He aquí otro anime del cual hace un tiempo que no escribía y ahora vuelvo. La razón de mi regreso fue que tuve una pequeña idea que simplemente no quería dejar ir, además que este OS ya era corto al momento de imaginármelo inicialmente, por lo que igual no me tomaría demasiado tiempo. En todo caso espero que lo disfruten.
Radiografía de una chica indecente
¿Cómo fue que acabó todo de esta manera?
Como encargada del orden y la moral dentro de la escuela, estaba claro que tenía una enorme responsabilidad sobre mis hombros. Sabía que no sería fácil, que mi afán por el orden traería personas que me desafíen o que se burlen de mí a mis espaldas. Es lo que trae el perseguir un ideal, traer a una sociedad como la escolar un modelo de actitud y ética que garantice la buena reputación y el orden. Nunca faltan aquellos a los que el orden, la paz y el respeto al colectivo no les importa en lo más mínimo. Mi objetivo autoimpuesto fue siempre el detenerlos y evitar que causen daño al correcto funcionamiento de aquello de lo que, les guste o no, somos parte.
Pero de algún modo todo cambió cuando Yuuki-kun entró en escena. Mi vida cambió de manera drástica, y fijarme tan siquiera en él fue mi primer paso rumbo al abismo, aunque pasó mucho tiempo antes de que lograra darme cuenta.
Al principio consideraba que era un infractor más de las normas de nuestra escuela, y por lo tanto mi objetivo cuando él estaba en mi punto de mira era asegurarme de que no hiciese nada que resultase dañino para la escuela, sus normas y su imagen. Eso fue lo que me llevó a que en nuestro segundo año me hiciese coincidir en el mismo salón que él y Lala-san. Sentía que era mi deber enfrentarlos, y daría lo mejor de mí para conseguirlo.
El problema es que rara vez lograba mi objetivo. Yuuki-kun en sí era en realidad un buen chico, y las cosas que ocurrían a su alrededor no eran su culpa, bueno, la mayoría no lo eran, pero la cosa es que él nunca se mostró malicioso, y tampoco sacaba provecho de los accidentes y malentendidos que siempre tenían lugar a su alrededor, y tampoco era su intención causarle ningún daño a las chicas que estuviesen involuntariamente involucradas en aquellos sucesos. Había resultado ser más noble de lo que esperaba, aunque las primeras veces que veía aquellos accidentes me llevaban a negar a creer en dicha bondad de su parte.
Pese a todo, y aún cuando poco a poco me daba cuenta del buen corazón que posee en realidad, no dejaba de interpretar mi papel e ir tras él para regañarlo y sancionarlo como siempre.
Quería creer que estaba yendo en serio. Que mis acciones y mis intenciones eran exactamente las mismas que en un principio, que estaba haciendo lo correcto, que no me doblegaría ante nadie y no haría ningún tipo de excepción…
El tiempo fue pasando lentamente en la preparatoria Sainan, y cada vivencia que me llevase hacia Yuuki-kun hacía que, de una forma u otra me fuera acercando a él. Obviamente que la cosa no fue rápidamente, especialmente al principio, pero viendo hacia atrás me puedo dar cuenta de que así fueron las cosas realmente. Lentamente fui cayendo ante Yuuki-kun. Cada vez que era yo quien quedaba atrapada en sus típicos accidentes mi cuerpo iba siendo manoseado por ese chico. Aunque fuera sin querer, él estaba convirtiendo mi piel en un sitio donde poco a poco dejaba su marca.
Traté de rechazar todo aquello, lo juro que lo intenté, pero mi cuerpo memorizaba cada toque de él, cada roce, cada ocasión en que mis pechos y mi trasero eran apretados por aquellas manos que, odio admitirlo, terminaron por hacerme suya. Sorprende que tales toques llegasen a ser así de efectivos, pero así fue como pasó. Mi cuerpo poco a poco me pidió más de aquello, y mi mente paulatinamente fue cediendo ante ese impulso lujurioso.
Hice todo lo que estuvo a mi alcance. Traté de llevar a Yuuki-kun por el buen camino. Trataba de alejarlo de todo aquello que manchaba su reputación y lo hacía quedar como el mañoso que en realidad no es… Mi deber y mi deseo de principio a fin fue hacer que el orden triunfe y que todos marchasen en línea recta por el buen camino…
Con Yuuki-kun nada fue como lo esperaba, e incluso estuve dispuesta a darle mi cuerpo con tal de que él me corresponda y me diga que no haría lo mismo con otras chicas, que no actuaría indecente con nadie más. Hubo un punto en que llegué a caer tan bajo como para usar mis ideales de orden para disfrazar mis deseos e impulsos. En el fondo acabé siendo una chica sucia, indigna de enarbolar esa bandera que tanto me he afanado en mantener, y lo sigo haciendo simplemente para conservar las apariencias.
