Dr Who/Robotech

La última carta de los Dalek.

De la saga del Dr. Who en los confines del espacio y tiempo

Por Vick Peña.

Quince minutos antes.

El transporte de personal volaba ahora tranquilamente después de que hubieran sido rescatados de las garras de los atacantes zentradi gracias a la oportuna intervención del Capitán Hunter y su equipo que ahora habían abandonado la guardia del avión que transportaba a Lisa hacia la Tierra para regresar a la fortaleza espacial.

La entrada a la atmósfera fue de libro de texto, en el ángulo correcto y con la suavidad de una pluma, los pilotos, expertos, habían hecho eso múltiples veces asi que ahora repetían la maniobra con quirúrgica exactitud.

"Torre Anchorage. " llamó el piloto, usando el canal cifrado, " aquí vuelo especial T 640 con rumbo cinco, cinco, cero….esperamos que ya nos tengan en sus radares."

La respuesta fue inmediata.

"Los tenemos en nuestros radares."

Mientras el piloto seguía la rutina de aproximación con la torre de control, el copiloto no estaba poniendo atención, sin embargo, pues algo había entrado en su campo visual, algo que no se suponía debía estar ahí.

Era un objeto volador, lejano, que seguía una trayectoria paralela al avión que descendía pero acercándose rápido.

"Jim, " llamó el copiloto, " veo algo allá afuera."

Mientras el piloto dirigía su atención hacia donde el copiloto le indicaba otro de los objetos apareció desde atrás y junto a la ventanilla; este tenia la apariencia de un salero, nada menos, de base octagonal y una serie de protuberancias que ascendían en líneas hacia la parte media alta, ahí, dos cañones eran visibles y, más arriba, un domo con una protuberancia que terminaba en una luz azul, como la torreta de un tanque, dos protuberancias, como estrobos de una patrulla, remataban la 'cabeza' de aquel vehículo.

La torreta de aquella cosa giró hasta que estuvo apuntando su ojo azul hacia la cabina de los pilotos.

Cuatro flashazos de luz iluminaron las protuberancias en la cúpula del vehículo aquel.

Atrás, Lisa Hayes pensaba en su joven piloto de combate, sentada junto a la ventanilla, mirando hacia afuera.

"¿Quiere algo de beber?" preguntó una voz servicial, cosa que le causó una tremenda curiosidad pues aquel vuelo no tenía servicio de comida.

Así que volteó a ver al dueño de aquella voz, perdiéndose el paso del extraño vehículo que los había emparejado y que prosiguió rumbo a la cabina de mando.

Era un hombre alto, con cabello despeinado, con un traje gris y tenis como calzado pero que, sí, sostenía una bandeja con una copa de lo que parecía ser champagne en ella y una servilleta en su otro brazo muy al estilo francés.

"¿Quién…?" empezó Lisa pero una explosion en el frente de la aeronave la hizo saltar de su asiento, la copa tambien brincó y aterrizó a sus pies, quebrándose en el proceso no sin antes derramar su contenido sobre la mujer.

"Justo a tiempo, " le dijo el hombre tendiéndole la mano, " debemos irnos." La urgió ayudándola a ponerse de pie.

Otra explosion en el frente del avión, este empezó a ladearse a la derecha lentamente.

Sin saber que ocurría, Lisa siguió, o mas bien, tuvo que seguir al hombre a la parte trasera de la aeronave pues este la jalaba con fuerza, ¿Quién diría que aquel hombre flaco tenía esa fuerza?

Mientras lo hacían, desde la cabina de control se escuchaba una voz mecánica y sin inflexiones que repetía la misma palabra "Exterminar, Exterminar." con insistencia.

Lisa miró por encima de su hombro y alcanzó a ver una abominación mecánica en forma de salero gigante entrar a la parte de pasajeros desde lo que antes había sido la cabina de control.

