Ice Stars
Capítulo 5
Consecuencias.
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Un nuevo y hermoso día había llegado e Ino se levantó con toda la actitud positiva para comenzar su rutina, iniciando con su habitual desayuno que su servidumbre ya había dejado en su mesa personal.
Comenzando por el té, bebió de este mientras leía las noticias del momento en su celular y al pasar por entre las notas, encontró una que casi la hizo escupir su bebida.
"PATINADORA ACOSADA A PLENA LUZ DEL DÍA"
Y enseguida vio una fotografía reutilizada de su rival: Sakura Haruno y otra más pequeña en donde estaba la foto del sujeto la cual estaba censurada en la parte de sus ojos.
Leyendo la nota, se enteró que su rival había sido abordada por el sujeto en las cercanías de la pista de los Uchiha, que aparentemente comenzaron un forcejeo y que si no hubiera sido por un hombre, cuyo nombre se omitió, no la hubiera contado.
"Por el momento es todo lo que se sabe por testimonios de testigos, pero Sakura Haruno y su entrenador Danzou Shimura se negaron a dar cualquier tipo de explicación."
Terminó de leer Ino.
—Hmph… tonta, pero es el precio que tienes que pagar si querías mi popularidad. —dijo con vanidad, levantándose de su asiento para ir hacia donde estaba el espejo.
Frente a este, comenzó a hacerse su usual coleta y mientras miraba su reflejo, reconsideró nuevamente sus pensamientos.
—Que estúpida, como si ser acosada fuera grandioso. —resopló. —Ino, ¿qué cosas piensas? —se auto regañó, dándose un golpecito en la cabeza. —No creo que esta sea la verdadera yo a la que se refiere Sai. —se observó en el espejo. —Pero es que de sólo pensar en Sakura… —refunfuñó molesta. —Me hace querer que la tierra se la devore para que deje de entrometerse en mi camino pero…
—Ino… ¿qué tanto balbuceas?
La patinadora dio un brinquito del susto al escuchar aquella voz, al girarse, vio con una risita nerviosa que se trataba de su padre y madre que la veían como si estuviera loca.
—Ah… nada… estaba… cantando una canción ¡Sí! ¡Estaba cantando! —rio.
Sus padres siguieron viéndola con extrañeza.
—¿Qué pasa? ¿Por qué están aquí? —retomó Ino nerviosa.
—No sé si ya lo viste, hija… pero. —le extendió Inoichi su móvil con la nota de Sakura Haruno.
—Ah… ¡sí! La acabo de ver… es una descuidada ¿no creen? La fama no le cayó nada bien. —rio.
Sus padres resoplaron exhaustos.
—Nos preocupa, hija.
—¿Qué? ¿Por qué les preocuparía Sakura?
—No ella… tú. —aclaró el hombre.
—¿Yo?
—Sí, temo que algo así te pueda pasar…
—Ay, papá… ¿cómo crees? Yo me cuido muy bien, además siempre hay alguien conmigo, y también cuento con ustedes ¿no?
—Así es, pero…
—Si a Sakura le pasó eso, fue de seguro por descuidada, ya ven como es una chica carente de atención y…
—No estamos bromeando Ino. —aplacó su madre. —No es un juego, esto es algo serio.
La rubia tragó saliva y nuevamente reconsideró su actitud hacia su rival, de la cual se suponía debía sentir algo de empatía.
—Entiendo… lo siento. —respondió cabizbaja.
—Sólo queremos que estés bien. —pidió Inoichi. —Pese a todo lo que mencionaste, prométeme que serás cuidadosa, y si crees que alguien te esta acosando o te acosa nos lo vas a decir de inmediato. Mataré al desgraciado que intente hacerte algo.
—Eh… sí, lo prometo, papá.
—Bien, continúa con tu desayuno hija, el auto te estará esperando para llevarte a la pista.
—Sí, papá. —musitó Ino aun cabizbaja.
Dicho aquello, los padres de la patinadora se retiraron, a la vez que ella se dirigió a la mesa donde había dejado su móvil, en donde buscó unos mensajes pasados que había bloqueado.
