.

Ice Stars

Capítulo 4.

"Rivalidad/Acoso/Amigos"

.

.

—¡FELICIDADES!

Los cañones de confeti explotaron por encima de una sonriente Hinata, la cual había sido solicitada (en secreto) por Kurenai en el lugar donde se practicaba el patinaje sobre ruedas

La Hyuga no se lo había esperado, y realmente se sintió feliz de que su exmaestra hubiera preparado todo aquello para ella, a pesar de no haber ganado el primer lugar, y no sólo ella, sino también él, Naruto, quien fue quien la recibió colocándole una corona de flores en su cabeza.

—Arrollaste con la competencia, Hinata… felicidades, acabaste con Ino Yamanaka…

—Aunque le faltó para ganarle a Sakura Haruno. —se escuchó posteriormente una amargada voz que hizo que todos los presentes se silenciaran. —Tu favorita ¿no, Naruto?

El muchacho respingó ante la insinuación, algo que no pasó desapercibido por Hinata que nuevamente se encogió en su sitio.

—Shion, esta es un reunión para felicitar a Hinata por su segundo lugar, un lugar que no se debe menospreciar. —aclaró Kurenai molesta.

—Sí, tu comentario no viene al caso. —opinó un chico llamado Kiba que siempre iba con su perrito Akamaru, así como otros chicos que formaban parte del grupo de skaters que apoyaban a la tímida Hyuga.

—¡Bah! Son una bola de conformistas. —se quejó la chica. —mejor me voy.

—Ay, no le hagas caso Hinata. —ignoró Naruto. —ella ni siquiera sabe lo que es estar en una competencia, ¡realmente lo hiciste bien!

—Gracias, Naruto-kun…—susurró esta suavemente. —pero admitámoslo… Sakura Haruno fue la mejor en esta ocasión.

—Bueno… eso

—Sí, es verdad… —comentó Kurenai acercándose a su exalumna. —pero demostraste Hinata que tienes mucha pasión, es lo más importante y es lo que creo que le falta a Sakura Haruno y a Ino Yamanaka, sólo trabaja más en eso y verás que vencerás.

La chica asintió, tomando muy en serio el consejo de su exentrenadora.

—Por cierto, hicimos un pequeño pastel para celebrar tu triunfo… ¿te gustaría?

—Seguro, se los agradezco a todos. Nunca nadie había hecho esto por mi antes. ¿Recuerda entrenadora Kurenai? A mi padre no le gustaba festejar.

—Así es, pero él no está aquí… así que sólo disfrútalo.

—Sí, Hinata… yo creo que más bien perteneces a los de este lado. —comentó Kiba.

—¿Eh?

— A los que tienen los patines en la tierra, eso del patinaje artístico me parece muy aburrido y esclavizante. —rio el muchacho.

—Tiene sus cosas buenas y malas. —opinó Kurenai.

—Ah… sí ¿cómo qué cosas? —curioseó Naruto.

—Como que te da más prestigio y es más estricto de cierto modo, no cualquiera lo soportaría. —se escuchó una voz desconocida.

El grupito reunido se cohibió con la llegada de dos extraños, que en realidad no eran tan extraños pues tenían su propia fama en el ámbito deportivo. Kurenai y otro entrenador de edad de cabello blanco que, se había mantenido en silencio en su respectiva oficina observando todo el festejo, de inmediato se pusieron en alerta.

—Kakashi Hatake… que sorpresa.

—¿Qué te trae por aquí?

—Maestro Jiraiya… entrenadora Kurenai. —saludó este respectivamente.

—¿Vienes cazando talentos de nuevo? —preguntó el de cabello blanco con ironía.

—No podría haberlo dicho mejor, he observado a los alumnos que tienen y son buenos, y en especial me interesan ese grupito de skaters vagos.

—¡Oiga! ¡¿A quién le dice vagos?! —reclamó Naruto al ser señalado.

—Kakashi, no puedes venir sólo así y robar a nuestros alumnos.

—Por favor, Kurenai, este lugar no es precisamente una escuela de patinaje, es sólo un centro de formación para que los vagos no sean tan vagos, es un lugar recreativo en pocas palabras.

—¡¿Y dale con la palabra vagos?!

—¿Por qué no te callas y dejas que hable? —interrumpió una molesta voz.

—Oye… ese es Sasuke Uchiha ¿no es así? —murmuró Kiba a Hinata.

—Sí. —la chica sudó en frío, pues se sabía que ese tipo era un jugador de hockey muy frívolo que incluso los ex integrantes de su anterior equipo lo detestaban.

—¡Oye! ¡¿Tú quién te crees que eres?! —reclamó el rubio.

—Hmph…

—Chicos, calmados. —intercedió Kakashi. —Maestro Jiraiya y Kurenai, no venimos con malas intenciones, al contrario venimos con una propuesta que le beneficiaría, maestro. —señaló al hombre. — y por supuesto a todo el grupito de vagos.

Naruto volvió a respingar.

—Te escuchamos. —le concedió el maestro la palabra.

