Capítulo 3: ¿Quién es Sei Jhonson?
Yamato y Natsuo iban a la fiesta que año con año organizaban, la rubia iba muy entretenida viendo su teléfono, de reojo Yamato vio que estaba buscando hoteles en Nueva York, a Yamato eso lo puso tan feliz.
—¿Entonces qué haremos, iremos a ver una obra de teatro? – Comento Yamato iniciando una conversación.
—Sí, me encantaría ver un musical—Dijo Natsuo muy emocionada.
Ese viaje lo quería hacer desde que tenía tres años, pero su padre nunca la quiso llevar pese a que en 17 años se había presentado ahí, siempre le decía lo mismo que no tenía edad para ello.
Pero esa no era la intención de la joven, ver una obra de teatro en Broadway no era su sueño, estar bajo las luces de la gran ciudad no le apetecía, no sabía cómo, pero entre las cosas de su padre y por platicas de Sora y Miyako (que siempre hizo que no prestaba atención pero si lo hacía) se había enterado que su madre vivía ahí desde que ella nació, ella tenía la ilusión de que al bajar del avión reconocería a su madre entre toda la multitud, pero eso Yamato no lo sabía.
Al llegar a la fiesta se encontraban casi todos. Ya no eran unos niños, pero les encantaba hacer ese tipo de cosas, juntarse y celebrar. Joe se encontraba ahí con un pequeño mini Joe, era la copia exacta de su padre pensaba Yamato, Koushiro había tenido una pequeña niña que ahora rondaba por los 4 años, Sora y Taichi hacía dos años habían tenido al pequeño Kenta, sora siempre se quejaba de que de ella ni el sueño había sacado, era como si Taichi tan solo se hubiese clonado, Ken y Miyako habían tenido ya dos hijos la pequeña Maki de 11 años, que adoraba a Natsuo y el calladito Yoshio de 9 años. Su hermano había sacado el premio máximo según el propio Takeru, ya que se había casado hacía poco con Hikari, y se encontraba embarazada de 7 meses que parecía que tenía mucho más, ya que iban a tener gemelos, primero fue un golpe para Tai que su hermana se casara y segundo que tuviera hijos. Todos se veían muy animados.
—Matt—Grito Taichi al verlos llegar, el rubio solo sonrió y fue con ellos, su hija de inmediato fue a saludar a todos.
Yamato estaba tan agradecido con todos porque en el momento más difícil de su vida todos sus amigos se encontraban con él y todos de alguna manera habían ayudado en la crianza de Natsuo. Todos se encontraban muy animados, pero no se encontraba extrañamente Daisuke y Iori, Yamato pensaba que el menor de todos estaba estudiando o algo parecido ya que se encontraba terminado su trabajo titulación en abogacía, para Yamato Iori se había convertido en alguien importante y en el abogado en el que confiaba, ya que el mismo Yamato lo recomendó para que trabajará dentro del bufete de abogados de la disquera y para ser un pasante hacia muy bien su trabajo.
—Disculpen la tardanza—La voz de Daisuke se hizo presente en la piscina—Pero traje un regalito—Dijo todos voltearon a verlo y venía junto con Iori, Yamato no presto mucha atención, y escucho como la voz estridente de Miyako gritaba.
—Si viniste si viniste—Al no prestar atención Yamato no entendía muy bien porque la peli morada se emocionaba tanto de que Daisuke hubiese llegado pero luego reaccionó al escuchar a las demás gritar.
—He vuelto—La voz era inconfundible, Yamato casi se atraganta con la soda que bebía, no podía ser verdad.
Volteo a verla y ahí estaba siendo abrazada por todas, Mimi Tachikawa había vuelto, y traía a su pequeño hijo en brazos, cuando la soltaron la vio detalladamente, tenía el cabello más largo que antes, iba vestida en short y una playera de tirantes, había adelgazado un poco, y lucia radiante, su rostro más delgado lleno de felicidad, Yamato se quedó petrificado, no supo que hacer a donde esconderse, ¿Y si se aventaba a la piscina y moría ahogado? Era la mejor opción para todos, pero no, arruinaría la fiesta y dejaría a su pobre hija ahora sí sola. Pensó en irse de la fiesta, pero la única salida que había Mimi estaba ahí.
Los nervios, lo estaban matando, que podía hacer, estuvo a punto de aplastar su soda con la mano cuando sintió en su hombro la mano de alguien.
—Tranquilo, no pasara nada—Volteó a verlo y se encontraba Joe mostrándole una amplia sonrisa—De seguro olvido las cosas.
—Me siento como un adolescente, el corazón me palpita, doctor, creo que me dará un infarto—Dijo Yamato demasiado acelerado.
—Es normal, han pasado años desde que se vieron, pero todo pasara pronto—Dijo Joe dándole ánimos.
Taichi se acercó a ellos, viendo claramente como Yamato empapaba su playera en sudor
—No debiste traer ropa de color—Dijo Taichi.
