CAPÍTULO 1, LA MAÑANA SOLEADA EN LA CABAÑA DEL RÍO
Durante una soleada mañana en el campo, donde el murmullo del río y las montañas cubiertas de niebla creaban una atmósfera de paz, Ernesto yacía en su cama dentro de una gran cabaña de madera de dos pisos. Su barba, grande y encanecida, principalmente blanca, le confería un aire de sabiduría. Alrededor de él, flores amarillas reposaban en una mesa cercana. Desde la ventana del segundo piso, se podía apreciar el paisaje en su plenitud, mientras el dormitorio, ubicado en esta altura, ofrecía una vista privilegiada de la serenidad del entorno.
El sonido de música proveniente del primer piso finalmente lo arrancó de su sueño. Con un estiramiento y un bostezo, Ernesto se levantó de la cama. Sus ojos se posaron en su viejo collar de corazón dorado con una llave, el cual se colocó alrededor del cuello, seguido por su anillo de casado. Una vieja fotografía de él y su antigua pandilla de Hogwarts durante su graduación capturaba su atención antes de que se vistiera con una camisa blanca y bajara las escaleras para descubrir el origen de la música.
En el comedor de la casa, encontró a su esposa Penny, ya desayunando. La saludó con un beso en la mejilla, acompañado de una pregunta sarcástica sobre por qué no lo había despertado. Penny explicó que no quería molestarlo, considerando todo el trabajo que habían realizado el día anterior. La curiosidad de Ernesto se dirigió entonces hacia la música, y Penny señaló hacia una habitación cerrada. Ernesto, entonces, se dijo a sí mismo "Claro, por supuesto que es él".
Con un giro de la perilla, Ernesto abrió la puerta y se encontró con un joven rubio de pelo corto, ojos azules y piel clara, de unos 25 años, absorto en la música que brotaba de su guitarra. Este era Rowan, su hijo. Ernesto no pudo evitar una nota sarcástica en su tono cuando se dirigió a él.
—Hijo, ¿deberías estar tocando esa guitarra tan fuerte tan temprano? Acabas de despertar a tu viejo —dijo Ernesto, con una sonrisa juguetona bailando en sus labios.
Rowan, sin dejar de tocar, respondió:
—Deberías estar agradecido, papá. Si no fuera por mí, seguirías durmiendo. Tu despertador no funciona, y, además, estoy mejorando.
Ernesto no pudo evitar una risa suave ante la respuesta de su hijo.
—¿Otra vez no funciona? Esta es la última vez que compro objetos muggles. De todos modos, ¿por qué no te unes a nosotros, hijo? Toma el desayuno, prepárate y luego ayúdanos en la tienda. Tenemos mucho que hacer hoy —dijo Ernesto, su tono volviéndose más serio mientras pensaba en las tareas del día.
Rowan, sin embargo, tenía otros planes en mente.
—Papá, ayer ayudé mucho en la tienda. Fue el día más concurrido que he visto hasta ahora, y batimos el récord de ventas. Hoy quería descansar y ya planeé una cita con Lyra —se quejó Rowan, mostrando su desacuerdo con la idea de trabajar nuevamente.
Ernesto reflexionó por un momento antes de responder.
—Lo sé, hijo, "E&P Potions" está en auge, y tu ayuda fue invaluable ayer. No obstante, hoy presiento que habrá aún más clientes, especialmente porque casi es el 1 de septiembre, el comienzo de un nuevo año escolar en Hogwarts. Habrá muchos estudiantes buscando libros de recetas para pociones, así como pociones en sí. Por favor, Rowan, quizás puedas decirle a Lyra que pospongan la cita para mañana. Si ella no tiene el mismo "mal genio" de su madre, lo entenderá —sugirió Ernesto, esperando persuadir a su hijo.
Después de sopesar la propuesta de su padre, Rowan finalmente cedió y aceptó posponer la cita. Prometió enviar una lechuza a Lyra para explicarle la situación y acordar un nuevo encuentro. Ernesto sonrió satisfecho con el resultado y, con un gesto de invitación, invitó a su hijo a unirse a ellos en la mesa del desayuno.
