-donde está mi gata? – le pregunto Liam a la señora Baker

-pues…

-dónde está? – Liam cruzó los brazos

-en casa – la señora Baker apartó la mirada

-y por qué no está conmigo? – suspiro Liam

La señora Baker miro a su esposo, que a su vez miro a Annelie, y ella miro de vuelta a la señora Baker. Liam suspiro y se levantó de su asiento, necesitaba descansar.

-quieres? – le dijo Emma, extendiéndole un vaso

-qué es? – pregunto Liam, mientras Amanda se le acercaba por detrás

-cerveza de mantequilla – respondió, Liam iba a tomar el vaso, pero Amanda le tapo los ojos, y Emma lo tomo de los pies

-déjenme! – Liam se movió, pero Emma y Amanda lo cargaron

-rápido! – le dijo Amanda a Emma

-vamos! – Emma empezó a moverse

Liam se retorció, hasta que recordó que era un animago. Se quedó quieto, y se transformó fácilmente en un hurón. Le mordió la pierna a Emma y después corrió y corrió. Amanda y Emma lo persiguieron por todos lados, pero el chico se escabullía fácilmente. Finalmente, Amanda estaba a punto de atrapar a Liam, pero justo en ese momento, Adelaine paso al lado, y Liam aprovecho para esconderse debajo del vestido de la mujer. Ya que estaba ahí, se preguntó cuando tendría que salir, por qué no planeaba estar toda la noche debajo de ese vestido. Hasta que, después de que Adelaine caminara rápidamente, Liam salió, no sin antes mirar hacia arriba. Adelaine estaba por subir a un carruaje, Adrel había abierto la puerta, y no vio a Liam, pero los que si lo vieron fueron los invitados. La madre de Adelaine pensó que Liam había sido un regalo sorpresa de parte de Adrel, así que metió a Liam al carruaje, levantando su varita, Liam se elevó y termino en el asiento de Adelaine. Cuando se dispuso a salir, Adrel cerró la puerta, por lo que chocó con ella.

-listo, es hora de irnos – dijo Adrel entrando al carruaje

-va a ser una noche espléndida – dijo Adelaine contenta

-fue un buen día – Adrel miro a los invitados – fue excelente

-lo se! – Adelaine se acercó a Adrel

-así que, señora Cook, tú y yo nos la vamos a pasar muy bien – Adrel río un poco y Adelaine sonrió a la par

-NOOOOOOOOOOOOOO! – Liam se transformó en humano, y quedó tirado en el suelo

-LIAM! – dijo Adrel sorprendido

-NO SE VAYAN! – dijo Liam retorciéndose

-QUE HACES AQUÍ?! – dijo Adelaine apartándose

-me metieron aquí – sollozo Liam – me transforme en hurón para escapar de Emma y Amanda, pero alguien me metió a la carroza!

-uy – Adrel miro a Adelaine, que también lo miro – pues… – Adrel abrió la puerta – baja

-gracias – Liam se limpió las lágrimas – tengan buena noche – se transformó de nuevo en hurón, y salió del carruaje

Después de eso, el carruaje por fin se movió, y se elevó por los aires hacia la distancia. Liam corrió hacia la multitud, que estaba aplaudiendo. Ahí se trepó a la túnica de Amanda, quien lo vio curiosa, se agachó y lo tomo. Liam se quedó muy a gusto en los brazos de Amanda, que lo acicalaba mientras miraba a la distancia. La noche había terminado, y todos regresaron a sus casas. Liam estaba cansado, así que se durmió en manos de Amanda. Emma se despidió de Liam y Amanda, ya en Hogwarts, y volvió a su sala común, pero Amanda se quedó muy contenta al descubrir que Liam seguía dormido. Al día siguiente, Liam despertó al lado de Amanda.

Todo era oscuro, excepto la pequeña parte iluminada por la ventana. Aurelia ilumino la punta de su varita, estaba en la cabaña de Reginal y Ember. Estaba hecha un desastre, los muebles estaban destrozados, los cuadros tirados, y las paredes rasgadas. Aurelia se adentró en la cabaña, Reginal estaba inconsciente, o eso esperaba Aurelia, en la sala.

-Reginal? – Aurelia movió al hombre, que respondió a los dos minutos – Reginal!

