- Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, para su creación "Ranma ½", (a excepción de algunos que son de mi invención, y que se irán incorporando durante el transcurso del relato, algo así como "extras"). Esta humilde servidora los ha tomado prestados para llevar a cabo un relato de ficción, sin ningún afán de lucro.


"He tenido suficiente... (Closer)"

* * *

Capítulo X

"Una charla de amigos"

La reunión del día martes de aquella semana se estaba realizando con completa normalidad en la gran sala de juntas de la Black Ryū Company.

-Como pueden ver, la campaña se encuentra pensada para abarcar a un gran segmento de la población, el cual no se enmarca dentro de los parámetros de las demás marcas deportivas, tanto del país como del extranjero -exponía una atractiva joven rubia con seguridad-. Nuestra intención es captar justamente a ese público que no ha sido tomado en cuenta por otras marcas hasta el momento y así, potenciar aún más su empresa señor Saotome. Esto no quiere decir que nuestra campaña esté enfocada solamente a ese segmento de la población, más bien los incorpora a la base de público receptor de este tipo de campañas publicitarias.

-Bien, me gustan sus ideas. Además de ser algo distinto y novedoso, esta muy bien representado el espíritu que siempre nos ha gustado imprimirle a nuestra Compañía. ¿Qué te parece el proyecto Akane? –Preguntó Ranma a su asistente.

-Me gusta, de hecho el tema de incorporar a ese "segmento" de la población como usted se refiere, fue uno de los primeros aspectos que me llamó la atención y debo reconocer que también fue decisivo al momento de la elección de su agencia publicitaria.

-Les prometemos que no se arrepentirán de habernos escogido, sabemos que en el papel, sólo con bosquejos y cifras es difícil apreciar en su totalidad el sello que pretendemos darle a esta campaña, pero les aseguro que quedarán más que satisfechos con los resultados.

-También, es casi seguro que el actual campeón nacional de las artes aceptará ser el rostro de la Black Ryū, eso nos garantiza los buenos resultados.

-No me cabe la menor du...-todo lo que pensaba decir Akane, se vio interrumpido por una serie de estornudos, los cuales no pudo evitar-...perdón –fue lo que atinó a decir.

Su jefe la observaba risueño y el resto de las personas que se encontraban en la amplia sala de reuniones de la Black Ryū Company la miraron con curiosidad, cuando un nuevo estornudo hizo acto de presencia.

-¿Te resfriaste? –preguntó su jefe en tono divertido, ella lo miró enfadada.

-Creo que sí –contestó a su pregunta.

-Señorita Tendo, señor Saotome, ¿les parece bien si nos reunimos en dos semanas? –dijo la joven de largo cabello rubio.

-Por mi esta bien señorita Nagai –contestó Ranma.

-Sí, pueden ponerse en contacto con Tomomi o Ryoichi para cualquier cosa que necesiten –complementó Akane poniéndose de pie, los demás la imitaron sabiendo de antemano que la reunión había llegado a su fin.

-En ese caso sería de mi agrado contactarme directamente con usted señorita Tendo, después de todo, usted y yo somos los que mejor podríamos entendernos, ¿no le parece? –dijo la otra persona que había concurrido de la agencia de publicidad, mientras recogía los bocetos y los guardaba en una gran carpeta negra.

El ofrecimiento se ganó una mirada llena de sorpresa por parte de Akane y un gruñido por parte de su jefe. El arrogante y desfachatado hombre de unos treinta años, pelo castaño y desgarbado, ojos verdes y sonrisa picara que acompañaba a la señorita Nagai no pareció notar que se encontraba pisando en un terreno casi tan frágil como una delgada capa de hielo.

-No sé, quizá reunirnos a tomar algo –continuó con total confianza-, quizá una salida a comer, intercambiar ideas...

-La señorita Tendo se encuentra muy ocupada con sus obligaciones señor Fujita –le interrumpió Ranma bruscamente y con evidente molestia tanto en su voz como en su expresión corporal-. Le aseguro que en estos momentos y con todo lo que tenemos que hacer, no tendrá tiempo para 'reunirse para tomar algo' con nadie de la agencia –dijo con ironía-. Así es que le sugiero que tome el consejo que ella misma le dio y se contacte con Tomomi o Ryoichi, ellos cuentan toda nuestra confianza y poseen las facultades necesarias para tomar las decisiones que estimen convenientes.

-Yo solo trataba de entablar una relación más cercana con la señorita Tendo –respondió el hombre con total desfachatez-. Ahora, si eso a usted le molesta señor Saotome...

-Me molesta, por lo que le solicito que se avoque a la campaña publicitaria y le reitero que toda consulta, inquietud o petición, la realice por intermedio de Ryoichi o Tomomi.

-Pero la señorita Tendo, como asistente de presidencia puede sernos de mayor ayuda y…

-La señorita Tendo, como usted bien dice –le interrumpió nuevamente, apenas conteniendo su mal humor-, es la asistente de presidencia y no tiene tiempo para perderlo con…

-Ranma –le interrumpió una confundida Akane-. No es necesario ser descortés, el señor Fujita solo quiere ser amable.

