IMPEGNO
Meses después del incidente en el que se había creído que Harry estaba muerto, Harry decidió que tenía que proponerle a Hermione lo más pronto posible. Había preparado una cena romántica en su apartamento. Había agregado velas flotantes y un poco de música suave.
Esto era sin duda una de las únicas cosas buenas que había logrado aprender con los Dursley. Sabía cocinar y lo hacía bastante bien.
Al terminar de cenar, ambos lavaron los trastes mágicamente y se quedaron platicando, apoyados de espaldas en la barra de la cocina, compartiendo algunos recuerdos y risas, aún rodeados por el romántico ambiente.
— Oye, ¿Te imaginas cuando estemos casados y andemos corriendo detrás de los niños por toda la casa? — preguntó Harry, tentativamente divertido.
Al escuchar esto, Hermione volteó inmediatamente su rostro y lo miró con expresión anhelante.
Harry se quedó mirándola y esperando su respuesta, mientras miraba su expresión anhelante en sus ojos, junto con un brillo dentro de ellos, lo cual lo ánimo a hacerle la pregunta directamente.
— ¿Te casarías conmigo, Hermione? — preguntó Harry, observando cómo ella pasaba de abrir su boca con sorpresa, a una enorme sonrisa que dio paso a un par de lágrimas de felicidad.
— ¡Si, Harry! ¡Si! ¡Me casaré contigo! — dijo ella radiante, colocó su mano detrás de su cabeza y lo atrajo hacia ella lentamente, capturando sus labios en un tierno, lento y suave beso.
Al separarse, Harry metió la mano en su bolsillo y sacó la cajita con el anillo, lo tomó y lo deslizó en el dedo de Hermione, y ella inmediatamente se abalanzó sobre él, en un largo abrazo que él correspondió y volvieron a besarse. Despegaron un poco sus labios y ambos sonrieron en medio de sus besos, sin embargo, Hermione notó que Harry había estado algo nervioso.
— ¿Estabas nervioso? — preguntó ella, tomando con su mano la barbilla del ojiverde para levantar su rostro y que la mirara a los ojos.
— Es aterrador lo que ocurre cuando estas nervioso por esto y piensas en que puedes recibir un no por respuesta — respondió Harry, un poco sonrojado.
Hermione sonrió con ternura y acarició su mejilla.
— Podría haber tenido muchos pretendientes y que cada uno de ellos me pidiera matrimonio, pero no hay posibilidad en el mundo de que recibieran un si de mi parte. El único hombre que tendría el sí asegurado, serías tú Harry Potter. Nunca vuelvas a pensar lo contrario — Hermione aseguró, con una sonrisa en su rostro.
Harry miró a su ahora prometida con sus ojos llorosos y al instante sintió las lágrimas corriendo por sus mejillas, y los delicados dedos de Hermione limpiándolas con suavidad. La atrajo a un abrazo y la besó.
— Hermione, te prometo que compensaré todas las veces que te hice sufrir y te haré olvidar todos lo malos recuerdos que tuviste con Ethan. Quiero hacer esto bien contigo, por que eres tú y por que te mereces eso y mucho más, te mereces el universo entero — Le dijo Harry, al separarse y acariciando su mejilla y deleitándose con la sonrisa que tenía su prometida.
— Te conseguiré una llave a mi bóveda en Gringotts — continuó él, haciendo que Hermione se quedara boquiabierta y confundida.
— Harry, agradezco esto, sin embargo, quiero que recuerdes que me voy a casar contigo, no con el salvador del mundo mágico — Aclaró Hermione, acariciando su mejilla y depositando un suave beso en sus labios.
— Ya ves ¿Por qué te mereces el universo? Que alguien me ame por ser solo Harry, es todo lo que siempre he deseado — declaró él, con sus ojos fijos en los de ella — eres la única que puede ver debajo de la máscara de la fama del elegido y el niño que vivió. Eres el mundo entero para mí, tú eres mi mundo, Mione.
— Que te puedo decir, estoy enamorada del chico impulsivo y testarudo, que por defenderme de mi estúpido ex novio, se dio cuenta de que lo amaba, lo amo y lo amaré por la eternidad, con todo mi corazón. Ese Harry que aún al haberse dado cuenta de mis sentimientos por él y sin haber descubierto lo que él sentía, no se apartó de mi lado y siguió siendo mi mejor amigo, que aún sabiendo que yo daría mi vida por él, se va a oponer a eso, aunque le cueste su vida a él, cosa que tampoco voy a permitir. Ese chico que a sus once años peleó con un troll de montaña para salvarme la vida. Ese es el Harry al que amo y amaré por siempre.
