15. Reflejo

Tema: Desdicha

La Ignorancia es felicidad, pero el conocimiento es permanente.

Irónicamente, ambos podían ser usados para deshacerse de dudas. Pero una vez sabes algo, no puedes desconocerlo. Puedes olvidarlo; su significado puede cambiar. Pero se quedará allí. Siempre.

Celia sabía eso. Descubrió que lo mejor que podía hacer era acostumbrarse a sus demonios.

La ignorancia es cegadora, así que el conocimiento es permanente.

Olvidar era igual a invitar a problemas. Y problemas siempre llegaban a la puerta. Siempre.

Cuando lo hace, causa una conmoción. Una conmoción como la que Celia sintió primero en el aire, y después en sus pies. La montaña hablaba un lenguaje que sus demonios le habían enseñado. Un lenguaje de dolor y miedo.

Dicho lenguaje atraía almas perdidas a la Montaña Celeste sin importar si lo entendían o no. Especialmente cuando no lo hacían.

Tal como hizo con esa chica de pelo rojo y odio todavía mas rojo. Había pasado mucho tiempo desde que Celia había visto a alguien tan cabeza dura. Sabía bien que esa era la solemne razón por la que ella había llegado tan lejos.

Hasta entonces. Celia pudo sentirlo.

La montaña le dijo. La chica testaruda había intentado olvidar

Y cayó por eso. Cayo largo y duro. Más profundo de lo que alguna vez había visto a alguien fallar y tirar la toalla y marcharse de la montaña.

Los problemas eran como el miedo y el dolor y la vida: Encuentran un camino, Celia recordó bien mientras se dirigía a las cavernas profundas de la montaña. Sabía donde buscar y no era donde Madeline había caído.

¿Para qué buscar en el único lugar que ella hacía que no estaría? Esa chica era demasiado testaruda como para aceptar la derrota; recordó la mirada llena de determinación cuando la vio por primera vez a los pies de la montaña.

Era gracioso para Celia como Madeline cargaba sus dificultades allí tan profundo en la montaña en contraste a en la superficie. Había una delgada línea entre la determinación y la testarudez. Estupidez y valentía. Pero no importaba cual era cual al final, pues a los ojos del miedo y dolor—en una tormenta nevada todos los copos de nieve venían de la misma briza de viento.

Celia encontró a Madeline profundo en las interminables cavernas azulosas, o más bien, Madeline encontró a Celia después de que la mujer anciana hubiera descendido en un elevador de madera.

Fue incluso más gracioso cuando escuchó como Madeline era incapaz de adjuntarse la cula a si misma y creó toda una historia sobre como "alguien" la había tirado allí abajo. La experiencia le dijo que todo esto eran acciones de Madeline.

La cereza sobre el pastel fue que Madeline no se diera cuenta que se refería a la montaña y no a donde ellas dos se encontraban ahora mismo.

"Está chica de la que hablas. Parece que te esta saboteando. Habla con ella. Descubre porque esta tan asustada."

"¿Crees que ella…está asustada? Nunca lo pensé de esa manera."

"Deja de gastar nuestro tiempo y pregúntale. ¿Qué tienes que perder?"

Celia puede que haya vivido muchos años en soledad en la montaña a esas alturas. Su manera de mantenerse informada del mundo exterior era aprender de los visitantes aventureros a través de los años. Le divertía saber que las cosas no habían cambiado mucho.

Sí. Estaba consciente de que su consejo de ir y "encontrarse a si misma" era uno de los consejos de autoayuda más regurgitados, si no es que el más regurgitado que existía.

También estaba consciente de que la Montaña Celeste era como ninguno otro; igual eran las reglas que dictaban el lugar; igual eran las maneras en las que uno interactuaba con las reglas, fallaba para cumplirlas…y las manipulaba.

El conocimiento desdichado de Celia no lo hacía menos aplicable.

La ignorancia era inaplicable. Así es como el conocimiento es permanente.

Aun con esas, la ignorancia era tan duradera como uno quería. Celia había visto como alpinistas pasados que creían que al llegar a la cima, todos sus problemas se resolverían mágicamente.

Estaban tan cautivados en ver el bosque que se olvidaban de ver los árboles.

El último paso de un viaje era igual de importante que cualquier otro.

