos muy diferentes. Uno era de un rojo intenso, con aberturas estratégicas y detalles sugerentes. El otro era un vestido blanco de una pieza más recatado que el otro, pero elegantemente diseñado y sin mangas, revelando aún un tanto de "carne". Tenía encajes y colores suaves que reflejaban un estilo más coqueto y a la moda, terminaba en una falda con adornos rosados en el interior; además, venía en un paquete acompañado con una chaqueta rosa.
– ¿Qué dices, Jorge? ¿El rojo apasionado o el elegante y encantador pero a la vez genial? – preguntó Wisteria con una sonrisa.
Jorge se ruborizó al ver el vestido más provocador y apartó la mirada rápidamente. La idea de imaginar a Mindy usando algo tan atrevido lo dejó… incómodo, extrañamente.
– Creo que este… – empezó a decir, señalando tímidamente hacia el vestido más modesto.
Wisteria lo interrumpió con una risa juguetona.
– ¿En serio? ¡Pensé que eras un hombre de "cultura"! ¿No quieres ver a Mindy en algo más... atrevido?
Jorge aclaró su garganta y mente cachonda.
– Bueno, es solo que... quiero que ella se sienta cómoda, ¿sabes? Ella puede ser muy… ella, pero este es más su estilo.
Wisteria arqueó una ceja, estudiando la reacción de Jorge con curiosidad.
– Interesante elección, Lionheart. No eres lo que esperaba, dado nuestro duelo hace meses.
– ¿Qué esperabas? – preguntó Jorge, confundido.
Wisteria sonrió maliciosamente antes de responder.
– Esperaba que fueras un poco más, digamos, pervertido. Después de todo, sé que tienes un pequeño crush en Mindy.
Jorge parpadeó sorprendido, sus mejillas tomaron un tono más rojizo.
– ¡Baja la voz! ¡Eso no es información pública!
– Oh, querido Lionheart, las chicas siempre sabemos estas cosas.
– ¿Neta? – Preguntó Jorge con cara de mierda.
– Bueno… Aarón nos mostró un video y-
– Como lo odio.
– Pero no te preocupes, tu secreto está a salvo con nosotras.
– ¿¡"Nosotras"!?
Ella negó con un dedo ignorando el arrebato.
– Aunque deberías ser un poco más valiente con tus elecciones de moda. ¡A las chicas nos gusta que nuestros chicos tengan un poco de atrevimiento en estos temas!
Jorge suspiró aliviado al saber que su secreto no estaba completamente expuesto, aparentemente, pero también se sentía un poco intrigado por el consejo de Wisteria.
– Supongo que debería ser un poco más aventurado, ¿eh?
– ¡Exactamente! – exclamó Wisteria, entusiasmada. – Ahora, elige ese vestido encantador y asegúrate de que Mindy sepa que hiciste la elección pensando en ella, ¡te lo agradecerá!
Jorge asintió y se dirigió hacia el vestido más dulce y a la moda. Mientras lo hacía, Wisteria no pudo evitar sonreír, pensando en cómo había subestimado al chico aparentemente sinvergüenza.
Por otro lado, Aarón siguió sin ningún pensamiento en su cabeza a Kami, la cual sin tardar mucho eligió un atuendo para Alexis.
– Este será perfecto. ¿Qué opinas?
– Si. – Dijo sin prestar atención.
Finalmente, el cuarteto regresó con el otro par. Wisteria se puso al frente y extendió sus brazos triunfalmente.
– Henos aquí: ¡El reto del día! – Exclamó exageradamente antes de presentar al par de mecos con la ropa "elegida".
– Odio mi vida. – Pensó Jorge antes de prepararse mentalmente.
– Bueno… por lo menos están más animadas. – Pensó Aarón mientras seguía el juego de las dos chicas.
Jorge, como el meco que era, extendió el vestido hacia Mindy para que pudiera verlo en todo su esplendor.
– Aquí está, Mindy. Espero que te guste…
Mindy se acercó con curiosidad y tomó la prenda antes de inspeccionarla con detenimiento. Sus ojos se iluminaron poco después al ver el diseño encantador. Sin mencionar una palabra, la chica se movió a una velocidad imperceptible para el ojo humano hasta los probadores, dejando una estela de polvo donde estuvo alguna vez.
Jorge volteó a ver a los demás.
– Eso es una buena señal, ¿Ve-verdad?
Se encogieron de hombros, a excepción de Wisteria, la cual simplemente levantó un pulgar.
– Y este es el tuyo Lex, es "Streetwear" juvenil, táctico y cool. – Dijo el otro mientras le presentaba su elección.
Alexis levantó una ceja al ver el atuendo y se acercó para tomarlo y ojearlo sin mucho criterio al verlo.
– ¿Realmente crees que va con mi estilo? – Preguntó honestamente.
Aarón se llevó la mano a la barbilla. – Mmmmmmm… Let me ponder. – Cerró los ojos y entonces habló. – Sipirili.
– Si tú lo dices…
Sin pensarlo más, la chica cedió y se fue a cambiar.
– Esto o va a salir muy bien, o les va a explotar en la cara. – Dijo Wisteria accidentalmente en voz alta.
– ¿Ustedes no compraran algo? – Preguntó Aarón de la nada.
– No.
– Uy perdón… solo preguntaba.
Entonces, ambas damas salieron luciendo las vestimentas elegidas.
Los ojos se posaron primero sobre Mindy y las reacciones no tardaron.
– ¡Mindy, te ves increíble! – Gritó Wisteria.
Y, en efecto, el vestido tenía lo suficientemente "lindo" como "genial" como para alguien como ella. Además, aunque Jorge no había elegido el atuendo más "cachondo", el resultado lo había dejado con un buen taco de ojo.
– Mucho rosa en mi opinión, pero los picos estan cool te doy un "satisfactorio". – Calificó Aarón.
– No puedo creerlo, pero elegiste bien Lionheart. – Agregó Kami.
Mindy se sonrojó ante los elogios, pero su sonrisa irradiaba felicidad.
– Gracias, chicos. ¡Jorge, este vestido es perfecto! No puedo creer lo bien que me conoces.
Jorge simplemente levantó un pulgar.
– Después de estar obligado emocionalmente a apoyarte por dos años, sería muy triste que no lo hiciera.
