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Capítulo 3
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Uchiha & Yamanaka.
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Días antes del torneo…
—"¿Cómo pude creer que Kakashi podría llegar temprano? Lo mismo de siempre…" —refunfuñó un furioso Sasuke, golpeando con rudeza el puck, que no acertó en la portería sino fuera de la pista.
Al unísono que su puck golpeaba la pared, el golpear de una puerta retumbó también en la solitaria pista de patinaje. Sasuke, pensando que podría tratarse (milagrosamente) de su entrenador, levantó su vista; sin embargo, pronto aquel pensamiento se derrumbó al ver que era esa patinadora fastidiosa: Sakura Haruno, la cual antes de adentrarse a la pista se aseguró de tener bien amarrados los patines.
Sasuke notó que no se veía muy animada, no al menos con el mismo semblante con el que la había visto cuando le habló minutos atrás.
—Hmph… ¿será por lo que le dije? —pensó para sí mismo, aunque pronto le dio igual la respuesta, y siguió calentando y esperando a que el perezoso de su entrenador llegara.
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Poco a poco a la pista fueron llegando más personas, entre estos un equipo que entrenaba en conjunto bajo la dirección del aclamado entrenador Maito Guy, sus alumnos consistían en su mejor pupilo y aprendiz: Rock Lee, un carismático patinador que aspiraba a ser el campeón olímpico de la sección varonil y que idolatraba a su entrenador, Neji Hyuga (la reciente adquisición) el cual junto con la única chica del grupo, Tenten, se preparaban para la competición de patinaje artístico en pareja.
Todos eran unos escandalosos, pensaba Sasuke irritado, pues ese equipo, o más bien ese entrenador era tan positivo y fastidioso que irritaba y más cuando pretendía competir con su entrenador ya que ambos eran viejos conocidos; ni que decir de su copia barata que era igual de escandalosa, de la parejita ni siquiera los tomaba en cuenta, salvo cuando Kakashi le hacía una que otra observación como:
"Ese chico es bastante rudo con esa chica"
"No le tiene confianza"
Y otras cosas más que decidía ignorar porque realmente no le importaban, le daban igual y así se lo hacía saber a Kakashi, pero su entrenador parecía no captar lo que le decía, pues incluso le comentaba cosas de la otra patinadora fastidiosa.
"¡No estás concentrada, niña! ¡Vas de mal en peor! ¡Ven aquí!"
—Es muy duro con ella ¿no crees? —comentó, atento al pleito que protagonizaban Danzou y Sakura.
—Kakashi, ¡¿cuántas veces te tengo que decir que me importa un CARAJO lo que estén haciendo los demás?!
Entonces, escuchó como su entrenador emitía un grito ahogado, siguiendo atento al chisme que se llevaba a cabo a unos metros de ellos, y por obvias razones ignorando lo que él decía.
—No lo creo… ¿realmente lo hizo?
Sasuke rodó los ojos con fastidio, y con la poca paciencia que le quedaba dio su último tiro (fallido) y dio por terminado el entrenamiento dentro de la pista.
—Al diablo… ya me voy.
—Mh… ¿te vas? —preguntó Kakashi, apenas prestándole atención.
—Sí, tú sigue en lo tuyo… mañana nos vemos y procura llegar temprano, sólo me haces perder el tiempo.
—Ja… claro… que te vaya bien. —lo ignoró este igualmente.
—Hmph…
Tomando toda su utilería, Sasuke se aproximó hacia la única entrada y salida de la pista, y no pudo evitar percatarse que aquella patinadora fastidiosa también había salido y se dirigía a los vestidores/baños, pero había algo extraño.
—"¿No tenía el cabello más largo?"
Al llegar a la abertura que hacía de entrada y salida a la pista se topó con el desagradable entrenador de esa chica, el cual con una expresión de molestia sólo le hizo mala cara antes de retirarse. Él lo ignoró o eso intentó pues el llamativo mechón de ¿cabello? Color rosa que traía ese sujeto en la mano fue difícil de ignorar, ni que decir cuando lo arrojó a la basura.
—Wow… que enfermo. —musitó en voz baja, haciéndose una idea de lo que había pasado y entendiendo por qué su entrenador se espantó cuando los observaba, pero… —¿A mi qué?
Sasuke se siguió dedicando a lo suyo, guardó su utilería y se dirigió a los vestidores/baños de varones, el cual estaba situado a un lado del de mujeres. Estando ahí, completamente solo y en silencio, comenzó a escuchar unos quejidos de dolor que hicieron eco cerca del muro que separaba ambos vestidores.