—Luego de desayunar, y como aun es temprano, ¿te importaría tocar un poco de música para nosotros, Rowan? Me encantaría escuchar cuánto has mejorado —solicitó Ernesto, su tono ahora lleno de curiosidad y orgullo paternal.
Al finalizar el desayuno y escuchar orgullosamente las notas musicales de Rowan, la familia se preparó para otro arduo día en la tienda, luego se trasladaron tomados todos de las manos por medio de la red flu de su cabaña y llegaron al Callejón Diagon, donde se ubica su tienda.
"E&P Potions" era mucho más que una simple tienda en el Callejón Diagon. Era un remanso de magia y conocimiento, un lugar donde los aromas de ingredientes exóticos se mezclaban con la chispa de la curiosidad en los ojos de los clientes.
El exterior de la tienda estaba decorado con enredaderas mágicas que brillaban con pequeñas luces, guiando a los clientes hacia la puerta de madera. Al lado de la entrada principal, el logotipo de la tienda capturaba la atención de todos los que pasaban. Era una obra de arte encantada, donde las letras del nombre "E&P Potions" brillaban y cambiaban de color en un constante baile de magia.
Al entrar, el ambiente era acogedor y cálido, iluminado por lámparas de aceite suspendidas del techo, que emitían destellos dorados que danzaban sobre las paredes de piedra.
Los estantes de madera oscura estaban llenos hasta el borde con frascos de cristal de todas las formas y tamaños, cada uno contenido un líquido o polvo mágico. Algunos frascos resplandecían con colores brillantes, mientras que otros emitían destellos de luz que parecían contener estrellas atrapadas en su interior. Etiquetas meticulosamente escritas a mano describían los nombres y propiedades de los ingredientes, desde "Alas de murciélago" hasta "Polvo de raíz de mandrágora".
En una esquina, una sección especial dedicada a los libros de pociones estaba cuidadosamente organizada. Los libros ofrecían una visión al mundo de la alquimia y la magia de las pociones. Algunos estaban abiertos, mostrando páginas llenas de anotaciones y diagramas detallados, mientras que otros permanecían cerrados, esperando ser descubiertos por curiosos.
Al subir por una escalera de madera tallada a mano, los clientes se encontraban inmersos en un mundo de artefactos y estatuas que parecían cobrar vida en la tenue luz que filtraba a través de las ventanas. En el centro del segundo piso, una estatua dorada de una pareja abrazada era el punto focal y una neblina rosada la rodeaba y parecía danzar con la luz.
Había una variedad de secciones con estantes repletos de frasquitos de pociones, junto con una sección dedicada a los calderos de diferentes calidades y materiales, desde los más básicos de hierro hasta los más refinados de plata pulida. Algunos calderos estaban decorados con inscripciones rúnicas antiguas, mientras que otros brillaban con un lustre mágico que prometía una mejor calidad en la preparación de pociones.
Al llegar a la tienda, Ernesto se ocupaba de la disposición meticulosa de los estantes, asegurándose de que cada ingrediente y frasco de pociones estuviera en su lugar adecuado. Penny, con su cabello rubio ligeramente encanecido y recogido en trenzas elegantes, se ocupaba de organizar los libros y asegurarse de que cada uno estuviera en perfectas condiciones para los clientes. Mientras tanto, Rowan aprovechó un breve momento para afinar su guitarra en una esquina, disfrutando de la breve tranquilidad antes de que la tienda se llenara de visitantes.
De repente, el sonido de un golpe en la puerta principal interrumpió la tarea de la familia. Ernesto se apresuró a abrir, revelando a un grupo de brujas y magos que ya esperaban afuera, en su mayoría jóvenes estudiantes, ansiosos por abastecerse de suministros para el nuevo año escolar en Hogwarts.