Harry estaba viendo a la Hermione boquiabierto nuevamente y sin saber como responder, sintió correr las lágrimas por sus mejillas, que Hermione se apresuró de nuevo a limpiar y lo rodeó con sus brazos.
— Voy a demostrarte todos los días de mi vida y de todas las maneras posibles, el amor que tanto te mereces, Harry — le dijo ella, ahora acariciando su mejilla y viéndolo a los ojos que seguían empañados en lágrimas.
— Gracias, Mione — contestó él, envolviéndola entre sus brazos.
— Sabes, creo que también yo me porté un poco mal con Ethan — dijo de pronto Hermione, cambiando de tema. Harry hizo una mueca, incrédulo y confundido.
— ¿Cómo, Hermione? — preguntó un confundido Harry, levantando una ceja con incredulidad.
— Lo utilicé. Pensé que si salía con él tú podrías reaccionar. Quería darte celos, pero lo único que lograba era que te molestaras cuando Ethan se portaba como imbécil y no por que estaba saliendo conmigo. Él se dio cuenta de esto y por eso sé que reveló mis sentimientos con el objetivo de lastimarme, pero si él no lo hubiera hecho, ¿estaríamos ahora en esto? —Hermione preguntó, levantando su mano izquierda con un anillo de compromiso en ella.
Harry estaba sonrojado, ella había intentado hacerlo reaccionar y él nunca lo vio venir. Se sentía como idiota.
— Luego de que terminó conmigo y me fui a Alemania, había perdido mis esperanzas, pues tú no mostrabas indicios de querer algo más que amistad conmigo. Recuerda nuestras cartas en las que estuvimos escribiéndonos como dos mejores amigos normales, habías dejado ''el mal entendido atrás", me había dado por vencida — confesó Hermione, sus ojos algo tristes y brillosos por las lágrimas.
— Supongo que hay que darle ese mérito — dijo el azabache con fastidio — aunque creo que aún sin él, en algún momento tenía que darme cuenta. Creo que aún sin que él lo dijera, tú me habrías besado cuando fuiste preocupada a mi oficina, ¿o no? Así que tú tienes la mayor parte del mérito. Me hubieses besado, aunque yo no supiera de tus sentimientos y me habría dado cuenta — Contestó el ojiverde, tratando de quitarle mérito a Ethan.
— Fue un impulso y sabía que estabas enterado de mis sentimientos por ti. Pero creo que si, en algún momento te habría besado, necesitaba hacerlo, aunque tenía miedo de perder tu amistad no me podía quedar con la duda — aclaró ella, bastante sonrojada.
— El idiota de tu mejor amigo por fin se dio cuenta y ahora no va a dejarte ir nunca — le dijo Harry, mirándola a los ojos y cruzando sus brazos.
— No quiero que lo hagas, jamás — contestó Hermione, con el rostro lleno de anhelo, mientras Harry al escuchar esto, dejó escapar en un suspiro una sonrisa y la envolvió entre sus brazos de manera protectora, plantando un pequeño beso en su cabeza.
— Ahora eres mi prometida, mi futura esposa — agregó él con una sonrisa tonta y con orgullo.
Continuaron abrazados por un par de minutos sin querer soltarse. Hermione con su cabeza apoyada en el pecho de Harry y sus brazos enlazados alrededor de su cintura, mientras él la abrazaba protectoramente y con su barbilla apoyada en su cabeza.
— Por cierto, olvidaba algo — Harry retrocedió desenvolviendo sus brazos, y llevó su mano al bolsillo de su pantalón — tengo algo más para ti — dijo el con una sonrisa de lado y sacando la snitch de su pantalón, haciendo a Hermione soltar un jadeo de sopresa.
Hermione cubrió su boca y las lágrimas comenzaron a fluir. Harry le estaba dando la snitch que atrapó en su primer partido de quidditch.
Harry tomó la snitch y sacó su varita del bolsillo, para darle un pequeño toque a la pequeña pelotita dorada, que quedó reducida, siendo transfigurada así en un colgante de oro con la pequeña snitch como dige.
— ¡Harry! ¡Es hermoso! — exclamó Hermione entre lágrimas, Harry tomó sus manos y la giró poniéndola de espaldas.
Hermione llevó sus manos a su cabello y lo levantó. Harry pasó sus brazos hacia adelante, para ponerle el collar en su cuello. Hermione se dio la vuelta con una sonrisa en su rostro.
— Gracias, Harry — dijo ella, mientras llevaba su mano a la pequeña snitch que ahora colgaba de su cuello.
— Eres mi mejor atrapada — aseguró Harry, tomó su rostro entre sus manos y plantó un dulce beso en sus labios.