Antes de que continuara el ship-bait, la wera en la habitación tocio, atrayendo la atención a ella.
Alexis apareció con una chaqueta grande de color verde con estilo "punk" asentuado por los cinturones que solo estaban de decoracion en ella, unos shorts negros y unas medias cubrian sus piernas para acabar en un par de botas negras, finalmente tenia un top negro que se dejaba ver pues la chaqueta no estaba cerrada del todo.
– OMG. Lex, UFFF, te ves… DI-VI-NA. – Exclamó Mindy emocionada mientras daba círculos observando a su amiga.
– Con estilo y con practicalidad, resalta tu cabello y ojos esto amerita un "sobresaliente". – Calificó el Obelisco.
Alexis se mostró ligeramente tímida antes de observarse ella misma. Si se veía bien.
– ¿En serio? Bueno… de esto a un vestido de gala…
– Con esto damos por concluida nuestra primera parada. – Declaró Kami. – ¡Ahora, a la caja, mis súbditos!
Nuestro grupo de amigos se encontraron en el área de restaurantes del centro comercial. Aunque ya habían tenido su desventura en la ropa, Aarón notaba que las chicas aún no se sentían cómodas hablando, dejando un silencio incómodo mientras esperaban su comida.
– Esto no puede seguir así. – Pensó el mastermind. – Por suerte Chi está aquí.
Entonces, empezó su jugada.
– Chi, Chi, Chi.
Jorge le volteó a ver con ligero interés.
– Mande.
– ¿Qué clase de chica es tu tipo?
La jugada comenzó con un gran impacto, haciendo que los ojos del grupo se cernieran sobre el estudiante que ahora vestía su nuevo atuendo.
– Bro, por favor, ¿why?
– Nada más, estoy aburrido.
– ¿Puedo decir que no?
– Vamos, Lionheart, ¿A qué le tienes miedo? No hay nada de malo en hablar sobre gustos. – Le apoyó Wisteria a Aarón.
– Hmm… – Jorge rodó los ojos. – Bien, pero TODOS vamos a hacerlo.
– Ya vas. – Respondió Aarón rápidamente.
Las demás aceptaron igualmente, algunas escondiendo su pena mejor que otras.
– Culos sí no.
– Si, si, si, ya dale.
Jorge asintió antes de tomar un gran respiro.
– Ok. Me gustan las mujeres.
– Mi pregunta fue: "¿Qué clase de CHICA es tu tipo?". Ya se da por entendido que es mujer. – Le dijo Aarón.
– Si, nada de hacerse el gracioso. – Agregó Kami.
– Ok… pues, pues… aaaa, pues mi tipo son las de pelo oscuro, también siento cierta debilidad por los… los…
– Ya habla bien, le quitas lo divertido a esto. – Se quejó su "amigo".
– Ash, ta bien. Siento debilidad por los muslos. También me agradan las chicas extrovertidas, ya saben, las que siempre tienen de qué hablar o qué quieren hacer algo y te arrastran a acompañarlas y son lindas en todo lo que hacen. ¿Ya, felices?
– Ya veo, ya veo… extrañamente específico. – Respondió Aarón.
– Es como si alguien presente aquí mismo cumpliera con esa descripción… – Continuó Alexis antes de mirar a Mindy junto a todos los demás.
Por su lado, la chica de pelo oscuro, extrovertida y linda estaba mirando a otro lado con una sonrisa estúpida como si no hubiera escuchado nada mientras ladeaba la cabeza de lado a lado.
Jorge, ruborizado y cabizbajo levantó la mirada y apuntó a su amigo.
– ¡Vas, mamón!
Aarón se recostó ligeramente en la mesa. – ¿Físicamente o personalidad?
– Ambos.
– Físicamente supongo que una mujer alta con un buen trasero… como Jennifer Lawrence.
– ¿Quién demonios es Jennifer Lawrence? – Preguntó Jorge igualmente.
– Pero hablando en serio… el físico no es tan importante, pero supongo que me gusta alguien que sea segura y directa.
– ¿Neta? Yo creo que casi a todos les gustaría eso.
– Quiero decir… alguien que no se quede todo el tiempo mandando señales e indirectas, me gustaria alguien que solo llegara y me dijera: "Me gustas por esto y aquello" y seguir desde ahí.
– ¿Cómo es que no te da vergüenza admitir tus gustos? – Se quejó Jorge, al ver que su amigo estaba fresco como lechuga.
– Ya ves… – Le respondió Aarón con una sonrisa confiada.
– En resumen, eres aburrido, Aarón. – Determinó Wisteria.
– En mi opinión, yo creo que eso es cool. – Dijo Alexis con una sonrisa leve antes de mirar a Mindy buscando su aprobación.
– ¿Esa es tu mejor indirecta? – Le susurró su amiga con ojos entrecerrados.
– Bueno… como diría Pedro Fernandez: "Me gustan las altas y las chaparritas, las flacas, las gordas y las chiquititas, solteras y viudas y divorciaditas me encantan las chatas de caras bonitas". – Respondió tranquilo.
– ¿No encajamos todas en esa desc-?
– Oye… ¡Eso es básicamente decir que te gustan las mujeres!
– Ya aceptaron la respuesta, una vez más soy el vencedor.
– ¿Quién es Pedro Fernandez?
Después de las interrogaciones acerca de gustos, los jóvenes decidieron que la mejor forma para matar el tiempo después de comer era ir a la pista de hielo que había en el centro comercial.
Un pago con DP y un cambio de calzado después…
– ¿Qué haces? – Preguntó Jorge desde afuera de la pista a la vez que levantó una ceja.
– Patinando. – Respondió Aarón.
Jorge solo se quedó viendo a su amigo, el cual estaba agarrándose del barandal en la pared de la pista, caminando lentamente en círculos alrededor de esta.
– No me digas… ¿No sabes patinar?
– Como crees, así patino yo.
Por su parte las cuatro chicas se encontraban viendo a los dos con diversión.
– Increíble, el mejor duelista de Obelisco, derrotado por un pedacito de hielo. – Bromeo Wisteria.
– ¡¿Nunca han visto lo afilados que son los patines?! – Apuntó Aarón a las chicas. – ¡Si caigo me cortaran los dedos!