Al terminar de colocarse su playera, buscó el origen de aquellos ruidos, percatándose que provenían de la rejilla de ventilación, lo cual de inmediatamente lo hizo suponer que la persona que se quejaba estaba en el baño de chicas.
—Está llorando… —notó con claridad, sin poder apartar su vista de la rejilla, tratando de imaginarse a la persona que lloraba y la cual le dio la impresión era la patinadora de cabello rosa. —¿Será por lo que hizo ese viejo?
Generalmente a Sasuke le daba igual todo, pero escuchar llorar a otra persona era otra cosa para él, no le gustaba, le incomodaba, pero tampoco lo ignoraba, le era difícil ignorar el hecho de que hubiera una persona sufriendo tan cerca de él. Era un maldito raro, así se decía a veces así mismo; sin embargo esa extraña manera de ser fue lo que lo mantuvo de pie en medio del vestidor hasta que finalmente el llanto cesó.
—Parece que ya se calmó…
Aun así, se aseguró de que todo estuviera bien, por lo que se esperó un momento cerca de los vestidores, hasta que finalmente vio a Sakura salir de su respectivo vestidor.
—¿Se puso maquillaje? —notó indiferente, que esa chica se había embarrado pintura negra alrededor de los ojos para disimular que había llorado.
Viendo que todo aparentemente estaba bien, procedió a retirarse, escuchando por último en su andar como ese entrenador le gritó a la patinadora diciéndole que ahora parecía un maldito mapache.
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Día siguiente del torneo.
División deportiva Uchiha: comité de anti-delitos deportivos.
—Así que ganó ella…
—Sí, fue una victoria arrolladora, acabó con Ino Yamanaka y Hinata Hyuga, la cual no pudo disfrutar mucho de su primer lugar. —comentó Kakashi, atento a los papeles que leía mientras esperaba junto con su alumno en un ascensor. —Hizo un quad lutz de último momento, parece que los gritos de su entrenador apenas surtieron efecto.
—Hmph
Kakashi suspiró exhausto.
—Ah… yo no sé porque me molesto en contarte eso, se ve a leguas que no te interesa…
—Tú fuiste el que empezó a contarme los resultados de ese torneo. Supongo que ahora que esa tipa, Sakura, ganó Obito aprovechará para hacerle más promoción a la pista, lo que supongo resultará en que se aceptarán a más fastidiosos.
—Je… tal vez… pero puede que no, recuerda que el nuevo equipo de hockey entrenará ahí.
—Hmph… ¿y ya los conseguiste?
Sasuke observó el folder que su entrenador llevaba, este al notar su curiosa mirada lo ocultó debajo de su brazo, claramente diciéndole entre líneas que no podía hurgar en su investigación.
—Tal vez… pero quiero primero la opinión de tu primito.
—Primo en segundo grado.
—Como sea… todos se apellidan igual.
Al llegar al piso de destino, ambos hombres se dirigieron a la oficina de Obito Uchiha, donde Itachi, hermano mayor de Sasuke, también los esperaba.
Después de una breve conversación y de dejarle aclarada la tarea a Sasuke, este se retiró sin más, en dirección al ascensor.
Una cita con Ino Yamanaka era su primera asignación, y era un tremendo fastidio. Sasuke conocía a la chica por sus respectivas familias, la muy atrevida en una reunión (donde coincidieron) le arrebató el teléfono mientras lo usaba y registró su número sin autorización y para colmo, descubrió cual era su número al marcar.
Sólo porque en esa ocasión estaban las familias reunidas no le dijo nada, pero para Sasuke, Ino Yamanaka era como todo el resto de las chicas huecas y mimadas con las que generalmente se topaba; sin embargo, de alguna forma le había ahorrado el tener que preguntarle el teléfono ahora que tenía esa "misión", asignada por el comité.
El comité de anti-delitos deportivos que estaba conformado por su hermano, Obito, Kakashi y recientemente él, y otros más y cuya misión era investigar situaciones ilícitas que se cometían dentro del ámbito deportivo, ya fuera acoso, robo, sabotaje, soborno entre otra clase de cosas
Se podría decir que buscaban preservar la "paz" deportiva, pero había algo más de fondo, algo que Sasuke llamaba "venganza", pero que sus familiares lo ocultaban en forma de "justicia", pues un suceso trágico con uno de sus familiares los había marcado hacía algunos años.
"Shisui Uchiha" era el nombre del primo hermano de Sasuke e Itachi, un deportista nato, habilidoso que se había destacado por ser el mejor jugador de hockey de todos los tiempos o así al menos lo proclamaban los medios de comunicación. Muchos lo amaban, otros lo odiaban por el talento que tenía, y posiblemente fue este odio el que impulsó a que sucediera una tragedia, pues un día mientras regresaba a casa en su auto, el deportista se quedó sin frenos y terminó estampándose contra un muro.