Flashback
No tenía idea alguna de cómo iba a hacer algo tan importante como esto, pero Harry había decidido que tenía que hacerlo antes de dar el siguiente paso, pues era algo de suma importancia y tenía que hacerlo bien.
Entonces, Harry se decidió y apareció en la casa de sus suegros. Se llenó de valor, y tocó la puerta. Fue Helén Granger, quien abrió un poco sorprendida, pero feliz de ver a Harry, lo hizo pasar a la casa.
— ¡Richard! ¡Harry está aquí! ¡baja, por favor! — exclamó la Sra. Granger — que sorpresa Harry, ¿A que debemos el honor de tu visita? — Preguntó ella, mientras el Sr. Granger se unía a ellos, terminando de bajar las escaleras y tendiendo su mano a Harry, para saludarlo amablemente.
— ¡Harry! Que alegre alegría nos da verte. Pasa, siéntate — lo invitó Richard, haciéndole una seña a Harry, para que pasara con ellos a la sala.
— Igualmente, Sr. Y Sra Granger. He venido por que quiero pedirles algo — dijo el ojiverde, un poco nervioso.
Los Granger se dedicaron una mirada frunciendo el ceño, un poco confundidos por la actitud de el novio de su hija.
— Dinos, Harry. ¿En qué podemos ayudarte? — Preguntó Richard, cuando ambos se sentaban en los sofás, uno frente al otro, con la Sra. Granger a la par de su marido.
— Señores Granger, he pensando demasiado en esto y he querido hacerlo de la manera correcta, por eso vine aquí, a hablarlo con ustedes antes de tomar cualquier decisión... — Harry dijo, sus manos estaban sudorosas.
— He venido a pedirles la mano de Hermione en matrimonio. Quiero proponerme, pero antes quisiera su bendición. Amo a Hermione más que a la vida misma y quiero hacer bien las cosas con ella — confesó Harry, sonrojándose un poco y moviendo sus manos entrelazadas un poco nervioso.
Los Granger se miraron nuevamente, un poco serios al principio, lo que hizo que Harry tragara saliva y se pusiera aún más nervioso, esperando por su respuesta, hasta que se volvieron hacia él con una sonrisa cómplice en sus rostros y observó a sus suegros responder muy emocionados.
— ¡Sí! ¡Por supuesto que si! — exclamó la Sra. Granger con una sonrisa radiante en su rostro y esta respuesta fue respaldada por su esposo.
— Entonces ¿Quieres casarte con nuestra Hermione? — preguntó Richard, aún sin poder creer que Harry les estuviera pidiendo la mano de su hija.
— Si, quiero casarme con Hermione y me haría tan feliz si ustedes lo aprueban — aseguró Harry, bastante emocionado.
— Tienes muestra bendición muchacho, pero es ella quien tendrá la última palabra — aclaró el Sr. Granger, y Harry sonrió.
— ¡Gracias! Sr. y Sra. Granger, significa mucho para mí — decía Harry, emocionado y al borde de las lágrimas.
— Por supuesto muchacho. Sabemos que Hermione te ama. Nosotros también te amamos, sabemos que eres el adecuado para ella — continuó Richard, respaldado por su esposa.
Harry llevó sus manos a la cara, sin poder creer que tenía ahora la bendición de sus suegros, para proponerle matrimonio a Hermione. No podía creerlo.
— Quería también mostrarles esto y saber ¿Qué opinan? — prosiguió Harry, poniéndose de pie y sacando de su bolsillo del pantalón la caja con el anillo — es el anillo de compromiso de mi madre — expuso Harry, con un revoltijo de emociones.
Los señores Granger estaban asombrados por la belleza del anillo de la madre de Harry, sabiendo que si le daba esta sortija a Hermione, significaba que la amaba más que nada en el mundo.
Fue la señora Granger, quien emitió un chillido de emoción, después de haberse quedado boquiabierta junto a su esposo.
— ¡Harry! ¡Es perfecto! — exclamó maravillada Helén Granger — ¡Y obvio ella dirá que si! — continuó la mujer con emoción.
— Ron pensó lo mismo cuando me acompañó a mi bóveda a sacar el anillo — comentó el azabache sonriente.
— ¡Estoy tan emocionada! ¡No puedo creer esto! — continuaba gritando de emoción la Sra. Granger — quiero decir, Hermione ha estado enamorada de ti por tanto tiempo Harry, y aunque les tomó bastante reunirse, sabía que algún día se casaría contigo, que serías tú y nadie más, por que conozco a mi pequeña y se que nadie podría compararse contigo a sus ojos — aseguró Helén con un suspiro.