Ernesto abrió la puerta con un gesto acogedor, saludando a los jóvenes estudiantes con una sonrisa. Los estudiantes entraron en la tienda y sus ojos brillaban mientras exploraban los estantes repletos de ingredientes destellantes y frascos llenos de líquidos brillantes. Algunos se detuvieron para hojear los libros de recetas antiguas, mientras que otros se apresuraron a buscar los elementos esenciales para sus clases. El murmullo de sus voces llenaba el aire, entremezclado con el suave crujido de los pergaminos y el pasar de páginas, mientras el sonido de sus pisadas resonaba como gotas de lluvia en el techo durante una tormenta.
Penny se acercó a una de las estudiantes, una joven bruja con un bolso que cargaba en la espalda.
—¿Necesitas ayuda con algo, querida? —preguntó Penny, ofreciéndole una sonrisa cálida.
La joven bruja asintió con entusiasmo.
—Sí, estoy buscando los ingredientes para la Poción Multijugos. ¿Puedes indicarme dónde están? —preguntó ella, con un brillo de determinación en sus ojos.
Penny asintió y la llevó a través de los estantes, señalando los ingredientes necesarios y ofreciendo consejos útiles sobre cómo preparar la poción correctamente. Mientras tanto, Ernesto se acercó a un grupo de estudiantes que examinaban una colección de libros de pociones avanzadas.
—¿Están interesados en los libros de pociones? —preguntó Ernesto, inclinándose hacia adelante con interés.
Uno de los estudiantes, un joven mago, asintió emocionado.
—Sí, estamos buscando libros que nos ayuden con nuestras clases en Hogwarts este año. ¿Tienen algo sobre la Poción para la Memoria Selectiva? —preguntó él, con un brillo de anticipación en sus ojos.
Ernesto sonrió y les mostró una selección de libros sobre el tema, explicando las diferentes técnicas y recetas que cada uno contenía. Mientras tanto, en el segundo piso, Rowan se acercó a un grupo de estudiantes que admiraban una delicada estatua dorada que representaba a una pareja abrazada. De la estatua emanaba una neblina rosada que formaba un corazón alrededor de ellos.
Con una sonrisa jovial, Rowan notó el interés de los estudiantes por la Amortentia.
—Veo que están intrigados por la Amortentia, ¿verdad? —preguntó con entusiasmo.
Los estudiantes asintieron emocionados y solicitaron más información sobre ella. Rowan explicó brevemente que se trata del Filtro de Amor más poderoso conocido, capaz de inducir un enamoramiento u obsesión poderosa en quien lo beba. Los estudiantes intercambiaron miradas juguetonas y le preguntaron a Rowan si tenían disponible Amortentia en el inventario.
Sin embargo, Ernesto, que pasaba cerca, escuchó la conversación y los interrumpió con amabilidad.
—Lo siento chicos, pero la Amortentia no se vende a menores sin aprobación o acompañamiento de un adulto mayor. La poción es poderosa y muy peligrosa. Es peligroso subestimar un enamoramiento poderoso, además, no crea amor real.
Los estudiantes, visiblemente decepcionados asintieron, pero agradecieron la advertencia de Ernesto. Rowan les ofreció una sonrisa comprensiva antes de sugerirles algunos libros sobre pociones menos peligrosas, pero igualmente interesantes.
A medida que el día avanzaba, la tienda se llenaba cada vez más de clientes, todos ansiosos por prepararse para el nuevo año escolar en Hogwarts. Ernesto, Penny y Rowan trabajaron incansablemente para atender a todos, ofreciendo su experiencia y conocimiento para ayudar a los estudiantes a encontrar exactamente lo que necesitaban.
Mientras tanto, la atmósfera en la tienda estaba llena de emoción y anticipación, con los sonidos de risas y conversaciones llenando el aire. Los estudiantes compartían historias sobre sus vacaciones de verano y sus expectativas para el nuevo año escolar.
A medida que el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, indicando el final de otro día ocupado en "E&P Potions", la familia se retiró a su cabaña del río con una sensación de satisfacción y gratitud.
Una vez de vuelta en su cabaña, Rowan se retiró a su habitación, dejando a Ernesto y Penny solos en la sala. Exhaustos pero satisfechos por otro día exitoso en la tienda, se dejaron caer en el cómodo sofá, compartiendo un momento de calma después del bullicio del día.