Como consecuencia, Shisui quedó paralitico de la cintura hacia abajo, y tal fue el dolor y la depresión que sufrió que terminó quitándose la vida al cabo de unos años posteriores al accidente. El asunto de los frenos nunca fue esclarecido, los investigadores atribuyeron todo a una falla mecánica, pero esa versión ninguno de los Uchiha se la tragó, incluidos Sasuke e Itachi que tuvieron que presenciar como su primo favorito se fue desmoronando hasta que no quedó nada de él.
Lo curioso es que días antes del accidente, Shisui Uchiha había firmado un jugoso contrato para jugar con el equipo principal del país de fuego, contrato que quedó obviamente invalidado y que posteriormente fue dado a otra persona que recomendaron los Yamanaka.
Obito Uchiha al ver todo muy sospechoso y que definitivamente no había autoridad competente que pudiera dar con el causante del accidente de su familiar, fue que decidió crear ese pequeño comité secreto; y tan pronto consiguió los recursos puso las manos en marcha; sin embargo, conforme pasaba el tiempo, él y sus investigadores se encontraron que dentro de los deportes se cometían muchas irregularidades, abusos y delitos que ellos pretendían exponer cuando se diera la oportunidad.
Pero en lo que eso pasaba, Sasuke se preparó en su primera asignación, la cual consistía en sacarle la sopa a la mimada de Ino Yamanaka, pues se sospechaba que sus familiares pagaban para que ella obtuviera las mejores puntuaciones, lo que significaba (si era verdad) que los Yamanaka eran la clase de personas que podía llegar a hacer lo que fuera por tal de ganar o beneficiar a sus deportistas.
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Horas más tarde…
—Ah… Sasuke… llegaste puntual. —saludó un animada Ino, acercándose a la mesa donde el atractivo muchacho vestido de traje negro la esperaba.
Por mera cortesía, Sasuke se levantó para recibirla con una ligera reverencia (como le dijo su hermano que hiciera) pero la confianzuda rubia, lo abrazó por el cuello como si fueran muy íntimos amigos. Se la quiso quitar de encima, pero recordó nuevamente las palabras de su hermano así que esperó a que esta decidiera apartarse.
—Ay, lo siento… así suelo saludar a todos mis amigos. —rio Ino fingidamente.
—"¿Amigos?"
Sasuke sonrió hipócritamente y la invitó a sentarse, gracias al dios, él no tuvo que mover la silla, sino fue el mesero quien hizo aquel trabajo.
—Ay, Sasuke… este es un lugar muy bonito y exclusivo, nunca había venido aquí…—admiró Ino maravillada todo su alrededor, notando que había muy pocos comensales.
—Es calmado, aquí no nos molestarán ni nos verán. —comentó Sasuke indiferente, pero por alguna razón vio que su compañera enrojeció con lo que dijo. —¿Te sientes bien?
—Aww… Sasuke… es que… qué cosas dices. —respondió esta emocionada, tratando de no dejar volar su imaginación en donde ya se veía casada y en la cama con ese atractivo hombre de 18 años.
—Bien, comamos… pide lo que quieras, yo pago.
Sasuke ignorante de lo que pasaba por la cabeza de aquella chica, sólo tomó el menú y comenzó a leerlo.
Por parte de Ino, no se esperó tan poca conversación de su acompañante para el inicio de la cita, pero creyendo que era porque su cita tenía hambre optó por tomar también el menú para leerlo rápidamente.
Al final Sasuke pidió algo con mucha proteína e Ino sólo se mantuvo en la línea con una ensalada. Durante aquel lapso de espera para que les entregaran la comida, no hubo mucha conversación de por medio.
—¿Y qué has hecho? —preguntó Sasuke, tratando de hacer aparentemente conversación.
Ino enrojeció.
—Ah… pues ya sabes, entrenando aquí, allá… ganando…
—¿No perdiste ayer? —preguntó Sasuke sin mucho tacto.
—Quedé en tercer lugar, eso no es perder… o… al menos no para mí. —trató de componer ella con un tic en la ceja.
—Como quiera esa tipa, Sakura Haruno, te ganó por mucho ¿no?
La rubia se irritó más al recordar a su rival.
—Fue por mera suerte… igual que esa…Hinata Hyuga. —mencionó con desprecio.
En ese momento los platillos les fueron servidos.