Ranma la miró iracundo e iba a decir algo, pero ella puso su mano en su brazo tratando de contener cualquier acto o palabra que él pudiera expresar. Mientras tanto, Fujita sonreía de forma burlona, pensando en que la partida la tenía ganada.

Las tres personas restantes, Ryoichi, Tomomi y la señorita Nagai, se habían convertido en meros espectadores de aquella insólita situación y observaban sorprendidos el desarrollo de la misma.

-Señor Fujita –continuó Akane-, de verdad me encantaría aceptar su proposición, pero lamentablemente, tal y como le comunicó el señor Saotome, en estos momentos me encuentro demasiado ocupada como para compartir algún punto de vista fuera de esta oficina. Le pido me disculpe, pero creo que tendrá que dirigirse a Tomomi y Ryoichi de ahora en adelante, le aseguro que no notará la diferencia, ambos son muy profesionales y competentes. Lo siento mucho –terminó de decir con una amble sonrisa en el rostro.

Ranma sonrío con orgullo, mirando desafiante al hombre en frente suyo y a éste no le quedó otra opción que la de asentir.

-No se preocupe señorita Tendo, solo era una idea. Aunque quizá un día sábado...-dijo no perdiendo la esperanza de que ella aceptara una invitación.

-Lo siento, pero no acostumbro a hablar de trabajo durante mis días de descanso, es poco saludable, sabe.

El comentario provocó una sonrisa en el rostro de todos, menos en el de Fujita.

-Bueno, creo que es todo por ahora ¿no? –comentó un relajado Ranma, mientras se dirigía a la puerta de salida.

-Sí, fue bueno hablar con ambos –dijo Akane dirigiéndose a las dos personas que habían concurrido de la agencia de publicidad-. Espero que obtengamos buenos resultados.

-Eso se lo aseguro señorita Tendo –contestó la señorita Nagai-. No se arrepentirán de habernos contratado.

-Bien, creo que ahora pode... –otro estornudo la interrumpió y Ranma no pudo evitar la risita que escapó de sus labios.

-No es recomendable jugar con agua cuando el clima aún no es muy caluroso –comentó de forma traviesa.

-No hubiera jugado con agua si "alguien" no me hubiese obligado a...-estornudó nuevamente-. Como sea, eres responsable de que yo me haya resfriado.

-¡Yo!, ¿por qué?

-Porque fue tu idea el mojarme y además... -Akane fue conciente en ese preciso momento de dónde se encontraba y frente a quienes estaba.

Tomomi y Ryoichi les observaban con diversión y manteniendo una mirada cómplice, mientras la señorita Nagai y el señor Fujita mostraban una genuina curiosidad en sus rostros. Akane se ruborizó, no sabiendo qué decir para escapar de la embarazosa situación.

-Yo... los dejo con Ryoichi y Tomomi, tengo que atender un asunto urgente. Espero que me disculpen. Nos vemos en dos semanas y... gracias por todo –dijo apresuradamente abriendo la puerta de la sala de reuniones, para posteriormente escapar del lugar casi a trompicones.

-Fue un placer compartir ideas con ustedes –se apresuró a decir Ranma mientras salía detrás de su asistente, luego paró en seco su avance en el pasillo y volvió su cabeza para mirar por sobre su hombro a las cuatro personas que había dejado atrás-. También tengo que irme, pero quedan en buenas manos. Hasta pronto –complementó, para caminar a toda velocidad rumbo a la oficina de su asistente.

-¿Es mi imaginación o ellos dos son algo más que jefe y asistente? –preguntó la joven rubia mientras observaba al apuesto dueño de la Black Ryū Company alejarse del lugar.

-No es su imaginación señorita Nagai, la relación de ellos dos va más allá del ámbito laboral, no es algo que demuestren abiertamente pero...

-Salta a la vista ¿no?

-Ajá –asintieron Tomomi y Ryoichi al mismo tiempo

-¡Con razón no te dieron oportunidad de acercarte Fujita! –comentó risueña la joven rubia-. ¡Te dieron con la puerta en las narices!

-¿Y cómo diablos iba yo a saberlo?

-Era cosa de ver la actitud del señor Saotome, casi como si fuese su perro guardián.

-Bueno, ¿pero que querías?, debes reconocer que la señorita Tendo es una mujer fascinante.

-Por eso no me extraña que haya captado la atención del señor Saotome. Tuviste suerte de que él no te saltara al cuello para estrangularte.

-Sí, creo que tuve mucha suerte.

-Bien, entonces, estaremos en contacto con ustedes.

-Sí, siempre podrán encontrar a uno de los dos para cualquier cosa.

-Me parece perfecto. Nos vemos pronto.

-Nos vemos.

Sin más formalidades, las cuatro personas se separaron para volver a sus ocupaciones. Para Ryoichi y Tomomi, la escena que se había desarrollado ante sus ojos era un nuevo indicio de que las sospechas del personal sobre la supuesta relación sentimental de sus superiores estaba cada vez más consolidada. Nuevamente habían sido testigos de uno de los cada vez más frecuentes episodios de complicidad y confianza entre el dueño de la empresa y su asistente.

