EL VIAJE DE HERMIONE
— Supongo que regresarás pronto — dijo el chico que se encontraba a su lado a modo de pregunta, estaba recostado en la cama donde Hermione tenía esparcidas todas las pertenencias que llevaría consigo para el viaje.
Aún distraída, empacando sus cosas y asegurándose que todo estuviera dentro de su pequeña bolsa, Hermione respondió lejanamente.
— En cuatro mesesmáximo— Contestó aún distraída, sin prestar mucha atención a su respuesta, pues estaba concentrada, tratando de asegurarse de no olvidar nada de importancia. Ya estaba metiendo los últimos artículos en su pequeño bolso, el hechizo extensible que tenía lo hacía sumamente práctico.
—Pero me enviaras lechuzas ¿Cierto? — preguntó el chico, su cabello color ocre, algo largo cubriendo parcialmente la cara. Al principio a Hermione eso le había parecido algo atractivo en él, pero era algo molesto ese movimiento repetitivo de su mano para apartarlo de sus ojos.
—Cuando tenga tiempo — aclaró Hermione rodando los ojos al darse cuenta que le faltaba el pequeño frasco de díctamo que siempre cargaba con ella, era algo que llevaba más por precaución que por necesidad, pero estar preparada era algo que ella llevaba desde la guerra y que la hacía sentirse segura. Así que dejó su maleta y bajó las escaleras hasta su pequeño laboratorio.
Fue fácil saber dónde estaba, cualquier otra persona se habría confundido entre tantas botellitas, todas parecían idénticas unas de otras y con tanto trabajo que conlleva preparar un viaje, Hermione no había tenido tiempo de etiquetar apropiadamente los viales que contenían las pociones que llenaban la pared de su improvisado laboratorio en el estudio. Afortunadamente para ella era sumamente sencillo reconocer el contenido de cada uno de los viales con una simple mirada. Después de derrotar a Voldemort y de todo lo que había pasado durante sus meses como fugitiva se dio cuenta de la inmensa cantidad de conocimientos que le faltaba por adquirir, razón por la cual se acercó al profesor Slughorn y había estudiado algunos cursos extra de pociones con el viejo maestro, sin mencionar el provecho que sacó del viejo libro del principe Mestizo.
Una vez que tuvo el frasco de díctamo regresó sobre sus pasos hasta donde estaba su pequeño bolso y su novio. Pero en el cuarto ya solo se encontraban su pertenencias, no había rastro de Ethan por ninguna parte.
En momentos como estos Hermione se preguntaba qué hacía compartiendo su vida con un sujeto como aquel, apenas tenían unos cuantos meses juntos, pero Hermione no sentía que fuese a funcionar lo que sea que fuese que había entre los dos, si bien Hermione lo encontraba físicamente atractivo, la atracción no iba más allá de eso. No había sentimientos de por medio, por lo menos no de su parte.
Volvió a mirar a su alrededor para asegurarse una última vez que no dejaba nada que fuese a necesitar en Alemania, iba a estar allá por asuntos del ministerio. Si bien el reinado de terror de Voldemort había terminado hacía años y ella y los que amaba habían podido vivir en relativa calma desde que Harry había logrado matar a ese maníaco cara de serpiente, lo que él y sus seguidores hicieron durante décadas dejó remanentes en toda la comunidad mágica en Europa y ahora era trabajo de los sobrevivientes arreglar los desastres que el paso del señor tenebroso había dejado.
De pronto su mirada fue atrapada por un rincón en particular de su habitación, donde habían cientos de cosas, ordenadas perfectamente. Claro que la mayoría de estos objetos eran libros, no sería su habitación de no ser así, pero también tenía muchas fotografías. Eran imágenes de ella misma, las cuales su madre había decidido colocar allí con mucho cariño, de su familia, de viajes que había hecho, algunas de Hogwarts y con sus compañeros.
Recordaba con mucho cariño como después de la guerra, con ayuda de Harry y Ron, habían logrado devolverle los recuerdos a sus padres y ellos habían decidido regresar a su casa en Londres. Se había sentido tan feliz al encontrarlos bien y haber sido capaz de regresarles la memoria. Al principio se molestaron un poco, pero Harry la defendió y les dio las gracias por haber criado una hija tan valiente y con tan buenos valores, gracias a la cual él y mucha gente había sobrevivido. Sus padres conmovidos la abrazaron con fuerza, dando gracias a cualquier fuerza superior que Hermione también lo había logrado.
Se acercó a la pequeña repisa donde se encontraban tres fotos enmarcadas. Las tres se movían a un ritmo lento y tranquilo. Cada una era muy especial para Hermione.
En la primera, se encontraban tres pequeños niños, felices y saludando a la cámara, completamente ignorantes de lo que el destino les deparaba justo antes de abordar al tren que los llevaría a casa, después de terminar su primer año.
Negó divertida al ver sus dientes frontales salir un poco de su boca y como llamaban dándole un aspecto gracioso a su cara, mucho tiempo eso la hizo sentir acomplejada, hasta el cuarto año cuando tuvo la oportunidad de reducirlos con magia luego de ser atacada por ese malcriado de Malfoy, solía bromear con Harry al decirle que ese era uno de los "pocos" beneficios que había sacado de ser amiga de "El elegido" pero ambos sabían que aún sin la reducción de sus dientes frontales ella volvería a pasar por todo lo que pasó al ser su amiga.