—¿Por qué demonios no me dijiste que vendría?—Yamato lo jalo de la playera en un estado entre enojado y nervioso.
—No sabía que vendría, te lo prometo, pero creo que Daisuke y Yolei si sabían.
—Iori me debió comentar, no debí venir—Dijo Yamato soltándolo.
—Y como no debiste de venir, esta es tu oportunidad Romeo para aclarar las cosas—Dijo Taichi dándole ánimos.
—Tai, es una mujer casada, entiendes Ca-Sa-Da, no puedo entrometerme en su matrimonio—Yamato bajo la mirada.
—No la veo con su esposo—Dijo Tai un poco escéptico.
—Tai, aunque su esposo no haya venido ella sigue siendo mujer de otra persona, qué tal si Sora va a uno de sus eventos y su exnovio de la preparatoria la ve, a ti no te agradaría escuchar que se encontró con su exnovio de prepa—Joe dijo haciéndolo entrar en razón.
—Joe tiene razón, perdí mi única oportunidad con Mimi, y ahora no hay vuelta de hoja—Yamato se encontraba en una resignación total, que fue a sentarse a una mesa, donde se encontraba Koushiro, los demás fueron con ellos.
—Yamato animo es una fiesta, no te guarda rencor, ni nada anímate aunque sea a saludarla, por los viejos tiempos, antes de salir eran amigos ¿No? —Taichi hacia lo que podía para que su amigo no estuviera en esas condiciones.
—¿Qué ocurre? —Koushiro se atrevió a preguntar.
—Mimi está de vuelta, Yamato se siente nervioso, y triste porque Mimi está casada—Joe dijo mientras se acomodaba sus lentes.
—Estaba—Dijo Koushiro a lo que los demás voltearon a verlo.
—¿Divorciada?, pero si Mimi es una chica que está enamorada del amor—Taichi pregunto algo incrédulo.
—No lo sé, solo sé que su esposo ya no está con ella.
—Vez, tienes una bendita oportunidad—Dijo Tai.
—¿Y el pequeño?, seguramente su padre no querrá que otro hombre se acerque a su hijo—Yamato hablo por primera vez.
—¿Que tanto hacen?, Mimi está aquí no han ido con ella—Sora dijo reprochándolos un poco.
—Cariño la acaparaste, tu Yolei la a acapararon—Tai se levantó de la mesa y fue con Mimi, los demás exceptuando a Yamato fueron con la castaña.
—¿Ocurre algo?—Sora se limitó a decir mientras se sentaba con Yamato y a Kenta lo subió a la mesa mientras le cambiaba la playera.
—Sí, nadie me dijo que Mimi vendría—Dijo Yamato algo cabizbajo.
—Nadie más que Yolei y Daisuke sabían, Yamato, han pasado años, porque no vas y hablas con ella y aclaras tu mente, tal vez puedas hacer algo.
—Mama, gua—Dijo el pequeño Kenta interrumpiéndolos.
—Ya vamos hijito, porque no vamos por tu primito Sei a ver si quiere jugar—Dijo Sora con micho amor.
—¿Quién es Sei?—Yamato se atrevió a decir, estaba sorprendido al volver a escuchar ese nombre, algo dentro de él se quebró y no sabía por que.
—El hijo de Mimi, tiene la misma edad que Kenta—Dijo Sora con una sonrisa—Tal vez si Sei viene a jugar con nosotros, tú puedas hablar con ella, ¿No lo crees? —Sora siempre los había apoyado desde el primer minuto, y después de años aun lo seguía haciendo.
—No te prometo nada—Dijo Yamato un poco más relajado.
Sora regreso con Mimi, la castaña estaba se veía tan feliz entre todos sus amigos, luego Mimi le pregunto a Sora donde podía cambiar a su hijo a lo que Sora la condujo hasta un vestuario donde Mimi comenzó a cambiar a Sei.
—Ya eres un niño grande—Dijo Sora refiriéndose a Sei.
—Pero lo malo es que, de mi saco la estatura, su padre es muy alto, un típico chico americano, yo una típica chica japonesa bajita—Dijo Mimi riendo un poco—Yamato piensa que sigo molesta con el ¿Cierto? —Mimi dijo en seco—No soy tonta, si lo vi y vi como comenzaba a ponerse nervioso.
—Sí, un poco, el cree que aún no lo perdonas—Dijo Sora bajando la mirada, Mimi no la veía le daba la espalda, mientras cambiaba a su hijo.
—Lo perdone...es solo que...llevamos tanto tiempo sin hablar que no sé cómo iniciar una conversación con él, ya no es el mismo de antes...
—Sigue siendo el mismo que hace 16 años, Mimi dejen de vivir en el pasado, hablen, arreglando, y aunque ya estés casada no importa porque son amigos, ya no busque una relación busquen perdonarse—Sora decía un poco preocupada.