De la parte media de su cuerpo había dos apéndices, uno parecía, ridículamente, un destapador de inodoros y el otro un simple tubo hueco pero probó no ser así pues de ahí salió un largo rayo de energía que hizo blanco a escasos centímetros de los dos lanzándolos al suelo, uno encima del otro.

El hombre la ayudo a levantarse y la empujó por el corredor hacia las puertas azules que estaban al final de este.

Que raras puertas, pensó Lisa, sobre todo porque parecía de madera y tenía las palabras POLICE BOX -PUBLIC CALL -escritas sobre ellas.

El avión empezó a explotar a su alrededor mientras el hombre usaba un instrumento invisible para ella para abrir una de las puertas y, en el último segundo antes de la destrucción del avión, esta se cerró junto con la consciencia de Lisa pues había golpeado el suelo duramente.

El sonido de resuello que empezó a escucharse en aquel desolado lugar hubiera desconcertado a cualquier espectador, pero no había nadie a los alrededores de aquel lugar desolado y muerto, lleno de cráteres e impactos de armas de energía que había dejado grandes círculos oscurecidos y quemados.

Lentamente, a la vez que los resuellos se hacían más intensos empezó a materializarse una caja de madera color azul que tenía una luz sobre ella que parpadeaba en color blanco.

Con un sonido similar al de un barril siendo golpeado por un martillo, la nave termino de aparecer y se volvió sólida.

Aquel objeto, que claramente era una cabina telefónica destinada a hablarle a la policía, estaba completamente fuera de lugar pues estas solo existían en Inglaterra y sin embargo, ahí estaba.

La puerta se abrió y un torrente de agua apareció trayendo consigo a una muy mojada Lisa Hayes que cayó a un par de metros de la máquina que el hombre llamaba TARDIS.

Tosiendo, se levantó intentando, en vano, quitar el exceso de agua de su uniforme pues estaba completamente empapadas, su pelo caía mojado y liso sobre su rostro y hombros así que, desistiendo de su intento por secar su vestimenta, y se retiró el cabello de su cara.

Su expresión era de tremenda sorpresa y desconcierto, su mente no alcanzaba a entender que había sucedido y mucho menos donde estaba y como había llegado ahí.

Una toalla apareció frente a su rostro, esta tenía un ridículo dibujo de la TARDIS bordado en ella.

Sin pensarlo, tomo la toalla y la paso por su rostro.

El hombre estaba enteramente mojado tambien, pero parecía no importarle.

"¿Quién…?" balbuceó, enojada y frustrada, " ¿cómo…?"

"Lamento lo que pasó, la piscina se desbordó otra vez, " el hombre que se hacia llamar 'el Doctor' se encogió de hombros, disculpándose, "Olvidé cerrar las puertas del gimnasio."

Lisa no tenía tiempo para tonterías, con su consabido carácter, le señaló con un dedo acusador.

"Escúchame, amigo, me dirás quién eres y que esta pasando en este mismo momento." Le ordenó.

"Soy el Doctor y acabamos de aterrizar "concluyó el Doctor señalando la caseta de policía.

Esa respuesta, obviamente, no satisfizo en nada la curiosidad de Lisa.

Con un gesto de enojo dominando sus facciones la comandante Hayes marchó hasta la caseta de policía y alrededor de ella, la tocó, le dio un pequeño puntapié y sí, en efecto, era de madera o por lo menos eso parecía.

"Es una cabina telefónica." Murmuró Lisa, "es una simple cabina telefónica."

"De hecho, " le explicó el hombre, "es una máquina del tiempo y del espacio, obsoleta, un modelo 40, antigua y en teoría, sus sistemas de camuflaje deberían hacerla adoptar la forma de algo que la haga pasar desapercibida pero, lamentablemente, esta TARDIS tiene un problema y se ha quedado atascada en esta apariencia."

"¿qué rayos es una TARDIS?"