—Yo no creo que haya sido suerte. —comentó Sasuke, dándole posteriormente un bocado a su comida.
—¿Cómo? —replicó Ino, picoteando la ensalada, le daba pena que su amor platónico la viera comer, no quería que pensara que era una tragona.
—Que no fue suerte que ella te ganara… fue mejor que tú, eso es todo. De la otra no puedo opinar, no la conozco, pero de Sakura sí, la he visto entrenar.
—Sí, claro…—siguió ella picando su comida con molestia. —¿podemos cambiar de tema?
—Como quieras.
—¿Qué es lo que…
—¿Tu familia patrocina a más deportistas además de ti? —interrumpió Sasuke, siendo habilidoso en su forma de hablar y al mismo tiempo sin dejar de comer.
—Eh… bueno… ¿para qué quieres saber eso?
—¿No puedo?
Ino se sonrojó con la expresión que puso Sasuke, pues a su perspectiva se vio muy seductor ni que decir de su varonil voz.
—No, no sólo soy yo… apoyan más que nada a fundaciones que promueven el deporte, pero bueno, sí… también patrocinan a otras personas, pero no sabría decirte con exactitud.
—Mmm… ¿y qué opinas de que digan que tu familia te compra las victorias?
—¡¿Qué?! —Ino rio con sarcasmo. —¿Crees que si así fuera hubiera perdido ayer?
—Pensé que dijiste que habías ganado. —acechó Sasuke con su mirada.
Ino se cohibió con esa forma de mirar.
—Me… me refiero al primer lugar. —replicó refunfuñona. —Esto es incómodo… ¿Por qué me preguntas está clase de cosas?
—Sólo quiero saber, y… sobre esos otros deportistas que patrocina tu familia… ¿no tienes miedo de que alguien te quite la victoria?
—No patrocinan a otras patinadoras más que a mí. —respondió ella con vanidad—en otros deportes o categorías pues… patrocinan a patinadores varones, jugadores de hockey, snowboarding, ski y así…
—Mmm… ¿y estos reciben favores especiales?
—Yo qué sé… ¿podemos cambiar de tema?
—Quisiera continuar con este…
—¿Por qué?
—Me interesa saber…—respondió Sasuke con seriedad. —Sólo hasta donde pueden llegar…
—¿Te refieres a mi familia? ¿Te interesa saber si hacemos trampa?
Sasuke se encogió de hombros, haciéndose el desentendido.
—Yo no he dicho nada.
—Mira Sasuke, mi familia es recta en todo lo que hace, trabaja honradamente y estoy segura de que todas las personas que patrocinan son buenas personas, tan buenas que, escucha bien, hubo una vez que uno de nuestros patrocinados fue atacado por mera envidia.
Los sentidos de Sasuke se sobresaltaron con aquella anécdota.
—¿Cómo fue eso?
—No sé, fue hace muchos años, yo era una niña… pero me comentaron que un patinador artístico fue acuchillado por la espalda mientras entraba a su departamento y no es lo peor, fue un día antes de la competencia, el pobre ya no pudo participar…
—… ¿y supieron quién lo hizo?
—No, o no sé… la verdad yo sólo sé esa anécdota por conversaciones en donde de repente entraba el tema. ¿Por qué el interés? —insistió Ino al sentir extraña la conversación
—¿No te da curiosidad? —se la regresó Sasuke, inclinándose levemente en la mesa con una sonrisita insinuante, algo que Ino interpretó como seducción y que por ende la hizo caer ante los encantos del Uchiha sin que se cuestionara nada más.
—Síí…—respondió entonadamente, dejando la ensalada de lado para apoyarse en la mesa de la misma forma que él.
—Yamanaka…
—¿Sí?
—¿Puedes sincerarte conmigo?
—Ajá…
—Si alguien quisiera hacerte daño como a esa persona… ¿en quién desconfiarías?
—¿Eh? —la rubia se sobresaltó, despertando de la ensoñación.
—Responde…
—Mmm…—no lo pensó tanto pues rápidamente a su mente llegó la imagen de su rival—¡Por supuesto que desconfiaría de Sakura Haruno!
Sasuke fue ahora el que se sobresaltó, pues consideraba que Sakura Haruno era alguien insignificante como para que pudiera hacer daño, sin embargo, le dio curiosidad.
—¿Por qué lo dices?
—¿Qué no es obvio? Ella envidia todo lo que tengo. —respondió Ino con vanidad, dejando de lado la actitud tímida. —Soy más hermosa y talentosa que ella y… bueno… mira… admito que ella es buena, pero tú y yo sabemos que en estos deportes se requiere más que talento o ser buena… a Sakura le faltan muchas cosas, y sí, creo que la desgraciada podría llegar a hacerme algo por el simple hecho de que soy yo… y por supuesto todo sería orquestado por su amargado entrenador, ese tipo creo que también haría de todo por hacerla ganar.