En la segunda fotografía, una Hermione adolescente más seria, posaba junto a un grupo más grande y variado de alumnos, todos llevaban su uniforme puesto y tenían su varita en mano. estaban en la sala de Menesteres luego de una de las lecciones del Ejército de Dumbledore y sus expresiones serias y formales indicaban la seriedad con la que todos se tomaban los entrenamientos que recibían ahí, todos ahí estaban conscientes de lo peligroso que era pertenecer a ese grupo y al mismo tiempo lo importante y útil que podía llegar a ser. La imagen había sido tomada por su querido amigo Colin Creevey, quien había muerto en la famosa Batalla de Hogwarts, por eso la fotografía era tan importante.
La última y sin duda la más importante también, a comparación de las anteriores, mostraba a una Hermione de dieciocho años, recorriendo el pequeño espacio que la separaba de un sonriente Harry Potter que la esperaba con los brazos abiertos. En la foto se apreciaba incluso como se preparaba para recibir el impacto del cuerpo de su amiga chocando con el suyo. En una alarde de gallardía e impulsado por la alegría de verla después de algún tiempo, Harry rodeó a su mejor amiga con sus brazos y la levantó del piso girando con ella. No parecía preocuparles que todo Hogwarts estuviera viéndolos atentamente, con miradas nada disimuladas, algunas de envidia, otras pensando que finalmente ocurría aquello que todos venían venir, sin embargo la magia del momento se rompió cuando Harry perdió un poco el equilibrio y terminó casi aplastando a Cormac Mclaggen. Finalmente ambos se abrazaron con emoción y reían debido al desastre que casi provocan.
Hermione aún recordaba el día en que esa fotografía había sido tomada, cual si fuese ayer, había sido particularmente significativo para ella. Era su primer encuentro desde que ella decidiese regresar a Hogwarts para concluir sus estudios y presentar sus N.E. . Harry y Ron no tenían ningún ánimo de regresar y por primera vez en 8 años, Hermione pasó meses sin tenerlos cerca, claramente los extraño muchísimo, mucho más de lo que ella se imaginó, pero claro que no vas al infierno y de vuelta con alguien sin que eso suceda.
El primero en visitarla en Hogwarts había sido Ron en la primera salida a Hogsmeade, donde le hizo entrega de un regalo de cumpleaños atrasado. Una bellísima 1ra edición autografiada de "La Historia de Hogwarts" por la desaparecida Bathilda Bagshot, acompañado de un lindo marcapáginas de cuero, con algunas plumas de lechuza atadas en un extremo.
— Es de parte mia y de Harry — explicó Ron con las orejas coloradas, no supo Hermione si de frío o de vergüenza.
— No debieron — replicó ella sin mucha convicción pues era su libro favorito ¡Además la primera edición y autografiada! — El libro debió costarles una fortuna.
— En realidad el libro estaba en la biblioteca de la vieja casa de los Potter yo solo compre el separador.
Sin embargo, Harry no apareció hasta después de las vacaciones de Navidad, lo cual desilusionó bastantante a Hermione después de semejante regalo, además de preocuparse de sobre manera, la última vez que lo vió fue una semana después de la guerra, y aunque se enviaban cartas a menudo, el seguia diciendo que necesitaba tiempo a solas y en ninguna mencionó haber visitado la casa de sus padres. Hermione ansiaba verlo nuevamente, pero estaba decidida a darle su espacio, después de todo, se lo había ganado y era algo que todos estaban necesitando.
Y en esa foto justamente, tomada un día a finales de enero, cuando él llegó finalmente, apareció junto a un grupo de Aurores en la puerta del gran comedor. Un poco más alto (o quizá así lo veía ella), con el aspecto más saludable que ella jamás le había visto. Hermione sonrió para sí misma, con el momento completamente vivido en su mente.
**** Flash Back ****
El gran comedor se había sumido en un silencio absoluto, ante la repentina llegada de el grupo de magos y algunas brujas con trajes negros e imponentes. Pero a Hermione eso no le importó nada al ver al mago que estaba a la cabeza del grupo, nada más y nada menos que el mismísimo Harry James Potter. Y se abalanzó hacia él corriendo lo más rápido que sus piernas se lo permitían y aún recordaba las palabras que él le había dicho mientras se abrazaban.
— Te extrañé tanto— le dijo Hermione, enterrando su cara en el hueco de su cuello.
— Siempre regresaré — respondió su Harry, apretándola un poco más contra él.
— Me encantó el Libro — fue lo siguiente que salió de su boca.
— Lo imaginé — esta vez su respuesta venía con algo de juguetona petulancia lo que hizo que los dos rieran de buena gana. Había sido uno de los mejores días de su vida, pues había vuelto a ver a su mejor amigo.
******** Fin del Flash Back ********
Aún sonriéndole con algo de melancolía a la fotografía, pensó que sería buena idea llevar esa fotografía con ella a Alemania, pues aunque volvería en unos cuantos meses y vería a todos, regresaría a Harry, justo como se habían prometido ese día, esa foto le daría la fuerza necesaria para resistir el tiempo lejos de su amigo, al recordar que a su regreso Harry le daría ese mismo abrazo al volverla a ver.