– Bueno… – Comenzó Jorge. – Supongo que no tiene remedio, tendré que ayudarte. – Entonces, Lionheart apuntó a Alexis. – ¡Vas, Rhodes!
– ¿Qué? – Preguntó la wera, la cual estaba sentada en una silla fuera de la pista justo al lado del estudiante de Ra.
– Pues, ¿No tu usas a la "Cyber Skater no se qué"? ¡Deberías saber patinar!
Antes de que Alexis pudiera responder, Kami se deslizó frente a Aarón, con una gracia de patinadora profesional.
– ¡Ohohoho! – Se rió Kami con una mano frente a su boca. – ¡Supongo que puedo ayudar a mi pequeño súbdito!
La peliazul tomó la mano de Aarón empezó a deslizarse a un lado despejado de la pista.
– ¡NO KAMI POR FAVOR! – Aarón se quejó mientras intentaba mantenerse agarrado de la pared, como un gorrión sin plumas a su madre.
– Calma ¡Soy una experta patinadora!
– ¿En serio?
– ¡No! Acabo de aprender.
– ¡AYUDA, CHI, ALEXIS, WIS, ALGUIEN!
Eso fue lo último que se pudo escuchar cuando los dos se alejaron, seguidos por las otras dos chicas que estaban igualmente en la pista.
Tanto Jorge como Alexis no pudieron evitar soltar una risa entretenida al ver la escena.
Era una ocasión particular para ambos, en rara ocasión la taciturna Reina de Obelisco y el Duelista irreverente se quedaban aislados de los demás.
– Si me hubieras dicho hace dos años que acabaríamos en esta posición, te hubiera llamado loco. – Dijo Alexis repentinamente, rompiendo el tren de pensamiento de Jorge.
– Ya somos dos, Rhodes. – Respondió el chico aún con su mirada en la pista.
Un breve momento de silencio apareció antes de que a Jorge se le ocurriera como seguir.
– Hmph, 'iralos, hace unas semanas estaban a punto de convertirnos en marionetas de una entidad loca y ahora están patinando felices como si nada.
– Si… – Entonces, suspiró. – Me sorprende que logramos salir bien parados. Por cierto, gracias.
Jorge ladeo la cabeza y empezó a hacer un circo con ademanes.
– ¿Un gracias? ¿¡Para mí!? ¿Qué hice para merecer este halago de la mismísima Alexis Rhodes?
– Según dicen, tú fuiste el que se arriesgó a entrar al dormitorio blanco y sacó a Aarón de su trance. – Miró ahora al chico. – Además, has estado cuidando de Mindy.
Primero iba a hacer un comentario haciéndose el muy muy, pero Jorge fue rápidamente detenido por lo último, haciendo que sus mejillas se volvieran rojas.
– No me digas que sabes-
– ¿De sus salidas nocturnas? Por favor, ¿Esperabas que yo no supiera?
Jorge se cruzó de brazos después de recomponerse.
– Ay… son bien chismosas ustedes. – Entonces, le sonrió. – Es bueno tenerte de vuelta, Alexis. – Dijo antes de extender su puño.
Alexis vio confundida el gesto, y casi como si fuera un perro, levantó su mano y le agarró la mano a Jorge por completo.
– Gracias, Jorge.
El chico se quedó incluso más confundido que ella.
– ¿Qué se supone que es esto?
Separaron sus manos antes de reírse como idiotas. Justo entonces, el estudiante de amarillo sintió un pedazo de cartón aparecer en su mano. Lo inspeccionó. El nombre de la carta: Vanquish Soul Pantera.
El momento fue interrumpido por un grito femenino.
– ¡YA PONTE A PATINAR! – La voz de Kami se hizo presente.
Al verla se dieron cuenta de que la chica estaba completamente roja, y estaba gritándole exageradamente a Aarón, el que se encontraba de cuclillas abrazando a la chica con los ojos cerrados.
– ¡TE AGARRARE COMO UN GORRIÓN SIN PLUMAS A SU MADRE!
– ¡NO TE VA A PASAR NADA! ¡SOLO VE A PATINAR CON LOS NIÑOS O ALGO!
– ¡NO IRÉ A PATINAR CON UN MONTÓN DE NIÑOS DE 8 AÑOS! – Aarón apagó su mirada y continuó. – Son tan crueles cuando sienten debilidad.
– Parece que esa es tu llamada a la acción. – Dijo Jorge con un tono divertido apuntando la escena.
– Oh boy… – Exclamó antes de, literalmente, saltar a la pista de patinaje con todo y patines que al parecer se puso durante el salto y dirigirse con habilidad hasta Aarón.
Alexis entonces tomó a Aarón y lo estabilizó.
– Préstamelo un momento, ¿quieres?
Kami se encogió de hombros. – Todo tuyo. – Y se alejó a practicar por otro lado.
Aarón no soporto el no tener ningún soporte cerca, y abrazo a Alexis con fuerza para no caerse.
– Mommy…
Alexis rodó sus ojos antes de sonreír, dando su mejor esfuerzo para esconder su sonrojo.
Después de una escena calcada de 5ds entre Aarón y Alexis, el par de hombres decidieron separarse un momento de las chicas para resolver el problema con Magnamhut.
Ambos amigos isekeados estaban ya a pocos metros de la tienda de cartas indicada en el flyer que le habían entregado a Jorge.
– Oye Chi.
– Mande…
– ¡¿DONDE ESTAN LAS DRAGONMAIDS?! – Aarón preguntó calmadamente, mientras agitaba por los hombros a Jorge.
Jorge hizo a su amigo a un lado antes de acelerar el paso.
– Frente a nosotros, creo.
Y, en efecto, llegaron a la tienda propuesta que, a la vista del humano común, era el paraíso de un duelista con hedor de no bañarse por 2 semanas: había estantes con diversos paquetes de cartas, discos de duelos chidos y otros accesorios para el protagonista de Yu-gi-oh! genérico.
Pero, para los convenientemente beneficiados con la afinidad a lo espiritual, había además diversos espíritus vendiendo ropa, comida y demás servicios para otros espíritus como ellos.
En particular, una muchedumbre formada por un círculo de mucamas con colas de distintos colores sobresaliendo de sus vestidos llamó la atención de ambos chicos, por razones muy distintas.