El entrecejo de Sasuke se frunció ante aquella insinuación.
—¿En qué te basas para decir eso?
Ino soltó una risita.
—Te lo pondré de esta manera, querido Sasuke… ¿Cuánto se debe pagar para poder entrenar en tu pista? —enumeró Ino con sus dedos. —Sakura pues...se sabe que viene de… ¿cómo lo digo?… de una familia que no tiene nuestros recursos, y ese tipo, su entrenador, hace de manager y de prácticamente todo con tal de no contratar al personal adecuado, no tienen un ¡staff! Para que me entiendas. Hasta donde tengo entendido la infeliz de Sakura es la que se tiene que preparar su propia comida y la de él; incluso ella misma hace sus trajes… y no sólo eso, para mí que aparte le hace favores de otro tipo a su entrenador, no por nada vive sola con él, dicen que sus padres prácticamente la vendieron con Danzou, así ha de valer la pobre. —rio. —Pero volviendo con el sujeto… se supone que su academia quebró hace años y… aun así… ¿sigue en el negocio? ¿Y con la tonta de Sakura manteniéndolo? Para mi que esos dos hacen algo, Sakura ha ganado en su respectiva localidad, pero ni así tiene buenos patrocinadores, y a mi parecer… escaló demasiado rápido… y repito, es buena… pero no sé, yo le veo inconsistencias, incluido en este último torneo, vi la repetición y su danza no se me hizo tan buena… entonces… ¿esa puntuación por un quad? Ya veré cuando haga el mío en la próxima competencia, a ver si a mi otorgan mi primer lugar. Ay, Sasuke… me compadezco de ti, debe ser un infierno tener que entrenar junto con ellos.
Sasuke se quedó sin palabras, le sorprendió la sarta de tonterías que decía esa chica; sin embargo, le pareció interesante esos comentarios acerca de Danzou Shimura, el cual le constaba que era un desgraciado y trataba peor que a un perro a Sakura.
—Entonces… —carraspeó. —Retomando… además de esa tipa, ¿Hay alguien más de quién sospecharías? ¿Los Hyuga, por ejemplo?
—Ay, no… esos son unos cerrados, Hinata es taaaaan aburrida… igual que toda su conservadora familia, aunque ese Neji Hyuga…—se mordió los labios.
Sasuke arqueó una ceja, viéndola como si fuera una tonta.
—¡Ah! perdón. —se disculpó la rubia al ver que había fantaseado y con otro hombre. —Quiero decir Neji Hyuga… es al parecer el único rebeldito de la familia, se rumorea que los Hyuga lo echaron por no querer participar junto con Hinata… y ahora le sonsaca el dinero a una pobre chica que necesita con urgencia una pareja… quién sabe qué será de él.
—Ese tipo entrena en la pista de los Uchiha… pero entonces… ¿él sería capaz de hacerte daño? ¿Para que gane su familiar?
—Eh… ¡Ah! no… solamente fue un comentario, me salí del tema… ay, pero Sasuke… mejor dejemos esa conversación de lado, y mejor hablemos de nosotros. ¿sí?
Ante tal sugerencia, Ino se aproximó para tomarle de la mano, pero Sasuke al notar sus intenciones, levantó la mano e hizo llamar al mesero.
—Lo siento, tengo otro compromiso… pero tu puedes quedarte, antes de que llegaras pedí que te dieran un postre o lo que sea… me harán mandar la cuenta, pide lo que quieras.
—¿Eh?
Sin darle tiempo de protestar, Sasuke se levantó de su lugar al mismo tiempo que llegaba el mesero y colocaba un pequeño pastelito frente a Ino.
—¡Espera Sasuke! Pensé que nos iríamos juntos… que me llevarías a casa —replicó finalmente, al sentir que el chico se le escapaba.
Sasuke frunció el entrecejo.
—Lo siento, no sé qué te hizo pensar que yo haría eso, asegúrate de hablarle a un familiar para que venga por ti. Yo me voy. —musitó con cierto fastidio que Ino alcanzó a escuchar.
Dicho aquello, Sasuke se retiró del sitio, mientras que la patinadora, decepcionada se dejó caer en su asiento, su cita no había sido para nada como lo había imaginado.