La cosa es que, a estas alturas, ya ni siquiera espero a que Yuuki-kun me dé una respuesta. Ya mi cuerpo es suyo.
Lo único que me importa ahora mismo de él es que me convierta en su mujer…
Que me ame y me tome…
Una y otra vez…
Ya ni sé a quién engaño cada vez que mantengo mi seriedad y mi celo por el orden, pues yo misma me he vuelto un completo caos.
Llegué a caer tan bajo como para traer a Yuuki-kun a mi casa bajo la excusa de que teníamos que estudiar y que de esa manera podría mantenerlo a raya para que no se aproveche de nadie, pero la verdad es que estudiar era lo que menos pasaba por mi cabeza, al menos hasta que se me pase esta sensación molesta pero excitante que tengo ahí abajo… No lo aguanto más…
Rito se estaba enjabonando la cabeza tranquilamente, o al menos sería así normalmente, pues en esta ocasión estaba Yui con él, y no solo es que ella estuviera ahí, sino que se encontraba justo a la altura de la entrepierna de Rito (pese a que él estuviera sentado), esto para estar lamiendo lentamente el pene del chico. A Yui le encantaba saborear de esa manera el falo de Rito, empezando por los testículos para luego pasar su lengua por la enorme longitud hasta llegar a la punta, y a partir de ahí se dedica a engullir tanto del pene de Rito como le es posible. También usa sus manos para masturbarlo lentamente, especialmente cuando Yui le dedicaba su atención a los testículos, aquellos grandes reservorios de materia prima para el semen que ella tanto deseaba tener en su boca para degustarlo.
─ K-Kotegawa… Esto se siente raro…
─ No hables, Yuuki-kun ─ dice Yui de forma autoritaria ─. Mejor invierte tu energía en darme tu semen, y del resto me hago cargo.
A partir de ahí Yui ni siquiera se molestó en prestar atención a cualquier objeción que tuviera Rito, aunque igual él a lo mucho llegaba a soltar unos cuantos quejidos y ya está. Yui engulle todo lo que puede el falo del chico, pero aquella cosa era demasiado larga y gruesa como para poder con toda su extensión. Apenas puede meterse cerca de tres cuartos del pene de Rito en la boca, e incluso con eso Yui sentía que tenía que abrir completamente la boca para lograrlo. Retrocede un poco, y luego vuelve a engullir tanto como puede de esa extensión erecta, ahora con mayor rapidez y fluidez.
─ K-Kotegawa… ¿No te estás ahogando así?
Yui se limita a gemir en señal de negación, más que nada porque no deseaba detenerse. No iba a perder la oportunidad de disfrutar de la semilla de Rito una vez que lo hiciese eyacular dentro de su boca. Lame y lame más, y con sus manos se dedica a masturbarlo, a veces de manera lenta y suave, otras veces de manera más rápida y dinámica. También se dedica a acariciar varias veces los testículos de Rito, como si de esa manera lo estimulara a producir la mayor cantidad de semen posible.
Era algo torpe, eso hasta la propia Yui lo sabía, pero no se iba a detener por ello. Bien dicen que con la práctica se pule la técnica, y Yui estaba segura de que en un futuro sería capaz de darle a Rito felaciones que hiciesen que no piense en nadie más que en ella, por lo que ponía todo su empeño en saborear el pene de Rito y complacerlo. Definitivamente era un objetivo que iba a lograr.
─ Ya no puedo aguantar más, Kotegawa… Detente, que de lo contrario voy a…
Rito no alcanza a terminar su frase, y la boca de Yui es llenada con la espesa semilla del chico. Yui podía detectar que el sabor era raro, pero igual se le hacía delicioso. Jamás, antes de que sus impulsos más bajos la venciesen, se había imaginado que acabaría bebiendo del semen de un chico como Rito, y mucho menos que le pareciese tan delicioso. Con algo de dificultad termina tragándose todo el semen, y una vez que lo logra vuelve a lamer el pene de Rito, tanto para limpiar cualquier rastro de semen del tronco como para hacer que el chico volviese a tener aquella importante erección.