—Bien, primero voy a nombrar a algunos. —tomó Kakashi una hoja con notas. — "Naruto Uzumaki"

El rubio se sobresaltó al ser nombrado.

—Kiba Inuzuka, Shino Aburame, Konohamaru Sarutobi… ustedes han sido elegidos para tener la oportunidad de formar parte del nuevo equipo de Hockey llamado "Hebi", el cual será patrocinado por la familia Uchiha, lo que se les ofrece, es obviamente un contrato por una cantidad que obviamente a su edad ni siquiera pueden imaginar tener, claro está, siempre y cuando ganen los partidos y torneos, por supuesto también se les ofrece becas del 100% para que vayan a la universidad de su elección.

Dicha oferta obviamente fue tentadora para el grupo de "vagos" pues casi todos ellos tenían un problema económico en sus hogares que bien podría solventarse con aquella proposición.

—¿Y qué más Kakashi? ¿Qué seguridad y garantías les das a los muchachos? —preguntó Jiraiya como intermediario, sabía que la propuesta era buena y que no había nada que pudiera compensar a los jóvenes, en el centro de reformación "público" en el que trabajaba.

—Por supuesto tendrían un entrenamiento controlado, también acceso a doctores y especialistas, en el caso de Konohamaru, que es el más pequeño del grupo, sería el comienzo de su formación.

El menor que sólo escuchaba tragó saliva ante la posibilidad de volverse un famoso jugador de hockey.

—Cualquier lesión que pudieran sufrir durante los juegos o entrenamientos sería totalmente cubierto por la familia Uchiha.

—¿Y consecuencias posteriores a una lesión que les impida seguir? ¿Qué seguro les das? —preguntó Kurenai.

—Eso no me lo especificaron, pero intentaré que sea la mejor, pero no sólo eso… maestro Jiraiya.

El hombre se sobresaltó.

—La familia Uchiha también quiere contratarlo para que sea el coach del equipo, de manera que estos jóvenes son sus alumnos y lo conocen, además de que se sabe que tiene la experiencia en el trato con jóvenes que ayudaría a los demás integrantes del equipo; sin embargo, los términos de su contrato sería algo que tendría que ver directamente con la familia Uchiha.

—Ya veo. Admito que es una propuesta bastante tentadora.

—Debería tomarla maestro Jiraiya, no todos los días se hacen propuestas así. —opinó Kurenai enseriada. —Y en caso de que los muchachos acepten, estarían con alguien conocido… los podría cuidar mejor. —susurró, pues conocía lo oscuro que podían ser ciertas negociaciones en los deportes.

—Está bien, yo acepto. —dijo el hombre sin pensarlo tanto.

—¡Que! ¡Maestro Jiraiya! ¿En serio se va a dejar llevar por esos tontos? —gritoneó Naruto.

—Naruto, es una buena oportunidad. —replicó Kiba. —O al menos yo si aceptaré, necesito el dinero… y si con patinar y golpear un estúpido puck puedo hacerlo, que así sea.

—Yo lo haré por la beca. —opinó el más serio del grupo: Shino. —Si algún día quiero ser maestro, me debo formar en una de las mejores universidades.

—¡¿Qué?! ¡¿tú también?!

—Naruto-nichan. Es una buena oportunidad. —opinó también Konohamaru. —Yo también aceptaré.

—¿Qué pasa Naruto? ¿Por qué tú no? ¿O es que acaso esperas que tu padre te pague la universidad? —retó Kiba. —Te recuerdo que ni siquiera has podido conseguir un trabajo de medio tiempo.

El rubio sudó en frío ante aquella insinuación, ni que decir de Hinata cuya fiesta había quedado en el olvido, y ahora estaba presenciando lo que podría ser la decisión que definiría al muchacho que le gustaba.

—¡Pues no confío en tanta maravilla! —gritoneó el rubio. —¡¿cómo sé que no nos quieren utilizar y luego desechar?!

—¿Tienes gas en el cerebro o qué? —exclamó Sasuke irritado. —Serás un idiota si no aceptas.

—¡Ay, sí! ¡¿Te crees muy bueno? Quiero saber si lo que dicen es verdad, te reto, si puedes patinar como yo, entonces iré… sino creeré que eres un charlatán.

—¡Oye! pero patinar en el hielo no es lo mismo que en tierra, zoquete. —recalcó Kiba. —¿Qué va a saber este tonto de patinar sobre ruedas?!

—Hmph... —sólo se escuchó por parte de Sasuke, quien dibujó una sonrisita socarrona en su rostro. —acepto el reto.

.

.

Acto seguido, después de haber solicitado unos patines prestados, Sasuke ya se encontraba a un lado del rubio hocicón, listo para la competencia de carreras que este impuso.

—¿En serio sabes cómo hacerlo? No te vayas a caer.

—Cállate, Usuratonkachi y observa.

—Bien, muchachos. —llamó Jiraiya con una bandera en mano, siendo él quien sería el juez de la competencia. —En sus marcas, listos… ¡FUERA!