—Mama, agua—Dijo Sei un poco impaciente.
—Ya voy, casi terminamos, y recuerda si quieres ir al baño, solo dime si—Dijo Mimi con una voz tan tierna—Es que está aprendiendo.
—¿Tan pequeño?
—Sí, tiene que aprender, porque lo llevare a una guardería pronto así que tiene que aprender—Mimi dijo volteando a ver a su amiga—Sora...ella... ¿Está aquí?—La voz de Mimi casi se quebró.
—Solo...Yamato—Dijo Sora un poco seria.
Yamato lamentaba su suerte en una bolsa de frituras, mientras veía como todos se divertían y convivían, al principio pensó que era una buena idea ir pero ahora se le hacía hasta complicado respirar.
—Por qué no vienes con nosotros a la piscina—Dijo Takeru viendo que su hermano se ahogaba en una bolsa de frituras.
—No tengo ganas, ni siquiera de estar aquí—Dijo Yamato estando un poco decepcionado.
—Hermano, sé que estás pasando, sé que es porque Mimi llego pero, anímate es una fiesta, no te pongas así.
—Sera mejor irme, podrías llevar a Natsuo a casa, dile que me sentí...
—Hola—La voz de la castaña los interrumpió, el corazón de Yamato se aceleró a mil, sentía que su pecho le explotaría.
—Mimi, que bueno que viniste—Dijo Takeru dándole una patada por debajo de la mesa a su hermano, Yamato entendió y saludo casi en un hilo de voz
—Tenía tanto tiempo de que no los veía, Tk felicidades, por doble, ya me dijo Kari—Mimi sonrió y se sentó a un lado de Yamato.
—Gracias, los dos serán niños—Dijo Tk muy emocionado.
—Y felicidades Yamato por el premio que recibiste el mes pasado, fuiste noticia en internet—Dijo Mimi, Yamato no respondió y Tk lo volvió a patear bajo la mesa.
—Gracias, no sabía que te habías enterado—Dijo Yamato haciendo que la castaña se sonrojara un poco.
—Bueno es internet, ahí todo lo que es tendencia te aparece primero.
—¿Y qué tal tu vida?, tu hijo ya está muy grande—Dijo Yamato iniciando una conversación, lo más cuidadoso posible.
—Bien, estos dos años han sido un poco difíciles para mí por lo del bebé, pero algo tenía que hacer ¿No? —Yamato no le respondió.
—También eres chef, ¿Cierto? —Tk le dijo para que la conversación muriera.
—Sí, me gradué de chef profesional hace tiempo, y abrí un restaurante pequeño, pero pues al nacer Sei tuve que dejar la cocina, así que me dedico a pocas cosas hoy en día.
—Oye papá donde dejaste mi celular—Natsuo llego interrumpiendo, pero al ver a Mimi ahí se paralizo.
Yamato la vio con cara de asombro, había olvidado casi por completo que su hija estaba ahí, volteo de reojo a ver a Mimi, que también estaba muy asombrada, la veía fijamente, Natsuo no dijo nada, y ese par de segundos se le hicieron eternos, Tk tomo el teléfono de la mesa y se levantó rápido hacia su sobrina.
—Yo lo tengo, oye quería que me explicaras algo, mi teléfono está un poco lento ¿Que le pasara?—Dijo Tk mintiéndole a su sobrina mientras se alejaba de ellos.
Ninguno de los dos dijo nada, Yamato bajo la mirada a la bolsa de frituras, y Mimi no dijo nada por unos minutos. El pecho de Mimi le oprimía y le dolía, quiso llorar, pero no podía, no sabía que decir en esos momentos tan difíciles para ella.
—Se llama Natsuo—Dijo Yamato rompiendo el silencio.
—Casi como tu madre—La Voz de Mimi se quebró, Yamato supo porque—Discúlpame—Dijo Mimi levantándose, mientras veía que se dirigía al baño.
Yamato salió apresuradamente, fue al estacionamiento y saco su caja de cigarrillos.
—¿Y ahora que paso?—Dijo Tai saliendo detrás de el.
—Olvide a Natsuo, se sorprendió al verla, se fue corriendo al baño a llorar, eso hacía, lloraba a escondidas al baño cuando iba a acompañarme a las grabaciones de los primeros videos, Tai lo arruine, lo volví a arruinar.
—Tranquilo, no arruinaste nada, no sabía que existía y si sabía le sorprendió al verla tan grande.
—Al verla así de grande, y poniéndole el nombre que...que juntos habíamos escogido...
Taichi, vio como si amigo le daba un golpe al carro, y como después comenzaba a fumar, el castaño había olvidado casi por completo ese incidente que habían tenido hacía ya tiempo, y recordó, uno de los motivos de los cuales ellos dos habían terminado.
¿Ya adivinaron quien es la mamá de Natsuo? ¿Sera Mimi? ¿Por que Mimi dejo a su hija? Estaré leyendo sus teorías