-donde? – Reginal parpadeo rápidamente – donde está Ember?!

-no se – respondió Aurelia – que paso aquí?

-la piedra – dijo Reginal – los Hill… – se enderezó y miro a Aurelia – vinieron por ella

-y supongo que por Ember también – suspiro Aurelia – vamos, de pie! – la mujer le dio la mano, y los dos se levantaron

-pero tú la tienes, ¿verdad? – Reginal miro con aprensión a Aurelia

-sí, la escondí de nuevo – sonrió Aurelia y acaricio la mejilla de Reginal – que vas a hacer?

-no puedo hacer mucho – suspiro Reginal – Ember ya debe de estar de camino a América

-podemos buscarla? – Aurelia se acercó a Reginal

-no – Reginal negó con la cabeza – seguramente le cortaron toda forma de comunicación

-vaya – Aurelia sonrió – ven, vamos a recoger todo

El recuerdo se emborronó, y acto siguiente, aparecieron Reginal y Aurelia, en medio de la oficina de Adrel, que, en ese momento, evidentemente no lo era. Estaban esperando, hasta que por la puerta entro Mirabel.

-qué pasa? – dijo la mujer tranquilamente – donde está tu señora esposa, Regi?

-con su esposo – suspiro Reginal

-eh?

-los Hill se la llevaron a América – Reginal bajo la mirada un momento – en fin, la piedra está ahí – dijo apuntando al cuadro de Aurelia con Ember y Reginal

-ya – Mirabel quitó el cuadro y saco la varita – Accio – un saquito llegó a las manos de Mirabel – muy bien, muy bien mis pupilos

-ahí la tienes – dijo Aurelia – a dónde irás?

-a mi casa en Godric's Hollow – respondió Mirabel – bien, nos vemos

-adiós – dijo Reginal tranquilamente

-oh, casi se me olvida – Mirabel se acercó a Aurelia – tengo que hablar de unas cosas contigo

-claro – sonrió

-en ese caso – Reginal se aproximó a la puerta – nos vemos

-te veo luego – dijo Aurelia

-claro – Reginal salió y cerró la puerta

-está destrozado – dijo Mirabel

-sí que lo está – suspiro Aurelia

-supongo que te aprovecharás – Mirabel miro un momento la bolsita con la piedra dentro – saldrás con él?

-sí

-bueno – Mirabel sonrió un poco – espero que funcione, yo haré un pequeño viaje, dejare la piedra en mi casa, protégela

-puedo llevarla a mi casa, está por ahí – Aurelia tomo la piedra – a dónde irás?

-Ilvermorny – respondió Mirabel – tengo unas prácticas ahí

-oh, vaya, espero que no nos cambies – Aurelia río animadamente

-no te preocupes, ustedes son insuperables – Mirabel sonrió y se dirigió a la salida

El recuerdo se volvió a emborronar, y cuando volvió a aparecer, Liam se sorprendió. Aurelia estaba de camino a una casa normal, sin embargo, estaba en el lugar en el que ahora estaba la mansión de los Brown. Pero Aurelia no estaba sola, Reginal la acompañaba, pero no se sabría que hicieron ahí, pues Liam, Emma y Amanda salieron rápidamente al despacho de la profesora.

-Ilvermorny? – Amanda puso cara de desagrado

-espero que no haya dejado nada ahí – suspiro Liam

-lo sabría – dijo Amanda – pase por todo el colegio, pero no encontré nada con su nombre

-pero – la profesora Amelia los miro expectantes, acababa de salir del pensadero – que resignado estaba el pobre Reginal

-sí, a veces pasa – suspiro Liam

-eso de irse es algo muy común con los Hill, ¿eh? – Emma pensó en voz alta

-si… – Liam se perdió en sus recuerdos, y fijo su vista en la profesora

-ya, ya – la profesora, que estaba a su lado, le dio unas palmaditas a Liam en la cabeza

-pero ya estoy aquí! – dijo Amanda contenta – verdad que estás feliz de que esté aquí?

-sí, sí, muy feliz – Liam se tallo la cara

-pues como ya estoy aquí – Amanda dio pequeños saltitos de felicidad – podemos estar juntos otra vez, ¿verdad?