– ¡ALBAZ! – Gritó Jorge horrorizado al ver que su compañero espiritual era el causante del revuelo entre las féminas dracónicas.
El chico corrió hasta estar a un paso de este grupo.
– ¡SUÉLTALO, CHEME! – Le gritó una de cabello pelirrojo a otra de atuendo negro.
– ¡ES MÍO, TIRURU, YO LO LAMÍ PRIMERO! – Se quejó la anterior mencionada.
– ¡Aiiiiiudaa! – Gritó Albaz mientras era jalado de lado a lado por el harem.
La salvación del joven dragón sería el amigo de su compañero, el cual se puso frente a él con una pose extraña. – Señoritas ¿Acaso pasan mucho por aquí?
Ante la pregunta, por alguna razón, las mucamas soltaron a Albaz, dejándolo caer como un saco de papas, centrándose en el humano de azul.
– ¿Y tú quién te crees? – Preguntó la mucama que parecía enfermera.
Aarón respondió con un tono confiado y "grandoise" – Podrían decir que soy la persona que las creó y las trajo a este mundo, soy algo así como su dios.
Ante la respuesta, la expresión de las mujeres cambió a una amplia sonrisa sorprendida y, extrañamente, comenzaron a correr emocionadas en su dirección.
El chico se limitó a abrir sus brazos esperando su merecida recompensa por el plan que conjuró desde hace dos años-.
Pero, para la sorpresa de nadie, la estampida siguió su rumbo rebasando al chico inmovil. Su objetivo real: Morningstar.
El Señorocuro estaba posando genialmente junto a su espada a escasos metros de su dueño y, cuando las féminas estaban cerca de él, les dedico una sonrisa confiada y sensual.
– Soy… Morningstar, un ángel caído y transcendental que ahora protege a sus hermanos… ¿Y ustedes?
La respuesta hizo que todas soltaran un chillido de adulación y que le rodearan tal como hicieron con Albaz.
– ¡Ahem! Creo que no fuí muy claro antes ¡YO LAS CREE! ¡YO SOY EL REY DE LA MONTAÑA, YO SOY EL DIOS DORADO MEJOR QUE TODOS USTEDES! – Aarón apuntó a las mucamas.
Pero nadie le hizo caso y continuaron siendo distraídas.
– ¡YO!... yo… – Lentamente se iba apagando al ver que su discurso caía en oídos sordos.
Aarón se quedó unos segundos en su pose dramática, pero entonces se dio cuenta de que una pequeña mucama azul si le estaba prestando atención, era la que reconoció como Dragoncella Lavandera, la cual lo veía con curiosidad y honestamente una mirada algo vacía.
– ¡Pues me llevo a Laundry! – Dijo el chico mientras cargaba a la mucama como un saco de papas.
– Ok. – Dijo la chica azul todo chill.
Ante esto, las demás chicas no reaccionaron, aún estando distraídas con el ángel caído. Mas, no hay crimen sin testigo y, repentinamente, una nueva mucama se materializó en el camino del humano, deteniendolo en seco mientras le miraba con desdén.
– ¡SUELTA A MI QUERIDA LAUDRY! – Demandó con una voz y tono tiránico.
– ¡TE ATREVES A HABLARLE ASI A TU CREADOR! – El chico retó a la mujer dracónica.
– ¡ESTA ES TÚ ÚLTIMA OPORTUNIDAD! – Amenazó antes de tensarse más.
– ¿O qué? – Aarón se había vuelto loco, su cerebro no podía comprender que no iba a tener a las Dragonmaid en su mazo.
Colmando a la mucama, Aarón logró que esta desatará su poder, cambiando de forma frente a sus ojos revelando su verdadero ser: Una dragona de color blanco y negro imponente parada sobre sus patas traseras, las cuales (y si, esto es vital) mostraban igual muslos GIGANTES. Esta rugió antes de empezar a generar fuego por su boca.
– Oh no, mi única debilidad. – Pensó Jorge.
Aarón no se sintió intimidado, en su lugar empezó a reír de manera maniaca. – ¡Creo que no lo han entendido ninguna de ustedes! – Entonces alzó su mirada al cielo. – ¡Yo las cree y también puedo destruirlas! ¡I'M FUCKING INVINCIBLE!
Viendo el inminente desastre, a Jorge no se le ocurrió mejor idea que saltar en medio de ambos e intentar mediar el asunto.
– ¡Espera! ¡Disculpe a mi amigo, está medio loquito! – Entonces, sacó el flyer. – ¡Yo tengo cita para sus servicios espirituales a las 3:45!
– ¡No me toques Chi! ¡Si estas lagartas superdesarrolladas no están conmigo, están en mi contra! ¡I WILL HUNT DOWN YOUR KIND AND MUTILAT-
Y entonces la dragona azotó a Aarón con su cola, el cual aún estaba sosteniendo a Laundry, y estos chocaron contra la pared del establecimiento violentamente, ganándose una breve mirada confundida de tanto humanos como espíritus antes de ser ignorados.
Jorge miró sorprendido la escena antes de que la misma dragona rugiera "regañando" a las demás mucamas, las cuales, asustadas, corrieron hacía la aparente líder. La ahora identificada como líder se transformó de vuelta a su forma humana y regañó verbalmente a las demás antes de hacer una reverencia apenada.
– ¡Disculpe nuestra falta de hospitalidad, señor Lionheart! Como compensación, le daremos prioridad a su cita agendada.
Jorge ladeó la cabeza y tomó un sorbo de su agua.
– ¡Qué buen servicio! – Dijo jovial.
Aarón para la sorpresa de Sheu (y de las demás mucamas) se levantó sin inmutarse. – ¡¿ESO ES TODO?! ¡ESTO NO ES NADA COMPARADO CON EL DOLOR EN MI CORAZÓN!
Laundry igualmente apuntó sollozando e indignada a Sheu. Este llanto empeoró cuando las mucamas guiaron a Jorge y Albaz hacia una parte más profunda del establecimiento.
Abandonada, parecía que la dragoncilla azul iba a caer una depresión profunda.
En ese momento, Merrli apareció de la nada, ambas chicas azules se vieron a los ojos y sin decir nada más chocaron las manos con sonrisas, este era el inicio de una hermosa amistad.