En ese momento, ambos muchachos salieron disparados por el largo camino del parque, yendo casi a la par, para sorpresa de ambos varones que se sorprendieron por su velocidad y habilidad respectivamente; sin embargo, Sasuke tenía un plan en mente y cuando encontró la oportunidad perfecta, empujó a su rival, haciendo que este perdiera un poco de equilibrio.

—¡Oye, baboso! ¡¿qué te pasa?!

—¡Así es en el hockey idiota! —recalcó este tomando la ventaja e insultándolo con el dedo medio.

El enfurecido Naruto, se equilibró de nuevo y patinó de nuevo con todo su potencial, queriéndole aplicar la misma táctica a su rival, pero era imposible, no lo podía alcanzar, incluso el presumido se jactó mostrándole que podía brincar por encima de bancas y otros obstáculos, al final, Sasuke Uchiha fue el vencedor y era como si ni siquiera se hubiera esforzado tanto, a diferencia de Naruto que terminó desecho.

—Bien, chico… ¿qué dices? ¿aceptas? Si entrenas conmigo, te aseguro que tendrás el mismo nivel que Sasuke. —invitó Kakashi. —o puedes ser mejor.

—¡Por supuesto iré! —aclaró este molesto. —¡Yo te enseñaré, Sasuke Uchiha!

—Hmph… perdedor. —ignoró este, volviendo al auto.

—Que lindo, parece que Sasuke también ya tiene un rival. —observó Kakashi con una sonrisa. —Bien muchachos, en unos días iré yo con un representante de la familia Uchiha para ver los términos de sus contratos y correspondientes permisos, si todo sale bien, muy pronto estarán todos entrenando en la pista privada de la familia Uchiha.

—¡¿eh?! ¿Se refiere a esa que acaban de adquirir? —preguntó Naruto inocentemente.

—Sí.

—Es donde entrena Sakura Haruno ¿verdad? —dijo ilusionado.

—Eh… sí, ella está ahí. ¿La conoces?

—¡No! ¡Pero lo haré! ¡Yeii! Hubiera mencionado eso desde un principio entrenador Kakashi y lo hubiera aceptado.

—Vaya… que interesante, pero está bien, nos vemos muchachos.

—¡Sí! ¡¿Escucharon?! ¡Vamos a entrenar donde está Sakura Haruno! —festejó Naruto con sus amigos y el maestro Jiraiya.

A lo lejos, Hinata vio la ilusión que su querido Naruto emanaba, se veía muy feliz y eso le gustó, aunque también se sentía triste de algún modo.

—Vamos Hinata, no es el fin del mundo. —alentó Kurenai. —Por culpa de esos dos ya no pudimos partir el pastel… ¿te gustaría?

—Sí.

—¿Por qué no llamas a los demás? ¡Anda!

—Está bien…—respiró la joven y se volvió hacia donde estaban los muchachos. — ¡Naruto-kun! ¡Kiba-kun! ¡Shino-Kun! ¡Todos! Vengan a festejar.

—¡Oh! Es cierto! ¡Lo sentimos Hinata! —se acercó rápidamente Naruto, para su sorpresa. —Era tu fiesta, después nosotros festejamos… ¡¿Qué te parece?! Ahora seremos algo así como colegas del hielo ¿no crees? Tal vez puedas ayudarme con algunos trucos para no dejarme vencer por ese tonto, ya que nunca he patinado sobre hielo.

—Eh… sí. —respondió esta abochornada —"¿Colegas del hielo?" —pensó sonrosándose.

No le pareció tan mala idea.

Ganar le concedió todo lo que necesitaba.

Sakura Haruno se encontraba momentáneamente en la cima y era de ella de quien todos hablaban, o al menos en el ámbito deportivo. En cuanto la competencia terminó, una marca de joyería y maquillaje se ofrecieron como sus patrocinadores, dando una cuantiosa cantidad de dinero para que promoviera sus productos, así que casi de inmediato a que ganó ya se encontraba grabando o siendo fotografiada para la publicidad de dichas marcas.

Casi de un día para otro ya había panorámicos con su rostro, y los televisores no dejaban de pasar sus comerciales que fueron un tanto controversiales, debido a que la marca le había dado un slogan un tanto "cuestionable" pues tenía que decir que "el rosa era el nuevo rubio", esto obviamente era un ataque indirecto a Ino Yamanaka, de quien aparentemente se estaban vengando porque no quiso promocionarlos en otra época, pero en fin, era lo que le pedían hacer, era lo que su entrenador le pedía hacer y era lo que ella necesitaba hacer para llevar el pan a la mesa.

Aunque no todo era de color de rosa realmente, algo de lo que se dio cuenta cuando todo más o menos se tranquilizó a su alrededor, unas semanas después del torneo cuando le dieron finalmente cuentas de sus ganancias.

—¿es en serio? ¿sólo esto? —se quejó Sakura al ver un cheque con una denominación menor a lo que había firmado en el contrato inicial.