La colocó bajo su brazo y mientras rodeaba la cama buscando su bolso para poner dentro el cuadro y el frasco de díctamo, terminar de empacar y con eso al fin estar completamente preparada para viajar, Ethan volvió a entrar en la habitación, empujando la puerta semi-abierta con tanta fuerza que el pomo de la puerta golpeó ligeramente la pared. Esto hizo sobresaltar a Hermione quien se giró a verlo con el ceño fruncido, pero Ethan estaba muy molesto con los brazos cruzados y pasó de largo de ella hasta quedar parado frente a la ventana con su mirada perdida hacia afuera.
Extrañada por el súbito cambio de humor y de comportamiento de su novio, Hermione se acercó suspirando con pesadez, pues Ethan solía tener muy malas maneras cuando se enojaba.
— ¿Pasa algo? — preguntó ella con voz tranquila, pero los ojos de Ethan estaban fijos en el cristal cuando respondió.
— ¿Si me pasa algo? — Ethan contestó entre dientes, lo cual sólo remarcaba la ira en su voz— ¡Gran momento para recordar que existo!
— ¿Darme cuenta que existes? — Replicó Hermione enfadada, los últimos días la habían pasado juntos en vista de su inminente partida y remató con mordaz sarcasmo — Siempre lo supe, por alguna razón ¡A menos que haya estado saliendo con otro Ethan todos estos meses! ¿Me podrías explicar a qué viene todo esto? ¡Merlín!
Finalmente los ojos de Ethan se posaron sobre ella incrédulos. Está bien ella admitía que no tenían la relación más fluida del mundo pero no entendía este súbito arrebato.
— Al parecer para ti el estar juntos, no impide que lo sigas amando — reclamó el ojiazul con enojo — Pero no es otro Ethan.
Hermione no podía creer lo que había escuchado, acaso la estaba acusando de algo, cruzó sus brazos en una posición retadora inhalando profundamente para no dejar que su propio enojo tomará las riendas de la situación. Le daría una oportunidad, solo una para explicar su comportamiento.
— ¿A qué te refieres con todo esto, Ethan? — dijo ella con evidente molestia en su voz y aclaró — sé rápido, no tengo tiempo para juegos ni tontas discusiones ¡Necesito llegar para tomar el traslador!
— No creas que no noté que llevas una fotografía de él contigo o que no sé que al si que le enviaras lechuzas cada día, aunque estés llena de trabajo. A Harry Potter nunca le das las migajas del tiempo que tu preciosa carrera te deja como a mi ¡Por supuesto que no! ¡Merlín Jamás lo permita! si es para él, sacas tiempo hasta debajo de las piedras si hace falta — Las últimas palabras las gritó con furia, prácticamente escupiendo con amargura el nombre de Harry.
— Hermione lo miró atónita sin decir ni una sola palabra y su voz dio un leve temblor debido a la ira contenida y en cierta medida a la zozobra, ¿Acaso ''Ethan se había dado cuenta? ¿Eran tan transparentes sus emociones?''
— Harry es mi mejor amigo en el mundo, tú jamás podrás entender nuestra amistad, no puedo simplemente ignorarlo. Nos conocemos desde los once años, estuvimos en la guerra juntos, estuvimos dispuestos a morir el uno por el otro, sería algo horrible si yo no... — empezó a decir Hermione, pero él la interrumpió, haciendo que dejara de hablar y retrocediera, cuando dio un fuerte golpe en el marco de la ventana.
— ¡No me importa nada de lo que ustedes hayan hecho! ¡De cómo se conocieron y crearon su famosa y estúpida amistad. — Dijo Ethan con el rostro amoratado de coraje — Eso ya quedó en el pasado Hermione. Lo único que deberás de hacer de hoy en adelante es jamás verlo ni hablarle, ¡no mientras estés conmigo!
A Hermione le tomó un momento procesar lo que Ethan había dicho, mientras lo miraba estática desde su posición junto a la cama aún con el bolso en las manos y la boca abierta por el shock y la indignación que sentía en ese momento. ¡¿Quién creía que era él para darle órdenes?! su ceño empezó a fruncirse pronunciadamente.
— ¡Eres mi novia! ¡Y con eso, yo decido con quién puedes salir y convivir! — dijo Ethan como si en su gesto leyera lo que pensaba ella — ¡Y ya lo dije, no quiero volver a verte junto a Harry Potter ni una vez más! — sentenció Ethan tajante.
Ofendida y sin poder dar crédito a lo que escuchaba, Hermione levantó una ceja con incredulidad y se volvió a preguntar ¿qué hacía en esa relación? Estas peleas eran cada vez más constantes y él cada vez demostraba no ser ese chico encantador que conoció al principio, esto solo era la gota que colmaba el vaso.
Sin miedo, estaba decidida a encararlo, Ethan alguna vez le había dicho que le encantaba su fiereza, bueno, estaba a punto de conocer bien ese lado de ella.