—¿Puedes creer lo rápido que pasó el día? —comentó Penny, recostándose contra los cojines con un suspiro.
Ernesto asintió, pasando una mano por su cabello desordenado.
—Ha sido un día agitado, pero gratificante. Estoy orgulloso de cómo trabajamos juntos como familia para atender a todos nuestros clientes —respondió, con una sonrisa cansada pero feliz en su rostro.
Penny tomó la mano de Ernesto entre las suyas, entrelazando sus dedos con los suyos.
—Somos un gran equipo. Por cierto, ¿Alguna anécdota divertida del día de hoy? —dijo, mirándolo con cariño.
—Sin duda lo somos, cariño —respondió con ternura. Luego, dejando escapar una leve risa, continuó
—De hecho, hubo una situación bastante curiosa. Recuerdas a aquel joven mago que estaba tan emocionado por la Poción para la Memoria Selectiva? Bueno, resulta que estaba tan absorto en la discusión sobre los libros que ni siquiera notó que tenía una rana trepada en el hombro durante toda la conversación. Fue bastante cómico ver su reacción cuando finalmente se dio cuenta. ¿Acaso no escuchaste su grito? —Contó Ernesto, luchando por contener su carcajada mientras revivía la escena.
Penny rió, imaginando la escena en su mente.
—Sí, lo escuché, aunque por un momento pensé que otra Banshee se había colado en la tienda. Pobre chico, debe haberse llevado una sorpresa. —comentó, apretando ligeramente la mano de Ernesto con complicidad.
—Por eso mismo es que amo nuestro trabajo, Penny. Siempre hay algo nuevo y emocionante esperándonos cada día —respondió, con una chispa de emoción en sus ojos.
—Es bueno tener momentos como este, ¿verdad? —comentó Penny, mirando a Ernesto con cariño.
La pareja se quedó en silencio por un momento, sumergiéndose en la tranquilidad reconfortante de su hogar después de un día de trabajo duro. A lo lejos, el suave murmullo del río y el crepitar del fuego en la chimenea llenaban la sala con una sensación de paz y serenidad.
Al día siguiente, decidieron tomarse un merecido descanso en familia, por lo que decidieron no abrir la tienda bajo el pretexto de "hacer inventario". En realidad, tenían la intención de disfrutar de un día juntos sin preocupaciones. Con la excusa de hacer el inventario, los tres se transportaron por medio de Aparición a un campo verde extenso, un lugar tranquilo y apartado donde podrían relajarse.
Al llegar al campo, se encontraron con Lyra, la encantadora novia de Rowan, quien los recibió con una cálida sonrisa. Rowan y Lyra decidieron alejarse un poco para tener su propio picnic privado, dejando a Ernesto y Penny solos para disfrutar de su compañía.
Ernesto y Penny encontraron un lugar apartado bajo la sombra de un árbol frondoso y desplegaron una manta para sentarse. Mientras compartían un delicioso picnic, aprovecharon la privacidad para hablar sobre sus experiencias pasadas y compartir sus pensamientos más profundos.
—Recuerdo cuando comenzamos nuestra tienda de pociones, fue un gran desafío, ¿no crees? —comentó Ernesto, sirviendo un poco de té para Penny.
Penny asintió con una sonrisa nostálgica.
—Sí, fue un tiempo lleno de incertidumbre, pero también de emocionantes descubrimientos. Nunca olvidaré aquellos primeros días, cuando cada cliente nuevo era una aventura en sí misma —respondió, mirando a Ernesto con cariño.
Ernesto tomó la mano de Penny con ternura.
—¿Aun recuerdas nuestra primera cita? —Preguntó nostálgicamente Ernesto.
—¿Te refieres a nuestro baile romántico de El Baile Celestial en el Gran Comedor de Hogwarts, o a nuestra primera cita en general, cuando Tonks y Charlie llegaron a la tienda de té de Madame Pudipié, y Tonks accidentalmente destruyó una gran pila de tazas de té?
Ernesto sonrió, recordando con cariño esos momentos especiales que habían compartido juntos.