R & A

Las dos jóvenes mujeres caminaban despreocupadamente por un conocido centro comercial cerca de sus respectivas casas. Habían pasado una agradable tarde compartiendo amenamente mientras visitaban las distintas tiendas comerciales.

Era avanzada la tarde cuando Akane decidió proponerle a Shaomei que hicieran un alto en sus compras para descansar, mientras se tomaban un café en una acogedora cafetería ubicada en uno de los accesos al centro comercial.

-Bien, he comprado más de lo que había presupuestado y todo eso gracias a tus consejos Shaomei –dijo Akane tomando asiento y con un falso tono de indignación en su voz.

-Oh, vamos Akane, tienes que reconocer que son muy buenas adquisiciones –rebatió su amiga, sentándose frente a ella-. Ahora eres una persona importante, debes lucir linda y elegante.

-Quizás tengas algo de razón, ¿pero no será una exageración? –contestó la joven de cortos cabellos azulados, observando el grupito de bolsas con distintos diseños, que descansaban en la silla a uno de sus costados-. ¡Tengo por lo menos diez bolsas con prendas que no estoy muy segura de querer usar!

-¡Claro que querrás usarlas!, debes causarle una buena impresión a tu jefe –dijo la joven china con total propiedad-. Ya basta de trajes grises y azules, debes lucir todo tu potencial.

-No deberías decir esas cosas Shaomei.

-¿Por qué no?, ¿acaso no tengo razón?

-No, no la tienes –dijo Akane suspirando.

-A mí no me engañas Akane Tendo. Te conozco hace muchos años y sé que ese cambio radical en tu comportamiento se debe a que te reencontraste con él y te sientes tan bien por ello que apenas puedes disimularlo.

-Te equivocas, yo no…

La joven se interrumpió, al observar que la jovencita que les había atendido en un principio, volvía con su pedido. Ambas agradecieron con un gesto y observaron a la chica retirarse del lugar.

-Akane –reanudó la conversación la esposa de Mousse-, somos amigas, buenas amigas, creo que está demás decirte que puedes confiar plenamente en mí –Shaomei sonrió y tomó una de las manos de Akane entre las suyas. Akane había esquivado la mirada de su amiga, pero al sentir el contacto con ella, la observó y en sus ojos pudo ver la sinceridad de sus palabras-. Yo sé que debe ser difícil para ti aceptar lo que te esta pasando, sobre todo considerando que a tu familia y amigos no les parece bien este reencuentro, pero yo, que no fui participe de toda esa extraña historia que los alejó a ambos, puedo asegurarte que desde hace cinco meses te veo y me doy cuenta de que eres feliz, "verdaderamente feliz Akane". Entonces, ¿por qué te sigues empeñando en negar y rechazar esa felicidad?, o más bien, al causante de esa felicidad.

-No lo sé Shaomei, es todo tan condenadamente complicado –contestó la chica, incorporando el azúcar a su taza y revolviendo el contenido con posterioridad. Shaomei le imitó.

-Creo que tú lo quieres ver complicado –dijo su amiga con un leve tono de desacuerdo en su voz.

-Es que no puedo llegar y olvidar todo lo que pasó simplemente porque este alocado corazón se ha negado a olvidarlo.

-¡Lo sabía, tú sigues enamorada de él! –exclamó alegremente.

-Siempre lo estuve Shaomei –reconoció Akane mirando fijamente su taza de café.

-Entonces, ¿cuál es el problema?

-No quiero salir lastimada –contestó Akane casi en un susurro-. No quiero pasar por lo mismo y que mi familia vuelva a pasar por algo así nuevamente, simplemente no lo soportaría. Tengo miedo –confesó mirando fijamente a su amiga. Shaomei volvió a sonreír y asintió con un movimiento de cabeza.

-Es normal que tengas miedo, sobre todo porque sabes que el dueño de tu corazón es la misma persona que te hizo daño en el pasado, pero ¿no crees que se merece una oportunidad?. Ambos se la merecen –Shaomei sonrió amablemente y luego continuó-. Cuando sucedió todo, ustedes eran dos adolescentes inmaduros, ahora son dos adultos, las cosas pueden ser muy diferentes. Además, estoy segura de que él siente algo muy similar a lo que tú sientes por él, Akane.

-¿Cómo puedes saberlo?

-Intuición –dijo por toda respuesta-. El día que te presentaste con él en el restaurante, tuve la oportunidad de observarle detenidamente. Él esta enamorado de ti Akane, estoy segura de eso.

-No lo creo, aunque…

-¿Qué?

-No es nada importante –dijo sonriendo y sonrojándose un poco-. Son sólo imaginaciones.

-¿Sucedió algo?

-El domingo fue a verme, quería que lo acompañara a almorzar, yo me encontraba limpiando el Dojo, así es que se ofreció a ayudarme.

-Por eso pediste esa cantidad de comida –comentó su amiga.

-Sabes que la cocina no es mi especialidad –contestó Akane con una sonrisa traviesa en el rostro.

-Bien, pero qué pasó.