—¿Qué te puedo decir, Sakura? —respondió Danzou. —me cobré los gastos de representación que me debes desde hace meses, ni que decir de los gastos que absorbo por ti y tus padres, menos el porcentaje que pactamos con tus padres para tu universidad, eso es todo.

—No puedo creerlo, esperaba algo más… pero bueno, ya que te cobraste bien, supongo que ahora si tendré a un vestuarista, a un maquillador… a un….

—No digas tonterías, seguiremos como hasta ahora, esas cosas no son necesarias, como te habrás dado cuenta, has ganado por tus propios méritos y esfuerzos, además así podremos ahorrar más. Lo único que necesitamos es más tiempo en privado en la pista de patinaje y en el gimnasio y eso ya está resuelto, así que confórmate con eso.

Sakura se mordió el labio, no muy satisfecha.

—¿Qué? ¿Quieres replicar? Porque sabes que puedo llamar a tus padres y decirles que desfalquen el fondo de ahorro para tu universidad, si es que quieres más comodidades.

—No, así está bien, señor. No es necesario.

—Buena niña… ahora retírate ya pronto será la hora de la cena.

—"Que yo tengo que seguir haciendo" —rodó Sakura sus ojos, lista para marcharse.

—¡Sakura! —llamó Danzou con seriedad.

—"Ush… se dio cuenta" —con una sonrisita nerviosa lo encaró de nuevo. —¿Sí?

—Más vale que hagas todo lo que digo, estos patrocinadores que tienes solo los tendrás hasta el siguiente torneo, si pierdes en ese torneo los perderás también a ellos, así quedó estipulado en el contrato, por lo que te sugiero o más bien te exijo que te esfuerces más.

—Claro, yo haré lo que me diga.

—Buena niña, tengo algo planeado para ti, algo que te asegurará la victoria.

—¿En serio? —Sakura se intrigó. —¿Qué cosa?

—Te lo diré cuando termine de armar las rutinas bien, anda ¡ve a hacer la cena!

La chica volvió a rodar los ojos con molestia y se retiró de la oficina de su entrenador, el cual sólo esbozó una sonrisita peligrosa.

.

.

Por otro lado, Sasuke no encontraba la forma de interceptar a Sakura Haruno, primero por la popularidad que esta ahora tenía, le era irritable tenerla que ver en esos panorámicos maquillada como si fuera una mujer de 20 años, ni que decir de sus irritantes comerciales, y en segundo porque estaba haciendo algo que su familia le había pedido no hacer.

Cuando Sasuke informó sus sospechas sobre Sakura y Danzou, su hermano Itachi y Obito lo descartaron, en primero porque Itachi ya había investigado a Danzou y aparentemente no le encontró nada y segundo por que Obito, le dejó claro que por el momento era su mejor cliente al haber solicitado (y pagado más) horas de entrenamiento en la pista, pero Sasuke no se quedó quieto y decidió hacer una investigación por su cuenta, una que hacía cada vez que podía porque si no estaba ocupado en su propio entrenamiento, perdía el tiempo con Kakashi y la bola de inadaptados que ahora formarían parte de su equipo y que no tenían ni un poco de noción de cómo patinar sobre hielo, así que era como estar entrenando niños.

Pero conforme fue pasando todo el alboroto y la sensación que causaba Sakura se calmó, decidió de nuevo poner su plan en marcha, así que acudió temprano a la pista a entrenar, aunque no fuera en el horario que ahora tenía establecido.

—Ahí… ahí está. —observó por el espejo de su auto, que Sakura llegaba al área de las instalaciones, trotando como suponía hacía todos los días.

Iba cubierta hasta la cabeza por una chaqueta, suponía que para no llamar la atención, algo que generalmente hacían las deportistas femeninas pues tendían a ser las más acosadas.

—Bien, aquí voy. —se preparó para bajar del auto cuando en eso vio que un sujeto, salido de entre los matorrales, la interceptó. —¿Quién demonios es ese?

.

.

—¡Sakura-san!

La aludida, dio un salto de la impresión al verse de repente bloqueada por un robusto sujeto que había salido de la nada de entre unos matorrales.

—¿Quién… quién eres tú?

—¡Sakura-san! ¡No sabes cuánto he esperado este momento! ¡Por fin te encuentro sola!

—¿Disculpa?

—Me llamo Koji, y soy un gran admirador tuyo… eres tan bonita.

—Eh… gracias, pero tengo que ir a entrenar y no deberías estar aquí te puedes meter en problemas. —recalcó Sakura amablemente.

—Lo sé, pero me gustaría saber si podríamos hablar a solas, en otro lugar. —invitó este, sobando sus manos con insistencia.

—¿Eh? No… no puedo, lo siento.

—Yo creo que sí puedes. —el rostro amable del muchacho cambió a uno más malicioso. —Anda, ven conmigo…—intentó tomarla de la mano.

Sakura rápidamente se evadió y siguió caminando.

—No, por favor. Te pido amablemente que te retires. Adiós.