─ Kotegawa, ¿no te importa esto…?
─ ¿Crees que te traería conmigo a mi baño si me molestara? ─ es la respuesta de Kotegawa mientras usa su mano para frotar lentamente el falo de Rito ─ Lo que me interesa es que me permitas conocer la verdadera indecencia, Yuuki-kun. Sólo contigo puedo querer esto.
─ Kotegawa…
Yui se aleja un poco de Rito y se pone en cuatro patas dándole la espalda al chico. En esa posición hacía posible que Rito contase con una vista privilegiada tanto del trasero de Yui como de su parte importante, y más cuando la propia Yui usa un par de dedos para separar sus labios vaginales. Aquella era una clarísima invitación a que Rito la penetre, aunque al chico le daba mucha vergüenza hacer eso.
─ Vamos, Yuuki-kun, te quiero dentro de mí ─ Yui mueve provocativamente sus caderas, incitando más a Rito ─. Quiero pertenecerte a partir de ahora. Por favor haz realidad este capricho mío.
─ ¿P-p-pero no lo lamentarás luego de e-e-e-esto, K-Kotegawa?
─ Ya después habrá tiempo para pensar y lamentar, pero ahora mismo te deseo, Yuuki-kun. Te lo ruego, tómame.
Rito no tenía opción. Yui no quería un no por respuesta, y se la notaba bastante ansiosa, por lo que al chico no le quedó otra alternativa que acceder. Alinea cuidadosamente su pene sobre la entrada de Yui, y acto seguido ingresa en ella, tomando su virginidad en el proceso.
Yui logra prevenir el soltar un grito por el dolor de haberse entregado al chico. De esta manera sentía que no había vuelta atrás, y de todos modos estaba disfrutando demasiado de aquello como para que le importe ese detalle. Al girar su rostro nota que Rito estaba algo preocupado, probablemente porque haya visto que de la vagina de Yui estaba dejando de salir algo de sangre.
─ ¿Estás bien, Kotegawa? ¿No quieres que lo saque ahora?
─ Estoy bien, Yuuki-kun ─ en los ojos de Yui se podían ver corazones, muestra de que la lujuria se había apoderado de su ser ─. Es lo normal por ser mi primera vez. No tienes de qué preocuparte, y en lugar de eso podrías empezar a moverte.
─ ¿De verdad?
─ Sí, quiero que esta primera vez que tengo contigo llegue hasta el final, así que no pares ahora, o jamás te lo perdonaré.
Rito traga grueso, viendo que Yui, esa chica tan estricta y temperamental cuando se trata de la ruptura de las normas de conducta, ahora no le daba la más mínima importancia a eso, que en su lugar sólo deseaba sentir en carne propia lo que significa tener relaciones sexuales. Sólo espera unos pocos segundos entonces para estar seguro de que no le haría ningún daño a Yui, y ya después de eso la sostiene firmemente por las caderas y empieza a moverse. Lo hace algo lento, más que nada por la inseguridad de que eso realmente le fuese a gustar a Yui, pese a lo que ella le haya dicho.
Pero la realidad es que Yui estaba disfrutando ser penetrada de esa manera. Sentir toda la longitud de Rito dentro de ella la hacía gemir con un placer y un deseo que ninguno de los dos hubiese creído posible antes.
─ Vamos, Yuuki-kun. Quiero que vayas más profundo dentro de mí, y también quiero que vayas más rápido.
─ D-de acuerdo, Kotegawa.
A partir de ahí Rito fue intensificando lentamente sus embestidas, y Yui también iba gimiendo con más fuerza. Eso era justamente lo que ella quería, y el placer que estaba recibiendo resultaba mayor y más envolvente de lo que habría podido imaginar. Sentía que su mente estaba abandonando este mundo para dejarse llevar completamente por la lujuria, y la verdad es que no le molestaba que aquello ocurriera. Sólo estando con Rito podría permitir algo así. La única manera en que ella quisiera entender sobre una conducta indecente sería de parte de Rito con ella, y ahora reafirmaba ese deseo.
Rito acaba sujetando las muñecas de Yui mientras continúa con sus embestidas, y Yui sólo puede disfrutar más y más de lo que hace el chico. El poder sentir de primera mano todas las maneras posibles de tener sexo hacía todavía más deliciosa la experiencia a su parecer, y de ahí que viese de tan buen agrado que Rito la tuviese así, de modo que no tenía manera de disimular el rebote descontrolado e incesante de sus pechos. También estaba el continuo choque de carnes, con el área pélvica de Rito colisionando una y otra vez con el culo de Yui, generando movimientos irregulares pero hipnóticos de sus nalgas. Aquello era lo suficientemente efectivo para que el propio Rito se viese motivado para seguir adelante y embestir con más fuerza que antes, lo cual viene muy bien para Yui.