-Terminamos de limpiar cerca de las cinco de la tarde y cuando estábamos ordenando, se le ocurrió jugar con agua. ¡Oh, por cierto!, ya no tiene la maldición, eso es algo que debo preguntarle con detenimiento –dijo frunciendo el ceño, tratando de hacer la nota mental-. Como sea, terminamos empapados y gracias a las jugarretas de Ryo, caímos al suelo… juntos y bueno, pudo ser mi imaginación pero… creo que estuvo a punto de besarme –finalizó de decir susurrando sus palabras y con un bello tono carmín, dándole color a sus mejillas.

-¡Eso es fantástico! –exclamó su amiga.

-¡Son fantasías Shaomei! –se defendió ella.

-No, él esta enamorado de ti y sabe que tienes miedo, por eso esta haciendo las cosas con calma.

-¿Tú crees?

-Estoy segura.

-Pero, no sé, siempre me ha dicho que quiere recuperar mi amistad.

-Porque sabe que si te dice la verdad, tú saldrás huyendo.

-No quiero hacerme falsas ilusiones.

-No son falsas ilusiones, lo vi en su expresión ese día. Bastó con un par de minutos y pude darme cuenta de lo importante que eres para él.

Ambas se quedaron en silencio por algunos instantes. Shaomei sonriente, pensando en que finalmente, su querida amiga podría ser feliz con un hombre que la amaba. Akane, ensimismada, sopesando las palabras que le decía su amiga.

-Como sea, hay muchas cosas que se interponen –dijo Akane finalmente.

-¿Cuáles? –quiso saber Shaomei.

-Están mis hermanas, mis amigos, su padre…

-Todos han hecho sus vidas como mejor les ha parecido, no debes dejar que ellos interfieran en la tuya. Tú sabes que quiero mucho a tus hermanas y también que amo a mi esposo, pero ellos no deben meterse en tus asuntos.

-Pero los conoces, no me dejarían en paz si sucediera algo más con Ranma.

-Sería sólo hasta que se acostumbraran a la nueva situación. Akane, aún eres joven, pero el tiempo pasa, debes pensar en ti, aunque suene egoísta, debes hacerlo. No por nada la vida se encargó de reunirlos nuevamente, no desperdicies las oportunidades que te dan por complacer a tus seres queridos. Es tu vida, Akane, sólo tú debes decidir qué cosas hacer y cuáles no, pero insisto en que durante todos los años que te conozco, jamás te había visto irradiar tanta felicidad.

-Entonces, ¿qué me aconsejas que haga?

-Dale una oportunidad a ese sentimiento que crece en ti, déjalo salir, déjalo expandirse. Con tiempo y calma, no tienes por qué apresurar las cosas si no te sientes totalmente segura, pero no sigas construyendo esos muros a tu alrededor, porque solo contribuirán a hacer tu vida un poco más triste.

-¿Y si no resulta?

-Si no resulta no quedarás con la incertidumbre perpetua de "que hubiera pasado sí". No puedo decirte que no sufrirás nunca más, porque eso nadie podría saberlo, pero ¿no sería mejor averiguarlo a no saber nunca si lo de ustedes podría haber funcionado?

-No sé…

-¿Por qué no aprovechas ese viaje que harán a Hong Kong? Lejos de Japón, quizá descubras que sus sentimientos coinciden con los tuyos.

-Sí, quizá.

-Nada de quizá, prométeme que lo harás.

-Está bien, te lo prometo.

-Bien, y ahora debemos visitar una tienda más.

-Encuentro que ya es suficiente Shaomei.

-Sólo nos falta la tienda de lencería Akane.

-Ah sí, para impresionar a Mousse ¿no?

-También, pero la verdad me refería a otro personaje. ¿Vamos? –dijo la joven china poniéndose en pie y saliendo de la cafetería.

-¿A otro personaje?, Shaomei, ¿qué quisiste decir?

-Olvídalo y vamos de una vez ¿quieres?

-¡Shaomei!

-Se hace tarde Akane.

Las dos salieron con dirección a una conocida tienda de lencería femenina, era la última parada que harían antes de regresar a sus respectivos hogares, había sido una tarde agradable y muy provechosa para ambas y cada una ya rogaba por volver a repetirla, ya que para Shaomei, Akane se había convertido en una persona fundamental en su vida, aparte de ser su mejor amiga, era una persona que merecía todo su cariño, haría cualquier cosa por ella, incluso interceder ante su marido si con eso conseguía que ella pudiera alcanzar la felicidad que se merecía con creces.

Para Akane, Shaomei también era especial. Se había convertido en la única amiga verdadera que tenía en su vida y aunque quería y confiaba mucho en sus hermanas, la complicidad que se daba con Shaomei era distinta, ella sabía que si le confiaba cualquier cosa, por muy terrible que fuese, su amiga la comprendería y haría lo posible y lo imposible por ayudarla.

R & A

Con una gran sonrisa en su rostro y un fuerte abrazo, el joven dueño de la Black Ryū Company saludó a la mujer que se encontraba frente a él. Su ex-colaboradora había ido a visitarle después de haber perdido todo contacto con él durante cerca de cinco meses.

-¿Cómo estás Hanae? ¡Me da mucho gusto volver a verte!

-A mí también chico y no me puedo quejar, me ha ido bastante bien –dijo la mujer con una sonrisa en los labios.

-Pero esta sorpresa a qué se debe.