— ¡Que sea tu novia, no te da el derecho a controlarme o decirme que es lo que puedo o no hacer! — Hermione exclamó furibunda dejando salir todas esas emociones que había estado conteniendo, Ethan había cruzado la línea de las cosas que ella podía pasar por alto y la había dejado muy atrás y lo peor era que él idiota no parecía darse cuenta de ello, eso fue claro por que siguió insistiedo.
— ¡Si lo hace, al menos con él! — Clamó el chico.
— ¡Jamás te he prohibido ver a nadie, todos tus amigos son bienvenidos aquí! — No entendía porque no podía ver lo absurdo de lo que le estaba pidiendo, entendía aún menos porque ella estaba intentando razonar con alguien que no podía escuchar lo incoherente de sus propias palabras — ¡Al parecer tú quieres hacer todo lo contrario conmigo!
—¿Es tan difícil alejarte de él?, ¡Solo no le debes hablar ni verlo y listo! ¡Seremos felices! — dijo él, tratando de mantener la calma y aparentemente meter algo de sentido en la cabeza de ella, solo logrando que ella negara repetitivamente con la cabeza, esa idea parecía más absurda aún.
— Harry me necesita y yo a él, ha sido así por años. No pienso dejarlo por tus descabellados celos absurdos ni tus inseguridades — dijo ella, con su rostro rojo por el enojo.
— No es un niño de once años, ni tú tampoco. — dijo Ethan con tono desesperado, como si hubiese escuchado ese argumento cientos de veces — Ya los dos tienen edad de cuidarse solos, ¡Merlín! Los dos son cabezas de importantes oficinas en el ministerio, además ¿Qué pasa cuando yo te necesito?
Ethan dio un paso hacia el frente, agarrando sus muñecas con una sola mano con fuerza, tomando a Hermione completamente por sorpresa, pues ella no pudo retirarse o tomar su varita para defenderse. Físicamente él era más grande, a lo muggle ella no tenía ninguna forma de ganarle, eso él lo sabía y había tomado ventaja de que ella tenía la guardia baja.
— No haces lo mismo que con él. Admítelo, te lanzarías de la Torre de astronomía por seguirlo — Seguía él con sus protestas, como si se hubiese estado conteniendo hasta este preciso momento.
— Lo haría porque sé que Harry, tendría una verdadera e importante razón para hacerlo — le espetó Hermione tratando de zafarse del fuerte agarre que tenía sobre ella, pero le fue imposible — a diferencia de ti, que lo harías porque no estás en tus cinco sentidos, después de ir de salida con tus amigos.
El agarre se hizo más fuerte, comenzando a dejar marcas en las muñecas de Hermione ¡Nisiquiera lo negaba!
— ¡Te prohíbo insultarme! — Exclamó él, apretando su mandíbula.
— No es insulto, es la verdad — susurró ella desafiante.
— ¡Estás enamorada de él! — No era una pregunta era una afirmación, eso dejó algo perpleja a Hermione, pero antes de que ella pudiera decir algo Ethan la soltó haciéndola caer al piso con un golpe seco mientras se ponía a caminar en círculos por la habitación con aires de superioridad.—¿qué tiene él que yo no?
"Simplemente no eres él" pensó dentro de sí la chica.
— Harry Potter es un huérfano. Está sobrevalorado en el mundo mágico. Todo el mundo cae a sus pies como tontos — Ethan dijo, apretando sus dientes.
La cara de Hermione comenzó a tornarse más roja del enojo, al escuchar aquello.
Lo odiaba, ya lo había soportado demasiado, ella no lo necesitaba para vivir, podía mantenerse a sí misma y estaba segura que sería más feliz sola que con este chico, que le gritaba a cada momento y la trataba como una sirvienta, mientras el nunca estaba en casa al siempre estar en "reuniones importantes del ministerio", aunque claro estaba que estas no eran reuniones, sino más bien fiestas.
—... ¡Es lo que no entiendo! ¡Al estar conmigo debes tener toda tu atención sobre mi! ¡Sabía que lo que todos decían era cierto! Que estabas enamorada de él y nada ha cambiado desde entonces. No me sorprendería que le hayas dado Amortentia para tenerlo a tu lado, viendo lo inteligente que eres, nada te resulta imposible. Si me quieres impresionar, demuéstrame que no lo quieres y que puedes vivir sin él a tu lado — Zanjó su novio.
Aquello fue suficiente, ella misma sabía que no valía la pena quedarse a discutir por tales argumentos. Hizo lo que era mejor y tomó su pequeña bolsa en la mano y con expresión decidida, conteniendo el impulso de darle una bofetada, lo apartó de un empujón, haciendo que golpeara contra la pared.
Se detuvo un momento frente a él.
— La próxima vez que salgas con alguien, recuerda que el hecho de que sea tu novia no significa que sea tu sirvienta y que tú la puedas controlar. Y lo más importante, ten cuidado y respeto con lo que dices —Terminó Hermione y salió furiosa de allí.
Dejándolo aún contra la pared, salió a la calle, donde había una tormenta que la empapó al instante.
Las lágrimas que salieron de sus ojos se mezclaron con las gotas de lluvia que resbalaban por su rostro. No estaba llorando por haber roto con Ethan, no, en realidad era por lo que él había dicho. Porque tenía la razón en una sola cosa. Seguía enamorada de Harry.