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—Así que Danzou Shimura y esa patinadora, pensé que esos dos no eran más que unos pobres infelices sin importancia. —musitó Sasuke mientras investigaba algo en su celular, escribiendo un nombre en el buscador. —Ahora veamos qué información te puedo sacar a ti. —planeó para sí mismo, encontrando de inmediato varias notas periodísticas y fotografías de su siguiente sospechosa: Sakura Haruno.
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La desanimada Ino, completamente decepcionada se quedó picando el pastelito sin siquiera probarlo hasta que lo hizo pedazos, no estaba de animo para comer, ni para hacer nada por lo que sólo se levantó de su sitio y se retiró por el mismo rumbo que su cita había tomado minutos atrás.
Al ir en el ascensor, buscó entre sus contactos a quien hablarle para que fuera por ella, aunque luego lo reconsideró, pues había salido de casa prácticamente sin pedir permiso pues de haberlo hecho su padre de seguro hubiera solicitado que sus chaperones (amigos) Shikamaru y Chouji fueran con ella ya que de repente podía llegar a encontrarse con periodistas o fans realmente pesados, y pensando en estos últimos recordó a ese acosador del día anterior, no había tenido el valor de contárselo a su padre, amigos o entrenador pues de haberlo hecho estaba segura que la paranoia de su padre aumentaría, por eso mismo ni siquiera pidió permiso para salir, no quería que nada arruinara su cita con Sasuke, aunque para su desgracia, este fue el que terminó por arruinarla.
—Al diablo, usaré una aplicación de transporte. —pensó para sí misma abriendo la respectiva opción en su teléfono.
Sin embargo, al estar en un lugar exclusivo hizo que la disponibilidad fuera mínima en el radio en donde se encontraba así que, exhausta, se aventuró a caminar hacia un lugar más concurrido y que quedaba cruzando un angosto puente que atravesaba un rio. Al ir caminando por ahí, admiró maravillada que había varios pintores captando diferentes áreas del entorno.
En eso, su celular sonó con una nueva notificación así que se detuvo en medio del puente para revisarlo, notando de inmediato que se trataba de un numero desconocido (diferente al del día anterior) y que tenía adjunto una imagen. Tragó saliva, su instinto decía que debía ignorar y bloquear como el del día anterior, pero su parte curiosa le dijo que tenía que averiguar de que se trataba.
Al final la curiosidad ganó, y abrió el misterioso mensaje, llevándose una gran sorpresa que le puso la piel de gallina.
Era una foto de ella de espaldas, en el lugar en el que actualmente se encontraba. Rápidamente apagó el aparato, viendo a su alrededor, tratando de buscar de donde se había tomado esa fotografía, tan distraída iba que comenzó a caminar en reversa hasta que de repente chocó con un bastidor de madera, en donde tumbó un montón de cosas, incluido el cuadro en el que estaba trabajando un pintor.
—¡Ay!, dios mío… lo siento, lo siento… —se apresuró a recogerlo.
—Descuida, estaba bien feo como quiera. Estaba a punto de romperlo también. —respondió un sonriente y pálido muchacho, recogiendo los pinceles y pinturas que también cayeron.
—¿Eh?
Ino alzó la vista, viendo que se trataba de un apuesto joven (bueno, para ella casi todos eran apuestos) y que le hizo creer que tenía cierto parecido a Sasuke, con la única diferencia que ese muchacho era algo paliducho y tenía una sonrisa extraña.
—Oh… me alegra haber ayudado. —trató de armonizar la conversación después de su estupidez, aunque al ver hacia la pintura que había derribado vio que se trataba de una obra de arte, pues prácticamente era la recreación de parte del entorno a su alrededor, tan realista que era como si se tratara de una fotografía. —¡No puede ser, te lo pagaré!
—Pues si quieres darme dinero, adelante.
—¿Eh?
Ino casi se cae, el tipo era bastante raro, y pensando justamente en cosas raras recordó el motivo que la hicieron toparse con ese chico, y nuevamente miró asustada a su alrededor.
—¿Te ocurre algo? —preguntó el muchacho extrañado con su actitud.
La patinadora dudó en decirle, puesto que ese joven también era una extraño; sin embargo, descartó que pudiera ser un acosador si minutos atrás estaba concentrado en esa pintura, así que con la nula confianza que tenía respondió:
—Creo… creo que alguien me sigue… ¿puedes ayudarme?
—¿Quién?
—¡Ah! ¡Si lo supiera no estaría muerta de miedo! —gritoneó esta, aunque luego reparó en su error. —Lo siento, pero es que… mira.
Le mostró su teléfono, mostrándole lo que había recibido.