-Tenía ganas de verlos, diez años es mucho tiempo como para olvidarme de todo esto -contestó indicando con un gesto la oficina a su alrededor.

-Sí. Pero cuéntame, ¿recuperaste el tiempo perdido con tu familia?

-Claro, en eso estoy y déjame decirte que es maravilloso sentir el cariño de todos ellos el día entero -dijo sentandose frente al escritorio.

-Me lo puedo imaginar -contestó Ranma tomando asiento también.

-Y dime, ¿cómo van las cosas con tu esposa? Me imagino que bien, porque de lo contrario debería haberte ido a ver como mínimo a un Hospital.

-No pueden ir mejor Hanae –contestó Ranma con una sonrisa soñadora en el rostro-. Nunca imaginé que después de todo lo que pasó, llegaríamos a llevarnos tan bien.

-Humm –comentó Hanae evaluándolo con una mirada suspicaz en el rostro, luego soltó una fuerte carcajada-. ¡Estás enamorado chico!

-Más de lo que alguna vez pude llegar a imaginar Hanae.

-¿Y ella lo sabe?

-No he hablado con ella abiertamente, pero cada día que pasa me cuesta más contenerme.

-¿Y por qué lo haces?

-Porque es Akane, no quiero estropearlo esta vez, quiero que ella se sienta segura. Sé que tiene temores, que teme el sufrir nuevamente. Además, está su familia quienes deben odiarme y con justa razón y mi padre, todos quieren alejarme de ella por diferentes motivos. Es irónico pensar que hace doce años, las mismas personas que se interponen entre nosotros eran las que se empeñaban con más ahínco en que nosotros permaneciéramos juntos.

-Por como te expresas, intuyo que hablaste con ella.

-Sí, aunque no todo lo que hubiese querido, pero me aclaró algunas cosas. Ella pensaba, y espero sinceramente que eso haya quedado en el pasado, que yo nunca la quise, que yo sentía lástima por ella, que solo me había casado por conseguir esa estúpida herencia y para no deshonrar la promesa que mi tonto padre había hecho. ¡Lo puedes creer! ¡Yo, que desde el día en que la vi me enamoré de ella!

-Tú no hiciste mucho por aclararle las cosas –le regañó su ex-asistente.

-Y por eso he pagado un precio demasiado alto –reconoció él.

-Bueno, ya que me dices que hablaste con ella, espero no estar violando mi promesa, pero, ¿qué pasó con la otra chica?

-¿Cuál chica? –preguntó él.

-Akane me contó la historia de su matrimonio o al menos gran parte de ella, me habló de una chica de la que al parecer, tú estabas enamorado, no recuerdo su nombre.

-Ukyo –dijo él con decepción-. Akane siempre ha tenido una habilidad innata para aparecerse en los lugares equivocados, para ver cosas que no son, para escuchar conversaciones que no debe escuchar y para tergiversar ciertas situaciones hasta convencerse de que lo que ha visto o escuchado es la verdad absoluta.

-No querrás decir que todo el asunto de tu conversación con esa chica, Ukyo, que lo que gatillo todo el embrollo, fue gracias a la imaginación de Akane. Eso querido Ranma, es algo que ni yo queriéndote como te quiero, podría creer.

-No fue su imaginación Hanae, reconozco que esa "escena" existió –reconoció él un tanto incomodo-. Sí, sucedió tal y cómo la recuerda Akane, ella no imagina nada, pero lo que ella no sabe es lo que sucedió después de que abandonara el Dojo.

-Allí me perdí.

-Lo que te contó fue tal cuál como sucedió, claro que si ella se hubiese quedado solo por un minuto, quizá tan solo unos segundos más, hubiera escuchado cómo le dejaba en claro a mi amiga de toda la vida, a la que consideraba mi mejor amiga, que ella no podría llegar a ser nunca nada más que eso para mí, porque yo estaba total y absolutamente enamorado de la que esa misma mañana se había convertido en mi esposa. ¿Te das cuenta de todo el daño que puede provocar un mal entendido tan simple como ese? –suspiró con frustración-. Ni siquiera fue un mal entendido, fue una conversación inconclusa que lamentablemente escuchó la persona menos indicada en el momento menos apropiado.

-¿En serio pasó lo que me acabas de contar? –dijo Hanae sorprendida-. ¿Se lo dijiste a ella?

-Hanae, si tú que me conoces por tantos años pones en duda mis palabras, ¿cómo crees que hubiera reaccionado Akane después de haber estado segura durante doce años de que yo amaba a otra mujer? Dime, ¿cómo convencerla de que yo nunca he amado a nadie más que a ella?

-Pero entonces, ¿por qué no fuiste tras ella cuando todo ocurrió? ¿Por qué esperaste tanto tiempo?

-Porque soy el mayor idiota que pisa la tierra.

-Cielos chico, menos mal que lo reconoces.

-Sí.

-Y ahora, ¿cómo están las cosas?

-Bien, aunque podrían estar mejor –contestó él con una sonrisa.

-Debo suponer que la recuperaste como me dijiste –comentó ella entusiasmada.