Su acosador, aquel que desde ese día en el puente ya no volvió a entrar en contacto con ella.
—No creo que sea necesario decirles de esto, sólo los preocuparía, el sujeto ya no volvió a molestar.
Y borrando toda evidencia de su acosador, continuó desayunando con tranquilidad.
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—Maldita sea… tal como lo supuse. —masculló Sakura, viendo cuidadosamente como varios reporteros esperaban en la entrada de la pista de patinaje con sus cámaras preparadas para abordarla.
Después de su incidente, bastaron un par de horas para que las llamadas acosadoras de reporteros empezaran; llamadas que les negó su entrenador quien cortantemente sólo les dijo que no darían declaraciones, pero claro, estos no se quedarían quietos y buscarían la forma de sacar la nota, convirtiéndose así en sus nuevos acosadores.
—¿Cómo le haré para entrar? No se van… —gruñó molesta.
—Sí te quedas ahí te encontrarán.
—"Esa voz"
Sakura sintió un escalofrío que le erizó toda la piel del cuerpo y la abochornó como una olla con agua hirviendo. Sintiéndose como una idiota, se giró titubeante, encontrándose con la penetrante mirada de Sasuke Uchiha que totalmente relajado y con su mochila deportiva colgando de su hombro., parecía estar expectante de su siguiente movimiento.
—Buenos días, Sasuke-kun. —fue lo único que se le ocurrió decir, totalmente nerviosa.
—¿En serio es lo único que dirás? Por tu culpa no podemos entrar.
Sakura derramó una lagrimita imaginaria al escuchar eso.
—Lo siento…
Sasuke rodó los ojos con fastidio
—Obviamente no fue tu culpa…sino por el estúpido ese que vino a joder—corrigió. —que fastidiosa eres… ven… sígueme…
—¿Eh? ¿A dónde? —Sakura se abochornó.
—Entraremos por la puerta de mantenimiento.
—Pero está cerrada…
Sin embargo, el muchacho levantó la mano, mostrándole el juego de llaves que tenía.
—Oh…
—Me imaginé que algo así pasaría, por eso le pedí al dueño que me diera un juego…
—Ay… lo siento. —repitió Sakura, sintiendo que en aquel enunciado iba entre líneas un "Por tu culpa"
Sasuke resopló de nuevo, dándose una idea de lo que pasaba por la cabeza de la patinadora.
—Andando…
—Gracias, Sasuke-kun.
De igual manera Sakura le brindó una sonrisa al muchacho Uchiha que poco le importó y se limitó sólo a guiarla por la ruta alternativa, una puerta que conducía al área de mantenimiento, un sótano enorme en donde había varias tuberías que eran las encargadas de mantener a la pista de hielo en condiciones para su funcionamiento.
—Por aquí…—siguió guiando Sasuke.
—Sí.
Acató Sakura, tratando de mantenerse lo más cerca de él ya que no estaba muy iluminado y no quería dar un paso en falso; sin embargo la cercanía que tenían pronto comenzó a ponerla muy nerviosa, pues aún no podía creer que se encontrara a pocos centímetros de su amor platónico.
—Y… el dueño es tu familiar ¿verdad? —preguntó, tratando de disipar sus nervios.
Sin embargo, Sasuke sólo se detuvo y la miró de reojo con indiferencia y para Sakura fue como un "No es de tu incumbencia", pero cuando reanudaron el camino él respondió:
—Algo así, primo segundo…
—Oh… ya veo. —musitó ella, quedándose nuevamente en silencio.
—Llegamos.
El trayecto terminó y con las llaves, Sasuke abrió otra puerta que daba acceso directo a la pista de patinaje, y le dio el paso a su acompañante para que saliera.
Sakura salió del área de mantenimiento y se regocijó con la luz artificial que había en la pista, como si hubiera llegado al paraíso
—¡Ahhh! Muchas gracias, Sasuke-kun… —respiró aliviada al haber llegado sana y a salvo.
—Sí, como sea… ya me debes dos.
—¿eh? —Sakura se volvió hacia él confundida.