—¡Oye, bonita! ¿Quién te crees? ¡He esperado mucho para este momento! —reclamó el sujeto, tomándola de la muñeca con fuerza.

—¡¿Qué te pasa?! ¡suéltame, estúpido!

—Vas a venir conmigo quieras o no y me enseñarás lo flexible que eres, quisiera saber que tanto puedes abrir las piernas. Tus piernas de oro.

Sakura se asustó ante aquella insinuación y apretó con su mano libre la del sujeto en un intento por zafarse.

—Vaya, que fuerza tienes, bonita, pero no tanto como la mía. —La jaló el sujeto de ambas manos, apretando con fuerza sus muñecas.

Sakura se resistió pero inevitablemente fue jalada por el sujeto, el cual prevenido estaba evadiendo que lo pateara en sus partes nobles, pero antes de rendirse optó por otra táctica.

—¡A ver que te parece esto!

Y sin más se pescó a su brazo con los dientes, tan fuerte que el sujeto gritó adolorido y fue suficiente para que le soltara de un brazo. Con su mano libre, Sakura se preparó para golpearlo, sin embargo aquel ataque pareció llenar aún más de adrenalina a su atacante, que enfurecido la zarandeó con violencia y posteriormente levantó su herido brazo para golpearla con todas sus fuerzas.

—Maldita zorra…

Sakura se cohibió ante la inminente amenaza, sintiendo que ese sería su fin, cuando de repente, alguien apareció, deteniendo el brazo de ese sujeto.

—¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño, idiota?

—¿Sasu-ke-kun…?

Lo demás pasó demasiado rápido ante los ojos de Sakura, que sólo alcanzó a ver como Sasuke le daba un tremendo golpazo al sujeto en el estómago que le sacó todo el aire lo que ayudó a que la liberara de su otro brazo.

Sakura cayó de sentón, estaba paralizada, la previa adrenalina que había sentido al defenderse pareció esfumarse ante el mar de probabilidades que hubiera sucedido en caso de que ese sujeto hubiera conseguido su objetivo.

—Oy… ¿estás bien? ¿Estás herida?

De repente sintió una mano cerca de su boca, y fue que reaccionó, era Sasuke Uchiha, quien de cuclillas frente a ella parecía estarla analizando.

Su primera reacción entonces fue llevar una mano a donde Sasuke la había tocado, ya que sintió un amargo sabor: era sangre y no precisamente de ella. Comenzó a llorar.

—Tranquila, ya mandé a llamar a seguridad para que se lleven a ese sujeto. ¿Te encuentras bien? ¿Te puedes poner de pie?

Sakura llorosa, a duras penas asintió, pero al intentar levantarse sintió como todo le temblaba, sus rodillas las sentía sin fuerza.

—"Está muerta de miedo" —pensó Sasuke, ayudándole posteriormente a ponerse de pie para que no se cayera, y tal cual como un caballero la llevó hacia las instalaciones de la pista de patinaje para ponerla a salvo.

Dejando a Sakura en una de las bancas, el Uchiha se metió a la cafetería la cual estaba aún sin el personal y de ahí tomó algo de agua caliente de una cafetera para preparar algo de té.

—Ten… toma esto… te tranquilizará.

Sakura tomó el vaso con sus manos que temblaban tanto que derramó algo del té en si misma.

—¿Quieres que llame a alguien? ¿A tu entrenador? ¿Tus padres?

La patinadora negó con la cabeza.

—No, estaré bien.

—Bien…

—Gracias. —musitó ella levemente.

—¿Mmph?

—Por ayudarme.

—No hay de que, aunque debí intervenir antes.

—¿Eh?

—Es que vi cuando ese sujeto comenzó a molestarte. —sinceró. —Pero me pareció que ibas a poder arreglártelas sola, le diste buena pelea. —admitió con una sonrisita que provocó que Sakura se sonrosara. —pero de igual modo debí intervenir antes, lo siento.

—Oh… ya veo.

—Te asustó mucho. ¿no es así?

—Sí, en especial por lo que me dijo.

—¿Qué?

—Me dijo que quería ver que tan flexible era, que… que tanto podría abrir las piernas. "mis piernas de oro" —repitió con repulsión.

—Entiendo. No debes abrirle las piernas a cualquiera.

—¿Eh? —Sakura se sobresaltó.

—Creo que no me exprese bien, aunque no sé de qué otra forma decirlo. —dijo Sasuke indiferente. —pero sí, no lo hagas.

—¿Qué?

—No le abras las piernas a cualquiera o te puedes arrepentir.

—Oye, creo que está conversación se está pasando un poco de mi límite de tolerancia—reclamó Sakura comenzando a abochornarse.

—Yo sólo te lo digo por experiencia. Parece que eres una de esas chicas cursis, de esas que espera que la primera vez sea especial y esas tonterías, por eso te lo digo. En fin, te dejo… quiero saber si ya vino la policía por ese sujeto.

Entonces Sasuke se marchó, dejando a Sakura con un montón de incógnitas, pero también se percató de algo, que Sasuke se había comportado muy bien con ella. Tal vez no era tan idiota, como últimamente lo tenía catalogado.