Trató de convencerse a sí misma que lo que sentía por él desde tercer año no era más que una simple atracción, algo de niños, pero a partir de ahí, ese sentimiento hacia él nunca se fue, solamente creció y se hizo más fuerte con el tiempo.
Ella misma pudo sentir como su corazón se partió miles de veces ante muchas cosas. El primer beso de Harry. Ella tuvo que escucharlo y fingir que estaba feliz por él. ¡Y Merlin!, ¡Si que lo estaba!, Pero que hubiera sido con Cho Chang cambiaba mucho las cosas.
Cuando Harry y Ginny se besaron frente a todos en la sala común y se convirtieron en la nueva pareja de Hogwarts, de nuevo, colocó la sonrisa más grande y radiante en su rostro y todos lo creyeron. Todos creyeron que Hermione Granger estaba feliz de que Harry Potter y Ginny Weasley fueran novios.
Cuando rompieron, muchos habrían dicho que era su oportunidad. Pero Harry siempre se encontraba viendo el mapa para asegurarse que Ginny estuviera bien. Cuando habían noticias de ella, él era el primero en querer escucharlas. Ahí fue cuando supo que su lugar ya estaba marcado y siempre lo estaría, pues quedaría como la mejor amiga de Harry Potter para toda la vida.
Y lo aceptó, no fue fácil, aún no lo era cuando recordaba todo aquello, pero pensó que a estas alturas lo ocultaba muy bien.
Ahora que Ethan se lo había dicho, no hizo más que demostrarle que algunos si lo podían ver y lo más doloroso, era que ella nunca pasaría a ser algo más para Harry.
Caminando a paso rápido y sin saber a dónde ir, pues su casa estaba demasiado lejos del ministerio, decidió aparecerse fuera de él. Al llegar, la calle estaba vacía debido a la tormenta y a la hora, ya que todos habían entrado hace unos minutos a trabajar, por lo que supo que llegaba tarde.
Trató de correr hacia la entrada, resbalando accidentalmente en un charco de lodo que había frente a ella.
Cualquiera que viera su aspecto en este momento, creería que acababa de pasar por una crisis existencial hace unos minutos.
Agradeció que todo estuviera vacío, incluído el atrio que normalmente estaba atascado. Llegó al nivel donde se debía reunir con el ministro para hablar una última vez antes de su partida y al llegar a la puerta, la abrió y la cerró detrás de sí, con un suspiro derrotado.
Con lo que no contaba, era con que sus dos mejores amigos estuvieran charlando allí dentro en lugar de Kingsley.
Al verla empapada, con su moño hecho un desastre, llena de lodo y con sus ojos inyectados en sangre, ambos se levantaron de sus asientos y corrieron hacia ella.
— Hermione ¿qué...? — Preguntó el pelirrojo, asustado.
Ron no podía creer la imagen que tenía frente a él, quedándose parado sin saber que hacer en realidad.
Mientras Harry, asustado también, se dirigió a llenar un vaso con agua para ella.
— Hermione, ¿Estás bien?, ¿Qué pasó? — Preguntó el ojiverde, preocupado.
— Creíamos que Ethan te iba a acompañar al ministerio — continuó Harry.
Negando lentamente, la castaña recostó su cabeza sobre la puerta, cerrando los ojos con cansancio.
Harry tomó su mano y la atrajo hacia si, sacó su varita dispuesto a secarla con ella, pero Hermione decidió hablar antes de que Harry pudera tomar acción y secarla.
—Terminamos — anunció, con pequeñas lágrimas bajando por sus ojos.
La oficina de Kingsley se quedó en silencio, pero luego nadie supo que fue más ruidoso, los sollozos de Hermione, el grito de enojo de Ron o el golpe inconsciente que dio Harry contra la puerta.
— Va a morir, tiene que morir, debe morir — murmuraba Harry furioso, tomando su varita y dispuesto a caminar fuera de la oficina.
— ¡Sabíamos que ese tipo no era bueno para ti! — negó Ron con enojo.
— Todo iba bien hoy por la mañana, hasta que accidentalmente no le presté toda la atención necesaria y se enfureció — decía la castaña entre sollozos.
— No eres un elfo doméstico para seguir sus órdenes, Hermione y él mismo lo sabe, ya lo hizo demasiadas veces — Harry comenzó a caminar hacia la puerta.
— ¡Es un idiota, lo sabía desde un principio! — Exclamó Ron, molesto.
— Está en casa, ¿verdad? — Harry se volvió hacia ella por un momento.
— Si, pero espera, ¡Harry! — pidió Hermione con desesperación.
Conociendo a Ethan, sabía lo que podía hacer, podía dejarla mal, humillarla con sus dos amigos o buscar algo para poder desquitarse con ella.
Harry regresó junto a ella y con un movimiento rápido de su varita, Hermione quedó completamente seca, aunque aún hecha un desastre.
Su expresión era rígida del enojo. Una que no cualquiera se atrevería a desafiar, siendo el auror mejor calificado y el más temido por los criminales magos.
— Harry, por favor, no vayas, no vale la pena, déjalo así, el mismo se dará cuenta de su error y... — decía ella, pero fue interrumpida por Harry.