"Es una máquina del tiempo y del espacio, " le repitió el Doctor, cruzando los brazos, " Time And Relative Dimension In Space, TARDIS, ¿ves?"

"Esto debe ser un sueño." Conjeturo Lisa empujando las puertas esperando ver un teléfono cuando en realidad vio una espaciosa, muy espaciosa cámara con los controles que había visto antes y la cosa esa que subía y bajaba como si estuviera respirando.

Luces encendían y apagaban en aquel increíblemente grande espacio que era imposible de dimensionar dado que estaba viendo una cabina telefónica.

Lisa apuntó al interior, sorprendida.

"Es más grande por dentro."

El hombre le palmeo el hombro, "Sí, es una TARDIS, ya te lo he dicho." Pausa, "ahora, debes ponerme atención Elizabeth Hayes."

"¿Cómo sabes quién soy?" Lisa dio la espalda a la máquina del tiempo y el espacio.

"Es indispensable que sepas que te he rescatado por una importante razón, "empezó el hombre, sin contestar a la pregunta, "Hay algo que hizo que la TARDIS me trajera aquí, ha detectado una inconsistencia en la línea del tiempo, una muy peligrosa…y los Daleks tienen algo que ver con ella."

"¿Daleks?" repitió Lisa en forma de pregunta, "¿fueron ellos los que destruyeron mi transporte?"

EL Doctor asintió lenta pero enfáticamente.

"¿Por qué?"

"No lo sé" el hombre se encogió de hombros, "pero definitivamente querían impedir que llegases a Alaska"

"¿Están del lado de los Zentraedi?"

"No, "negó el hombre con un gesto, " ellos están en peligro de la misma manera que tú y la gente a bordo del SDF-1"

"No entiendo, "

"Mira a tu alrededor."

El yermo desolado, inhóspito y carente de vida alguna no le dio a Lisa pista alguna de lo que el hombre le decía o intentaba decir.

"Yo…"

"Esto es la Tierra." Le develó el hombre que se hacia llamar El Doctor.

Lisa miró de nueva cuenta a el lugar donde estaban, a la TARDIS, a su interlocutor, al cielo y no pudo creerle una sola palabra.

"Es imposible…"

"No mucho tiempo en el futuro, esta será la Tierra."

"¿Los Zentraedis destruirán la Tierra?"

No hubo respuesta para esa pregunta, solo una mirada larga y seca.

"Doctor, tenemos que avisar al SDF-1"

El Doctor movió la cabeza en un gesto negativo.

"El Capitán Global ya esta enterado, fue el quien me dijo dónde estaba n y me pidió rescatarla."

"¿Conoce al Capitán Global?"

"Hemos cumplido algunas misiones juntos en el pasado." Explicó casualmente, "Hay que averiguar que es lo que está pasando antes de que sea demasiado tarde."

"Un momento, dijo que los Zentraedi están en peligro también, "señaló Lisa, " y también me dio a entender que atacarán la Tierra…¿cómo pueden estas dos cosas estar pasando al mismo tiempo?"

"Lord Breetai esta tan desconcertado como usted."

"¿Conoce a Breetai?"

"Y a Exedore, " añadió el hombre que se hacía llamar el Doctor, " Alguna vez tuve que hacerme pasar por un Maestro de la Robotecnia para que me ayudaran a vencer a un ejército de Esporas Carnívoras en Fantoma."

Lisa se llevó las manos a la cabeza, sorprendida…¿quién rayos era este hombre?

"Escuche, doctor…" empezó Lisa, intentando retomar control de sus pensamientos, " ¿Qué es exactamente lo que esta pasando?"

"No lo se, " acepto el doctor, " pero la TARDIS me ha traído aquí y luego ha decidido que tu eras un producto de mi imaginación."

"Doctor, "Lisa se masajeo las sienes con los pulgares, cerrando los ojos en el proceso , " no estas siendo coherente."

El hombre se encogió de hombros y señalo a la caseta telefónica.