—Ambos, en realidad. Pero me refería más a nuestra primera cita en general. Aunque la anécdota de las tazas de té es difícil de olvidar —respondió, con una risa suave.
Penny rió, reviviendo la escena en su mente.
—¡Fue todo un desastre! Pero también fue el comienzo de algo hermoso entre nosotros —comentó, mirando a Ernesto con afecto.
Ernesto asintió, acercándose un poco más a Penny.
—Fue el comienzo de nuestra historia juntos, llena de aventuras y momentos inolvidables. Y aunque ha habido desafíos en el camino, no cambiaría nada de ello. Tu siempre fuiste mi destino, Penny —dijo, mirando a Penny con amor.
Penny sonrió, sintiendo una oleada de gratitud por el amor que compartían.
Ernesto y Penny se miraron con ternura, sintiendo conexión entre sí. Un impulso irresistible los llevó a inclinarse hacia el otro, preparados para sellar el momento con un tierno beso. Sin embargo, justo en el momento en que sus labios estaban a punto de tocarse, una voz conocida los interrumpió abruptamente desde atrás.
—Lamento interrumpir, Ibarra Vidaurre. Solo quise venir a asegurarme de que tu hijo no le rompa el corazón a mi Lyra. —dijo la voz con un tono cortante y familiar.
Ernesto y Penny saltaron del susto, separándose rápidamente y girando para enfrentarse a la persona que había interrumpido su momento íntimo. Para su sorpresa, se encontraron con Mérula Snyde, una figura imponente con una mirada penetrante, y vieja rival y amiga de ambos durante sus años escolares en Hogwarts.
Saludaron a Mérula con cierta incomodidad. Sin embargo, decidieron invitarla a unirse a ellos, tratando de disipar cualquier tensión.
—Hey Mérula, ¿Te gustaría unirte a nosotros para el picnic? —ofreció Ernesto, tratando de mantener un tono cordial a pesar del repentino encuentro.
Mérula asintió con un gesto de aprobación, aunque su expresión seguía siendo algo seria y cautelosa. Se unió a ellos en el lugar sombreado bajo el árbol, y durante un momento incómodo, compartieron un silencio mientras intentaban encontrar un tema de conversación común.
A medida que compartían el picnic, los tres comenzaron a abrirse poco a poco, compartiendo anécdotas y recuerdos de sus días en Hogwarts. Ernesto y Mérula recordaron cómo su relación comenzó con el pie equivocado, con un enfrentamiento durante su primer año en la escuela que culminó en un duelo mágico en el que Ernesto logró desarmar a Mérula con un Expelliarmus para proteger a su amigo Ben Copper.
Sin embargo, a pesar de ese comienzo poco prometedor, el destino y algunas circunstancias difíciles los llevaron a unir fuerzas y convertirse en amigos cercanos. Penny escuchaba atentamente y también participaba en la conversación sobre la historia detrás de la amistad entre Ernesto y Mérula, admirando cómo el tiempo y la adversidad habían forjado un vínculo sólido entre ellos, siendo ella testigo de la evolución de dicha relación.
Con el paso del tiempo, el ambiente tenso se disipó gradualmente, y los tres comenzaron a disfrutar genuinamente de la compañía del otro. Rieron juntos, compartieron risas y se brindaron apoyo mutuo.
A medida que la tarde avanzaba y el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, la tensión del encuentro inicial se desvaneció por completo. Justo en ese momento, Rowan y Lyra regresaron de su picnic, encontrándose con el grupo bajo el árbol frondoso.
—¡Hola! ¿Cómo van las cosas aquí? —preguntó Rowan con una sonrisa radiante, mientras Lyra asentía con entusiasmo.
Ernesto, Penny y Mérula saludaron a la pareja con alegría.
—Parece que han tenido una tarde interesante —observó Lyra, mirando al grupo con curiosidad.
Ernesto asintió con una sonrisa.
—Sí, ha sido una tarde llena de sorpresas y conversaciones estimulantes sobre el pasado —respondió Ernesto, echando un vistazo a Mérula y luego a Penny con gratitud.