"Un poco de verdad es bueno para la gente. Incluso cuando no pueden aceptar lo que ven. No hay vergüenza en correr a tu coche e irte. Algún día estarás lista y volverás."

Madeline vio al elevador al lado de Celia con una angustiante tentación. Su respiración se volvió pesada por un momento antes de que sacudiera su cabeza. "No. Voy a resolver esto. No más huir."

"Eso pensé. Buena suerte."

Madeline inhaló tan hondo como pudo y exhaló. Sus ojos se perdieron en la distancia hacía las cavernas. Su semblante se volvió frío como la nieve y duro como la roca. Ella estaba viendo algo, Celia estaba convencida de ello. Pero ella no era quién para preguntar por tales cosas.

"¿Cómo aguantas vivir aquí? ¿No te resulta duro afrontar esto todo el tiempo?"

"Es verdad, nuca te acostumbras del todo, pero me mantiene alerta. Me gusta eso.

La ignorancia es tosca. Esa es la manera en la que el conocimiento se mantiene permanente.

"Pero la montaña es tan…confrontativa." Madeline tragó saliva mientras memorias de días recientes pasaban enfrente de sus ojos. Celia sabía que así era.

"Claro. No se anda por las ramas. Montaña Celeste es un lugar de curación, querida. El primer paso de curar es confrontar el problema. Eso nunca es fácil."

La cara de Madeline se llenó de una expresión de hartazgo. Excepto que ella no había terminado aún. "No me digas." Madeline se marchó a perseguir sombras.

Y Celia no le dijo. No le dijo que el segundo paso de la curación era que debía doler.

¿Doler su zona de confort? ¿Doler sus límites? ¿Doler su frágil calma?

"Doler todas esas patrañas absurdas?

Todas las anteriores. En los ojos del dolor, todas eran lo mismo.

Celia no le dijo que el tercer paso era doler hasta que se rompiera a sí misma, para que pudiera reconstruirse de las rotas piezas, como un espejo roto. Si Madeline cometía el error de acomodar los vidrios rotos en el mismo lugar, entonces se romperían de la misma manera en el futuro.

Mientras Madeline se alejaba, la luz proveniente del hoyo encima de Celia parpadeo cuando un ave azul pasando tapó la luz. La sombra de Celia parpadeó por más de un momento, y entonces la sombra se despegó de su cuerpo y se posicionó al lado de Celia, quién reaccionó solo lo suficiente para reconocer su presencia.

La sombra empezó a esparcirse como una pequeña masa tomando forma y creciendo alto hasta que se dio figura y se convirtió en una replica de Celia, con arrugas, bastón y tez de piel casi tan blanca como la nieve. Las dos miraron a la chica pelirroja hasta que la perdieron en la distancia.

"¿De verdad crees que ella lo logre?" La sombra preguntó.

"Es cuestión de tiempo antes de que lo descubramos. La chica tiene espíritu."

"¿Es por eso que insististe tanto en ayudarla?"

"Sí. Y no."

Su sombra entendió con desinterés y desapareció en el suelo volviendo a seguir los pasos de Celia. La mujer anciana se volteó al elevador. Aunque solo fueron pocos pasos, el esfuerzo le quitó el aliento. Mientras subía y las tuercas y engranajes llenaban el silencio Celia estiró sus músculos alrededor en sus hombros.

Su sombra de nuevo se separó de su cuerpo y se manifestó al lado de Celia. "La chica fue divertida mientras duró."

"Si, lo fue."

Por un momento el elevador tembló, Celia uso su bastón como soporte hasta que pasara. Las dos sonrieron levemente divertidas. "La niña de verdad debe tener bronca contra si misma para tener ese efecto."

"Eso me recuerda a cuando me tiraste de aquella colina."

"Ah, sí. Tuve que arrastrarte desde los riscos hasta la cabaña.

"¿Vas a disculparte por lo que le pasó a él?"

"No me digas." La sombra imitó el tono de Madeline y las dos se pavonearon a más no poder hasta que el elevador llegó a la entrada principal de las cavernas y caminó hasta un pequeño puesto allí.

Dentro de la cabaña Celia encontró el marco de una foto de ella misma cuando era joven junto a un hombre con un traje y un pequeño bigote con la montaña en el fondo. Los colores blancos y negros delataban la edad de la foto. Celia frotó las arrugas en su cara con sus dedos.