— ¿Y que después lo vuelva a cometer?, ¡Ni loco!, ¡Debe de tener su merecido o al menos una buena y razonable excusa para explicarlo! — dijo el azabache furioso.
Y solo con eso, Harry desapareció del lugar, seguido de Ron.
Desesperada, Hermione los siguió, apareciendo frente a la entrada de su casa, la cual ya se encontraba abierta.
Los gritos ya sonaban fuera de la casa, así que rápidamente entró.
— ¡¿Sabes lo que has hecho?!, ¡La destrozaste! ¿Eso es lo único que sabes hacer? Usarla y después despojarla como basura. ¡Te advierto!, ¡no te acerques a ella hasta que cambies tu actitud!, pues verás que... — Soltaba un Harry invadido por la furia, hasta que fue interrumpido por Ethan, quien dejó de empacar sus cosas para responder a las protestas.
— ¿Que no me acerque a ella hasta que cambie mi actitud?, Lo lamento Potter, pero esa "actitud" en mi, no pasa muy a menudo. De hecho todo ocurrió por una cosa que fue culpa de ella — Respondió Ethan, con desinterés y volteó a verla con odio.
— ¿Ah sí? — Ron se acercó más a él amenazante.
— ¿Qué podría haber hecho ella?, ¿irritarte al decirte que fueras cuidadoso con lo que dices o con tus actos?, pues te comunico que tiene toda la razón con eso — Harry protestó.
Ethan rió sarcásticamente sin importar las reprimendas de Harry y Ron.
— Entonces ella nunca les dijo nada — murmuró, con una sonrisa aterradora.
Hermione estaba paralizada en su lugar. ''El no se atrevería a decirlo, él no era capaz de hacerlo''.
— ¿Decirnos qué? —preguntó Harry aún molesto.
Ethan rió otra vez, volteó a ver a Ron con lástima y luego a Harry.
— Que tú querida mejor amiga, mí ahora ex novia, estuvo, está y siempre estará enamorada de ti, Potter — Soltó Ethan con odio en su voz.
Con pánico, Hermione negó rápidamente, pero eso no hacía nada más que hacerla ver como una niña pequeña, negando una travesura.
Aún sin creerlo, Harry volteó a verla lentamente, esperando ver alguna negación seria o viendo venir una discusión, pero nada pasó, Hermione estaba en el marco de la puerta de la entrada, empapada nuevamente por la lluvia, temblando ligeramente, con silenciosas lágrimas camufladas por el agua cayendo por sus mejillas, dejando en claro que lo que Ethan decía, era más que cierto.
—H... ¿Hermione? — preguntó Harry.
Pero la chica no contestó, en vez de entrar a la casa, decidió salir y correr lejos de esta.
Tenía todo preparado, sabía dónde estaba el traslador, podía hablar con Kingsley después...
— ¡Hermione! — Gritaba Harry, empezando a correr detrás de ella.
Corrió más rápido, podía escuchar los pasos de Harry detrás de ella, siguiéndola.
Se adentró en el pequeño parque que había al lado y agradeció que tuviera muchos árboles gigantes, por lo que se escondió detrás de uno.
— ¡Hermione!, ¿Hermione? — escuchaba a Harry cerca, buscándola.
Dio media vuelta y con un gran chasquido, desapareció del lugar.
En pocos segundos estaba frente al traslador, solo debía subir una pequeña colina donde se encontraba una hoja de periódico y se iría de allí.
Con un poco de alivio, pero aún sintiéndose traicionada, terminó de subir la pequeña montaña, pero al llegar allí, no esperaba encontrarse con Harry ya esperándola, pues él y Ron sabían desde donde saldría su traslador.
Por instinto se paralizó por un momento, pero al recordar lo que había pasado minutos antes en su casa, trató de pasarlo y llegar al papel.
Harry tomó su brazo con mucho cuidado, tratando de detenerla.
— ¿Eso...? Lo que escuché allá — decía con dificultad por la fuerza con que caían las gotas de lluvia, los ojos de Harry se dirigieron hacia el suelo —¿Es cierto? — Preguntó el azabache.
— Harry, necesito irme. Llego tarde, faltan segundos para que el traslador se active — decía Hermione, con su corazón desbocado y esperando salir de allí, lo más pronto posible.
Soltó su brazo de su agarre cuidadosamente y caminó un poco más, llegando junto al papel que temblaba ligeramente.
El chico dio media vuelta y caminó hacia ella con expresión anhelante.
— Solo quiero saber si es cierto — alzó un poco su voz, pues era demasiado complicado escuchar a través del sonido que hacían las gotas de agua contra la tierra.
Hermione tomó el traslador.
Diez segundos y podría salir de allí, pensó tristemente.
Pero, ¿por qué no decirle?, era cierto que quería que la tierra se la tragara en ese momento, pero tampoco quería dejar a Harry parado bajo la lluvia con la pregunta en su cabeza y sin un adiós.
Nueve segundos…
¿Qué más daba? El ya lo sabía de todas formas.
Ocho segundos…
— ¡Es cierto! — gritó un poco, entrecerrando los ojos para protegerlos —todo lo que dijo Ethan es totalmente cierto. Te amo, estoy enamorada de ti desde cuarto año, pero sabía que mi lugar siempre sería el de tu mejor amiga y nada más. — dijo con su voz quebrada.
