Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.
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Hinata revoloteaba por la cocina. Sasuke se apoyó en la encimera y suspiró. Seguía irritada con él y ninguna atención física iba a hacerla cambiar de opinión. Puso el té delante de él y continuó con su trabajo. A estas alturas había más platos en la cocina de los que él había comprado. Él no sabía de dónde salió la mitad de ellos, pero ella los utilizaba para hacer buena comida, así que no se quejaba. Ella podría reclamar toda su casa si quería.
Otro golpe en la puerta fue similar al anterior, firme, pero esta vez, no fue uno furioso.
Se miraron fijamente. ¿Quién era? ¿Quién debía contestar?
Hinata se limpió las manos y rodeó el mostrador para abrir la puerta.
—¡¿Hanabi-chan?!
Sasuke no conocía a la Hyūga más joven, pero las descripciones de Hinata siempre eran amables, así que se sorprendió al ver a la enana llena de actitud con los brazos cruzados en su puerta.
—¿Puedo pasar? —preguntó Hanabi.
Hinata estaba perdida. Sasuke hizo un gesto con la cabeza, indicando a ambas que se unieran a él.
Hanabi era una versión más pequeña de su primo, con el cabello más corto y el rostro más redondo. Hanabi no se parecía en nada a Hinata, especialmente en la actitud. Ella no perdía el tiempo.
—¿Cuáles son tus intenciones con mi hermana?
Sasuke alzó las cejas. Hinata jadeó detrás de su hermana.
—Me parece que es la única persona que vale la pena conocer en esta aldea —respondió rotundamente—. Pienso tenerla cerca mientras siga viniendo.
Se miraron fijamente hasta que Hanabi asintió antes de salir directamente por la puerta con un portazo.
Hinata dio un respingo.
—¿Qué?
Sasuke sonrió satisfecho.
—Me agrada.
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Las cejas de Hinata se torcieron.
—Ella puede ser...
—¿Bruta? —completó Sasuke.
—Grosera —Hinata esperaba que Hanabi aprendiera a frenar eso al ser la heredera, o se iba a meter en un montón de innecesarios desacuerdos.
—La chica te visita. Lo hace de vez en cuando. Nunca se queda mucho, pero suele tener algo que decir. Probablemente, la veremos dentro de poco —Sasuke miró el calendario.
—¿Por qué hizo eso? —Hinata jugueteó con la tela sobre su rodilla.
—Quería calibrar si yo merecía tu atención. Volviste al día siguiente para decirme que ella nos "dio su bendición".
—No querrás decir... —Hinata se encogió.
—Sí, en ese momento no lo pensábamos así, pero creo que esa era su intención —Hinata podría morirse de vergüenza, su hermana hizo de casamentera. Por otra parte, ella no había mostrado ningún interés en otro chico que no fuera Naruto y a Hanabi no le agradaba. Así que podría ser que su hermanita estuviera emocionada por haber encontrado a alguien que la hiciera feliz. Tendría que preguntarle.
Hinata tomo su cuaderno y escribió notas sobre los dos.
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Sasuke la observó garabatear sus notas con elegancia. ¿Debería mandar llamar a la mocosa o dejar que viniera cuando le apeteciera? De cualquier forma, estaba seguro de que le caería un infierno. Podría ser: "Iré cuando mejor me parezca" o "¿Por qué no me dijiste que ya estaba lo bastante bien como para que la vieran?".
Hinata pasó los ojos por encima de sus notas. El libro pesaba cada día más. Sasuke lo ojeaba de vez en cuando, a ella no le importaba, pero se sonrojaba cuando sabía que había escrito algo sobre él. Su nombre tenía algunos adjetivos más: cariñoso, atento, no le gustan los dulces, le gustaban los tomates, no cocina, temperamental, le gusta la cercanía, etc.
Los pequeños pensamientos que llenaban la página que ella le delegaba le hacían albergar esperanzas. Hinata borró uno sobre su baño. Sasuke apenas pudo leer lo que ella escribió, pero aun así le divertía que ella pensara en ello y se avergonzara lo suficiente como para borrarlo.
—¿Cómo nos comprometimos? —Hinata se pasó el dedo por los anillos.
—Bueno, ahí es donde tu primo vuelve a entrar en la historia.
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¿Lo odiaría Hinata por poner sellos explosivos en su puerta para cualquiera que golpeara tan fuerte y enojado? Sasuke abrió la puerta y fue empujado a un lado cuando Neji pasó volando junto a él.
—Bueno, ella no te enseñó modales.
—¿Está ella aquí? —Neji buscó por la habitación principal y se asomó a la cocina.
La ceja de Sasuke se levantó.
—No, ¿por qué?
Neji puso sus dedos en la sien, arrugando la frente.
—Cosas... Del clan. Se fue después de... Una charla con su padre y pensé que vendría aquí primero.
Sasuke se tensó, dándose cuenta del peso de la situación.
—¿Qué clase de cosas del clan?
Neji hizo un gesto de fastidio y golpeó el mostrador con la mano.
—Yo... No debería decírtelo. Sin embargo, creo que la conversación incluyo algo sobre el uso de Hinata-sama como figura de cambio —Neji le dio vueltas al asunto.
—¿Qué significa? —bramó Sasuke.
—Ella es una mujer de alto estatus —Neji dijo entre dientes.
Los ojos de Sasuke se volvieron oscuros.
—¿Quieres decir que están pensando en casarla?
Los labios de Neji se apretaron.
—Sé a ciencia cierta que Hanabi-sama nunca lo permitiría y ahora mismo no quieren disgustarla. Supongo que su padre quería hacer un punto. Él no la encuentra... —Neji miro hacia otro lado, incómodo por insultar al jefe de su clan—. El punto es que ella estaba molesta cuando se fue y si ella no está aquí, tengo que encontrarla.
—Entonces ve al mercado o quédate un rato. Ella estará aquí en breve —Sasuke iba a tener que sentarse con el imbécil.
—¿Qué? —preguntó Neji, desconcertado.
—Cuando está enfadada, no siempre viene directamente aquí. Irá al mercado y luego vendrá a prepararme algo —Sasuke pudo sentir cómo a ambos se les caía el pecho al saber por qué lo hacía. Para que al menos alguien la apreciara.
Fiel a su afirmación, tras un rato de incómodo silencio compartido entre ambos, un ligero golpe llamó a la puerta antes de que ella entrara. Hinata se sorprendió por la compañía extra.
—¿Nii-san? —preguntó Hinata mientras Sasuke le quitaba las bolsas de las manos.
—Quería asegurarme de que estabas bien —le dijo Neji sinceramente con la mirada baja.
Sasuke se reunió con ella.
—No es la primera vez que lo dice —Hinata se apoyó en Sasuke.
—¿Te ha querido intercambiar antes? —Sasuke gruñó.
—No lo dice en serio. Es él recordándome mi lugar —Hinata gimoteó.
—Eres una heredera. Que no vayas a ser cabeza del clan no significa que debas ser amenazada con un matrimonio político —afirmó Neji con frialdad.
Sasuke creó que no sería una buena decisión, pero una vez que lo pensó, se decidió.
Sasuke iba a visitar al padre de ella.
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Naoko Ichigo