Luego de las declaraciones de su suegra, Harry sentía que su rostro estaba bastante rojo y con una sonrisa que no se borraría en mucho tiempo.
— Gracias por amar tanto a nuestra hija — dijo el Sr. Granger, poniéndose de pie con su esposa, para abrazar a Harry.
— Ella me enseñó a amar y cuando me di cuenta de que me amaba más allá de la amistad, solo seguí su ejemplo y se lo devolví. Cuando me di cuenta, estaba perdidamente enamorado de ella — Harry explicó, sonrojándose un poco y dejando a sus suegros bastante enternecidos con sus palabras.
Momento después se despidieron y Harry, muy emocionado y agradecido, salió hacia su apartamento.
Fin del flashback
Al día siguiente, Harry Potter se apareció en la entrada al ministerio y fue una sorpresa la que se llevó al ver la entrada obstaculizada por un montón de lo que parecían ser reporteros, los cuales al escuchar el estallido de aparición se dieron la vuelta para darse cuenta que el elegido había llegado.
Harry caminó encontrándose ahora molesto, sabiendo que tendría que atravesar a todos esos reporteros que aún no tenía idea de por que estaban ahí. Caminó sin prestar atención a todos los que se aglomeraban a su alrededor, sin responder a ninguna de las preguntas que le hacían, cuando un destello de flash lo cegó y alguna de las reporteras que estaba cerca hizo la pregunta que le reveló a Harry la razón de este relajo.
— ''¿Cómo le propuso matrimonio a Hermione Granger?'' — preguntó la mujer, haciendo que Harry se molestara aún más, recibiendo otro flashazo cerca de su rostro.
''¿Como se habían enterado? No lo habían hecho público y tampoco habían estado en algún lugar donde alguien pudiera haberlos visto''.
— Eso no es de su incumbencia. No voy a dar declaraciones — declaró Harry, su mandíbula tensa y sus puños apretados, abriéndose paso rápidamente ante el mar de reporteros.
No había ni comenzado su jornada laboral y ya caminaba furioso hacia su despacho. Giró el pomo de su puerta y al entrar azotó la puerta furioso y caminó de mal humor hacia su escritorio, para encontrar una copia del diario el profeta doblada sobre su mesa de trabajo.
CRONICAS DE UNA ARRIBISTA ANUNCIADA
HERMIONE GRANGER LOGRA ATRAPAR A HARRY POTTER
Como les he venido diciendo desde el año del torneo de los tres magos, esto no es nada por lo que sorprenderse, al contrario, era de esperarse, aunque ambos siempre juraron ser los mejores amigos, era obvio que había algo más entre estos dos. Sabemos que Granger asistió al baile de navidad con Viktor Krum como parte de su juego para poner celoso a Harry Potter, sin pensar un solo segundo en que estaba jugando con los sentimientos de estos dos apuestos magos.
Resulta que esta "inteligente" bruja nacida de muggles, logró atrapar en sus redes al poderoso y guapísimo Harry Potter, el famoso mago que derrotó al señor tenebroso y el hombre por el que todas las brujas suspiran.
Algunas de las preguntas que surgen de las brujas que se nos acercan, giran en torno a ¿Cómo es posible que Potter haya caíado tan bajo después de tener un romance con dos hermosas brujas como Cho Chang y Ginny Weasley? Ademas de que también escuchamos que Granger tiene a sus pies a Viktor Krum, quien ha estado enamorado de ella desde el torneo de los tres magos.
También se habla de que el nuevo y apuesto auror alemán, Bertram Wolfgang ha caíado a los pies de esta arribista bruja hija de muggles. Es un poco extraño que estos tres hombres bastante apuestos, tengan intenciones romanticas con esta mujer, por lo que se rumora que la señorita Granger ha estado usando pociones de amor con este trío de magos, sin embargo, es obvio que la mujer tiene más interés por el apuesto mago salvador del mundo mágico, quien a su vez es el mago más elegible.
Así que ¿Por qué conformarse con una famosa estrella de quidditich o un simple auror de descendencia alemana? Teniendo completamente a sus pies al elegido y vencedor, gracias a su poderosa poción de amor.
Seguiremos informando
Rita Skeeter.
Hermione estaba a punto de salir de su apartamento, cuando el búho del profeta llegó, sin embargo, la castaña tenía una poco de prisa, por lo que solo tomó el diario de la pata de la lechuza y depositó su galeón en el pequeño bolso colgado al cuello del animal. Teniendo asuntos más importantes que atender, Hermione dejó el periódico en el mismo rollo que lo recibió y se dirigió hacia su puerta, pero se detuvo al ver tomar forma al ciervo plateado de Harry frente a ella.