Sin embargo, Sasuke ya no le prestó atención y se fue directamente a los vestidores, y viendo que su pequeña interacción había terminado Sakura también se dirigió a su respectivo vestidor para cambiarse.
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Horas más tarde, la pista abrió sus puertas de manera general y fue inevitable que los reporteros entraran consiguiendo con esto que fastidiaran el entrenamiento de Sakura y también el de los demás equipos.
—Sr. Shimura… ¿Qué piensa del reciente ataque que sufrió su alumna?
—Solamente puedo decir que ese evento no se repetirá, Sakura y yo hemos tomado las medidas necesarias para que no ocurra.
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—Si como no, por eso la dejó venirse sola otra vez. —masculló Kakashi, atento a la entrevista.
Mientras que Sasuke de reojo, observaba que mientras ese hombre daba todas las declaraciones, Sakura se mantenía en el entrenamiento, pensó que probablemente su entrenador le había prohibido hablar por miedo a que hablara de más.
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—Pero dejemos eso ya de lado, ya pasó y es realmente molesto. —pidió Danzou con una seriedad que intimidó a más de un reportero. —Mejor enfoquémonos en lo que es importante.
—¿Qué es…? —cuestionó uno de ellos.
—El entrenamiento de mi alumna ¡La futura GANADORA de los finales del país del fuego!
Al escuchar eso, Sakura, la cual estaba a unos metros alejada del alboroto, casi se tropieza con sus patines.
—¿Está muy confiado? —se rio uno de los reporteros.
—Por supuesto, porque ella dará un espectáculo nunca visto… y aplastará a toda aquella que se le ponga enfrente, incluida a la chica Yamanaka y a la chica Hyuga… apunta bien eso. —pidió al que lo interrogó con altanería. —Este juego ya lo tenemos ganado…
—¿Sólo por qué usted lo dice? —cuestionó una reportera, percibiendo cierta arrogancia en el entrenador.
Danzou sonrió de lado.
—No, es algo que dice la misma Sakura, y yo le estoy dando mi confianza.
La aludida, casi vuelve a tropezarse con lo que dijo su entrenador, y ya no pudo continuar deslizándose como si nada en el hielo, pero al hacerlo de inmediato fue atacada por una oleada de flases que la cegaron y la hicieron apartarse de nuevo.
—espérenlo, mientras tanto… váyanse… —echó Danzou, haciendo una seña, para que los que custodiaban y mantenían la seguridad de la pista echaran a los reporteros.
Entre quejas, todos los reporteros fueron expulsados, y con esos metiches fuera de su alcance Sakura finalmente se dirigió con su entrenador a exigir explicaciones.
—¡¿Por qué les dijo eso?! ¡¿Qué no ve que si PIERDO quedaré en ridículo ante todos?!
Danzou se volvió hacia ella con indiferencia.
—¿Y por qué tendrías que perder, niña?
Sakura ahogó un grito.
—Más bien agradéceme, ese es el impulso y la presión que necesitas… ahora tu reputación está en juego. ¿vas a perderla o al contrario les demostrarás que si puedes?
La patinadora tragó saliva, insegura de qué responder, sintiendo una gran presión que comenzaba a acumularse en su cuerpo, concentrándose especialmente a la altura de su pecho.
—Descanso de 10 minutos. —ordenó Danzou. — Medita lo que te dije y concéntrate en ganar, que es lo único que debes hacer, olvídate de esa tonta idea de que vas a perder.
Se retiró el hombre con tranquilidad, dejando a una pensativa Sakura, la cual optó por salir momentáneamente de la pista para ir al sanitario.
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—Y ahora quién sabe que le habrá dicho… —siguió observando Kakashi. —Se ve algo pálida ¿no crees, Sasuke?
—Tsk… al parecer uno ya no puede entrenar a gusto. —se quejó este, tirando el bastón.
—¿Eh? ¿A dónde vas?
—A orinar ¿no puedo?
—Ok… descanso de 10 minutos.
—¿Para ti o para mí?
Kakashi rio, una parte de él gustaba de sacar de quicio a su preciado alumno.