-sí, Amanda, si – suspiro Liam

-UY, ¡ESO SIGNIFICA QUE SOY TU NOVIA! – Amanda dio un salto de emoción

-QUE?! – Emma miro aterrada a Liam

-ya, ya, basta – suspiro Liam – a ver, entonces la piedra estará en tu casa, Emma?

-no lo sé – dijo Emma cabizbaja – mi casa es grande, y no me gusta ir sola por ahí, me da miedo

-bueno… – Liam pensó un momento – que hacemos?

-tendremos que esperar hasta navidad – suspiro Emma

-oh colarnos, otra vez – dijo Amanda

-pues… será en algún fin de semana – dijo Liam – el primer fin de semana de octubre salimos a hogsmeade

-pero no podemos! – dijo la profesora – partimos el primero de octubre a Ilvermorny!

-pero…

-LIAM, ¡TENEMOS QUE GANAR! – la profesora Amelia sacudió al chico

-pero…

-LIAM!

-bueno, bueno – suspiro Liam – quienes más van a ir?

-tu, Odette, Emma – la profesora Amelia suspiro un poco – Emma, segura que quieres ir?

-claro que sí! – dijo Emma – en octubre es mi aniversario con Liam, no podemos perdérnoslo!

-además Emma se esforzó mucho para mejorar en sus notas – dijo Liam – así que…

-oigan, yo también voy – dijo Amanda – aún que Ilvermorny me repudia, y yo a él, lo odio con toda mi alma

-entiendo el punto – suspiro Liam – no tienes que venir

-iré, además, tengo curiosidad por como lidiaron con mis fechorías – sonrió Amanda – y además tendré otro más para hacer más fechorías!

-bueno – la profesora Amelia asintió con la cabeza – entonces también vas tu y… bueno, un par de chicos de quinto y séptimo

-solo esos? – dijo Liam preocupado

-sí, la verdad es que nadie de cuarto año quiso apuntarse…

-vaya – Liam se desanimó – oh! Eso me recuerda que el colegio de Japón también vendrá, me preguntó si irá el amigo de Odette… y su amiga también…

-y ella por qué? – Emma se puso una mano en la cadera

-pues… ya sabes… cooperación internacional y eso…

-claaaro – Emma suspiro y negó con la cabeza – no creo que sepa hablar muy bien inglés

-como sea – Amanda saco la varita – vamos a ganar, estoy segura! – la movió, y transformó unos pergaminos del escritorio de la profesora a unos bonitos pajaritos

-genial – dijo la profesora contenta, y regreso los pajaritos a pergaminos – muy bien, pues como ya tenemos todos, váyanse de mi despacho o los mato

-bueno – Emma dio media vuelta y fue hacia la salida

-ah, profesora! – Liam se acomodó un poco el cabello – podría firmarme un permiso para entrar a la sección prohibida?

-la sección prohibida? – la profesora Amelia río un poco – no necesitas mi permiso, puedes entrar

-eh?

-sí, ya eres un alumno de sexto año – explico la profesora – puedes entrar y salir de esa sección como si fuera tu casa

-oh, bueno saberlo – Liam sonrió – gracias!

-para que quieres entrar? – pregunto la profesora Amelia

-oh, buscar un hechizo, Sectumsempra, lo conoce?

-Sectumsempra… – la profesora Amelia pensó un momento – no, no eh oído de ese hechizo

-vaya – Liam suspiro un poco – está bien, bueno, nos vemos después mamá!

-jeje, si, ve con cuidado – la profesora Amelia sonrió contenta – te quiero!

Liam salió contento del despacho de la profesora, de compañía de Emma y Amanda. El próximo destino fue la biblioteca, el hogar de Amanda, y entro a la sección prohibida. Daba miedo, en especial por qué nunca había entrado ahí, y por qué la bibliotecaria ni siquiera le dijo nada cuando entro. Emma y Amanda le ayudaron a Liam con su búsqueda, pero solo encontraron magia oscura inútil, como hacer que a alguien le creciera una cola de cerdo, o hechizarle el pelo a alguien. Al final, Liam se decidió a preguntarle a Harry Potter, la próxima vez que viniera a Hogwarts para dar una clase ocasional.