— Mione... Necesitas entrar por la red flú del ministerio. Acabo de ser acosado por una marea de reporteros — te explico cuando estés acá, avisame, ¿sí? — la voz de Harry se había escuchado algo tensa, lo cual asustó a Hermione y con más prisa se acercó a la chimenea de su apartamento para viajar por flú.
Tomó un poco de polvo, se metió en la chimenea y dio la orden hacia el ministerio.
Llegó al atrio del lugar y caminó apresuradamente, dándose cuenta del mar de periodistas por fuera del edificio, pero también algunas personas que caminaban dentro por los pasillos, le dedicaban miradas extrañas.
Caminó hacia el ascensor, subió hacia su piso y marchó sin ver atrás, hacia su oficina. Al llegar giró el pomo de su puerta, saludó a su secretaria y se metió en su despacho con un portazo. Rápidamente se acercó a la chimenea en el pequeño cuarto y llamó a Harry por flú, para avisarle que estaba en su oficina.
— Dame unos minutos, estaré contigo en un momento — dijo Harry, su tono apresurado.
Harry llegó furioso a la oficina de Hermione con el profeta en las manos y se lo tendió a Hermione en el escritorio, para que pudiera leerlo. Ella se quedó con la boca abierta.
— ¿Cómo se enteró? — preguntó Hermione, sorprendida e indignada.
— No tengo idea — contestó el ojiverde — ¡le advertí sobre esto! — exclamó Harry furioso y dispuesto a salir de la oficina de su prometida e ir tras la reportera.
— De esto me encargo yo, Harry — aseguró Hermione tomando a Harry del brazo para detenerlo.
— Pero… — Harry protestó, pues sentía la necesidad de defender y proteger a Hermione, sin embargo, sabía que esta vez ella podía y estaba lista para defenderse de Skeeter.
— Déjala en mis manos — dijo Hermione con una sonrisa de suficiencia en su rostro.
Más tarde ese mismo día, Hermione caminaba por los pasillos del ministerio, en dirección al baño y mientras marchaba en esta dirección, escuchó a la gente murmurar y dedicarle miradas. Llegó al baño y estando en el cubículo escuchó a dos mujeres murmurar. Estaban seguramente retocándose frente al espejo, pero las palabras eran acerca de ella. Al escuchar, Hermione no pudo evitar sentirse mal y derramar un par de lágrimas, sintiendo que sus inseguridades volvían a presentarse.
''¿Qué le ve Potter a a Granger?'' escuchó decir mientras seguía encerrada en el cubículo del baño. ''¿Haz visto su cabello?'' ''Además no es tan bonita y tampoco se arregla, es tan poco femenina'' ''Potter está guapísimo para una mujer como ella''.
''Seguramente es cierto lo que dice Skeeter y ha estado dándole pociones de amor'' contestó la otra mujer.
Hermione escuchó a las mujeres salir del baño e inmediatamente lanzó un hechizo silenciador y le puso llave a la puerta, para finalmente romper a llorar.
Cuando logró recomponerse y estar presentable nuevamente, salió del baño y caminó rápidamente hacia su oficina para encerrarse. Sin embargo, no contaba con que Harry estuviera ahí dentro esperándola. Se disponía a saludarla, cuando se dio cuenta que parecía haber estado llorando.
— Hermione … — habló Harry y con su ceño fruncido, tomó suavemente con sus manos el rostro de la castaña.
Harry se disponía a enterarse por que Hermione lloraba, pero escucharon un golpe en la puerta y la castaña dejó entrar a su secretaria con un puñado de cartas en la mano, las cuales extrañaron a Hermione. Las tomó pensando que era importantes.
Al abrir la primera carta, el rostro de Hermione se sorprendió, haciendo una mueca de asombro.
— Oh, ¡Por favor! ¡Lo que faltaba! — Exclamó, pasándole la carta abierta a Harry, quien primeramente estaba confundido, hasta que leyó lo que decía el pergamino.
''HARRY POTTER MERECE ALGO MEJOR'' ''DEJA DE DARLE AMORTENTIA''
Mientras Harry tenía esto en la mano y empezaba a enojarse, una carta que apenas fue tocada por la mano de Hermione, que seguía revisando la correspondencia, se levantó en el aire captando la mirada de los dos.