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En el sanitario, mientras Sasuke hacía sus cosas, nuevamente le pareció escuchar unos quejidos que una mujer intentaba disimular, cosa que evidente no se podía al 100% debido al eco, y no era para nada un misterio de quien se trataba si vio claramente a Sakura cuando esta entró al sanitario de mujeres.
—¿Ahora qué te hizo? —se quejó mientras lavaba sus manos, tratando de imaginarse lo que ese hijo de puta de Danzou le había hecho a la chica de cabello rosa.
Se esperó unos minutos esperando que se calmara y casi al punto en que su descanso terminaba ya no escuchó nada, pensó que probablemente ella ya había salido, así que él también lo hizo, y dicho y hecho, Sakura ya se le había adelantado unos pasos y como en aquella otra ocasión, se volvió a maquillar exageradamente para disimular la hinchazón de sus ojos, pintando no sólo sus ojos si no haciéndose unos patrones de líneas cruzadas por el rostro.
—Sakura… otra vez ese maquillaje en la cara y ahora con rayadero… ¿qué demonios te pasa?
Vio que le criticó Danzou con molestia.
—Es mi maquillaje de guerra… estoy lista para la batalla. —se justificó ella, ignorándolo y entrando de nuevo en la pista.
Sasuke no pudo evitar emitir una risita, admitía que esa tipa tenía mucho ingenio.
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Mientras tanto, en la casa de los Hyuga, apenas levantándose, Hinata fue abordada con la noticia del acosador de Sakura Haruno, un hecho que a pesar de que no le había sucedido a ella, la perjudicó de cierto modo.
—A partir de ahora Hinata, volverás directamente a la casa después del entrenamiento, ya no harás entrenamiento en el exterior, haré que vayan por ti.
—O yo podría traerla de vuelta, señor… si le parece bien. —ofreció Toneri.
—También podría funcionar. —lo pensó Hiashi. —Si no es mucha molestia, te encargo a mi hija.
—No creo que sea necesario, papá… entrenador Toneri. —pidió Hinata, sintiendo que perdería la poca libertad que tenía. —Soy muy precavida al volver y…
—¡Nada! ¡harás lo que te digo!
—Pero… —refutó Hinata, algo que extrañó tanto al padre como al entrenador que estaban a acostumbrados a que la chica accediera a todo.
—¿Qué? ¿acaso estás ocultándome algo?
Hinata tragó disimuladamente saliva, pues nadie en su familia sabía que en sus ratos libres, su entrenadora Kurenai la entrenaba pero en el ámbito del patinaje sobre ruedas, ni que decir que a veces iba centro recreativo con el único fin de ver a sus únicos amigos, a ver a Naruto.
—No. —respondió lo más segura posible. —Pero… es que…
—¿Qué?
—Es que a veces voy...
—¿Vas a…? ¡Habla rápido!
—Voy… voy a ver a Neji…
—¿Qué? ¿Neji? ¡¿Y a qué?!
—Papá… sabes que no es justo lo que le pasó y…
—Mira Hinata, ese muchacho, a quien crie casi como un hijo después de la muerte de mi querido hermano, decidió desprenderse de nosotros, todo por egoísta… que no te quiso entrenar…
—Le pediste más que eso… lo sabes papá. Neji-ni quería seguir participando en la sección varonil y le retiraste el apoyo.
—Sí, porque no quería que tú lo opacaras… que no participaras… él quería ser el único en este deporte, y así yo no podía apoyarlo, además él fue quien sólo se expulsó de la sección varonil con sus arrogancias, y ahora se oculta bajo las faldas de una chica en esto del patinaje en parejas y bajo la tutela de un entrenador con poco reconocimiento.
—Sólo no creo que sea justo. —musitó la chica cabizbaja.
—Mira Hinata, los problemas que tengo con Neji son míos, tú no te involucres.
—Aún así es mi primo…
—¿Y no te rechaza? ¿no te odia?
—No, me… ha aconsejado. —mintió.
Hiashi emitió un gruñido molesto.
—Por favor, papá… como dices, este problema no me concierne… yo quiero seguir tratando a Neji-ni.
El hombre se cruzó de brazos.
—Pues si es verdad lo que dices… está bien, pero quedas advertida Hinata, no trates de arreglar nada, si Neji se quiere disculpar adelante, pero no intercedas por él.