Lyra sonrió.
—Bueno, me alegra ver que todo está bien. Tal vez podamos organizar un picnic juntos la próxima vez—sugirió, con una mirada juguetona a Rowan.
El joven mago asintió con entusiasmo, emocionado ante la idea de pasar más tiempo con su familia y amigos.
Después de un rato más de conversación animada, decidieron que ya era hora de irse. Después de intercambiar despedidas cordiales, cada grupo se dirigió en su propia dirección.
Una vez más, Ernesto y Penny se dejaron caer cada uno sobre el sofá de su cabaña frente a la acogedora fogata, el crepitar del fuego agregaba una atmósfera reconfortante al ambiente. Juntos recapitularon el día, compartiendo sus reflexiones sobre el encuentro con Mérula y sus conversaciones bajo el árbol frondoso.
Ernesto suspiró, reflejando sobre el irónico giro del destino que llevó a su propio hijo a enamorarse de la hija de su ex rival de Hogwarts. Sin embargo, a pesar de las adversidades pasadas, reconoció que el tiempo y las experiencias habían transformado su relación con Mérula en una amistad sólida y duradera.
—Es irónico pensar cómo nuestras vidas están entrelazadas de esa manera. Pero supongo que el destino tiene sus propios planes —comentó Ernesto, mirando a Penny con una expresión reflexiva.
Penny asintió, comprendiendo el significado detrás de sus palabras. Ella sabía lo lejos que habían llegado desde sus días de juventud en Hogwarts, y cómo el tiempo había moldeado sus relaciones de formas inesperadas pero significativas.
—Sí, es sorprendente cómo las cosas pueden cambiar con el tiempo. Solo espero que la relación de Rowan con Lyra sea armoniosa y perdurable para ambos —respondió Penny, con una nota de esperanza en su voz.
Ernesto sonrió, reconociendo el deseo compartido de ver a su hijo feliz y realizado en su vida amorosa.
—Sí, yo también lo espero. Pero sea lo que sea que les depare el futuro, sé que estaremos aquí para apoyarlos en cada paso del camino —afirmó Ernesto, mirando a Penny con determinación.
La pareja se quedó en silencio por un momento, sumergiéndose en la tranquilidad reconfortante de su hogar después de un día lleno de emociones.
De repente, un sonido estruendoso resonó a través de la puerta de madera de la entrada principal de la cabaña, haciendo que Ernesto se pusiera alerta de inmediato. Instintivamente, le dijo a Penny que se quedara detrás de él mientras se levantaba del sofá con cautela y se dirigía hacia la puerta. Con el corazón latiendo con fuerza, abrió la puerta rápidamente, solo para encontrarse con la oscuridad nublosa afuera y una densa neblina que apenas le permitía ver más allá de su propia nariz.
Entonces, una ráfaga de viento violento azotó la entrada, empujando a Ernesto hacia adentro de la cabaña y apagando el fuego de la chimenea en el proceso. Con su varita en mano, lanzó Lumos para iluminar la oscuridad repentina. Fue entonces cuando escuchó un suave sollozo, creyendo que provenía de Penny.
Desesperado, Ernesto buscó por toda la cabaña, pero no pudo encontrar rastro alguno de Penny. Su preocupación se convirtió en pánico cuando corrió hacia la habitación de Rowan, solo para descubrir que estaba llena de telarañas y miles de arañas, pero ni rastro de su hijo ni de Penny. Cerró la puerta con violencia y gritó el nombre de Penny y Rowan en un intento desesperado por encontrarlos.
Sin embargo, sus gritos fueron respondidos por un silencio ensordecedor. De repente, Ernesto sintió una presencia ominosa detrás de él. Al girarse, se encontró con una sombra oscura y transparente que empezó a gritar tan fuerte que lo dejó aturdido por un momento. Antes de que pudiera reaccionar, la sombra sacó una varita y con un tono de voz ronco y casi inhumano, pronunció las palabras "Avada Kedavra". En un parpadeo, un rayo de luz verde lo envolvió por completo.
