7 - Persecución de Badeline
Tema: Abundante
El reflejo que se había escapado del espejo miraba desde la distancia como su contraparte perdía el tiempo con fresas tontas. Ella estaría mofándose todavía más de su otra yo si no fuera por su abundante euforia de al fin ser libre de su estúpida cabeza.
Ella sabía que era una creación del poder de la montaña. Si no fuera por el enorme favor que acababa de recibir, ella diría que era ridículo y hasta infantil como un cuento para niños.
En este momento Ella podría estar en donde quisiera, haciendo lo que quisiera. Y si era honesta consigo misma—algo que su contraparte sin duda no hacía—preferiría estar lo más lejos posible de esta estorbosa montaña. Para su perpetua desgracía, conocía la amarga verdad de que para conseguir eso, tendría que hacer a su otra yo la escuchara, una tarea para nada fácil y que no siempre lograba.
Pero ahora tenía métodos más directos.
Después de que su contraparte al fin se dispuso a continuar, Ella decidió esperarla a confrontarla al lado de un pequeño campamento no tan abandonado por su anterior dueño el cual ahora era poco más que una pila de huesos. Eso seguro permitiría a su segunda mitad ver lo que Ella veía y entendería con facilidad.
Una vez que la contraparte pelirroja llegó Ella sonrió complacida.
"Madeline, cariño. No tan rápido."
La chica de pelo roja se exaltó al oír su nombre y dio media vuelta. "¿Quién dijo eso?"
"Soy tú. O más bien. Soy parte de tú," Aclaró y flotó un par de metros fuera del suelo. Pudo ver la incertidumbre y el miedo en su cara. Bien. Tenía su atención.
"¿Por qué una parte de mí se vería tan…siniestra?"
La miró con ojos entrecerrados e irritados. "Solo me veo así y punto. Acéptalo."
"Lo siento. No pensé que–"
"No. Obviamente no pensaste. Pero para eso estoy aquí. Estoy aquí para sacarnos de esta montaña."
"Pero, aún me falta mucho camino. Estoy segura de que puedo hacer esto."
"Eres muchas cosas, cariño. Pero no eres una escaladora. No tienes idea en lo que te estás metiendo. Intenta ser razonable por una vez. Esto no es para ti."
"Por eso mismo necesito hacer esto. ¿Y quién eres tú para decir que puedo y no puedo hacer de cualquier forma? ¿La parte débil o floja de mí?"
Ella tuvo que contenerse para no contestar bruscamente a sus comentarios. Ella necesitaba ser…
"Soy la parte pragmática. Aunque tú creas que soy todas las cosas malas que hay dentro de ti."
"¿Malas? Como en Badeline." Su contraparte río ligeramente. "Siquiera tienes un nombre?"
"…" Ella miró la miro incrédula. No había manera de que tomara ese nombre tan ridículo. "Esa es la peor idea que has tenido, solo después de escalar este lugar. Volvamos a casa." Empezó a acercase más y más. "Juntas."
Antes de que ella pudiera tomarla entre sus manos su contraparte dio un paso atrás. Después otro, y otro. Entonces se echó a correr.
Ella no tuvo más opción que ir tras ella persiguiéndola tras lo largo y ancho de las ruinas. Persona y reflejo corriendo habitación tras habitación tan rápido como podían. En esencia eran la misma criatura e iban a la misma velocidad.
La persona siempre se mantuvo fuera del alcance del reflejo.
Ella se aseguró de siempre estar allí cuando sea que su otra mitad volteara en una desesperación alimentada con adrenalina.
En un intento por ganar terreno Ella manifestó copias de sí misma. Cada copia por un problema que su contraparte tenía. Dudas. Ansiedad. Controladora. Testaruda. Lunática. Pesimista. De todo. Problemas que Ella por supuesto no tenía.
Aun con esas no logró alcanzar a su otra yo, siempre quedándose detrás de sus talones. Siempre siendo su sombra. Siempre a la sombra de una versión inferior de ella misma que rondaría en los bordes de su mente y que no podía deshacerse de.
Más tarde que pronto, Ella entendió que no la atraparía. Necesitaba cazarla. No perseguirla.
Dejo de perseguirla tras salir de las ruinas y la vio alejarse en la distancia. No necesitaba estar detrás de ella para saber dónde estaba.
En un intento de escapismo, su contraparte se distrajo con una cabina telefónica. Ni siquiera había ingresado algún número cuando el teléfono sonó y respondió.
Ella dijo todo lo que ella quiso oír. Pretendió ser un viejo amigo y la abundó con un falso sentido de seguridad hasta que puso dos y dos juntos.
"Estoy soñando ¿No es así?"
"Madeline, por supuesto que estás soñando. No te he hablado en meses. ¿Por qué empezaría ahora?"
"Ugh! ¿¡Por qué me molesto en escalar esta estúpida montaña!?"
Ella se descubrió en el aire flotando mirándola fijamente con una pequeña sonrisa. "Me estaba preguntando lo mismo. Es hora de tirar la toalla y volver a casa."
La cabina telefónica tiritó y deformó en una criatura peluda flotante con boca y varios ojos. Una respuesta de congelarse inundo su mente un segundo y eso fue tiempo suficiente para que la criatura la devorara de un bocado antes de desaparecer sin dejar rastro.
El reflejo se quedó con su propia compañía unos momentos rumiando los eventos recientes, a pesar de que en efecto, acababan de pasar. Entre más lo pensaba más se mofaba de su otra yo y las tonterías que se le ocurrían.
"Badeline. Pff, si como no. Como si fuera a usar ese nombre." Pero en esa soledad…su mente empezó a aceptar la idea de que cualquier nombre era mejor que el de ELLA.
Al traspasar el límite de palabras que hay en este reto me preguntó si debí haber hecho una novelización del juego y no un ejercicio basado en temas aleatorios. Pero me gusta el enfoque idiosincrático que tengo que darle a cada capítulo.
La pequeña escena al final con Badeline sola no estaba en mis planes. No sería la primera vez que dichas escenas improvisadas terminan siendo mis favoritas. Curioso. De nuevo si tuviera más espacio definitivamente hondaría más en momentos como estos.