"Hay algo que ha alterado el continuo del espacio tiempo y tiene que ver con los Daleks y contigo." Pausa, " ahora, necesito preguntarte si estas dispuesta a ayudarme en esta misión."

"¿Quiénes son los Daleks?" pregunto Lisa, aun confundida.

"Son unos recipientes de odio y muerte, "fue la explicación, sencilla y directa, " odian a cualquier otra raza y han matado a millones de seres alrededor de la galaxia, y ahora están aquí." El doctor suspiro, " no sé qué planeen, pero sé que no es nada bueno."

"Necesito un cambio de ropa y zapatos. "dijo Lisa pensativamente, para lo cual el hombre señalo a la cabina telefónica.

"Segunda puerta a la derecha por el pasillo largo y luego de pasar la cafetería, das una vuelta a la izquierda, luego derecha e izquierda, y por lo que mas quieras, no abras la puerta roja, no importa que escuches, entra por la puerta de madera, ahí encontraras uniformes varios y zapatos."

Lisa no atino a moverse, solo se le quedo viendo.

"por favor, "insistió el hombre.

Lentamente, Lisa entro a la cabina telefónica, y siguiendo las instrucciones del hombre, encontró el armario y si, había uniformes variados, había una camisa amarilla con un curioso símbolo en lado izquierdo como una punta de flecha, había también un uniforme gris con un emblema redondo en el que se leía "Orville" además, a Lisa le llamo la atención una chaqueta con el nombre "USCSS Nostromo" bordado en una de las mangas y " " en la solapa izquierda, ¡Qué lugar tan extraño era aquella TARDIS!

Lisa siguió hurgando entre los uniformes que estaban en aquel vestidor encontrando por lo menos dieciséis diferentes uniformes más con mismo numero de logos en ellos algunos en idiomas incomprensibles para ella, incluso, encontró unos audífonos que, una vez puestos, simulaban un peinado que hacia el cabello aparecer enrollado sobre los oídos.

N7, ¿Quién es Jane Shepard por el amor de Dios?, Babylon 5, Blake 7, Mandalorian, un casco de piloto que tenía ciertos aires egipcios con el nombre Adama escrito en el, un ridículo casco negro gigante con el nombre Lord Helmet, Base lunar Alfa, Dr. Russell, todo eso estaba ahí, etiquetado, y si, al final del closet había un uniforme, mismo color y características de los usados en el SDF-1, la etiqueta decía Misa Hayase y ella le agradeció profundamente que fueran de la misma talla.

Cuando regreso a la sala principal, ignorando la voz suplicante que le pedía abriera la puerta roja con promesas de poder y gran fortuna, el Doctor estaba inmerso en el estudio de las imágenes de una pantalla cuyo contenido Lisa no pudo leer pues estaba escrito en un lenguaje extraño compuesto por símbolos todos ellos dentro de círculos.

El hombre ya aparecía seco, pero seguía despeinado.

"Doctor, "le dijo Lisa.

"Un momento, "el hombre hizo un gesto con su mano derecha y luego se la llevo a la barbilla cuando encontró lo que estaba buscando.

"Parece que los Daleks han entrado por error a esta dimensión. "explico el Doctor, señalando la pantalla, " ¿ves?, hay una conjunción del flujo del tiempo y el espacio y se han cruzado dos dimensiones, " Lisa por supuesto no entendía nada de lo que estaba desplegado en la pantalla," ¿Cuál es la conexión entre tu y los Daleks? ¿Por qué te quisieron matar?"

Antes que nada, más, el hombre se retiro del lado de Lisa, empezó a activar diales, botones y palancas ocasionando que la maquina empezara a resollar agónicamente

"Vamos a ir a investigar la ruptura." Declaro el Doctor, serio. "Te adelanto que no sé exactamente a donde iremos tanto en el tiempo como en el espacio."

Se escucho un golpe, la maquina dejo de resollar.

"Listo."