La chica Hyuga volvió a tragar saliva.
—Claro. No intervendré
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Esa misma tarde, después del entrenamiento, y tal como se habían organizado, Toneri se encargó de llevar a Hinata hasta donde Neji Hyuga vivía, un completo departamental de estatus medio que no quedaba muy alejado de la pista privada de los Hyuga del parque donde estaba el centro recreativo.
—¿Quieres que venga por ti? —preguntó Toneri, colocando su brazo en el respaldo del asiento del copiloto
—No es necesario, pediré un taxi o Neji-ni puede llevarme…
—Ok, como quiera estoy a tu disposición, querida Hinata. —se despidió el entrenador, inclinándose extrañamente hacia ella.
Hinata se puso nerviosa con tal movimiento y se alejó un poco por inercia; sin embargo, en ese momento sólo sintió como su entrenador abría el broche del cinturón de seguridad.
—Listo, querida Hinata, puedes irte.
—Eh… sí, gracias.
Salió del auto rápidamente y sin voltear atrás, continuó al interior del complejo departamental, estando ahí se quedó unos breves minutos, hasta que vio que la camioneta de su entrenador se retiró.
Sintiéndose nuevamente libre, se dispuso a marcharse al centro recreativo; sin embargo, su conciencia no le permitió hacerlo, no después de haber utilizado el nombre de su primo en algo que consideró como egoísta.
—Tengo que hablar con Neji-ni. —decidió, convencida de que era lo mejor, y pidiendo informes en la recepción la dejaron pasar al piso en donde estaba el departamento de su primo.
Mientras avanzaba en el ascensor, rememoró lo sucedido con Neji, el cual se separó de la familia cuando entró en conflicto con el patriarca de la familia, Hiashi Hyuga, cuando este le pidió que dejara todo para que la entrenara y la ayudara a cumplir su sueño de ser la campeona olímpica.
En aquel entonces, Neji, rechazó la idea y creyendo que su tío solamente quería la victoria para Hinata, optó por alejarse de todos.
Aquel rechazo hizo que Hiashi le retirara todo el apoyo, tanto emocional como económico que a la larga causó que Neji se frustrara, tanto que, en una competencia, peleó con otro patinador haciendo que el comité lo expulsara de la sección varonil por conducta antideportiva.
Neji se lo tomó personal, pues en dicho comité había un Hyuga, un pariente lejano que sin contemplación dio su voto a favor de que lo expulsaran.
Sin embargo, Neji no se rindió del todo y al cabo de unos meses encontró una opción para seguir practicando profesionalmente el deporte que le gustaba; con el único detalle de que era la sección en pareja, no había de otra, había sido esa opción o el patinaje en grupo sincronizado y en el peor de los casos, Hockey, un deporte sin gracia como él le decía.
Sólo esperaba que su presencia no lo alterara, pensó Hinata cuando finalmente estuvo frente a la puerta del departamento. Tocó el timbre con duda, y al cabo de unos segundos Neji la atendió, mostrando una mueca de indiferencia.
Hinata supuso que la había visto por la lentilla, e insegura de que decir, se llevó la mano al pecho, completamente apenada.
—Neji-ni…
—¿Qué haces aquí?
—Yo…
—¿No me digas que viniste a verme?
—Sí, pero… bueno, en realidad…
Neji rodó los ojos.
—Vete Hinata, no me interesa lo que tengas que decir.
—¡Espera Neji-ni! —exclamó esta antes de que le cerrara la puerta en la cara. —Tienes razón, no vine a verte a ti…
El Hyuga mayor enarcó la ceja sin comprender aquello.
—Sí, soy una egoísta…—bajó la cabeza. —pero… sólo vine… ¡quisiera que me ayudaras!… no es mucho lo que pediré.
—Mmm… —se cruzó el muchacho de brazos. —Interesante…
—¿Eh?
—Dijiste más de dos palabras en menos de un minuto, ya no eres tan miedosa… adelante, pasa… a ver qué es lo que quieres.