Para sorpresa de Jorge, ahora se encontraba caminando por un pasillo estrecho y ridículamente largo. Albaz estaba a su lado, mientras que la mucama que ahora notó usaba lentes lideraba a ambos.
– Hmm, ¿qué haremos exactamente para ayudar a Magnamhut? – Preguntó Jorge.
La mucama miró hacia atrás sin dejar de caminar.
– Deje que le de contexto: El dragón que requiere tratamiento está pasando por su pubertad. En esta etapa, el espíritu pasa por una metamorfosis que le otorga su "forma humana".
Luego, devolvió su mirada hacia el frente.
– Esto plantearía mayor problema; mas, parece que Magnamhut no ha desarrollado su corazón por completo, lo cual puede causar reacciones catastróficas si no se atiende antes de que complete el proceso.
– Con que eso era… – Murmuró Albaz pensativo.
– Imagino que eso no se quita con un paracetamol y ya. – Agregó Jorge.
– Evidentemente, no. Sin embargo, tenemos la suerte de contar con un duelista humano. – Añadió la dragona.
Jorge cerró los ojos antes de suspirar cansado.
– Bien, adelante. Ya dime qué ritual oscuro y peligroso tengo que realizar…
La dragona se detuvo, parando en seco a los dos antes de darse la vuelta y sonreir.
– ¡Es excelente que sea tan asertivo, señor Lionheart! No se preocupe, el ritual es sencillo: Solamente tiene que compenetrarse por completo con el naipe del espíritu y compartir su dolor y esperanzas. ¿Entiende?
– No. – Dijo Jorge perplejo.
Entonces llegó Aarón de la nada como si todo lo que sucedió antes no hubiera pasado.
– ¿De qué me perdí?
– Su amigo está a punto de completar el corazón de Magnamhut. – Explicó Albaz.
– Que chido me hablas de usted.
Albaz miró ligeramente molesto a Aarón.
– ¿Eso es en lo que se va a enfocar?
– Pues ¿Qué quieres que te diga? Osea muy chido y todo pero hablas como si supiera que significa eso.
La dragona, tras aguantar la furia de ver al alborotador de hacía rato frente a ella, le dirigió la palabra al humano de azul.
– Al igual que el señor Lionheart, usted posee espíritus similares, en particular, aquellas sirenas oscuras que están detrás suyo. – Explicó apuntando tras Aarón.
El humano se dio media vuelta y efectivamente, ahí estaban las cuatro sirenas detrás de él, prácticamente pagadas a su espalda mientras miraban fijamente a la dragona.
– ¡Aaaaaaa! – Soltó un grito sorprendentemente agudo. Para entonces limpiarse la garganta y cambiar su voz a una ronca forzada. – Quiero decir ¡Ah!
Sus espíritus le miraron con reacciones apagadas; pero, Merrli fue la única en hablar.
– Estábamos preocupadas por usted y… le seguimos. – Explicó con un tono ligeramente tímido.
– Que lindo. – Respondió revolviendo el cabello de la sirena.
– Si me atrevo a adivinar, tanto ellas como Magnamhut son espíritus "recién nacidos". – Preguntó la mucama.
Jorge se rascó la cabeza y pensó un momento. – Supongo… – No sabía el origen del dragón, simplemente apareció con Albaz.
– … Magnamhut… Pizzahut. – Pensó Aarón mientras asentía con la cabeza.
– Muy bien, entonces, dado que ya se encuentran aquí, ¿Qué les parece comenzar el proceso?
– Aja. Ok. Y ¿Cómo o qué? – Preguntó el de azul.
Con la aprobación de ambos mecos, la dragona asintió y colocó ambas manos frente suyo.
– Es sencillo en realidad. Primero, tomen los naipes respectivos y luego los sujetaran frente a ustedes.
Los dos hicieron lo que les dijeron.
– ¿Y ahora?
– Cierren sus ojos y despejen su mente. Concéntrese en el arte de los naipes y simplemente… déjense llevar por las emociones que les infunden.
No era el primer rodeo de ambos en este tipo de situaciones, por lo que, poco a poco, ambos se sumergieron en distintas experiencias…
Había pasado demasiado tiempo desde que Jorge pasaba por esa sensación onírica que le persiguió en su primer año en la academia. El espiral de colores que indicaba que estaba soñando se presentó.
Ya se esperaba ver a cierta mujer de metal ahí, pero, algo raro ocurrió: los colores se despejaron y revelaron un nuevo paisaje.
Se encontraba en lo que él identificó como un cenote subterráneo de su querida tierra natal, más, el agua tenía un tinte color jade antinatural. Este líquido caía de vez en cuando de las estalactitas que adornaban el techo cristalino de la caverna brillante.
Entonces, intentó levantarse del suelo helado transparente en el que estaba sentado. Para su sorpresa, lo logró.
– Este no es un sueño.
– Si lo es.
A su lado, Albaz se encontraba cruzado de brazos con los ojos cerrados.
– Solamente que no es tuyo.
Jorge ató los cabos rápidamente al oír eso.
– Este es el lugar dond-
– Donde fracasé. – Albaz abrió los ojos y comenzó a mirar de lado a lado con inquietud. – Ahora está vacío, es solamente un recuerdo del pasado.
El humano imitó al espíritu e intentó encontrar lo que le causaba inquietud a Albaz.
– Bueno, ¿Qué te tiene tan alterado si es solo un recuerdo?
Un rugido desgarrador y familiar asaltó los oídos de ambos. Rápidamente, el chico de pelo claro desenfundo su daga y saltó en el aire, chocando su filo contra las las garras sobresalientes de un dragón rojo encadenado.
La medición de fuerza bruta no duró, dado que ambos se separaron y cayeron al suelo en lados contrarios.
– Eso. – Respondió Albaz.
Jorge no era muy brillante, pero el agresor era claramente Magnamhut. El espíritu seguía emitiendo la niebla negra y sus ojos amarillos estaban sedientos de sangre.
– Va. Ya estuvo suave, Albaz. ¿¡Qué se supone que es él!? – Preguntó Jorge.
– ¿Por qué lo sabría?
– Por favor, ¡no me vengas con esa chingadera! Estamos en una alucinación autoinducida para ayudar a Magnamhut y lo primero que veo es el lugar dónde "Fracasaste" y ahora estamos siendo atacados por él. – Se quejó Jorge, viendo que tenía tiempo aún de hacerlo.