Siete segundos…
— Y probablemente las cosas habrían cambiado entre nosotros si tú no me correspondías. Por eso decidí quedarme callada. — sollozaba ella.
Seis segundos…
No podía descubrir la expresión que tenía el rostro de Harry en ese momento. Lo único que podía descifrar entre toda esa mezcla era sorpresa e impacto.
Cinco segundos…
— Pero por favor, Harry — un pequeño nudo se formó en su garganta al verlo perplejo — se que no sientes lo mismo y nunca lo hiciste. Lo acepto y te entiendo, pero por favor, no dejes que esto nos separe, por favor, eres mi mejor amigo y no quiero arruinar lo que tenemos — pidió ella, con su mirada puesta en el piso.
Cuatro segundos…
— Porque ser tu mejor amiga es todo lo que me queda para ser feliz a tu lado — Finalizó ella, sollozando y temblando. Tomó valor y subió su mirada para encontrarse con la de él, que en ese momento era indescifrable.
Harry no despegaba su mirada de la de ella queriendo decirle algo, pero de su boca no salió ningún sonido o palabra.
Dos segundos…
Con una pequeña sonrisa triste, Hermione apretó el agarre al traslador, le dio una última mirada a su mejor amigo, a la persona que siempre amó.
— Adiós Harry —
…
Después de que Hermione se marchó, Harry se quedó muy quieto, paralizado en el mismo lugar, sintiendo las gotas de la lluvia mojándole la ropa, sin poder creer todavía que su mejor amiga le hubiese confirmado las palabras de Ethan.
Hermione estaba enamorada de él.
Pero lo que hizo más confusa e impactante la situación y lo dejó incapaz de moverse, fue que ella le dijo que lo amaba desde su cuarto año.
Se sentía tan miserable.
''¿Cuántas veces pudo haberla lastimado, sin darse cuenta de lo que sentía por él?''
Permaneciendo en el mismo estado de estupefacción en el que se encontraba desde hace ya varios minutos, decidió que necesitaba ir a su oficina, asimilar la situación y sobre todo, tomar un trago con su mejor amigo.
Harry se apareció afuera del ministerio y se dirigió directamente hacia su oficina, sin prestar atención a nada a su alrededor.
Al llegar a su oficina, abrió la puerta, levantó su varita, secó su ropa y se dio cuenta de que su mejor amigo, Ron, ya estaba esperándolo.
La expresión de Ron no se alejaba mucho de la de Harry. Al igual que su amigo, se encontraba sumamente sorprendido, pero la diferencia recaía en que Ron no se encontraba en ese estado por haberse enterado de los sentimientos de Hermione, todo lo contrario, él estaba ya enterado de eso desde hacía mucho tiempo, pero le prometió a su amiga no hablar de ello, pues sabía, no le correspondía a nadie más que a ella si decírselo o no a Harry.
Por lo tanto, la expresión de Ron se debía en gran parte al enojo que sentía al recordar a su mejor amiga paralizada por el miedo y los nervios cuando su ex novio Ethan, reveló su más importante secreto.
Por su parte, el chico de ojos verdes caminó por inercia hacia su escritorio, todavía demasiado atónito.
Hallándose en su inevitable estado de shock ante lo sucedido momentos atrás, caminó sin prestar atención a Ron, o a nada a su alrededor, teniendo en su cabeza las palabras de su mejor amiga aún dando vueltas.
"Te amo, lo he hecho desde cuarto año, pero sabía que mi lugar siempre sería el de tu mejor amiga y nada más."
Y aún podía escuchar su voz quebrada por el llanto.
Cuando Harry llegó al escritorio, se giró e inclinó un poco sobre el mueble, levantando lentamente su rostro para clavar sus ojos verdes en los de su mejor amigo, que ya lo miraba con curiosidad.
Ron no podía descifrar lo que había en esa mirada. Eso era muy fácil para Hermione, pero no para él. Sabía claro, que Harry estaba asustado y que aún no asimilaba completamente la situación, pero no entendía completamente lo que su mejor amigo estaba sintiendo luego de una revelación como esa.
— ¿Lo sabías? — preguntó Harry. Su expresión era más suave, pero todavía llena de incredulidad, sorprendiéndose al ver como su mejor amigo asentía lentamente para su desconcierto.
— ¡¿Desde cuándo?!, ¡¿Por qué no me lo dijiste?!, ¡¿Sabes cuántas veces pude haberla lastimado?! — exclamó el azabache furioso, llevándose las manos al rostro.
— Harry, lo supe en sexto año, después de que Ginny y tú se besaron en la sala común. A pesar de que Hermione se mostraba feliz, la encontré llorando luego en uno de los sofás y terminó diciéndomelo. No te lo dije porque para empezar, ella me lo pidió y también me dijo que no quería arruinar su amistad. Tú estabas con mi hermana y ella se sintió terriblemente culpable conmigo, solo pude prometer que guardaría su secreto. Además de que me dijo que si tú estabas feliz, ella compartiría tu felicidad. Es lo único que Hermione ha querido siempre, tu felicidad ante todo, incluso antes que la de ella. — aclaró el pelirrojo.