Viendo que tenía una oportunidad de hacer las cosas correctamente, Hinata entró al departamento el cual era algo sencillo pero acogedor, ordenado como se esperaba de su primo quien siempre había sido alguien organizado y limpio.
—Siéntate…—ordenó casi Neji, no siendo muy hospitalario.
Sin embargo, Hinata obedeció y se sentó en uno de los sofás, procurando no tocar o hacer algo que incomodara a su primo.
—Te escucho. —le concedió la palabra.
—Verás… Neji-ni. —comenzó esta nerviosa.
—Rápido…
Hinata tragó saliva.
—Está bien, no sé si sabrás… pero hubo un incidente con una patinadora que fue acosada cuando iba a ir a entrenar y…
—¿Te refieres a Sakura Haruno?
Hinata se sobresaltó.
—Eh… ¡sí! ¿Sabes lo que pasó?
—Entreno en la misma pista donde entrena la tipa, todo el mundo se enteró. —explicó el Hyuga relajado. —¿Qué hay con ella? ¿es tu amiga acaso?
La Hyuga negó con la cabeza.
—No, pero debido a ese incidente… papá…
—Ah… déjame adivinar… ¿se puso restrictivo el viejo?
La chica asintió.
—¿Y qué tengo que ver yo en eso?
—Verás Neji-ni… tú sabes lo complicada que es nuestra familia.
—¿Qué si lo sé? Ja… Hinata no me hagas reír.
La aludida se cohibió un poco, pero aun así continuó.
—Papá prácticamente sólo me quiere entrenando y en la casa, y se puso a la defensiva con este suceso.
—Paranoico querrás decir. —interrumpió Neji. —continúa.
—Yo no quiero que me prohíba salir, verás… es que…—se sonrojó.
—Tienes un novio ¿verdad? —dedujo este con una sonrisita.
—¡¿Eh?
Hinata se coloró aún más.
—Tienes un novio y no quieres que mi tío se entere y tampoco quieres dejar de verlo ¿me equivoco?
—¡No! Digo… Neji-ni.
—Ya déjate de rodeos Hinata.
—Bueno… es que… no es mi novio, y bueno… es que es un amigo, ¡pero no es el caso! —exclamó abochornada. —¡Practico con la entrenadora Kurenai el patinaje sobre ruedas y no quiero dejarlo! —confesó casi en un grito.
El muchacho Hyuga se sobresaltó con la respuesta.
—y he hecho buenos amigos en donde entreno, no quiero dejarlos… porque también, es cierto, me gusta un muchacho, pero en sí es todo…. no quiero dejar de verlo a él o a la entrenadora Kurenai, o a mis amigos y sé que si se lo digo a papá…
—Claro, el viejo no lo comprendería… pero sigo sin entender… ¿qué es lo que quieres de mí?
Hinata levantó la cabeza apenada.
—le dije a papá que venía a visitarte de vez en cuando después del entrenamiento… y yo, Neji-ni… sólo quiero…
—Mmm… ya veo, ¿Qué sostenga tu cuartada?
Hinata asintió.
—Ay, primita… que tonta eres…
—¿Eh?
—Haces mucho drama por nada…
La chica bajó la cabeza apenada.
—Pero está bien, di que vienes aquí a hacer nada…
—¿En serio?
—Pero te va a costar.
—¿costar?
El chico Hyuga sonrió de lado
—Sí… como sabrás, ahora practico el patinaje en pareja.
—Sí.
—Mi entrenador no cobra tanto, es un altruista de primera, y por el momento mi compañera es quien solventa mis gastos, está tan desesperada que me da lo poco que tiene; sin embargo no es suficiente, tú sabes lo costoso que es este deporte.
Hinata volvió a cohibirse. Sabía que en el mundo del patinaje, en específico la sección de parejas, había muy pocos candidatos varones que las patinadoras a veces tenían que solventar los gastos de estos para que aceptaran ser pareja, y siendo Neji un patinador muy bien cotizado se imaginaba lo que le sacaba a esa chica.
—¿cuánto quieres? —preguntó yendo directo al grano.