─ Kotegawa… ¿Qué tal se siente?
─ Muy bien… ¡Ahhh! No pares, Yuuki-kun… Por favor sigue… Continúa hasta que me termines llenando…
Poca o ninguna falta hacía que Yui dijera eso, pues Rito ya había comprendido que eso era justamente lo que ella quería, aunque decide hacer algo que a Yui agarra algo desprevenida. Primero Rito suelta a Yui y saca su pene de ella, y luego de eso la hace levantarse para acto seguido alzarla por sus piernas y volver a introducir su miembro en ella. Estando ahora Yui prácticamente en el aire y con sus muslos y nalgas firmemente sujetos por las manos de Rito, ahora estaba enteramente a su merced.
─ Yuuki-kun, esta posición en que me tienes es bastante traviesa ─ dice Yui completamente entretenida, y los corazones en sus ojos parecían un poco más brillantes que antes.
─ Voy a empezar a moverme, Kotegawa…
Dicho y hecho, Rito empieza con el movimiento de sus caderas, y Yui se limita a sujetarse al chico, enrollando sus piernas alrededor de la cintura de él, mientras que sus brazos se entrelazan tras el cuello de Rito. Yui procede a besar apasionadamente a Rito mientras el acto sexual sigue sin absolutamente nada que los pueda detener. Pronto haría falta que ambos se vuelvan a lavar, pues el calor creciente en sus cuerpos causa que queden envueltos en sudor. Para Yui aquello era la representación gráfica de la gloria. Sólo le quedaba en esta ocasión esperar a que Rito llenase su útero, y a fin de hacer eso posible no solo mantiene con firmeza su agarre a él, sino que incluso mueve también sus caderas para que la penetración llegase más profundo en ella.
─ Nghh… No creo que pueda aguantar más, Kotegawa…
─ Adelante, Yuuki-kun. Deposita… todo tu semen… en mí…
Cual si fuesen palabras mágicas de parte de Yui, Rito deja salir toda su corrida dentro de Yui, teniendo su pene bien profundo en ella para así complacer los caprichos de ella, además que se queda así unos segundos mientras espera a que su pene hubiese depositado toda su carga. Ya habiendo terminado, Rito baja con cuidado a Yui, la cual ya no puede estar de pie y se queda sentada en el piso mientras se recupera del fuerte orgasmo que también ella había tenido hace un momento.
Su vagina iba chorreando poco a poco el líquido blanco y espeso que Rito había dejado dentro de ella. Yui jadeaba pesadamente, tratando de recuperarse, aunque tenía una amplia sonrisa producto de haber conocido finalmente el placer del sexo. Mientras alza la mirada, se podía ver que ese destello de lujuria y deseo que habían tenido sus ojos todavía no se apagaba.
Yuuki-kun, de alguna manera, ha logrado hacerme caer ante sus encantos. Admiro la bondad que realmente posee, pero a su vez he estado deseosa de unirme en cuerpo y alma a él, y al final lo he logrado. Por algunos minutos Yuuki-kun y yo fuimos uno, y eso me ha hecho bastante feliz.
Sé que en cuanto esto haya terminado y volvamos a la escuela volveré a mi rol acostumbrado de querer mantener el orden y frenar los actos lascivos en los salones y pasillos. No puedo evitar sentirme hipócrita por esto, pues acabo de dejarme llevar por estos bajos impulsos que continuamente ando condenando. Me he entregado de manera plena e irrevocable a Yuuki-kun. Mi cuerpo le pertenece a partir de ahora. Y si hay algo que se puede decir que sería la cereza del pastel en todo este asunto es que, justo ahora mismo, quiero más…
Fin
Aquí está. Un poco corto a lo mejor, pero está claro que es así por un motivo. Fue un fic entretenido de escribir, me ha gustado volver, y ojalá la historia de ToLove Ru vuelva, en vista de que su mangaka dijo en su momento que esto no ha terminado. A ver qué se podría venir, aunque nunca se sabe. Igual elijo mantenerme con fe. Pues nada, que me despido de ustedes, así que nos vemos.
Hasta otra