—Es tan lindo. —murmuró para si misma, feliz de conocer una faceta nueva de él, aunque luego recordó sus últimos comentarios y la sonrisa se le borró. —Y tan raro. Sasuke-kun… eres todo un misterio.

Mientras que por otro lado, Sasuke sintió que había conseguido el primero de sus objetivos de un modo un poco más natural a lo que había planeado, pero a la vez desagradable por lo que había presenciado; algo que lo hizo dudar un poco de nuevo.

Después de lo que vio Sakura ¿era la villana? ¿O sería otra deportista "victima" que se añadiría a su lista?

.

.

Horas más tarde y la noticia del ataque ya estaba esparcida por todos lados, para cuando menos lo esperó, Sasuke presenció como Sakura era regañada por Danzou por lo que pasó.

— "Eso te pasa por descuidada, de seguro ibas toda expuesta, ¿qué parte de "eres una figura pública" no entiendes? Que los medios no se enteren de esto o nos comerán vivos"

—Claro, lo más fácil es echarle la culpa a ella. —comentó Kakashi, pendiente del chisme. —En vez de que tome su responsabilidad como el entrenador y tutor que es.

Sasuke se hizo el indiferente a los comentarios de su entrenador, y mientras fingía entrenar veía de reojo como Sakura sólo asentía, aparentemente absorbiendo el regaño. No la culpaba, a leguas se notaba que no se podía razonar con ese sujeto así que lo más fácil era darle por su lado.

.

.

—En fin, si hay alguien chismoso aquí que entere a los medios de lo que sucedió te catalogarán como una mujer débil por lo que he decidido que empezarás con la primera fase de tu entrenamiento para las finales.

—Sí… ¿qué debo hacer, entrenador Danzou?

El hombre sonrió de lado.

—Les demostrarás a todos que tienes las mismas capacidades que un hombre, así que practicarás todos tus saltos de manera que logres los quad ¡en todos!, incluyendo el Axel con el que siempre has batallado.

—¡¿Qué?! —Sakura y demás oyentes que alcanzaban a escuchar la voz de Danzou se sorprendieron.

—Sí, mi niña. —rio Danzou, pendiente de los murmullos que se empezaban a escuchar. —De seguro has escuchado que una mujer no puede lograr los mismos saltos que un hombre porque no tienen la misma fuerza que ellos.

—Bueno sí, pero es cuestión algo también del físico es cierto que hombres y mujeres…

—No te pedí que me dieras cátedras de la diferencia entre hombres y mujeres, Sakura, sólo quiero que me escuches y ¡hagas lo que te digo! ¿te sientes con la suficiente confianza para lograr lo que dicen que sólo los hombres pueden hacer?

Sakura tragó saliva y se abstuvo de responder, dado a que los demás competidores podían juzgarla y tacharla como toda una tonta ilusa; sin embargo, en su interior algo le decía que lo podía lograr, ni qué decir cuando recordó que Sasuke, a su manera, le había dicho entre líneas que era fuerte, eso era un plus.

Danzou se tomó la expresión de su alumna como un "sí, sí puedo" así que iniciaría con ella el entrenamiento más estricto que jamás hubiera dado, aunque tuviera que destrozarla y armarla de nuevo.

.

.

—Sí que está loco ese sujeto, mira que decirle a esa niña que practique puros quad. —opinó el entrenador Guy, cuyo discurso de Danzou le impedía concentrarse.

—Sólo hay un récord por los mejores quad dados y ese lo tiene Neji. Tres quad lutz en un programa largo —comentó Lee impresionado. —Un récord que pienso vencer yo también, aunque Sakura-san…—se sonrojó. —sería maravilloso si pudiera hacerlo.

—Ay, Lee… me impresiona que aun no te hayas armado de valor para hablarle, por ahí escuche que uno de los chicos que están entrenando para el hockey también le gusta ella. —comentó Tenten.

—¿Por qué no dejan de chismorrear y nos seguimos enfocando en nosotros mismos? En especial tú, Tenten, estás al pendiente de lo que hará esa patinadora cuando tú ni siquiera logras coordinar del todo conmigo, me pregunto si es realmente lo que quieres o solo estoy perdiendo mi tiempo. —dijo un frívolo Neji.

—Oye, niño… ¿otra vez con esto? —regañó Guy. —Yo lo que me pregunto a veces si competir en pareja es lo que realmente quieres.

—Saben que no, pero no me quedó de otra, mi familia me vetó de la sección varonil, esto es lo único que queda… una muy decepcionante. —miró a su acompañante que sólo bajó la cabeza apenada. —¡Anda! Esa competición no se ganará sola, y aun queda mucho por entrenar.

—Eres realmente irritante, Neji Hyuga. —consideró Tenten. —pero este es mi sueño y no permitiré que me lo arruines.

—Lo mismo digo de ti. —replicó el muchacho ofreciéndole su mano para de nuevo practicar sus pasos.