Acción sabía, dado que el dragón intentó abalanzarse nuevamente. Esta vez, Albaz predijo el movimiento. Saltó con precisión y, de un tajo perfecto con su daga, le plantó un corte profundo y casi letal en el cuello.
Más de la niebla extraña comenzó a ser expulsada de la apertura cuando Magnamhut cayó al suelo a unos escasos metros de Jorge. Ahí, el humano y dragón se miraron. Pudiera ser que hace unos segundos el chico estuviera aterrorizado, pero, con el ser a su merced, no veía nada de malicia en sus ojos.
Albaz regresó al lado de Jorge. Su rostro mostraba una mezcla de enojo y tristeza.
– Bien, te mereces saber lo que sé. Este. – Comenzó antes de apuntar al dragón. – Es otro recuerdo de mi fracaso. Es la representación del poder… no, no solo eso…
Entonces, soltó una lágrima y su rostro se tensó más.
– ¡Es un recuerdo de los amigos que perdí por mi debilidad! ¡Una marca que me seguirá hasta que caiga nuevamente en combate!
Jorge no supo qué decir en ese momento. Pudo sentir toda esa ira y carga que llevaba el chico, pero, aún así, no podía empatizar con ello. Había algo injusto en la situación.
– Y ahora…
El chico dracónico levantó su arma sobre la cabeza indefensa del dragón.
– Acabaré con todo eso…olvidaré ese amargo recuerdo…
– Detente.
El rostro de Albaz se llenó de incredulidad a la vez que Jorge se acercó igualmente a la cabeza del dragón caído.
La mano de Albaz se paralizó aún levantada.
– ¿Por qué?
– ¿No lo entiendes? Tú mismo lo dijiste, Magnamhut es un recuerdo de tu fracaso. – Entonces, se agachó y acarició la cabeza del ser cornudo. – Pero no solamente representa eso, lo puedo ver en su rostro: también es parte de ese poder que te arrebataron.
– ¿Y eso qué? ¿¡Se supone que eso impida que lo elimine!?
– Podrías hacer eso y ya. – Dijo Jorge en un tono calmado. – Aunque, de decir "A la chingada" y simplemente hacerlo… Eliminarías ese poder al mismo tiempo. La mucama lo dijo, Magnamhut no tiene un corazón completo todavía, podríamos ayudarlo de esa forma, cambiar el significado del recuerdo que representa y de paso recuperar tu poder.
Albaz finalmente bajó su filo lentamente.
– ¿Estás pensando seriamente en intentar controlar el poder de un ser tan oscuro?
Jorge soltó una risita y sonrió maliciosamente.
– Creo que no te has fijado con quién estás hablando. Además, no solamente es controlarlo, también es darle una nueva oportunidad.
Albaz tomó un gran respiro antes de enfundar su arma y cruzarse de brazos.
– Para ser tan vulgar, haces argumentos elocuentes. Adelante, por algo me derrotaste. Confío en ti.
Con esto, Jorge asintió y dejó una mano sobre la cabeza de Magnamhut. Ahí, sintió lo que mencionó la dragona. Era una mezcla de emociones impresionante lo que sentía su naipe en esos momentos. El chico cerró los ojos.
Tras concentrarse brevemente, pudo ver dos imágenes.
Una de ellas emitía un aura lumínica descomunal, deseaba control y estaba sediento por ejercerlo y jugar con otros seres como si fueran sus marionetas; portaba la forma de un dragón negro con armadura plateada y ojos rojos.
Del otro lado de la moneda, observó una figura encapuchada que emitía un aura oscura y descontrolada. Su forma cambiaba rápidamente y no se quedaba quieta. Jorge pudo notar que, mientras más se intentaba concentrar en ella, menos inestable se volvía. Sus pensamientos se anclaron en esta imágen, ahuyentando los impulsos controladores de la primera. Claro, pensó en muchas cosas ese día: lo linda que era Mindy, lo extrovertida y aleatoria que era Lyna y todo lo que representaba Albaz…
Entonces, la figura se quedó quieta: Una hechicera de capucha negra y toques rojos y verdes que portaba un sable irregular se presentó frente a él y, entonces, despertó.
Aarón de repente empezó a sentirse más ligero, lentamente sus piernas se despegaban del suelo sus brazos flotaban flojamente a sus lados. Era una sensación agradable hasta que empezó a sentir como ascendía lentamente, un resplandor blanco le obligó a abrir los ojos.
Se encontraba sumergido en cristalinas aguas que le dejaban ver sin problema el reflejo del sol en su superficie, extrañamente se sentía calmado, no estaba experimentando el miedo de ahogarse como si las aguas hubieran sido su hogar siempre.
Su ascenso se detuvo en la superficie del mar donde logró de alguna forma pararse en el agua como si de tierra se tratara, a su alrededor se encontraba un vasto mar que parecía no tener fin, pero también había una clase de ¿torres? que tenían discos de agua flotando alrededor, donde podía ver siluetas humanas nadando sin preocupación dentro de cada una de estas.
El cielo estaba lleno de nubes grises que dejaban entrever los rayos del sol periódicamente, y solo podía describir la escena como melancólica, pero extrañamiento hermosa y cálida.
La paz y serenidad de repente fueron destruidas por unas vibraciones que hicieron que el chico se cayera. Rápidamente examinó sus alrededores y encontró la causa del disturbio: una cápsula roja que ahora estaba flotando a unos metros de él.
Antes de que pudiera incorporarse, la cápsula se abrió con un sonido metálico y de ella salió… algo. No podía identificar qué era, pues solo veía un miasma rojo con una forma vagamente humanoide. Lo que sea que fuese, se levantó de la cápsula y con un rugido se abalanzó en dirección a Aarón… solo para pasar de su lado y seguir su carga.
Al voltearse vio a las tiagrimentos. Kitkallos había parado la carga del miasma con su espada y se encontraba en una competencia de fuerza con la cosa, la cual perdería si su expresión de dolor era una indicación.
Detrás de ella, estaban sus tres hermanas menores Scheiren veía a su hermana mayor con una expresión de dolor y preocupación, apretando sus dientes tanto que era un milagro que no se hubieran roto. Havnis veía en sorpresa y miedo a su hermana, mientras sostenía en sus brazos a Merlo la cual estaba llorando sin poder ver lo que estaba pasando.