"¿Crees que a ella le pasara lo mismo que te pasó a ti? La sombra preguntó viendo como Celia tomaba el marco con ella.

Celia empeñó hasta que llego a una silla fuera de la cabaña para descansar, al sentarse dejando un suspiro profundo, poniéndose cómoda y esperó. "No sé. No importa. De cualquier manera ella volverá. Nos encargaremos de las cosas en ese momento y ella lo hará después."

"¿Crees que a "él" le pasara lo mismo que le paso a él?" La sombra preguntó otra vez ahora con su atención hacía la entrada. Pequeños rastros de nieve llevaban al interior de las cuevas hasta perderse en sus profundidades. "Esto no es por él."

"No. Si ese chico es diferente a este viejo tonto, entonces no habrá nada por lo que emocionarse. Confió en él. Parece un buen chico."

"Parece." La sombra acentuó.

"Ya basta Necia."

Y las dos se rieron.

La ignorancia es ignorante. Ese es porque el conocimiento es permanente.


¡El capítulo de Granny finalmente está aquí! Esperé mucho tiempo para escribir esto y estoy extremadamente feliz con los resultados.

Por si se lo estan preguntando, sí. Celia es el nombre de Granny. Curiosamente, no fue solo a la mitad del capítulo que me di cuenta de que si estaba escribiendo esto desde el punto de vista de Celia, ¿entonces por qué diablos la estaba llamando Granny?

De todos modos, quería hacer este capítulo un poco especial. Estoy seguro de que pueden notar la reminiscencia de capítulos anteriores en este. De eso hablé en capítulos anteriores sobre los temas que quería ilustrar aquí. Se trata de caras de la misma moneda, no estoy hablando solo de Granny y Madeline, sino de Theo y Oshiro, incluso de Badeline también. Verán, todavía estoy fijado con querer mostrar lo que el juego no pudo y eso me llevo a la pregunta de por qué vinieron a Mountain Celeste en primer lugar.

¿Por qué Oshiro y Celia se quedan?

¿Por qué Madeline y Theo no?

¿Qué es Badeline para la montaña?

¿Qué hizo el abuelo de Theo en Mountain Celeste?

Entre otras preguntas, la más importante de todas:

¿Que tienen TODOS ellos en comun? ¿Qué tienen todos ellos en común para haber venido a la montaña en primer lugar?

Madeline y Granny no estan destinadas a ser representadas como dos caras de la misma moneda. Madeline está destinada a ser representada a llegar al mismo lado de la moneda en la que está Granny.

Además, la idea de que Granny tuviera su propia "Badeline" fue una idea que tuve durante mucho tiempo. Pero no me di cuenta de que debería haber dado algunas pistas sobre eso antes. Hay un consejo por escrito que dice que si tus lectores pueden predecir un giro en la trama o una revelación sorpresa no significa que eres demasiado predecible, significa que diste suficientes pistas para hacer algo creíble y eso, después de todo, es el trabajo principal de un escritor.

De todos modos, no pude hacer exactamente eso, así que...¿puedo justificar narrativamente que Madeline acababa de empezar a comprender la magnitud de los poderes de la montaña y estaba demasiado ocupada con su viaje para darse cuenta de tal cosa? De todos modos, este pequeño palabrerío aquí no es más que un recordatorio para mí mismo de no volver a cometer el mismo error con futuras entregas.

Me mantuve fiel a mi palabra y escribí cuanto creí que debía escribir por el bien del capítulo, pero aún así, la pregunta de si debería haber hecho una novelización en lugar de estos capítulos basados en temas aleatorios flota en mi mente mientras escribo esto. De nuevo, esto permite explorar lados del juego que nunca hubiéramos visto de otra manera, pero tengo que recordarme a mí mismo que toda esta serie de capítulos, además de ser una distracción de mi otro trabajo, estaba destinado a ser un ejercicio para capturar atmósferas en espacios pequeños.

Pulir mis habilidades o Explorar lo desconocido. Ser o no ser.

Creo que eso es todo por ahora. Saben lo que viene a continuación y con solo pensarlo tengo sentimientos encontrados. No se preocupen, el tipo correcto de sentimientos encontrados.

Eso es todo, nos vemos.