—Mmm… por el ángulo de la fotografía y lo que se alcanza a ver alrededor… creo que fue tomado por ahí. —señaló hacia un montón de arboles y matorrales que estaban a inicios del puente.
—Ay… ¿eso crees? —musitó Ino angustiada.
—Sí, ¿quieres que vayamos a ver?
—¿Eh?
Y sin esperar una respuesta, Ino vio como ese desconocido se aventuró a ir a ese sitio como si nada, dejando sus pinturas atrás.
—Eh. ¿qué te pasa? — lo siguió Ino asustada.
—¿No quieres saber quién es el que te acosa? —preguntó este como si nada.
—Por supuesto que no, o… no así… ¿y si llamamos a la policía?
—Dudo que vengan, a menos de que seas alguien famosa. —rio el muchacho.
—Eh…
Ino se sintió extraña, ya que en su mundo, ella era algo así como famosa pero por lo visto ese muchacho ni tenía idea de quién era.
—¿Señor acosador? ¿Está por ahí? —comenzó a canturrear el muchacho susurrante, cuando llegaron al área donde estaba el follaje.
—¡Ah! ¡Estás loco!
—Parece que ya se fue. —concluyó el muchacho sin prestarle mucha atención.
—No me digas, eso parece obvio. —refunfuñó Ino sin dejar de estar asustada.
Pero ese muchacho no parecía tomarse nada apecho, siguió buscando y luego desde cierto ángulo, formó con sus manos un cuadrado, tal cual hacían algunos artistas cuando buscaban enforcarse en ciertos puntos
—Creo que fue aquí. —concluyó él. —Desde este ángulo te tomó la foto.
—Oh… ¿en serio con hacer eso pudiste saberlo? —preguntó la rubia impresionada.
—Eso y porque mira… aquí dejó unas cosas. —señaló él hacia abajo con una sonrisa.
Ino casi se cae de espaldas con tanta obviedad, pero dejando lo raro que era ese muchacho, miró lo que señalaba y se encontró con que había algunas envolturas de golosinas y también unos pequeños binoculares.
—Se le olvidaron. —los tomó el joven, observándolos. —Me los quedaré.
—¡AHHH! Estás loco. —gritó Ino. —Ay, ya no puedo estar aquí… mejor me voy… ¡vámonos! Por favor.
El joven sólo se encogió de hombros y salió junto con la chica.
—Ay… ahora cómo hablarle a papá y decirle que venga a recogerme. —se quejó Ino en voz alta.
—Si quieres puedo llevarte a casa. —dijo el muchacho como si nada.
—¿Eh? Pero…
—Soy Sai… si eso te preocupa, y ya me voy también y no me importa salvar a una damisela en apuros, como en los libros.
—¿Damisela en apuros?... me llamo Ino… Ino Yamanaka
Aclaró esta refunfuñona; esperando ver alguna reacción pero nada, Sai parecía que no tenía ni la menor idea de que era una patinadora "famosa". Se rindió con él, y exhausta aceptó su proposición, después de todo no le pareció que fuera una mala persona, solo un tipo raro.
—Está bien… ¿dónde está tu auto?
—¿Auto? Será bicicleta…
—¡¿Eh?!
—Pero si cabes, anda es por aquí, y por cierto avisa en tu casa por lo menos, no querrás que se preocupen
Ino refunfuñó, pero es lo que hizo, aunque sólo mandando un mensaje a su padre diciendo que había salido con "alguien" y que iba a demorar un poco en volver, pues todavía tuvo que acompañar a Sai a dejar sus pinturas en unos lockers comunitarios que quedaban cruzando el puente, para después montarse (detrás de él) en la bicicleta y hacer un recorrido que casi duró 2 horas.
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Para cuando la noche los alcanzó la damisela en apuros finalmente se vio frente a las rejas de entrada a su residencia.
—En serio Sai, no sabes cuánto te lo agradezco… ¿seguro no quieres que llame a un taxi para que te lleve? —preguntó al ver al muchacho todo sudado.
—No, haré buen ejercicio de regreso a casa. —se negó este con esa sonrisa rara.
—Ok…
Ino sonrió igualmente, aunque no se sentía del todo satisfecha, es decir, sólo irse y sin compensarlo más que con un simple gracias.
—Guárdame esa pintura… te la voy a comprar ¿de acuerdo? —dijo, tratando así de recompensarlo.
—Como quieras. —aceptó Sai como si nada, parecía de esos que les daba igual todo, aunque no en el nivel de Sasuke Uchiha.
—Ah... ¿y crees que puedas hacerme una pintura a mí? Es decir, ¿pintarme? —agregó para darle una doble bonificación.