Sin pensar mucho, el cuerpo de Aarón empezó a moverse por su cuenta corriendo hacia el enfrentamiento.
– ¡Kitkallos!
Al escuchar la voz, tanto las sirenas como el miasma bajaron su guardia en sorpresa, momento que aprovechó Aarón para empujar a Kitkallos a un lado junto con sus hermanas y dejar que la sombra siguiera su inercia hacia adelante y se hundiera ligeramente en el agua.
– ¡¿Aarón?! – Para sorpresa de Aarón, las cuatro sirenas hablaron en sorpresa y no en el tono monótono que estaba acostumbrado.
– Así me llamo.
Kitkallos fue la primera en salir de su sorpresa.
– ¡¿Qué haces aquí?! ¡Debes huir junto con mis hermanas! – Entonces la sirena intentó levantarse, pero repentinamente un dolor en su costado la hizo regresar a su posición original. – Yo… yo lo detendré el tiempo que pueda.
– ¡No! – Scheiren grito mientras se acercaba a su hermana. – ¡No te abandonaremos aquí! Yo me quedaré, escapen por favor.
– Nadie se va a sacrificar hoy. – Aarón habló con determinación. Las sirenas lo vieron con sorpresa, las nubes lentamente se despejaron dejando caer nuevos rayos solares. Mientras Aarón avanzaba sin temor contra el miasma rojo. – Hicieron un buen trabajo aguantando solas este tiempo… déjenme el resto a mi.
Las cuatro hermanas tenían una expresión de sorpresa en su rostro, ojos abiertos a más no poder, pero algo en las palabras del chico les regresó la esperanza y unas cuantas lágrimas de alegría cayeron de sus rostros.
El miasma rompió el momento, pues logró pararse nuevamente y rugir en dirección a Aarón.
– Bueno dije todo eso… pero realmente no sé qué hacer. – Pensó el Obelisco con la misma sonrisa confiada que optó al decir su discursito. – Pero, supongo que podemos intentar algo.
Tomando una posición de "duelo", Aarón empezó a actuar las acciones que tomaría en un duelo "robando" una carta de su mazo.
– Invoco a Tiagrimentos Merrli.
La sirena repentinamente sintió un brote de poder en ella misma, entendiendo el significado de las palabras de su dueño… no, de su familia. Tomó su bastón y se plantó entre su familia y la sombra.
– Con su efecto puedo mandar las 3 primeras cartas de mi mazo al cementerio.
Merrli alzó su bastón y con un grito de guerra, un aura envolvió a todos, sanando a sus hermanas de sus heridas.
– Una de las cartas mandadas fue Tiagrimentos Havnis.
Sintiendo el mismo poder, Havnis rápidamente tomó sus dagas y con un elegante salto, las aventó hacia las piernas de la sombra, perforándola y haciendo que se detuviera en su camino.
– Ahora fusionaré ambas para invocar a Tiagrimentos Kitkallos.
Extrañamente Kitkallos no sintió nuevo poder, pero confiando en Aarón, se quedó en su posición.
– El efecto de Kitkallos me permite mandar a otra Tiagrimentos de mi mazo al cementerio, mando a Tiagrimentos Scheiren.
Scheiren si sintió el nuevo poder, y con una velocidad que ni ella sabía que era capaz, clavó su espada en el "pecho" de la sombra, regresando con su familia para el golpe final.
– Ahora fusionaré ambas para invocar a Tiagrimentos Rulkallos.
Esta vez Kitkallos si sintió el poder surgir en ella, colocándose frente a la sombra, y sintiendo como su apariencia cambiaba y obtiene más poder. Ahora en su nueva forma, Rulkallos tomo su espada y con un tajo horizontal, destruyó la sombra.
Esto fue lo último que vio Aarón antes de que su visión se volviera negra otra vez.
Una vez ambos duelistas acabaran su trance y abrieran sus ojos, se encontraron sentados en el pasillo, aún siendo vigilados por la mucama dracónica, la cual colocó ambas manos juntos y sonrió.
– ¡Parece que ambos lo lograron!
Jorge se rascó la barbilla.
– ¿Neta? No siento diferencia alguna…
– Yo ni siquiera veo a las Tearlaments…
– Le invito a llamar a alguna. – Le ofreció la mucama.
– Bueno… no sé… ¿Kitkallos? – Preguntó al aire Aarón.
Entonces, la sombra de Aarón cambió a un círculo, de la cual salió Kitkallos como si fuera agua.
Antes de que Aarón pudiera decir algo, la sirena lo abrazó.
– ¡Que bueno que estas bien! No sabes lo preocupada que estaba. – Dijo con una mirada tierna.
– a. – Es lo único que pudo decir el joven.
– Huh, esa es más emoción de lo normal. – Comentó Albaz, el cual seguía al lado de su duelista.
Una nueva voz asustó a los presentes, pues Havnis de repente habló detrás de Aarón.
– Jo-jo-joven a-a-a-amo. Me-me-me-me alegro de que- – Antes de que la sirena terminara, una tercera voz la interrumpiera.
– ¡No puedo creer que hayas hecho eso! – Scheiren regañó al chico. – ¡¿Tienes idea de lo que te pudo haber pasado?!
– ¡Gracias, gracias, gracias! ¡Derrotamos juntos a esa cosa! Estabamos así de "hush" y luego "sash" y de repente boom. – Merrli dijo contenta.
– Entonces, si ellas ya están de animosas… ¡Magnamhut, a mi! – Gritó Jorge a todo pulmón.
Pero claro, se encontraban en un espacio reducido, por lo que lo mejor que pudo hacer el espíritu fue aparecer en una versión miniatura de sí mismo flotando frente a Jorge cruzado de brazos.
– Bien, pues has lo tuyo, ¡a ver esa forma humana!
El dragón se dio la vuelta y negó rotundamente.
– A ver, no te me hagas el tímido. ¡Vine hasta aquí por ti! ¡Ahora no te me safes!
Derrotado, el espíritu se dio la vuelta y, tras un destello de color morado oscuro, una silueta… femenina apareció frente a todos.
