-2 años después-.
Una caótica persecución cobraba vida en el centro de Konoha. Por varios reportes de los locatarios, Yashiro Uchiha y su equipo fueron tras el ladrón de piel morena, ojos pequeños y ropas grises. Al ver su expresión, la gente no podía evitar apartarse por el miedo, encerrándose en sus negocios.
Solo una persona se quedó en medio de la calle, mostrándose de espaldas.
-¡¿Te quieres morir, imbécil?! - exclamó el delincuente.
Al escuchar aquello, la figura se giró de pronto, dándole una patada de lleno en el rostro que lo mandó a volar, hacía un corral con gallinas a su lado izquierdo. Atontado por el golpe, el ladrón tuvo que tomarse unos segundos para darse cuenta de que había cometido un grave error.
-¡¿A quién le llamas imbécil, idiota?! - le preguntó la demonio Higurashi, tronándose los nudillos mientras fruncía el ceño.
Para disculparse, el hombre se inclinó, pegando su frente en el suelo.
-¡HanaYasha! - la llamó Yashiro.
La joven rodó los ojos al escucharlo a sus espaldas. Aprovechándose de su posición como la mano derecha de Fugaku, siempre que se topaba con Itachi, con Shisui o con ella, sacaba a relucir lo peor de cada uno, hasta que, finalmente, InuYasha le puso un alto. De todas formas, no soportaba verlo.
-¡Nosotros nos haremos cargo! ¡Apártate!
Resopló. Bajó los brazos y subió al tejado más cercano, marchándose de ahí.
PPPPP
Atravesando las puertas de la academia ninja, HanaYasha se apresuró en llegar a la sala que Jiraiya Uzumaki le había indicado. Al encontrarla, abrió y cerró tras su espalda la puerta corrediza, quedando más que atónita con quienes estaban reunidos en el sitio.
Sus amigos de la infancia. Sus compañeros de equipo.
Taichi fue el primero en reaccionar, saludándola con una sonrisa que ella no dudó en corresponder al asentir. Pero, con Itachi, la situación fue diferente. Demasiado.
Apenada, apartó su mirada de la suya y escondió las manos detrás de la espalda. Taichi volteó confundido de un lado a otro. ¿Había pasado algo entre ellos? Después de todo lo que habían compartido, no los imaginaba peleando.
En eso, la puerta volvió a abrirse. Iruka Uzumaki los saludó sonriente, complacido por ver lo fuertes que se habían vuelto. El hijo de Koga y Ayame aceptó el cumplido con burlas, queriendo involucrar a HanaYasha.
Y aunque asintió tímidamente... con la mirada inexpresiva de Itachi, ignorándola, le resultaba imposible relajarse.
-Ya casi termina el discurso de graduación. Vamos. - dijo Iruka con una sonrisa, tomando varias carpetas que había en una mesa y dirigiéndose de vuelta hacia la puerta.
Los jóvenes lo siguieron. Taichi y HanaYasha caminaban uno al lado del otro. Ella a la derecha, él a la izquierda. Itachi iba detrás de ellos.
Cuando la Hanyou lo miró por encima de su hombro izquierdo, notó que su rostro ya estaba recuperado. Ya no tenía las horribles ojeras que le vio durante el festival de los cerezos y sus mejillas tenían más color.
Sonrió aliviada. Entonces, cuando quiso devolver su mirada al frente, se pegó al instante al cristal de una puerta, asustando con el ruido a todos los que estaban en el patio.
Incluso Hiruzen Uzumaki interrumpió su discurso, volteando atrás con curiosidad, al igual que los ninjas de élite que estaban parados a su lado derecho. Ebisu Haruno. Suzume Hyuga. Yoshino Uzumaki. Ibiki Haruno. Hayama Haruno.
HanaYasha se había quedado pegada en la puerta de cristal, haciendo una mueca rara, con sus palmas a los lados de su cabeza. Gracias a eso, varios chicos estallaron en carcajadas. Taichi también empezó a reírse, siendo regañado por Iruka.
Gruñendo enojada, la joven hizo presión con sus manos, agrietando el cristal con tanta fuerza, como para destruir la puerta.
Nuevamente, el ruido silenció a todos, al mismo tiempo que ella jadeaba, dejando caer sus brazos. Permaneciendo seria, bufó y caminó hacia los nuevos profesores, atónitos de que no tuviera ni un solo rasguño.
-¿Esa es la demonio Higurashi?
-No se ve tan intimidante como dicen los rumores.
HanaYasha enfureció de nuevo, deteniendo su andar y llevando su mano derecha a la empuñadura de colmillo sangriento.
-¡Cuchillas de sangre! - exclamó, desenvainando e invocando de la hoja negra varias cuchillas con forma de luna menguante hacia los menores.