Pronto la carta se rasgó mostrando la forma de una boca algo macabra, de la cual se escuchó:
— ¡SANGRE SUCIA INMUNDA! ¡¿CÓMO TE ATREVES A PONER TUS ASQUEROSAS MANOS SOBRE EL GRAN HARRY POTTER?! ¡NO LO MERECES, ERES LA FEALDAD ENCARNADA, ERES LA BASURA QUE NADIE QUIERE! ¡TU SIMPLEMENTE NO ERES NADA! ¡SI POTTER ESTA A TU LADO SEGURO ES POR LASTIMA! ¡DEBES CAER EN LA REALIDAD, TU NO VALES NI EL PISO POR EL QUE PASA HARRY SUS PIES! ¡HAZ UN FAVOR AL MUNDO Y DESAPARECE" —
Los ojos de Hermione abiertos de par en par mostraban asombro, que fue cambiando a una mirada triste y desolada, las palabras se clavaron en su corazón como puñales finamente creados para lastimarla.
Harry estaba incrédulo al escuchar palabras tan feas e hirientes, sintió su sangre hervir de enojo, sacó su varita, apuntando al vociferador y lo destruyó en miles de pedacitos, y lo quemó. Juró encontrar a la persona que envió aquello para darle una reprimenda.
Hermione sollozó nuevamente, cuando involuntariamente abrió otra carta y soltó una exclamación de dolor.
— ¡Ay! — gritó la castaña con lágrimas en sus ojos y viendo sus manos quemarse, pues había abierto un sobre con un líquido que parecía oler a gasolina y había caído en sus manos, provocando quemaduras y ampollas. La sustancia cayó y reveló otro mensaje.
''POTTER PUEDE CONSEGUIR ALGO MEJOR'' '' MERECES SER HERVIDA'' ''REGRESA A DONDE PERTENECES, SANGRE SUCIA''.
En ese momento Hermione se sintió como que había regresado al cuarto año, cuando recibió cartas de odio por el artículo que Skeeter había escrito después de la primera prueba, en la que Harry se enfrentó al dragón.
Inmediatamente al oír la exclamación de dolor y ver las lágrimas de Hermione deslizarse por sus mejillas, Harry reaccionó quitándole la carta de sus manos y tomándola rápidamente de los brazos para llevarla con el sanador del ministerio.
Estando en la enfermería, mientras el sanador le aplicaba pociones y vendaba las manos de Hermione, ella aún se encontraba llorando por el ardor en sus manos y por el odio que le dirigían por ser la prometida de Harry Potter.
— Sabíamos que esto iba a pasar en algún momento. Cartas de odio, la gente murmurando y… — Hermione dijo, cuando fue interrumpida por Harry.
— ¿No han sido solo las cartas? — preguntó un atónito Harry, recibiendo una negación de Hermione, quien bajó su rostro con pena.
— Hermione … — dijo Harry presionando un poco, para que hablara de lo que había pasado.
— La gente murmura en los pasillos, Harry. Las chicas en los baños y se que puedo soportar algunos comentarios, pero no todos. — expresó Hermione, su voz quebrándose.
— ¿Qué han dicho? — preguntó Harry apretando sus dientes y viendo a Hermione dudar nuevamente antes de confesar todo lo que escuchó.
— Cosas como ''¿Qué le ve Potter a Granger? ¿Cómo puede ser posible que un mago tan guapo y de su calibre le propusiera matrimonio?'' Hablan sobre mi apariencia, mi cabello, aunque ya no es tan tupido como antes, sigue siendo un desastre, dicen que no soy femenina, etc … — Hermione le hizo saber a Harry, quien ahora si estaba furioso y tenía sus dedos presionando sobre el arco de su nariz, donde reposaban sus lentes.
Hermione estaba llorando nuevamente. Harry se acercó a ella y la abrazó protectoramente. Pasó un par de minutos abrazándola y al separarse tomó el rostro de Hermione y la besó en los labios.
— No voy a permitir que esto siga pasando — dijo el ojiverde mirando Hermione.
Harry le pidió al sanador que le hiciera una prueba para demostrar que no había sido sometido por una poción de amor y que le redactara una nota para poder exponerla por todo el ministerio y hacerla pública, dejando claro que estaba completamente enamorado de Hermione Granger.
Después de haber visto la nota del sanador, confirmando que no había tomado amortentia, los otros dos magos en cuestión, se acercaron al sanador para hacer lo mismo, dejando a Hermione impresionada y bastante avergonzada por toda la situación.
Luego de este incidente, Hermione junto a Harry, fueron a la oficina del ministro para ponerle al tanto de lo que había ocurrido luego del artículo del profeta, escrito por Skeeter.
Harry y Hermione se habían mostrado confundidos cuando le hicieron saber a Kingsley de que se habían comprometido en privado y luego fueron a cenar a un restaurante muggle. Según ellos no había manera de que la irritable periodista ex Slytherin supiera acerca de esto.