Pero para fortuna de Liam, Harry Potter llego al colegio al día siguiente, y dio una importante lección de magia no verbal, en defensa contra las artes oscuras. La clase fue como siempre, más lo interesante que era siempre las clases de Harry Potter. Pero al finalizar, Liam se acercó al jefe del departamento de seguridad mágica, aún que a Liam le costaba un poco pensar que Harry era el jefe de los padres de Emma.

-hola! – dijo, en cuanto todos se fueron del salón – señor Potter, podría pregúntale algo?

-ah, Liam, claro, adelante – Harry miro a Liam tranquilamente

-vera, estaba buscando en la sección prohibida, por qué me algo me llamo la atención, pero no encontré nada, así que quería preguntarle si sabía de…

-no, no te diré nada! – dijo Harry de inmediato

-pero…

-no, y será mejor que te alejes de esas cosas! – Harry miro a Liam con severidad

-no sé qué está pensando – dijo Liam apenado – estaba hablando sobre un hechizo, se llama Sectumsempra

-cómo dices?

-Sectumsempra – repitió Liam, y Harry lo miro sorprendido

-en dónde… en donde viste eso? – Harry se acomodó las gafas

-en… hum… – Liam se preguntó si confiar en Harry, se debatió un momento, y después soltó la sopa – el año pasado viaje a un Hogwarts extraño, con un giratiempo que me dio aman… una amiga, y había un montón de mortifagos, usaban ese hechizo

-ah, ya veo, si – Harry desvío la mirada

-pero también vi ese hechizo en un libro de pociones – explico Liam – en la sala de menesteres, no sé si la conozca, bueno, ahí encontré un libro de pociones avanzadas un poco quemado, ahí estaba ese hechizo y otros muy útiles

-entiendo – Harry suspiro un poco y miro a Liam – lo has usado?

-sí, una que otra vez…

-bueno, la verdad es que se casi lo mismo que tú – dijo Harry tranquilamente – conoces a Severus Snape?

-era… un director? – Liam recordó el retrato del hombre – en cuarto año decían que me parecía a él

-el invento el hechizo hace mucho tiempo – explico Harry – ten cuidado, por qué supongo que ya viste lo que hace, es muy peligroso así que no lo uses contra tus compañeros

-pero… hay contra hechizo, ¿no? – Liam jugueteo un poco con la correa de su mochila

-algo así – contesto Harry – en fin, hasta luego, Liam, suerte en tu viaje

-gracias – dijo Liam, y vio como Harry se iba del salón, entonces Liam noto que se había quedado solo, el chico salió del salón, y fue directamente a su siguiente clase

Jack seguía distante a los chicos, eso tenía muy preocupado a Liam, pues incluso la comunicación había sido nula en los dormitorios. Liam ya no sabía qué hacer, e incluso Emma se estaba preocupando por su amigo. Los dos decidieron acercarse a Erika para saber que hacer, pero la chica les dijo que esperarán. Ya no podía esperar más, Liam se iba a ir en un par de días a Ilvermorny, y dejaría a Jack solo. Pero no paso nada, ni aún que Liam se acercara al chico, pues siempre se mostraba cortante.

-tengo un poco de miedo – le dijo Tom a Liam, en el gran comedor, un día antes de que el chico partiera

-qué pasa? – Liam miro a Tom mientras tomaba un poco de papas fritas

-muchos chicos se le están acercando a Sofía – suspiro Tom

-oh, es eso – dijo Liam meneando un poco la cabeza – sí, lo sé, es difícil, los chicos también se le acercan a Emma, pero es normal, ellas son las capitanas de gryffindor y slytherin, y como las pruebas son en octubre…

-pero gryffindor no busca nuevos miembros – dijo Tom un poco molesto

-no, pero hay chicos que siempre tienen curiosidad – Liam suspiro un poco – Emma ya dejó a uno de sus compañeros encargado, como ella va a venir con nosotros… oh, claro, casi se me olvidaba

-qué pasa? – dijo Tom curioso

-tengo que decirle a Sofía que no voy a estar en las pruebas – dijo Liam mordiendo una papita – espero que no se enoje

-pues ya me enojé – le dijo Sofía detrás de él, y Liam se estremeció

-ay, Sofía – suspiro Liam – cuánto tiempo llevas ahí?