Todos se agacharon para esquivar su técnica. Cuando se dispersó, voltearon asustados hacia atrás. La barda de madera que rodeaba la academia ninja y algunos árboles quedaron deshechos.
-¡A ver, mocosos...! - bramó furiosa, haciendo saltar a algunos de los niños. - ¡...si creen que tienen las agallas, vengan aquí y peleen conmigo!
-Se le salió lo InuYasha. - pensó Taichi, poniendo una mueca.
-Qué vulgar. - pensó Ebisu Haruno, acomodándose sus lentes oscuros.
-¿En qué habrá pensado Jiraiya-sama al convertirla en sensei? - pensó Suzume Hyuga. - Se nota que no tiene tacto con los estudiantes.
-Aun en un ambiente tan familiar como este, sigue siendo ella misma y no se deja intimidar. - pensó Ibiki Haruno, sonriendo un poco. - Me agrada.
-¡H-HanaYasha, tranquilízate! - le pidió Iruka, nervioso.
-¡¿Cómo quiere que me calme si me están insultando en la cara?! - se quejó con una mueca, apuntando a los niños con su espada. - ¡Ni crean que se pueden burlar de mí y vivir para contarlo!
De pronto, dos de ellos abandonaron sus filas y se colocaron en frente, cayendo de rodillas frente a ella y pegando sus frentes al suelo.
-¡P-Perdónenos! ¡No fue nuestra intención! - gritaron al unísono.
HanaYasha bufó y guardó su arma en su funda, unida con su cadena a la cintura de sus pantalones negros.
-Recen fuerte, mocosos. - dijo con frialdad, consiguiendo que ambos levantaran sus miradas. - Porque si les toca en mi equipo, los dejaré tan agotados que desearán no haber nacido.
Y con esas palabras, hizo que se levantaran de prisa y volvieran a sus lugares, muertos de miedo. Al llegar finalmente con el resto de los profesores, la joven se cruzó de brazos y cerró los ojos, manteniendo el ceño fruncido. Hiruzen sonrió. Y, haciéndole un ademán a Iruka, le pidió que le entregara la primera carpeta.
-Cielos... - pensó HanaYasha, percibiendo a Taichi y a Itachi llegar a su lado. - ...acepté convertirme en "sensei" para darle un giro a mi vida. Pero ahora que estoy aquí, siento que será muy difícil.
-¡HanaYasha Higurashi! - Hiruzen la llamó, logrando que abriera sorprendida sus ojos dorados.
Volteó de un lado a otro. Y luego, caminó tranquilamente hacia el anciano, tomando la carpeta que le extendía.
-Sakura. - dentro del grupo de aprendices, Ino Hyuga llamó a la mencionada en voz baja, moviéndola de su hombro derecho. - ¿No sería genial que te tocara en el mismo equipo que la kunoichi que te salvó la vida?
-Sería realmente genial. - dijo apenada y resignada. - Pero las probabilidades son muy bajas, no creo que...
-¡Sakura Haruno! - dando un respingo, sus ojos se abrieron de par en par.- ¡¿Está aquí, Sakura Haruno?!
-¡T-Te hablan, Sakura! - Ino la hizo reaccionar, moviéndola de nuevo del hombro al verla desorientada.
-¡Ah, sí! - exclamó la joven, parándose de su fila y corriendo al frente... hasta que se tropezó por accidente con una piedra. - ¡AY!
Mientras se sobaba las rodillas y soltaba lagrimitas por el dolor, sus compañeros se burlaban.
-¡Oye, no te rías! - exclamó Ebisu, volteando hacia Taichi, quien se cubrió la boca con sus manos para aguantar una carcajada.
Itachi, parado a su izquierda, suspiró y se llevó una mano a su frente.
Suspirando también por las risas, HanaYasha realizó una técnica de estilo de viento, moviendo con gracia los dedos de su mano derecha.
Debajo de las piernas de Sakura, apareció una ligera ráfaga que la elevó unos centímetros del suelo y la condujo al lado de los adultos.
Después de sentarla con gentileza en la tierra, la ráfaga desapareció, por lo que HanaYasha se agachó a su altura y la revisó. Tenía sangre en las rodillas.
Permaneciendo inexpresiva, llevó sus manos, a la piel blanquecina debajo de sus pantalones cortos, invocando en sus palmas una luz verde claro.
-¿Ninjutsu médico? - cuestionó Yoshino Uzumaki, atónita.
-¿Cuándo lo aprendió? - se preguntó Ebisu Haruno.
-Increíble... - pensó Sakura, atenta a la rapidez con la que sanaban sus raspones, sin dejar ni un solo rastro de sangre.
-Ten cuidado la próxima vez, ¿Si? - le comentó la Hanyou, poniéndose de pie y extendiéndole la mano derecha.