—Entrenador Guy, ¿realmente cree que vaya a funcionar? Tenten realmente me preocupa. —comentó Lee

— Neji es el del problema, sino se abre y le tiene la confianza a Tenten para trabajar en equipo no ganarán, ya se lo he dicho a ella y la verdad que lo está intentando, pero es Neji el que no se deja, ese chico es realmente difícil de motivar.

—¡Pero sé que lo logrará entrenador! —motivó Lee con ojos brillosos.

—¡Sí! ¡Sí se puede! Sigamos entrenando Lee! Que faltan sólo tres meses para las finales de todas las categorías. La que definirán ¡NUESTROS DESTINOS!

.

.

.

Pista privada Hyuga.

—Eso Hinata… cada día te ves en mejor condición, me sorprendes.

Aplaudió un hombre al ver el término de la rutina de su única alumna.

—¿Sí? ¿Eso cree, entrenador Toneri? —preguntó la chica, acercándose a él.

—Sí, y te ves más sonriente… acaso… ¿estás enamorada?

La Hyuga cambió su pálido color a uno rojizo de un segundo a otro.

—¡No! ¿cómo cree?

—Sólo lo decía, me jacto de tener la habilidad de darme cuenta cuando una mujer está enamorada.

—Por favor, entrenador, no siga…—pidió Hinata saliendo de la pista.

—Lo siento, pero tenme la confianza de decirme si es así…—alentó Toneri, acercándose a ella, mientras Hinata le colocaba los protectores a las cuchillas.

—¿Por qué? —pidió esta insegura con su cercanía.

—Me gustaría evaluar al sujeto. —respondió él, tomando un mechón de su cabello para acariciarlo.

Hinata se sintió muy incómoda con ese toque, no era la primera vez que su entrenador lo hacía, más tampoco creyó que debería hacer un escandalo por eso, su padre de seguro la regañaría.

—No hay nadie, lo prometo… muchas gracias por el entrenamiento, lo dejo, tengo que hacer algunas cosas en mi casa.

—Adiós, Hinata. Nos vemos mañana…—se despidió Toneri con una sonrisa.

La chica Hyuga se escabulló lo más rápido que pudo de la pista, y tan pronto como le fue posible fue a atender sus otros deberes o como realmente los llamaba: sus otras actividades ilícitas…

.

.

—¡Hinata… si pudiste venir! —saludó Kurenai.

—¡Ah, hola, Hinata! —saludó igual Naruto, llevando utilería de hockey cargado en su hombro. —¡Y adiós, Hinata! ¡Ya me voy al otro entrenamiento! ¿puedes creerlo? Nos entrenan cuando los demás no están, incluida Sakura.

—Lamento que no hayas podido conocerla todavía. —respondió esta con sinceridad, aunque también con algo de dolor.

—en fin, ya se dará… me dio gusto verte, entrena mucho.

—Sí, adiós, Naruto-kun. —se despidió casi susurrante, viendo por donde el muchacho se iba hasta que finalmente desapareció de su vista.

—Deberías invitarlo a salir, yo no sé qué esperas, ¿que se encuentre con esa tal Sakura y se enamore más de ella? —opinó Kurenai.

—Es que yo no… yo no…

—Sí, sí, lo sé… pero igual te digo ¡atrévete" tal como yo lo hice. —dijo mientras le entregaba unos patines de ruedas del tipo quad.

—¿Con en el entrenador Asuma? —preguntó esta tímidamente

—Sí, aunque últimamente no hemos podido salir tanto, el pobre está muy ocupado con Ino Yamanaka… ya sabes, por lo de las finales, y lo mismo debemos hacer nosotras, así que ¡andando! Si no invitas a salir a Naruto al menos saquemos a relucir todo ese talento que tienes.

—¡Sí! —asintió la Hyuga animada.

.

.

Pista de patinaje Yamanaka.

—¿Ino que te pasa últimamente? Es como si no fueras tú desde el torneo de hace semanas. —comentó Asuma después de que su alumna falló en uno de sus saltos por quinta vez en el día.

—Sigue así porque Sasuke Uchiha ya no le habló. —comentó Shikamaru aburrido. —Ya supéralo, yo no sé ni qué le ves al tipo ese, sólo es un "carita" más del montón.

—Tú cállate. —refunfuñó esta molesta. —No me siento de humor, estoy en mis días. Hasta aquí le dejamos por hoy.

Y hecha una fierecilla salió de la pista muy molesta.

—Fue demasiado información ¿no crees? —pensó Asuma un poco intranquilo.

—Sí… mujeres. —bufó un exhausto Shikamaru.

En el vestidor mientras se cambiaba de ropa, la iracunda Ino no podía olvidar el motivo de su irritación y el cual, en efecto, se llamaba Sasuke Uchiha, el cual desde su primera y fallida cita ya no le volvió a hablar, pese a que ella le mandó muchos mensajes, siendo ese día el colmo cuando finalmente el Uchiha le respondió con un "Deja de fastidiar" y la bloqueó.