Entonces vio una reacción en el muchacho, pareció sorprendido aunque después…
—Lo siento, no hago esa clase de pinturas…—dijo con una sonrisita.
—¡Ah! ¡no me refiero a que me pintes desnuda! —gruñó Ino al intuir lo que pensaba.
—¿Eh? —el muchacho rio, montándose en la bicicleta para luego darle la espalda. —Ni yo. Me refiero a que no me gusta pintar personas, son tan falsas… buenas noches, Ino Yamanaka.
Dicho aquello el muchacho se retiró, dejando a Ino sin palabras en la boca, la segunda vez del día, y nuevamente se cuestionó si se había equivocado o dicho algo malo.
Al entrar a casa y dar algunas explicaciones, excepto las de su acosador, el cual esperaba solamente que no la molestara otra vez o si no lo denunciaría, se quedó pensando en su cita con Sasuke Uchiha y también en la pequeña aventura que tuvo con Sai, y con ambos les dio la impresión de que se comportó como… ¿Cómo idiota? No quería decirse así, pero todo parecía indicar que era la única descripción que le quedaba.
—¿Qué hubiera pasado si en lugar de acusar a Sakura (que no me ha hecho nada) le hubiera dicho a Sasuke que había alguien que me estaba molestando? ¿Me hubiera acompañado a casa? —susurró para si misma. — Y si en lugar de decirle a Sai que me pintara a mí, hiciera la pintura de cualquier otra cosa ¿Lo hubiera aceptado?
Yamanaka suspiró confundida, sintiendo que últimamente nada salía como quería o planeaba.
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A la mañana siguiente:
Sasuke estaba decidido, abordaría a como diera lugar a Sakura Haruno y le sacaría la información tal cual como a Ino Yamanaka; sin embargo, dado a que no la conocía como a la otra, pensó que tendría que hacer algo más, si es que no resultaba ser toda una tonta que por tal de salir con él le diría todo, pero en lo que averiguaba eso, se propuso a abordarla en la pista de patinaje, donde siempre coincidían por las mañanas; sin embargo…
—¿Por qué hay tantos autos? —se extrañó al ver que el estacionamiento estaba muy lleno para ser tan temprano, y para colmo alguien se había puesto en su lugar.
Amargado por tal hecho, bajó de su auto y hecho una fierecilla se apresuró a entrar a la pista, en donde se encontró con diversas personas que estaban haciendo una sesión fotográfica dentro de la pista donde estaba montado todo un set.
La modelo era Sakura Haruno, quien para sorpresa de Sasuke no parecía ser la misma chica con la que compartía la pista, pues la que en ese momento estaba siendo fotografiada desde varios ángulos estaba perfectamente maquillada, peinada, luciendo un esplendoroso y muy llamativo traje rojo con negro.
—Se ve muy linda. ¿no lo crees?
—Ah… Kakashi…—gruñó el Uchiha sin haberse percatado cuando su entrenador llegó. —¿Qué demonios están haciendo?
—¿Qué parece? Una sesión fotográfica…
—Eso es obvio, pero…
—Sí, en medio de la pista, tu primito lo autorizó. Como ya has de saber, Sakura Haruno es la nueva sensación del momento, o como los medios la han empezado a llamar: "ice star".
Sasuke hizo una mueca de fastidio ante la nueva complicación que se venía
—¡hey!... Ustedes…
Y hablando de complicaciones, pensó Uchiha al ver al braveado Danzou caminando hacia su entrenador y él.
—La sesión terminara en una hora, así que lárguense… tenemos la autorización del dueño, y tú…—lo señaló despectivamente. —Ni siquiera la mires.
—Hmph…
Sasuke ni siquiera le respondió, le dio la espalda y se dispuso a marcharse, a la vez que tramaba algo nuevo para abordar a esa chica, pues como Kakashi le había dicho, Sakura era la sensación del momento, acercarse por el momento sería difícil.
—Un momento Sasuke… ¿a dónde vas? —detuvo Kakashi.
—¿No escuchaste lo que dijo el viejo?
—Sí, pero no es para que te marches… no al menos sin mí.
Sasuke frunció el entrecejo, no estaba de humor para sus tonterías.
—Anda, relájate… iremos a otro lugar… —animó dándole un empujoncito.
—¿A dónde?
Kakashi sonrió detrás de su cubrebocas (que siempre llevaba puesto)
—Irás a conocer a los candidatos que elegí para el nuevo equipo de hockey.
Continuará.
N/A: muchas gracias a los que están leyendo esta historia y la apoyan con su votos y comentarios. Espero les siga gustando.
Saludos.
06 de agosto de 2023