La jovencita asintió y aceptó su gesto, poniéndose de pie a su lado derecho. Abriendo de nuevo la carpeta, HanaYasha hizo a un lado la hoja de Sakura y prosiguió.
-¡Naruto Uzumaki!
Gritando con gran emoción, el rubio se burló de un chico que estaba sentado junto a él y saltó al frente. Por algún motivo desconocido, saludó y les sonrió a todos los maestros, sorprendiendo demasiado a la Hanyou. Incluso hizo una reverencia frente a Hiruzen, ganándose una sonrisa de su parte.
-¡¿No es genial, Sakura?! - comentó con entusiasmo, parándose a su lado izquierdo. - ¡Nos tocó en el mismo equipo, de verás!
-¿Quién crees que sea el último de nosotros? - le preguntó en voz baja.
-No lo sé, pero ojalá que no sea Kiba. - respondió con más calma, hurgándose el interior de la nariz con su dedo índice derecho. - Sería vergonzoso después de lo que pasó, de verás.
"Sí, sería vergonzoso". Concordó HanaYasha, cambiando la hoja de su carpeta... y quedando sorprendida con el nombre que ahí se hallaba.
-¿Qué pasa? - preguntó Hiruzen, volteando hacia ella con curiosidad.
Haciendo a un lado su asombro, la joven se aclaró la garganta.
-No es nada... - aseguró, para luego exclamar: - ¡Sasuke Uchiha!
El mencionado se levantó de la última posición, de la última fila a la derecha.
-El chico de la maldición...
Alcanzó a escuchar, mientras caminaba con tranquilidad al frente y guardaba sus manos temblorosas en los bolsillos de sus cortos pantalones blancos.
-El que llama a los monstruos.
-Oye, Itachi. - Taichi lo llamó en un murmullo. - ¿A qué se refieren los demás con "maldición"? - el Uchiha se encogió de hombros, descolocando al Youkai. - Creo que necesitas volver a casa más a menudo, amigo. - dijo, pasándose una mano por detrás de su cabello anaranjado rojizo. - Al menos, es lo que yo haría si tuviera a un hermano o hermana menor.
En eso, Sasuke llegó con ellos, escudriñando con severidad a su hermano mayor. El viento soplaba.
-Q-Qué incómodo... - pensó Taichi.
Volviendo a su camino, Sasuke pasó al lado de los demás profesores, hasta llegar con sus nuevos compañeros. HanaYasha lo vio con curiosidad. Jamás había visto que le dedicara ese tipo de expresiones a Itachi.
-¡HanaYasha Higurashi! - la llamó Hiruzen. - ¡A partir de este momento, estarás a cargo de liderar al equipo 7! - el hombre, notando su inseguridad en su rostro, le pidió con un ademán que se acercara. - ¿Qué sucede? - la interrogó en voz baja.
-Hiruzen-sama, ¿Por qué Sasuke terminó en mi equipo y no en el de Itachi?
-Para evitar los chismes. - respondió enseguida, confundiéndola. - Aunque me dijeron que sería beneficioso que ambos estuvieran juntos por poseer el sharingan, yo me negué porque pensé más en el bienestar mental de Sasuke. Siendo un principiante, que lo comparen con su hermano mayor sería una carga demasiado tormentosa para él. Además, también podría interpretarse como un trato privilegiado del consejo de Konoha hacia el clan Uchiha.
-Entiendo.
Hizo una reverencia y volvió con sus estudiantes, partiendo a otro lugar.
PPPPP
-Al fin... - suspiró HanaYasha, sentándose sobre una gran roca.
En los alrededores de aquel campo abierto del distrito Higurashi, el viento soplaba con fuerza, ondeando la hierba alta y moviendo sus largos cabellos plateados a su derecha. Asombrados por la tranquilidad que se respiraba, los chicos volteaban de un lado a otro.
-Naruto.
Al escuchar su nombre, el rubio se paró derecho. Había visto asustado la pequeña demostración de sus poderes, por lo que no quería hacerla enojar el primer día.
-¿Por qué no te presentas tu primero? - le preguntó con una sonrisa.
-¡C-Claro! - exclamó, sentándose en la hierba.
Sus compañeros, al verlo, lo imitaron, ocupando los lugares a sus costados.
-¡M-Mi nombre es Naruto Uzumaki! ¡Tengo 12 años y mi pasatiempo favorito, es probar los diferentes sabores de ramen que cocina el viejo Teuchi de Ichiraku, de verás!
-¡¿Te gusta el ramen?! - cuestionó con ilusión... antes de reaccionar y carraspear. - D-Digo... e-eso suena interesante.
Viendo ese cambio brusco de personalidad, Sakura la vio con una gotita de sudor bajando por su nuca.