¿Quién se creía el tipo para ilusionarla y despreciarla? Era lo que pensaba. Nadie trataba así a Ino Yamanaka, y se lo haría saber a como diera lugar quisiera o no y para ello había ideado un plan.

En eso su teléfono sonó, y para su gusto y suerte, quien llamaba era un contacto de su entera confianza y al que le había impuesto una tarea de gran importancia.

—Chouji ¿sí?… dime que son buenas noticias, por favor. —rogó con ansiedad.

—En efecto, Ino, el tipo se apareció aquí… parece que después de todo si frecuenta este lugar, que por cierto, que comida tan deliciosa sirven aquí.

—Sí, sí… pide todo lo que quieras, ya te dije, avísame si hace algún otro movimiento, voy para allá.

—Entendido. —acató su "gordito" amigo.

—Bien, Sasuke… vamos a hablar quieras o no. —gruñó Ino, saliendo rápidamente de la pista, para después ordenar a su chofer ir al lugar a donde Sasuke la había citado la primera vez.

El chofer atendió su petición y condujo por donde le indicó la rubia; sin embargo, al toparse con el puente que cruzaba por un rio, hizo que esta recordara al pintor con el que había chocado en esa ocasión y al cual llevaba semanas sin ver, cuando se suponía que le iba a comprar el cuadro que le echó a perder.

—Por favor… deténgase aquí, iré caminando a partir de aquí.

—Pero señorita Ino, puede ser peligroso… ¿qué tal si la reconocen?

—No lo harán, créeme.

Sinceró la rubia, creyendo que en ese puente las personas que lo cruzaban lo mínimo que les importaba era quién fuera ella, tal como él, Sai, a quien encontró nuevamente concentrado mientras dibujaba un paisaje totalmente diferente a lo que había a su alrededor.

Pensó que definitivamente era muy buen pintor.

—Es una buena pintura. —susurró detrás de él.

El muchacho al escuchar aquella voz se giró, dando un pequeño sobresalto.

—Gracias. —sonrió. —¡Ah, eres tú!

—Sí. —rio Ino apenada.

—Aunque no recuerdo tu nombre.

Aquello hizo que la rubia se irritara de nuevo.

—Mentira. ¿cómo estás Ino Yamanaka?

—Bien, Sai… —dijo esta exhausta, sentándose en un banquito que había de más a un lado del pintor.

—Si viniste a comprarme el cuadro anterior, lo siento ya me deshice de él.

—Lo siento, lo olvidé por completo, pero si este está a la venta con gusto lo compro en este momento.

—Necesitaría terminarlo.

—Sí, claro… tómate tu tiempo.

El pintor sólo sonrió de lado y siguió con su labor de pintar el paisaje. Ino sólo observó en silencio.

—¿Y qué te trae por aquí? ¿acaso te enamoraste de mí?

—Oye… no te creas tan especial. —respingó esta haciendo un puchero.

Sai rio.

—¿Entonces?

—Vine… vine…a… —suspiró. —Bueno… de alguna forma creo que tú evitaste que fuera a hacer el ridículo de mi vida.

—¿Cómo? —preguntó interesado.

—En resumidas cuentas, me generé yo sola expectativas con un tipo que nunca me dio alas, pero pensaba que había sido al revés, iba a ir a reclamarle, pero al pasar por aquí me acordé de ti y pues… creo que ya lo pensé bien.

—Bien, que bueno que te ayude.

—Oye, ¿siempre eres así de directo?

—Sí.

—Uff… eres de los que no ocultan nada y dicen todo con extrema sinceridad, que bien por ti, supongo que por eso dices que las personas son falsas.

—Sí.

—Vaya, que sincero… ¿eso me incluye a mí?

—Eso creo que lo debes responder tú sola, y creo que tienes la respuesta.

—¿Eso crees?

—Sí, cuando saques a relucir quién eres realmente, con gusto te haré una pintura de tu hermosa persona.

—¿En serio? —Ino se sonrojó.

—Sí.

—Entonces lo haré… ¡muchas gracias!

—¿Por qué no empiezas desde este momento?

—¿cómo?

—¿por qué no me dices quién eres realmente?

—¿Quién soy realmente?

—Eres Ino Yamanaka, la famosa patinadora sobre hielo ¿no?

—¡¿Qué?! ¡Lo sabías!

Sai asintió con una sonrisita.

—Entonces…

—No creí que quisieras que te reconociera, por eso no dije nada aquel día.

—Ah… cielos, eres tan raro.

—Lo sé, pero me dio gusto verte de nuevo Ino Yamanaka, si quieres podemos ser amigos. —Le ofreció Sai su mano. — ven a hablar conmigo cuando quieras, y por supuesto te daré mi apoyo para la siguiente competencia. Las ansiadas finales ¿no?

—Sí.

Ino sonrió enternecida y se acercó al muchacho para estrechar su mano. Era extraño pero le resultaba muy agradable estar con un sujeto tan raro.

Continuará.

Muchas gracias por su paciencia, espero les haya gustado.

Nos seguimos leyendo.