Sin saber que más decir, Harry soltó un suspiro dejándose caer en la silla frente a su escritorio, todavía incrédulo.
Al verlo tan abatido sobre su silla, Ron se apresuró a sacar de uno de los armarios de la oficina, un whisky de fuego y lo sirvió en dos vasos hasta la mitad, ofreciéndole luego uno al azabache, que lo aceptó distraídamente.
— Tampoco quiero que parezca o pienses que soy un traidor para con ella, pero Hermione siempre ha sido bastante obvia con sus sentimientos. Tal vez no para ti, pero sí para todos los demás a su alrededor. Mira que el mismo Ethan lo sabía, ¿No te dice eso algo? — recalcó Ron, mientras rellenaba el vaso de su amigo.
Al escuchar las palabras de su mejor amigo, Harry cayó en cuenta de lo cierto que esto podía ser. Aunque claro, jamás fue obvio para él, ya que Hermione nunca tuvo problema alguno al momento de mostrar su afecto con todos sus amigos. Ella siempre había sido así y por eso mismo, jamás sospechó que para él, sus muestras de cariño tuvieran un significado completamente diferente. Aunque si se esforzaba en recordar, ella siempre mostró mayor preocupación por él que por nadie más. Analizándolo ahora, Hermione sí que había sido bastante obvia al respecto.
— También, no sé si te has dado cuenta, ella siempre te ha puesto primero que a nadie, siempre eres tú. Hermione nunca te ha dejado solo y su afecto siempre ha sido más efusivo contigo. Piénsalo, a mí nunca me dio un beso en la mejilla o en la cabeza al salir del lago luego de la segunda prueba del torneo de los tres magos. ¿O sí? Para mí siempre fueron solo abrazos amistosos, nada más — dijo Ron, sentándose frente a Harry y notando como este se sonrojaba ante sus certeras palabras.
— Pero... No sé que haré, Ron. La aprecio, sí, y también la necesito más que a nadie, ella es una de las personas más importantes en mi vida, pero... ¡Demonios! ¡Es mi mejor amiga! No quiero lastimarla o romperle el corazón y arriesgarme y perderla. La amo como mi amiga, pero quiero reflexionar esto y saber si puedo amarla más allá que solo como amiga — dijo Harry, empezando a sollozar.
— No quiero hacerte sentir peor amigo, pero creo que el corazón ya lo tiene destrozado. También sé y estoy seguro que tú también, que Hermione es una mujer bastante fuerte y nos lo ha demostrado a los dos, si no fuera así, dime, ¿Cómo ha aguantado tanto a tu lado? ¿Siendo tú mejor amiga y estando enamorada de ti por tantos años? — le preguntó Ron, cautelosamente.
Ante sus palabras, Harry pensó sobre lo que decía, recordando que cuando salió con Cho o estuvo con Ginny, había visto algo en sus ojos que no lograba descifrar. Ella siempre sonreía y luego bajaba su mirada, tratando de ocultar su incomodidad cada vez que él salía con una chica y odiaba ahora saber que era por lo que sentía por él y que gran parte de culpa por su estado de ánimo se debía a él. A Harry nunca le había gustado verla sufrir.
— Claro que ahora que lo sabes, vas a querer cuidar todos tus pasos. Creo que cuando regrese, deberías hablar con ella. Sugirió el pelirrojo.
— Hmm... La cosa es que ella quiera verme o hablar conmigo, teniendo en cuenta que se va a sentir avergonzada, la conozco. Aunque me haya dicho que no quería incomodidad entre nosotros, no podemos negar que al principio sí que la habrá. Pero claro que intentaré hablar con ella, no estoy dispuesto a perder a mi mejor amiga — declaró el ojiverde, bebiendo de un solo trago su whisky de fuego.
— Por cierto, cuando te fuiste detrás de ella, me quedé con ese imbécil, ¿Y adivina qué? Me dijo que la hizo elegir antes, para alejarse de ti y dejar de hablarte. Ya sabemos cómo acabó y como mi pequeña venganza, dejé mi puño en su cara — dijo el pelirrojo, poniendo al corriente a su mejor amigo de todo lo que había ocurrido después con Ethan.
Harry se levantó cansado, rodeó el escritorio lentamente y soltó una pequeña risa sarcástica, al recordar a Ethan y el enojo que le producía saber que ese idiota, había intentado hacer quedar mal a Hermione. Se apoyó casualmente contra el escritorio y metió sus manos a los bolsillos del pantalón.
— Es un imbécil. Aún tiene que escuchar lo que tengo que decirle, que no piense que va a librarse de mí tan facilmente — dijo Harry, tensando su mandíbula por el enojo que sentía.
Y así, ambos amigos se quedaron ahí un buen rato, conversando extensamente mientras tomaban whisky de fuego.
Al final del día, Harry decidió que en cuanto volviera a ver a Hermione, hablaría con ella y resolvería la situación.
Llegamos al final del primer capítulo de esta historia, espero que les haya gustado. Agradezco sus comentarios, sus favoritos y demás muestras de agrado por el fic.
Nos seguimos leyendo pronto para ver que pasa con Harry y Hermione, después de este secreto que Harry acaba de descubrir.
