12. Risco Morado

Tema: Pensamiento

Después de ganar una forma corpórea y control sobre sus acciones, no mucho había cambiado después de salir de SU mente para Badeline.

Agh, la mera idea de su nombre aún dejaba un sabor amargo en su lengua.

Pero su afirmación era verdadera, como siempre, por supuesto. Mucho no había cambiado en su rutina, la cual era observar e influenciar.

Observar para vigilar a su otra mitad, e influenciar cuando fuera a hacer algo irracionalmente estúpido.

Como la gandola que Madeline estaba viendo con una maldita curiosidad.

Badeline intentó decirle. Intentó advertirle para que no se subiera en esa oxidada y anticuada cosa. Si algo tan viejo se rompiera y Madeline cayera a una muerte segura por estar incontables metros por encima del suelo, ¿Badeline la salvaría? Claro que no, ¿Verdad?

¿Verdad?

Tan pronto como Madeline piso la gandola, Badeline intentó convencerla para sacarla de allí de la única manera que conocía.

Inducir miedo en sus pensamientos. Gritar al vacío que era la mente de Madeline y esperar a que escuchara alguno de sus gritos.

Pero no funcionó.

Ella habría optado por métodos comunicativos más directos, como en esas viejas ruinas, sin embargo, no había ningún espejo o reflejo cerca. Solo podía ser esos pensamientos intrusivos que Badeline había sido toda su existencia.

Badeline solo podía hacer cuanto la mente de Madeline le permitiera. Miedo era su principal medio para actuar y que dichas acciones fueran efectivas; Efectivo siendo que Madeline hiciera como ella imploraba.

Una vez que la gandola empezó a elevarse, Badeline se sentó en el borde del techo de la gandola. Badeline en realidad no necesitaba estar…allí. Pero ella había estado toda su vida sin una forma física. Quería usarla cuanto fuera posible, incluso si su medio para tal oportunidad era Madeline y su miedo. Tenía un gusto por tales cosas, le daba un sutil subidón de adrenalina que disfrutaba.

Tal y como esperaba, la gandola tuvo problemas a medio camino al sacudirse severamente en el cable del cual colgaba.

Badeline encontró la oportunidad que buscaba. Podía sentirlo en su propio cuerpo y el de Madeline. Una ventana.

Al principio le dio una comezón. Una leve para no lastimarla, pero persistente como para que no pudiera ignorarla. Después de ser una idea o un pensamiento, eso mismo era todo lo que Badeline estaba acostumbrada a ser. Una comezón. Una constante y terca comezón que se rehusaba a irse, reposando en el fondo de la mente de Madeline. Siempre vigilando y nunca descansando.

La gandola sobresaltó más fuerte. Tanto Madeline como Theo habrían perdido su equilibrio si no alcanzaban a agarrarse de algo por soporte.

Badeline los escuchó hablar. Poco después, Theo intentó detener la gandola tirando de la palanca, pero esta se rompió y salió volando y cayendo hacia el vacío después de que él aplicara demasiada presión.

Incluso sin el pequeño, rápido y suprimido chillido que Madeline soltó, Badeline pudo sentir su creciente miedo, seguido de cada mal escenario posible que podía pasar en ese momento, todo mientras Madeline sentía como el mundo a su alrededor se desmoronaba, al igual que ella en el suelo.

Badeline iba a enseñarle de verdad que podía salir mal.

A través de su conexión que tenían imbuida con el poder de la montaña, Badeline podía ver lo que Madeline veía. Y ella lo cambio a su manera.

Blancas nubes se transformaron en oscuros muros de niebla. Los rayos dorados del sol se deformaron en tentáculos morados y el foso debajo de ellos se transformo en un abismo negro absoluto, uno en el que, si Madeline caía, nunca saldría de.

Esto era lo que pasaba cuando ella no escuchaba a SUS advertencias. Cuando no hacía lo que ella decía. ¿Qué sabía Madeline de todas formas?

Por supuesto, nada.

Eso le enseñaría a—

"Espera, ¿Qué esta haciendo ese tipo?" Badeline preguntó.

¿Porque estaba de rodillas junto a Madeline?

"¡¿Qué cree que está haciendo?!" Ahora gritó, aún cuando sabía que era en vano. Ellos no la escucharían. No podrían.

La turbulenta atmosfera Badeline creó para Madeline se desvanecía al segundo, todo gracias a un simplón ejercicio de respiración que Theo le estaba enseñando a hacer. Badeline solo podía ver con una creciente exasperación. "¡Oye! ¡Detente!"

El cielo se volvía más brillante y las nubes oscuras se alejaban.

Madeline aún estaba sentada en el suelo, ojos perdidos en pensamiento, mirando a todo y a nada al mismo tiempo, mientras controlaba sus suspiros muy, muy lentamente.

Badeline gritó. Bramó. Quiso que el mundo girara a su alrededor, pero sus esfuerzos cayeron en nada, al igual que el sentimiento de eureka cuando uno tenía la mejor de las ideas, e inmediatamente era olvidada al siguiente segundo.

Badeline estaba siendo reducida a nada más que un pensamiento otra vez, y después menos que eso.

Lo odiaba.