Su forma era tal cual como Jorge la vio en su visión. Se trataba de una mujer de pelo plateado y ojos amarillos brillantes igual a los de su forma dracónica. Portaba una capucha negra y su piel era pálida.
– Ta-da… – Dijo el espíritu con un tono ligeramente grave pero aún indiscutiblemente femenino.
– ¡¿Eres una mujer?! – Así es, eso fue lo primero que se le vino a su mente.
La espíritu se tensó y apuntó a su dueño con indignación.
– ¡No, yo era yo! ¡Esta es la forma que me diste, idiota! – Le echó en cara.
– ¿Entonces eres un hombre? – Preguntó Albaz entretenido por la escena.
– ¡No, no me refería a-! – Frustrada, soltó un "AAAAAA". – ¡Yo soy un dragón!
– Hmm- de-de hecho… un dragón hembra. – Explicó Havnis.
– ¡Si-digo, no!
La mucama decidió pararse frente al nuevo ser y ojear de pies a cabeza. Su mirada se fijo en finalmente en cierta área de diformismo entre macho y hembra colocada justo en el tórax.
– Sip, definitivamente eres una chica.
– Pe-pe-pero seguramente ella e-e-era una amalgama de po-po-poder dracónico, así que no teni-nia género como tal. – Terminó su explicación la sirena, la cual por algún motivo ahora tenía lentes y unos dientes de castor extraños.
– ¡Haia, he vuelto de mi sesión de manicura! ¿De qué me perdí? – Preguntó Lyna después de finalmente hacer presencia.
– Espera, ¿Estabas-? Como sea… pues… – Comenzó Jorge antes de hacerse un lado y dejar ver a la nueva lanzadora de conjuros.
Por un momento, no lo supo, pero, Lyna rápidamente lo sintió y sonrió emocionada antes de correr hacia ella.
– ¡Nooooo manches! ¡Qué chida te ves, Magnamhut! – Exclamó la encantadora.
– ¡Wow! – Dijo Aarón viendo a la nueva espíritu. – Oye Chi, pues unos intercambios ¿no?
Entonces, tanto Jorge como Lyna abrazaron posesivamente a Magnamhut y miraron feo a Aarón.
– ¡No, ella es nuestra!
– ¡No soy de nadie, suéltenme! – Imploró fastidiada Magnamhut.
– Y por cierto… ¿Sigues siendo "Magnamhut"? – Preguntó Aarón mientras le daba vueltas y la "inspeccionaba".
– Si, primate. ¿Quién más sería?
– Uy perdón, PIZZAHUT. ¿Qué tal si con tu nueva apariencia querías un nuevo nombre o algo?
– Siento interrumpir esta reunión familiar, pero… – Comentó la que ahora el narrador llamará Sheou porque ya se cansó de decirle mucama. – Temo que nuestros servicios no son gratuitos.
Por un momento, todos los seres que se encontraban en el pasillo estrecho se calmaron.
– Oh, claro. ¿Cuánto DP le debemos? – Preguntó Jorge.
– ¿DP?
– Si, DP.
– No aceptamos DP.
– Oh.
– ¿Entonces que aceptan?
– Pues… euros, pesos, yenes, dólares, almas humanas… – Sheou continuó explicando, sin darse cuenta de lo que la nueva espíritu tenía en mente…
Nuevamente, estaban en un pasillo estrecho. Sintiendo el peligro, Magnamhut tuvo la idea de simplemente probar su poder recién adquirido de cambiar formas… justo ahí.
Tras envolverse en un aura oscura, la mujer comenzó a crecer y cambiar, rápidamente apachurrando a todos los demás como si fueran insectos. Tal fue la fuerza ejercida sobre ellos que salieron volando por el aire, chocando contra la puerta del pasillo y acabando justo fuera del establecimiento con las caras contra el piso.
– Oye, Aarón… – Dijo Jorge, quién fue el primero en reaccionar.
– Mande… – Respondió el otro aun con su cara en el piso.
– ¡Cooorre! – Gritó.
Después de salir corriendo, los dos llegaron al área de comidas del centro comercial, donde decidieron sentarse para descansar y esperar a las chicas para regresar a la academia. La noche ya amenazaba con caer.
– Por cierto, por qué te volviste loco hace rato. – Preguntó Jorge.
– Honestamente fue solo por el meme, porque las Dragonmaid no sirven de nada en mi mazo. – Respondió Aarón tomando un vaso vacío de una de las mesas y rellenándolo de refresco.
– Ah, entonces ¿Qué onda con ella?
Con esa pregunta, Aarón volteo a ver a Laundry la cual estaba abrazada junto con Merrli mientras reían y bailaban el "CAN CAN".
– Verdes… honestamente pensé que iba a regresar sola. – Entonces se encogió de hombros. – Oh bueno, supongo que ya es parte de la familia.
– Ok…bueno, Magna-
– ¡WAIT! ¿Dónde están Ixchel y Loagaeth?
Regresando a la tienda de cartas para espíritus, en una puerta con la señal "sauna" las fuerzas de la luz y oscuridad estaban teniendo una descomunal batalla.
– ¡Rindsetceh Loag-aaa io thengro la kensaja! – Exclamó Ixchel, desparramada en la banca dentro del sauna, llena de sudor y con la cara roja y una mirada desenfocada.
– ¡HA! Eso kisierrrraz yiou no tsiencho el KHAlorrrrrz – Loagaeth respondió tirada en el suelo, su apariencia imitaba la de Ixchel.
Hace unos cuantos minutos, ambas ángeles decidieron tener una competencia de resistencia, viendo quién sería la primera en salir del sauna con la temperatura al máximo… Las leyendas cuentan que seguridad tuvo que sacarlas y Aarón recibió una extraña llamada a las 3 de la mañana por dos ángeles semidesnudas que habían alterado el orden público.
Nota de autor: ¡Feliz navidad atrasada! (Oops, no hubo especial de navidad). Como podrán haber leído, este capítulo fue muy especial para que los personajes se relajaran un poco tras todo el drama emocional y traumas. No está demás un capítulo sin duelos para variar.
Además, tengan por seguro que el romance va a resaltar en el par de capítulos siguientes y, si no nos quedamos sin ideas o procrastinamos, habrá especial de año nuevo.
Y si no lo notaron, la forma humana de Magnamhut es Diabellstar.