—Sólo lo suficiente para ir a revisiones con médicos especialistas, tener mi dieta balanceada y por supuesto tener lo suficiente para vestir decentemente. Tenten quiere encargarse de mi vestuario, pero ni loco le dejaría ese trabajo a una novata, me he mantenido con los trajes que actualmente tengo, pero tengo que renovar, es parte de la presentación, tú sabes, y necesito llamar la atención si quiero conseguir patrocinadores
—¿Ella no tiene patrocinadores?
—Claro que no, es una novata que no lo logró en la sección femenil y ahora anda probando con el de las parejas, y la verdad lo veo un poco difícil; quedamos en quinto lugar en la seccionales, y eso gracias a mí, si queremos ir a las olimpiadas tenemos que lograr el primer o segundo lugar en las finales y para eso tengo que contar con lo que tu padre me quitó. No me basta con la motivación de mi entrenador ni el "esfuerzo" de mi compañera.
Hinata asintió, captando todo lo que su primo decía, y la verdad es que lo que requería era algo costoso, sin embargo, era darle lo que quería o perder su libertad.
—Está bien Neji-ni… te daré el dinero que necesitas.
—Vaya que si te interesa hacer esas cosas y estar con tu novio o amigo ese. —consideró el muchacho burlonamente.
—No creo que puedas comprenderlo, así como creo que tú crees que yo no te comprendo. Me voy, sé donde esta la salida.
Dicho aquello, la Hyuga se puso de pie, dejando a un Neji sorprendido, pues su prima generalmente era reservada con sus pensamientos, y aunque no quería, algo en la conciencia se le removió.
—Espera Hinata…—llamó, aunque no se levantó de su sitio.
La aludida, sólo se quedó de pie en el pasillo, sin devolverle tampoco la mirada.
—No hago esto para joderte…
—Lo sé. —se volvió ella hacia él con una sonrisa. —Practicamos el mismo deporte Neji-ni… sé lo difícil que son conseguir algunas cosas…
El varón la vio de reojo, notando lo sincero de su comentario.
—Puedes venir cuando quieras, mi tío no sabrá nada… pediré en la recepción que te den la llave extra en caso de que no esté.
—Gracias Neji-ni…—hizo esta una reverencia y se dispuso a marcharse, sin embargo…
—Hinata…
—¿Sí, Neji-ni?
—No te arriesgues mucho. —aconsejó este. —Lo que le pasó a esa tipa, Sakura, te puede pasar a ti también, no te confíes de nadie…
La Hyuga ahogó un grito, mostrándose preocupada.
—Se cree que hay personas perjudicando a los deportistas con el fin de que no compitan… así que ten cuidado.
—Sí. Lo haré. —musitó esta pensante, y dando otra reverencia de despedida se retiró del departamento.
Mientras tanto, Neji, aun sentado en el sofá se quedó reflexionando sobre aquella inesperada visita, que aunque lo conmocionó de cierto modo, también le benefició, pues indirectamente su estimada primita se había convertido en su nueva patrocinadora.
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Al día siguiente, nuevamente en la residencia de los Yamanaka.
—¡¿QUÉ?! ¿cómo se atreve?! ¡ay… la odio! —gritoneó Ino viendo el titular de una nota periodística en su teléfono.
"SAKURA HARUNO LE DECLARA LA GUERRA A INO YAMANAKA Y HINATA HYUGA"
"aplastaré a todo aquella que se me ponga enfrente, incluida Ino Yamanaka y Hinata Hyuga"
—Veamos quien aplasta a quien, cretina. —refunfuñó furiosa.
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Mientras tanto en la residencia de los Hyuga.
—Si que es atrevida esa mocosa engreída. —concluyó el jefe de la familia, bajando el periódico.
Hinata, quien sólo había escuchado lo que leyó su padre en la nota, se mostró nerviosa y pensante ante aquellas declaraciones hechas por alguien quien ni siquiera sabía que la consideraba una rival.
¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿cómo responder? Pensó preocupada.
Cuando en eso, su mismo padre le dio la respuesta.
—Hinata… Destrózala… destroza a esa estúpida muchacha.
Continuará.
Notas de autora: espero les esté gustando jejeje.
27 de agosto de 2023