-Estoy a punto de hacerlo –afirmó con convicción-. Estoy seguro de ello. No quiero presionarla, he esperado por ella durante años, no voy a echarlo todo a perder por apresurarme.

-¿Y las escenas de celos?

Ranma esquivó la mirada de su ex-asistente, gruñendo un par de palabras que solo él pudo comprender.

-¿Ranma? –inquirió Hanae.

-¡Qué quieres que haga, es mi forma de ser! –reconoció él.

-¡Has hecho otra locura! –exclamó Hanae.

-No... exactamente –se defendió Ranma ante la acusadora mirada de su ex–asistente-. ¡Es que sencillamente no puedo soportar que alguien se fije en ella, que alguien pretenda arrebatármela!

-¿Arrebatártela?

-Sí, el martes recién pasado por ejemplo vinieron los de la agencia de publicidad, una chica simpática y un petulante hombrecito que quiso invitarla a salir para "compartir puntos de vista", ¡estaba claro que sus intenciones eran otras!

-¿Qué hiciste?, no me digas que le saltaste al cuello.

-Faltó poco para que lo hiciera, pero te aseguro que ganas no me faltaron. Después de dejarle bien en claro lo ocupada que se encontraba Akane en la empresa y que por lo tanto debía dirigirse a Tomomi y Ryoichi, ella misma se encargó de espantarlo de aquí.

-Eso confirma tu teoría.

-No sé si la confirma, pero es un punto a mi favor, ¿no lo crees? No hace mucho, se puso celosa porque me escuchó hablando amorosamente con mi madre –sonrió-. Claro, cuando ella escuchó la conversación, no sabía que se trataba de mi madre. ¡Te hubiese encantado ver la escena que me armó! Y el sábado, sin ir más lejos, estuve a escasos centímetros de conseguir un beso.

-¿Qué te detuvo? Que yo sepa, Ranma Saotome no se detiene ante nada.

-Sus temores y fantasmas, salió corriendo disparada apenas sintió mi mano acariciar su mejilla, no quise insistir.

-Por lo que veo, has avanzado mucho.

-Poco a poco estoy recuperando su cariño. No te extrañes si pronto te llega una invitación a mi boda, una "verdadera boda", como la que ella se merece.

-Ve con cuidado Ranma, un paso a la vez.

-Sí, lo sé, pero es bonito soñar con una familia de vez en cuando.

-¡Qué!, eso es algo que no puedo creer. ¡Ranma Saotome hablándome de querer una familia!, ¿desde cuándo?

-Desde que reencontré a la única mujer que me puede hacer feliz, la única con la que puedo pensar en tener hijos –él joven empresario hizo una pausa y luego continuó hablando con total convicción-. Hanae, hace cinco meses atrás, yo quería vengarme de esa mujer, quería hacerle pagar por todo lo que me había hecho sufrir. Ahora en lo único en que puedo pensar es en que quiero que ella sea inmensamente feliz, pero conmigo a su lado, porque comprendí que yo no tenía nada importante. El dinero, los gimnasios, esta empresa, sabes que nunca me han importado. El ser reconocido y respetado por los logros económicos y deportivos que he tenido no me sirve de nada, si cada noche llego a un lujoso departamento y me quedo dormido, solo. No Hanae, quiero compartir todo lo que he logrado, todo lo que tengo con la mujer que amo y quiero formar una familia con esa mujer. No me importa si es con hijos o sin hijos, con mascotas o sin ellas, lo que sí me importa y mucho, es que la mujer que comparta mi vida de aquí en adelante sea Akane Tendo. No podría siquiera imaginar mi vida con otra mujer, no ahora que no sé qué dios me ha regalado esta preciosa oportunidad, no quiero desperdiciarla Hanae.

-Vaya, o verdaderamente has madurado o Aizen Myō-ō (1) te dio una dosis triple de su mejor poción de amor chico –ambos se miraron en silencio y con una sonrisa en los labios-. ¿Y dónde se encuentra tu musa inspiradora?

-Se tomó la tarde libre, como es viernes y ha estado un poco resfriada, le dije que no habría problemas en que se fuera temprano, quería juntarse con una amiga.

-Lástima, me hubiese gustado verla.

-A ella también, pero puedes venir otro día.

-Dalo por hecho.

-¿Te gustaría acompañarme a tomar un café o algo? Seguro que se alegrarán de verte en la cafetería.

-Bueno, ya que estamos cerca.

-Bien –dijo Ranma tomando el auricular-. Yuki, voy a salir con Hanae, no creo que vuelva. Si me llama alguien dile que me encontrará a partir del lunes, pero si llama Akane, dile que necesito hablar con ella, que me llame al móvil... no, mejor dile que necesito hablar urgente con ella, conociéndola, es la única forma de que me devuelva el llamado... sí, gracias.

-De veras eres dependiente de ella.

-Ni te imaginas cuanto, ha estado fuera solo una tarde y ya no puedo esperar para escuchar su voz.

-Jamás me imaginé que te vería así de enamorado.

-Que puedo hacer, es la mujer de mi vida Hanae.

Ranma cogió su chaqueta y se apresuró en abrir la puerta para que Hanae pudiera salir de la oficina. Luego de despedirse del personal que se encontraba en las dependencias, ambos se dirigieron conversando animadamente hacia el elevador, dispuestos a seguir con su charla en la agradable cafetería cercana al enorme edificio.