-acabo de llegar – dijo la chica – está bien Liam, no te preocupes, podemos hacernos cargo solos

-gracias – dijo Liam aliviado

-aunque no creo que cambiemos a nadie este año – Sofía se sentó al lado de Tom – como sea, siempre es bueno saber de próximos miembros del equipo

-y no pueden ser chicas? – suspiro Tom

-awww, no te preocupes – Sofía le sonrió al chico y le alboroto un poco el cabello – yo soy muy fiel, verdad Liam?

-sí, si – Liam asintió con la cabeza – oh, por cierto, después podrías ayudarme a practicar mi español? Amanda me dijo que haya también lo hablan

-por supuesto – dijo Sofía en español – te espero en la sala común por la noche

-gracias! – Liam sonrió contento

Liam termino de comer, y se fue tranquilamente, dejando a la parejita tranquila, para que pudieran demostrarse amor mutuo a gusto. Liam también tenía ganas de ver a su querida novia, así que se puso en marcha para buscarla. La termino encontrando en la biblioteca, un lugar poco habitual para ella, sin embargo, la chica estaba acompañada por Odette y Amanda, junto a una pila de libros de transformaciones.

-literatura ligera – dijo Odette palpando los libros

-lo es – admitió Liam – que hacen aquí?

-Emma quería estudiar – dijo Amanda – por qué sabe que no es suficiente para el concurso

-basta! – gruño Emma – es que… bueno… quería mejorar en transformaciones para que no te molestaras por mi culpa

-ay, bueno, no me molesto – dijo Liam sentándose al lado de la chica – aún que a veces la profesora Amelia dice que… bueno, no importa

-además seguro que así te gustó más – Emma sonrió contenta

-jaja, tú ya me gustas como eres – Liam le devolvió la sonrisa – aún que cada día me gustas más y más

-ah sí? – Emma se sonrojo – jeje, me gusta cuando tomas la delantera

-ya! – dijo Amanda, molesta – dejen de ligar aquí, mejor lígame a mi

-eh… – Liam miro a Amanda, se aclaró un poco la garganta y dijo – Amanda, tos ojos cafés son como la tierra, llenos de vida, y tú cabello castaño se asemeja al chocolate, y tiene mucho sentido por qué tu eres igual de dulce

-a-ay, Liam – Amanda se sonrojo mucho – p-por qué n-no s-s-sigues?

-creo que es suficiente por ahora – dijo Liam apenado

-sí jeje… yo… eh… – Amanda se levantó – yo me… tengo que ir…

-de acuerdo – dijo Liam un poco confundido – estás bien?

-s-sí, m-muy b-b-bien – Amanda empezó a caminar con las piernas juntas – yo… adiós! – dijo echándose a correr

-sí que le afecto estar en Ilvermorny – dijo Emma sorprendida – ahora está hecha toda una experta en buscarse la snitch

-ah que te refieres? – Liam miro a Emma inocentemente

-ya sabes – Emma río un poco

-sí, seguramente corrió a hacer eso – río Odette – ella usa mucho la imaginación

-por supuesto – Emma no resisto más y rompió a reírse

-silencio! – dijo la bibliotecaria apareciendo de detrás de un estante

-ay, si, si – Emma contuvo su risa

-Emma? – Dalia salió de detrás de otra estantería – oh, Liam

-hola – Liam saludo con la mano – que haces por aquí?

-estaba haciendo una tarea… podrías ayudarme? – Dalia sonrió contenta

-claro, siéntate – dijo Liam amablemente – Odette y Emma también te ayudarán, ¿verdad?

-claro – contesto Odette – siéntate

-genial! – Dalia se sentó al lado de Odette – voy a terminar muy rápido!

-jaja, de que es la tarea? – pregunto Liam

-pociones – contesto la chica

-oh, yo sé mucho de eso – Emma sonrió orgullosa – dime qué quieres saber que soy la mejor aquí

Emma se la paso explicando detalladamente todos los componentes de la poción calmante, pues era una experta en hacer esa poción en específico. Liam escucho atentamente a Emma, pues le gustaba mucho cuando hablaba sobre lo que le apasionaba.