— Deberían saber que Rita, por muy extraño que parezca, tiene un infomante en el mundo muggle — expuso Kingsley — y ahora que mencionan que fueron a este restaurante, debería hacerles saber que su informante es hermano del dueño de ahí.
Harry y Hermione compartieron una mirada entendiendo ahora todo. Hermione se disponía a decir algo, cuando el ministro se le adelantó.
— Cabe destacar que el dueño del restaurante es un squib, su hermano es un mago, pero en algunas ocasiones tiende a ir al restaurante a comer o a ayudarle con la clientela y pudieron haber sido vistos por él y no dejó pasar el anillo que ahora resalta en tu dedo — aseguró el ministro con un suspiro de cansancio, haciendo a Hermione sonrojarse.
…………………………………
Semanas después de haberse comprometido y que todos sus amigos e incluso todo el mundo mágico estuviera enterado de esto gracias a Rita Skeeter, Hermione había dejado de tomar su poción anticonceptiva, mientras estaba teniendo una vida sexual bastante activa.
La castaña no le había informado a Harry que había dejado la poción, con la intención de darle un sorpresa. Sin embargo, llevaba días o incluso semanas, en las que se estaba haciendo pruebas de embarazo muggles y mágicas, que para su decepción todas habían salido negativas hasta ahora, haciéndole creer a Hermione que no podría tener hijos.
Una noche en la que Harry no había llegado a casa del ministerio, Hermione decidió hacerse otra prueba y no cerró completamente la puerta del baño. Se encontraba arrodillada en el piso de su baño, vestida con un pequeño short y una camisola blanca, sosteniendo otra prueba en sus manos y esperando el resultado.
Estaba tan concentrada en el resultado de la prueba, que no escuchó cuando Harry llegó al apartamento por flú y la encontró en el baño de rodillas. Sin embargo no hizo ningún sonido y se quedó apoyado a un costado de la puerta del baño, con sus manos en los bolsillos, hasta que Hermione se volteó y lo vio parado ahí.
— Hermione, ¿Qué estas haciendo? — preguntó Harry, aún de pie en el marco de la puerta y con su pie izquierdo cruzado sobre el otro.
— Yo… — trató de explicar Hermione, mientras comenzaba a llorar — dejé de tomar la poción después de que me pediste matromonio Harry y he estado haciéndome pruebas de embarazo, pero hasta el momento todas han salido negativas … — confesó Hermione, sus lágrimas corriendo por su rostro.
— Amor, seguro no es nada malo. Me dijiste que dejaste la poción hace poco, talvez todavía no se ha borrado todo su efecto — Harry trató de calmarla — Recuerda que esta actúa por un mes entero, antes de que puedas tomar la siguiente.
— Harry, ¿Y sino puedo tener hijos y darte la familia que tanto quieres?, no tiene caso que te cases conmigo — dijo Hermione en medio de sollozos, ignorando las palabras anteriores de Harry.
— ¿Qué? ¡Escucha lo que dices, Hermione! — exclamó Harry, incrédulo por sus palabras y caminando hacia adentro del baño para agacharse frente a ella.
Tomó con sus manos el rostro de ella, limpiando sus lágrimas con sus dedos y haciendo que lo mirara a los ojos.
— Hermione, escúchame bien. En primer lugar, tú ya eres mi familia, en segundo lugar, hay muchos casos de mujeres a las que les cuesta tener hijos en la primera oportunidad ó simplemente les cuesta, pero eso no significa que no puedan tenerlos. En tercer lugar, en caso de que no puedas concebir, lo cual dudo, ya buscaremos juntos una solución. Y en cuarto y último lugar, no puedo imaginarme formando una familia con otra mujer que no seas tú. Repito, tú eres mi familia — Aclaró Harry, mirando a Hermione con sus penetrantes ojos verdes.
— Estamos juntos en esto. Siempre me lo dijiste — recordó Harry, levantando con su mano la barbilla de Hermione y depositando un suave beso en sus labios.
Luego de este incidente en el baño, Harry bastante preocupado por Hermione, visitó a un sanador para hacerse una prueba de fertilidad, para ver si era él quien tenía un problema, lo cuál resultó ser negativo.
Dos meses después de enterarse que Harry no era infértil, Hermione había ido a San Mungo, para que un sanador la revisara, pues había estado intentando tantas veces quedar embarazada de Harry y ya se estaba preocupando, además de que su última menstruación no había venido.