R & A

Caminaba de un lado a otro, esperando, inquieto. Ella tardaba demasiado en llegar, se preguntaba si llegado el momento debería embarcarse solo en el vuelo que los llevaría a ambos a Hong Kong, aunque sabía que si llegaba a producirse una situación semejante, él no podría ni querría dejarla atrás, aún si eso significaba perder una no despreciable suma de dinero al no concurrir a tiempo a las reuniones que les esperaban cruzando el mar.

Escrutó su reloj nuevamente y luego subió la mirada para ser testigo del avance de una pequeña y atolondrada figura que corría torpemente en su dirección, empujando con dificultad un carrito cargado de equipaje. Sonrió ampliamente al verla, tratando de esquivar a la mayor parte de personas que se cruzaban en su camino. Finalmente, Akane llegó a su lado.

-Llegas tarde –le regaño cruzando los brazos al frente y mirándola de forma seria.

-Lo siento Ranma –dijo ella tratando de recuperar el aliento.

-Si hubieses dejado que te recogiera, nada de esto hubiera pasado.

-Ya dije que lo sentía –se defendió ella-. Además, aún tenemos tiempo.

-Sí, pero ya no podremos desayunar.

-¡Entonces eso es lo que te preocupa! –dijo haciéndose la ofendida-, que no pudiste llenar tu estómago, ¡claro!, a quién le importa lo que pase con tu asistente.

-Sabes que no es así –dijo él con diversión en la voz-. Estaba a punto de cancelar el vuelo y salir a buscarte.

-¿Si? –preguntó ella.

-Sí. ¿Y se puede saber por qué diablos no contestabas el teléfono?

-Es que... olvidé cargarlo y quedé sin batería.

-No sé para que pregunté, era obvio que algo así sucedería –comentó sonriendo y moviendo su cabeza negativamente.

-¡Hey! –dijo ella con falsa indignación-. Si supieras todo lo que tuve que hacer en un par de horas, comprenderías por qué olvidé un detalle tan insignificante.

-Bueno, me contarás luego. A propósito, ¿todo ese equipaje es tuyo?

-Sí.

-Akane, ¿no crees que exageras? Estaremos en Hong Kong por cinco días. ¡Parece como si fueses a vivir allí!

-Dijiste que podría arrancarme a ver a mi hermana durante uno de esos cinco días, quise aprovechar la oportunidad para llevarle algunos presentes a los chicos –dijo encogiéndose de hombros y sonriendo traviesamente-. No te molestarás por eso ¿verdad?

-Claro que no me molesta, ven –dijo tomándole suavemente la mano a su asistente. Ella se sobresalto un poco, pero él pareció no notarlo, o al menos fingió no hacerlo-. Debemos abordar ya. Tú llevarás esos pequeños bolsos e indicarás el camino, yo llevaré este monstruo de carro.

-¡Pero no podrás ver nada! –se alarmó Akane al observar cómo su jefe agregaba su propio equipaje al ya sobrecargado carrito.

-Por eso es que tú tendrás la difícil misión de guiarme.Vámonos ya, hemos perdido demasiado tiempo.

-Sí.

-Y dime, ¿qué fue lo que te retrasó tanto?

-Bueno, anoche me quedé hasta muy tarde dejando las últimas instrucciones a los chicos en la oficina. Luego tuve que terminar de poner en orden algunas cosas en casa, hoy me levanté temprano para arreglar los últimos detalles, pasé por casa de Mousse a despedirme de ellos, Jian no me hubiese perdonado el no hacerlo, luego me dirigí a casa de Kasumi para dejar a Ryo, allí, mi hermana después de darme una serie de recomendaciones, dejó finalmente que me viniera, para cuando miré la hora, estaba cuarenta minutos retrasada.

-Humm –dijo Ranma, sonriendo después-. Y pensar que yo solo tengo que comunicarme por teléfono con la persona que me ayuda con el aseo del departamento para decirle que me ausentaré por una semana y que no se preocupe por limpiarlo y avisar en conserjería una vez que voy saliendo del edificio.

-Bueno, eso es porque tú así lo quieres –comentó la chica cuando ya llegaban a la ventanilla para validar sus boletos-. Estoy segura que tus padres estarían felices de que te despidieras de ellos.

-Eso es algo que dejé de hacer hace mucho tiempo.

-¿Por qué?, es lindo que un hijo tenga esos detalles con sus padres.

-No si tiene la clase de padre que yo tengo.

-No puedes castigar a tu madre por el comportamiento que ha mantenido tu padre contigo.

-Quizá tengas razón.

-Claro que la tengo –dijo mirándolo fijamente y con determinación, luego desvió la mirada y continúo casi en un susurro-, al menos ambos se encuentran vivos, eres afortunado por eso.

-Akane...

-Es nuestro turno –se apresuró en decir, mientras se acercaba a la ventanilla.

Él la observaba apesadumbrado, sabía que ella aún sufría por la perdida de sus padres, más aún por la del señor Soun, quien había sido fundamental para el crecimiento de las tres hermanas Tendo.