Le asqueaba.

Un silencioso pero duradero pavor que consumía su ser, quería más que nada deshacerse de ello, pero no tenía forma de hacerlo.

Mientras su contraparte volvía a sobre sus pies, literal y figurativamente. Ella era dejada en la oscuridad, de nuevo, literal y figurativamente, dejada, en las profundidades de su mente.

Cuando sus gritos no fueron suficientes para romper su prisión. Intentó romper su cuerpo y golpeó los muros de la mente de Madeline. Cada golpe hacía tiritar el oscurecido mundo morado a su alrededor. Continuó hasta que el entumecimiento ahogó su puño, Badeline no desistió en lo absoluto. Su pelo morado cobraba vida y se alzaba como tentáculos arremetiendo contra el muro.

Estaba tan cegada en su aborrecimiento que cuando el muro se rompió, no lo vio, solo lo sintió, ligeramente como una pluma tocando su mano. Entonces, en lugar de dejarse avanzar a lo desconocido, Badeline cayó en ello.

Y cayó.

Badeline solo se dio cuenta que toco suelo una vez que su adrenalina se disipó.

Los nuevos muros de los que se encontraba rodeada eran tan familiares como desconocidos. Morados y solitarios, pero nunca solos. No por su otra parte de si misma y el tipo que la acompañaba. Ellos ya se habían ido hace mucho.

¿O era ella la que ya se había ido hace mucho?

Espejos. Espejos por todos lados. En cualquier dirección que observaba, veía sus movimientos replicados incontables veces por incontables copias de sí misma sobreponiéndose una sobre la otra y combinándose hasta que se volvían irreconocible. Una especie de medusa deformada con tantos tentáculos como Badeline tenía dedos. A pesar de que no sabía que estaba mirando, se sintió atraída hacía aquello.

Al contrario que la brava fuerza que uso hace poco, esta vez los espejos se fragmentaron con un mero toque.

La criatura inmediatamente vio a Badeline con sus múltiples ojos y embistió hacía ella con un chillido desgarrador.

Badeline no se inmuto, y cuando los dos seres purpuras hicieron contacto hostil, Badeline lo absorbió. Un escalofrío recorrió su espina dorsal que se difumó en un pequeño cosquilleo.

Al principio, Badeline no sintió nada diferente, excepto por la extraña sensación de algo viviendo dentro de ella. La misma criatura con la que se había fusionado. Podía sentirla en la punta de sus dedos. Como si pudiera invocarla.

Y los invoco. Muchos de ellos.

Invocarlos. Comandarlos. Doblegarlos a su voluntad. Hacerlos títeres perfectos de nulo pensamiento propio para hacerlos una extensión de ella misma.

Entonces Badeline reformó los oscuros y salvajes alrededores a su imagen y semejanza. Junto con cualquiera que se atreviera a invadir sus nuevos dominios, tal como su contraparte parada en la entrada de ese templo, percibiéndola tan pequeña que podía haber sido un pensamiento fugaz. Badeline se aseguraría de transformarla en eso hasta que fuera nada más que una memoria. Distante y ofuscada.

Igual que Badeline había sido forcada a vivir por casi toda su entera existencia.

Hasta hoy.


Mi primera idea para este capítulo era darle el POV principal a Theo. Creí que ya iba siendo hora pues lo había hecho a un lado por tiempo ya. Pero pronto me di cuenta que hacer eso sería poco más que Theo reaccionando al accidente de la gandola y al ataque de pánico de Madeline.

Después intente balancearlo dandole el capítulo tanto a Theo como a Madeline. Y mientras que esa idea no era tan mala, cuando estaba al 85% de terminarla, me di cuenta de que lo que estaba escribiendo no era nada que no podían imaginar o pensar por ustedes mismos en quince minutos como mucho y eso sería aburrido. Así que tuve que deseschar todo y empezar de cero.

Por un corto tiempo considere saltarme esta parte por completo e ir directo al templo, pero eso no me sentaba bien.

Ahora que parece que darle el POV principal a Badeline fue la mejor idea, tengo unos problemas que aquello acarrea.

El principal siendo que eso es básicamente lo mismo que puedo decir del siguiente capítulo, y del siguiente, y del siguiente a ese no, del siguiente, del siguiente, del siguiente, del siguiente, del siguiente a ese no, del siguiente y algunos más, por no spoilear lo que tengo planeado.

Lo que quiero decir es, ¿Como puedo darles algo que nuevo que no han visto, y al mismo tiempo seguir la travesía de Madeline? ¿Y a Madeline en sí? Claro, técnicamente lo hago, pero al mismo tiempo no, saben a lo que me refiero.

Tambien, otra vez estoy ignorando el límite de palabras y sigo sin decidirme si eso es algo bueno o malo, o algo que debería controlar con más firmeza. Por un lado, estoy explorando lados del juego que de otra manera nunca veriamos, por el otro, estoy ignorando mis propias pautas.

Aun así con todas estas quejas mías, este capítulo me gusto, si tuviera que usarlo como lectura antes de dormir no me molestaría.

Creo que eso es todo por ahora. Lo de siempre, fav, follow, comentario. Hasta la proxima.