El sanador acabo con su martirio y le dijo que tenía tres semanas de embarazo, después de revisar sus ciclos menstruales y le había informado que había estado tratando en los días en que tenía bajas probabilidades de quedar embarazada, haciendo sentir a Hermione como una mujer desesperada y un poco avergonzada por esto.
Hermione había regresado a casa muy emocionada por la noticia. Estaba emabarazada de Harry y ciertamente, no podía esperar más tiempo para decirle. Así que decidió hacerse una última prueba muggle y mágica y esperarlo nuevamente en el baño para darle una sorpresa y entregarle la ecografía que le había dado el sanador.
''Tendré un bebé de Harry. Estoy esperando un hijo del hombre que he amado desde mis quince años. Esto es increíblemente perfecto.'' Pensó Hermione, con una sonrisa de felicidad imborrable en su rostro.
Cuando Harry llegó al apartamento en el que ahora vivía con Hermione, la encontró nuevamente en el baño, pero esta vez estaba encorvada y no se le veía el rostro, lo cual preocupó más a Harry, entrando rapidamente en el baño y se agachó junto a ella.
— Mione… — Harry la llamó y llevando su mano al rostro de ella, levantó suavemente su mentón.
Hermione inmediatamente vio la preocupación en sus ojos y le dio una pequeña sonrisa, entregándole la prueba de embarazo muggle y la poción mágica en sus manos.
— Estoy embazarada — dijo Hermione con una sonrisa en sus labios y luego le mostró la ecografía. Lentamente vio como la expresión de Harry cambiaba de preocupación a una sonrisa radiante y como sus ojos se empañaban, dándole paso a sus lágrimas.
Emocionado, Harry tomó nuevamente el rostro su rostro y la besó en los labios.
— Tengo tres semanas — dijo Hermione limpiando las lágrimas de Harry.
— Gracias, Hermione — dijo Harry entre sollozos y envolviéndose ambos en un efusivo abrazo.
A Hermione se le llenó su corazón cuando vio a Harry llorar de felicidad.
''Por fin tendría una familia propia, tendría lo que siempre había querido''.
— Oh, Harry. Estas llorando — susurró Hermione con una sonrisa que le llegaba a las orejas y dejando ella correr sus lágrimas libremente.
Harry volvió a mirarla con sus ojos llenos de lágrimas y alegría, con su mano tocó el vientre aún plano de Hermione y comenzó a hablarle a su bebé, aunque aún no pudiera escucharlo, depositando luego un cálido beso en el vientre al terminar.
Ambos se pusieron de pie y se abrazaron fuertemente, sin atreverse a soltarse y el ojiverde repartió besos en la cabeza de Hermione.
— Te amo, Hermione — dijo el azabache, separándose un poco y tomando su rostro con sus manos.
— Te amo, Harry — dijo Hermione, sus lágrimas corriendo por sus mejillas, pero con una sonrisa enorme.
Al día siguiente al final de la jornada laboral, Harry había pasado buscando a Hermione por su oficina y mientras esperaba afuera, Cho Chang, se había aparecido en el ministerio encontrándose en el pasillo con él.
Ella decidió hablarle para llamar su atención, ya que Harry estaba perdido en sus pensamientos, con su mirada en el piso.
— A ti es a quien quería ver — dijo Cho, mientras Harry levantaba su cabeza al escuchar su voz — Después de leer el profeta y las noticias, tenía que asegurarme por mi misma de que no es cierto que estas saliendo con Hermione Granger e invitarte a salir conmigo, para que hablemos de nosotros y ver si recuperamos lo nuestro — dijo Cho, bastante emocionada.
Harry no pudo evitar pensar en que tonterías estaban pasando por la cabeza de Cho. Jamás reemplazaría la vida que tenía ahora con Hermione, por volver con su ex novia Ravenclaw.
— No estoy interesado, gracias — contestó Harry, justamente cuando Hermione aparecía a su lado y él tomaba su mano entrelazando los dedos y levantándola para besarle la mano y enseñar el anillo.
— Verás, el profeta dijo la verdad, estoy felizmente comprometido — aclaró él, mientras se volvía hacia Hermione, preguntando silenciosamente si le decían que esperaban un hijo, pero luego de ver los ojos miel de Hermione, decidieron que guardarían ese dato por el momento.
Cho sintió su sangre hervir y correr por sus venas al ver el intercambio que habían tenido con solo sus miradas. No era nada nuevo y ella lo sabía, pues en Hogwarts ella había terminado con Harry la primera vez que salieron, estando celosa de Hermione. Aún no entendía como lograban comunicarse así y mucho menos entendía que era lo que él veía en ella.
Se disculparon sarcásticamente, pasaron a su lado y siguieron con su camino, tomados de la mano.