Se acercó a su asistente quien ya se encontraba agilizando los trámites para el embarco y la observó de soslayo, deseando que aquel viaje sirviera en algo para avanzar un paso más en aquella relación tan especial que había surgido entre ambos hacía tantos años atrás.

Solo esperaba hacer todo bien y no cometer ningún error para conseguir que su esposa le otorgara su anhelada oportunidad, oportunidad que él estaba decidido a no desaprovechar.


Notas finales:

1.- ¡Hola!

No es habitual el que actualice entre semana, pero debido a que este capítulo se encontraba listo, pero no pudo ver la luz debido a que esta humilde autora se desconectó del mundo por el fin de semana dedicándose a respirar el revitalizante aire marino de la costa de mi país. Así que como esta entrega estaba lista, hoy no tuve que hacer más que un par de ajustes para subir el capítulo.

Viaje a Hong Kong, de negocios, es cierto, pero en cinco días pueden pasar cosas interesantes si sabes como aprovecharlos ¿no?, solo recordemos parte de la canción que da nombre a este escrito "…Solo necesitamos acercarnos, acercarnos. Inclínate hacia mí ahora…". ¿Quién sabe si terminan acercándose?

Bueno, este capítulo puede resultar no ser demasiado interesante, pero la idea era crear un preámbulo al viajecito que realizará la pareja.

2.- (1) Aizen Myō-ō, según el culto Budista Shingon de Japón, se trata de una personificación del amor divino. Se le considera el dios del amor, por esto preferí hacer su alusión, en vez de nombrar a un dios romano como Cupido. Tampoco quise hacer alusión a Benzaiten, porque a pesar de que también es considerada la diosa del amor y la música, es protagonista en otro de mis fic (le di el día libre esta vez, jajaja).

3.-Como siempre, agradezco a quienes me regalan valiosos minutos de su tiempo leyendo esta historia. Y a quienes dejaron sus reviews por el capítulo anterior a Mya23, blandy (Oh, gracias. Hago lo que puedo por apresurar las entregas, pero a veces, el tiempo no alcanza!. Gracias por tu apoyo), orochi (Gracias por el review. Qué bueno que te gustaron los dos capítulos anteriores. Muchísimas gracias por el apoyo. Creo que durante el próximo capítulo sabremos más sobre la maldición de Ranma), Nia06, Sofi, lerinne, BABY SONY (Gracias por el apoyo y por tus palabras. Creo que Akane se hace la dura, pero poco a poco esa barrera que construyó caerá. Quién sabe que pueda suceder en los próximos capítulos ¿no? Muchísimas gracias por tu review), soraDark666, vanessamcgregor (Gracias por tus palabras. Tengo una duda, estaba segura que había contestado a tu pregunta, si no es así, te pido mil disculpas, suelo ser bastante despistada. Más abajo encontrarás la respuesta ¿sí? Gracias por seguir leyendo y opinando sobre esta historia), Anngelakemy (Gracias por leer lo que escribo y por todo tu apoyo), Syndy, Sele, Caro, Barbs21, Paola (Gracias por tus palabras. ¿Te llegó mi contestación?, me avisas por fis ¿si?), Marce, Yram (Gracias, gracias por seguir leyendo las cosas que escribo. Ya actualicé "Traición…" y espero no volver a abandonar por tanto tiempo a ninguno de mis bebés, jaja) y Anami.

De todo corazón les agradezco que se tomen el tiempo para escribirme tan lindos reviews. Gracias, gracias, gracias.

Bueno, es todo por ahora, será hasta una próxima oportunidad.

Cuídense mucho y buena suerte!

Madame De La Fère – Du Vallon.


Ahora sí vanessamcgregor, la respuesta a tu pregunta:

Akane es la asistente de presidencia, algo más de lo que pudiera hacer una secretaria, porque tiene un rol gerencial. En palabras bastante simples, es la mano derecha de Ranma. En esta historia, Akane es abogada, esa es su profesión, pero aparte de ayudar a su jefe con todos los temas legales que se puedan generar, en mi mente (siniestra jajaja), Akane tiene el control de todo lo que tenga que ver con la compañía. Desde asesorar a Ranma en algo tan simple como pudiera ser la utilización de un determinado tipo de papel para enviar una carta (poniendo un ejemplo muy básico), hasta asistir a encuentros de negocio importantes (como el que se está preparando ahora), o tomar decisiones trascendentales en ausencia del presidente. En definitiva, en esta historia Akane es una chica con superpoderes, por eso a su vez cuenta con dos "asistentes" (Tomomi y Ryoichi). Si bien es cierto, la mayoría de las asistentes gerenciales son secretarias, mi idea en esta historia era que Akane estuviera la mayor parte del tiempo posible con su esposo (solo me faltó esposarlos jajaja), por eso la convertí en abogada/asistente, para que él no pueda hacer nada, absolutamente nada sin que ella lo sepa primero o sin que ella lo ayude en todo, de lo contrario, adiós a los viajecitos de negocio acompañado de su linda esposa, jeje.

Espero que te haya aclarado tu duda, de no ser así, me avisas por fis.

Un beso, cuídate mucho.

Madame...