-¿Y cuál es tu sueño para el futuro?
-¡Sucederé a mi padre como el líder del clan Uzumaki! - exclamó, enseñándole todos los dientes con su gran sonrisa.
La joven asintió gustosa, dirigiendo sus ojos dorados hacia la chica de largo cabello rosa.
-¡M-Me llamo Sakura Haruno! - gritó nerviosa, enredando la tela de sus ropas en sus dedos. - ¡También tengo 12 años y, cuando no ayudo en el hospital, me gusta mucho ir a la biblioteca del clan Hyuga y leer libros o pergaminos!
-Así que te gusta aprender. - concluyó HanaYasha.
La menor, sonrojada, asintió un par de veces con la cabeza.
-¡T-También...! - exclamó, poniéndose de pie y haciendo una reverencia. - ¡...q-q-q-quería darle las gracias por haberme salvado la vida hace años!
Haciendo memoria, recordó la vez en la que Itachi, Sasuke y ella cruzaban por un puente en el distrito Haruno, escuchando un horrible grito de Shizune, mientras una niña de cabello rosa se ahogaba en el rio.
-¡Por supuesto! - bramó, golpeando su puño derecho en la palma de su mano izquierda. - ¡Eres la nieta de Tsunade-sama y la sobrina de Shizune-sensei!
La niña asintió con una sonrisa, volviendo a sentarse sobre la hierba.
-Lamento no haberte reconocido antes, has crecido mucho.
Sonrojada y más feliz que antes, Sakura sacó la lengua.
-Ahora que lo pienso... - susurró en sus pensamientos. - a los tres los vi cuando eran más pequeños... ¿Hiruzen-sensei lo sabía y por eso...? ¡No, no creo! - negando con la cabeza y sonriendo, apuntó con sus ojos dorados al último de sus pupilos. - Bueno, Sasuke. Solo faltas tú.
Al escuchar su nombre, el menor volteó hacia ella con el ceño fruncido.
-Q-Qué miedo... - pensó, viéndolo nerviosa.
-Yo no necesito presentación. - dijo con frialdad. - Ya que todos me conocen como "el chico de la maldición".
-¡Vamos, Sasuke! ¡No digas eso! - replicó Naruto, enojado. - ¡Yo soy la mejor prueba de que tu supuesta maldición es un fraude! ¡Me acerqué muchas veces a ti y nunca se me apareció un Youkai ni me pasó nada, de verás!
-Tú pareces se inmune por ser un perdedor.
-¡¿QUÉ DIJISTE?!
-¡Espera, Naruto! - gritó Sakura, jalándolo hacia ella.
Suspirando por el escándalo, HanaYasha se levantó de la roca y caminó decidida hacia Sasuke.
-Está bien, no te presentes si no quieres. - habló enfadada, cruzándose de brazos. - Pero al menos discúlpate con Naruto.
-¿Y si me rehúso? - interrogó desafiante, consiguiendo que su mirada se ensombreciera.
Naruto y Sakura, al verla, sudaron en frio.
-¡O-O-O-Oye, Sasuke! - exclamó el rubio. - ¡M-Mejor hazle caso! ¡¿Acaso no viste como destruyó la cerca de la academia?!
-N-Naruto tiene razón. - continuó la pelirrosa, asintiendo.
-No se metan.
-¡Y TÚ NO NOS MATES! - pensaron al mismo tiempo, con dos venas punzantes en sus cabezas.
Entonces, la Hanyou se agachó a la altura del Uchiha, flexionando las rodillas y acortando la distancia entre sus rostros.
-¿De verdad quieres saber lo qué te haré si no me obedeces? - cuestionó en tono gélido, mostrando en sus ojos el brillo depredador de un Youkai.
Aun así, no consiguió intimidarlo, ya que seguía desafiándola con su mirada.
-¡N-N-Naruto, haz algo! - pidió Sakura en voz baja, agitando aterrada su chamarra anaranjada. - ¡Vamos a morir!
-¡E-Espera! - exclamó, perdiendo el equilibrio. - ¡No me muevas tanto...!
Con las rodillas flexionadas y la suela de su sandalia derecha deslizándose hacia atrás, cayó junto a HanaYasha, golpeándola sin querer en la espalda y empujándola hacia Sasuke.
Boquiabierta y con dos círculos blancos en lugar de ojos, Sakura palideció. Mientras tanto, Naruto se sentaba de nuevo en la hierba, volteando confundido hacia su sensei y su compañero.
¿Qué se había perdido? ¡¿Por qué ambos se miraban sonrojados y sorprendidos?!
-No es cierto... - pensó HanaYasha, cubriéndose la boca con su mano izquierda. - ¡¿Mi primer beso fue con Sasuke?!
Fin del capítulo.
